Viaje al corazón mapuche

✍️ Francisco Pandolfi

MU en Bariloche con las mujeres detenidas. ¿Cómo están y qué piensan las mujeres presas tras el desalojo de la comunidad Lafken Winkul Mapu, de Villa Mascardi?

Hay un hilo conductor entre el pasado y el presente, sostenido en el tiempo y confeccionado con una diversidad amplia de materiales: eufemismos, tergiversaciones, operaciones, hostigamientos, balas.

Para intentar entender un poco mejor lo que pasa en la Patagonia resulta necesario complejizar la historia. Mauro Millán es el lonko del lof Pillan Mahuiza, de Chubut, y una fuente de consulta permanente en varias comunidades mapuche. “El primer acto fundacional del Estado argentino fue quedarse con territorio indígena del norte, del sur, del este, del oeste. A partir de ahí se planteó una política negacionista hacia quienes quedamos sobrevivientes, que fue negarnos ese rango de pueblo. Nosotros no podemos hablar de 500 años, porque la Campaña del Desierto (1878-1895) la tenemos acá nomás, a la vuelta, la vivió mi abuela. Ella nació en 1895, por ende había recibido el impacto de lo que significó la Campaña del Desierto y lo que se llamó la pacificación de la Araucanía (proceso con similitudes en lo que hoy es territorio chileno, entre 1861 y 1883). Mis bisabuelos vivieron en carne propia los campos de concentración y los desplazamientos”

“Fue una aplanadora el discurso de los Estados, porque logró que sus habitantes lo creyeran y así se omitió durante décadas el proceso que tuvieron los pueblos indígenas para sobrevivir”. Y se sigue omitiendo.

En la lengua mapuzugun, “Mapu” significa tierra y “che” persona. En la cosmovisión de este pueblo, la vida es dada por y desde la tierra; y se busca una relación de simbiosis con todos los seres que habitan la Mapu. Una interacción de cuidado, respeto y veneración hacia las fuerzas naturales que coexisten alrededor

Son las 6.30 de la mañana y el punto de encuentro es sobre la ruta 40. Hasta ahí llegan mapuche de comunidades de Chubut, Neuquén y otras partes de Río Negro por dos motivos. Primero: celebrar una ceremonia ancestral de cara al lago Mascardi, a metros de donde hasta hace poco más de un mes vivía la comunidad Lafken Winkul Mapu. De allí fueron desterrados por el Comando Unificado que parió horas antes Aníbal Fernández y su Ministerio de Seguridad Nacional. Segundo: presentar una nota ante las autoridades del Parque Nacional Nahuel Huapi.

No pasa un minuto hasta que aparecen varios efectivos de la Policía Federal. Al ratito, arriban las otras tres fuerzas que integran el Comando Unificado: Gendarmería, Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Como un árbol jamás podrá tapar al bosque, el acoso no impide que se lleve a cabo el ritual en apoyo a la Winkul.

El paisaje es un cuadro monumental, una pintura, un deleite a los ojos. En la ceremonia –el guellüpun, como se dice en mapuzugun–, suenan dos instrumentos: el Kultrún –de percusión– y el Kull Kull –un cuerno vacuno que originariamente se usaba para hacer llamadas–. Se crea la música, se la baila, se le regala el momento a la Mapu.

El 4 de octubre se llevó a cabo el despojo de la tierra ancestral de la comunidad Lafken (lago) Winkul (montaña) Mapu (tierra). Más de 250 efectivos del Comando Unificado irrumpieron en el territorio. Tres infancias y dos adolescentes estuvieron corriendo por el cerro, escapando, escapando del comando, más de diez horas. Siete lamien fueron detenidas y tres fueron sobreseídas. Las mujeres presas se encuentran en el Centro Mapuche Bariloche, al lado de una escuela de formación policial. Allí están junto a sus nueve hijas e hijos

En una de las paredes del Centro Mapuche Bariloche hay dos afiches colgados: uno, mantiene la memoria viva de Rafael Nahuel –de la comunidad Lafken Winkul Mapu– y de Elías Garay, dos jóvenes mapuche asesinados en 2017 y 2021, respectivamente; el otro cartel denuncia sin rodeo: “Basta de causas armadas”

Suma Lorena, sobre la amnesia general y perpetua: “¿Cómo se explica que la Argentina reconozca el genocidio armenio y todavía no pueda ejecutar una política reparatoria para los pueblos indígenas que también sufrieron un genocidio. La decisión es política y no solo deben buscar soluciones reales para reparar sino que además tiene que enmarcarse dentro de la retórica de Memoria, Verdad y Justicia.