¿Qué tienen en común la maternidad, los mitos, los mandatos, el desierto y la Difunta Correa? Miralo en una nueva obra en Mu Trinchera Boutique este sábado 8 de julio. Reservas acá.
En plena pandemia a Camila Palacios le tocó estar encerrada con su hijo que cumplía un año de vida. La maternidad reciente y la cuarentena hicieron que se pusiera a investigar haciendo hincapié en la etapa que va desde el momento en que finaliza el parto hasta la primera menstruación, —el puerperio— con todo lo que eso significa. Un reacomodamiento corporal, y no solo eso: luego, el haber albergado a otro ser y haberlo expulsado a la vida fuera del útero. Camila es actriz y con lo investigado más su propia primera experiencia decidió iniciar el proceso de creación de una obra teatral: La Correa.
En 2021 tomó el taller de unipersonales de la actriz, dramaturga, directora y docente Aldana Pellicani, realizado en el marco de la escuela de teatro que lleva adelante el grupo La Zancada. Allí pudo darle forma a sus ideas y fueron surgiendo diferentes escenas a partir de los materiales que fue recolectando. En esa investigación apareció el mito de la difunta Correa, oriundo de la provincia de San Juan, la joven mujer que fuera encontrada muerta en la ruta con su bebé aferrado a sus pechos todavía rebosantes de alimento, que permitieron que el niño sobreviviera. “Ese mito —cuenta Camila —empezó a irradiar todo lo que yo ya tenía y terminó creándose este unipersonal que es La Correa. Tiene claramente dos voces, la voz de una versión posible de la difunta y la voz de una mujer que se transforma en madre que tiene pie en mi propia experiencia”.
Durante el transcurso de la etapa de creación Camila se preguntaba cómo sería la voz narrativa de Deolinda Correa de Bustos, el nombre completo de la difunta Correa. Allí se topó con un texto de la escritora Gabriela Cabezón Cámara dedicado especialmente al mito sanjuanino. “Deolinda, la muerta linda del desierto, la del seno vivo con el cuerpo yerto, la santa, porque no puede una mujer morir sin que mueran sus pechos y si puede ya no es una mujer, es una santa, sabe darle a veces a los que le piden”, es parte de lo que escribió Cabezón Cámara en septiembre de 2013 para la revista Viva, un texto inspirado en la mujer que a poco de dar a luz se fue a buscar a su marido reclutado y llevado por la fuerza a La Rioja, también huyendo del acoso del comisario, se internó en el desierto con su niño hasta morir extenuada sin comida y sin agua.
“La difunta trae un mundo místico”, suma Aldana Pellicani, la directora. Las dos historias conviven en la escena, se entrelazan, se potencian. “Para mí fue muy revelador pensar que en la figura de la difunta se podía transmitir esto que va más allá de nosotras, lo que vas a tener que hacer como madre, lo que se espera de vos, que aún después de la muerte sigas amamantando, sigas dando, sigas protegiendo, aun en el desierto, aun muerta, siendo perseguida y castigada, seas la madre que se espera que seas. Por eso para mi como directora, como mujer y como artista fue un hallazgo que la trajera Camila en un ensayo. Llevó varios entender lo importante que era la difunta para esta obra.
“Esa difunta está en las espaldas de todas nosotras y aparece muchas veces como una fuerza que empuja, un mandato muy claro sobre cómo debemos ser”.
La Correa también apela a la música, se escucha a otra de las santas populares: la inolvidable Gilda. Camila: “La obra también tiene una posición en relación a los mandatos de la maternidad, que están tratados con humor, con ironía y te puede hacer reir sobre cosas que te pasaron con un bebé y a la vez reflexionar con los mandatos, el rol del a mujer en la crianza, cuestiones que dialogan con todo lo que se va mostrando en la obra”. Aldana menciona los prejuicios que rondan alrededor de la maternidad: “Una va a tener que dar una pelea mucho más grande de la que se imagina para salir de ese casillero al que te manda la sociedad por ser madre y todo el entorno va a ubicarte en ese lugar y va a esperar que vos reacciones como está esperado para el rótulo: es una madre”.
La maternidad, el mito, los mandatos, el desierto como incertidumbre y como oportunidad para inventarlo todo.
Una historia para las que parieron, las que sienten el deseo, y las que no.
La Correa
- Dramaturgia y actuación: Camila Palacios
- Dirección: Aldana Pellicani
- Asistencia de dirección: Liliana Ardanaz
- Iluminación, vestuario y escenografía: Nabila Hosain