El estreno de Preciado: el teatro de la rosca

Manu Fanego encarna a una candidata trans. Nabila Hosain y Carolina Ayub a sus dos asistentes. Una obra (y una campaña) que rompe lógicas para recuperar el sentido de la política. La llave: textos del filósofo Paul Preciado reversionados para una propuesta jugada, en año electoral. Por Claudia Acuña.

Preciado: el teatro de la rosca

Preciado es el nombre y la voz que elige esta obra para lanzar una campaña electoral, partidaria y tradicional. Manu Fanego es quien le pone el cuerpo a esta candidata y lo que sucede con ella y a través de ella lo explica así: “En principio es un evento con un fin electoral, a la usanza de lo que nos ofrece la política en este momento: jerárquico, verticalista, individualista. Jugamos así con dos antípodas. Por un lado, está la candidata trans, que lleva la voz de Paul Preciado, un filósofo trans español que habla con una voz muy a la vanguardia de lo que solemos escuchar en los candidatos locales. Por el otro lado, la situamos en un bunker electoral, a la vieja usanza de la política partidaria neoliberal. El punto de partida, entonces, es esta candidata trans enmarcada en una maquinara no trans, totalmente bobalizadora. Sin embargo, en la medida en que se va tomando contacto con los textos de Preciado se abre una nueva posibilidad, una nueva ventana a otras formas de hacer política”.

Dos asistentes rodean a esta particular candidata. Las describe Nabila: “Ellas representan esos activos que le dan valor a la política partidaria, militantes profesionales que están trabajando con esta candidata desde la interna partidaria, que forman parte de esa lógica de construcción, la ejecutan y estilizan, pero que en este caso terminan disrrumpiéndola y direccionándola hacia otro lugar. Son parte de la construcción de un tipo de mensaje político tradicional, que terminan rompiendo. Y no lo hacen en una contradicción con la candidata, ni como boicot, ni como desenmascaramiento, sino como una forma de recuperar el sentido de la política: ¿para qué hacemos esto?”.

Ejecutar un sistema discursivo que no representa a la realidad: ¿eso cuestiona esta obra?

¿Cómo?

¿Rompiendo ese dispositivo?

 ¿Disparantándolo?

¿Y todo a través de los textos de Paul Preciado? 

¿…?

¿Pueden los textos transformar a la política?

Las preguntas son muchas y la respuesta es una.

Manu: El encuentro con la gente transforma a la política. Tener que explicar lo que tiene para decirle a otres la transforma, porque mide la distancia entre ese dicho y lo que las personas están necesitando. El texto encarnado la transforma. Poner el cuerpo en cada palabra: eso la revoluciona.

Obra por encargo

La obra, su explicación y sus personajes son el resultado de un desafío que le propuso MU a este elenco: comunicar tres textos de Paul Preciado en clave de artes escénicas. Ese fue el punto de partida del equipo conformado por Manu Fanego, el grupo teatral La Zancada (del que Carolina Ayub y Nabila Hosain forman parte) y MU y que está a punto de salir a la cancha  el 21 de septiembre, a jugársela. 

Lo concreto es que les dimos estos textos y tenían que hacer algo con eso..

Carolina: Generalmente un laboratorio teatral parte de una pregunta que le permite elaborar qué se quiere decir. En este caso el qué se quiere decir estaba de antemano y lo que había que responder era qué vehículo estético va a comunicar esto. Y de qué manera, para permitir que quien venga a vernos y escucharnos también sea parte.

Manu: Ese fue el punto de partida. Tres textos y una propuesta: hagan algo con esto. Teníamos entonces esos textos y un año electoral. Como todo año electoral teníamos también los movimientos discursivos, las crisis, las transformaciones, y en esta época en particular una incareteable forma discursiva vetusta que parecía agotada y una mecánica de la política macro que no resuelve ni lo macro ni lo micro, que no termina de resolver nada y que cada vez se ve más infectada por ideas retrógradas  que parecían haber sido descartadas, que parecían haber sido consideradas no viables para el mejor funcionamiento de una sociedad democrática. En ese contexto es muy necesario salir a meter el cuerpo, a meter la voz. Ese fue el marco de encuentro con MU y La Zancada: sacar adelante estos textos, utilizar el formato electoral demodé y exponerlo y jugar un poco. Jugar, que es lo que le está faltando a la política: jugársela.

Carolina: Nos propusieron este material y eso tiene que ver con todo un desarrollo de práctica artística del Laboratorio de Experimentación en Comunicación y Artes Escénicas del que nos interesó ser parte. Son textos de Paul Preciado bordados por MU y que tienen un contenido poético que nos permitió distanciarnos de las cosas normalizadas. Por ejemplo, el cuerpo humano normalizado, que es algo que está poco problematizado en escena. Hay muy poca reflexión sobre la performatividad de género y lo que implica en la escena, en la construcción y en la estética, incluso sobre cómo generamos ficciones a partir de cuerpos heteronormados, que es el abc del sistema. Esto es una invitación a romper esa hegemonía normalizada. También nos interesó porque Preciado verbaliza muchos pensamientos que no tenían palabras, muchas prácticas de nuestro día a día que no estaban expresadas en la discursiva política. Son textos que tienen una lectura clara de época, y eso hace que podamos tener claridad sobre por dónde operar y por dónde no, a qué tren no subirnos, qué discursos no reproducir. Y son textos que como procedimiento creativo no completan el sentido de lo que se muestra, sino que son una invitación a pensar, a resolver, a identificar cosas, a nombrar cosas. Son una invitación a tomar partido, a politizarse. A mí me invitó, concretamente, a pensar eso en relación a qué voy a hacer en teatro, para quién. Y son cosas que yo quisiera votar: me gustaría que haya una boleta que incluya todos estos pensamientos. Y no la hay. Transformar ese descreimiento que hay de los discursos partidarios en una fe por lo colectivo, que no son promesas de cambio sino cambios que ya están ocurriendo. Una revolución que ya llegó, que desata estas reacciones de la reacción, y que por eso mismo en estos momentos necesita, para seguir desarrollándose, que le demos visibilidad, importancia, escena, prensa.  

Manu: Preciado sintetiza una voz actual que está a la vanguardia. Trae una agenda que tiene que ver con esa transformación que una parte del mundo vislumbra como necesaria, posible y que está sucediendo. Es una voz que acuerpó la revolución y desde ese punto creo que es importante transmitir eso: necesitamos gente que piense acuerpando lo que piensa. No solamente desde el discurso y desde el pensamiento, sino haciéndose cargo para que esos pensamientos se vuelva carne. Preciado es un gran ejemplo de eso, aparte de ser una mente brillante y una escritura política y poética, con una voz muy clara. Nos habla de un mundo donde quepan todos los mundos en un momento de eso ya no es parte de la utopía discursiva de la política electoral. ¿Esto es algo que puede haber dicho también otro, otra, otre? Sí, pero MU nos propuso trabajar sobre textos que no estuvieran contaminados por la política discursiva del progresismo local y que nos habla de lo que falta. Preciado resalta ese vacío.

¿Nadie en nuestro país expresa hoy ese discurso?

Manu: Las organizaciones sociales de abajo sí lo expresan. No lo político partidario, pero sí sus bases, y un poco a eso apelamos: a que esas voces se escuchen y se hagan escuchar. En la realidad actual, ya que una trava forme parte del municipio de Pilar, por ejemplo, es una expresión política de esto que plantea Preciado en sí misma. Que en esa estructura política representativa clásica estén ya esos cuerpos es algo que hay que dimensionar como expresión de esos cambios logrados y creo que tenemos que tener esperanza en esos procesos que logramos concretar.

Preciado: el teatro de la rosca

Actores sociales

El equipo de Preciado sabe que corre riesgos y apuesta a sentir ese vértigo porque lo que han construido es deliberadamente incompleto: para saber si funciona necesita de lo que aporte el público, de sus reacciones, sensaciones y creaciones. De todas las opciones que idearon, eligieron esta, la que más puntos suspensivos sembraba.

¿Por qué?

Carolina: Los textos son difíciles en el sentido de definir quién los decía, más que cómo se decían. Y ahí demoramos un tiempo en pensar varias opciones hasta llegar a un resultado que no cierre, sino que abra. Los textos tienen un decir que opera como verdades, pero también como preguntas y entonces ¿qué código puede contenerlos? ¿Uno realista, uno grotesco? ¿Cómo se comunican? Porque el mensaje es tan fuerte y tiene tanta información condensada y produce tantas cosas solo con lo que dicen que esa potencia es un desafío: obliga al cuidado. Y estar elaborando posibles respuestas a esos desafíos con periodistas nos dio un plus de ubicación en la realidad muy necesario, porque en estos momentos cualquier tipo de mezcla que desdibuje el hacer teatral normalizado es algo que nos ayuda a transformarnos en actores sociales.

Manu: Preciado es, fundamentalmente, un acto de experimentación teatral. No sabemos si se va a entender todo esto, no sabemos si saldrá como lo pensamos porque lo hemos armado con la misma urgencia que enmarca y caracteriza a toda la comunicación electoral. A puro riesgo. Y que se completa y justifica con la participación de la gente.

Carolina: Todo el proceso creativo que abordamos tiene que ver con la urgencia. Urge hablar de esto, urge hacer teatro con esto y de esta forma. No se trata de crear un producto comercial para ser vendido, sino de crear un mecanismo para llevar a escena un discurso que necesita ser oído. Y en este caso la propuesta era hacerlo con gente que tiene experiencia y sensibilidad teatral. Creo entonces que no puede salir nada mal. 

Evidentemente no es una apuesta que busca el aplauso, ¿qué busca?

Manu: Bajarse de lo individual para construir lo político-colectivo.

Nabila: Hacer algo, decir algo que mueva los sentidos comunes que se han instalado en relación al contexto social, político y electoral que estamos padeciendo. Por eso no tiene un formato de espectáculo, de personas sentadas mirando algo que sucede arriba de un escenario y que lo tiene que conmover. Lo que buscamos es interpelar. El que viene forma parte de este juego. Y participa: eso es lo que buscamos.