Susy Shock, Laura Zapata y Mora Navarro le pusieron ritmo a una jornada de lucha y dolor, sin miedo: “Paramos para escucharnos, curarnos las heridas y renovar energías”, propuso Susy en una tarde calurosa en la que la calle de Mu Trinchera Boutique volvió a ser escenario de artistas en encuentro con su público. El grito de la fecha, Ni una Más, los carteles que pasaban preguntando si fue un ¿feliz día? y el mundo por construir con arte, sudor y lágrimas: “No nos queda otra que hacerlo nosotres”.
El dolor ya no cabe,
La tristeza no alcanza…
Dice la artista Susy Shock desde el micrófono ubicado en la puerta de MU Trinchera Boutique, citando a la poeta uruguaya Idea Villariño, quien las propuso alguna vez “para diagnosticar lo que nos pasa. Y nos pasa de todo”, se lamenta Susy, en una tarde calurosa en la que estamos en la calle porque es 8 de marzo y porque entre tantas luchas hay una urgente: Ni una más.
Una niña pasa caminando junto a otras mujeres rumbo a la Plaza de los Dos Congresos y lleva un cartel escrito a mano: “Un femicidio cada 23 horas. ¿Feliz día?”
Continúa Susy:
“Nos pasa por arriba, nos pasa por abajo, nos pasa por encima y por adentro: porque nada nos pasa de largo. Estamos atravesadas por el desafío de crear un mundo más feliz, más justo y sin violencias. No nos queda otra que hacerlo nosotres”.
Paramos para escucharnos, curarnos las heridas y renovar energías.
Paramos porque, tal como nos lo advirtió la poesía: hermana, la tormenta que se aproxima somos nosotras centelleantes.
Estamos en camino.
Bienvenides a esta Posta sanitaria que nos proponemos convertir en una amorosa pausa en esta enorme batalla.
Disfrutémonos, hermanas, hoy les abrazamos con música, con danza y alguna cancioncita de cuna”.
Y Susy cantó “Esta tarde no tengo miedo, las cañas me hacen de sonajero, y la brisa con ellas baila: en esta tarde, no tengo miedo”.
A la ternura de la canción de cuna, le siguió la voz potente de Laura Zapata, cantante de Big Mama Laboratorio, proyecto musical nacido en 2011 en la Villa San Cayetano, Beccar.
Laura cantó algunos temas de su último disco, Engendro, meneando sus caderas y poniéndole ritmo a la previa de la concentración en la plaza. Las sillas negras que formaban la platea improvisada sobre la calle, se corrieron a un costado y se armó una pista de baile sobre el cemento de Riobamba al 100. Laura y una bailarina de su banda propusieron algunos pasos y todes las siguieron con entusiasmo y aplausos.
Luego llegó el momento de escuchar a la cantante Mora Navarro. Acompañada por su guitarra, Mora cantó con voz de terciopelo: “Por mis hermanas voy a luchar. Vivas nos quiero. Libres, sin miedo de ser lo que quieras ser. Vamos a gritar en nombre de las que ya no están”.
Y repitió: “Porque vivas nos quiero”…
Así terminó la Posta del 8 de marzo, que grita para decir basta y que acaricia el propósito de construir juntes otro mundo.
Porque, como dijo Susy: “No nos queda otra que hacerlo nosotres”.