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Mapumundi: Lef y una cartografía de la situación mapuche

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Lefxaru Nawel es ciudadano argentino de nacionalidad mapuche, werken (vocero) de la comunidad, abogado, profesor universitario, rockero y papá, entre otras cosas. Fue uno de los detenidos en julio por reclamar que se cumplan las leyes. Su mirada sobre el gobierno de las corporaciones, Occidente, el fin del cinismo, los cascarudos, el racismo y el odio, el progreso, el fracking, la pobreza, el agua, Vaca Muerta, la democracia y algunos datos sobre las utopías y el futuro. Por Sergio Ciancaglini.

Mapumundi: Lef y una cartografía de la situación mapuche
Lef en Newen Mapu. Fotos: ECYP Confederación Mapuche de Neuquén

Unos seres blindados con cascos, escudos, escopetas y borceguíes, se acercan a otros seres pertrechados con vinchas, ponchos y una extraña idea: no consideran que deban ser serviles, domados ni resignados, y se escuchan junto a la casa de gobierno, gritos y detonaciones mientras los efectivos (?) blindados siguen pegándoles en el piso a hombres mayores, zamarreando y castigando mujeres y a menores de edad, y cuando otras mujeres intentan ayudar a las capturadas los blindados las empujan, las agreden, las provocan, mientras un hombre de poncho se acerca para intentar liberar a una joven de esos seres con manoplas antidisturbios con nudillos reforzados, pero al hombre lo sacuden y le apuntan específicamente a la cabeza y por la espalda, conducta heredada al menos desde que en 2007 le reventaron el cráneo –también por la espalda– al docente Carlos Fuentealba, pero esta vez el efectivo (?) no alcanza a descargar el arma en medio de la confusión y los otros blindados detienen a la joven y a un total de 18 personas, una de ellas menor de edad, que manifestaban pacíficamente en reclamo de otra de sus extrañas pretensiones –que se cumplan la leyes y la Constitución– cuando dos de los detenidos, Lefxaru y Umaw, son obligados a sentarse en el piso con los brazos esposados a sus espaldas como delincuentes rodeados de policías, y les toman una foto que permite que un diario porteño que alguna vez creyó ser nacional tenga su tapa del día siguiente (21 de julio) mostrando a ambos con un título revelador de cierto fracking cognitivo: “Otra vez los mapuches”. 

Esposado, vigilado, en el momento de esa foto Lefxaru está por hacer y decir algo. 

Rock & power

Lefxaru Nawel (Lautaro Nahuel según el DNI) nació en 1987. Su mamá Noemí era empleada en el Poder Judicial. Su papá Jorge era tornero y hace mucho es logko (autoridad y referente) de la Confederación Mapuche de Neuquén. Jorge, 62 años, es quien intentó liberar a la joven de los policías, poniendo su propia cabeza en la mira policial. 

Lef no habla inmerso en el yo o el ego: los mapuche no usan las prótesis autorreferenciales que impregnan estos tiempos selfies. Cuenta las cosas con una voz cultivada en otro ecosistema mental: “Vivíamos en el oeste de la ciudad, la zona más pobre. En la primaria y secundaria más de la mitad de los chicos y chicas éramos mapuche. Las mujeres de la comunidad dijeron: ‘además de la escuela, los pibes tienen que estar en contacto con su identidad’. Armaron de la nada un centro cultural. Enseñaban alfarería, a trabajar en el telar, y aprendíamos allí también nuestra historia y el idioma mapuche que es el mapudungun. El telar y la alfarería no eran lo mío, y por suerte hay grandes artistas en la comunidad. Lo que sí aprendí fue el idioma y la historia, como le pasó a muchísima gente mapuche. Pero además ese centro era un espacio de encuentro para nosotros casi todas las tardes y fines de semana, eso era una alegría”. 

Si viajásemos a los 90, podríamos ver a un Lef de 10 años de edad, a su familia, sus amigos y amigas, a la comunidad entera desde abuelos hasta bebés, parando el gasoducto de Loma la Lata o recuperando tierras que intentaban quitarles pese a lo que dictaban la Constitución y los tratados internacionales firmados por el país como reconocimiento a los pueblos indígenas.

Si el viaje fuese 15 años atrás veríamos a Lef como werken (vocero) mapuche, organizando con su hermano y colega Umaw y varios compinches tomas y luchas: la palabra “lucha” anda a veces malversada, pero para la comunidad es un ejercicio territorial y físico permanente, no una metáfora, una expresión de deseos o un emoji. 

Además, los veríamos creando una experiencia asombrosa, Puel Kona (guerreros del este), un conjunto que hace música que puede tejer rock con ska, reggae, cumbia, chamamé o con toda la diversidad latina y folklórica o no del alimento orejístico de quienes dinamitaron muchos prejuicios. Teclados, batería, guitarra, saxo y trompeta se mezclan con instrumentos tan sonoros como sus nombres: xuxuka, kulxug, xompe, pivika. Umaw (que además es periodista) explica que nada de esto es música étnica: “Ni de ninguna de las etiquetas de la industria. Lo nuestro es rock mapuche, no somos indiecitos tocando la guitarra. Te venden culturalmente la imagen del indio derrotado, triste, borracho o artesano. Tampoco somos una caricatura con plumas, poncho y sikus. La realidad es distinta: tomamos nuestros instrumentos, luego los del rock, decimos lo que queremos decir, y podemos hacer un ska en mapudungun, y temas en castellano con una diversidad de instrumentos, musicalidades, idiomas, para que se difunda el mensaje”. 

En algunos geriátricos se supone que el rock podría estar colonizándoles la cultura. Amaru, otro de los integrantes de la banda: “A los referentes mayores les pareció algo bueno y positivo. Si tenés el apoyo de tu gente, lo que opinen los demás no interesa”. Podría planearse que son ellos los que se adueñan y recrean el rock y otros estilos, y no al revés: “Es que somos parte de un pueblo vivo”. Una vez en el escenario lo suyo no es una ceremonia: es una fiesta. “Siempre muy arriba: mucho power”. El poder, en el idioma que se quiera, atraviesa toda esta historia. 

Su primer disco fue producido y grabado por Goy Ogalde, de Karamelo Santo, y tiene un tema ilustrativo: Clandestino. 

“Clandestino en tu propia tierra.
Extranjero en tu propio origen.
Es nacer y ya estar condenados,
existir, pero ser invisibles”.

Cuando Lef lo escribió tal vez no sabía que esa letra sobre lo mapuche podría terminar siendo aplicada a una creciente porción de integrantes de la tribu argentina. Puel Kona no apoya la causa mapuche: es la causa mapuche. “O una partecita”, dice Lef, que jamás pierde de vista el todo. Fueron teloneros en los dos descomunales shows de Roger Waters en el Estadio Único de La Plata (2018) ante 50.000 personas cada vez y, cuando la irrealidad nacional y neuquina lo permiten, salen a recorrer con sus recitales power las comarcas a las que los invitan. Acaban de difundir el tercero de sus discos, Weftun, que se puede escuchar en las redes y muestra que este viaje de Puel Kona no apunta para atrás sino al futuro. 

10.000 personas apoyando a los mapuche. Umaw y Lef en el piso, esposados por la policía, por reclamar que se cumplan las normas constitucionales y legales de reconocimiento a las comunidades.

El doctor y las promesas

Otro salto en la vida: Lef estudió Derecho. “En un momento dejé, me parecía una farsa, y me concentré en aprender cada vez más el idioma, pero finalmente por el impulso de la comunidad que fue muy importante para mí, retomé la carrera y me recibí”. Es abogado de la Confederación e integra el Observatorio de Derechos Humanos de Pueblos Indígenas dedicado principalmente a las causas de los pueblos patagónicos mapuche y mapuche-tehuelche, en el que trabaja con apoyo del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Es profesor de Derecho Indígena en la universidad. 

¿Cuál es el conflicto que esta vez desató la represión, con Lef y Umaw esposados y detenidos? Explicación breve: “Nos despojaron hace 140 años de las tierras fértiles para mandarnos a las áridas, pero ahora esas son las tierras codiciadas por el modelo y las corporaciones. La historia es circular”. Tanto el Estado argentino como el neuquino reconocieron el derecho mapuche. Un interesante libro de autoría colectiva llamado Constitución Nacional, artículo 75, inciso 17, plantea entre otras cosas “reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos originarios”, garantizar el respeto a su identidad y “la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan”. 

Otro volumen, la Constitución de Neuquén (2006) va más allá. Asume la preexistencia indígena “como parte inescindible de la identidad e idiosincrasia provincial”. Anuncia que reconocerá la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que no serán enajenables, “asegurará su participación en la gestión de sus recursos naturales y demás intereses que los afecten, y promoverá acciones positivas a su favor” (políticos, petroleras y policías podrían estar padeciendo dificultades en comprensión de texto). En ambas constituciones se habla de “propiedad comunitaria”, que no es “propiedad privada” y que implica un uso para la vida, no para el mercado. Lef: “Yo vivo en el Lof Newen Mapu. Si un día me voy a vivir a otro lado no puedo vender la casa como si fuese mía. Queda para la comunidad, para otra familia”.    

Para materializar ese reconocimiento constitucional se estableció la necesidad de hacer un relevamiento de las tierras para otorgar la personería jurídica a las diferentes comunidades, hecho que en varios casos se ha concretado, y en otros sigue pendiente. Las cuatro comunidades que reclamaban ante la gobernación neuquina son Newen Kura (Rincón de los Sauces), Fvta Xayen (paraje Tratayén, Añelo), Kelv Kura (Portezuelo) y Ragilew Cárdenas (Picún Leufú) que arrastran la situación desde 2013 cuando la Corte Suprema de Justicia ordenó a Neuquén regularizar el reconocimiento y entregarles las personerías. “Fue un fallo importante pero los gobiernos se negaron a aplicarlo y solo buscaron entorpecer la aplicación de este derecho” relata Lef. 

Para que cada quien elija dónde está la violencia: “En 2023 se aprobó la ley provincial de consulta previa, libre e informada a las comunidades indígenas con personería jurídica y se puso un plazo para el registro de las que faltaban. La provincia no cumplió, por lo que en 2024 seguimos reclamando con acciones directas. En septiembre de ese año, el gobierno firmó un acta de compromiso de reconocimiento legal a las comunidades en un plazo de dos semanas. Tampoco lo cumplió. Semanas atrás, se comprometió en un acta a dar una respuesta en cinco días. Y otra vez lo mismo, siendo que tenemos todos los requisitos cumplidos: esa nueva mentira no fue admitida por las comunidades que definimos encadenarnos a la gobernación. Lo que falta es que el gobernador firme el decreto, pero no quiere hacerlo, porque entregar la personería obliga a que ante cualquier proyecto que involucre las tierras indígenas, se debe consultar y contar con la aprobación comunitaria”.   

El reclamo duró cuatro días. Lo que se pedía es cumplir con la Constitución, las leyes, el fallo de la Corte Suprema y el cúmulo de acuerdos y promesas de la propia provincia, pero la gestión encabezada por Rolando Figueroa mandó como respuesta al Grupo Especial de Operaciones Policiales a atacar a la comunidad mapuche. 

Lef, capturado y esposado, hizo dos cosas. 

Mientras la policía seguía pegando y persiguiendo, cantó a capela Cinco siglos igual, de León Gieco, tema que habla de soledad, ruinas, soberbia, mentiras, lealtades, tumbas, sueños del mal, tinieblas, flores, revoluciones, e informa: “Y aunque muchos no están, nunca nadie pensó besarte los pies”. 

Luego ante un teléfono que le acercaron Lef brindó la clave de la situación: “Esta es la respuesta del gobernador a la lucha histórica del pueblo mapuche, a la entrega de las personerías jurídicas que tienen fallo de la Corte Suprema y todos los requisitos reunidos. Este es el blindaje a las petroleras por parte de Figueroa que es ni más ni menos que un bufón de las empresas. Por eso a toda la gente que apoya a Figueroa, manifiéstense a favor del pueblo mapuche. Que nos dé las personerías jurídicas. Que cumplan los relevamientos. Que cumplan con los estudios de impacto ambiental y que no perforen el (lago) Mari Menuco. Mientras estuvimos acá estos días, hubo 10 sismos en la zona de Añelo (centro urbano del área de fracking para extraer petróleo y gas de Vaca Muerta, actividad que provoca los sismos). (Horacio) Marín de YPF, y Tecpetrol (del grupo Techint encabezado por Paolo Rocca) son responsables de todo lo que está pasando. Están matando la tierra, apaleando la tierra y así apalean a los que la defendemos”. 

La policía lo levantó del piso para llevárselo. Lef alcanzó a decir “marici wew”. Significa “diez veces venceremos”. Mientras lo trasladaban a la cárcel la gente reunida cantaba: “El pueblo mapuche vive, la lucha sigue y sigue”. Los ex medios de comunicación podrían conservar el título “otra vez los mapuches” porque promete seguir funcionando.  

Mapumundi: Lef y una cartografía de la situación mapuche
Parte de la comunidad Newen Mapu ante el Mari Menuco, embalse que abastece de agua a Neuquén, amenazado por el proyecto de 400 nuevos pozos: la gente frente a la política de regalarle recursos invaluables a las corporaciones.

Teoría cascaruda

Pasaron cuatro horas en la cárcel con las preocupaciones al revés: “Adentro estábamos preocupados por cómo estaría la gente afuera, nuestras familias. Aquí se usó la misma estrategia que en Buenos Aires: atacar primero a quienes registraban la represión para que dejaran de filmar. Después siguió la cacería, incluso contra personas que pasaban por ahí. Hemos visto a los gendarmes y demás integrantes de estos grupos y ninguno tiene la pupila sana cuando están ahí. El que me había agarrado y me aplastaba la cabeza contra el suelo con la rodilla me dice ‘quedate tranquilo’. Y yo le respondí: ‘Quedate tranquilo vos, que te tiemblan las manos’. Re alterados estaban. Vamos a presentarnos judicialmente contra el abuso policial en el operativo”. 

La policía actuó contra 60 personas que se manifestaban. Al día siguiente hubo una reunión en la ruka (casa) de la CMN que no dio abasto para 300 personas. Una semana después una marcha en Neuquén capital en apoyo a la comunidad reunió a 10.000 personas, una de las mayores de los últimos tiempos. “Sentimos mucho apoyo. Hay odio y racismo que se transmiten más que nada por las redes y los medios, pero no en la convivencia. Y hasta algunos que te atacan, después te ven en la verdulería y vienen a saludarte”.

Días más tarde otra comunidad mapuche, Lof Kaxipayiñ, de la zona de Loma la Lata, alertó la llegada de las petroleras y la policía. Nótese la mesura del comunicado que firmó el logko David Cuerqui: “Queremos manifestar total desconformidad por carecer de información, de consulta previa libre e informada como lo establece la Ley 3401 de la provincia del Neuquén y el Convenio 169 de la OIT y por tratarse de lugar sagrado para la comunidad tal como se lo anticipamos a YPF en reiteradas oportunidades. En tal sentido y para evitar futuros conflictos solicitamos a los organismos de control de la provincia del Neuquén y de YPF S.A. se establezca un espacio de diálogo para analizar de qué trata su proyecto y la garantía de no afectación a nuestra vida comunitaria, salud y seguridad”.

El logko pide diálogo. “Eso es lo que no quieren las petroleras. Saben que la razón está de nuestro lado y no tienen argumentos para debatir en serio” describe Lef. “Por eso nunca nos invitan a mesas ni a paneles sobre estos temas. Saben que no pueden discutirnos”. Si los mapuche no pueden participar, hacerse oír, escuchar, exponer sus razones, solo queda el prejuicio contra ellos.  

“Estamos en un gobierno de corporaciones. El caso de Marín en YPF es una demostración, trabajó siempre para Paolo Rocca, Techint y Tecpetrol. Las empresas escribieron el RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones) y tenés hasta al futuro embajador o los militares norteamericanos diciendo qué quieren que hagamos. Ya hay ni enmascaramiento”. 

Un hallazgo: “Con todo el furor de El Eternauta, yo decía que Milei y Patricia Bullrich no son los que deciden o gobiernan. Son los cascarudos. La democracia está controlada por los sectores de poder que se aseguran negocios por décadas apoyados por los medios. Es un pacto extractivista que no es cuestionado por la política, ni siquiera por los más audaces de los periodistas famosos, digamos. Son debates vedados. Por eso nos pasa que no estamos muy enfocados en discutir la última barbaridad que diga Milei sino el plan económico que hay atrás, que es lo que realmente nos está jodiendo la vida”. 

El gordo y el flaco

¿Qué sería el pacto extractivista? “Desde el gordo Dan hasta Pedro Rosemblat te dicen que hay que usar los recursos naturales, como si la agenda fuera usarlos o no. Es un falso debate. Lo que proponemos discutir es para qué y para quién usás esos recursos, quién decide y cómo los vas a usar. No es una discusión ambiental solamente, que es con lo que quieren bajarle el precio. Es una discusión económica, de soberanía y sobre todo de proyección. Porque si vos contaminás el agua del lago Mari Menuco que abastece a toda la ciudad de Neuquén, como quieren hacer metiendo 400 pozos incluso bajo el agua, no tenés alternativa productiva pero tampoco de vida, porque no va a haber agua”.   

En estos temas no se percibe la grieta: “Hay una situación de continuidad. Nosotros nos hemos plantado contra el acuerdo con Chevron, y todos estos años hemos confrontado con los proyectos apoyados por todos los oficialismos. El peronismo se victimiza, ‘no somos lo mismo que la derecha’. No se trata de eso, sino de cuestionar qué modelo de país estás planteando cuando hablás de Vaca Muerta, del litio, de la megaminería, poniendo siempre adelante a las empresas para que revienten el agua. Me hace acordar a Mad Max, la película donde la gente iba con los tachitos buscando que les dieran gotas de agua. Esto lo planteamos hace mucho y ahora hay una profundización que nadie discute. No es igual que gobierne la ultraderecha o el peronismo que tiene una idea de distribución de la renta. Eso no lo minimizo porque puede ser la diferencia entre que mucha gente coma o no. Pero es preocupante que las fuerzas que tienen posibilidad de gobernar tengan una actitud de entreguismo y servilismo, pensando que esa es la única forma de relacionarnos”. 

Preexistentes a Marx

La idea: si lo propio es valioso, ¿por qué no hacerlo valer? “Un caso que discutimos es el de las regalías. La propia Constitución neuquina plantea que deben ser usadas para buscar modelos energéticos alternativos, cosa que jamás se hizo”. Un caso llamativo es el de Noruega, potencia petrolera que cobra el 78% de regalías, entre ocho y diez veces más de lo que cobra Argentina (que tiende a dejar de cobrar hasta limosnas para que haya más inversiones extranjeras). Con esos fondos y lo que recauda la empresa estatal, el pueblo originario vikingo acumuló un descomunal fondo de pensiones con el que surfea las crisis del neoliberalismo. “Lo que hacen aquí con los recursos es como quemar tu casa para cobrar el seguro porque no tenés plata: vivís 6 meses, y te terminás quedando sin la plata y sin la casa”.

Explica Lef: “Dicen que Neuquén es la provincia con más ingreso per cápita, pero no dicen que es la más endeudada del país, con pobreza, desocupación cada vez más altas (segunda en la Patagonia),  es imposible alquilar, no hay gas, o es carísimo.  En las escuelas nos contaban el gran ausentismo de chicos que se enferman porque las familias para calentarse queman basura, que es lo único que les queda. ¿De qué progreso hablan? Ese modelo no es solo de Milei, es de las empresas apoyadas por toda clase de gobiernos incluido el peronismo. No se debate el extractivismo ni tampoco el alcance de la democracia y la partidocracia que plantean elegir un gobierno, cosa que es fundamental, pero se olvidan de todos los derechos”. 

Conviene aclarar que ese razonamiento no es de izquierda partidaria. Alguna vez Umaw planteó a MU: “No existimos para ellos, toman al pueblo mapuche como parte de la clase obrera, pero para nosotros no es así: somos un pueblo preexistente al Estado y también al marxismo”. Esto tampoco significa hostilidad, sino que los mapuches tienen la actitud de pensar por su cuenta, cosa que suele sorprender ingratamente a quienes los miran desde arriba. 

Datos sobre la utopía

Diagnóstico de Lef: “Occidente entró en la etapa del fin del cinismo y está mostrando su verdadero rostro. Te dicen en la cara lo que quieren, y no puede ser que eso no nos interpele. En Argentina hay una élite blanca porteño-centrista y pro-norteamericana que nos ha llevado a creer que lo único que hay que hacer es conseguir inversiones. Lo han hecho todo el tiempo y seguimos siempre igual o peor, en una realidad de mezquindad, empobrecimiento y miseria humana”.

¿Y entonces? “Los que estamos cuestionando al extractivismo tenemos que corrernos del ‘noísmo’, de decir solamente no, para animarnos a plantear debates. No alcanza con un discurso autocomplaciente que nos haga valorar nuestras propias palabras como quien se mira al espejo, sin cuestionar lo que se está haciendo. Capaz que alguno tiene una forma mejor, pero nosotros buscamos eso”.  

¿Por ejemplo? “Teníamos la fantasía de que con las redes se iba a pluralizar el pensamiento, y pasa lo contrario. Frente a ese cinismo y la crueldad, reivindicamos la solidaridad de la comunidad no como un planteo ingenuo sino como una construcción práctica y cotidiana”. 

Los mapuche usan las redes y la comunicación, pero no quieren ser usados por ellas. “Queremos salir de la situación de supervivencia y plantear de qué manera queremos vivir un proyecto político que represente el küme felen, el buen vivir pensado como una manera de relacionarse con la naturaleza que no sea destructiva y que permita una proyección de vida. Donde haya participación en la gestión de los recursos y los bienes y las decisiones. Somos ciudadanos argentinos de nacionalidad mapuche. No somos el problema, somos parte de la solución. El pueblo argentino, como nosotros, sufrió un genocidio, pero las propuestas políticas siempre son elegir el mal menor,  vivir dentro del neoliberalismo, resignarnos. Un pueblo resignado es un pueblo muerto. Necesitamos otros modos de existir si queremos un futuro”. 

Enumeración de posibilidades: “No nos va a salvar la oposición, no nos va a salvar el Congreso ni Comodoro Py, ni Clarín y TN. Lo que tenemos que defender con toda la fuerza es nuestro derecho, con la verdad por delante pero también poniendo el cuerpo y la energía no solamente en resistir esta realidad difícil, sino en proyectarnos”. Defiende algo que llama “la renovación de las utopías”. Pero en modo mapuche todo tiene otro significado. La utopía es por definición el no lugar, el lugar ideal, pero que no existe. En este caso las utopías se refieren a lugares y territorios concretos. Y a acciones: “El desafío es unir las luchas y desde abajo plantear alternativas que realmente cuestionen lo que está pasando”.  

Cachetes y planes   

A Lef la sonrisa se le abre al infinito al hablar de donde vive, en la periferia de Neuquén: el lof Newen Mapu (energía de la tierra, o tal vez la tierra de la energía). “Ustedes vinieron y conocieron esto cuando no había nada. Hemos construido mucho, con una potencia enorme y mucha fuerza. Nuestros hijos se crían aquí. Mi hija Liq se crio aquí y ya es una mapuche que nació en un territorio libre”. 

Liq tiene dos años, una mirada que está tratando de comprender al mundo, y cachetes XL. Lef me cuenta cómo la comunidad Kaxipayiñ logró echar por segunda vez a YPF, dejando que realice tareas de mantenimiento, pero impidiendo que intenten convertir al embalse Mari Menuco en un colador de contaminación. 

Me habla de Weftun, el disco de Puel Kona con canciones dedicadas al agua y las semillas sin venenos, a lo plurinacional y a ese enigma llamado amor. El nombre del disco reúne en una palabra muchas cosas: resistencia ante los problemas, pero también reconstrucción, personal y colectiva. Frente a la descomposición, recomposición y revitalización. Frente a lo pasivo, lo activo. La noción de recuperar el poder de proyectar y de hacer. Y una idea que sobrevuela todo el álbum: renacer. Seguirá la conversación mucho más allá, pero más acá Lef aclara: “Por eso hay algo que está en nuestra cosmovisión: frente a los planes de muerte, los planes de vida”.   

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Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

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Cuatro detenidos, al menos cinco heridos. Una jubilada que quedó inconsciente al ser golpeada por la policía (video). Mujeres, periodistas, fotoreporteros y un sacerdote agredidos y esposados. En la foto de portada se ve al cura Paco Olveira y a Fidel Bravo esposados en el celular, y en primer plano al policía que atacó al periodista de lavaca. La denuncia presentada por Periodistas Argentinas y AReCIA y las deficiencias judiciales. A ocho meses de los ataques al fotógrafo Pablo Grillo y a la jubilada Beatriz Blanco, las marchas de uno de los sectores más castigados de la sociedad reclamando por sus haberes licuados siguen provocando una respuesta gubernamental recurrente: la violencia.

Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi

Fotos: lavaca.org / Juan Valeiro

Hace dos semanas que la marcha de jubilados y jubiladas empezó a anunciarse en distintos horarios y no sólo a las 15 horas como es habitual. La convocatoria es para gambetear no sólo los inusitados operativos policiales, sino también un sol que se va recalentando, como tantas cosas. Este miércoles la Mesa Coordinadora de Jubilados y Pensionados convocó a las 17 horas. Pero cuatro detenidos y al menos cinco heridos antes pasó de todo. 

Primero fueron los whatsapps que se viralizaron con un mensaje urgente: “Detuvieron al padre Paco”. Todavía no eran las tres de la tarde. Las fotos mostraban al sacerdote esposado, sentado en el suelo, con el fotoperiodista Fidel Bravo, sobre Callao y Rivadavia. Lo subieron a un móvil policial. “¡Suelten al padre Paco, fachos pobres!”, gritaba una señora a un batallón de oficiales de la Policía Federal y Gendarmería que, detrás de las vallas, por las dudas convocaron a un camión hidrante. Del otro lado, los manifestantes no llegaban a 20.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

Nora, la jubilada agredida que quedó inconsciente (abajo, el video del momento en que la golpearon).

lavaca se acercó hasta el estacionamiento frente al Senado, un lugar extraño para alojar detenidos, que las fuerzas al mando de la ministra Patricia Bullrich utilizan con frecuencia. Allí no estaban. “Fijate en las camionetas sobre Rivadavia o si no da vuelta al Congreso”, dijo un policía.

Sobre Rivadavia, un manifestante señaló el móvil al que los habían subido. Otro policía señaló: “Están en Hipólito Yrigoyen y Combate de los Pozos”. Ambos detenidos estaban sobre esa esquina, en el vehículo de la Unidad Judicial Móvil de la Superintendencia de Investigaciones Federales, patente NSN186.

“Ya salen”, informó un policía.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

Los carteles de jubilados, como editorial político.

Foto, anteojos y la lotería

La puerta del móvil estaba abierta. En los asientos delanteros, Paco y Fidel. Ambos sujetados por las mismas esposas, Paco de la muñeca izquierda y Fidel, de la derecha (foto principal de esta cobertura).

lavaca fotografió el momento y también lo filmó, cuando uno de los policías se acercó con violencia y empujando. “Te dije que ya salen, no me hagas poner violento”, dijo, como si la violencia fuera la de un periodista haciendo su trabajo al registrar la detención de un cura y un militante. Luego llevaron a Paco y a Fidel dentro de una casa de Lotería, porque un estacionamiento no bastaba para el surrealismo represivo.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

El padre Paco Olveira con la frente ensangrentada por un golpe policial.

Al quedar liberado, Paco Olveira dijo a lavaca: «Me pasó lo que te pasó a vos, que por querer hacer una foto casi te tiran al piso. En nuestro caso, primero hicimos un par de vueltas al Congreso, un rato antes de las dos. Estábamos por cruzar la valla pero paramos ahí, en la vereda. Empezaron a empujar a los jubilados. Como iba a terminar uno en el piso, les digo ‘vamos a rezar un padre nuestro’. Ahí al compañero (Fidel Bravo) le agarraron la bandera argentina y él la defendió. Lo tiraron para atrás y yo me agarré a él. Así, si lo llevaban, me llevaban a mí también. Creo que por eso estamos libres los dos; si no, el pobre iba a estar preso”.

–¿Les imputan algo? Hablaban de resistencia a la autoridad. 

–Sí, nos notificaron de supuesto atentado y resistencia a la autoridad. Igual no pude leer porque me rompieron los anteojos (muestra que falta el lente derecho). Con un ojo sí y otro no, no puedo ver nada, y no nos dieron copia.

Paco agradeció la solidaridad –entre quienes se acercaron estaba el diputado Eduardo Valdés y el secretario general de ATE Capital, Daniel Catalano– y emprendió la vuelta a la plaza con la mochila abierta: “También me la rompieron”.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)
Jubilada en marcha.

La denuncia de Periodistas Argentinas y AReCIA

Antes de regresar a la cobertura, los periodistas de lavaca fueron a hacer la denuncia a la oficina del Ministerio Público Fiscal de Combate de los Pozos, donde siempre llevan a los detenidos de los miércoles a fichar. La repuesta habla de la deficiencia judicial de prevenir los ataques a la prensa: informaron que la atención era de 9 a 15 horas y derivaron un 0800.

Llamamos: hubo veinte (20) minutos de demora porque había cuatro personas en espera. Cuando atendieron la charla duró apenas cinco minutos; al explicar la causa del llamado, tras una breve y burocrática respuesta, cortaron. Un nuevo llamado permitió acceder al mail a donde presentar formalmente la denuncia. Para cuando finalmente la concretamos ya podíamos adjuntar los videos de los brutales ataques que sucedieron después de intentar, en vano, evitarlos.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

El policía intentando impedir que lavaca fotografíe a los detenidos.

Los periodistas que fueron a esas oficinas son Claudia Acuña y Lucas Pedulla, que en representación de la Asociación Civil Periodistas Argentinas y la Asociación de Revistas Culturales e Independientes de Argentina (AReCIA), respectivamente, presentaron un habeas corpus en diciembre de 2023 para prevenir estos ataques que, desde la fecha hasta hoy, se reiteran y agudizan. La causa tuvo su laberinto hasta que la Corte Suprema resolvió este martes la competencia del juzgado. Allì presentamos este martes el pedido de tratamiento urgente.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)
Una de las marchas de este miércoles.

Gente marcada, mujeres golpeadas

En Congreso, una de las tantas marchas ya había empezado. La disposición del espacio era la habitual: vallado de punta a punta de la plaza, tránsito bloqueado y efectivos de la Policía de la Ciudad acordonando los alrededores para evitar que la movilización doblara por las calles aledañas. El mismo cordón aguardaba sobre Sáenz Peña para que el reclamo no se dirigiera hasta la Rosada.

Todo parecía lo habitual, pero los policías de la Ciudad –chalecos celestes– recibieron una indicación en sus handies.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

Bastón en mano, la policía de la Ciudad agrediendo a manifestantes previamente «marcados» por la Federal: surrealismo e inutilidad represiva.

“Al de gorrita negra, a tu izquierda, gorrita negra”, decía la voz que salía de los aparatos. Hacía allí fueron cinco agentes para rodear a un muchacho de gorrita negra. Al detenerlo y llevarlo detrás del cordón, Estefanía, una joven integrante de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, fue golpeada en el ojo por un policía varón, lo que revela la idoneidad de los cordones bullrichistas. 

La tensión policial escaló. Los mismos oficiales siguieron marcando personas. En el intento por detener a otras, la gente se defendió y los policías avanzaron con los escudos y a palazos. Así empujaron a Nora, una jubilada de 70 años que acompaña todos los miércoles. La socorrió Nicolás Chiarini, el mismo joven que le salvó la vida al fotógrafo Pablo Grillo –de cuyo ataque este miércoles se conmemoran ocho meses–. 

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

Nora, 70 años, golpeada por la policía.

Otro de los marcados y cazados con violencia fue Nicolás Ríos, fotógrafo y militante de Convergencia Socialista. Al rato fue liberado y contó: “La misma Policía de la Ciudad me dijo que me detuvo porque dos horas antes me había marcado la Federal, mientras filmaba el inicio de la concentración. Les expliqué que yo no estaba haciendo nada y me largaron”.

En la Plaza la estaban atendiendo a Micaela Acevedo, fotoperiodista, a quien le partieron la ceja de un palazo. “Estábamos delante de todo, filmando, y empezamos a ver que estaban señalando gente. De repente, vino el jefe de policía y me pegó un palazo en la cara”, le dijo a lavaca, sentada en un banco de la plaza.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

Micaela, palazo en la ceja.

Al su lado apareció en escena nuevamente el padre Paco, esta vez no detenido pero sí con la frente ensangrentada, llevado por el Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA Argentina). 

–¿Estás bien?– le preguntó Micaela.

–Mejor que vos, querida –respondió el cura–. No sé si me dieron con un palazo o con un escudo, de la nada vinieron a pegar. 

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

La capacidad de movilizarse pese a todo, y el triste rol policial.

Videollamada para la jubilada

A unos metros, sobre la plaza, estaba Nora, la jubilada que la Policía de la Ciudad había tirado al suelo hacía unos minutos.

Para dimensionar: la caída de Nora fue, en cuanto a la violencia, parecida a la de Beatriz Blanco (jubilada golpeada el mismo 12 de marzo que hirieron a Pablo Grillo), con todo el peso del cuerpo hacía atrás, cabeza contra el suelo. Después de la atención, Nora estuvo unos minutos inconsciente.

Al lado de Nora estaba su hijo Emiliano, fotógrafo como Micaela, la reportera herida en la ceja, que para colmo, es su pareja. Emiliano primero lloraba, pero luego se fue aliviando. De a poco su mamá, todavía acostada en el piso, se fue recuperando luego de estar varios minutos con la presión muy baja. La tensión se apoderó de la plaza mientras el CEPA y la CPM intentaban reanimarla. El SAME, por su parte, tardó varios minutos en llegar. Y antes de enviar una ambulancia, pidió hacer una videollamada con la jubilada herida: otra escena insólita. 

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

Videollamada para diagnosticar a una mujer reprimida.

–¿Se cayó?– le preguntaron del otro lado del teléfono. 

–Me tiraron– respondió Nora.

Tras la videollamada con el SAME, ya repuesta, la mujer le cuenta a lavaca: “Estaba a 4 metros de la policía y de repente se vinieron a donde estábamos, corriendo. No me lo esperaba y me llevaron puesta, me pasaron por encima”.

¿Por qué no faltás nunca los miércoles? “Siempre he salido a la calle cuando me parece que es injusto lo que pasa, más que nada porque tengo tres nietos”, dice y es la primera vez desde el golpazo, que hace una mueca risueña. “A mis nietos los cuido, no quiero que salgan; pero en mi caso, es imposible no salir cuando ves tanta injusticia”. La ambulancia llegó unos minutos después y Nora y su hijo se subieron.

De fondo, por Hipólito Yrigoyen, estaba pasando la cuarta marcha de la jornada. 

Recién eran las 17:07, horario de la convocatoria oficial. 

La marcha, estaba arrancando. Pese a todo lo anterior: pese a todo.

(En el comienzo de este video se observa el momento de la agresión a la jubilada).

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Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

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Un miércoles con marchas separadas, y gente buscando recuperar la iniciativa, la creatividad y la fuerza de reunirse. Imágenes sobre Boca, el peronismo, las traiciones, la CGT, el Garrahan con aumentos, y algunas ideas para salir del corralito.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

Fotos: Juan Valeiro

“Miércoles de jubilados”, anuncia un grafiti pintado de rojo en medio de la plaza de los dos Congresos. La proclama denota una costumbre. Lo habitual. Algo que se hizo norma y, como tal, tiene su costado positivo y otro que no tanto. 

Este “miércoles de jubilados” tiene algo particular, distinto al resto, que rompe la costumbre, lo habitual, lo normal: esta vez, un grupo convoca a las 14, otro a las 15 (como venía sucediendo) y otro a las 17. En conjunto (y separados) forman una síntesis de lo que es hoy la fragmentación de las luchas en Argentina.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

La calle y lo colectivo.

La organización de Jubilados Insurgentes es la que llega primero. Pasadas las 14, ya andan haciendo semaforazos y marchando alrededor de la plaza. Las canciones, esta vez, sobre todo apuntan a la CGT (Confederación General del Trabajo), que en esta misma jornada eligió su nueva conducción hasta 2029, que seguirá en forma de triunvirato: Octavio Argüello (Camioneros), Jorge Solá (Seguro) y Cristian Jerónimo (empleados del vidrio). La elección llega en medio de los crecientes rumores por parte del Gobierno nacional de avanzar con una reforma laboral. 

Boca River y el recibo

Armando, vecino de Barracas, tiene 75 años y dos esperanzas: “La primera es ganarle a River el domingo”. Boca –su Boca– siempre le genera ilusión, aunque la situación del equipo a veces lo tira para atrás: “Ver a algunos jugadores me la quita”.

Cualquier comparación con la política no es mera coincidencia, se ríe, y por eso cuenta lo otro que lo esperanza: “Venir a marchar todos los miércoles”. Su jubilación ya no le alcanza y pregunta si hace falta mostrar su recibo: “Son 390 mil pesos en la mano”, dice, moviendo la cabeza. “Se hace re imposible. Por eso venimos: aunque nos den un palazo en las elecciones, vamos a seguir luchando”.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

Asamblea a megáfono abierto.

Su análisis: “El peronismo no está unido porque hay mucho traidor. Hay una CGT quieta, que hoy se renovó, pero muchos sindicatos no aportaron nada. Recién ahora el Garrahan consiguió algo, pero a los jubilados nos siguen pisando. Encuentro el déficit en la falta de unión del pueblo porque somos pocos los que venimos todos los miércoles. Necesitamos más apoyo. El único apoyo es la prensa”.

Se pregunta por qué no hay más políticos que acompañen: “Si ellos nos representan, ¿por qué no pelean con nosotros? Como dijo Perón, con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes. Por eso perdimos: pelean por un cargo pero cuando hay que salir a pelear de verdad, no los veo”.

Entre Boca y la CGT, Armando mueve la cabeza. Pero mantiene su esperanza.

Asamblea en el corralito

Una vez que los jubilados terminan de dar la primera de las varias vueltas que hoy se caminan, proponen algo no habitual, no normal, distinto, “porque algo diferente tenemos que hacer, así no va más”. Un concepto que representa una buena dosis de sabiduría: “Es bueno reconocer cuando no sabemos bien qué hacer”.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

Zulema agarra el megáfono y dirige la batuta. En 3, 2, 1 se arma una asamblea espontánea en la calle con un objetivo: “Que hable quien tenga alguna propuesta concreta para pensar qué hacemos y definir cómo seguimos, coordinados, para que no quede cada uno con su librito”.

Así empieza a pasarse el megáfono de mano en mano, como un ejercicio de democracia participativa en peligro de extinción.

Uno invita a reunirse “todos juntos” en la CTA Autónoma, este próximo viernes y pensar “entre espacios que pensamos distinto un plan de lucha común a encauzar”.

Otra dice que ya no alcanza con esta concentración de los miércoles, que hay que pensar “acciones más allá de esta vuelta a la plaza que nos obliga a hacer este gobierno cada miércoles y entre vallas”. Alguien agrega: “Esto parece un corralito. Cortan todo el tránsito del centro y nos dejan adentro para que marchemos”.  

Otro aporte: “Pero no podemos irnos de acá, lugar emblema de nuestra resistencia; quizás hay que buscar otro espacio, pero en las inmediaciones del Congreso”.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

Nunca se deja de marchar.

Un jubilado propone ir a Tribunales. Pero ni bien termina de formular la idea, plantea el primer problema: “Aunque claro, ir allá a las 5 de la tarde no tiene sentido, ahí a partir de las 3 no queda nadie”. 

La CGT y el aumento al Garrahan

Alguien sugiere aprovechar que la CGT tiene nueva conducción y marchar hacia allá “por lo menos un miércoles”. No termina de formular la iniciativa que llueven los insultos a la Central sindical. “Pongan a quien pongan es lo mismo, porque el problema es la dirección que tienen y ya sabemos que van a pactar por la reforma laboral. Son unos traidores”. Debe aclararse que la definición de “traidores” es la más suave y elegante que se propinó a la central sindical.   

Otro se envalentona: “¿Alguien cree que ahora nos van acompañar? No vinieron nunca a luchar con nosotros, son ellos quienes nos empujaron a venir acá por las nuestras, porque les importamos tres carajos. Esta mañana solo cambiaron figuritas”.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

Le da pie a un jubilado con el pelo color ceniza que en menos de tres minutos resume la historia del sindicalismo argentino y hace un homenaje: “Hoy se cumplen 50 años de la muerte de Agustín Tosco, uno de los referentes del Cordobazo, que logró evitar lo que buscaba la dictadura: implementar la jornada laboral de 12 horas. Con este gobierno estamos retrocediendo medio siglo”.

Tras el desahogo contra la CGT, el enojo sigue: “Ayer se conoció el aumento a los trabajadores del Garrahan y hoy ellos tendrían que haber mandado alguna delegación solidarizándose con nosotros. Su aumento fue un logro colectivo por tantos espacios que los apoyamos”.

Obelisco y tres ideas

La asamblea vuelve al tenor inicial propositivo. “Otra opción es concentrarnos en el Obelisco”, dice uno, pero otra con más canas y experiencia le recuerda: “Enfrente hay una base de la Policía de la Ciudad. No es el punto más estratégico”.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

Acuerdan tres puntos:

1) seguir viniendo al Congreso, pero seguir pensando el cómo y el dónde;

2) hacer otras acciones por fuera del Palacio Legislativo;

3) pensar nuevas estrategias para el próximo miércoles.  

Termina la asamblea espontánea y Zulema de Jubilados Insurgentes le dice a lavaca: “Todavía no decidimos nada en concreto, será un proceso de pensar qué es lo mejor. Lo que se viene es muy groso y el gobierno está envalentonado con la última elección, por eso no queremos dejar que se asienten, este tiempo es clave para seguir reclamando por nuestros derechos. Nuestra responsabilidad es no dejar este espacio vacío que venimos llenando hace tanto”.

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Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

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La noticia del día: el próximo 18 de noviembre fue citado a indagatoria el policía Pablo Alexis Aldama, sospechoso de haber agredido a la jubilada Beatriz Blanco (foto principal) haciéndola golpear de nuca contra la vereda. Fue algo de lo mucho que dejó este miércoles en el que jubiladas y jubilados marcharon pese a la habitual fumigación de gas pimienta por parte de las fuerzas de seguridad, que vallaron toda la zona de Congreso impidiendo el tránsito. Reflexiones pos electorales, propuestas de exportación, dilemas complejos, carteles lúcidos, cómo combatir el EPOC, y la certeza de seguir en la calle.

Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

Beatriz Blanco (en la foto de portada) es la jubilada que fue gaseada y empujada por la Policía Federal el 12 de marzo pasado –el mismo día que el fotógrafo Pablo Grillo fue atacado por una granada de gas lacrimógeno, y Jonathan Navarro por un disparo que le hizo perder la vista de un ojo–.

La imagen de Beatriz golpeándose la nuca contra el suelo dio la vuelta al mundo por lo violento: le causó un traumatismo encéfalo craneano, una herida cortante y problemas oculares permanentes.  

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Pero está viva para contarla. Beatriz tiene 82 años y un empuje que no merma ni con un golpe ni con una elección adversa. Este miércoles –como siempre– vuelve a caminar con su bastón cobrizo entre manifestantes y fuerzas de seguridad –federales, gendarmes y policía porteña–.

Sobre el domingo: “La gente ya no cree en soluciones porque ya no cree en nada, hace mucho que no se le da nada. Y además tiene miedo, y eso se nota en que cada vez hay menos gente involucrada, con temor a la represión, a quedarse sin laburo, y ahora encima a que le suban las horas de trabajo. Se van corriendo los límites, así estamos”.

Pero hay un lado positivo del “así estamos” de Beatriz. Este martes 28 de octubre el Juzgado Criminal y Correccional Federal 1 llamó a declarar al presunto policía que la agredió: “Existiendo en autos motivo bastante para sospechar que Pablo Alexis Aldama ha participado en la comisión de un delito de acción pública, cíteselo a los efectos de recibirle declaración indagatoria, fijando audiencia para el día martes 18 de noviembre de 2025”.

Dice Beatriz: “Lo quiero ver, le quiero hablar y decirle gracias. Gracias por pegarme, gracias por romperme la cabeza y el ojo; y gracias por romperme la cadera”. Lo dice con su voz suave y tranquila de siempre, y enfila con su bastón hacia la marcha.  

“Será largo lo que viene”

Detrás de Beatriz la Policía Federal va cercando a la gente que reclama en la vereda sobre la plaza de los Dos Congresos a la altura de Rivadavia y Callao, y la intima a pasar del otro lado de la valla.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

La frontera en Congreso. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Un hombre –con un gorro en el que se lee “jubilado testarudo”–, se acerca a Beatriz y suspira: “Será largo esto, muy largo”. No habla de hoy sino de lo que vendrá. Habla de la época. Mientras, los federales se acercan un poco más. La mayoría sin identificación. Se arrima otro jubilado y se arma una especie de asamblea que reflexiona sobre los comicios recientes: “Nos va a costar un pulmón o dos todo lo que viene, todas las reformas que el gobierno intentará hacer”. Otra voz plantea entre el sonido de redoblantes y trompetas: “La mayoría del pueblo eligió seguir estando mal por miedo a que se descontrole todo esta semana”. 

La Policía Federal termina de acorralar a los pocos manifestantes –y a los muchos fotógrafos– que aún quedan del lado del Congreso hasta terminar de cerrar la hilera de vallas. A la tensión le sigue una serie de gaseadas que deja a 11 personas heridas, según la Comisión Provincial por la Memoria.

Otra jubilada, señalando a la policía: “A esta gente la compadezco: sus dirigentes haciéndose los guapos en canales de stream y ellos acá poniendo el cuerpo”. 

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Geopolítica. Foto: lavaca.org

La pierna de Fernando

Fernando Quintero caminaba por la vereda y fue atropellado hace 9 años por un colectivo que había perdido el rumbo. Le amputaron la pierna derecha.

“Pero hace cuatro meses me sacaron la pensión” cuenta a lavaca, y al contarlo se le inundan los ojos celestes. Fue una segunda amputación.

¿Cuánto era la pensión? “263.000 pesos”.

¿Y cómo sigue la cuestión? “Me dieron un turno para que un médico certifique que no tengo una pierna. El turno es para abril”. Todo ocurre en órbita de la ANDIS, agencia de discapacidad de notoriedad pública. Gracias a la aplicación de este tipo de motosierra, el gobierno sostiene que logra equilibrio fiscal.

Tal vez esta foto sirva para que alguien certifique antes de abril que a Fernando Quintero le falta la pierna derecha. Y que le devuelvan la pensión.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Fernando Quintero. Le amputaron una pierna, y la motosierra oficial también le mutiló la pensión de 260.000 pesos. Lo citaron en abril, para certificar que le falta la pierna derecha. Así se logra el equilibrio fiscal. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

“Llenar las calles de pasos”

Mientras tanto, dos drones de las fuerzas de seguridad sobrevuelan la escena. Filman desde arriba lo que expresa otro jubilado en un cartel: “Derrotados son los que dejan de luchar”. 

También graban a Carlos, 73 años , con un cartón en las manos pensando en lo que pasó en las elecciones, pero sobre todo mirando a futuro: “Acá no se rinde nadie”. Lo justifica cuando habla: “Por un resultado electoral en contra no se desarma el reclamo. Al contrario. Hasta que no haya una mejora en los remedios y en las jubilaciones esto va a seguir y se va a incrementar porque seguirán mandándose cagadas. Yo confío en que el pueblo va a reaccionar”.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Jubilado gaseado. Hubo un total de 11 heridos. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Alicia, de Jubilados Insurgentes, resume cómo estamos: “En las ciudades inundadas, como Bahía Blanca, Milei no les dio un peso y ganó igual. Es difícil de comprender. Somos masoquistas”. 

Y comparte su alternativa: “Hay solo una salida: llenar la calle de pasos”.

Motosierra, medios y comercio exterior

Eduardo tiene 79 años, cumple 80 el 30 de marzo. Leva un gorro piluso y un cartel que es una propuesta de comercio exterior: “La solución argentina: exportar libertarios a los Estados Unidos ¡hasta agotar el stock!”

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Eduardo. A los 9 años lo mandaron del colegio a su casa porque se producía el bombardeo de las FF.AA a Plaza de Mayo. «Así que estamos acostumbrados, siempre peleando».Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Es un hombre de sonrisa fácil: “Los medios de comunicación hacen un aporte importante a la confusión, a que la agente no razone. Te dicen que es mejor esto que lo otro, pero no está muy claro qué es lo que está bien o lo que está mal. Te hablan del peronismo, y yo pregunto: ¿se entiende qué es el peronismo? Entonces es difícil. Por eso lo que me parece importante es seguir acá, sin resignarse, tratando de lograr lo mejor”.

Cree que es una época complicada. “Pero mirá: cuando yo tenía 9 años iba al colegio que está frente a Plaza Lavalle, al lado del Colón. Y un día nos mandaron a todos para casa. Habían empezado el bombardeo a Plaza de Mayo de 1955. Duró cuatro horas. Mataron como a 300 personas o más que iban por la calle tranquilamente. Uno no se puede olvidar nunca de algo así. De cómo mataron. Pero se peleó, se peleó después cuando fue la proscripción, cuando estuvieron los militares, cuando estuvo Menem, después en el 2001”.

Fernando trabajó en mil oficios. Fue empelado en casas de cambio, vendedor en comercios, y tuvo un oficio por el que merecería un lugar en el gabinete nacional: vendía y reparaba motosierras en el Once. “Pero eso me enfermaba, por el humo de los motores”. Tuvo otro negocio de venta de repuestos de autos. “Pero me fundí en la época de Menem, con todo lo importado”.

Pone una mano en el hombro del cronista: “Así que estamos acostumbrados. Siempre peleando”.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Cacerola y máscara antigas. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Un camino entre quienes piensan parecido

Rubén y Mario integran el Movimiento Activo de Trabajadores y Jubilados (MATyJ). “Hay una clase media y un sector muy pobre con miedo a perder lo poco que tiene”, piensan. Recuerdan la época de Carlos Menem: “En el 95 le llamamos el ‘voto cuota’, muchos sectores votaron por miedo a que todo explote”.

Keiko, también de Jubilados Insurgentes: “El peronismo no tiene programa. La Libertad Avanza tiene: te vamos a hacer mierda. Es su programa. ¿Y los otros? ‘Freno a Milei’, te dicen. Eso no es un programa. Hasta Menem tuvo una propuesta, con salariazo y revolución productiva, que después fue todo mentira. Y otra cosa: ¿cómo el candidato va a ser Taiana, que tiene mi edad? ¿Por qué no ponen a otro pibe como vos?”. Alguien la escucha y observa: “La derecha sí se renueva”.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

El sacerdote Francisco Olveira, o padre Paco, está frente a la policía. Piensa dos cosas: “Una es que el apoyo de Trump y Estados Unidos influyó mucho porque hasta yo, si no pensara como pienso, votaría a Milei porque la sensación era que se iba todo a la mierda, lo cual no quita que eso ocurra, pero más adelante”.

¿Y lo otro? “Lo otro es que hay muchos hijos de puta, con perdón de las chicas de AMMAR que quiero mucho, que les importa un carajo el 3% de Karina, que promulguen leyes sin financiamiento, lo que le hacen a la gente del Garrahan, a los jubilados, a las personas con discapacidad”. Sintetiza: “Muchos que solo votan a otro hijo de puta”. 

El padre vive en el asentamiento Esperanza, en Merlo, oeste del conurbano. “Los sectores más pobres que habían votado a Milei se dieron vuelta, salvo este sector que te marco. Te cuento un ejemplo: la provincia está completando una obra que tenían que hacer las ISU (Integración Socio Urbana) a nivel nacional, y un vecino que es mileísta sacó fotos trucadas diciendo que como habían perdido las elecciones, se estaban llevando las máquinas”.

Paco mastica bronca, pero dice que la salida es seguir estando en la calle. ¿Y hacia dentro? “Me gustaría que Bregman y Grabois se sentaran a charlar. Debería ser un camino, entre quienes pensamos más o menos lo mismo. Pero no sé si pueda darse en nuestra Patria”. 

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

“Si tirás la toalla, perdemos”

Guillermo, 77 años y vecino de Ituzaingó, es jubilado metalúrgico. Estuvo algunos miércoles sin venir porque tiene EPOC y está medicado. Tiene un cartel con dos palabras: “Voto luchar”. Piensa que hay mucha gente que sabe que está mal, pero no quiere estar peor: “Saben que el peronismo no es alternativa porque no luchó en dos años. La CGT, tampoco. Pero la izquierda algo creció: siempre está acá y eso se paga. Conozco muchos peronistas: hay gente enojada con su dirigencia, porque perdieron y se dividieron más: se peleaban por octubre, ahora se van a pelear por las elecciones de 2027, pero no están peleando con la gente acá. Si hubieran hecho algo, ganaban con todo el apoyo”. 

-¿Por qué seguís viniendo con tu EPOC y todo este contexto?

-Venir acá te cura, te da pila, es un remedio. Te mantiene ligado con tu realidad. ¿Voy a sentarme en una silla de paja a ver cómo pasan los vecinos por la ventana? ¡Me pego un tiro! Hay que creer en la lucha, creer en las calles. Hay que subir al ring aunque te caguen a sopapos, porque si tirás la toalla, perdemos. Nosotros vamos por el round final.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Imagen en la plaza de Congreso.Foto: lavaca.org

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