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Llueva o truene: otro miércoles de gases, coreografía y resistencia

Una especie de “Bailando bajo la lluvia” fue lo que hicieron jubiladas y jubilados este miércoles, llevando de acá para allá a policías, gendarmes y prefectos que no atinaban a aplicar el inútil protocolo oficial, salvo atacándolos con gas pimienta. Ni con esa violencia absurda y desproporcionada pudieron. Los + 70 bajaban a la calle, subían a la vereda, iban a contramano, cambiaban de dirección. El fondo de la cuestión sigue siendo el mismo: personas que reclaman porque trabajaron toda su vida y a las cuales el gobierno les licuó sus haberes. Lavaca conversó con quienes enfrentaron a la lluvia y el frío, que parecen saber de sobra lo que significa resistir. Mensajes para las elecciones de octubre, la locura actual, las ollas en el país rico. ¿Cómo ir a una marcha con este clima meteorológico y político? La descripción de lo que viven, la alegría de moverse, y para colmo, la invitación a otra marcha para este jueves, por el Garrahan.
Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi
Fotos: Juan Valeiro
Un jubilado marcha y al mismo tiempo grita exaltado “contra viento y marea”.
Lo dice al aire, una y otra vez.
Contra viento y marea; contra viento y marea.
Segundos después Luis le dirá a lavaca, mientras las gotas de lluvia se le esparcen por la pelada, por la cara, por todo el cuerpo: “Cómo no voy a gritar contra viento y marea. Tengo 75 años y acá hay gente de 80 y pico bajo la lluvia. No tenemos nada que perder, a mí me da lo mismo estar muerto que vivo, te digo la verdad”.

Policía Aeroportuaria (?) movilizada contra la marcha de jubilados.
Luis, ¿por qué decís eso?
Vivo con 10 mil pesos por día, ¿cómo querés que haga? Laburé toda mi vida para estar a los 75 años vendiendo alfajores en la calle. ¿A vos te parece?
¿Qué pensás de la decisión del presidente Javier Milei, de querer vetar el aumento a las jubilaciones y el bono?
Es una locura. Por eso digo que no tenemos nada que perder. A mí lo único que me mantiene vivo es mi nieta y el venir acá todos los miércoles, pero ya no puedo más.
A Luis cada miércoles se lo ve sosteniendo un cartel distinto en la puerta del Congreso, con un hilo conductor: la creatividad.
¿El de hoy? “26 de octubre, de 9 a 18, no te olvides de sacar la basura”.

El próximo 26 de octubre se realizan en Argentina las elecciones legislativas.
La olla en el país rico
Contra viento y marea, llueve o truene, con sol o ciclogénesis, la marcha de cada miércoles se hace igual. Manuel tiene 69, integra la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubiladxs y Pensionadxs, y celebra que, después de varios miércoles, volvieron a juntarse frente a la puerta del Anexo de la Cámara de Diputados. “Este tipo viene por todo –denuncia Manuel, en referencia al presidente Milei–. Quiere llegar a elecciones y lograr una minoría para privatizar el sistema previsional. Sólo busca un subsidio a la vejez”.

Más PNA (?) detectando a quién tenían que reprimir.
Lo escuchan Susana (44 años, de Montegrande) y Alicia (71, de Parque Patricios), dos amigas que tienen campera, saco, guantes, gorrito y la boca tapada por bufandas enormes. No tienen paraguas y la lluvia obliga a sacarse los lentes para ver, al menos, algo. Pero aquí están, porque ya no pueden comprar carne, yogures y ni que hablar de darse un gustito afuera. “Día a día de lucha y resistencia hasta que se vaya este gobierno hambreador”, dice Susana. Alicia cuenta que vive a dos cuadras del Hospital Garrahan, institución por la que también marchará este jueves: “Hacemos olla todos los lunes y esta semana dimos 65 porciones. No damos abasto. Un país tan rico, y así estamos”.

Opiniones de San Martín acerca de la corrupción y el gobierno.
Lo escucha también Elvio, que es cura en Paso del Rey y la semana próxima cumplirá sus primeros 83 años. Lleva un paraguas que comparte con quien ve desguarnecido. Cuenta que en su barrio cada día hay más gente durmiendo en la calle, y cada día más gente sin llegar a fin de mes, y cada día más gente sin poder comer. Sintetiza: “Estamos viendo, en vivo, el desguace del país”.

La marcha que se hizo pese a todo.
Y entonces dice que no queda otra que moverse: “No cambia que llueva: mientras no nos escuchen, nos tendrán acá”.
Entre la pesca y el futuro
Quien no lo escucha es Julio César, que camina de una esquina a otra, sin parar (como la lluvia). Muestra un cartel a los peatones y a los autos que transitan por la zona, porque “hay que plantar semillas”. El pedazo de cartón –al que le trajo en una bolsa para resguardarlo del agua– dice: “No estamos por la plata, estamos por la patria”.
Julio César primero pide no hablar porque tiene mucha bronca. Luego se suelta, y se emociona. Cuenta por qué dijo presente pese al clima adverso: “Iría a pescar con lluvia, iría al médico con lluvia. Entonces, ¿cómo no voy a venir acá?”. Sobre la frase que comparte con orgullo: “No vengo por 20, 30 lucas que nos puedan aumentar, si es por eso me quedaría en mi casa. Vengo por tu futuro”.
Se lo dice al cronista. Se lo dice a la sociedad.

Una de las personas gaseadas este miércoles.
Pasame un piloto
El acto de cada miércoles con “radio abierta” se suspende por la lluvia. Alguien propone: “Compañeros, todavía quedan cinco por hablar, pero por la lluvia proponemos pasarlos para la semana que viene y poder marchar”.
El “sí” de esta vereda es unánime. La marcha comienza. La decisión parece sorprender a la propia policía. “¡Pasame un piloto!”, le grita un jubilado a un prefecto, que se alista sentado en su camión previo a salir a la calle.
Verónica marcha. Confiesa que dudó en quedarse durmiendo la siesta, pero que una frase del cantautor uruguayo Alfredo Zitarrosa la hizo levantarse de la cama y venir, como cada miércoles: “Donde hay una injusticia, ahí hay que estar”.

En la vereda con cartón manuscrito. La libertad de expresión siempre amenazada por el protocolo.
Y entonces vino: “Aunque caigan soretes de punta, había que estar porque no podemos confiar en lo que votó el Senado. Ya Milei dijo que vetará el aumento, así que le tiene que quedar claro que nos tendrá que seguir viendo todos los miércoles”. Hace una pausa, y subraya: “Tooooodos los miércoles, así que miren estas caritas que de acá no nos movemos”.
Como si la masa estuviese escuchando a Verónica, se canta: “Si llueve, si llueve, los viejos no se mueven”.

Desproporción y violencia estatal frente a un sector atacado de modo principal por el gobierno, que les licuó sus haberes.
Bailando bajo la lluvia
En parte es verdad, porque persisten a la lluvia torrencial bajo decenas de paraguas o a la pura intemperie; pero en parte es mentira, porque si hay algo que hacen hoy las y los jubilados es moverse. Como miércoles previos, repiten su coreografía, esa que inventaron para gambetear los gases federales. Una enumeración a modo de descripción:
- Dan vuelta al Congreso.
- Bajan a Entre Ríos.
- La Federal se acerca y ellos se suben a la vereda.
- Marchan hacia Hipólito Yrigoyen y bajan a la calle.
- La Prefectura corre de atrás y busca posicionarse a la altura para cortarles el paso.
- Alguien grita: “¡Para el otro lado”, y la marcha lo sigue. Se suben a la Plaza en dirección a Rivadavia.
- Cuatro prefectos amagan cortar el paso, pero los jubilados los echan: “La plaza es nuestra”.
- La marcha llega a Rivadavia y cortan la esquina de Rodríguez Peña.
- Llega la Gendarmería corriendo, y alguien grita: “¡Para el otro lado!”. Y vuelven a cruzar la plaza hacia Yrigoyen.
Mientras en la cara de los gendarmes, prefectos y federales hay bronca y desgano (lo demostraron gaseando, al menos, dos veces, y filmando ilegalmente a los manifestantes), en los rostros de los jubinautas (ver MU 204) hay una mezcla de picardía y desafío: “Mirá cómo los estamos haciendo correr”, se ríe una integrante de Jubilados Insurgentes.

Jubiladas improvisan un bailecito, empapadas y felices por otro día de resistencia.
La coreografía dura cuarenta minutos y no se detiene nunca. Sobre la vereda en la esquina de Rodríguez Peña, un jubilado saluda a quienes siguen fieles bajo la lluvia. “Ya los hicimos bailar –dice, en relación a los policías que parecen exhaustos–. Quedaron en ridículo. Mañana la seguimos en la calle, bancando a los compañeros del Garrahan”.
La marcha lo aplaude y despide: “Unidad de los trabajadores”.

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Informe Albanese: Anatomía de un genocidio

«Mientras la vida en Gaza está siendo destruida y Cisjordania está bajo un ataque cada vez mayor, este informe muestra por qué continúa el genocidio de Israel: porque es lucrativo para muchos», asegura el informe «De la economía de la ocupación a la economía del genocidio» presentado por la relatora especial de Naciones Unidas Francesca Albanese (fotos: Amnistía Internacional).
En el documento dirigido al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la Relatora Especial describe la maquinaria corporativa que sustenta el conflicto. Dentro de las empresas señaladas por participar en una «economía de genocidio» se encuentran la mexicana Orbia Advance Corporation y la brasileña Petrobras. También aparece el grupo español Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) y dos multinacionales, Drummond y Glencore, que exportan carbón a Israel desde Colombia.
El informe señala puntualmente:
- Empresas armamentísticas: israelíes -Elbit, Israel Aerospace Industries- e internacionales -Lockheed Martin-.
- Multinacionales tecnológicas: Microsoft, Google y Amazon, junto con empresas especializadas como Palantir, proveen sistemas de datos, nube e inteligencia artificial que permiten una vigilancia masiva de la población palestina.
- Empresas de maquinaria pesada: Caterpillar, HD Hyundai y Volvo, suministran el equipo esencial para la demolición de viviendas e infraestructura palestina.
- Empresas constructoras: Heidelberg Materials y CAF, beneficiadas por la edificación de colonias subsidiadas por el Estado israelí.
- Empresas que monopolizan servicios básicos: Chevron (energía) y la estatal israelí Mekorot (agua). En Argentina, Mekorot ha firmado convenios con varias provincias para el control del agua.
- Bancos internacionales: BNP y Barclays suscriben bonos del tesoro israelí y financian el creciente déficit presupuestal alimentado por el gasto militar.
- Aseguradoras: Allianz y AXA.
- Especuladoras financieras: fondos soberanos como el noruego y de pensiones como el de Quebec, además de gestoras de activos como Blackrock y Vanguard.
Luego de presentar públicamente este informe, Albanese fue sancionada por Estados Unidos y amenazada por su presidente, Donald Trump. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas urgió a que se retiren dichas sanciones y se respete el rol que cumplió: “los relatores especiales de la ONU, al igual que otros actores del sistema de derechos humanos, abordan cuestiones delicadas y a menudo divisivas que son de interés internacional. Esa es la naturaleza de su trabajo” e instó instó a los Estados miembros a abstenerse “de cualquier acto de intimidación o represalia contra los relatores especiales”.
Las conclusiones del informe Albanese son contundentes: describe los “motivos razonables” para calificar de genocidio el ataque israelì a la población palestina y recomienda el embargo de armas a Israel, así como la obligación de reconocer el daño producido y de hacerse cargo de las reparaciones que correspondan.
A continuación, el texto completo de las conclusiones:

VII. Conclusiones
93. La abrumadora naturaleza y escala del asalto de Israel a Gaza y las destructivas condiciones de vida que ha infligido revelan la intención de destruir físicamente a los palestinos como grupo. Este informe concluye que existen motivos razonables para creer que se ha alcanzado el umbral que indica la comisión de los siguientes actos de genocidio contra palestinos en Gaza:
asesinato de miembros del grupo;
- causar graves daños físicos o mentales a los miembros del grupo;
e infligir deliberadamente al grupo condiciones de vida calculadas para provocar su destrucción física total o parcial.
Los actos genocidas fueron aprobados y se les dio efecto tras las declaraciones de intención genocida emitidas por altos cargos militares y gubernamentales.
94. Israel ha tratado de ocultar su conducción eliminacionista de las hostilidades calificando la comisión de crímenes internacionales como respetuosa del DIH. Distorsionando las normas consuetudinarias del DIH, incluidas la distinción, la proporcionalidad y las precauciones, Israel ha tratado de facto a todo un grupo protegido y a su infraestructura vital como “terrorista” o “de apoyo al terrorismo”, transformando así todo y a todos en un objetivo o en un daño colateral, y por lo tanto eliminable o destruible. De este modo, ningún palestino de Gaza está a salvo por definición. Esto ha tenido efectos devastadores e intencionados, costando la vida a decenas de miles de palestinos, destruyendo el tejido de la vida en Gaza y causando daños irreparables a toda su población.
95. El genocidio de Israel contra los palestinos de Gaza es una fase de escalada de un largo proceso colonial de supresión. Durante más de siete décadas este proceso ha asfixiado al pueblo palestino como grupo -demográfica, cultural, económica y políticamente-, tratando de desplazarlo y de expropiar y controlar su tierra y sus recursos. La Nakba en curso debe detenerse y remediarse de una vez por todas. Es un imperativo que se debe a las víctimas de esta tragedia altamente evitable y a las futuras generaciones de esa tierra.
VIII. Recomendaciones
96. La Relatora Especial insta a los Estados miembros a que apliquen la prohibición del genocidio de conformidad con sus obligaciones inderogables. Israel y los Estados que han sido cómplices de lo que puede concluirse razonablemente que constituye genocidio deben rendir cuentas y ofrecer reparaciones proporcionales a la destrucción, la muerte y el daño infligidos al pueblo palestino.
97. La Relatora Especial recomienda que los Estados miembros:
(a) Apliquen inmediatamente un embargo de armas a Israel, ya que parece haber incumplido las medidas vinculantes ordenadas por la CIJ el 26 de enero de 2024, así como otras medidas económicas y políticas necesarias para garantizar un alto el fuego inmediato y duradero y restablecer el respeto del derecho internacional, incluidas sanciones;
(b) Apoyar a Sudáfrica para que recurra al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en virtud del artículo 94(2) de la Carta de las Naciones Unidas tras el incumplimiento por parte de Israel de las medidas de la CIJ antes mencionadas;
(c) Actuar para garantizar una investigación exhaustiva, independiente y transparente de todas las violaciones del derecho internacional cometidas por todos los actores, incluidas las que constituyan crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y el crimen de genocidio, incluyendo:
i) cooperando con los mecanismos internacionales independientes de determinación de hechos/investigación y rendición de cuentas;
(ii) remitiendo inmediatamente la situación en Palestina a la CPI, en apoyo de su investigación en curso;
(iii) el cumplimiento de sus obligaciones en virtud de los principios de jurisdicción universal, garantizando investigaciones y enjuiciamientos auténticos de las personas sospechosas de haber cometido crímenes internacionales, incluido el genocidio, o de haber colaborado en su comisión, empezando por sus propios nacionales;
(d) Garantizar que Israel, así como los Estados que han sido cómplices en el genocidio de Gaza, reconozcan el colosal daño causado, se comprometan a no repetirlo, con medidas de prevención, reparaciones completas, incluido el coste total de la reconstrucción de Gaza, para lo que se recomienda el establecimiento de un registro de daños con un proceso de verificación y reclamaciones masivas que lo acompañe;
(e) En el seno de la Asamblea General, desarrollar un plan para poner fin al statu quo ilegal e insostenible que constituye la causa fundamental de la última escalada, que en última instancia culminó en el genocidio de Gaza, incluso mediante la reconstitución del Comité Especial de la ONU contra el Apartheid para abordar exhaustivamente la situación en Palestina, y estar dispuestos a aplicar las medidas diplomáticas, económicas y políticas previstas en la Carta de las Naciones Unidas en caso de incumplimiento por parte de Israel;
(f) A corto plazo y como medida temporal, en consulta con el Estado de Palestina, desplegar una presencia internacional de protección para limitar la violencia utilizada habitualmente contra los palestinos en el territorio palestino ocupado;
(g) Garantice que la UNRWA recibe una financiación adecuada que le permita satisfacer las crecientes necesidades de los palestinos en Gaza.
98. La Relatora Especial pide a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos que redoble sus esfuerzos para poner fin a las actuales atrocidades en Gaza, entre otras cosas promoviendo y aplicando con precisión el derecho internacional, en particular la Convención sobre el Genocidio, en el contexto del territorio palestino ocupado en su conjunto.
(Fotos: Amnistía Internacional)

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Jubilados: el triunfo es seguir

El Congreso de la Nación convirtió en ley el primer triunfo social que se logró al sostener en la calle, todos los miércoles y durante casi dos años, un reclamo que ni los gases ni los palos ni las detenciones arbitrarias pudieron desalentar.
Lo que deriva, ahora, es también el primer gran desafío político para un gobierno agobiado por la debilidad de su plan económico –debilidad que ahora quiere atribuir a esta decisión legislativa– y desgastado por una retórica abusiva que lo está dejando sin aliados y rodeado únicamente por aduladores, odiadores y especuladores.
La aprobación de un aumento de las jubilaciones del 7,2%, un incremento del bono de 70.000 a 110.000 y la extensión de la moratoria extinguida por decreto fue suficiente para que, además, comenzaran los reproches públicos de la interna oficialista, que tuvieron a la gran perdedora de esta pulseada –la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich– como vocera.
La estrategia de la ministra de sofocar con palos y criminalización el reclamo social dejó ayer en evidencia su fracaso, tal como había sucedido en su anterior gestión al frente de esa cartera en tiempos de Mauricio Macri presidente.
Lejos de aprender la lección, la repitió cosechando idéntico resultado. Lo sintetiza Beatriz Blanco, 81 años, la jubilada golpeada, tumbada y gaseada durante una la jornada de protesta del 12 de marzo (en la que también fue atacado el fotógrafo Pablo Grillo que continúa su arduo proceso de rehabilitación): “Si no aflojamos, lo logramos: esa es la lección de hoy”.
Beatriz no está confiada ni esperanzada: “Estoy decidida”, dice para definir qué espera en los próximos días, cuando se defina si el Congreso apoya o desactiva el anunciado veto del presidente Milei.
Esa decisión que define el estado de ánimo de Beatriz tiene un por qué: “ya no estamos tan solos y eso nos permite creer en nosotros. Nuestra fuerza es seguir”.
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La independencia de los jubilados

Hubo marcha alrededor del Congreso vigilada por 26 vehículos de Gendarmería y Policía Federal como anticipo de las movilizaciones convocadas para la semana próxima. Sin embargo fue un 9 de Julio sin violencia contra quienes manifiestan, mientras lavaca planteaba una pregunta a jubiladas y jubilados: ¿De qué hay que independizarse?
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos: lavaca.org
“Tengo 48 años de aportes y no llego a 500 mil pesos de jubilación. No puede ser que ni siquiera tenga para un gustito de comprarme un dulce de batata” dice a lavaca Hugo, 74 años, mientras marcha alrededor del Congreso. Tiene una barba blanquísima que le envidiaría Papá Noel. Vino desde Villa Domímico. Su síntesis para un 9 de Julio: “De lo que tenemos que independizarnos es de este gobierno, que no da para más”.

El 9 de julio de 1816, el Congreso de Tucumán, integrado por representantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata, proclamó la Independencia de estas tierras. Ese día, las manifestaciones populares se concentraron en los alrededores de la Casa de Tucumán, coreando el grito de «Viva la Patria».
209 años después, este 9 de julio de 2025, afuera de ese Congreso de la Nación integrado por diputados y senadores, jubiladas y jubilados proclaman de qué falta todavía independizarse en un contexto de jubilaciones licuadas (el haber mínimo a $379 mil), de barrida de la moratoria previsional y de la gratuidad los remedios.
Hugo sigue describiendo la situación tras sus 48 años de aportes, a través de un montón de preguntas: “¿Dónde está lo que pagué durante tantos años? ¿Cómo como? ¿Cómo vivo? ¿Quién me explica eso?”. Agrega otro elemento: “Soy epiléptico, tomo un remedio que me sale 200 mil pesos. Con mi señora ya no comemos a la noche. Esto es una esclavitud”.

Un dolor en el pecho
Graciela, 78 años, es de Libertad, Merlo: “Tenemos que independizarnos de esta mierda de gobierno y de todo lo que nos explotan día a día. Estoy viviendo mal, no me puedo comprar los remedios que necesito. Nos han quitado todo a los jubilados. Este es un gobierno democrático, elegido por una votación, pero tremendamente dictatorial”.
Un poco más joven, Osvaldo tiene 72 julios. Llegó desde Claypole donde vive. Dice que hay que independizarse de lo que define del siguiente modo: “Es una mafia que está regalando el país, todos los bienes naturales. Volvimos a depender de Estados Unidos, nos endeudan cada vez más, es un desastre”. Cuenta que cobra la mínima y que tiene un dolor en el pecho cada vez que lo visita alguno de sus seis nietos: “Me piden un yogur y no se los puedo comprar. Mis hijos no me ayudan aunque quieran, porque están peor”. Hace una pausa. Confiesa. “Te digo la verdad: ya no ceno, me tomo un té, no me da para otra cosa”.

Lo que quiere Milei
Alrededor del Congreso, esta vez sin vallas, dos ejércitos desproporcionados están apostados para evitar vaya a saber qué: Gendarmería Nacional (15 vehículos) y Policía Federal (11 vehículos). Pero no pueden impedir que los y las jubiladas marchen alrededor del palacio legislativo, al grito de “qué vergüenza, pegarle a un jubilado por dos pesos con cincuenta”, aunque evidentemente los haberes de los llamados efectivos son otros.
Surgen algunas preguntas entre los manifestantes:
¿Cuánto cuesta un operativo así de desmedido?
¿Por feriado se les paga doble a ese montón de uniformados?
¿Qué sentido tiene tanta parafernalia de seguridad?

Este jueves está prevista la sesión en el Senado para tratar el aumento de jubilaciones. Opina Hugo: “Milei ya dijo que lo volverá a vetar. Y eso que sería un miserable aumento, es una vergüenza, es un desalmado, una mala persona”. Argumenta Graciela: “No tengo expectativas, porque aunque el Congreso apruebe todo, el señorito que tenemos por presidente lo veta. Él quiere a los jubilados sin nada, muertos”.

Señalando la corrupción
Teresa dice que pasó los ochenta y que es de un territorio innombrable: La Matanza. Se presenta como militante comunitaria en Laferrere, con acción en la casa de salud barrial, y cuando se le pregunta por el día patrio, se enciende: “Hay que independizarse de la corrupción”, dice y señala al Congreso: “Si pueden tirarlo abajo, tírenlo, porque no me representa a mí ni a ninguno de los que estamos acá. Nosotros hacemos la patria grande, con este bastoncito que ves hice mucho por esta Patria, la amo y me la están robando. Luché mucho por ella, hijo. Mucho”. Nos pide que escuchemos un tema de Horacio Guarany,
“Qué te ha pasado justicia”. Lo que se cantaba en el siglo pasado:
A ver, señor diputado,
¿qué le ha pasado que se olvidó
del bendito pueblo obrero
que usted en campaña siempre nombró?
Tengo mis hijos pidiendo,
que por la calle siempre se ven
y usted se aumentó la dieta,
y yo a la dieta la hago muy bien.
Alicia, 80 años, es otra de las jubiladas con esa dieta (cobra la mínima, $304.723,90 más el bono de $70.000), y dice que hay que independizarse de todo: “Somos una colonia. Se han posesionado de nuestros recursos naturales, el agua, el litio, el petróleo, están regalando las mineras, la educación, la salud, la jubilación. En realidad, no tenemos nada”.

¿Qué necesitamos?: “Otra independencia”, sintetiza Alicia, que integra Jubilados Insurgentes.
Mónica, 72 años, de la Asamblea de Vecinos de Boedo, viene siempre los miércoles sin importar si llueve o hace frío, y la hace corta: “Hay que independizarnos del presidente cipayo que tenemos, de Estados Unidos y de Israel”.
A su lado está Ricardo, 84, de Lanús, conurbano sur: “Llegamos al 9 de Julio con despidos masivos, garrote y gaseo a trabajadores del INTI, de Vialidad Nacional, con una CGT traidora. Esto, con huelga y un plan de lucha se termina. En 1919, los trabajadores de la Semana Trágica luchaban por trabajar ocho horas en lugar de doce y se cargaron 700 cuerpos. Hoy la clase argentina trabaja por salarios de hambre y no se para de manos”.
Pertenece a una agrupación llamada Bastones en rebeldía y dice que viene por quienes no pueden estar por razones de salud. “Acá tiene que venir más gente, somos seis millones de jubilados…”. Se enoja, mueve la cabeza y cuenta que tiene siete categorías para englobar a quienes no vienen cada semana a lo que se transformó en el epicentro de la resistencia a este gobierno: 1) Los indiferentes 2) Los indecisos 3) Los adormecidos 4) Los que naturalizan todo 5) Los resignados 6) Los mesiánicos 7) Los hiperindividualistas. Dice que no tiene necesidad económica, pero que prefiere seguir marchando.

Las 14 organizaciones que integran la Mesa de jubiladas y jubilados en lucha convocan para el próximo miércoles 16 de julio, desde las 15, a una “gran marcha antirrepresiva entre todos los sectores que hoy padecen la crueldad de este gobierno”.
Llaman a marchar el jueves 17 con los trabajadores del Hospital Garrahan.
El 9 de julio de 1816 marcó la independencia política “de España y de toda dominación extranjera”, pero siguieron existiendo muchas formas de dependencia: económica, cultural, productiva, mental. Toda relación entre aquellos eventos de Tucumán y las cosas que ocurren 209 años después, ¿serán pura coincidencia? A más tardar la semana próxima las calles volverán a decir lo suyo.

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