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Que viva el periodismo: las respuestas a los ataques a la prensa

En la antesala del 7J Periodistas Argentinas SIPreBA, ARGRA y FATPren reunieron a unos 200 profesionales de la comunicación en Plaza de Mayo para una acción colectiva. Periodistas Argentinas además difundió un video y un documento que refleja la situación del sector y la cronología de los ataques a la prensa. Son algunas de las respuestas frente a un gobierno que ha tomado como enemigo al periodismo. El grito por Pablo Grillo. Las estrategias para convertir al periodismo en un perro faldero, la cronología de los atropellos. Las imágenes, videos y documentos.
El Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPreBA), la Asociación de Reporteros Gráficos de la Argentina (ARGRA) y la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) y Periodistas Argentinas organizaron este jueves una foto colectiva en Plaza de Mayo, a dos jornadas del Día del y la Periodista en la Argentina, bajo el lema “Basta de ataques a la prensa”.

Censura y Salarios de pobreza: dos de los signos del presente para el ejercicio del periodismo. Fotos Juan Valeiro
La convocatoria reunió a más de 200 profesionales que se instalaron de espaldas a la Casa Rosada con la bandera y el lema de la convocatoria y exhibieron pancartas con fotos de las represiones sufridas por la prensa en los últimos tiempos y un conjunto de palabras: Censura, Violencia, Persecución, Hostigamiento, Doxeo, Ajuste, Salarios de pobreza, Silenciamiento, y una que sintetiza una respuesta: Basta.

Fabián Grillo con la imagen de su hijo Pablo, que salió de terapia intensiva para continuar su rehabilitación. Fotos Juan Valeiro
Cada una de esas imágenes y palabras fueron luego pegadas en la valla que divide a Plaza de Mayo para mantener a la gente alejada de la casa de gobierno. Además de la posibilidad de encontrarse, para las y los periodistas la convocatoria tuvo un punto particularmente fuerte en los gritos de apoyo al fotógrafo Pablo Grillo, que salió de terapia intensiva y está con los ejercicios de rehabilitación tras el ataque de la Gendarmería que el 12 de marzo le disparó a la cabeza un proyectil de gas lacrimógeno que le provocó pérdida de masa encefálica.

La imagen en la Plaza, el periodismo congregándose para un reclamo frente al hostigamiento, la violencia, la censura, el acoso y la precarización laboral.
El documento de Periodistas Argentinas
Por su parte la organización Periodistas Argentinas, que también participó en la acción de Plaza de Mayo, divulgó un documento titulado Informe 7J. Que viva el periodismo: nuestra respuesta a los ataques a la prensa, que acompaña con un video que reproducimos aquí más abajo.

Georgina Barbarossa durante la filmación. Fotos: Paloma García para Periodistas Argentinas.
Grabado en Mu Trinchera Boutique, intervienen Nancy Pazos, Georgina Babarossa, Rolando Graña, Silvia Naishtat, Carlos Ulanovsky, Analía Argento, Ezequiel Fernández Moores, Cynthia García, Gabriela Pepe, Agustín Lecchi, Fernanda Guillot, , Ernesto Lamas, Franco Torchia, Larisa Kejval, Verónica Castañares, Javier Borrelli, Sabina Mina, , Sebastián Lacunza, Silvina Márquez, Alejandra Benaglia, Telma Luzzani, María Cafferata, Gabriela Navarra, Luisa Valmaggia, Eugenica Morea, Valeria Cantor, Claudio Mariani, Leticia Martin, Adriana Lorusso, Ana Cacopardo, Gisela Busaniche, Martín Ulacia, Delfina Torres Cabreros, Facundo Pedrini, Silvina Quintals, Gabriela Vizental, Miriam Lewin, Jessica Ferradas y Sergio Ciancaglini.

Nancy Pazos. Fotos: Paloma García para Periodistas Argentinas.
El informe explica de qué modo se busca convertir al periodismo en un perro faldero con “una campaña verbal que busca desmoralizar y cansar a través de la apología del odio”. Detalla el objetivo de adoctrinamiento y destaca: “Cuando el periodismo es atacado la víctima es el Estado de Derecho”.
Explica las estrategias del oficialismo: usar los tribunales para castigar y amedrentar, la sustitución y reemplazo de periodistas por propagandistas, la represión directa por parte de fuerzas de seguridad en las manifestaciones públicas, y las políticas de salarios miserables y condiciones de precarización laboral. Y detalla una cronología de los ataques sufridos por la prensa por parte del poder oficial. Las tres consignas que plantea el documento:
- Que viva la libertad de expresión.
- Que viva el periodismo.
- Que viva la democracia.
Aquí, el informe completo de Periodistas, seguido por el video elaborado para el 7 de Junio.

Cynthia García, Franco Torchia y Miriam Lewin. Fotos: Paloma García para Periodistas Argentinas.
INFORME 7J
Ǫue viva el periodismo: nuestra respuesta a los ataques a la prensa
El rol que cumple el periodismo en una democracia está bajo ataque directo. Las razones no son ningún secreto: cuando se ha logrado coartar la capacidad del periodismo de informar a la opinión pública sobre los manejos del poder, actuar con impunidad es más fácil.
En tiempos así, la función misma del periodismo es considerada enemiga por tres motivos:
- Cuando el aumento de la desinformación y las noticias falsas erosiona nuestra realidad compartida, el periodismo garantiza un flujo de noticias e información confiables que la opinión pública necesita para tomar decisiones, ya sea sobre la política, su economía personal o sus vidas.
- Mientras que la polarización tensa al extremo nuestras relaciones sociales, el periodismo fomenta ese entendimiento mutuo que permite que una nación diversa y dividida se comprenda. La información veraz tiende puentes entre los reclamos y necesidades sociales y el poder que debe asumirlos y resolverlas.
- A medida que la creciente desigualdad socava la confianza de la sociedad, el periodismo plantea preguntas difíciles y expone verdades ocultas, permitiendo que la ciudadanía exija respuestas e identifique claramente a los responsables de darlas.
Si el periodismo está diseñado para ser un perro guardián, el objetivo ahora es domesticarlo para que se convierta en un perro faldero.

Ezequiel Fernández Moores y Analía Argento. Fotos: Paloma García para Periodistas Argentinas.
¿Cómo intentan lograrlo?
La primera parte de la estrategia consiste en sembrar la desconfianza y fomentar el acoso a periodistas y a sus organizaciones. Se trata, en gran medida, de una campaña verbal que busca desmoralizar y cansar a través de la apología del odio. Hoy en día, quienes informamos sobre personas poderosas o investigamos temas controvertidos recibimos una catarata de amenazas y mensajes intolerantes. Ese ruido en las redes sociales puede extenderse rápidamente al mundo real. Y por más que nos hayamos preparado para esos ataques, nos preocupamos enormemente cuando las amenazas se extienden a nuestros hijos que están en la escuela, a nuestros familiares que están en su trabajo, y a nuestros padres que están en casa.
El objetivo no solo es asustarnos.
Es adoctrinar a la gente para que nos deteste y desconfíe de nosotros. Es adoctrinar a la gente para que nos deteste y desconfíe de nosotras.
Es condicionar a la gente para que crea que merecemos cualquier cosa que nos pase.
A corto plazo, esto tiene un efecto disuasorio, obligando a preguntarse si se justifican las inevitables consecuencias de investigar un caso. A largo plazo, lo que se genera es un clima propicio para extinguir la libertad de expresión plural y diversa, que no es un derecho exclusivo de la prensa, sino de toda la sociedad. Cuando el periodismo es atacado la víctima es el Estado de Derecho.
La segunda parte de la estrategia es usar los tribunales para castigarnos. Hasta la demanda más intrascendente es costosa e invasiva, y defenderse consume mucho tiempo. Desgasta y erosiona la reputación de las personas y del oficio.
La tercera parte de la estrategia apunta a la sustitución. No basta con atacar a las y los periodistas: buscan reemplazarnos con propagandistas, quienes simulan desempeñar un papel periodístico, cuando en realidad lanzan preguntas fáciles a los funcionarios y repiten fielmente los argumentos del partido gobernante.
La cuarta parte de la estrategia es física: golpearnos, gasearnos, atropellarnos con las fuerzas de seguridad cuando estamos cumpliendo nuestra tarea. El objetivo es impregnar la cobertura de noticias de miedo real y concreto.
La quinta parte de la estrategia es someternos con salarios miserables y condiciones laborales de total precariedad y multiempleo que generan remuneraciones de pobreza.
No somos la oposición de nadie.
Tampoco somos los aplaudidores de nadie.
Nuestra lealtad es con la verdad y con una opinión pública que merece conocerla. El miedo es contagioso, pero también el coraje.
Este 7 de junio, juntas, juntos, más que nunca y como cada día, queremos y debemos expresar aquello que nos impulsa a ejercer este oficio maravilloso, que es también un trabajo que tiene derechos y una vocación que merece respeto.
Que viva la libertad de expresión. Que viva el periodismo.
Que viva la democracia.1
1 Declaración basada en las palabras del presidente y editor de The New York Times, A.G. Sulzberger.

Silvia Naishtata, Carlos Ulanovsky y Claudia Acuña. Fotos: Paloma García para Periodistas Argentinas.
Un método global y su aplicación en Argentina
El texto que antecede está basado en una conferencia que ofreció el
14 de mayo el editor de The New York Times, adaptado al contexto argentino que, como queda claro en sus palabras, es global y es de peligro: somos el blanco de un sistema de destrucción de la información periodística que no tiene precedentes históricos por su forma, su persistencia y su método, repetido en diferentes países y aplicado a una diversidad de periodistas. Argentina no es la excepción, sino la regla, pero esta generalización tiene características que en este informe tratamos de sistematizar, para exponerlas públicamente, comprender sus mecanismos y organizarnos para cuidarnos, tanto al oficio como a nosotras y nosotros mismos: estamos en riesgo.
Identificamos así tres factores que caracterizan este ataque sistémico:
- Los ataques a la libertad de informar.
- Las agresiones a las y los periodistas que cubren hechos sociales que el gobierno no quiere que se informen a la sociedad.
- El incumplimiento de los derechos laborales de quienes ejercemos este oficio.
Frente a este panorama exigimos:
Al Poder Ejecutivo:
- Que garantice la plena vigencia de los derechos a la libertad de expresión y de información.
- Que instruya y capacite a las fuerzas de seguridad para que respete el trabajo de la prensa.
- Que cese su apología del odio hacia la prensa.
Al Poder Judicial:
- Que tramite con la celeridad que corresponde las denuncias sobre ataques a personas y organizaciones, así como los amparos y habeas corpus colectivos presentados y que hoy se encuentran en el limbo de la indefinición de a qué ámbito judicial le corresponde cumplir con la tarea de investigar y garantizar el firme cumplimiento de las leyes vigentes.
- Que sancione a los responsables de los ataques a la libertad de expresión y de informar de manera ejemplificadora, como forma de detener la impunidad de la reiteración.
A las empresas:
- Que cumplan con las leyes laborales vigentes y el Estatuto del Periodista Profesional.
Que garanticen que las negociaciones paritarias sean un ámbito de escucha respetuosa de las demandas, que parte del reconocimiento de sus incumplimientos y la voluntad de regularizar acorde a la ley vigente la situación de todas las y los trabajadores de prensa.
- Que asuman la responsabilidad que tienen cuando se ataque a la o el periodista que trabaja en sus medios, poniendo a su disposición las herramientas legales y de contención que requiere una violencia de este tipo.
A la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
- Que el Relator Especial para la Libertad de Expresión realice una visita in loco para documentar los ataques a la prensa.
- Que considere que la situación argentina es una oportunidad para crear mecanismos de protección y prevención que impidan que estas violencias escalen: nuestro país y el mundo necesita urgente que paremos de contar víctimas.
Los datos
- Ataques a la libertad de informar
El informe del Monitoreo de Libertad de Expresión del Foro de Periodismo Argentino (Fopea), elaborado en 2024 y titulado “El asedio al periodismo debilita la democracia”, registró 179 agresiones en el país, el segundo número más alto desde que se inició el relevamiento en 2008. En promedio, hay un ataque cada dos días. Esta cifra representa un aumento del 53 % en los casos registrados respecto a 2023 y un 103 % en comparación con 2022. Del total de agresiones, 56 fueron atribuidas al presidente Javier Milei.

Agustín Lecchi. Fotos: Paloma García para Periodistas Argentinas.
Entre los tipos de ataque más frecuentes, el 45,25 % correspondió a discursos estigmatizantes, el 25,14 % a agresiones físicas y el 11,73 % a restricciones en el acceso a la información.
Los periodistas de televisión fueron los más agredidos, con 73 víctimas, seguidos por los de radio (47), organizaciones periodísticas (30), medios digitales (25) y diarios (23).
En cuanto a la distribución geográfica, las regiones más afectadas fueron la ciudad de Buenos Aires, con 105 casos, la provincia de Buenos Aires (14), Tucumán (10), Córdoba (7) y Río Negro (7).
Según reporta la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en su informe de abril de 2025, “el presidente Milei no ha ofrecido ninguna rueda de prensa desde su asunción en diciembre de 2023. Sólo concede entrevistas a un grupo reducido de periodistas” y “más de medio centenar de periodistas y medios han sido blanco de insultos o de acusaciones de hechos de corrupción sin presentar ninguna evidencia” .2
Un estudio de la consultora Methodo para Fopea que analizó más de 2,4 millones de interacciones en redes sociales reveló que las agresiones desde el poder amplifican la violencia digital contra la prensa y contabilizó 240.000 menciones peyorativas al periodismo por parte del Presidente Milei y su entorno.3
Por su parte, Reporteros sin Fronteras (RSF) expresó en su último informe: “RSF se encuentra en estado de alerta ante las crecientes amenazas al periodismo en Argentina desde la
2 https://www.sipiapa.org/2025-reunion-medio-ano/argentina-n1300094
3
https://www.infobae.com/america/agencias/2025/04/29/ataques-a-la-prensa-crecieron-un-53-en-argentina-e n-2024-segun-foro-de-periodismo/
asunción de Javier Milei. Además de una retórica extremadamente agresiva e inaceptable, el jefe de Estado y los poderes públicos han fomentado la concentración de los medios de comunicación y limitado el pluralismo y la diversidad, afectando especialmente a los medios más vulnerables. Esta combinación de retórica hostil, violencia física, acoso judicial y digital evidencia un profundo deterioro de la libertad de prensa. Es imperativo que esta ofensiva llegue a su fin y que el gobierno argentino respete y garantice el ejercicio del periodismo en el país”.

Grupo de Periodistas Argentinas. Fotos: Paloma García para Periodistas Argentinas.
2. Las agresiones a las y los periodistas que están cubriendo hechos sociales que el gobierno no quiere que se informen a la sociedad: cronología de la represión a la tarea de informar
No existen registros completos de la cantidad de periodistas que han sufrido agresiones por parte de las fuerzas de seguridad mientras hacían cobertura de noticias y esa falta dice mucho acerca de la situación de indefensión que atravesamos. Lo que sigue entonces es incompleto y enumera solamente las agresiones registradas por Periodistas Argentinas y otras organizaciones de prensa y resume las gestiones ante el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo, todas hasta hoy sin respuesta. Ninguna de las denuncias o acciones legales (amparos, habeas corpus colectivos) han sido resueltas por la justicia hasta el momento de presentar este informe y esa indefinición dice mucho acerca del deficiente funcionamiento de las leyes y procedimientos de protección que están vigentes, pero desactivadas en el accionar concreto.

Gabriela Vizental, Facundo Pedrini y Silvina Quintans. Fotos: Paloma García para Periodistas Argentinas.
26 de diciembre de 2023: Periodistas Argentinas y la Asociación de Revistas Culturales (AReCIA) presentaron un habeas corpus colectivo porque “mañana miércoles 27 de diciembre, en el marco de una movilización, deben cumplir con su trabajo que entienden se siente amenazado”. Las medidas de protección solicitadas fueron dos: “se le requiera al Ministerio de Seguridad de la Nación y de CABA las instrucciones que impartieron a las fuerzas de seguridad para interactuar con los trabajadores de prensa y que se ordene a esas fuerzas que no repriman ni dificulten su trabajo”. Los habeas corpus son medidas de protección de la violencia estatal que no requieren firma de abogados y que el Poder Judicial debe resolver en 24 horas, máximo. El juzgado de turno –Contencioso Administrativo Federal Nª7– decide reconducir la presentación como “una acción de amparo” –que requiere patrocinio legal– y se declaró incompetente.
27 de diciembre de 2023: La Cámara de Apelaciones en los Contencioso Administrativo Federal confirmó la resolución. Ese mismo día, en tanto estaba el proceso de sorteo del juzgado que trataría el amparo, fue detenido el periodista Martín Brunas, hecho que motivó una nueva presentación de Periodistas Argentinas ante la Cámara de Apelaciones y derivó en un nuevo hábeas corpus. En la movilización también fueron agredidos los cronistas Heber Ybañez (Telefé), Manuel Jove (TN), Alan Ferraro (TN) y Emanuel Herrera. Se determina que el juzgado de turno sería el Nª 6.
29 de diciembre de 2023: Periodistas Argentinas y AReCIA realizan una presentación para solicitar la excepción para que se trate el amparo presentado a pesar de la feria judicial en
virtud de las movilizaciones previstas por distintas organizaciones sociales durante enero de 2025.
3 de enero de 2024: El fiscal Miguel Ángel Gilligan determina que no hay razones para habilitar la feria judicial y tratar el amparo. Ese mismo día la jueza de turno del tribunal Nª 11 resuelve que sí y habilita su trámite.
4 de enero de 2024: El juzgado de turno se declara incompetente.
9 de enero de 2024: La fiscalía general de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo solicita elevar el trámite a la Corte para que resuelva la competencia.
11 de enero de 2024: La Cámara desestima el pedido fiscal, ratifica la habilitación de la feria y remite la causa a la Justicia Nacional en lo Criminal y Correccional de CABA.
15 de enero de 2024: El juzgado de turno en el que recae la causa la remite al juzgado de origen, el Nª 11, donde originalmente se radicó el pedido.
16 de enero de 2024: El juzgado Nº 11 reitera su incompetencia y la remite al Juzgado Criminal y Correccional Nª 10.
18 de enero de 2024: El juzgado Nº 10 se declara incompetente.
19 de enero de 2024: La causa se elevó a la Corte Suprema de la Nación para que resuelva la competencia. Hasta ahora –mayo de 2025– no se expidió. El pedido de amparo a las y los trabajadores de prensa ya cumplió 17 meses y acumuló 366 fojas.
20 de enero de 2024: Periodistas Argentinas presentó un informe de las agresiones y el recorrido de la causa judicial ante la CIDH para solicitarle que “requiera al Estado argentino que se “abstenga de realizar actos que comprometan la vida, la integridad personal, la seguridad y la labor profesional de las y los periodistas durante las movilizaciones sociales”.
31 de enero de 2024: Durante la movilización que se realizó en el marco del tratamiento de la llamada Ley Bases en el Congreso de la Nación fue agredido el periodista Lucas Pedulla, que fue golpeado con un palo en el cuerpo y su celular, al caer de su mano, destrozado por las fuerzas de seguridad. El periodista de revista MU fue uno de los dos firmantes del habeas corpus presentado en diciembre. También fueron quemados por el gas disparado por las fuerzas de seguridad los fotógrafos Ignacio Yuchark (MU) y Rodrigo Abd (AP).
1 de febrero de 2024: En el marco del tratamiento legislativo de la llamada Ley Bases fueron agredidos por las fuerzas de seguridad al menos 35 trabajadores de prensa, la mayoría heridos por balas de goma y quemados con gas pimienta.
9 de febrero de 2024: La ministra de Seguridad Patricia Bullrich se reunió con la Academia Nacional de Periodismo, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa), Fopea, Fundación Led y Periodistas Argentinas. Estuvieron presentes también el secretario de
Seguridad Nacional, Vicente Mario Ventura Barreiro; el secretario de Medios, Eduardo Serenellini, y el jefe de gabinete del ministerio de Seguridad, Carlos Manfroni. Periodistas Argentinas describió ante la
ministra la coreografía que se repetía en el accionar de las fuerzas de seguridad: mientras reprimen la protesta, al mismo tiempo y como parte de la misma operación, gaseaban, golpeaban o detenían al periodista que estaba registrando el hecho, con lo cual no sólo se agredía a la prensa, sino que se atentaba también contra la circulación de la información que transmitían. Se le preguntó, entonces, si se habían dado instrucciones de golpear a la prensa y/o obstaculizar su tarea. Respondió la ministra: “Sería de brutos o de idiotas pretender que no circule la información en estos días porque es imposible. La puede registrar cualquiera, desde un balcón o desde dónde sea. Tenemos el caso de Kostecki y Santillán, por ejemplo”. Bullrich se refirió así a un caso de represión de la protesta social que tuvo como consecuencia dos asesinatos y por el que fueron condenados varios agentes de las fuerzas de seguridad, entre ellos, el responsable del operativo. La reunión se realizó el mismo día en que la CIDH expresó su preocupación por la falta de garantías de la prensa y los derechos de la protesta social; también, la misma jornada en que el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) y la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (Argra), acompañados del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), presentaron ante el Juzgado Federal 6 una denuncia penal para que “se investigue a los responsables de las represiones del 31 de enero y del 1 de febrero en el Congreso”.
1 de marzo de 2024: Durante la jornada de votación de la llamada Ley Bases en la Cámara de Diputados de la Nación fueron detenidos, gaseados y golpeados al menos cinco trabajadores de prensa, la mayoría mientras transmitía en vivo.
18 de marzo de 2024: En el marco de una movilización de organizaciones sociales realizado en la el Puente Pueyrredón fueron agredidos el cronista Carlos Ferrara (Canal 9) y su equipo técnico -quien sufrió golpes y una lesión en los ojos por el gas pimienta, por lo que debió ser trasladado al hospital para recibir asistencia mediante oxígeno y sedación-; Leo Godoy (A24) y su equipo técnico -quien fue reprimido mientras transmitía en vivo-; y Rodrigo Abad, fotoperiodista de Associated Press (AP), también afectado por los gases.
26 de marzo: El fotógrafo Damián Dopacio (NA) había sacado la foto de una nena que fue gaseada durante la marcha de los jubilados. Luego lo gasearon.
10 de abril de 2024: Varios periodistas y reporteros gráficos sufrieron agresiones por parte de las fuerzas de seguridad mientras hacían su trabajo de cobertura de la marcha de organizaciones sociales. Diego Ricciardi, del canal Crónica TV, recibió un balazo de goma en el mentón. Fue trasladado al hospital Ramos Mejía, donde lo anestesiaron y extrajeron la bala. La cronista de radio Continental Flor Fossatti fue golpeada en la nuca por una tonfa policial. Dijo haberle gritado al policía que estaba haciendo una cobertura periodística mientras le mostraba el carnet de la radio, pero el agente igual la golpeó. La fotorreportera Paula Acunzo -freelance para la agencia fotográfica Zuma Press- fue golpeada por una tonfa policial en el estómago por un policía que le exigía que se fuera. Mientras corría, la Policía de la Ciudad le disparó un balazo de goma en la parte trasera de la pierna izquierda.
El fotoperiodista Federico Rotter, que hacía un trabajo para la agencia italiana Nur Photo, recibió cuatro balazos de goma: uno en el tobillo y tres en la pierna derecha.
6 de junio de 2024: El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona denuncia penalmente, en vísperas del Día del Periodista, a la periodista Nancy Pazos, presidenta de Periodistas Argentinas “por la presunta comisión del delito de instigación a cometer delitos”. En otro juzgado el ministro presentó otra denuncia contra el periodista Darío Villarroel.
11 de julio de 2024: La CIDH realiza una audiencia para tratar el tema de la criminalización de la protesta en Argentina y las restricciones a la libertad de expresión. En ese marco, el CELS cita el caso de la periodista Nancy Pazos, denunciada por el ministro de Justicia.
12 de junio de 2024: En el marco de la movilización convocada durante el tratamiento de la Ley Bases el equipo del Grupo América, integrado por el periodista Christian Balbo y su camarógrafo, Rocío Bao (Infonews) y Diego Fernández (C5N) fueron afectados por el gas pimienta lanzado por las fuerzas de seguridad responsables del operativo. En tanto, Mariano Dalaison (fotógrafo independiente) recibió disparos de balas de goma en la cara.
28 de agosto de 2024: Este miércoles, durante la habitual marcha de jubilados en la zona del Congreso de la Nación, la Policía Federal agredió con gas pimienta al cronista Pablo Corso (LN+), al camarógrafo Marcelo Baldasarre (Canal 9) y al equipo de C5N. En la transmisión en vivo de LN+ se ve cómo la cámara de ese canal es rociada por gas pimienta mientras se escuchan los gritos de los manifestantes y de los periodistas.
29 de agosto de 2024: El juzgado Criminal y Correccional Nª 4, a cargo del juez Ariel Lijo, desestimó la denuncia del ministro de Justicia contra la periodista Nancy Pazos.
16 de septiembre de 2024: Periodistas Argentinas presenta el “Informe sobre ciberacoso a Periodistas Mujeres: la tecno censura”. Denuncia que “En la Argentina, en los últimos meses, se ha observado una escalada significativa de trolling contra mujeres periodistas, pero con una particularidad: las agresiones ya no solo provienen de usuarios no verificados o bots, sino también y principalmente de cuentas verificadas y de integrantes del dispositivo de comunicación oficial, quienes utilizan sus cuentas personales en las redes sociales (especialmente las de X) para multiplicar mensajes que descalifican y desacreditan la credibilidad de estas comunicadoras”. El informe resume 16 casos de periodistas acosadas.
5 de marzo de 2025: En el marco de la marcha de los miércoles de los jubilados al Congreso de la Nación fueron agredidos varios periodistas, entre ellos, Claudia Acuña, fundadora de la revista MU y lavaca.org , vicepresidenta de Periodistas Argentinas, una de las dos firmantes del habeas corpus colectivo presentado en diciembre de 2024 y quien participó de la reunión con la ministra de Seguridad realizada un mes antes. Acuña “fue impedida de realizar su trabajo, hostigada, amenazada, y acusada falsamente de estar haciendo un piquete (corte de la vía pública). Un policía federal la empujó y la hizo perder el equilibrio, en una técnica que repetidas veces hacen las fuerzas de seguridad sobre los manifestantes, dejándola atrapada detrás del cordón policial con la intención de restringir sus movimientos”. También fue agredido con gas pimienta el fotógrafo Juan Valeiro, quien la
acompañaba en esa cobertura. Por su parte, Gabriela Navarra, integrante de Periodistas Argentinas, fue herida con balas de goma en piernas, torso y brazos.
12 de marzo de 2025: En el marco de la marcha de las y los jubilados al Congreso de la Nación, el fotógrafo Pablo Grillo (trabajador independiente) recibe el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno en la intersección de las calles Yrigoyen y Solís cuando estaba haciendo su trabajo. El disparo fue ejecutado por un gendarme.
25 de marzo de 2025: Otro miércoles de marcha de las y los jubilados al Congreso. Miguel Lo Bianco, camarógrafo de la agencia Reuters fue atropellado por la policía motorizada. El fotógrafo Damián Dopacio (NA) y la cronista Maru Malpeli (IP) fueron algunos de los trabajadores de prensa que sufrieron las consecuencias del gas pimienta arrojado por las fuerzas de seguridad en forma dirigida y a pocos centímetros de distancia. También sufrieron agresiones por parte de las fuerzas de seguridad el cronista Francisco Pandolfi (MU/lavaca) quien fue amenazado por un policía, y Tadeo Bourbon, el fotógrafo que lo acompañaba en la cobertura fue gaseado en cuello, brazos y manos.
2 de abril de 2025: Durante la marcha de los jubilados el reportero Diego Gómez fue atropellado por efectivos de la policía motorizada en Callao y Mitre. Tuvieron que sacarlo en andas mientras lo atendían en la calle porque un cordón de gendarmes casi lo pasa por arriba de nuevo.
16 de abril 2025: Como saldo de la marcha de las y los jubilados al Congreso la Comisión por la Memoria reporta una persona detenida y al menos 116 personas heridas, entre ellas una niña de 13 años. Muchos de los afectados fueron periodistas que estaban cubriendo los hechos, incluso un reportero gráfico fue lesionado por el disparo de un arma Byrna. Entre ellos, el cronista Lucas Pedulla (revista MU/lavaca), los fotógrafos Edgardo Gómez y Eduardo Sarapura, fotógrafos de Tiempo Argentino y Rodrigo Ruiz, fotógrafo de la revista Cítrica.
17 de abril de 2025: Periodistas Argentinas presentó ante la CIDH un resumen de las agresiones a la prensa y solicitó la visita in loco del relator especial de Libertad de Expresión.
19 de abril de 2025: El Presidente Javier Milei utiliza sus redes sociales para transmitir el siguiente mensaje: “Creo que la gente no odia lo suficiente a estos sicarios con credencial de supuestos periodistas. Si los conocieran mejor los odiarían aún mucho más que a los políticos”.
22 de abril de 2025: El periodista Norberto Navarro fue agredido violentamente por una persona aún no identificada. Fue internado tras recibir un golpe en la cabeza por la espalda.
29 de abril de 2025: El asesor presidencial Santiago Caputo amenaza al reportero gráfico Antonio Becerra, del diario Tiempo Argentino.
3 de mayo de 2025: El Presidente Javier Milei utiliza sus redes sociales para reiterar el mensaje “no odiamos suficientemente a los periodistas” y lo ilustra con fotos de los periodistas Carlos Pagni, Jorge Fontevecchia y Jorge Rial. También retuiteó un mensaje en el
que se acusa de operadores y se nombra a los periodistas Marcelo Bonelli, María O’Donnell, Ignacio Ortelli, Luis Novaresio, Flor Donovan, Ramón Indart, Martín Rodríguez Yebra, Andy Kusnetzoff, Matías Martin y Sofía Martínez.
7 de mayo de 2025: Este miércoles, durante la marcha de las y los jubilados al Congreso, la cronista de IP Noticias Aldana Flores quedó en medio de un amontonamiento cuando golpeaban y detenían al sacerdote Paco Olveira. El camarógrafo que la acompañaba logró salir del tumulto, pero ella quedó atrapada. En las imágenes que se vieron de la cobertura, se escucha gritar a la periodista que no le pegaran. “Los agentes de policía me pegaron con los escudos y me patearon”, contó después. Al menos cinco fotógrafos y cronistas recibieron en los ojos gas lanzado por las fuerzas de seguridad.
9 de mayo de 2025: El presidente Javier Milei presentó ante la Cámara Federal denuncias penales contra Carlos Pagni, de La Nación, Viviana Canosa, de Canal 13, y Ari Lijalad, de El Destape, por calumnias e injurias. La presentación contra Pagni fue realizada en los tribunales de Comodoro Py y la investigación quedó a cargo, por sorteo, del juez Rafecas. Allí también se recibió la denuncia contra Lijalad, ya que recayó en el Juzgado Federal N°6, que está vacante y es subrogado por Rafecas. Mientras que la denuncia contra Canosa quedó a cargo del juez federal Sebastián Ramos.
14 de mayo de 2025: Durante la habitual ronda de jubilados en el Congreso de la Nación al menos cinco reporteros fueron agredidos con gas pimienta arrojado a corta distancia por las fuerzas de seguridad. El periodista Lucas Pedulla (revista MU) recibió gas en los ojos y cuello que le produjo quemaduras. Rafael García Palavecino (C5N) y el camarógrafo que lo acompañaba fueron atacados con gas pimienta tirado por los efectivos policiales a poca distancia de sus caras, lo cual interrumpió la cobertura que estaban haciendo del momento en que efectivos de las fuerzas se llevaban detenidas a unas personas. El cronista debió ser atendido por los paramédicos. Nicolás Munafó (C5N) fue otro de los cronistas agredidos.
21 de mayo de 2025: Los fiscales federales Ramiro González y Paloma Ochoa dictaminaron para que se declare «la falta de acción pública» en el caso de Pagni y Lijalad. El juez federal Daniel Rafecas deberá decidir si archiva la denuncia o continúa solo con el impulso de la querella. La fiscalía que le corresponde a Viviana Canosa todavía no emitió dictamen.
21 de mayo de 2025: Tras la brutal represión policial durante la cobertura de los reclamos de los jubilados frente al Congreso, varios trabajadores de prensa resultaron heridos y otros detenidos. La fotógrafa Mariana Nedelcu (Clarín, Reuters y El País de España), el fotógrafo Rodrigo Ruiz, (revista Cítrica), el periodista Pablo Corso (LN+), el camarógrafo Diego Pérez Mendoza (LN+), la periodista Lula González (El Destape) y el periodista Francisco Pandolfi (revista MU) fueron agredidos con gas pimienta y golpeados por las fuerzas de seguridad. Corso fue alcanzado por una bala de goma. Además, los fotógrafos Javier Iglesias (trabajador independiente) y Tomás Cuesta (AFP/La Nación/Amnistía Internacional) fueron detenidos brutalmente. Cuesta fue liberado esa misma noche. Iglesias recuperó su libertad el jueves 22.
23 de mayo de 2025: Mediante la resolución Nª 1319/2025 de la Secretaría de Medios, publicada en el Boletín Oficial, el Gobierno restringió las acreditaciones en la Casa Rosada. Entre los nuevos
lineamientos establecen: un máximo de 25 acreditados en la Sala de Periodistas y, de 36, en la Sala de Conferencias; control de métricas de los medios acreditados, código de vestimenta formal, moderación de preguntas y limitación para circular en algunos espacios.
25 de mayo de 2025: El periodista Hugo Alconada Mon revela en el diario La Nación un informe secreto de la Secretaría de Inteligencia del Estado que habilita tareas de inteligencia sobre actores que «erosionen la confianza pública» en los funcionarios del Gobierno nacional o que generen una «pérdida de confianza» en las políticas económicas oficiales. El plan establece como foco de interés a periodistas, economistas, académicos y otros actores que pudieran influir en la opinión pública. La Oficina del Presidente admitió en un comunicado que existe el informe, pero afirmó que no contempla actividades de persecución política. Después de publicar la nota Alconada Mon fue atacado con diez intentos para tomar el control de su cuenta de WhatsApp. También sufrió un intento de ingresar a su cuenta en la red social X, además de enviarle insultos y amenazas a su teléfono celular desde cuatro números telefónicos distintos, y registrarlo con su nombre en una página pornográfica.
27 de mayo de 2025: En la marcha de jubilados, el fotógrafo Antonio Becerra –que había sido amenazado por Santiago Caputo– es gaseado mientras cubría la protesta.
4 de junio de 2025: El juez Rafecas desestimó denuncias del presidente Javier Milei contra los periodistas Pagni y Lijalad, al considerar que no existió delito y que sus expresiones están amparadas por el derecho a la libertad de expresión.
3. El incumplimiento de los derechos laborales de quienes ejercemos este oficio
La mayoría de las y los trabajadores de prensa perciben salarios por debajo de la línea de pobreza y enfrentan condiciones de precariedad laboral. Para alcanzar un ingreso digno, muchos se ven obligados al pluriempleo y a jornadas laborales extensas.
Los datos de la encuesta realizada por Sipreba en 2025 son alarmantes:
- El 70,4% de las y los trabajadores de prensa cobran salarios por debajo de la línea de pobreza.
La situación es peor si se analiza por rama periodística:
- En el sector prensa escrita los sueldos por debajo de la línea de pobreza escalan al 80,57% y trepan hasta el 92,12% en la categoría redactor/a.
- En las radios el 66,7% tiene ingresos inferiores a la línea de pobreza.
- En la prensa televisada el porcentaje desciende a 40,48%. No obstante, supone un aumento de 40 puntos respecto al año anterior.
- Esto implica que apenas el 4,8 % del total de las y los periodistas tiene un sueldo que le alcanza para vivir.
- El 52,2% de las personas encuestadas afirmó tener dos o más trabajos remunerados. Del total, el 37,5% tiene dos empleos y el 17,5% tres trabajos o más.
Por otra parte, cada vez son menos quienes acceden a empleos en empresas periodísticas que garanticen derechos básicos como aportes jubilatorios, licencias pagas o aguinaldos. La figura del monotributo o “facturero” se ha convertido en la norma.
Los pagos por nota con entrevistas y producción oscilan entre los trece mil ($13.000) y los cuarenta mil ($40.000). A esto se suman plazos de cobro que, en muchos medios, superan los 30 días e incluso se extienden hasta seis meses. Solo para llegar a cubrir la canasta básica de alimentos (de $1.110.000) se necesitan producir entre 85 y 30 notas al mes.
Los llamados “colaboradores” deben asumir además los costos de aportes sociales, Internet, luz y teléfono, servicios indispensables para producir las notas que luego los medios reproducen.
En contexto de agresiones de las fuerzas de seguridad, las y los periodistas contratados deben además proveerse de los elementos de protección y no cuentan con seguro ni médico ni de compensación de daños.
A esta crisis, se sumó el ajuste y desfinanciamiento de los medios públicos, que dejó a más de 300 trabajadores y trabajadoras de prensa sin empleo, en un contexto de mercado cada vez más reducido. Tal como sintetizó Reporteros Sin Fronteras en un informe, “el cierre, el 4 de marzo de 2024, de la agencia pública de noticias Télam, una de las más antiguas de América Latina, fue uno de los golpes más duros asestados al periodismo en Argentina en los últimos años. Los estatales Radio Nacional y Canal 7 también han sufrido despidos y sus presupuestos y programación han sido diezmados, mientras que los canales Encuentro y Paka-Paka han sufrido recortes todavía más severos”.4 Télam contaba con 27 corresponsalías distribuidas en todo el país que fueron desmanteladas, su página web bloqueada y el servicio de cables informativos para sus abonados no volvió a producirse.
Otro sector precarizado es el de las oenegés, donde las y los periodistas cumplen tareas de comunicación en condiciones que no respetan los marcos legales y que pagan su trabajo como servicio contratado y, en la mayoría de los casos, solo en los periodos que reciben financiación.
Testimonios
“Todos los miércoles me golpean”
“Sé que hoy es miércoles. Sé que hoy debo cubrir la ronda de las y los jubilados alrededor del Congreso. Sé que hoy me golpean y me queman con gas. Sé que después no debo bañarme hasta el día siguiente porque el agua resucita el poder lacerante de ese gas, que no sé cuál es porque, aunque pedí su composición, mediante el procedimiento de acceso a la información pública, para saber con qué curarme, todavía no recibí respuesta. Sé que tendré que agradecer volver con los dos ojos a mi casa y con el cráneo entero. Sé que el próximo miércoles voy a volver. Y el siguiente también”.
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https://rsf.org/es/argentina-primer-a%C3%B1o-de-mandato-de-javier-milei-marcado-por-un-fuerte-retroceso- de-la-libertad-de
“Me dicen que facture 13.000 mil pesos”
“Llegan los primeros días del mes y mando mensaje al diario para ver cuánto tengo que facturar. La ilusión de que me digan que la colaboración es más que el mes anterior se diluye en el aire. Por una nota que me llevó días, me dicen que facture 13.000 pesos. Pienso qué puedo comprar con eso: no me alcanza para pagar Internet, ni ningún otro servicio y para el súper tampoco es mucho, a lo sumo algunas leches, papel higiénico y un kilo de yerba. Llevo mi hastío a la asamblea y todos mis compañeros y compañeras están igual que yo, incluso quienes están mensualizados porque, aunque hace más de veinte años que trabajan ahí, perciben salarios de 520 mil pesos. Lo mismo pasa con los y las fotógrafas. En colectivo definimos llevar adelante medidas de fuerza y la respuesta de la empresa es descontar los días de paro. Seguimos confiando, igual, que la lucha es colectiva”.
“No tengo para pagar el subte porque todavía no cobré”
“Trabajo en periodismo desde hace quince años. Estudié, me especialicé, aprendí dos idiomas, acumulé experiencia y finalmente, accedí al trabajo de mis sueños: el área de comunicación de un hermoso centro cultural del Estado. Hoy cuando fui a trabajar le pedí a la guardia del subte que me dejara pasar porque todavía no había cobrado el sueldo. Me contestó: ‘Pedí prestado’. Le respondí: ‘Ya lo hice, pero para pagar la luz’”.
“Tengo pánico a que me echen”
“Soy periodista y hace 18 años que trabajo en medios. Bajada de línea hubo siempre. Hace varios años trabajo en el Estado, pero lo que veo y escucho no lo puedo comunicar porque tengo pánico a que me echen. Me enfermo al punto de pedirme mis vacaciones solo para estar en mi casa. Viajar ya no puedo. Me pagan poco. Siento y veo que nos están mintiendo en la cara, como burlándose. En la marcha de los jubilados, me gasearon y empujaron varias veces. Me afecta tanta violencia”.
“En verano no me pagan”
“Me contrató una ONG con recursos internacionales para trabajar en comunicación institucional. Iba a ser una tarea part time y presentando factura, me dijeron. Las cuatro horas se convirtieron en ocho: no solo era armar la estrategia de comunicación y redactar textos institucionales, también escribir las gacetillas, las notas para la web, diseñar las placas, editar los videos, hacer los copys de redes sociales, entre otras múltiples tareas. El trabajo de tres personas, en una. Me había quedado sin uno de mis trabajos fijos y necesitaba esa plata: era poca pero segura. Juntar peso a peso con colaboraciones de notas es muy difícil. La semana de año nuevo avisaron que en los dos meses de verano no había actividades, ni paga. Tuve que salir a buscar otros trabajos urgentes o en febrero me quedaba con la mitad de las cuentas en rojo”.
“Si voy presencial todos los días gasto más de lo que cobro”
“Trabajo hace veinte años en una empresa periodística. Cobro 560 mil pesos, pero hay redactores que ganan 450 mil. Desde la pandemia, el trabajo pasó a ser home office o
híbrido. Este año empezaron a exigir que vayamos presencial todos los días. Muchos nos negamos porque la distancia hace que gastemos mucho en viaje y con el sueldo que tenemos no alcanza. De hecho,
nos empezaron a descontar los días, no por no trabajar, sino por no ir a la redacción. La exigencia es cada vez mayor, incluso, llegaron a pedirnos que trabajemos un domingo gratis. Quieren que nos desgastemos y nos terminemos yendo sin cobrar nada”.
“Todo el estrés influyó muchísimo en que me enfermara de cáncer”
“En 2016 me quedé sin trabajo en relación de dependencia en un histórico diario. Los ‘frilos’ se convirtieron en la única fuente de ingresos, y además de sumarlos en cantidad, tuve que diversificar: ghostwriting, prensa, contenidos para redes… En 2021 entré a trabajar en un medio en tareas de edición, pero cobro sueldo de redactora, y además facturando. En 2023 llegué a trabajar 16 horas por día. Me levantaba a las 6 por el colegio de mis hijos y ya calculaba: «45 minutos de mate para despejarme, una hora para las compras, una hora para cocinar y comer…». Siempre en casa, con el WhatsApp sonando: las noticias en el medio de mi vida. Tuve que medicarme por problemas de insomnio, y comencé con mareos por el agravamiento de un pinzamiento cervical. En 2024 me diagnosticaron cáncer. Sé que todo ese estrés influyó muchísimo en que me enfermara”.
“Trabajar en los medios públicos hoy es padecer inactividad y censura”
“Cuando era chiquita soñaba con ser fotógrafa y periodista, contar historias con palabras y con imágenes. Cuando me recibí de comunicadora entendí que lo que me gustaba de contar historias era aportar para construir una sociedad más justa. Trabajé en revistas que ya no existen como La Maga, me metí de lleno en la investigación periodística y tuve la chance de tener grandes maestros que me enseñaron a profundizar. Saqué fotos de diciembre de 2001: había que esperar el revelado para poder verlas. Después me atrapó la tele y pude aportar mi granito de arena por más de quince años desde el noticiero de la TV Pública cuando recién empezaba a llamarse así. Cuando finalmente me dijeron que iba a ser parte de la Agencia Nacional de Noticias, que había sido creada para tener autonomía informativa y llegar a los rincones más lejanos del país, no lo podía creer. Pero la emoción duró poco: ahora voy solo a fichar, calentar la silla y mirar las horas pasar, porque lo que producimos no lo ve nadie».
“Pueden suspendernos o expulsarnos por repreguntar”
«Si bien las pautas básicas en una conferencia de prensa suelen conversarse entre los organizadores y la prensa en la previa, el periodista debe poder preguntar y repreguntar en libertad, al igual que el que responde, puede optar por hacerlo o no. La nueva resolución para las conferencias de prensa de la Casa Rosada establece como falta grave la repregunta, ya que ordena ´el micrófono debe ser devuelto al moderador concluida la formulación´. A partir de ahora por hacer una repregunta pueden suspendernos la acreditación o expulsarnos».
“No podemos garantizar programación local”
“Trabajar en Radio Nacional en la actualidad es un desafío de
resistencia. Desde fines de 2023 enfrentamos despidos, amenazas de privatización y un vaciamiento constante de las emisoras. En 2024 nos quitaron las redes sociales y la web, lo que limita la difusión de contenidos y vulnera el derecho a la comunicación. En Chubut tampoco podemos transmitir por streaming debido a que no están los equipos necesarios y por falta de mantenimiento de las consolas. Se impusieron programas desde CABA y se emite de forma obligatoria la conferencia del vocero presidencial, Manuel Adorni, lo que afecta especialmente a emisoras como LRA9 Esquel, que no pueden garantizar los mensajes a pobladores y programación local. A pesar de todo, el compromiso de las y los trabajadores sostiene el servicio. Los sueldos están congelados hace ocho meses y no hay diálogo paritario”.
“Las y los trabajadores de la radio cortamos el pasto”
“Hoy la emisora de Radio Nacional Misiones está fuera de aire por la falta de reposición de fusibles quemados en el equipo de FM. La programación local sale únicamente por streaming. El mantenimiento edilicio se hace cada vez más difícil sin presupuesto asignado. En LRA 19 de Puerto Iguazú las y los trabajadores –operadores, locutores y periodistas– se turnan para hacer el corte de pasto del predio que, por las características de la región, sin mantenimiento se vuelve peligroso. Por culpa de esta política de descuido, en dos oportunidades se prendió fuego el patio, llegando las llamas casi al edificio de la radio.
Por la falta de renovación de contratos, la planta quedó con un plantel mínimo, que puede cubrir solamente el turno de la mañana y la primera tarde. Solo dos programas son locales. Por primera vez desde la recuperación de los medios públicos, no se otorgó espacio a candidatos legislativos para que hicieran llegar sus propuestas a la sociedad. La línea editorial establece que haya temas que no se puedan tocar y se prohibió el uso del lenguaje inclusivo”.
“Estamos preocupadas y tristes”
“La Televisión Pública está bajo amenaza todo el tiempo. Primero la iban a cerrar, después cerraron la programación y pusieron latas, por último cerraron ediciones del noticiero. No hay paritarias desde el año pasado. Hay quienes cobran entre 500 mil y 600 pesos de salario: nadie puede llevar adelante una familia con ese sueldo.
La Televisión Pública llega a todo el país, es la única señal que cumple esa función junto a Radio Nacional. Es muy desmoralizante hacer nuestra tarea cada día. Estamos preocupadas y tristes. No hay diálogo con las autoridades y para abrirlo organizamos acciones, como el abrazo a los medios públicos: necesitamos ser escuchadas”.
“Los discursos de odio se materializan”
“Estaba en un bar de Belgrano, esperando a mi hijo. Al ir al baño,
noté la mirada fija de un hombre que, al pasar, murmuró: ‘Las kukas, las cucarachas salieron a la luz’. No respondí y volví a mi mesa. Siguió mirándome, hizo gestos obscenos e insistió con los insultos. Bajé la cabeza por precaución. Miré el café con leche sobre la mesa y, más que miedo, sentí asco. Luego se levantó y volvió a decir algo sobre ‘las cucarachas’. Ahí sentí temor. Llamé al mozo, y el hombre aceleró el paso. Cuando finalmente se fue, logró articular y gritar el insulto final: ‘Cucaracha ensobrada’.
Este relato no es una mera anécdota personal (aunque también lo es), sino un punto de partida para reflexionar sobre cómo se generan y materializan los discursos de odio y las violencias. Asistimos a la legitimación cotidiana de lo deshumanizante. Si un ser humano ve a otro como una cucaracha… ¿qué se hace cuando se ve una cucaracha? Se la pisa, se la elimina. Esa es la lógica del exterminio”.
*Periodistas Argentinas es una red nacional integrada por más de 200 profesionales del periodismo y la comunicación.
El video
Actualidad
Marcha de jubilados del 4J: la fuerza de la calle

(Por Claudia Acuña)
La buena noticia es que este miércoles las y los jubilados no fueron ni golpeados ni gaseados ni detenidos arbitrariamente por las fuerzas de seguridad al mando de la ministra Patricia Bullrrich.
La otra buena noticia es que la Cámara de Diputados aprobó un aumento del 7,2% de las jubilaciones y la moratoria previsional por dos años.
También hay otras noticias que abren un sinfín de interrogantes con los puntos suspensivos que emergieron ayer en las calles del Congreso con inquietante claridad. Lo que sigue, entonces, será largo y por tanto, doloroso. Ojalá que también útil.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
Las vísperas. El grito de Ni Una Menos cumplía diez años y ese aniversario impulsaba una conmemoración que desafiaba la capacidad de movilización de las organizaciones sociales nucleadas en una asamblea con representaciones políticas, sindicales y sociales. Por mayoría, se resolvió cambiar de fecha: ya no sería el 3 de junio, sino el 4 para confluir con el habitual reclamo de las y los jubilados, símbolo de la resistencia a la brutalidad gubernamental. “Unir las luchas”, fue la síntesis. También, se dijo, era una forma de sortear la falta de capacidad de ese espacio para convocar –en tiempos de la des-representación que afecta a los aparatos políticos– a una movilización tan masiva como la de una década atrás.
El lunes le comunicaron esa decisión a la Coordinadora que nuclea a las 14 organizaciones de jubilados que sostienen, desde hace largos años, ese reclamo en las calles, cada miércoles.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
La unión y la fuerza. La unión hace la fuerza es una consigna amigable para la política, pero como nos recuerda la película V de Venganza, también es un slogan de los gobiernos fascistas. Su peligrosa ambigüedad está en el delicado equilibrio entre sumar y obedecer. Quizá por eso mismo, para las y los jubilados –como para las Madres– la fuerza está en otras cualidades.
La diversidad hace la fuerza.
Sostener la cría.
Con esa convicción, abrazaron este apoyo.


Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
Una más. Como la realidad argentina de estos tiempos no tiene metáforas, este 3 de junio y como cada día de estos diez años, sufrimos un femicidio: esta vez fue en Moreno. Gabriel Danielo, integrante de la policía de la Ciudad, asesinó a la pareja de su ex mujer. Tenía una orden judicial que le impedía acercarse, pero como sucede habitualmente, nadie impidió que se presentara al gimnasio donde ella trabajaba. En la puerta le disparó en la cabeza a Marcela. Su cuerpo quedó tirado en la vereda durante las diez horas en las que el femicida se amotinó, mientras apretaba el arma reglamentaria en la sien de su ex. Finalmente, se suicidó.
Así, esta noticia unió brutalmente el reclamo de Ni Una Menos con las y los jubilados, que cada miércoles soportan la violencia policial.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
El Palacio. Blindado por las vallas, el Palacio del Congreso quedó aislado desde la mañana. Alejado así de los reclamos sociales que debería representar, logró sin embargo sorprender con una noticia inesperada: “hay quorum”. Se podrían, finalmente, tratar varios temas urgentes: la situación del Hospital Garrahan, la declaración de emergencia en discapacidad hasta el año 2027 y la moratoria previsional, más un aumento del 7,2% a las jubilaciones y un bono para compensar la pérdida por desactualización, tres ejes del reclamo de cada miércoles. “Cada cartucho de un gas lacrimógeno cuesta la mitad de una jubilación mínima”, sintetizó el diputado Nicolás del Caño (FIT) a las 16 horas, cuando los alrededores del Congreso ya estaban poblados por cientos de personas que se sumaban de a una, de a tres, de a cien.

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
La Calle. Mariana es psicoterapeuta y Jaqueline es psicóloga. Llegan desde Moreno y eso indica que hoy no es el día de las casualidades. Hay muchas como ellas, profesionales de localidades periféricas, que sostienen diariamente la batalla contra la brutalidad que somete a las personas más vulnerables. Unas con cartulinas, otras con banderas pintadas a mano que indican en nombre de qué centro de asistencia a personas con discapacidad alzan el reclamo. Mariana traza con pocas pinceladas el panorama que las impulsa a estar hoy ahí: “Lo que incapacita es el ajuste”. Las pruebas: “Se ha dificultado enormemente el acceso a la salud, con trabas a tratamientos, con demoras en prestaciones de servicios, con negación de medicamentos. A eso hay sumarle la precarización laboral: actualmente estamos cobrando 11 mil pesos la hora de atención y sufrimos atrasos en los pagos de hasta cinco meses. No podemos seguir sosteniendo una situación insostenible y ya sabemos que los derechos se ganan y se garantizan en la calle. Las personas que sufren discapacidad, las y los jubilados son los sectores más violentados y, también, quienes más necesitan que los apoyemos”.
Le pregunto entonces qué ve desde su trinchera cotidiana.
Piensa.
Responde:
“Ayer, al salir del trabajo pasé por Haedo y vi una cola de 50 personas esperando que les den un plato de comida en una iglesia. Y también escuché a otra que decía: “habría que preguntarles a estas personas si viven acá antes de darles de comer”. Noté esa bipolaridad, esa falta de empatía y pensé si no era una barrera defensiva ante una realidad tan cruel y, de alguna manera, psicotizante. No justifico esa actitud, pero traté de entenderla: imaginarme el por qué ante una necesidad elemental se reacciona así”.

Fotos: Lina Etchesuri /lavaca.org
La cartografía. De un lado de la plaza están las organizaciones sociales más diversas identificadas con cartulinas pintadas a mano. Hay manos que se alzan proclamando “La ciencia funciona”, otra que propone “Defendamos al Bonaparte”, cercana a otra que defiende la saludad pública en general, vecina a otra que reclama reparación para el colectivo travesti trans. Unos metros más allá se ve la cara de Tehuel de La Torre sostenida por su mamá. En esa misma esquina una jubilada sostiene: “La realidad tarde o temprano va a ser como la soñamos”.


Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
Lo que sube. Sobre la vereda del cine Gaumont un grupo de jóvenes actrices y actores lee a coro y a los gritos un texto escrito especialmente por el dramaturgo Mauricio Kartum. Comunican así:
“La Ley Nacional de Teatro es una ley que definitivamente le cambió la cara a la escena nacional, que la hizo crecer a niveles asombrosos en todo el mundo, que llevó la actividad a cada provincia, que la propició, que ayudó a la instalación de nuevas salas, que le dio cauce a muchos miles de vocaciones que encontraron allí una profesión, un medio de expresión. Y todo con una estructura austera y con fuentes de financiación legítimas.
Hoy, esta camándula siniestra que tenemos por gobierno lo desmantela. Fueron 70 años de lucha, fueron muchas generaciones solicitando, pensando, proponiendo, peleando. Y mucho trabajo luego de gestión para optimizarlo.
Que unos pasmados del libre mercado como Sturzenegger lo propongan no debería sorprender a nadie, es propio de su naturaleza fanática, de su ceguera. Pero que haya allí gente de teatro que ponga la cara, que lo sostenga con su acción o con su falta de reacción, es deplorable.
Leonardo Cifelli (secretario de Cultura de la Nación) y cada uno de los funcionarios cómplices –por acción o por omisión– de este desguace: recuerden que todo lo que sube baja alguna vez. Que a ese tronito al que se han subido, y desde el que saludan ahora con saquito entallado, lo deshace la primera inundación».

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
También están las artistas plásticas detrás de una bandera pintada a mano y con manos, y algunas caras famosas –Georgina Barbarrosa, Katjia Aleman, Nancy Pazos– dando entrevistas a las cámaras para explicar lo necesario. Georgina: “Tengo 70 años y estoy acá por mi nieta”.
Hay más, por supuesto, porque lo de hoy es mucho por este lado.
Lo poco. Del otro lado de la plaza está lo poco: detrás de la bandera de la organización Ni Una Menos hay una sucesión de organizaciones políticas que –al fin– se atrevieron a aparecer en la calle y en este marco a través de la ventana abierta por el “género”, por decir rápido y mal lo que allí se nuclea. Encabeza La Cámpora y quizá por eso mismo es imposible escuchar en ese lateral algo que no esté referido a la interna kirchnerista ni oler otro perfume que no sea el electoral. Son menos de tres cuadras que al recorrerlas despiertan el interrogante de si es eso es todo lo que decidieron o pudieron movilizar para este acto.

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
Lo inmenso. Sobre las vallas de Callao es otro el significado de Ni Una Menos. Lo dice Mariana, mientras sus dos pequeños hijos sostienen en alto los carteles que prepararon para hoy: “No hay un referente claro de este movimiento y esa es su fortaleza: nadie lo puede negociar. Quien se postula como referente no lo es: vos sos referente, yo soy referente, la que está allá también lo es, como lo es cada organización chica, grande o mediana. Y lo construimos y sostenemos entre todas. Ni una Menos es un grito, un llamado, como lo es cada lucha que hemos dado en este movimiento. Por eso mismo el feminismo no da ni un paso atrás en estos tiempos en que parece tan difícil salir a la calle. Porque es en la calle donde no vamos a perder nada de lo conseguido, pero también donde hay que sostener lo ganado. Lo sabemos. Por eso estamos acá con los hijos, con los jubilados, con los discapacitados, con las amigas, con las vecinas. Todas y cada una sabemos que esta lucha es así: larga, transversal, no sectaria, firme. Lo que tenemos que pensar ahora es que vamos a hacer el miércoles que viene”.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
Actualidad
Al gran pueblo argentino, ¿salud?

“10 años de formación. 68hs por semana. $797.061 por mes. $2930 por hora”. El cálculo no sólo es un afiche de color amarillo, sino también una síntesis de la situación de residentes del Hospital Garrahan, el centro pediátrico de excelencia en Argentina, quienes organizaron este jueves una marcha desde la institución hasta el Ministerio de Salud.
por Lucas Pedulla/ Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Los residentes son médicos egresados que continúan su formación y que, en este caso, eligieron el Hospital Garrahan como lugar de residencia, de donde egresan 70 pediatras por año. El reclamo viene desde 2024 y alertaron que siguen sin respuestas, pese a que perciben un salario por debajo de la línea de pobreza realizando seis guardias al mes de 24 horas cada una: “Es algo incompatible con la vida -denunciaron-. Nos estamos formando para atender a sus niños. Esto no va por ningún partido político: es nuestro sueldo”.

La gente marchó por la calle, pero el protocolo no se aplicó: una exclusividad para jubilados.
La movilización fue parte de un plan de lucha que incluyó un paro sin guardias de cuatro jornadas, que empujó al Gobierno a dictar una conciliación obligatoria por 15 días para dejar sin efecto las próximas medidas de fuerza. “No es una decisión fácil, pero sí necesaria”, explican desde la Asamblea de Residentes del Garrahan. “Estamos luchando por condiciones laborales dignas, por nuestros derechos y por una salud pública de calidad”.

La marcha comenzó con el Himno Nacional Argentino, y las lágrimas brotaban al entonar “al gran pueblo argentino, salud”, la gran frase de cabecera de esta convocatoria.
- “Sin residentes no hay hospital”,
- “16 horas de trabajo = 1 docena de empanadas”,
- “Soy bioquímica residente y cobro $2930 la hora”
Así fueron algunos de los cientos de carteles que se multiplicaron en manos jóvenes que eligieron la salud pública y quieren lo obvio: un sueldo digno.

La propaganda manda en el cartel.
En el Ministerio, la marcha se encontró con la movilización contra los recortes para personas con discapacidad, que saludaron: “Unidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode”. Allí también llegó una familia que no era trabajadora del hospital, sino simplemente usuaria, con un niño de cinco años que tenía un cartel que resumía todo: “A mi mamá la salvó el Garrahan”. Esa vida es, también, lo que hoy salieron a la calle a defender.

Compartimos uno de los comunicados que repartieron, escrito por la Asamblea de Residentes del Garrahan (@asamblearesidentesgarrahan, en Instagram).
“Somos residentes. Médicos recibidos que decidimos continuar nuestra formación especializándonos en Pediatría y elegimos este hospital para hacerlo.
Somos quienes probablemente te hayan atendido en la guardia, en los consultorios y en las salas de internación.
Nos formamos día a día, cuidando pacientes, acompañando familias, aprendiendo de cada historia. Hoy el sistema que debería fortalecernos nos está dejando atrás. No dejamos de esta en los consultorios porque queramos, sino porque no podemos más. Nuestros salarios no alcanzan. Trabajamos jornadas extensas, con enormes responsabilidades, por ingresos que no nos permiten vivir dignamente.
Esta medida es el último recurso de quienes queremos seguir en este hospital, sin tener que abandonarlo para sobrevivir. La salud pública también se cuida cuidando a quienes la sostenemos.
Estar lejos de nuestras guardias, de los consultorios, de nuestros pacientes nos duele. Pero esta lucha también es por ellos y paa ellos. Porque in residentes no hay formación continua, y sin formación continua no hay futuro para el sistema de salud.
Defendemos la salud pública, incluso cuando nos toca hacerlo desde la calle”.

Actualidad
Jubilados + científicos: la gente que no se guarda en el colchón

El despliegue policial fue otra vez inusitado: gendarmes, prefectos, policías federales y aeroportuarios contra jubilados empujados a la pobreza extrema, cuyo medio de transporte no son la motorizada o los hidrantes, sino los bastones y las sillas de ruedas. Un rato antes, en el Polo Científico, hubo un acto contra el cientificidio producido por un estado que desmantela y desfinancia incluso emblemas de salud como el Hospital Garrahan.
En el caso de Congreso, nuevamente el acompañamiento a los jubilados reflejó una heterogeneidad creciente: curas, organizaciones territoriales, algunos –pocos– sindicatos, organismos de derechos humanos. Y el formato repitió un esquema coreográfico que optimizó el de la semana pasada: el movimiento, por la vereda y la calle, desorientó a las fuerzas que, aun siendo más en proporción, no daban a tiempo de evitar los cortes que lograba una marcha que no se detenía nunca. Esa estrategia también evitó choques directos, aunque los federales se armaron con máscaras para gasear en cualquier momento, gusto del que no se privaron tampoco con la prensa: al menos 18 personas heridas, fue el conteo de la Comisión Provincial por la Memoria. De todos modos, el piquete mayor fue el realizado por la propia ministra Bullrich y sus tropas, que aislaron al Congreso durante todo el día, cortaron Rivadavia, Callao, Combate de los Pozos, Hipólito Yrigoyen y la estación Congreso del subte A, para detener una marcha que, de hacerse, significa una vuelta alrededor del palacio legislativo de unos 20 minutos. De este modo, se instala un caos durante todo el día como para encender las ínfulas represivas. Volvió a escucharse un viejo cántico: “Policía Federal, la vergüenza nacional”.
Crónica de otra jornada con una pregunta que se respondió entre precios de empanadas, medicamentos y bifes de costilla: ¿qué guardan los jubilados bajo el colchón?
Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi
Fotos: Sebastián Smock y lavaca.org
Es miércoles otra vez y todo se dispone más o menos como siempre.
Por allá el Congreso, vallado en cada esquina, de imposible acceso salvo para las fuerzas federales que utilizan las oficinas anexas del Palacio que –según la Constitución– debería votar la prórroga de la moratoria o los aumentos de los haberes de las personas jubiladas que están a minutos de reprimir.
Por acá los medios, autogestivos y privados, con máscaras de gas para evitar los químicos bullrichistas, en una naturalización de las condiciones bajo las que debe trabajar el periodismo.

Antonio Becerra, fotógrafo del diario Tiempo Argentino.
El conflicto es visible.
De un lado mujeres y hombres jubilados, muchas veces con bastones, otras con sillas de ruedas, siempre con carteles manuscritos que suelen ser un símbolo del presente.

Medios de transporte para reclamar por los derechos.
Enfrente, la policía Federal, la Aeroportuaria (?), la Gendarmería (?), la Prefectura (?), dedicadas a estos operativos caóticos, costosísimos, que revelan que la voluntad oficialista no es que haya orden, sino que haya represión.

Otros medios de transporte.
La danza del Congreso
Sin embargo es miércoles otra vez y la manifestación comienza, pero si la semana pasada ya había sido distinta, porque jubilados, sacerdotes, militantes barriales, sindicalistas, organismos de derechos humanos, socorristas y vecinos se desplazaron en una coreografía que hizo mover hasta el cansancio a las llamadas fuerzas de la ley, este miércoles la performance se optimiza, ganando en eficacia y poesía.
Porque comienzan sobre la plaza, dejan atrás los cordones de las fuerzas sin bajar a la calle, caminan sobre la vereda, cantan “qué feo debe ser pegarle a un jubilado para poder comer”, bordean la calle Hipólito Yrigoyen, llegan hasta la otra punta en Luis Sáenz Peña, doblan en U hacia Avenida Rivadavia, y de repente bajan a la calle, porque a los efectivos (?) no le dan los pies para caminar tan rápido y evitarlo, y entonces cuando llega la PSA la columna pasa de nuevo sobre la vereda cantando “qué vergüenza pegarle a un jubilado por dos pesos con cincuenta”, y vuelven hacia Yrigoyen, y bajan a la calle, hasta que llega Gendarmería corriendo, y entonces vuelven a la vereda, y llegan hasta Sáenz Peña –otra vez– y bajan a la calle –otra vez– y cortan la calle, y de las motos y los autos suenan bocinas, y los manifestantes saludan riéndose como niños, porque la desorientación federal es total, hasta que llega la Federal, y se suben a la vereda, y así sucesivamente.

Crearon un cauce.
Una marcha infinita.
Una invitación a que el próximo miércoles las gotas que van confluyendo en esta ceremonia semanal sean cada vez más.
Cientificidio, motosierra y licuadora
El mismo día, en 15 ciudades del país se realizaron actos en los que participaron miles de científicos contra lo que llamaron “cientificidio”. El hecho se plasma en la motosierra sumada a la licuadora, aplicada a entidades como el Conicet (Consejo Nacional de Actividades Científicas y Técnicas) y la Agencia Nacional de Promoción Científica.

Foto: lavaca.org
Investigaciones y proyectos de todo tipo –desde estudios sobre cáncer hasta resistencia a los antibióticos– son amputados por la motosierra, mientras la licuadora se aplica a salarios que en muchos casos han sufrido pérdidas del 40% durante esta etapa que el gobierno “libertario” define como un éxito.

FotoCobertura colaborativa / RAICYT
En Buenos Aires la concentración se realizó en el Polo Científico (en Palermo), ante una situación que quienes trabajan en ciencia definen como desesperante, por el grado de destrucción y vaciamiento que sufre una actividad crucial.
El planteo fue: «Desde el estudio de la pandemiahasta la producción de alimentos, desde la historia argentina hasta la transición energética, desde las desigualdades sociales hasta la nanotecnología, desde la literatura hasta la biomedicina: no hay agenda de futuro sin ciencia». Los organizadores informaron además: “El poder adquisitivo de salarios y becas cayó un 40%, alcanzando niveles históricos mínimos, comparables a los de 2001”. Ya se han perdido 4.000 puestos de trabajo. La llamada “fuga de cerebros” se ha convertido en otro regalo que Argentina hace al mundo: no solo los recursos naturales sino también los humanos pasan a estar de remate. Los científicos plantean: “El gobierno ha implementado una política de aniquilación de aquello que llevó décadas construir”.

Foto Cobertura colaborativa / RAICYT
Las y los manifestantes se inspiraron en El Eternauta, con máscaras y la consigna “Nadie se salva solo”. Hace más de un año y medio las marchas de jubilados están planteando el mismo tipo de cuestiones y mostrando un camino que parece haber inspirado también al Polo Científico.
Una diferencia notable es que las máscaras de jubilados, periodistas y fotógrafos en Congreso son previas a la serie de Netflix, muchas veces caseras y precarias, y consecuencia de que son literal y semanalmente atacados con gases tóxicos, cosa que ha ocurrido hasta con niñas.
En el caso del Polo Científico, los atuendos están muy bien hechos y son simbólicos, ya que no han sufrido ataques físicos como los jubilados (aunque si siguen reclamando seriamente tal vez lo logren).


Ataques a jubilados y fotógrafos
Volviendo a la marcha de jubilados, las fuerzas federales (Gendarmería, Prefectura, Policía Federal y de Seguridad Aeroportuaria) comandadas por Patricia Bullrich mostraron ya no solo su cara represiva, sino también una improvisación inusitada. Un decálogo de postales de desconciertos y abusos:
1) Al vallar todo el Congreso –incumpliendo su propio protocolo antipiquete y cortando el tránsito en Avenida Rivadavia, Callao, Riobamba e Hipólito Yrigoyen– , generaron un peligro latente porque la gente debía caminar un tramo sobre Callao por la calle, pegada a los autos.

2) No dejaban cruzar a la gente por la senda peatonal de Rivadavia y Callao y tampoco explicaban el por qué. Solo ganaron reproches e insultos, también, de las personas que no estaban reclamando por las jubilaciones. Por ejemplo, automovilistas.
3) Armaron una barricada en medio de la Plaza de los Dos Congresos, sin ningún sentido (dentro de la plaza no hay calles que despejar).
4) Armaron otra barricada en medio de la vereda, a la altura de Rivadavia al 1771, entre Callao y Rodríguez Peña. Es decir: la policía hacía un piquete que impedía que los transeúntes fueran por la vereda, obligándolos a bajar a la calle. Al rato se dieron cuenta del absurdo y se movieron, entre risotadas e insultos.

5) Volvieron a gasear a la prensa. Antonio Becerra, fotógrafo de Tiempo Argentino, fue uno de los más afectados.
6) Según registró la Comisión Provincial por la Memoria hubo al menos 18 personas heridas.
7) Para seguir visibilizando su reclamo, un puñado de no más de veinte jubilados empezaron un semaforazo en la esquina de Montevideo y Rivadavia. Cuando se ponía en rojo el semáforo sobre Rivadavia, saltaban a la calle a reclamar e informar frente a los automovilistas. Cuando cambiaba al verde, subían. Así una y otra vez, hasta que llegó un ejército de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) les impidió hasta eso.
8) La mayoría de los efectivos de todas las fuerzas no llevaban identificación.
9) Cuando se les pregunta el por qué, muestran otro de sus protocolos: se ríen socarronamente.
10) Un dato no menor: quienes se ríen, están con trajes blindados y armados hasta los dientes.

Los jubilados que usan máscaras no lo hacen para parecerse a El Eternauta, sino porque son literal y semanalmente atacados con gases tóxicos por la policía, y además por fuerzas de presencia inentendible en la plaza de Congreso: Gendarmería, Prefectura y Policía Aeroportuaria.
El colchón y las empanadas
Entre dólares en colchones y empanadas caras, hay un problema central que tiene menos prensa: la jubilación mínima sigue siendo de $296.481, a la que se suma un bono extra que desde marzo de 2024 yace congelado en $70.000, con lo que el haber llega a $ 366.481.
Armando tiene 74 años y es de Barracas. “Los dólares del colchón y las empanadas de Darín son métodos de distracción, de engaño hacia la gente, que se ve que les sirve porque tienen adeptos y ganan elecciones. Me pregunto cómo pueden lograrlo con el deterioro que están haciendo y con la maldad que tienen, porque no aumentar nuestras jubilaciones lo festejan como una victoria”.

¿Qué tiene usted en el colchón? “Lo único que me queda es el elástico”, dice y ríe por primera vez. Se pone serio: “Siempre que tuve un sope lo tuve que gastar. Y ahora ni eso. He sabido estar mejor, pero no ahora. Tengo el esófago de Barret, una enfermedad por la que debo tomar tres remedios todos los días y este gobierno me quitó el más caro, que antes era gratuito. No puedo pagar 50.000 pesos así que mi doctora me bajó la dosis a la mitad”.
Delia sostiene un cartel que denuncia lo que cobra un senador (9 millones de pesos) y exige “basta” y que los jubilados sean “los primeros”.
Cuenta su modo de supervivencia: “Cobro la mínima, 366 mil. Pago de alquiler casi 200 mil, y 100 mil de expensas. Sacá la cuenta de lo que me sobra para todo el resto del mes. Después la luz, el gas; lo que nos dicen es ‘no vivas, no vivas más’; o sea ¿me tengo que suicidar? Eso es lo que van a lograr, y chau”.

Estela y Lidia tienen 63 y 72 años. Están juntas y enojadas. “Los medios de comunicación son cómplices de que el gobierno nos trate como el repulgue de la empanada, obviando los temas importantes, como es esta protesta. Todo el mundo hablando de Darín, o mostrando sus colchones con el fin de disfrazar la realidad”.
Ven lo positivo de las empanadas: “Es importante que un artista como él haya hablado, porque aunque nosotras comamos en lugares más baratos, no dejamos de sufrir”.
¿Qué se sufre? “Lo que no tenemos en el colchón porque no tenemos ni en la heladera. Ya no estamos cocinando de noche. Ya pasó para nosotros lo de las 4 comidas. No existe más”.
Liliana –70 años, de Sarandí–, Sandra –63, de Quilmes– y Elba –72, también Quilmes– son tres amigas de zona sur del conurbano que tienen la bandera argentina como capas de superheroínas. Liliana se ríe para no llorar de lo que hay debajo de su colchón: “Deudas y cuentas, bien abajo de la almohada, esa que todas las noches no te deja dormir. Hasta el servicio de televisión tenemos que cambiar porque no alcanza. ¿Comer?, por Dios”.
Sandra come al mediodía: “A la noche matecocido, nomás”.
Elba fue a la mañana a hacer mandados porque a la noche viene su nieto a cenar: “Una hora estuve mirando precios. Me decidí por un bife de costilla, medio flacucho: $11.500 el kilo, para que coma bien el nene”. Liliana dice: “Bueno, ¿ves? Yo carne ya no”. Elba suma: “Y yo no voy al doctor porque me va a dar un remedio que no voy a poder comprar –dice y se señala la boca–. Todos los días rezo para que Dios me cuide los dientes”.

Efecto del gas pimienta.
Ricardo, 68 años, trabajó de todo –chofer de colectivos, montador, en una tejeduría de San Martín–, y cuenta que hace cuatro meses lo operaron de cáncer de próstata. “No me alcanza ni para los medicamentos, hijo”, dice, con los ojos como dos espejos. “Estoy acá porque Dios, quizá, me permite vivir un poquito más”. Su mujer trabaja y banca la situación, pero tuvieron que ir cambiando el menú: otro aceite, otras carnes, otra verdura, otro tomate, otros huevos. “Me entendés, hijo, todo hizo que nuestra vida se deteriorara en un sentido de dignidad de la mesa”. No pensó que después de jubilarse estaría de nuevo en las calles, pero acá está, con fe y esperanza de que Argentina pueda cambiar: “Ustedes tienen que razonar, la juventud, porque van a ser los más damnificados. Dios te ayude, hijo”.
Pasó otra marcha y pasó otro miércoles. Y llega un nuevo parte desde el Hospital Ramos Mejía, donde Pablo Grillo permanece internado desde aquel miércoles 12 de marzo cuando fue baleado por un gendarme con el impacto de un proyectil de gas apuntado a su cabeza. “Continúa estable en terapia intensiva. Desde Neurocirugía, su cuadro está controlado y su evolución es positiva. Desde Terapia Intensiva, se le están administrando antibióticos por la detección de una infección en vías urinarias. Está siendo monitoreado y su estado, por el momento, está controlado”.
La jubilación mínima sigue siendo de 366 mil pesos: salvo excepciones, no alcanza para comprarse un colchón. Más de cinco millones de jubiladas y jubilados hoy cobran eso.
Y por eso, también, seguirá esta marcha que parece infinita. El próximo miércoles.
