Nota
A la calle por el hospital público
Este martes 7 a las 12 del mediodía más de 4 mil médicos y profesionales de los 35 hospitales porteños marcharon a la Legislatura para repudiar el recorte presupuestario y el vaciamiento que denuncian está haciendo el Gobierno de la Ciudad de la salud pública. La gota que rebalsó el vaso y convocó a la manifestación – además de los tiempos electorales- fue un “error” en la liquidación de los sueldos de los trabajadores de planta, que llevaría ahora a descontarles un dinero mal asignado, justo después de las elecciones del gremio oficialista Médicos Municipales y en coincidencia con el pago de aguinaldos. Pero el modelo de salud macrista incluye, desde hace al menos seis años, subejecución de presupuestos, falta de personal y de insumos, cierre de servicios, retrasos en los pagos de hasta 6 meses, y precarización de residentes y concurrentes en los hospitales, tal cual lo explican los testimonios de esta crónica.
El ¿error?
Desde hace algunas semanas, trabajadores de los hospitales porteños vienen discutiendo en asambleas – con sede rotatoria en el Argerich y el Gutierrez- estrategias para defender sus condiciones de trabajo, la calidad en la atención y un modelo de concebir la salud pública.
Esto no es nuevo: las denuncias por faltas de insumos en 2012 o la reciente demolición del Taller Protegido 19 en el Hospital Borda, represión mediante, son apenas los ejemplos visibles de una política de recorte presupuestario y vacimiento con la que los profesionales y pacientes conviven día a día en los hospitales.
La gota que rebalsó el vaso – esta vez- y que convocó a una manifestación fogoneada por los tiempos electorales, fue un “error” en la liquidación de los sueldos hace seis meses que recién se conoció ahora y planea un descuento en los próximos pagos. Así lo cuenta uno de los afectados, Juan Manuel Montagnano, cardiólogo del Hospital Argerich: “Hubo un error de incorporar unas sumas al básico, se incorporó un porcentaje mayor. A nosotros no nos pareció extraño porque el gremio (Médicos Municipales) nos había prometido un aumento de casi el 40%. Pero digo, si vos sos contador, ¿no te das cuenta que te faltan 20 millones de pesos ese mes? A nosotros no nos parece una coincidencia que se hayan avidado un mes después de las elecciones de Médicos Municipales y el mes del pago del aguinaldo”.
Nota: los contadores olvidadizos pertenecen a la empresa española Meta 4, elegida por el gobierno para liquidar los sueldos de la salud pública.
“Esto indignó a todos los médicos de planta, que salieron hoy a marchar,” dice Ignacio Prieto, que como residente del Argerich ya se había movilizado en otras oportunidades a la Legislatura. “Pero además de lo económico el reclamo es mucho más de fondo”, dice, representando a los jóvenes.
El cardiólogo Montagnano se sincera: “Los médicos somos muy tarados, tenemos miedo a protestar. Muchos ven esto como si no es de su clase, que nos rebaja. Pero somos trabajadores, y cada vez más; hoy la medicina no es como hace años esa cosa altruista… Hoy hay que pelear por dar una buena calidad de atención”.
Marcha invisible
La marcha no se difundió en los medios, lo que aumenta la sorpresa de la convocatoria: esa sorpresa que da una organización invisibilizada que de pronto ebulle. A las 12 del mediodía en frente de la legislatura había más de 4 mil personas aplaudiendo, cantando o simplemente sosteniendo una bandera que representa al hospital de donde vienen. La mayoría de guardapolvo blanco, muchos jóvenes y muchas mujeres.
Si bien no es la primera marcha en defensa de la salud pública contra la gestión del gobierno porteño, esla que más convocatoria reunió: médicos, psicólogos, psiquiátras, bioquímicos, trabajadores sociales, residentes, concurrentes y trabajadores de los 35 hospitales porteños.
“Yo no participo en ninguna lista gremial, no soy de ningún partido político, solamente me movió decir: basta”, dice Montagnano, que lleva 13 años en el Argerich y es la primera vez que sale a la calle para defenderlo. “Hago un mea culpa por no haber salido antes”, dice.
Por qué: “Desde hace años se viene reduciendo sistemáticamente y punto por punto el presupuesto de salid. Y lo peor es que también se están subejecutando las partidas: la última que pasó es que subejecutaron partidas de centros de salud y la destinaron a publicidad y obras públicas”.
El Nono Frondizi, dirigente de ATE y titular de la dirección de Talleres Protegidos en salud, en medio de los bombos da detalles a lavaca: “El gobierno ha reasignado 40 millones de pesos para la publicidad. 600 mil del presupuesto de Talleres protegidos; 600 mil del Borda; 500 mil del Tobar García; un millón trescientos del Pena y del Argerich; y así de seguido”.
El Taller protegido 19 demolido en el Borda y el traslado de los trabajadores y pacientes a otra dependencia hacen carne estos números: “En el taller de ahora no se pueden realizar las mismas actividades que se hacían en el taller demolido”, relata el Nono como director del programa. “Primero porque no se puede trabajar en un lugar donde la acústica impide el diálogo, es decir la construcción del vínculo con los pacientes y en ese marco el trabajo productivo. Y por otro lado hay una serie de medidas de seguridad que no se han cumplido. El tratamiento de salud mental que es a partir del vínculo y la producción para el paciente en ese marco se hace muy dificultoso”. Aquel taller, que al momento de su demolición contaba con 20 pacientes practicando oficios, hoy sólo mantiene a tres.
Frondizi: “Hemos presentado un proyecto de reconstrucción del taller vamos a tomar una iniciativa popular para juntar firmas para que eso se trata en la Legislatura”.
Falta de insumos
Frondizi enumera otros recortes: “Hay falta de vacantes, de insumos, paralización de obras, rebajas de salarios, 1500 cargos de profesionales que están tramitados y no se efectivizan”.
Carla, de la residencia básica de Gerontología del Durand, sostiene un cartel que dice: 4 camas geriátricas cerradas. Cuenta: “En la unidad de internación geriátrica se cerraron cuatro camas, que es toda una sala, por falta de personal. Tenemos cuatro disponibilidades menos para los mayores, que son de los más postergados por este modelo de salud”.
Además enumera otras faltantes: “Pintan el hospital en el frente pero la sala de internación del tercer piso está toda destartalada, no hay fundas para las almohadas”.
Natalia, del Vélez Sarsfield: “Se dedican a ponerte un banquito, una sillita, y por ahí te faltan guantes”.
Claudio, de la Unidad coronaria del Ramos Mejía también lo vive: “A mí me afecta en la parte de insumos. Faltan los ueros, algunas guías de sueros, las sondas para aspirar tanto en Neonatología como en terapia intensiva”.
El gremio cómplice
La autoconvocatoria de los trabajadores de estos hospitales se debe, en gran medida, a las diferencias que mantienen con el gremio oficial Médicos Municipales.
“Cuando cerraron la terapia del hospital Gutierrez porque no había médicos, o en el cierre de una sala del Durand, mismo en la represión del Borda, Médicos Municipales no dijo nada”, ilustra Montagnano.
Sobre el descuento en los sueldos: “Silencio. Lo único que hacen es publicar comunicados diciendo que no adhieren y están en intensas gestiones. Yo quisiera saber dónde están las intensas gestiones”.
Sobre esta marcha: “A una compañera del hospital que trabaja en el CESAC de Palermo justo hoy, antes de salir a la marcha, le cayó una auditoría”.
Carla, de la residencia básica de Gerontología en el hospital Durand, confirma este método extorsivo: “Siempre durante las manifestaciones mandan auditorías, porque no estamos en los puestos de trabajo”.
Natalia, del Centro de Salud N° 36 del Hospital Vélez Sarsfield: “Médicos Municipales no sólo no nos defiende, no les importamos, sino que además mandan mensajes amenazantes: no convocamos, no adherimos, auditorías, sanciones y quita de sueldos. Los residentes, por eso, nos autoconvocamos”.
Los residentes
Gran parte de los trabajadores que marcharon el miércoles eran jóvenes residentes y concurrentes, que no sólo ven amenazados su futuro sino también su presente.
“Somos de 10 sedes de Medicina General, residentes que ingresaron este año, jefes de residentes y concurrentes que todavía no cobramos nada desde el 1 junio”, denuncia Natalia, 31 años, del hospital Vélez Sarsfield. “Está naturalizado que tardan 3, 4 ó 5 meses en pagar, y ha habido años de compañeros que entraron el 1 de junio y en enero del año siguiente todavía no habían cobrado”. El trabajo que realizan en estos centros requiere dedicación exclusiva: de 8 a 17.
Ignacio Prieto, también residente, confirma y siembra una sospecha: “Sólo en elecciones para Jefe de Gobierno, hace dos años, cobramos todos al mes. Nos demostraron que administrativamente se podía hacer. La pregunta entonces es adónde va nuestra guita”.
Concretamente:
- Ignacio: “Yo cobré después de seis meses, sin recibo de sueldo y me descontaron casi 5 mil pesos y no sé por qué”.
- Rogelio, otro residente: “Yo estuve tres meses sin cobrar”.
Ignacio cuenta además sobre las condiciones de trabajo de los residentes: “Estamos cubriendo baches de otros empleados municipales, camilleros, enfermeros que están nombrados y no van. Hay un desabastecimiento del personal a propósito por la falta de nombramientos. Los residentes se forman como parches sanitarios y se ve afectada la calidad asistencial y la calidad formativa que es lo que buscamos con la residencia”.
El último eslabón de esta cadena de precarización son los concurrentes, a quienes ni siquiera se les paga. “Y laburan al mismo nivel que vos, muchas veces con más capacidad porque les fue mejor en los examenes que a los residentes. Tienen un día en la semana libre y tienen que salir a laburar afuera. No tienen ART, no tienenjubilación, ni vacaciones, ni aportes sindicales”, dice Rogelio.
Ignacio agrega la reflexión: “Claramente el problema no es la intención o voluntad del personal, sino que es de fondo. Siempre estamos predispuestos los médicos en formación a que nos reconozcan y poder trabajar como corresponde en el lugar que elegimos”.
Rogelio: “La mayoría eligió el hospital público para formarse, y muchos que han estado en privado se han ido al público porque son honestos con la formación que han recibido en universidades del estado”.
Ignacio es uno de ellos: “Cambié un laburo en una clínica de 2.500 pesos por 12.00 pero en un hosital público. Creemos que la única forma de hacer salud es que sea igual para todos y como un derecho”.
Fotos: Josefina Troiani
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La Estela: tierra guaraní en escena

Las actrices Casandra Velázquez e Ivana Zacharski crearon un unipersonal sobre una niña litoraleña que descubre aventuras al amparo del monte misionero. El calor agobiante, la siesta obligatoria, los árboles de yerba mate y las leyendas de ese territorio se cruzan con la inspiración de Clarice Lispector como punto de partida.
Por María del Carmen Varela
A la hora de la siesta el pueblo entra en una pausa obligatoria barnizada por un calor agobiante. Ni el sueño ni el sofoco detienen a la niña, que abandona su cama con sigilo y logra escapar al amparo del monte. Encuentra en la intemperie el abrigo que no es costumbre en su casa. Cada día la espera una aventura distinta, aunque no siempre hay juego y risas. Rebelde, divertida, decidida, busca compañía para sus andanzas y si no la encuentra, transita en soledad. La salvación a cielo abierto, la naturaleza como sostén y una fascinación: “La Estela”.
La actriz y bailarina Casandra Velázquez y la actriz y directora de teatro Ivana Zacharski dieron luz a esta niña litoraleña sumergida en la vastedad de un paisaje indómito y deslumbrada por Estela, la joven esquiva con mirada de pantera. Ivana y Casandra se conocieron a sus 18 años tomando clases de actuación con Pompeyo Audivert en el Teatro Estudio El Cuervo, poco tiempo después de que cada una viniera a estudiar teatro a la Capital. Casandra nació en Rosario y creció en Venado Tuerto (Santa Fe), Ivana es de Apóstoles, Misiones, donde se desarrolla esta historia que juntas llevaron a escena. Este universo, recorrido por Ivana, de tierras guaraníes surcadas por árboles de yerba mate y leyendas de peligros a la hora de la siesta, fue la inspiración para La Estela.
Ivana tenía ganas de dirigir un unipersonal y eligió a su amiga Casandra para actuarlo. El punto de partida fue un cuento de Clarice Lispector: La relación de la cosa. Casandra: “Los primeros encuentros fueron sin texto, nos acercamos a la obra desde el cuerpo, la respiración y la carne. En los primeros ensayos bailé un montón, unas danzas extrañas, medio butohkas, transpire, canté, corrí, toqué el bajo. Ivana empezó a escribir y yo a probar y actuar todos esos textos e hipótesis, el insomnio estaba presente, la obsesión con el tiempo, los fantasmas del futuro, algo vinculado a la materialidad del agua y el devenir del río. Aparecieron unos cuentos protagonizados por distintas niñas en paisajes litoraleños. Nuestro personaje de ese momento: una mujer en medio del insomnio, se contaba esos cuentos a ella misma para poder dormir”.

Foto: Gentileza La Estela.
Después de que Ivana hiciera un taller de escritura con Santiago Loza y Andrés Gallina, la historia fue tomando fuerza. Cuenta Casandra que algo se abrió y comenzó a aparecer la trama: “La obra apareció y nos empezó a hablar. Nos metimos adentro de esos cuentos, de esos paisajes y de esas niñas y dejamos de lado todo lo demás. Apareció algo muy mágico entre nosotras, algo de eso que las obras permiten, que es crear un universo común, descubrir conexiones y relaciones nuevas. Sentía que la obra estaba apareciendo y tenía voz propia, apareció el cuerpo de la obra y una forma de narrar”. Casandra recorre el escenario y su fuerza expresiva invita a adentrarse en la historia de esta niña llena de vitalidad y asombro. La vemos en su habitación, presa del calor de la tarde, en busca de libertad y juego, invocando protección divina cuando algo se le escapa de las manos, trabajando en el puesto rutero, pateando una pelota, como se patea a la injusticia, hipnotizada al descubrir la mirada felina de “la Estela”.
El entusiasmo de la juventud, las tragedias inesperadas, las súplicas, el goce de la novedad caben en ese cuerpo palpitante de sueños. Ivana y Casandra apelaron a sus propias vivencias para hilar la narración. Casandra: “Las dos pasamos nuestras infancias y adolescencias medio punkis en distintos paisajes litoraleños, lejos de esta ciudad, sus ritmos y velocidades. Había algo de ese universo común, de elegir siendo muy chicas irnos de las ciudades donde crecimos, que empezó a operar, casi telepáticamente. El ejercicio de revisitar esos paisajes y poblarlos de ficción fue fascinante, mirar el mundo con ojos de infancia nos abrió mucho permiso y nos devolvió mucha vitalidad, nos permitió vincularnos con la violencia, el dolor y la crudeza de crecer desde un lugar de mucho delirio y mucho juego. La obra es bastante impune en ese sentido, el relato no pide permiso, ni da explicaciones, sólo sucede. Justicia poética, decimos, un conjuro de liberación”.
Al cabo de dias de ensayo, la voz de la niña litoraleña comenzó a asomar y Casandra hizo un trabajo específico con la coach vocal Mariana García Guerreiro. El actor Iván Moschner también se sumó a pulir el fluir de la voz. Escuchar radios misioneras, discos y entrevistas a Ramón Ayala y otrxs artistas misionerxs colaboró con esa tarea. La niña que sube el escalón hacia la adolescencia, la que se enfrenta al monte y sus amenazas, se abre paso en la oscuridad con la lumbre de su irreverencia. Salvar y ser salvada, desafiar la imposición de la siesta, para correr a soñar despierta.
La Estela
El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960, CABA
Sábados a las 18 hs, hasta el 27 de septiembre
@laestela.obra
Nota
Litio: nace un nuevo documental

Este viernes 29 de agosto se presentará un nuevo contenido de Cooperativa de trabajo lavaca: Litio. Un documental dirigido junto a Patricio Escobar que refleja la lucha de las comunidades originarias y el paralelismo entre la reforma (in)constitucional de Jujuy, como experimento hacia la Ley Bases votada a nivel nacional.
“Te cuento esta historia, si me prometés hacer algo. ¿Dale?”.
Así arranca el documental Litio, una historia de saqueo y resistencias, que continúa…
Un documental independiente y autogestivo de cooperativa lavaca y dirigido en conjunto con Patricio Escobar, que traza un hilo conductor entre la reforma (in)constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Este proyecto tiene algunas particularidades: por un lado, no se trata de una única pieza audiovisual, sino de varias. Una más larga, de 22 minutos; y otras más cortas, de menos de 6 minutos. Por otro lado, se propone un documental en construcción permanente, al que se le irán agregando nuevas piezas de una cadena extractivista que parece no tener fin. Para esto, creamos una página web (que también estrenaremos el viernes 29) en la que iremos agregando los nuevos eslabones que surjan a futuro relacionados al oro blanco.
LITIO muestra cómo viven las comunidades de la puna jujeña en la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, y a la par, zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo. Dato insoslayable: para obtener un kilo de carbonato de litio se utilizan hasta dos millones de litros de agua. Las imágenes se entrelazan con los ostentosos congresos mineros, la represión policial a las manifestaciones por la reforma (in)constitucional y la resistencia de un pueblo que no otorga la licencia social a la explotación minera.
“¿Cuánto cuesta, cuánto vale… nuestra Pacha?”, cantan las comunidades originarias. Esa bandera hecha canción – y esa pregunta- se construye a través de distintas entrevistas a las comunidades Santuario de Tres Pozos, Lipán, El Moreno, Tres Morros, Potrero de la Puna, así como a otros actores. También evidencia el silencio de las autoridades, que no quisieron hacer declaraciones públicas. “Todas las Salinas están cuadriculadas de pedimentos mineros. Allí viven las comunidades y debajo, en el subsuelo, están las minas”, cuenta Alicia Chalabe, abogada de las comunidades.
El documental plantea una premisa: la reforma (in)constitucional de Jujuy en 2023 impuesta por el entonces gobernador Gerardo Morales –a merced de la explotación del litio, ya que modificó el régimen de agua, de tierras fiscales y de la propiedad privada, y ratificó la propiedad exclusiva de la provincia sobre los recursos naturales, entre los que incluye el subsuelo y el mineral de litio– fue el experimento que sirvió de antesala a la Ley Bases aprobada en 2024. Esta profundizó no sólo la matriz extractivista mediante enormes beneficios fiscales a empresas mineras, petroleras y del agronegocio, sino también las relaciones carnales con Estados Unidos y particularmente con Elon Musk, dueño de la empresa Tesla que construye autos eléctricos, para lo cual el litio es fundamental.
LITIO termina con tres palabras, y se erige como punto de partida:
“Esta historia continuará
¿Dale?”.
Te invitamos a seguir construyendo esta historia, este viernes 29 de agosto a las 20, en MU Trinchera (Riobamba 143, CABA).

CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre

