Nota
Alerta Argentina: los detenidos por manifestar contra las políticas del Estado de Israel
Nada en la causa que lleva adelante el juez Claudio Bonadío prueba qué pasó el domingo 17 de mayo, cuando un grupo de 20 personas intentó manifestar su repudio a la política genocida del Estado de Israel. No hay videos, ni fotos del momento del hecho. “En el acto había al menos 600 personas, ¿ninguna pudo registrar con su celular una agresión semejante como la que se denuncia?, se pregunta el abogado defensor Gerardo Echeverri, de la flamante organización CADEP, nacida de la experiencia de CORREPI zona sur. La causa, sin embargo, amenaza con erigirse en una de las más forzadas fórmulas para criminalizar expresiones de protesta en tiempos de mezquindad electoral.
En principio, cinco personas fueron detenidas ese domingo. Solo una prestó declaración: Leonardo del Grosso. Su versión de los hechos es la siguiente: enterados de que se realizaría un acto en conmemoración de la creación del Estado de Israel, “un grupo de ciudadanos decidió manifestar allí sus opiniones contrarias a las políticas que ejerce ese Estado en la actualidad”. Apenas comenzaron a repartir los volantes, fueron agredidos. “Intentamos defendernos, pero personas de civil nos redujeron y tiraron al piso, donde seguimos recibiendo golpes.” Del Grosso manifestó también en su declaración que se siente ofendido por las acusaciones de antisemitismo que le endilgan a sus acciones, ya que “no expresan” sus opiniones. Sin embargo, la prensa comercial inmediatamente se hizo eco de la versión del “ataque antisemita” que le permitió a la DAIA presentar, en un escrito de dos carillas, el argumento que le dio un giro inesperado a esta causa: solicitó que se aplique el artículo 213 bis, del Código Penal, para enmarcar esta investigación en el supuesto delito de “prepotencia ideológica”, cometido por una organización que pretende imponer sus ideas por la fuerza. Además, solicitó que se considere agravado por infrigir la ley antidiscriminatoria.
Esta hipótesis le permitió al juez Bonadío denegar las excarcelaciones y ordenar el allanamiento a la sede de un emprendimiento social perteneciente al Movimiento Teresa Rodríguez (MTR), donde el miércoles pasado fueron detenidas 10 personas. Sólo tres de ellas recuperaron la libertad hasta el momento. “ Allí funciona un comedor comunitario, una huerta y un emprendimiento textil. –relata el abogado defensor- En el procedimiento secuestraron una fotocopiadora, algunas computadoras, documentación diversa -especialmente la referida a los planes sociales- y, supuestamente, una cantidad importante de bombas molotov listas para ser usadas, además de tres armas. Resulta curioso que en el comedor de un movimiento social, que además ya tenía algunos de sus integrantes detenidos, estén al alcance de la mano una cantidad importante de bombas molotov, pero lo más grave es que esto es solo una parte de todo lo extraño que tiene este procedimiento”. Para el abogado, lo más extraño es cómo una campaña electoral sucia se coló en la causa, “especialmente cuando notamos que desde medios como Clarín se pretende instalar la idea de que supuestos ´grupos violentos´ son financiados por el gobierno a través de sus políticas sociales. Esto convierte ahora a los detenidos en rehenes de una batalla de la que no tienen nada que ver”.
El juez Bonadío ordenó también la captura del referente del MTR, Roberto Martino y dispuso una serie de investigaciones de inteligencia “que tendremos que estar muy atentos de que no violen las garantías vigentes, ya que las tareas de inteligencia interna tienen claras restricciones legales para que no se transformen en lo que esta causa parece pretender: una caza de brujas”.
Los detenidos son:
Penal de Ezeiza:
Viviana Segovia
Andrea Benítez
Romona Torres
Odilia Mansilla
Penal de Menores de Ezeiza:
Daniel Tersano
Penal de Marcos Paz:
Osvaldo Vázquez
Alfonso Sánchez
Damián Vekelo
Leonardo del Grosso
Fabián Cruz
Darío Díaz
Pablo Pazenis
Para más info:
Dr. Martín ALDERETE, CADEP 15-5-499-2811
Dr. Sergio Smietniansky, CADEP 15-5- 706-7707
Nota
Proyecto Litio: un ojo de la cara (video)

En un video de 3,50 minutos filmado en Jujuy habla Joel Paredes, a quien las fuerzas de seguridad le arrancaron un ojo de un balazo mientras se manifestaba con miles de jujeños, en 2023. Aquella represión traza un hilo conductor entre la reforma (in) constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Pero Joel habla de otras cuestiones: su pasión por la música como sostén. El ensayo artístico que no se concretó aquella vez. Lo que le pasa cada día al mirarse al espejo. La búsqueda de derechos por los hijos, y por quienes están siendo raleados de las tierras. Y la idea de seguir adelante, explicada en pocas palabas: “El miedo para mí no existe”.
Proyecto Litio es una plataforma (litio.lavaca.org) que incluye un teaser de 22 minutos, un documental de casi una hora de duración que amplía el registro sobre las comunidades de la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, que a la par es zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo.
Además hay piezas audiovisuales como la que presentamos aquí. La semana pasada fue Proyecto Litio: el paisaje territorial, animal y humano cuando el agua empieza a desaparecer.
Esos eslabones se enfocan en la vida en las comunidades, la economía, la represión y la escasez del agua en la zona.
Litio está compuesto también por las noticias, crónicas y reportajes que venimos realizando desde lavaca.org y que reunimos en esta plataforma.
Un proyecto del que podés formar parte, apoyando y compartiendo.
El video de 3,50 minutos
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Nota
Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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