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Eduardo Galeano: Gracias por el fuego

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Eduardo Galeano en clave de futuro. La lógica de los partidos políticos y las viejas vanguardias, frente a los nuevos movimientos sociales. ¿Por qué los recursos naturales se transforman en maldiciones de la historia, y la dicha en desdicha? Las luchas de las mujeres, las técnicas para someter a las sociedades, y los modos en que éstas superan los límites del miedo y el autodesprecio. Murió Eduardo Galeano este triste trece de abril. Murió el periodista, escritor, y poeta que formó parte de la historia de toda una generación, pero cuyas palabras e ideas pueden comprenderse hoy para pensar el presente y el futuro. Esta es la nota que le hicimos en Mu, Gracias por el fuego, cuando llegó para conversar sobre pasteras, mineras, los modos actuales de la piratería, y las palabras para recuperar el sentido común.

Eduardo Galeano: Gracias por el fuego

Galeano, en la tapa de Mu, marzo 2010


Galeano recuerda algo, y ríe. Ojos claros, musculosa negra, y memoria divertida. Estamos hablando de política, futuro, historia, colores, economía y palabras, cuando ríe. Recuerda la historia de una señora de Montevideo que tenía la costumbre de usar palabras complejas, un poco pomposas, pero no le salían. Una vez comentaba cómo cierta infusión podían mantener vivo el deseo sexual: “Es muy afroasiática” dijo la mujer, frase objetivamente memorable. Ríe Galeano: “Teníamos un compañero con la misión militante de anotar lo que decía. La señora administraba un consorcio. Cuando le reprocharon algunos gastos del edificio, se ofendió: ‘¡Esto no va a quedar impugne! Voy a llamar a un perítono para que revise todas las cuentas’. Y nuestro amigo anotaba cada palabra”.
Eduardo Galeano hace eso desde siempre. Anota las palabras en libretas y cuadernos, anota las ideas, las investigaciones, los hallazgos. Está en Mu. Punto de Encuentro. Sobre la mesa hay un libro que el señor Chávez le regaló al señor Obama, se llama Las venas abiertas de América Latina, y su autor dice: “Lo escribí hace 40 años, en 1970, pero salió publicado a comienzos del 71. Cuando lo releo tengo sensaciones contradictorias. Por un lado celebro haber escrito cosas que no resultaron tan bobas, porque la realidad las confirmó y hasta las multiplicó. Pero por otro lado me duele, porque significa que un libro escrito para que el mundo cambiara, no ayudó tanto a cambiarlo. Las cosas siguen siendo como eran, o incluso peores”.
-La primera frase del libro es: “La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder”. Y pasa a hablar de la precocidad latinoamericana en ese sentido.
-Es un poco la división entre el jinete y el caballo, pero la distancia que separa a los que tienen de los que necesitan es muchísimo más abismal que cuando yo escribí el libro. Por otro lado, en esta parte de la región hay un lindo proceso que permite alimentar esperanzas.
-¿Por ejemplo?
-Bolivia, Ecuador, tienen procesos que provienen de pueblos muy mentidos, países indígenas, los más despreciados están dejando de escupir al espejo. Porque fueron entrenados para hacerlo durante más de cinco siglos. Entrenados para despreciarse. El autodesprecio desemboca en línea directa en la cultura de la impotencia.
-¿En qué consiste?
-En que te enseñan que no podés cambiar la realidad por la sencilla razón de que no podés ni siquiera entrar en ella. Sólo podés ser su mano de obra. Ahora hay lugares donde se está recuperando el derecho que no se ejerció durante siglos: a pensar con tu propia cabeza, sentir con tu propio corazón, y caminar con tus propias piernas.
-Es algo doble entonces: lo personal y lo social.
-Sí, porque nadie es mucho mejor ni mucho peor que la sociedad y de la realidad de la que proviene. Pero eso no hay que aceptarlo como un destino. La realidad no es un destino: es un desafío.

Maldiciones y Reyes Magos

Reconoce que hoy escribiría muchos fragmentos del libro de modo diferente. “Cuando hablo de las conciencia de los hombres… hoy escribiría: las mujeres y los hombres. Las venas fue un punto de partida, no uno de llegada. Fue el primero de los libros que hice con resonancia internacional, pero luego recorrí muchos otros caminos, y traté de descubrir otras realidades. Este es un libro sobre política económica, sobre recuperación de la memoria perdida y lo que pasó en el continente con los recursos naturales. Sobre cómo la dicha se transformó en desdicha y los bienes de la naturaleza terminaron siendo maldiciones de la historia”.
– O sea que podría editarse como nuevo esta semana. Tenemos las pasteras del lado uruguayo, las mineras del lado argentino.
-Desde el principio estuve en contra de las pasteras, porque Uruguay no tiene espaldas para eso, es un país con recursos naturales que tiene que cuidar, como su tremenda riqueza de agua. Y estas empresas chupan el agua, nos van a secar, y nos van a envenenar el aire y la tierra. Tampoco generan trabajo. Prometían 20.000 empleos, son los Reyes Magos. Te dicen: “Les vamos a arruinar el país, pero les vamos a dar trabajo”. Y resulta que ese empleo no existe. Hay que aprender de la historia, para evitar que se repita. Cinco siglos te muestran que los recursos se van y se van, y ni siquiera te dicen “gracias por la gauchada”.
-No es por competir, Eduardo, pero las mineras son iguales o peores.
-No hay industria más contaminante que la minería a cielo abierto, porque echan cianuro al agua, los ríos, los mares. Lo niegan, pero lo echan. Pero hay ejemplos contra esa cultura que te enseña que sos un castrado, un impotente. Tambo Grande, en Perú, es un pueblo chiquito, convertido en un vergel por el trabajo humano que lo rescató del desierto, productor de frutas deliciosas. El pueblo no sabía que dormía sobre un lecho de oro, hasta que supongo que por satélite las empresas se enteraron. Vía satélite descubren el cuerpo y el alma, el suelo y subsuelo (cualquier comparación con Andalgalá queda a criterio de los lectores). Saben todo.
-Antes decían que era Dios el que sabía todo.
-Ahora Dios le pregunta a las empresas. Se enteraron de que había oro, y el gobierno se lo regaló a una empresa de esas que se presentan como canadienses, pero en realidad son todas norteamericanas que se instalan en Canadá porque las leyes son más permisivas. La empresa llegó a Tambo Grande anunciando que se tenían que ir, porque tenía el permiso del gobierno para explotar una mina. De generosos, les iban a dar casas en otro lado. Durante años el pueblo resistió, al precio de más de una muerte y de amenazas y todo tipo de presiones. Yo creo que se acordaron de la historia de Francisco Pizarro, que capturó al cacique Atahualpa y prometió liberarlo a cambio de una habitación llena de oro y dos de plata. los indios pagaron ese rescate, pero los españoles no liberaron a Atahualpa, y además lo desnucaron. Fue toda una lección sobre el valor de la palabra. En Tambo Grande no escucharon las promesas, resistieron y lograron un plebiscito en el que el 99% votó contra la empresa. La empresa se fue. Ellos siguen viviendo de sus frutos y producciones, sobre un lecho de oro. Pero desprecian esa riqueza, porque saben que es una riqueza maldita.

De la guerrilla a los movimientos

-Aquí pasó algo similar en Esquel, con plebiscito contra otra minera canadiense.
-Porque este tipo de movimientos sociales muestran que la naturaleza no es moda, y que la gente no está condenada al silencio, ni a la obediencia. Es un cuento que te contaron desde que nacés. Pero sólo tenés que cumplir lo que tu conciencia te diga, no lo que los mandones te manden a hacer. Ese es un cambio grande que, creo, empieza a operarse en América Latina. Son procesos que el mundo entero mira con mucha atención. Para atacarlos, lo que tal vez los elogia, o para aprender de ellos. Es la primera vez que ocurre algo así. Antes los movimientos prestigiosos eran los armados, las guerrillas que intentaron tomar el poder para cambiar las cosas. Eso se desvaneció. Era una cosa más restrictiva, bastante dogmática, la idea de que había un grupo de portadores de la verdad que iban a iluminar a los demás al precio que fuera, aunque fuese convenciéndolos a tiros, es una idea que por suerte está quedando atrás. Ninguno tenía la modestia de estar en la retaguardia sino en la vanguardia: aunque fuese la vanguardia de uno solo.
-Así era el ambiente cuando nació Las venas abiertas. ¿Y ahora?
-Y ahora aparece el vigor asombroso de los movimientos contra la cultura de la impotencia. Como estos contra las minas. Y las mujeres. La insurgencia del mundo femenino, el movimiento feminista, la memoria de las mujeres para ayudar a que la realidad cambie y no repetir la historia. En los países musulmanes le atribuyen a Mahoma palabras que no dijo para justificar el desprecio de la mujer y los crímenes contra ellas. Nosotros tenemos lo nuestro, de niño yo quería ser cura, con eso te digo todo, pero la Iglesia no se portó mucho mejor. Durante siglos las mujeres no pudieron cantar en las Iglesias porque las voces de las hijas de Eva ensuciaban la pureza del aire. Eva había traído la perdición al mundo.
-Bueno, lo solucionaron castrando niños para los coros.
-Claro, podían cantar los castratti pero no las mujeres. Pero hay más. Yo no tengo religión salvo las que me invento para consumo personal, en el fondo soy un pagano irremediable, pero para laicos, la Revolución Francesa no trató mejor a las mujeres. En Espejos (su último libro) cito el caso de Olimpia de Gouges, que frente a los Derechos del Hombre propuso una Declaración de los Derechos de las Mujeres, que no podían votar ni participar en las discusiones públicas, asunto de machos. Olimpia propuso la declaración, y los revolucionarios le cortaron la cabeza en la guillotina, para que aprendiera. O sea que las revoluciones laicas de defensa de los derechos humanos, no se portaron mucho mejor. El machismo, el racismo, es no entender que estamos todos hechos igual: mitad basura, mitad maravilla. De lo que se trata es de la igualdad de oportunidades y de derechos y que haya un sistema universal que en lugar de estimular lo peor, permita el desarrollo de lo mejor que cada uno tiene.

Crisis, sentido común y el poder

Galeano y su compañera Helena, argentina, andan de capa caída tras la muerte de su perro Morgan. “Todos tenemos una vida fugaz, pero los perros más fugaz aún, entonces te toca vivir el dolor del compañero que ya no está. Morgan era mejor que buena parte de la gente que conozco”. Viajan a Buenos Aires con relativa frecuencia: “Pero vivo en Montevideo y me gusta, porque me gusta caminar y respirar. Las grandes ciudades no son caminables ni respirables”. Buenos Aires es parte de su historia de exilio político: “Y de mi memoria, porque fui uno de los que hicimos la revista Crisis, y todo lo que implicó aquello cuando éramos parte de la espuma de una ola muy linda y de mucha creatividad”. Vuelve a reírse, recuerda el día que llamó a Roberto Fontanarrosa para contarle algo que a su vez le habían dicho en Brasil: “Si el pelo fuese necesario, estaría adentro de la cabeza y no afuera”.
No quiere definirse ni que lo etiqueten: “Había un humorista uruguayo, Peloduro, al que le pidieron una autodefinición. Contestó: no tengo auto, ni definición. Yo tampoco. Cuando alguien te dice: sos tal cosa, te clasifica, de congela, te somete. Es una dictadura universal de mercado que necesita clasificarlo todo para dominarlo. Si no sos clasificable, no te someten. No sé si soy ensayista, narrador, poeta, ni quiero enterarme. Los géneros son uno de los inventos de los expertos, para ganarse la vida vendiendo sus fábulas en universidades y para omitir la verdad de la experiencia humana creadora. Ninguna experiencia de creación es clasificable. Entonces no quiero que me pongan una etiqueta en la frente, que me definan precio, valor y destino de mercado. Lo decía Machado: cualquier necio confunde valor y precio”.
Suele darle más relevancia a lo que pueda lograr el sentido común, que la ideología, la concientización y otras palabras acaso más prestigiosas: “Razonar con sentido común parece sencillo de decir… te cuentan que las mujeres son una minoría oprimida. El sentido común me dice: Eduardito, nunca fuiste fuerte en matemática, pero la mitad de algo no puede ser la minoría. Y es así. Hace poco estaba en España y vi la historia que se armó porque los piratas somalíes habían secuestrado barcos españoles. Sentido común: ¿quiénes son los piratas? ¿Esos muertos de hambre de Somalia? ¿O serán los pirateados por los barcos europeos y japoneses que pescan en aguas prohibidas, de modo ilegal, pero a los que nadie llama piratas? Y además, los somalíes pueden perjudicar a un barco o dos, pero los piratas de Wall Street hicieron naufragar al mundo entero, bandidos especuladores, pero recompensados por Obama como si fuesen héroes de la patria”.
El argumento se relaciona con las formas actuales de poder. Toma algo de cerveza, y sigue diseñando ideas: “El sistema de poder es tan omnipotente, sobre todo con los medios de comunicación, que logra emputecer al diccionario. Las palabras terminan significando lo contrario de lo que querían decir. Comunidad internacional es una expresión muy hermosa, que habla de un destino humano universal, y un mundo sin fronteras. Pero ahora lo usan para hablar de un club de generales y banqueros que se arrogan el derecho de exterminar a los demás. Otra palabra traicionada es mercado. Para mí y para muchos el mercado era un lugar maravilloso, donde la gente compraba verduras y frutas, intercambiaba chismes con los vecinos. Ahora el mercado es el poder de someter. Libertad era el nombre de la cárcel de la dictadura militar en el Uruguay. Y medios de comunicación en realidad son miedos de comunicación, que tienen por tarea primordial difundir gases paralizantes para que nadie se sienta capaz de cambiar la realidad”.

La verdad de la milanesa

Un tema que atraganta a Eduardo Galeano es la derrota en el plebiscito por la ley que mantiene la impunidad de los militares uruguayos por violaciones a los derechos humanos. “Hay una contradicción entre los partidos políticos de la izquierda y los movimientos sociales, ecologistas, feministas, de derechos humanos. Lo acabo de vivir de modo personal. Yo fui uno de los que impulsó los dos plebiscitos, el de los derechos humanos contra la ley de impunidad, que es una vergüenza nacional. Y por otro, el que les otorga el derecho de voto a los que viven afuera, expulsados, y a los que encima se les niega el derecho de votar. Me parece mezquino y miserable. Pero perdimos los dos. Estoy como Inodoro Pereyra, mal pero acostumbrado”.
¿Qué pasó con el Frente Amplio en esos casos? “Yo celebro la victoria, es mi partido. Pero no me gustó nada que el Frente no nos apoyara. Y eso fue la verdad de la milanesa: no apoyó. ¿Por qué? No sé, tal vez los partidos políticos tienden a inclinarse sobre la falsa idea de que todo se dirime entre los partidos, en la disputa por los cargos. Yo creo que no. Que la concepción de la política tiene que abrir pasa a la realidad, que te muestra cantidad de movimientos y experiencias nuevas, que surgen y se levantan contra los esquemas heredados”.
Cuando se está por ir, Galeano hace algo rarísimo: pide disculpas por haber llegado tarde (20 minutos). “Llegué angustiado por la tardanza, porque soy hijo de un lugar donde los acuerdos de palabra se cumplen. Ahora a nadie le importan. Te citan a las 3, llegan a las 4, pero el tiempo es parte del carácter sagrado de la palabra, del respeto al otro. En Uruguay la palabra empezó a ser desprestigiada por la dictadura. Yo me resisto a eso, pero es un reflejo prehistórico. Capaz que soy del paleolítico”.

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Matar por matar: la violencia policial porteña y el crimen en Lugano de Gabriel González

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Gabriel González, 45 años, pintor, fue asesinado por personal de la Policía de la Ciudad el jueves navideño en el barrio de Lugano, en un nuevo caso de gatillo fácil que además fue registrado por las cámaras de los vecinos. Gabriel intentó intervenir cuando la policía le estaba pegando a uno de sus hijos. Estaba sin remera, descalzo, desarmado. Lo fusilaron a corta distancia, las imágenes que aquí reproducimos están disponibles y se observa perfectamente quién le disparó. En el barrio sostienen que hubo violencia policial, además, sobre algunos de los testigos, para que hagan el silencio necesario para permitir la impunidad del y los autores.

En la foto de portada se ve a la derecha a Gabriel en el momento en el que es impactado por los disparos policiales.

Además de su trabajo como pintor, Gabriel se dedicó especialmente a la contención de jóvenes con consumos problemáticos. Presentamos la información publicada por el diario Tiempo Argentino, integrante junto a lavaca de la Unión de Medios Autogestivos, un símbolo y una realidad sobre la violencia institucional de estos tiempos.  

Amigos, allegados y vecinos de Gabriel González, el muchacho de 45 años que murió en medio de una violenta represión de la Policía de la Ciudad, ocurrida en Navidad en Villa Lugano, marcharon en reclamo de justicia. La familia aseguró que fue asesinado a mansalva y denuncia un nuevo caso de gatillo fácil. 

Matar por matar: la violencia policial porteña y el crimen en Lugano de Gabriel González

Las lágrimas de Nelly, la viuda de Gabriel González. (Foto: Gentileza Pablo Lecaros)

Nelly, la viuda de Gabriel, aún habla de su marido en tiempo presente. En diálogo con la prensa que se movilizó hasta Cruz y Escalada, en Lugano, donde se concentró la movilización, expresó: “Hace más de 25 años que comparto con él, que vivo con él, que la luchamos, salimos a laburar todos los santos días. Tanto él como yo, salimos a trabajar para tener las cosas que tenemos y lo que pudimos construir. La peleó siempre. No es una mala persona. No se merecía morir de esa forma. Quiero justicia por la vida de Gabriel”. 

La mujer recordó que llegó a la escena del crimen cuando a su pareja “ya le habían pegado. Tenía toda la cara ensangrentada. En todo momento traté de pararlo y que no le sigan pegando, porque lo estaban lastimando. Escuchaba cómo lo incitaban a pelear con ellos. Todo el tiempo lo incitaban a pelear. Él estaba enojado y ellos eran cada vez más. Le dieron un tiro muy de cerca”. Nelly también recibió heridas en las piernas y en los brazos. 

Matar por matar: la violencia policial porteña y el crimen en Lugano de Gabriel González

Foto: Gentileza Pablo Lecaros.

Entre sollozos, la viuda pidió a sus vecinos que no la dejen sola. “Luchemos. No es la primera vez que pasa algo así. Ellos vienen a matar, no vienen a apaciguar las cosas, a tranquilizar, sea lo que sea que esté pasando. Al amigo de él lo cagaron a palos, lo llevaron a la comisaría y le dijeron que no diga nada”. 

La mujer se refiere al amigo de Gabriel que en los videos, donde quedó registrada toda la secuencia, se advierte que intenta calmar a la policía. Gerardo, el hermano de la víctima, también mencionó “al muchacho que se llevaron preso, lo golpearon y lo amenazaron que lo iban a matar, le dijeron que conocían a su familia y a su casa. Para que no declare”.

Según pudieron reconstruir, el amigo de Gabriel fue liberado de la Comisaría 8A a eso de las 5 de la madrugada de este viernes. “Le aflojaron todos los dientes, le pegaron en las costillas entre el policía que disparó y había otro peladito. Todo para encubrir la cagada que se mandaron ellos”.

Matar por matar: la violencia policial porteña y el crimen en Lugano de Gabriel González

Foto: Gentileza Pablo Lecaros.

Por su parte, la abogada de la familia, Romina Ávila, precisó que “cuando le tiran a Gabriel, le tiran estando totalmente desarmado, indefenso y a una distancia prudencial del personal. Esto quiere decir que en ese momento no estaba agrediendo al personal. Tampoco se puede argumentar que hubo un exceso en legítima defensa, es lo que nosotros llamamos gatillo fácil”.

La asesora de la familia señaló en Radio Con Vos que esperan los resultados de la autopsia y las pericias, cuyos análisis preliminares deberían estar para este sábado. “Está documentado que quien dispara es un policía que bajó del patrullero. Tenemos su rostro, imagen por imagen. Ahora a pedido de la justicia, la Policía de la Ciudad, debería identificarlo”, esgrimió.

Matar por matar: la violencia policial porteña y el crimen en Lugano de Gabriel González

Foto: Gentileza Pablo Lecaros.

Gabriel era pintor y solía contener a los chicos del barrio que padecen consumo problemático. De hecho, comenzó con esa tarea social tras un contexto de abuso de drogas por parte de su hijo. “Era una persona humilde, hijo de migrantes, muy pujante, una persona que trabajaba y en ocasiones como esta, un festejo popular, participaba. Lo grave de su conducta ayer fue salir a la vereda a compartir con los amigos, sus vecinos. Es común eso acá. Los encuentros se comparten por más que a ellos no les gusten. Es parte de la cultura”, analizó la abogada. 

“Acompañaba a chicos con consumo, porque con su hijo dio una larga lucha por esa misma situación”, añadió Ávila, quien concluyó: “La Policía de la Ciudad sigue deambulando y caminando por acá. Son los mismos policías de la Comisaría Vecinal 8A que ayer estaban tomándole declaración a sus mismos compañeros que horas antes habían ido a herir de muerte a GabrielConviven con nosotros y el miedo es grande y está”

Respecto a la autopsia, la mujer indicó que los restos fueron trasladados este viernes a las 8 a la morgue judicial y que los resultados «van a ser sumamente clarificadores de lo que creemos y que sostenemos como teoría del caso, que para nosotros se trató de un hecho de violencia institucional. Que no tuvo ningún tipo de defensa, ni exceso en legítima defensa por parte del personal policial».

Matar por matar: la violencia policial porteña y el crimen en Lugano de Gabriel González

Foto: Gentileza Pablo Lecaros.

“Mi primo asesinado por la policía era un chico trabajador, nacido acá en el barrio, en la Villa 20. Era papá de Dante y Ángel de 21 y 25 años. Re familiero. En cumpleaños o reuniones familiares él siempre estaba en la parrilla haciendo el asado. Le encantaba compartir, era fanático de la pesca, un arquerazo del equipo del barrio que hace poco salió campeón. Cariñoso, amable, sencillo, solidario. Gabriel era muy valiente, no le tenía miedo a nada”, dijo a Tiempo Oscar Villaverde, primo de Gabriel y docente de la Escuela Técnica N° 13, Ingeniero José L. Delpini de Villa Lugano.

Fue el propio Oscar quien publicó en las redes en la tarde noche de ayer el asesinato de su primo: “Hoy en un forcejeo con la policía tras defender a su hijo asesinaron a quemarropas a mi primo Gabriel González e hirieron de bala a su mujer”.

El video filmado por un vecino dejó en evidencia el asesinato a quemarropa denunciado por quienes fueron testigos del brutal crimen. Se lo ve Gabriel sin remera, defendiéndose de los golpes contra media docena de efectivos policiales que lo golpean sin piedad.

De golpe, uno de ellos saca su escopeta y le dispara. La muerte fue instantánea y uno de los disparos hirió a la compañera de vida del asesinado y a otros vecinos que observaban con asombro la brutalidad policial.

https://twitter.com/mapadelapolicia/status/2004682374236569608?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E2004682374236569608%7Ctwgr%5Eac1d97fec004d4b6f43c539db126fd40cbc95cf4%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.tiempoar.com.ar%2Fta_article%2Fgatillo-facil-en-lugano-no-es-la-primera-vez-que-pasa-algo-asi-ellos-vienen-a-matar-no-vienen-a-apaciguar-las-cosas%2F

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Se confirmó el procesamiento del gendarme Guerrero por el ataque al fotógrafo Pablo Grillo

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El gendarme Héctor Guerrero será procesado por el ataque que hirió gravemente en la cabeza al  Pablo Grillo el 12 de marzo pasado (la foto de portada muestra a Pablo durante su recuperación, que aún continúa). La Sala II de la Cámara Federal porteña ratificó la decisión de la jueza María Servini que había sido apelada por el acusado. Además, pidieron investigar las posibles responsabilidades de quienes estuvieron a cargo del operativo. Presentamos aquí la información del diario Tiempo Argentino, uno de los integrantes de la Unión de Medios Autogestivos.

La Sala II de la Cámara Federal de Apelaciones confirmó el procesamiento del gendarme Héctor Guerrero por las lesiones gravísimas producidas al fotógrafo Pablo Grillo y por el abuso de armas en otras cinco oportunidades durante la manifestación de los jubilados del 12 de marzo pasado.

Se confirmó el procesamiento del gendarme Guerrero por el ataque al fotógrafo Pablo Grillo

El gendarme Héctor Guerrero el día de su declaración ante la jueza María Servini.

El fallo de la Cámara lleva las firmas de los jueces Eduardo Farah, Martín Irurzun y Roberto Boico. En su voto, Boico además, exigió que se profundice la investigación por las eventuales responsabilidades de las autoridades a cargo del operativo.

La situación del gendarme Guerrero había llegado a la cámara de apelaciones luego de un planteo de la defensa del acusado en la que pidió revocar el procesamiento como presunto autor del disparo con una pistola lanza gases contra Pablo Grillo, quien sufrió heridas gravísimas durante la represión policial a aquella protesta de jubilados en el centro porteño.

El planteo de la defensa se produjo en el contexto de varias resoluciones judiciales polémicas que se dieron durante en la semana posterior al triunfo electoral de La Libertad Avanza (LLA), que tuvieron como principales beneficiarios a Mauricio Macri y Javier Milei, y como principales perjudicados a Cristina Kirchner y Guillermo Moreno. Sin embargo, el oportunismo no funcionó y este viernes los tres camaristas le dio un revés al gendarme al entender que el acusado debe ir a juicio.

Guerrero, asistido por los abogados Martín Sarubbi y Claudio Nuncija, solicitó revertir el procesamiento que oportunamente había sido dictado por la jueza federal María Servini. La defensa sostuvo que no está acreditado que el gendarme haya sido el autor del disparo y afirmó que su conducta se ajustó a los protocolos vigentes para el uso de armas lanzagases.

En tanto, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que interviene como querellante, respaldó la resolución de Servini y la validez de las medidas de prueba, entre ellas el relevamiento en el lugar del hecho, un informe balístico de la Policía de la Ciudad y la reconstrucción denominada “Mapa de la Policía”, elaborada por realizadores audiovisuales y peritos forenses.

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MU 210: La batalla final

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MU 210: La batalla final

El femicidio de Lucía Pérez a manos de dos narcos de Mar del Plata motivó el primer Paro Nacional de Mujeres. Tras una larga luchar familiar y social se logró la condena, pero ahora una nueva maniobra judicial puede dejar impunes a los culpables. Un ejemplo de que todo lo que conseguimos está en peligro. ¿Podrán?



Las notas de esta edición:

MU 210: La batalla final

Negacionismo de Estado: Informe 2025 del Observatorio Lucía Pérez

¿Qué hay detrás de la avanzada oficial para negar los femicidios? Radiografía de cómo cada poder del Estado, por acción u omisión, busca ocultar las causas y consecuencias del asesinato de mujeres. Y por qué lo hace. Por Claudia Acuña


MU 210: La batalla final

El Aleph (versión putas): Entrevista a Georgina Orellano

¿Cuánto cuesta la vida? ¿Cuánto vale? La dirigente de AMMAR y la actualidad desde la esquina: lo que se ve, lo que no se escucha, las falsas soluciones progresistas, lo que hay que abolir. Lo narco, la revolución, el cuerpo, la salida. Una recoridapor sus tatuajes, y todo lo que significa ser puta. Por Claudia Acuña y Lucas Pedulla



MU 210: La batalla final

Carla Soggiu: La impunidad avanza

Carla recibió un botón antipánico por las agresiones de su pareja, que la ató, golpeó y violó delante de su hija de dos años. Semanas después de ese hecho, accionó cinco veces ese botón pero la policía no la encontró. Apareció muerta en el Riachuelo. Las complicidades, las burocracias, el rol de Diego Santilli y la lucha de una familia que define el caso como un femicidio de Estado. Por Francisco Pandolfi



MU 210: La batalla final

Alma y vida: El femicidio de Lucía Pérez, hoy

¿Qué es la justicia? ¿Cómo enloquecer a una familia? ¿Por qué buscan eliminar la figura de
femicidio? ¿Cuál es el rol práctico del Estado y el negacionismo? El Tribunal de Casación resolvió que el de Lucía Pérez no fue un femicidio. La política de la misoginia como aversión hacia las mujeres y el paralelismo con lo narco que vende droga junto a las escuelas. Las “sumisitas”, la violencia y el sometimiento. Marta y Guillermo: una familia que trabaja en comunidad, y las claves para que las pesadillas no sigan asesinando a los sueños. Por Sergio Ciancaglini



MU 210: La batalla final

Crónicas del más acá: Al trote

POR CARLOS MELONE



MU 210: La batalla final

El Caliban y las brujas: La obra Fuerza mayor, protagonizada por jubiladas

La alianza entre Jubilados Insurgentes con integrantes del Teatro Caliban parió está obra que pone en escena lo que pasa todos los miércoles frente al Congreso. Una forma creativa de elaborar la actualidad con las herramientas del teatro, para hacer sentir, pensar e interpelar a los más jóvenes. Por Franco Ciancaglini



MU 210: La batalla final

Sin berretines: Lo que nos cuenta la cárcel

Estudiantes de Sociología y Trabajo Social que cumplen condena en la cárcel de San Martín comparten sus reflexiones sobre la libertad, el encierro, y la actualidad más acá de las rejas. ¿Cómo funciona lo narco? ¿Qué implica buscar plata fácil? Lecciones sobre educación, berretines y prejuicios, el sentido de la vida, y la teoría de la bobalización. Por Sergio Ciancaglini



MU 210: La batalla final

Sin protección: Ley contra el Acoso y después

Perdió estado parlamentario el proyecto de ley de acoso en ámbitos laborales y académicos: una muestra de la desidia y el abandono de las políticas de género. Del caso Brieger a Milei, cómo sigue la organización de las mujeres para empujar lo imposible en tiempos de motosierra, fascismo y un Congreso estancado. Por Evangelina Bucari



MU 210: La batalla final

Con horizonte: 38º Encuentro Plurinacional en Corrientes

Cien mil personas participaron del 38º Encuentro Plurinacional de Mujeres y Diversidades. MU lo registró con crónicas día a día, que pueden leerse en lavaca.org. Compartimos aquí parte del registro fotográfico y una mirada sobre la trastienda de debates que explican mucho de lo que pasó en un evento extraño y extraordinario. Por Claudia Acuña. Fotos de Line Bankel



MU 210: La batalla final

Sin cuerpo: La ¿impericia? en la causa de Cecilia Basaldúa

A lo largo de este 2025 la nueva instrucción que investiga el femicidio de Cecilia Basaldúa, ocurrido en el año 2020 en la localidad cordobesa de Capilla del Monte, Cambió fiscales, tomó nuevas pruebas y amplió testimoniales. Sin embargo, en el marco de un proceso judicial que avanzaba, una noticia coronó la impunidad en esta causa: hace cuatro años que el cuerpo de Cecilia fue retirado de la morgue judicial sin el consentimientode la familia. Por María Eugenia Marengo


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