Nota
Hoy es #FueraBarrick: Por qué marcha Jáchal
(lavaca.org en Jáchal, San Juan) Pasado, presente y futuro de un pueblo que hace un año gritó “Fuera Barrick” y hoy pide que no se instalen nuevos proyectos mineros en la zona. Lecciones sobre democracia, participación ciudadana y extractivismo, a un año del derrame de millones de litros y una consulta popular que pudo haber cambiado la historia. El WiFi que espía y otras maravillas del pueblo que ahora mismo está marchando para exigir que lo escuchen.
A las 12 de la noche en punto, el silencio de Jáchal explotó: los fuegos artificiales y las bombas de estruendo anunciaron la llegada del martes 13.
Hace 1 año, Miriam no se imaginaba conduciendo un Chancho Móvil para sortear un lechón y así recaudar fondos para el festival de hoy. Tampoco Don Carlos Ibarbe hubiera imaginado, jubilado a sus 70 años, hacer líos en juzgados y municipalidades. Saúl Ceballos, que se candidateaba entonces para diputado, terminó ejerciendo la política, pero junto a sus vecinos. Y Jorge Morales, al contrario, pasó de ser un periodista de radio a concejal para meter la asamblea adentro del Concejo Deliberante.
Muchas cosas pasaron y muchas vidas cambiaron desde el 13 de septiembre del 2015, cuando todos estos nombres y el resto de los 20 mil que viven en Jáchal recibieron el mismo mensaje de Whatsapp: se derramó cianuro sobre nuestro río.
Desde entonces, quienes se conocían de la asamblea del 2004 -previa a la instalación de la mina, anunciando sus desastres- se reagruparon y nuevos vecinos preocupados se sumaron para formar la Asamblea Jáchal No se Toca. Con el correr de los días fueron cada vez más: las mentiras de la empresa, que empezó diciendo que eran 15 mil litros y terminó aceptando 1 millón, avaladas por la justicia y el gobernador, demostraron al pueblo que estaba solo en la búsqueda de verdad y justicia.
Allá va.
Qué pasó ayer
La Asamblea Jáchal No Se Toca tuvo su bautismo de fuego dos días después del derrame, cuando una movilización de más de 5 mil personas – en un pueblo de 20 mil- inundó las calles bajo una consigna contundente: Fuera Barrick. Con el correr de los días la convocatoria fue menguando y las consignas, diluyéndose entre juzgados y despachos políticos. “Todavía no tenemos un informe firmado por el ministro de Minería de San Juan en el que diga cuál es la versión oficial de lo que pasó a un año del derrame”, plantea a lavaca Saúl Ceballos. Con la carpa de fondo que la Asamblea instaló frente a la Municipalidad, enumera lo que no se sabe aún:
“Cuánta fue la solución derramada en el Río Potrerillos; de qué compuestos químicos estaba hecha esa solución; no tenemos bien el detalle de qué se rompió… Nosotros no creemos que haya sido la válvula: eso se ha manipulado para que haya una sentencia que sea la letra definitiva como la única verdad, pero no es así. Todo nos comprueba que hay un ocultamiento sistemático del Estado”.
Jorge Morales no espera más: “No sabemos cómo murió John Kennedy, ¿te van a decir qué pasó en Veladero? Olvídate, no lo vamos a saber. Puede haber sido un accidente, pudo haber sido premeditado: no lo vamos a saber”.
Saúl insiste: “Nosotros necesitamos que haya una voz oficial que nos diga la verdad. Mientras no esté eso, nosotros no vamos a confiar en ningún control que sea administrativo o judicial”.
Para Saúl, el mensaje de la Asamblea se consolidó en función de que no existe información estatal. “La idiosincrasia del pueblo es de no meterse mucho, pero cuando hacemos algún evento, como ayer el Chancho Móvil, la gente sale a colaborar. Ahí nosotros vemos la adhesión”, dice, y remata e invierte la carga de prueba: “Por eso mismo nos negaron la consulta popular”.
La inconsulta
Jorge Morales inventó el portal Info Jáchal y condujo durante años un programa en Radio Nacional. Periodista de raza, se lo ve andando de acá para allá, siempre con un auricular en el oído, atento al minuto a minuto. “Sigo escribiendo, pero ya no me da el tiempo para hacer el programa de radio”, relata en la plaza antes de irse a llevar a las nenas al colegio. No le da el tiempo porque, a fines del año pasado, decidió postularse a concejal y hoy es uno de los seis que puede motorizar iniciativas como la que tiene en la mano: “Se declara el 12 de septiembre como el día de la Defensa de las Cuencas”. La declaración que se aprobó en abril, pero que aún no había llegado a los colegios ni a los actos institucionales, tardanzas que no son casuales en Jáchal.
Pero la iniciativa de Morales que estuvo a punto de cambiar la historia del pueblo fue la consulta popular que motorizó a mediados de este año, para que el pueblo de Jáchal pueda votar si quiere o no más proyectos mineros en las cuencas de los ríos. Explica por qué una consulta popular: “El discurso de Gioja es: San Juan me vota a mí, entonces vota la minería. Entonces, vamos a ver si eso es cierto, preguntémosle a la gente. Porque hay mucha gente que vota a Gioja, pero no quiere la minería. Es una locura, pero es así”.
El relato de Morales es imperdible porque demuestra a escala pueblo cómo funciona la llamada democracia: “El acuerdo lo teníamos cerrado, y los apretaron mal a los concejales”, empieza, y hay que decir que su propio partido lo llamó a él para que bajara la consulta: Morales los mandó a su casa, y renunció. “Así que soy un concejal sin partido”, dice con la carpa de fondo, su verdadero respaldo.
Cuenta el trasfondo de los aprietes: “El gobierno hizo una encuesta y la perdió 80/20. Entonces, si mandaban la consulta y la perdían, se metían 11 años de discurso pro minero en el traste”.
La consulta necesitaba de 4 votos para ser aprobada. Había 3 asegurados, y los otros tres, que responden al ex gobernador Gioja, al principio dijeron públicamente que acompañarían la propuesta. “Es más, vinieron a la carpa y se comprometieron”, relata Morales. El entusiasmo duró apenas unos días. “Cuando se enteró Sergio Uñac (el actual gobernador) dice: ´¿ah , sí?´ ¿Ustedes me van a hacer pagar el compromiso político a mí? No, páguenlo ustedes. Ha faltado nomás que llamen a Jáchal Maradona y el Papa para presionar”, dice Morales. “Tuvieron que empezar a desmentirse: bueno… que vamos a estudiarlo… empezaron a decir si era constitucional… Y cuando tuvieron que votar se abstuvieron y nos dejaron sin la mayoría. Bajaron la consulta políticamente porque sabían que la perdían”.
Los nombres y las caras de los tres concejales cambiantes hoy están pegados en la carpa blanca frente a la Municipalidad, bajo el título “Cobardes”.
¿Cómo quedó parada la Asamblea? “Bien. Porque si vos sabés que vas a perder un partido, no lo jugás. Y estos tipos no lo quisieron jugar. De todos modos hubiesen sido más contundentes las urnas. El punto principal es que Veladero se va a ir cuando quiera; pero vienen otros atrás. Uñac anda ofreciendo la cordillera en todo el punto: eso es lo grave”.
Saúl Ceballos reflexiona sobre la consulta truncada: “Uno se va encontrando con los mecanismos de poder político, económico, hasta del poder religioso. ¿Para qué? Para que nos decepcionemos. Después de la consulta popular las radios nos preguntaron “bueno, ¿ahora van a levantar la carpa”? No, ahora vamos a seguir más firmes que nunca”.
Qué democracia
Jáchal y los pueblos del norte de San Juan son pueblos autodefinidos pobres que no solo sufrieron un derrame hace un año, sino que ninguna de las promesas mineras se cumplió en décadas. Los empleados de Barrick no viven en Jáchal y tampoco la empresa hace sus compras en el pueblo. Las regalías mineras no están invertidas aquí. La teoría del modelo extractivo propuesta por Raúl Zibechi se ve clara: Jáchal e Iglesia son los departamentos sacrificados. Dice Morales: “El problema es que hay una estrategia política que nos ha llevado en un embudo a que sea solamente la minería en lo único que podemos trabajar. Nosotros no tenemos rutas, no tenemos calles, no tenemos gas, no tenemos energía como la gente. ¿Quién va a venir a hacer un emprendimiento acá? El gobierno nos ha ido llevando, sacando todo, para que aparezca la minería como la gran salvadora. Esa es una estrategia política desde hace 30 años”.
Compara: “En el conurbano bonaerense es una cosa similar: o agarrás un plan o no tenés nada. A la gente la ponen en una disyuntiva tremenda: yo soy más digno y me cago de hambre. ¿Cuánto te vas a cagar de hambre? Hay que se oposición con la panza vacía. Cuando no tenés para darle a tus hijos, vos decís: ¿hasta dónde sigo con el orgullo? De última si sos solo, te cagás de hambre solo, vivirás con mate. Pero si tenés hijos… Ese es el apriete social más grande que tenés en este pueblo”.
¿Cómo revertir este tipo políticas? “Con gente en la calle. Te van a decir golpistas… Pero en las elecciones te hacen bosta. Ponen el aparato, la guita, la amenaza. Tenés que entrar al sistema para ver que cambiar algo es imposible: o lo cambias con una revolución o intentás ganar algún puesto. Puede ser un camino que hay que seguir: Saúl Ceballos casi lo logra”.
Ceballos fue candidato a diputado en 2015 y, en las PASO, antes del derrame, saco el 4%. “Luego del derrame obtuve 24%”, cuenta. “Pero ahí se notó más el aparato: en mesas de la ciudad ganaba en alguna por 8, diez votos, pero en las zonas rurales perdía por 100. Y ahí es donde vos ves el poder del aparato político: hay que irse con bolsones, me dijo un candidato de otro partido. Bueno, esa realidad no se va a cambiar de un día para el otro. Nosotros estamos esperanzados. Yo no tengo ninguna aspiración política, entonces yo me puse a hacer política acá. Con mis vecinos”.
Futuro sin cianuro
Para Morales la discusión que hay que dar es de qué quiere vivir Jáchal. “Al fin y al cabo uno está en una asamblea no solo para decir ‘Fuera Barrick’, sino para imaginar otro futuro. Y tampoco uno tiene que tener la solución de eso. ‘Bueno dame la solución vos’, te dice el gobierno. No, para eso te elegí a vos. Cuando yo me sienta mal voy a decir ‘esto no me conviene’.
Se anima a proponer: “Acá hay 4 cultivos buenísimos en calidad, no en cantidad porque no tenemos mucha capacidad de riego, porque el sistema es arcaico. Tenemos la cebolla, el membrillo, el tomate perita y la aceituna. La pregunta es: ¿qué hubiera pasado si inyectaban toda la guita que le pusieron a las mineras o a la agroindustria, a la industrialización de esa materia prima?”.
Don Carlos Ibarbe vive en la zona rural de Jáchal, en Tambería. Hasta allí nos lleva para mostrarnos sus humildes producciones de cebolla, ajo, zanahoria y zapallo. Ibarbe es jubilado y tiene dos hectáreas para comer él, y regalar el resto. “El sistema de riego es muy difícil y no hay ningún tipo de incentivo”, relata, con su cuadernito del INTA con el que aprendió a cultivar sobre la mesa. Para Don Ibarbe, no hay mejor salida que el campo: “La mano de obra de la mina se la han llevado de ahí, y ahí tiene que volver. El campo mueve todo: mueve gente, mueve transporte, y mueve alimentos. La carne, la leche y la verdura vos la sacás del campo”.
Don Ibarbe intenta desde la Asamblea armar un grupo de revoltosos en Tambería, a 10 kilómetros de Jáchal. “Es difícil, el 80% tiene subsidios y no quiere perderlos”, relata y sigue sumando ejemplos: “Para el Día del Niño en Tambería repartieron chocolates y prometieron un playón de deportes. ¿Quién? Minas Argentinas S.A.”.
Pedidos de año nuevo
¿Qué reclama la Asamblea hoy? Morales: “Que se haga el inventario de la Ley de glaciares”. Ceballos: “Que el juzgado sostenga los monitoreos de agua”. El 12 de septiembre la asamblea presentó una carta documento exigiendo 3 monitoreos de agua y 1 de sedimentos en los mismos puntos de muestreo realizados en diciembre y febrero. ¿Por qué es importante? “Porque en el río Las Taguas, donde desemboca el Río Potrerillos sobre el que fue el derrame, en diciembre no se detectó cianuro y en febrero, sí. Queremos saber cómo está ahora”.
¿Cómo se imaginan el año que viene? Morales: “Va a ser decisivo, porque hay elecciones legislativas acá en Jáchal: a todos los candidatos que vengan, no hay que votarlos. O tal vez puede salir algún candidato de la carpa, aunque es difícil. Gioja va a presentarse como senador, o sea que las propuestas con aparato para ganar son todas pro mineras. Entre las propuestas del gobierno y las de la pseudo oposición van a juntar el 90% de los votos: van a decir que votaron la minería. Nosotros tenemos que revertir eso.
Ceballos: “No me lo imagino. Es más, si me preguntás cómo me imagino la semana que viene, no sé. A nosotros nos han pasado cosas que de un día para otro han cambiado muchísimo”.
Ibarbe: “Va a ser un año más duro, vamos a tener que buscar nuevas estrategias. Si el diálogo no funciona vamos a tener que hacer un trabajo de base, como hacen los políticos: casa por casa. Esperemos que la marcha de hoy nos de energías”.
Wi Fi o espionaje para todos
En Jáchal no hay señal de internet, quizá otro símbolo de la mentira que significa el supuesto progreso minero. “Uno está sujeto a la conexión de celulares”, dice Iván, que tiene dos aerosoles en la mano y está dale que dale pintando banderas y carteles. Hace una pausa para charlar y contar que intentó hacer una transmisión en vivo por Facebook, pero se le cortó al minuto por mala conexión. “Y en los celulares la señal va y viene, no se puede hacer mucho”.
Iván es un joven de menos de 30, integrante de la Asamblea. Nació en Jáchal y estudió en el pueblo hasta que egresó del secundario: “Llega un punto en el que tenés que irte, lo único que hay para hacer acá son los profesorados. Hace 4 años pusieron una sede de la Universidad de San Juan que tiene carreras fantasmas”. Un caso: “Hay una tecnicatura en páginas web, cuando en el departamento no hay Internet”.
¿Y las otras? “Están orientadas más que nada al tema megaminero: por ejemplo, exploraciones y voladuras”.
Iván, para colmo, quería dedicarse a las computadoras. “Soy uno más que se tuvo que ir a causa de eso”. Finalmente se recibió de Licenciado en Sistemas en la Universidad de La Rioja.
¿Qué pasa en Jáchal con Internet? “Más allá de que sea un derecho, estamos muy privados comunicacionalmente a nivel global. Hace 5 años se escuchaban radios de la provincia, que hoy en día no podés escuchar; tenés que estar sujeto a las radios que están acá. Y con los diarios lo mismo, llegan muy pocos llegan: el que más llega es el Diario de Cuyo y a destiempo, después del mediodía. Internet puede acercarte mucho más a la comunicación, pero no hay. Y si vos llamás a Claro o Movistar te dicen que hay congestión en las líneas. Obviamente: todos tienen celulares y todos están conectados al mismo tiempo».
¿Pasa lo mismo en otras partes de San Juan? «Particularmente se nota en el norte de San Juan. En Jáchal directamente hay lugares en los que no hay señal. Eso también te lleva a privarte de muchas cosas, entre ellas, la información: ahí es donde salimos nosotros a batallar como podemos tratando de llegar con la información verídica».
Por estos días hubo una novedad en Jáchal: la Municipalidad instaló Wi Fi en la plaza principal, anunciada con bombos y platillos. Iván: “Es muy loco: se venía corriendo desde el mes de marzo que llegaba Internet a Jáchal; que habían licitado 3 empresas para el servicio y había ganado una. Ahí se empezó a trabajar el tema de la fibra óptica”.
Ahora en la Plaza pueden verse jóvenes hipnotizados con el celular. Qué hay detrás: “Es gratis y a la vez no es gratis. Porque al conectarte te pide que vos te autentiques en una página de la Municipalidad. Con ese simple paso ya estás otorgando tus datos del dispositivo que tenés conectado. Como si fuese en el banco, ponés tu tarjeta, tu código y sacas 100 pesos: queda registrado. Ahí la pregunta: ¿Para qué está creada esa página? ¿Es para espiar? ¿Es para saber cuántos conectados, o quién conecta? Es jodido el tema. En el campo informático se llama vulnerabilidades, la cuestión de las violación del derecho a la privacidad».
¿Dónde se supone que van esos datos: a empresas o gobiernos? “Hay un informático en la municipalidad que es el que creó esa página, eso lo sé. Pero hay algo más tremendo: el servicio lo está brindando Interredes, una empresa fuerte acá en San Juan que pertenece a la cámara minera y que tiene como accionista al hijo de Gioja. Más allá de eso, la cuestión es la participación de las empresas más chicas: Interredes está acaparando toda la red de wifi de San Juan”.
Nota
Más allá de tu vereda: un documental sobre personas en situación de calle en CABA

Más allá de tu vereda.
Así, a secas, es el nombre del documental que acaba de estrenarse.
No es un documental más. Así se llama el programa de radio de y para personas que viven o vivieron en la calle, que se realiza semanalmente en la organización Sopa de Letras. Esta cobija y aborda la problemática así como la salud mental, desde hace más de 10 años en el barrio porteño de Parque Patricios.
El documental explicita la importancia de la radio, el valor de la comunicación, la potencia de lo colectivo, la necesidad de comunicarse, y que alguien escuche del otro lado, o mejor aún: al lado. Y también refleja la historia de Víctor Rodríguez Lizama, su director, que tiene 64 años y vivió varios en situación de calle.
El Cuervo, como le dicen a Víctor por su fanatismo por San Lorenzo, visibiliza en primera persona junto a otrxs protagonistas lo que se ve a diario, pero no tanto. Lo que se sabe, pero no tanto.
En Más allá de tu vereda, Víctor entrevista a muchos de los integrantes del programa que se emite en Radio Parque Vida (105.9) desde hace más de tres años.
Marcela dice que antes sólo escuchaba. Y que ahora se animó a decir.
Luciana dice que perdió un poco la timidez. Y que, quizá, eso la ayudó a crear la sección “la música que nos hizo”.
Cata dice que encontró un espacio para hacer arte. Para animarse a leer sus poesías.
Alicia dice que antes hablaba “poquito”. Y que ahora “habla un poquito más”.
Lautaro habla cuando llora, emocionado. Dice que no tenía experiencia. Y que ahora se sorprende de sí mismo.
Juan Bautista dice que es el encargado de informar las noticias. Y que ahora sí, alguien escucha su punto de vista.
Cristian dice que está más atento a su alrededor. Tanto, que ahora se anima a opinar.
Víctor dice que hasta no hace mucho, había personas que no agarraban el micrófono. Y que ahora no lo quieren soltar.



Termina el documental, con una última imagen; pantalla en blanco y una sola línea en letras negras.
«A todos los que estuvieron en situación de calle y ya no están».
Hay aplausos, hay felicidad, hay valoración.
Hay orgullo.
Luego, se abre el micrófono para que quien quiera diga lo que quiera.
Jorgelina: “Hagamos más radios”.
Adrián: “Podría estar en cualquier otro lado, haciendo cualquier otra cosa en este momento y gracias a ustedes estoy acá, me ayudaron un montón desde lo emocional”.
Cierra Víctor Rodríguez Lizama, con la remera puesta de su San Lorenzo querido y su pelo repleto de canas:
“La finalidad de este documental es mostrar cómo a través de la salud mental podemos llegar a la gente invisibilizada, que está ignorada. Ojalá que se reproduzca en otros lugares, que sirva de herramienta para salir adelante. Hoy hay mucha más gente viviendo en situación de calle. Además de haber vivido mucho tiempo, participé de los censos populares. Recientemente censamos en la comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat y Constitución) y sólo acá contamos 1480 personas, por donde vos camines están. En la olla popular que hacemos en el Parque Lezama se ve algo similar al 2001. Más personas en calle y más hambre”.
Detrás del Cuervo hay un pizarrón donde se completa al nombre de su documental:
“Más allá de tu vereda,
hay otra realidad,
atrás de tu puerta”.
Al costado, un mural con un puñado de palabras escritas en letra cursiva:
“Hasta que no quede ni una sola persona en situación de calle,
allí seguiremos estando”.
Nota
La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos

Este domingo a la madrugada murió María Teresa López, asambleísta contra la contaminación en su ciudad natal, Caleta Olivia, luego mudada a Capital Federal y parte del grupo Jubilados Insurgentes. Mary se enfermó de cáncer producto de la contaminación que ella misma denunciaba, y luego fue abandonada por el Estado en modo motosierra: el PAMI se negaba a entregarle medicamentos, pese a amparos judiciales a su favor. Una historia que genera bronca e impotencia, pero que a través del recuerdo de sus compañeras de lucha se revela como una lección de vida, en el más profundo sentido de la palabra: lo colectivo frente a lo personal, la idea de no perder el tiempo, la movilización permanente, la generosidad, la sabiduría, y qué es la muerte.
Por Franco Ciancaglini
Algunos dirán que Mary era bajita y otros que tenía el porte enorme de Nora Cortiñas.
Desde la pandemia solía esconder su sonrisa detrás de un barbijo, aunque sus motivos de alegría eran cada vez menos:
- su salud era cada vez más delicada;
- los medicamentos oncológicos no llegaban;
- y la lucha que encaró desde siempre —primero en su Caleta Olivia natal contra la contaminación, luego contra el sistema de salud público y, al final, como parte del grupo Jubilados Insurgentes— cada vez implicaba poner más el cuerpo.
Fue su cuerpo lo que, este domingo 21 de julio, dijo basta.
Mary se convierte así en algo odioso: un símbolo. Un símbolo de la muerte sistemática que genera un sistema que enferma y abandona. Pero también en un símbolo de lucha por la vida, en el sentido más profundo de la palabra.

Contaminada
María Teresa López nació en 1959 en Caleta Olivia, Santa Cruz. Falleció el domingo pasado a sus jóvenes 67 años, en un hotel de la calle La Rioja, en Once, ciudad de Buenos Aires. Sí: vivía en un hotel. Sola, producto del desarraigo que le produjo tener que trasladarse para atenderse de un cáncer de hígado.
Ese fue el diagnóstico médico: una metástasis que avanzó en el último tiempo al ritmo frenético de una motosierra.
La causa que no figura en su partida de defunción es aquella que ella misma denunció hasta el final: a Mary le negaban medicamentos oncológicos indispensables para su tratamiento.
Lo que tampoco figura en su partida es que Mary fue arrancada de su Caleta Olivia natal porque se enfermó, al igual que decenas de personas de esa localidad, producto de la contaminación del agua por actividades extractivas en la zona.
Contaminada
La vida de Mary fue la de una militante social de una estirpe rara: austera, firme, silenciosa, estudiosa, imparable.
Sus compañeros reconstruyen sus historias: que de chica le hicieron un test de inteligencia y un profesional le dijo a su madre que ella era más o menos superdotada; que seguramente podría hacer dos carreras universitarias a la vez; que terminó la secundaria antes de tiempo y luego cursó dos carreras; que se enganchó con el ambientalismo muy joven y empezó a investigar cuando las empresas petroleras negaban la contaminación de las napas de agua.
Formó parte de la Asamblea Ambiental de Caleta Olivia, desde donde luchó sin descanso contra la contaminación provocada por el fracking. Mucho antes de enfermarse, denunciaba que el agua que llegaba a las casas estaba contaminada con petróleo. Lo sabía por la evidencia científica más contundente que tiene una comunidad contaminada: que sus vecinos, familiares y amigos enfermen y mueran.

Ante los medios Mary describía lo que vivía y veía alrededor: “La gente se muere o queda discapacitada”. En una entrevista para el programa Conciencia Solidaria, precisaba sobre su territorio:
- “Caleta Olivia… tiene un problema grave: falta de agua potable, y encima está contaminada por la industria petrolera. Los muestreos de agua que hemos sacado y analizado han dado positivo: está contaminada el agua que estamos tomando.”
- “La situación es muy grave, se está muriendo muchísima gente de esas 11 localidades, 9 están en terrible condición… además tuvimos un caso muy grande de gastroenteritis que afectó a 340 personas”.
También contextualizó el vínculo entre agua contaminada y salud pública: “Los metales pesados son cancerígenos, mutagénicos, van mutando de una generación en otra… nacen chiquitos con problemas… o fallecen de cáncer».
Denunciaba en Caleta Olivia la presencia de hidrocarburos, arsénico y metales pesados en el agua, además de enfermedades poco frecuentes que, como decía ella, “no tienen cura” y crecen en esa región patagónica. Alertaba con claridad: “No es solamente cáncer, sino Enfermedades Raras o Poco Frecuentes. Muchos pacientes no están bien atendidos… La situación se agrava cuando se trata de estas patologías: solo se ofrecen tratamientos paliativos.”
Un mal día le tocó a ella, ya con la certeza profunda de que la contaminación ambiental fue parte del combustible de su cáncer de hígado.
En agosto de 2015, en un foro en defensa del agua organizado en Comodoro Rivadavia, otras asambleístas como Lidia Campos, de la asamblea contra el fracking de Allen (Río Negro), la conocieron personalmente luego de años de tramar resistencia contra el extractivismo: “En el Foro en Comodoro había gente de todos lados… Y estaba Mary, que ya tenía problemas, como un problema en la boca del estómago… No se sabía bien… Uno tapa esas cosas y habla de la lucha, la salud quedaba en segundo plano. Mary no era de hablar de lo personal; siempre se preocupaba más por lo colectivo».

La describe así: “Era menuda, callada. Pasaba desapercibida. Pero cuando abría la boca, te dejaba con la boca abierta. Sabía muchísimo. Y tenía una convicción inquebrantable.”
Recuerda Lidia que, en 2019, Mary pasó de la denuncia mediática a la judicial: presentó un amparo colectivo ante la Corte Suprema contra la contaminación del agua con hidrocarburos, arsénico y metales pesados. Denunciaba así, ante el máximo tribunal argentino, el abandono del sistema cloacal, basurales a cielo abierto, y exigía la puesta en marcha de una planta de ósmosis inversa paralizada (actualidadjuridicaambiental.com). En ese expediente Mary detallaba:
- “Frecuentes interrupciones en el suministro… agua contaminada con hidrocarburos totales y arsénico… napas freáticas contaminadas por fracking…”.
- Solicitaba medidas cautelares urgentes: provisión gratuita de agua apta, saneamiento cloacal, cierre de basurales y puesta en funcionamiento de la planta de ósmosis inversa.
Esa presentación inédita, que firmó ella misma, reflejaba años de trabajo comunitario, denuncias y… enfermedades. Pero su denuncia fue ignorada, archivada y judicialmente ninguneada: tras seis años, la Corte se declaró “incompetente” y desestimó el recurso, sin resolver la situación de fondo.
Mary no se rindió: en 2020 fue caminando hasta Balcarce 50 para presentar a través de Mesa de Entradas de la Casa Rosada una carta firmada por una red de organizaciones en defensa del agua dirigida a Alberto Fernández, denunciando la contaminación del agua y relacionándola lúcidamente con argumentos que el ex Presidente daba como recomendaciones durante la pandemia.



Lidia Campos es la que recupera y comparte a lavaca este documento, y la que como asambleísta define su legado: “Lo que ella hizo fue histórico. Vale la pena hablarlo para las próximas generaciones… En esta época hemos perdido tanta humanidad que a nadie le importa. Pero acá hay alguien que dio su vida. Dio, literalmente, su vida.”
El último recuerdo que Lidia conserva data del 14 de julio de 2023, durante una jornada de lucha contra Mekorot, la empresa nacional de agua israelí que intentaba desembarcar en Argentina con intenciones sospechosas. Relata Lidia: “Ella estaba afuera del Anexo del Congreso con los Jubilados Insurgentes para protestar… Después fuimos a una confitería. Le pregunté si había comido al mediodía… no había comido nada. Le sugerí unos tostados o medialunas con queso. Pidió un té. Cuando llegó lo que pedimos, no lo pudo comer”. Igual, se sacaron esta hermosa foto compartiendo. Y ese mismo día, antes de despedirse, Mary le regaló una pashmina rosa a Lidia para protegerla del frío.

Abandonada
Cuando se enfermó y vio que su asamblea se desarmaba –entre otras cosas precisamente porque muchos enfermaban- Mary se trasladó a Buenos Aires. Pretendía resistir y atenderse bien, cosa que logró durante muchos años: su lucha logró que PAMI le asignara el Hospital Italiano para su tratamiento.
Tuvo un cáncer controlado que se descontroló al ritmo del deterioro del sistema de salud: primero Macri, luego Fernández, la pandemia y finalmente Milei como garrotazo final.
Desde 2023 su situación empeoró drásticamente. Su compañera Zulema, de Jubilados Insurgentes, relata: “El PAMI decía que tenían medicamentos para esa patología, pero no eran los que había indicado su médica… entonces no los aprobaban. A veces los recursos judiciales salían favorables, pero el PAMI tampoco los entregaba. La impotencia era terrible».
Sino miren este video.
María Teresa López dice claramente: “El mecanismo es simple: es eliminarnos, gastando menos… llegar al déficit cero… matándonos.”
El video la muestra junto a sus compañeros de Jubilados Insurgentes en un reclamo frente al PAMI por sus medicamentos.
Sigue: “Es más fácil eliminarnos de manera nefasta e inhumana… Para mí ustedes son asesinos, y les importa un bledo”.
Hoy, un año y mes después, Mary tenía razón.
Zulema continúa: “Ella no podía hacer la quimio porque la droga fundamental no estaba… íbamos al PAMI con compañeros, hacíamos reclamos, pero no facilitaban nada. Cuando le autorizaban un tratamiento de ocho sesiones, solo le entregaban dos dosis. Nos confesaron que no se molestaban en dar el tratamiento completo porque muchos morían antes… Pero Mary resistía, resistía… llegó un momento en que el cuerpo no resistió más».”
Una de las últimas veces de manifestación ante el PAMI, sin Mary, el personal de seguridad preguntó por ella en la puerta: “¿Cómo está Mary?”
La respuesta era obvia: mal.
Insurgente
Pese al deterioro físico, Mary se unió a los Jubilados Insurgentes. Entendió que el sistema no solo descarta a quienes enferma, sino también a los que ya no pueden “producir”.
Zulema recuerda: “¡Tenía un carácter! Ese carácter es el que la hizo resistir cuando muchos se daban por vencidos”.
Llegó a ese espacio dos años atrás, íntimamente vinculada con su enfermedad. “Se metió en todo lo legal… recursos, fiscalías, Comodoro Py… sabía de litigio ambiental”, dice Zulema.
El 12 de junio de 2024, durante la lucha contra la Ley de Bases, estuvo firme en Plaza los Dos Congresos. “Nosotros la cuidábamos porque estaba débil, pero se escapaba, quería seguir.” Conocía a todos. “Era muy luchadora. Y hablaba con energía. Siempre nos pedía que unamos las luchas».
Lo que posiblemente sea su último legado lúcido: unir las luchas del ambientalismo con las banderas de los jubilados.
Sobre su convicción, Zulema dice: “Cualquier cosita que ella hacía la asumía con total responsabilidad… vino con cartulina, se traía el cartel… Cuando asumió Milei hizo un cartel que decía ‘Toda la clase política es responsable de la debacle del país’, lo diseñó ella misma”.

Otra anécdota: “Una vez vino a una reunión, con anotador en mano, ya predispuesta. Algunos comenzaron a hablar de su vida personal, y se enojó. Se levantó, juntó sus notas y se fue. Dijo: ‘acá se pierde tiempo, no van a llegar a nada’. Pero volvió. Con dramas y todo, no quería perder el tiempo: estaba alerta. Era consciente de que la tarea era enorme, y le ponía ímpetu”.
Mary sabía que no le quedaba mucho tiempo y por eso nunca bajó la guardia.
Siguió yendo cada miércoles a las rondas frente al Congreso, siempre con barbijo, para cuidarse y cuidar. Participó del Malón de la Paz, llevó agua, militó con grupos ambientalistas, jubilados y religiosos. Organizó actos, escribió cartas, e insistía en que el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, había que salir a las calles. Siempre. Aunque lloviera, aunque doliera.
Porque Mary enseló que la muerte no es algo que ocurre al final: es eso que va sucediendo en vida ante la indiferencia, el silencio de los tribunales, el apagón de las protestas, la descomposición del cuidado, la impunidad de los contaminadores y la complicidad del silencio.
La muerte es el abandono.
La muerte es el olvido.
Y en ese sentido, Mary sigue más viva que nunca.
odas las agrupaciones de jubilados que se juntan los miércoles a protestar en Congreso, preparan un homenaje a Mary y, a través de ella, “a todas las víctimas del sistema y de este plan siniestro de exterminio de los más vulnerables”.
Será mañana, después de la marcha, en un acto en Plaza de Mayo.
Mary: gracias.
Hasta mañana.
Nota
Pablo Grillo: llaman a indagatoria al gendarme Guerrero a seis meses de un disparo criminal

El 2 de septiembre el gendarme que disparó una granada de gas lacrimógeno por fuera de todos los protocolos de la fuerza deberá comparecer ante la justicia. La decisión la tomó la jueza María Servini de Cubría más de cuatro meses después del hecho. Pablo Grillo luchó por su vida, perdió masa encefálica y hoy se encuentra en plena rehabilitación. Todo lo que deberá explicar Héctor Guerrero y que implica a su principal defensora y la responsable de la violencia estatal: Patricia Bullrich.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cuatro meses y una semana pasaron desde el miércoles 12 de marzo. Ese día, durante otra violenta represión a la marcha de jubilados y jubiladas, el Gendarme Héctor Guerrero le disparó fuera de toda legalidad una granada de gas lacrimógeno al reportero gráfico Pablo Grillo, cuyo impacto casi lo mata, y por el que perdió parte de la masa encefálica, estuvo casi tres meses internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía y por el que hoy continúa en proceso de rehabilitación. Cuatro meses y una semana pasaron hasta hoy, lunes 21 de julio, en el que la jueza María Servini citó a indagatoria al gendarme, autor material de lanzamiento, para el próximo 2 de septiembre.
Es decir: entre la ejecución y la audiencia habrán pasado 131 días, casi seis meses, casi medio año.
El camino de la in-justicia
En un primer momento, la jueza había rechazado el expediente y el caso había pasado al Juzgado Federal N° 12, donde tramitaba otra denuncia por los mismos hechos. Como ese juzgado estaba vacante y subrogado por Ariel Lijo, quien también se declaró incompetente y declinó la competencia, el expediente regresó al Juzgado N° 1 el 28 de marzo y la jueza Servini lo tiene en sus manos desde el 10 de abril, a la vuelta de una licencia.
La cronología detalla el tiempo que una familia debe atravesar para exigir justicia por un hecho de violencia estatal: desde el 21 de marzo en que el papá, la mamá y el hermano de Pablo se presentaron en la causa como querellantes, solicitaron se llame a Guerrero a declarar “en calidad de imputado, por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Pero no hubo respuesta. Por eso, el 6 de junio, reiteraron el pedido con estos argumentos: “Desde el inicio de la investigación, todas y cada una de las pruebas recabadas por el Juzgado corroboran lo que planteamos en nuestra querella del 21 de marzo: el cabo primero Héctor Jesús Guerrero de la Gendarmería Nacional Argentina fue el autor del disparo de la pistola lanzagases que hirió de gravedad a Pablo Grillo el 12 de marzo a las 17.18hs”. Y agregaron: “En el pedido que presentamos ante la jueza Servini ofrecemos una descripción de los hechos y un análisis pormenorizado de los elementos de prueba existentes hasta el momento”.
Y no hubo dos sin tres: el 15 de julio se le volvió a exigir al Juzgado que lo cite a Guerrero.
Y la tercera fue la vencida: este lunes, Servini citó a prestar declaración indagatoria al cabo Guerrero como autor del disparo con cartucho de gas lacrimógeno calibre 38mm que impactó en la cabeza de Pablo Grillo. La audiencia será el 2 de septiembre a las 10.
Guerrero es el primer efectivo formalmente imputado en la causa por el operativo policial del 12 de marzo.
Desde la querella informaron: “El juzgado ordenó la realización de una pericia balística a cargo de la División Balística de la Policía de la Ciudad para reconstruir con el mayor nivel de precisión técnica posible el disparo que hirió de gravedad a Pablo. Si bien la jueza consideró que ya existen elementos de prueba contundentes respecto de la responsabilidad de Guerrero para esta instancia, sostuvo que la pericia es necesaria para afianzar la reconstrucción de la dinámica del hecho”.
La pericia tendrá como objetivos precisar:
-La trayectoria y velocidad del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo;
-La posición del arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil;
-Analizar si el proyectil impactó previamente contra otra superficie, y si eso alteró su dirección o energía.
-Las ubicaciones de Grillo y de Guerrero al momento del disparo.
El juzgado también ordenó, previo a la pericia, una inspección en el lugar del hecho (la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís) que incluirá un relevamiento fotográfico terrestre y aéreo y la elaboración de un croquis detallado de la escena.
Además, le prohibió a Guerrero la salida del país.
Compartimos el perfil de Pablo que realizamos en la edición 203 de MU.
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