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Instrucciones para enloquecer a la gente

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Cortes de luz y movilización vecinal: ¿cómo agradecer a EDESUR los servicios no prestados? Psicosis de la vida cotidiana. Pollo podrido y lucha de fases.¿Se corta la luz, o la cortan? Comuneros PRO y K. La genética privatizadora. Sistema, ansiolíticos y el hallazgo de los vecinos.

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Vecinos de la Asamblea de Almagro, en Mario Bravo y Rivadavia


“Se cortó la luz a las 11 de la mañana. A las dos horas el pollo empezó a agarrar olor, y más ese día de 40 grados” dice Pablo, de la granja San Fran, pequeño local de Rivadavia al 3500. “Pensé que la luz volvía, pero no. Y yo ya estaba todo impregnado del olor, y tenía que tirar 130 kilos de pollo…”.Antes de que Pablo termine su relato ante lavaca, a las 21.10 y como dándole la razón, desaparece la luz y nos quedamos hablando entre tinieblas en la vereda.A pocos metros enciende su linterna Ramón, encargado del edificio del 3561. “Hace 4 meses empezaron los cortes. Ahora es una fase y deja sin luz a 20 de los 60 departamentos. Un día una fase, otro día otra. El peor hasta ahora aquí fue de 45 horas. Pero en la esquina hubo un corte de cuatro días seguidos. Este edificio tiene 13 pisos y cuando hay corte no andan los ascensores”. En la entrada Juan Carlos Petrone estudia si subir o no la escalera hasta el 6° piso: tiene 87 años. “Voy a esperar hasta las 10 de la noche y después me mandaré a ver si llego”. Ramón: “El otro día un señor un poco más joven, en el edificio de la esquina, quiso subir al 12° pero se descompuso, lo bajaron, lo internaron y tuvieron que hacerle un bypass”, comenta mientras me alcanza un volante de la Asamblea Vecinal de Almagro (ya suma al menos 200 vecinos interconectados por mail y celular) que llama a reunión en la esquina de Rivadavia y Mario Bravo en la que se estudia una próxima movilización a EDESUR, San José al 100. Algunos proponen ornamentar dicha sede con comida podrida, entre otras cosas: un modo de devolver las atenciones recibidas por la empresa en estos tiempos.
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Pablo: tuvo que tirar 130 kilos de pollo y se le quemó la cámara de frío

El call center de EDESUR

“Hubo muchos cortes en octubre, más en noviembre, y desde diciembre fue un desastre” explica Ramón, el encargado de la linterna. Los integrantes de la Asamblea Vecinal de Almagro contabilizaron, según los casos, 168 horas de cortes, y cientos de reclamos, incluidos casos como el de la esquina de Mario Bravo y Rivadavia, 18 pisos, con cuatro días seguidos sin luz, ascensor, ni agua (y luego con cortes “breves” de no más de 18 o 24 horas). Para aliviar la situación, los vecinos que están en una fase cortada se “cuelgan” de la luz de los pasillos, o arman alargues mutuos y cadenas de “zapatillas” entre distintos departamentos de distintas fases para poder enchufar las heladeras. Ramón: “Nos salvamos porque tenemos una bomba monofásica para llenar el tanque de agua. Otros edificios no la tienen y ahí sí, entre el corte y la falta de agua, imagínese”.
Marcelo y los reclamos: “Ahora se supo que todo EDESUR te atiende con un call center de 12 personas. Con la cantidad de reclamos que hay, te dejan colgado de la maquinita y no te atienden nunca. Y si te atienden es peor. Uno no quiere maltratar a nadie, pero el otro día llamé, le dije al operador que no tenía luz y me contestó que no podía ser, que que a él no le figuraba el corte. Me puse loco. Mi señora terminó dándome un calmante porque estaba por reventar”.Y agrega: “En realidad sabés que a ellos también los usan para filtrar los reclamos de la gente”. (Vicente, un rato antes, me hablaba de lo mismo en la regalería: “La burocracia es una forma de poder”).
Marta escucha a Marcelo, y habla al límite del llanto: “A mí se me reventó la insulina después de 3 días sin luz, por la falta de frío, y ayer tuve una descompensación por el estrés de todo esto, con pérdida de memoria”. No quiere decirme mucho más, salvo: “Fue horrible”. Sus vecinos la rodean en silencio, acompañándola mediante el antiguo arte de escuchar al otro. Ramón: “Nos cambió la vida, todos se saludan, conversan. Antes andaba cada uno en la suya”. Marta coincide con que lo grupal ayuda a escapar de esa locura cotidiana: “Parecería que tiene que pasar algo malo para que nos demos cuenta de lo bueno que nos rodea”.

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Walter, Glenda y Jessica: ni los milagros del Pastor Giménez pudieron con EDESUR

Asamblea en la esquina

Son unas 20 personas junto a un contenedor lleno de escombros. Héctor lo señala como parte del paisaje: “Esto está desde noviembre”. Planean diferentes encuentros, la creación de un contacto vía facebook y acuerdan con la idea de ir armando un acto frente a EDESUR. “Y nos tenemos que conectar con la gente de Chacarita, Villa Crespo, Lugano 1 y 2, y todos los otros que todos están también como nosotros”.
Ana, de Juan B. Justo 2331, había pasado un rato antes contando que allí llevan, en los últimos tiempos, 190 horas de cortes, el equivalente a casi 8 días sin luz. Ana hablaba con una intensidad hecha de indignación y asombro, como pensando que quien la escucha no va a creer lo que dice.

La temperatura del sistema

Llegan dos de los seis integrantes de la Comuna 5 que abarca Boedo y Almagro, casi el centro geográfico de la ciudad: Ignacio Delgado y Carlos Benítez. Cuentan que estuvieron en EDESUR, gestionando justamente una reunión para los propios vecinos. “En la sede de Lacarra ni nos quisieron atender, hicieron pasar a uno solo. Dijeron que la temperatura crítica es 30º y de ahí en más empiezan los cortes” explica Ignacio. Carlos: “Te hacen toda una sanata, decían que el problema es que hay mucho consumo”.
Luego contó algo que les revelaron en la sede Senillosa, una frase que acaso deba incluirse en los próximos manuales de ciencias políticas y sociales: “En ‘off the record’ nos dijeron que el sistema está obsoleto”. Delgado asintió a su lado.

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Gloria, con rebajas en su regalería para compensar las pérdidas

La edad de los cables

En toda esta aventura se descubrió que los cables de la zona siguen siendo de la época de la empresa Italo, o sea que son preexistentes a la época de Internet, de los celulares y corresponden a la era en la que periódicos alternativos como La Nación o activistas como Bernardo Neustadt y Mariano Grondona, propagandizaban las ventajas de las privatizaciones que salvarían al país del atraso gracias a sus inversiones. Héctor: “Recién ahora están estudiando cómo cambiar la red, o sea que no invirtieron absolutamente nada. Y el que pretende cambiarla es el Estado, así que la privatización ya vemos para qué sirvió”. Marcelo: “Mi temor es que la empresa esté provocando todo esto para irse y dejarnos el muerto, como han hecho otras privatizadas”.    

Macrismo y K

Los comuneros escuchan. Benítez pertenece al Frente para la Victoria. Delgado al PRO. Los miro tratando de detectar en qué momento intentarán copar la parada o liquidarse mutuamente pero Fernanda, una de las vecinas, me advierte: “Estoy fascinada porque los comuneros vinieron a colaborar, en ningún momento pusieron el partidismo adelante, y se suman para ayudarnos”. Héctor, del grupo senior: “Yo también me sorprendí. Hacen lo que les pedimos nosotros y acordamos juntos, y no al revés, como pasa siempre con los políticos”.
Todos los vecinos están en una sintonía similar. “Es que todos podemos tener nuestras ideas. Yo mismo soy del PO (Partido Obrero) y todos lo saben, pero aquí tenemos que ver cómo solucionar el problema entre todos” dice el más joven del grupo, Gabriel, ante los gestos afirmativos del resto. La combinación de kirchnerismo, macrismo, y troskismo puede darse en una asamblea, forma organizativa de las personas comunes (si es que existe alguna persona común) que acaso esta vez zafe de que intenten engullírsela.
“Acá no corren los partidos sino que se haga lo que planteamos nosotros, que somos la sociedad”, señala Marcelo: “Por suerte en esta Comuna ganó el diálogo y no la mezquindad y eso ayuda a que trabajemos todos juntos”. De hecho los comuneros están ahí, a las 10 de la noche, parados junto a los escombros con los vecinos, y no acumulando lípidos en un despacho. Es un enigma cómo seguirá esta relación. Jorge dice: “EDESUR no se fija si te gusta el macrismo o el kirchnerismo. Te la corta igual” sentencia, como hablando de una mutilación.
Frente a las corporaciones, las viejas teorías políticas quedan en suspenso: acaso haya que hablar de lucha de fases.

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Ramón, encargado de uno de los edificios con cortes de luz desde hace 4 meses

¿La luz se corta o la cortan?

La asamblea discute algo que plantearon los comuneros: “Los de EDESUR, bajo cuerda, te reconocen que arreglan los problemas cuando los presionan”. Lanzo una pregunta: ¿La luz se corta, o la empresa va cortando premeditadamente por sectores? Marta: “El 23 de enero cortaron. Salimos a cortar la calle. Como vinieron canales de televisión, a los 15 minutos había luz otra vez”.
Gloria, de la regalería, me había dicho: “Ese día devolvían una hora a uno, cortaban, le daban luz al otro, y así. Como nos hemos ido conectando entre los comercios, andábamos de aquí para allá, como el baile de los locos”. Pablo, de la pollería: “el muchacho del kiosko me trajo el freezer para que no se le derritieran los helados, pero me cortaron a mí y me tuve que enganchar con la regalería”. La granja (por el consumo de sus heladeras) paga 3.000 pesos mensuales de electricidad y 7.800 entre alquiler y expensas. La regalería no tiene tanto gasto eléctrico. Gloria: “Ni el aire acondicionado prendo, porque hemos perdido muchísimo. El día de Navidad sin luz ni teléfono ni pos net, no pudimos vender. Este año tuvimos menos ingresos que hace un año, siendo que las cosas valen el doble. Alquiler y expensas subieron de 5.000 a 8.000 pesos”. Detalle: ni siquiera tuvieron linternas para vender: “Como son chinas, está trabada la importación y quedaron en los contenedores, recién nos van a traer en marzo, dicen”.
Ramón: “Para mí la cortan, te das cuenta por los horarios. Vienen los de EDESUR, esta mañana por ejemplo. Miraron el buzón, hicieron algo con los fusibles. Les pregunté: ¿qué pasó? Me contestaron: ‘ya tenés luz, chau’. No puedo creer que no inviertan en poner un cable mejor”.

¿De quién es EDESUR?

Cuando hago la pregunta los vecinos se miran entre ellos. “Creo que es española” dice marcelo. “No, brasileña” dice Marta. En realidad todo es un laberinto. Dos empresas, Distrilec (53%) y Enersis (43%) tienen la mayoría accionaria. Pero Distrilec es de Enersis y de Petrobras Energía que a fin de enero decidió irse de EDESUR. Enersis a su vez pertenece a una corporación chilena, que es propiedad de Endesa de España. De hecho el gerente de EDESUR es el español de Endesa Josè María Hidalgo. Pero la española Endesa no es española sino que en un 92% pertenece a la estatal italiana Enel.
Todo este himno a la transparencia se completa con el enfrentamiento cada vez más claro de la empresa con el gobierno argentino, por la falta de inversiones y la realidad de miles de cortes de luz de los cuales en un 70% correspondieron este año a EDESUR, afectando sólo en Capital a 2.300.000 personas. EDESUR denuncia que el problema es el atraso tarifario, el gobierno retruca denunciando que vive subsidiando a la empresa (y es obvio que querría introducir allí a empresarios más afines, sin que se pueda intuir aún en qué terminará el combate, desde el punto de vista de los vecinos).
Héctor: “El asunto es que los vecinos somos como la pasta que unos, otros o ambos, usan para esmerilarse entre ellos”. Gloria en cambio cree que “nos quieren esmerilar a nosotros” (la pasta esmeriladora va limando el vidrio y opacándolo para rebajarle los bordes cortantes y poder usarlo como adorno; la comparación con lo social queda a cargo del público presente).

Claustrofobia social

La asamblea intercambia mails y teléfonos. Ana y Betty viven en un piso 18 y quieren aprovechar para ir a su casa en ascensor ahora que parece que hay luz. Paula, médica: “El otro día operaron a una vecina, y tuvo que subir la escalera con un banquito: hacía un piso y se sentaba, otro piso y volvía a sentarse”, narra en una reescritura posible de las Instrucciones para subir una escalera, de Cortázar. Jorge cuenta de un vecino suyo que quedó atrapado en el ascensor, y sufre claustrofobia: “Logró abrir a golpes la puerta y casi se cae 10 pisos por el hueco”.
Los vecinos andan sanamente claustrofóbicos, queriendo salir a la calle. Gloria: “Es que los que mandan, las empresas o los gobiernos, siempre quieren distraer mentes, y si nosotros no salimos a hacer las cosas, nadie va a reclamar por nosotros”.
Sobre la pelea Medios-Gobierno, Gloria dice lo mismo: “Son formas de distraer mentes. Para mí la Presidente es culta e inteligente. La atacan porque es mujer. Pero creo que no está bien acompañada”. Pablo, de la granja: “Hay muchos insultando al gobierno, pero por lo menos se trabaja. A lo mejor es egoísta, pero mis hijos van a la escuela y yo estoy más o menos bien, más allá de lo que está pasando con los cortes. Unos dicen una cosa, otros otra, yo miro que se tiran entre Macri y Cristina… que hagan lo que quieran. Que si el ABL, que si los planes sociales. Yo al que puteo es a EDESUR. Capaz que está mal, pero eso pienso”.
Ramón hizo un cálculo: “Los medios dicen la verdad, pero sólo un 30 o 40%”. Sería el viejo truco de decir algo de verdad, para hacer creíble el otro 60 o 70% que no lo es. “Lo único bueno de todo esto es que la gente se saluda, se hace más afín, ojalá siga eso hacia adelante”. Unas cuadras más allá en el ex cine Roca, también buscan la luz aunque de otro modo, en los encuentros evangélicos del Pastor Giménez: “Aquí se hacen milagros para vos y tu familia” anuncia un cartel. Ni con milagros evitaron los cortes. Jessica: “Orábamos con la luz de emergencia o nos veníamos más cerca de la calle” dice y no omite el proselitismo: “Hubo un día que sí, se prendió solo acá. No se si fue un milagro, pero se prendió”.
Marta no sabe cómo será el futuro que se está amasando al interconectar vidas, zapatillas y conversaciones en medio de los cables pelados. “Todo dependerá de lo que hagamos nosotros mismos”.

Asamblea Vecinal de Almagro

Contactos
Héctor hafocanti@gmail.com
Marta magrasi@fibertel.com.ar
Fernanda fernandavida@hotmail.com
 

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Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos

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Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.

Por Claudia Acuña

Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.

Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.

Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.

A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Hasta lograrlo.

Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.

Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.

Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.

Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.

Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.

Quizá.

Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.

Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.

La presentación

Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.

Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.

Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».

El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.

Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

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La Justicia esquiva la causa por el disparo a Pablo Grillo: “Hasta ahora no se investigó nada”

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La recuperación de Pablo “es muy rápida” pero la investigación sobre su intento de asesinato, muy lenta, o directamente inexistente. Qué dijo el padre hoy frente al Hospital Ramos Mejía donde Pablo sigue pelando por su vida, aún en terapia intensiva pero con avances prometedores, y las abogadas del caso que presentaron ante la Justicia: primero Servini de Cubría y luego el candidateado a la Corte Ariel Lijo rechazaron la causa, y ahora se sortea en la Cámara Federal de Casación a qué juez le tocará investigar a quien le disparó y a sus superiores jerárquicos. Los dichos de Adorni en conferencia de hoy, y quién cortó el diálogo con la familia; las pruebas que se pidieron y las que se aportaron; y el texto de la presentación judicial en la que la familia pide ser querellante, con las pruebas que aportamos desde decenas de medios, fotoperiodistas y organizaciones sociales.

Por Francisco Pandolfi

Pablo Grillo todavía no está fuera de peligro, pero la mejoría día a día, paulatina y constante, le permite a la familia hablar ya no sólo de su estado de salud. Hasta hoy, el único foco era la supervivencia de este fotógrafo de 35 años impactado por una granada de gas lacrimógeno, fuera de toda legalidad, por las fuerzas de inseguridad comandadas por la ministra Patricia Bullrich.

La pérdida de masa encefálica y la fractura de cráneo con la que llegó de urgencia al Hospital Ramos Mejía –el miércoles 12 de marzo, cuando se desató la represión en la marcha por las paupérrimas condiciones en las que viven las y los jubilados–; la primera operación esa misma noche en la que se bajó la presión intracraneal y se le reconstruyó algo del tejido. Las pupilas que empiezan a reaccionar bien. La merma en la sedación. Los primeros movimientos – prematuros e inesperados por los propios médicos–. Otra operación por un derrame que es revertido a tiempo. La baja de los glóbulos blancos como síntoma de la baja en la infección. Y a solo una semana del disparo, Pablo abre los ojos. Y le sacan el respirador para ver cómo reacciona y lo hace agarrándole la mano a la mamá. Y por si fuera poco le susurra las palabras más hermosas a su papá: “Hola, viejo”. 

Pablo continúa en terapia intensiva, en estado crítico, pero respondiendo bien neurológica y físicamente. “Es asombroso el nivel de avance que tuvo”, dice Fabián, su viejo, con los ojos emocionados e incrédulos por la mejoría impensada en tan poco tiempo. Esa sucesión de buenas noticias las que posibilitan a la familia convocar este viernes a una conferencia de prensa «para contar novedades en la causa judicial».

Primero, habla Fabián, su papá, sobre la salud de Pablo: “Las novedades son que está estable, por lo tanto es bueno. Está con los ojos abiertos y sigue sin respirador”.

En la conferencia de prensa convocada por la familia de Pablo Grillo, fotógrafo que fue impactado por una granada de gas lacrimógeno lanzada por las Fuerzas comandadas por Patricia Bullrich, Fabián, su papá, habló sobre la salud de su hijo.

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:35:39.538Z

Fabián lleva puesta una remera azul, con letras blancas que dicen: “Justicia por Pablo Grillo”. Se lo nota cansado, pero más distendido. Se ríe cuando cuenta: “Tengo un video con saludos de (Ricardo) Bochini, veremos si los médicos nos permiten que se lo pasemos. Si lo escucha al Bocha, va a volver a hablar seguro Pablo”. Mantiene los pies sobre la tierra: “Todavía la situación es grave: está en terapia y con riesgo de vida. Pero en ese marco todo lo que estuvo ocurriendo es favorable. A todos nos sorprendió su evolución. Incluso los médicos manifiestan que la evolución que está teniendo es asombrosa. Es muy rápida”.

Este jueves, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que el diálogo con la familia quedó roto desde que el padre de Pablo acusó a Bullrich de ser cómplice. Fabián le responde: “Nosotros no cortamos nada porque nunca existió el diálogo. Lo mío fue una respuesta a una declaración mentirosa de Bullrich, por tanto si es que alguien cortó el diálogo fueron ellos. Yo estoy dispuesto a escuchar, si alguien me llama”. Y agregó: “A esta altura no lo espero (ese llamado). Espero poco. Pero demostraría que tienen todavía un grado de humanidad”. 

En relación a las mentiras de Bullrich sobre el trayecto del proyectil, expresó: “Me da vergüenza la forma en que fue acomodando la mentira. La va acomodando a medida que la realidad se lo desmiente, es hasta absurdo, burdo, grotesco: no sé que palabra utilizar”. Cuando le preguntaron si le diría algo al gendarme que, según los elementos reconstruidos hasta el momento, sería quien disparó (presuntamente, el cabo Guerrero), afirmó: “Personalmente no le diría nada. Sí lo vamos a decir de forma jurídica. El mejor diálogo que podemos tener con esta gente es en lo judicial”.

La causa, sin avances

Fabián estuvo acompañado por Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, y a Paula Litvachky, del CELS, organismos que patrocinarán legalmente a la familia, que este 21 de marzo se presentó ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 1 para ser tenida en cuenta como querellante en la investigación judicial.

Lo más importante de la causa hasta ahora: desde el 12 de marzo “no se investigó nada y reclamamos que se empiece a investigar urgente”. Las abogadas cuentan el por qué: “La causa iniciada por la denuncia de la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional) que dio inicio a la instrucción estaba presentada en el Juzgado 12 de Ariel Lijo, quien se la devolvió a la Jueza Servini de Cubría, que otra vez la rechazó. Ninguno de los dos quiere hacerse cargo de la investigación. Ahora irá a sorteo para definir quién la sigue. La Cámara Federal de Casación Penal tiene que resolver”. Agregan: “Hasta ahora el Ministerio de Seguridad dijo que no hará sumarios internos por el accionar de su Fuerza, lo que refleja el encubrimiento”. 

La causa aún no tiene carátula porque no está radicada en ningún juzgado. La denuncia presentada es por tentativa de homicidio agravado, por abuso de autoridad e incumplimiento de funcionario público.

Dice Paula Litvachky, del CELS: “Es muy importante que la causa salga de este limbo judicial y se inicie el pedido de pruebas antes de que pase más tiempo”.

Dice Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos: “Esperamos que en estos primeros 9 días en los que no se hizo nada, no haya ninguna prueba que se haya destruido, modificado, alterado. Hay cámaras del Gobierno de la Ciudad que tienen un tiempo de duración determinado, o de negocios que también se van borrando y si no las pedís inmediatamente después ya no están. Es vergonzoso que un hecho así no lo esté investigando nadie”.

Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, es junto a Paula Litvachky, del CELS, la abogada que representa a la familia jurídicamente. En este video cuenta los avances de la causa judicial:

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:54:48.310Z

Las abogadas pidieron una serie de pruebas. Las más relevantes: “Quién dio las órdenes, cómo se manifestaron esas órdenes y cuáles fueron, antes y después del impacto; cuál fue el protocolo que se aplicó, quienes integraban el equipo donde estaba incluido el cabo Guerrero y qué órdenes se le impartió a ese grupo en particular; qué armas utilizaron”. También exigen que se lo llame a indagatoria a Guerrero. “Ya hay suficientes elementos para hacerlo”.

Completa Paula Litvachky: “Hicimos una presentación con los hechos, tenemos un montón de pruebas para que se reconstruya ese tramo del operativo de modo tal que se pueda tener la responsabilidad de quién disparó y de toda la cadena jerárquica”.

Concluyen ambas: “Las pruebas están. Nunca hubo tanto registro fotográfico y audiovisual. Necesitamos el acompañamiento social para empujar a que se haga justicia y que no quieran desviar el foco de la investigación”.

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La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

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Traumatismo encéfalo craneano, herida cortante e irritación ocular: las heridas causadas a Beatriz Blanco (81 años) ya forman parte de una causa judicial que inició ella misma y también la Procuraduría de Violencia Institucional, y apunta contra dos efectivos que la gasearon y le pegaron, provocando su caída. También apunta a la responsable del operativo, la ministra Patricia Bullrich, que se desplegó el miércoles de manera feroz, pero que -plantea la denuncia- es parte de un “plan sistemático”. Beatriz fue golpeada a las 16:10, antes de los principales incidentes, mientras se manifestaba en una esquina: cómo fue el momento, según relata ella misma en la denuncia y cuenta su hija. Quién es esta jubilada que trabajó de todo. Cómo está: recuperándose, enojada y “con más fuerza que nunca”. La voz de una de sus hijas junto a quienes lucha por justicia, y paz.

Por Franco Ciancaglini.

La imagen de Beatriz Blanco cayendo en seco al suelo -tras ser gaseada y empujada por dos efectivos de la Policía Federal- dio la vuelta al mundo. 

En el video se ve el fin de una secuencia más larga que inicia cuando la Policía Federal empuja de manera violenta a jubiladas y jubilados que se encontraban haciendo el clásico semaforazo de todos los miércoles en el Congreso. 

“Ella lo que cuenta es que estaba con el grupo de jubilados, cortando Entre Ríos, para mostrar sus carteles. Y cuando el semáforo se pone verde se vuelven a la esquina. Y en ese momento vino la policía, apurando a todos los viejos a subirse a la vereda”.

La que habla es una de sus hijas, Paula.

El relato coincide con la temprana decisión de las fuerzas de abalanzarse sobre personas que hacen lo mismo todos los miércoles -un semaforazo, y luego una movilización que da la vuelta al Congreso-: Beatriz fue atacada a las 16:10. 

Esta vez, por lo especial de la fecha, los Policías iban además con el gas apretado y el palo suelto. Cualquiera que estuvo en la manifestación pudo apreciar cómo apenas una persona se acercaba a los efectivos, o incluso estando a metros, sin hacer nada, podía ser gaseado. Incluso teniendo 81 años.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Los camiones hidrantes fueron parte de la cacería desatada. Foto: Lina Etchesuri.

El arma y la palabra

Beatriz Blanco no está afiliada a ninguna barrabrava ni milita en ningún partido político.

Es jubilada.

Trabajó toda su vida como empleada en cooperativa de fletes, empleada cuidando niños, costurera, y de casera hasta los últimos tiempos.

Tiene tres hijas.

Una de ellas, Paula Ippolito, cuenta que junto a su madre Beatriz y su hermana Paula suelen ir juntas a las marchas. “Esta vez fue sola porque justo yo estaba operada de la rodilla. Suele ir, no va todos los miércoles pero cuando puede va”.

Beatriz ya conocía a varios y por eso se acercó al grupo de jubilados que realiza los miércoles el semaforazo. Luego de que la empujaran a la vereda, se puso a hablarle a un cordón policial, una práctica habitual de jubilados anodados ante la violencia sin sentido que ejercen las fuerzas: “Ella siempre es de ir y hablar, de decir qué están haciendo, cómo no les da vergüenza; mi mamá siempre como que quiere hacer conciencia. Ella le debería estar gritando al policía que estaba de espaldas y lo toca con el bastón como diciendo ´mirame´. Ahí el chabón se da vuelta y le tira el spray, y el otro que le pega con el palo en la cabeza”.

Ese combo, que representa un ataque, de gaseo, empujón y golpe, hace que Beatriz pierda el equilibrio instantáneamente, y caiga al suelo.

La primera pregunta es cómo está: “Se está recuperando. Está en reposo, en observación por el golpe que recibió en la cabeza. Está con mucho dolor en todo el cuerpo, con un poco de inestabilidad, con el dolor en los ojos por el gas que le tiraron. Tiene los ojos muy hinchadas: le tiraron gas directo en la cara”.

Este dato del gas directo a sus ojos explica a la vez la pérdida del equilibrio, desechando por tierra las mentiras del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que aseguró que se “cayó sola”. También el título de la empresa La Nación que habló de que la jubilada “atacó” a la policía previo a su “caída”: “Ella le tocó con su bastón para que se diera vuelta, para que la escucharan, no golpeó a nadie. Habría que mostrar los videos enteros donde la Policía increpa primero a los jubilados para que se suban a la vereda, con la agresividad que suelen tener”.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Beatriz Blanco, tras los gases recibidos y el golpe posterior. Foto: Lina Etchesuri.

El caso de Beatriz es uno de los dos -junto al del fotógrafo Pablo Grillo- denunciados por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) ante la Cámara del Crimen. En esas denuncias a las que accedió lavaca, el organismo que se encarga de monitorear a las fuerzas -en estos tiempos, con menos entusiasmo- presenta como “pruebas” distintos recortes periodísticos alrededor del ataque a Beatriz. Y solicita a la justicia que requiera al Ministerio de Seguridad el personal policial afectado a los lugares de ambos ataques, así como los datos de la “sala de operaciones” a la que reportaban los agentes a cargo del operativo.

Por otro lado, la propia familia de Beatriz presentó una denuncia contra los dos agentes de la Policía Federal y contra la propia ministra Bullrich. Narra en su presentación lo mismo que refiere su hija en esta nota: “Siendo aproximadamente las 16:10 hs me encontraba en las inmediaciones de la esquina de las avenidas Entre Ríos y Rivadavia de esta ciudad (…) cuando fui rociada con una sustancia lacerante por un efectivo de la Policía Federal. Inmediatamente después, y también a manos de un efectivo de la PFA, recibí un golpe en la cabeza, con un elemento que creo se denomina ‘tonfa’, lo que provoca mi caída al piso”.

Tras el golpe, Beatriz fue derivada al Hospital Argerich, donde diagnosticaron lo producido por el ataque: traumatismo encáfalo craneano, herida cortante e irritación ocular.

Por eso, por un lado, reclama la identificación de los dos efectivos que la atacaron, plausibles de ser responsables de “delitos de lesiones leves” agravadas por tratarse de personal de la fuerza. Y por otro, califica a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich como “autora mediata” por ser responsable del operativo y algo más: la valiente presentación habla de que estos hechos son parte de un plan sistemático.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Una síntesis del plan sistemático. Foto: Juan Valeiro.

“Como en los momentos más aciagos de nuestra historia, desde el Poder Ejecutivo se ha montado un Programa de Miseria Planificada cuya consecuencia natural es la Protesta Social. Y sabido es que este tipo de políticas socioeconómicas sólo resultan aplicables cuando se pone a disposición de las mismas al aparato represor del Estado”.

Firma toda esta historia la propia Beatriz, acaso poniendo en contexto lo que representan los golpes que sufrió, su historia y el futuro por el que pelea junto a sus hijas. “Nosotras somos fieles a las marchas que son para los derechos del pueblo”, cuenta Paula, una de ellas. “No militamos en ningún partido político, siempre vamos independientes y solas”, aclara por si hiciera falta.

Paula habla siempre en plural femenino, pensando en su madre y su hermana. Desde ese lugar cuenta: “Nos están sacando todo. Nos están metiendo miedo para que no salgamos a las calles. Están imponiendo todo lo que quieren imponer. Siempre estamos atentas a todas las luchas. Esto va a por todos, no es solamente por los jubilados. A mi me han robado plata con la AFJP a pesar de que ya tengo 30 años de aportes. Estos vienen por todo, por todo lo que conquistamos”.

Junto a Natalia, las jóvenes militan tocando tambores en Batuka, uno de los conjuntos que lleva el ritmo a la calle y es la banda de sonido de la protesta social y la lucha. Hoy, del lado de la víctima, Paula asegura: “Estamos luchando para que esto no vuelva a suceder. Para que tengamos memoria y el pueblo no se duerma. No tenemos miedo. Ya la verdad que queda poco por perder”.

Esta lucha incluye, claro, a Beatriz: “Está más fuerte que nunca. Está enojada, muy enojada. Pero está fuerte para seguir la lucha”.

La lucha, ahora, es por justicia: “Solamente queremos que los responsables tengan justicia, sean los policías o la ministra de Seguridad: que la justicia trabaje a favor del pueblo. Y que no salga nadie más impune”. 

¿Tenés esperanzas? “Y no. Pero hay que hacerlo igual: nos corresponde”.

La esperanza tal vez siga estando en la calle, mientras estas jóvenes sin contención psicológica ni asistencia estatal de ningún tipo enfrentan los golpes: “Estamos nosotras, las hijas, para cuidarla y para que se reponga de esto”.

¿Necesitan algo? “Sí: paz”.

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