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México: CNTE, reformas y represión después de Nochixtlán

El editor del diario La Jornada analiza México hoy, la masacre en la manifestación contra la reforma educativa y las perspectivas de la mesa de diálogo que se abrió tras las 10 muertes. Qué hay detrás de este masivo reclamo: las claves para entender por qué México grita basta. Por Fabrizio Lorusso, para Desinformémonos.

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El editor del diario La Jornada analiza México hoy, la masacre en la manifestación contra la reforma educativa y las perspectivas de la mesa de diálogo que se abrió tras las 10 muertes. Qué hay detrás de este masivo reclamo: las claves para entender por qué México grita basta. Por Fabrizio Lorusso, para Desinformémonos.

México: CNTE, reformas y represión después de Nochixtlán
El domingo 19 de junio hubo una matanza en Nochixtlán, en la mixteca oaxaqueña, la policía federal arremetió en contra de grupos de manifestantes, pobladores y docentes de la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación) y finalmente resultaron muertas 10 personas. Finalmente, el 22 de junio se reabrió una mesa de diálogo entre la Coordinadora y la Secretaría de Gobernación.
¿Tiene que haber una matanza para que pueda abrirse un diálogo en México?
Hay que dar el contexto. Había pasado un año sin diálogo entre la Coordinadora y el Gobierno Federal. El último que se había realizado fue el 4 de junio del año 2015, en donde varios de los más importantes dirigentes sindicales fueron trasladados en un avión militar a la Ciudad de México y sostuvieron una reunión en el campo militar número 1 con el Secretario de Gobernación. Lo que éste señaló es que ellos tenían que aceptar sus puntos, si no iba a ir la policía federal al Estado de Oaxaca. Estaban en puerta las elecciones intermedias parlamentarias de 2015.
Desde entonces, no había habido un diálogo formal, incluso los acuerdos que se habían tomado en el anterior fueron incumplidos por el gobierno. Entonces viene una ofensiva más o menos generalizada del gobierno contra los maestros que se resistían a la reforma educativa. En Oaxaca se intervino el Instituto de Educación Estatal, se congelaron las cuentas sindicales de los dirigentes y sus cuentas personales incluso, las cuentas del sindicato. Se dejó de pagar a los comisionados sindicales y después fue escalando para detener a distintos dirigentes. Primero el regional y luego el seccional, al punto de que hoy en día están presos en penales de alta seguridad ocho dirigentes, incluyendo al Secretario General, el de Organización y el de Finanzas.
De hecho, la reciente detención del Secretario General, Rubén Núñez, y el de Organización de Oaxaca, Francisco Villalobos, en el marco de la ofensiva de la Coordinadora iniciada el pasado 15 de mayo con un paro indefinido es lo que provoca un conjunto de bloqueos en prácticamente todo el estado pero de manera muy relevante en la región del Istmo. Bloqueos que llegan incluso a impedir el abasto de gasolina desde la refinería de Salina Cruz.
Viernes 17 en la noche más o menos comienzan los operativos de desalojo primero en el Istmo, y se van escalonando a lo largo del sábado. Allí no hay bajas graves, hay una actitud relativamente flexible de los padres de familia y de los maestros que bloquean las vías. Cuando pasa la policía hay refriegas, bombas molotov, enfrentamientos pero se repliegan y luego vuelven a instalar esos retenes.
Sin embargo, en Nochixtlán, entre Tlaxiaco y Huajuapan en la mixteca, la situación fue diferente. Nochixtlán es un municipio indígena, fue muy importante en los siglos XVIII y XIX y su nombre significa el “lugar de la grana, de la cochinilla”, con la cual se elaboraba el tinte rojo y buena parte de la riqueza oaxaqueña vienen de allí, de la explotación de ese tinte. Ese día era de mercado, lo que significa un día de plaza en que bajan más de dos mil vendedores y compradores, se hace trueque y es una jornada clave en la economía local.
Había un plantón de maestros que se había instalado desde antes y habían hecho bloqueos muy duros, pues como pueblo los mixtecos son muy aguerridos y combativos. En el primer operativo de desalojo de la policía la gente resistió pero se replegó. Era todavía relativamente temprano pero los policías terminaron agrediendo a la gente del municipio que estaba allí en el mercado y entonces los pobladores y los del mercado fueron rodeados e increpados. Se comenzaron a sonar las campanas en su defensa, para convocar a la gente a salir a las calles, se tiraron cohetones y la policía respondió disparando con el saldo que tenemos: es un saldo de 11 muertos, uno de estos no es de esta región sino que resultó muerto en otro desalojo en Piedras, cerca de la ciudad de Oaxaca.
Tras la refriega, había heridos de las comunidades y la policía dio la instrucción de no permitir que fueran atendidos en los centros médicos. El presidente municipal, un cacique priista, impidió que se usará la ambulancia que se había comprado con los recursos de los migrantes de Nochixtlán a su comunidad. La gente acabó prendiéndole fuego al palacio municipal y algún rancho de uno de los familiares más cercanos del presidente municipal que acabó huyendo.
El gobierno trató de negar los hechos. Primero dijo que los policías no iban armados, pero después por las evidencias de fotografías y grabaciones, y por la misma prensa internacional, tuvo que retroceder y decir que quien realizó los disparos habían sido grupos de francotiradores y encapuchados y esto no es cierto, no hay ningún testimonio de que así sea. Todos los muertos son del lado del pueblo y no hay nada más allí que ocultar.
A partir de ese momento siguieron los desalojos y otros bloqueos, por ejemplo en Hacienda Blanca o en Piedras, y siguió una situación de tensión, pero el escándalo que esto suscito obligó efectivamente al gobierno a tener que dar marcha atrás y a negociar, a abrir un diálogo.
Sobre el diálogo que empieza el 22 de junio, entre la Comisión Nacional Única de Negociación, establecida por la Asamblea Nacional de la CNTE, y el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, ¿cómo ves las posibilidades o márgenes de maniobra de la CNTE dentro de este diálogo que, según las palabras del Secretario de Educación Aurelio Nuño, va a ser sobre cuestiones políticas y no sobre la reforma educativa?
Sentar al gobierno a negociar ya es un triunfo porque tenía un año negándose e negociar. El punto de partida son los acuerdos que ya se tenían establecidos desde el 4 de junio de 2015. Eso seguramente va a aparecer allí. La CNTE lo que está planteando es que se tiene que discutir el proyecto educativo del país, el Secretario de Educación puede decir lo que quiere pero no puede condicionar de qué se va a tratar el diálogo, ¿no?
O sea, en esa mesa la Coordinadora va a plantear sus puntos de vistas, cuyos ejes van a ser varios: primero, el problema de la represión, de los presos políticos, de pedir justicia para los asesinados y la reintegración de los maestros despedidos, y luego otro que tendrá que ser encontrar un corredor de salida para la discusión sobre la transformación de la educación en México. Esta resistencia de la Coordinadora tiene tres años y medio y no han podido frenarla. Comenzó en 2013, aunque la CNTE nació en 1979 y tiene una larga tradición de lucha, y en los últimos tres años y medio hubo paros nacionales, protestas, foros, pues hay una permanencia de la protesta con la que tienen que tratar finalmente. El gobierno apostó durante un año a debilitarla y los resultados están a la vista, no está debilitada.
Últimamente la CNTE han ido ganando incluso más legitimidad nacional y, en parte internacional, y a partir de mayo ha retomado la iniciativa y cierto protagonismo y mayor aprobación de la opinión pública, pese al cerco mediático. Ha habido cierta presencia y legitimación “cíclica” a partir del plantón del 2013 en el zocalo de la capital, pero hay momentos de mayor presencia mediática y fuerza negociadora.
Sí, ha habido protestas, después de lo que señalas, del desalojo del plantón del 2013, prácticamente todas las semanas en todo el país. Son protestas de distintos tipos, algunas son masivas y otras no, pero estamos hablando de movilizaciones generalizadas, aun con sus flujos y contraflujos, y son de alcance nacional por más que en los medios internacionales no se les quiera voltear a ver.
Considerando la carta de solidaridad a la CNTE, que también firmaste, y a los apoyos a los maestros por parte del EZLN, el CNI, el obispo de Saltillo Raúl Vera, Padre Solalinde, entre distintas organizaciones y grupos, ¿crees posible el desarrollo de un movimiento nacional más amplio de oposición y la opción de revertir la reforma educativa?
El movimiento magisterial en lo particular, los maestros más en lo general, y la educación pública están bajo ataque, no desde ahora, sino por lo menos desde el año 2010 en el cual la organización empresarial Mexicanos Primero, que dirige ahora Claudio X. González, emprendió una ofensiva en toda la línea, en medios de comunicación y con la elaboración de una película que se llama “De panzazo”, que es una copia de otra película que hizo la derecha estadounidense y se llama “Waiting for Superman”. Hay una ofensiva de estigmatización salvaje en contra del magisterio, en la que participan medios y agentes estatales, entre otros. Y esto limitó mucho las expresiones de solidaridad y apoyo hacia los maestros. Creo que hoy esta situación comienza a revertirse y el movimiento magisterial encuentra aliados fuera de su órbita natural. Decir “aliados” naturales del movimiento significa hablar los padres de familia en lugares como Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Michoacán en donde los maestros son los intelectuales orgánicos de las comunidades y aldeas rurales. Esta convergencia social o alianza nunca se ha puesto en duda, y no tiene necesariamente una expresión con siglas partidaria. También participan allí movimientos sociales, etcétera. Pero ha tenido enormes dificultades este movimiento magisterial para saltar más allá de ese ámbito de los sectores “subalternos”, vamos a decirlo así, y ha logrado hoy construir relaciones más importantes con sectores intelectuales, académicos y de otro tipo.
Hasta donde vaya a dar una alianza de este tipo está por verse. En este país ese tipo de convergencias han mostrado ser muy frágiles, digamos. Pero lo que hoy se ha logrado es muy importante. ¿Se va a lograr construir una gran convergencia nacional que tenga en el magisterio su columna vertebral? Creo que no. Intermitentemente la CNTE lo ha intentado prácticamente desde su nacimiento. En 1983-84 convocó a un Frente nacional contra la austeridad y la carestía y creó el Comité de defensa popular tratando de enfrentar los primeros ciclos de reformas neoliberales, convocando a un paro cívico, y no tuvo suerte. Desde entonces ha intentado construir un gran frente nacional, eso está en su visión del mundo y de hacer política. Pero se ha topado con problemas por la naturaleza misma de su movimiento y también de los otros movimientos.
¿Qué comentarías acerca del respaldo que recientemente dio Andrés Manuel López Obrador, líder de Morena, a la CNTE?
Es un hecho novedoso. La CNTE desde su nacimiento se declaró como una fuerza independiente, claramente diferenciada del Estado, de las Iglesias y de todos los partidos políticos y como tal no realiza compromiso electoral alguno. No está atravesada por la dinámica electoral, sin embargo, en las pasadas elecciones del Estado de Oaxaca hubo una orientación de la Sección 22 de la CNTE de votar en contra de los partidos del Pacto por México, que votaron la Reforma Educativa (PRI, VERDE; PAN, PRD), y apoyar, sin decirlo explícitamente, a Morena y López Obrador, que se habían opuesto a las políticas neoliberales. En ese contexto varias corrientes del movimiento magisterial oaxaqueño hicieron una alianza electoral con Morena para los comicios del 5 de junio de 2016. En otros estados de la República también se dieron estos tipos de compromisos y Andrés Manuel lo ha expresado públicamente, pero son compromisos que se hacen a título individual o como corriente y no como movimiento magisterial como tal.
¿Puedes resumir la diferencia entre la CNTE (Coordinadora Nacional Trabajadores de la Educación) y el SNTE (Sindicato Nacional Trabajadores de la Educación) y los puntos más polémicos de la reforma “educativa”?
La CNTE (con C) forma parte del SNTE (con S), es una tendencia sindical dentro del sindicato que busca su democratización. Desde su nacimiento la Coordinadora ha tenido tres grandes objetivos: democratizar al sindicato, la educación y el país. Sin embargo, como corriente actúa dentro de un sindicato corporativo como es el SNTE, el cual tiene en su liderazgo estrechos vínculos con el poder. La CNTE controla una parte del sindicato y no éste como tal, pero esta diferenciada de sus líderes institucionales. Es una tendencia de clase en el interior del sindicato, en la que los maestros se reivindican como trabajadores de la educación y no como clase media.
La “reforma educativa” es realmente una reforma laboral y administrativa, no tiene contenidos pedagógicos sustantivos, no aborda los grandes problemas nacionales. ¿Cuáles son? Por un lado el rezago educativo, esto quiere decir que por ley es obligatorio que las personas mayores de 15 años hayan cursado 10 años de educación básica. Solamente los han cursado el 60% de la población, o sea 4 de cada 10 mexicanos mayores de 15 años no terminaron la escuela secundaria. Casi 7 millones de mexicanos mayores de 15 años viven en el analfabetismo, mientras que hay países con muchos menos recursos que México como Bolivia, Cuba o Venezuela, que han sido declarados territorios libres de analfabetismo por la UNESCO (ONU). Entonces este problema no se trata, como tampoco se trata del problema de la inequidad educativa. La mayoría de los recursos se concentran en los grandes centros urbanos de tal manera que el 40% de las escuelas en México son escuelas que se llaman “unitarias”. Esto quiere decir que en el mismo salón de clases el mismo maestro atiende de manera simultánea a niños de primero, segundo y tercer año. Y en estas escuelas no hay generalmente baños o agua potable, mobiliario, receptividad, etcétera. Hay una enorme inequidad y la reforma no aborda este aspecto. Este problema de inequidad expresa otro más profundo que es el de las grandes diferencias socioeconómicas y culturales que tiene el país. Esto no es realmente incorporado por esta reforma.
Entonces, ¿qué objetivos formales tiene la reforma? Dos. Uno, dicen, es recuperar la rectoría de la educación por parte del Estado. Hasta hora, se dice, la educación ha estado en manos del sindicato, del SNTE y de la CNTE, y se trata de que el Estado la recupere. Segundo, dicen, es impulsar una educación de calidad. Mas a la hora de definir “calidad” no la saben definir. En el artículo tercero de la Constitución y en las leyes reglamentarias hay definiciones distintas y se vuelve un verdadero galimatías. Es un concepto que viene del mundo empresarial y no de la pedagogía, pero bueno es un concepto que está de moda.
¿Cuál es el instrumento para recuperar esa calidad y la rectoría, según lo que plantean en la reforma?
La evaluación a los maestros. Una evaluación que, dicen los empresarios, debe de tener consecuencias, y es entendida como una medición a partir de un examen estándar para todo el país, lo mismo para las regiones ricas y pobres, de opción múltiple, es decir, que se trata de llenar bolitas. No se trata de una evaluación para ver qué funciona y qué no funciona y resolverlo, sino para sancionar y vigilar a los maestros.
Además, primero, hay que decir que en los hechos esta reforma lo que hace es crear un régimen laboral de excepción para los maestros acabando con la permanencia en el empleo. Tú antes, cuando ganabas tu plaza, sabías que, a excepción de que cometieras una falta grave, podías seguir trabajando como maestro hasta que te jubilaras. Eso se acabó a partir de ahora.
Segundo. La educación básica en México es una obligación del Estado. El Estado había creado un sistema de formación de maestros para impartir esa educación y era el “normalismo”, con la formación para maestros en las escuelas normales, un término que viene de la revolución francesa en la que se trataba de formar al hombre nuevo. Bueno el normalismo tenía la prerrogativa de que quienes iban a dar clases eran maestros egresados de sus aulas, o sea tenía conocimientos de didáctica, de la realidad con la que iban a trabajar y todo eso. Hoy eso se acaba con la reforma y cualquier persona, un contador, un dentista o un veterinario por ejemplo, puede pasar a dar clases de primaria, y es una condena de muerte del normalismo.
Tercero. La reforma avanza en la privatización de la educación pública en el sentido de que bajo el concepto de la autonomía escolar se traslada a las escuelas la responsabilidad de conseguir recursos para su funcionamiento, abriendo el paso, entonces, para que en México empiecen a instalarse escuelas chárter o escuelas por concertación. De tal manera que si la educación pública según la Constitución debe ser gratuita, hoy esa gratuidad está en entredicho, y eso explica por qué hay apoyo de muchos padres de familia a los maestros.
Prácticamente ya hay un sistema de cuotas.
Sí, si los padres no pueden pagar, finalmente son sancionados, pueden sacar a sus hijos, y ya sucede en los hechos aunque formalmente no se reconozca. Los padres tienen que pagar cuotas para el mantenimiento de las instalaciones, o para pagar la luz, de manera cada vez más creciente. Es como un sistema de cuotas escondido porque dicen que no es así pero bajo el concepto de autonomía escolar se avanza en esa dirección.
¿Por qué ahora es más fácil despedir a los maestros? Por ejemplo con tres faltas injustificadas…
La regla según la cual se podía ser despedido tras tres faltas injustificadas ya existía antes, pero más bien lo nuevo es que el maestro tiene una espada de Damocles sobre su cabeza, por buen maestro que sea. Porque se tiene que estar evaluando permanentemente y si no pasa ese examen estandarizado, que evalúa de la misma manera a un maestro que da clases en la montaña de Guerrero y a uno de una zona de clase media de una ciudad como Monterrey, es removido de su empleo.
¿Entonces, no es que los maestros no quieren ser evaluados, como se dice comúnmente y en parte de la prensa?
No, ellos dicen que la evaluación es necesaria. Evalúan a sus alumnos todo el tiempo y los maestros ya son evaluados en lo que era el sistema de carrera magisterial que existía hasta ahora y que se quitó con la reforma. Pero lo que dicen es que hace falta una evaluación para ver lo que no funciona y solucionarlo, para ver lo que está bien y entonces aplicarlo. Una evaluación en la que se tienen que incorporar a sus pares, entonces a otros maestros que saben cómo es su trabajo, y a los padres. La evaluación tiene que ser contextualizada: un maestro que tiene que caminar tres horas para llegar a su escuela porque no hay medios de transporte no puede ser evaluado de la misma manera que un maestro que tiene su coche para ir a la escuela. Evaluación sí, pero no punitiva.
¿La CNTE como corriente o movimiento tiene una propuesta articulada sobre todos estos aspectos?
Sí, la puedes encontrar en la web en un documento llamado “Hacia la educación que necesitamos los mexicanos” y se presentó a la Secretaría de Educación y a Gobernación ya desde 2013 y éstas nunca le hicieron caso.
También en 2006 hubo masacres y represiones de un gran movimiento magisterial y popular, que dio origen a la APPO (Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca) durante el mandato del gobernador priista Ulises Ruiz. En 2010 surgió una alianza entre el entonces neogobernador Gabino Cué, postulado por PRD, PAN, PT y Convergencia, y el magisterio oaxaqueño para dar otro rumbo a la educación por lo menos en ese estado. ¿Qué semejanzas ves con el 2006 y qué pasó con la alianza y el experimento educativo de Oaxaca?
La ofensiva contra los maestros que empezó desde 2010 a nivel nacional no se vivió tanto en Oaxaca. Allí hubo una convergencia entre Cué y el movimiento magisterial que se rompió, pues hubo hasta amenazas contra el gobernador de meterlo a la cárcel por parte del gobierno federal y hace un año se rompió de manera definitiva la alianza con el magisterio, pues Gabino traicionó los compromisos que había hecho con los maestros y dio marcha atrás. Entonces se dio la posibilidad de que lo que había sucedido en 2006 en Oaxaca se reprodujera y creo que es lo que estamos viendo, pero con una diferencia muy importante. El movimiento de la APPO del 2006 estuvo concentrado sobre todo en la ciudad de Oaxaca y ahora las protestas y la organización están en varias regiones, como hemos visto, y eso difícil el proceso de represión. Después de los hechos de Nochixtlán siguen habiendo más de veinte bloqueos en el estado…
A parte de la agrupación Mexicanos Primero, ¿hay otros think tanks y agencias, incluso no mexicanas, comprometidas con el apoyo ideológico y material a la reforma educativa?
Es doble. Por un lado está la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) que ha impulsado una agenda de reformas educativas en todo el mundo, no sólo en México, y en todos los países desarrollados también. Desde Brasil a Chile y Grecia, etcétera, hay una política con líneas generales de transformaciones generales de la educación que coinciden con lo que vemos aquí. La OCDE está dirigida por un mexicano, el ex ministro de hacienda José Ángel Gurría, un personaje con siniestra trayectoria en México.
Pero no podemos olvidar que la reforma educativa en México es una copia de la reforma educativa en Estados Unidos que fue promovida con donaciones de multimillonarios como Wharton, Bill Gates y demás, pues ha habido mucho dinero allá para impulsar esta reforma y muchas de las líneas de acción en México son una copia directa de eso. Ya mencioné la película “De Panzazo” en México para luchar contra la educación pública, los maestros y los sindicatos que copió la estadounidense “Waiting for Superman”…
La acusación común contra el magisterio es que son corruptos, venden o heredan las plazas, los líderes se enriquecen y manipulan las bases. Y justo ahora, durante el conflicto, meten a prisión a varios líderes con acusaciones dudosas ligadas a ilícitos económicos. ¿Hay cierta tendencia o timing del poder judicial al respecto?
Es algo muy interesante. Porque se les acusa de vender plaza o enriquecerse, etcétera, en la opinión pública pero no hay ninguna denuncia penal por eso. Las denuncias penales son por otras cosas. Por ejemplo, al secretario general de la CNTE, Núñez, se le acusa de lavado de dinero y las pruebas del lavado serían dos básicamente. El dinero de las cuotas sindicales que los maestros dan. El gobierno intervino las cuentas del sindicato y las congeló y entonces los maestros organizaron una cooperación extraordinaria para tener recursos. Ese dinero de los maestros serían los “recursos de procedencia ilícita”.
Y la segunda sería por un acuerdo establecido desde hace muchos años en todo el sindicato nacional en el cual se hacen convenios con empresas que venden seguros de vida o enciclopedias, por ejemplo. Los maestros los contratan en lo individual, no es el sindicato que los contrata. Se les descuenta por vía de la Secretaría de la Educación Pública, se hace un convenio que no firma el sindicato, sino la secretaría estatal, el maestro, el Instituto Estatal de Educación Pública y la empresa. Funciona en todo el país, es anterior a la llegada de Rubén Núñez como secretario de la CNTE y a él lo acusan de manejar eso, aunque en realidad ese dinero no pasa por sus manos, hay una comisión que se encarga del manejo de ese tipo de convenios. A Villalobos y a otros les acusan de haber robado libros de texto y es interesante porque es una acusación de 2014 y la hace una facción rival del sindicato que dice que en una casa había como mil cajas de libros de texto gratuitos. En cada caja hay como 40-50 libros. La pregunta es ¿qué hacen allí? Se supone que Villalobos y otros se robaron libros de una casa en que no tenían que estar esos libros de textos gratuitos. Ésas son las acusaciones.

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La Ronda en la mirada de Alejandra López

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Octava entrega del registro colaborativo de la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, realizada por la fotógrafa Alejandra López.

Toda la producción de La Ronda será entregada a ambas organizaciones de Madres y al Archivo Histórico Nacional. Invitamos a quienes tengan registros de las rondas realizadas estos 40 años a que los envíen por mail a [email protected] para sumarlos a estos archivos. Esta iniciativa es totalmente autogestiva.

Por Alejandra López

Cuando Claudia Acuña me propuso que fotografiáramos la Ronda de las Madres con un grupo de colegas, acepté sin dudar con gran alegría por varias razones. Por una lado, la urgencia del registro ahora que se nos van poniendo viejitas, y por otro, la necesidad de emprender un proyecto colectivo.

La Ronda en la mirada de Alejandra López

He ido muchas veces a la Ronda. Una de mis primeras veces, yo fotógrafa debutante, lloré durante toda la cobertura y una de las Madres (no sé quién fue) me retó con ternura: “Sin llorar”, me dijo, y repitió: “Sin llorar”. 

La Ronda en la mirada de Alejandra López

Siempre hay algo de esa primera vez: la emoción, la admiración sin límites, y,  sobre todo, el asombro ante esa capacidad increíble de sostener el ritual de lucha durante 47 años.

La Ronda en la mirada de Alejandra López

Hice mis fotos el jueves 21 de marzo, en la Ronda número 2397.

Hoy más que nunca #memoriaverdadyjusticia.

Mi humilde homenaje a estas mujeres que, junto con Abuelas, son nuestro faro.

La Ronda en la mirada de Alejandra López
La Ronda en la mirada de Alejandra López
La Ronda en la mirada de Alejandra López
La Ronda en la mirada de Alejandra López

Sobre Alejandra López

Retratista.

Empezó a trabajar profesionalmente en 1990 haciendo fotografía teatral y en la revista El Porteño.

Durante 14 años fue fotógrafa de staff de la revista Viva del diario Clarín, donde fotografió a innumerables personajes del espectáculo y ha publicado en revistas como Elle, La Nación Revista, Brando, Harper’s Bazaar, Le Figaro Magazine, Bacanal.

Actualmente se dedica a la fotografía para gráficas de teatro y cine, colabora con la revista L’Officiel y es reconocida además por sus retratos de escritor, algunos ya icónicos, para editoriales de libros como Penguin Random House y Planeta.

Ha realizado numerosas muestras: Retratos (2001), La máscara (en el Festival Internacional de Teatro), Retratos de la Memoria, (imágenes de sobrevivientes del Holocausto) en el Museo Judío de Frankfurt, Calendario FOE 2009 y en junio del 2011, la exposición Algunos escritores, en la Fotogalería del Teatro San Martín. En 2021, realizó Ese día, una serie de retratos de víctimas sobrevivientes del atentado a la Amia. En 2023, Belleza Marrón, en el Centro Cultural Borges, (ensayo en colaboración con la agrupación Identidad Marrón).

Para ver más: en Instagram @alejandralopezfotografa

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La historia de las Madres de Plaza de Mayo: Érase una vez 14 mujeres…

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Se cumplen hoy 47 años de la primera aparición de las Madres en la Plaza de Mayo. La fecha llega en un momento en el que lavaca ha puesto en marcha un registro fotográfico colaborativo sobre las actuales rondas de Madres: una forma de homenaje, sabiendo que la memoria no es hablar del pasado, sino comprenderlo para actuar en el presente y el futuro.

Esta es una recorrida entonces, con un resumen del antes, el durante y el después de la instauración del terrorismo de Estado. Cuenta el nacimiento de la organización de estas mujeres que salieron a reclamar por la vida y, frente al horror y la desaparición de sus hijos e hijas, y lograron lo que parecía inconcebible: transformar el dolor en acción. ¿Cómo lo hicieron? Un recorrido por las últimas décadas, y algunas cuestiones prácticas sobre los tejidos, los territorios, las brujas y los alumbramientos. El video que muestra parte de la historia.

Por Sergio Ciancaglini

La historia de las Madres de Plaza de Mayo: Érase una vez 14 mujeres…
La historia de las Madres de Plaza de Mayo.

Había una vez un país con nombre de mujer, donde la muerte andaba suelta persiguiendo a los sueños, acorralando a la vida. Y en ese país de nombre plateado, los sueños y la vida tuvieron que aprender cómo enfrentar a los verdugos.

La historia suele ser infinita, ¿cómo contarla?

Habría que hablar de un siglo XX Cambalache, que empezó con el país granero del mundo, con trabajo para pocos, democracia para pocos, dinero para menos, alguna ilusión de tiempos mejores, seguida de décadas infames. Surgió luego un gobierno que generó una expectativa de más justicia, y más democracia. La política empezaba a estar en las calles, en las plazas, en la cabeza y en el corazón de cada persona.

Ese gobierno fue tumbado en 1955 por los poderes económicos, políticos y militares de siempre. Poco antes los golpistas habían bombardeado con la aviación militar a transeúntes inocentes en plaza de Mayo. Más de 300 muertos. Que hubiera más igualdad de oportunidades, o mejor distribución de la riqueza, era una maldición que había que mutilar. Tierra extraña; aquí siempre hubo una envidia al revés. Los ricos envidiaron a los pobres, odiaron que los pobres pudiesen mejorar.

En 1956 aquella dictadura fue pionera: secuestró ilegalmente a decenas de personas acusándolas de planear una rebelión. Los militares ordenaron los fusilamientos en los basurales de José León Suárez. Fue la Operación Masacre, como la llamó Rodolfo Walsh en un libro inolvidable. Lo que nadie sabía, ni siquiera Walsh, es que la Operación Masacre apenas empezaba.

Poco después, en una pequeña isla del Caribe frente a las narices de los Estados Unidos, hubo una revolución que se proclamó socialista. Los militares argentinos temieron que esa revolución fuese contagiosa, y gatillaron sus armas junto a los de todo el continente.

Siguieron los tiempos de proscripción política, censura, gobiernos civiles derrocados, gobiernos militares que se iban tumbando entre ellos, mientras las fuerzas armadas actuaban como tropas de ocupación en su propio país, como trincheras contra la democracia, en nombre de la lucha contra el socialismo.

Frente a eso, crecía la resistencia de quienes que no se resignaban al silencio, la censura, ni al olvido. Resistían los mayores, con una especie de nostalgia por el pasado. Y resistían también los jóvenes, como añorando el futuro, pero un futuro que querían construir con sus propias manos.

El surgimiento de las Madres de Plaza de Mayo

Un argentino que había puesto la mente y el corazón para aquella revolución en la isla del Caribe, fue capturado y fusilado cuando quiso hacer algo parecido en Bolivia. Le decían Che. Los que lo mataron no sabían que lo estaban inmortalizando. El mundo se ponía violento. En todo el planeta oleadas de jóvenes salían a reclamar justicia, igualdad, rechazo a la guerra y la muerte, un mundo distinto.

En la Argentina las dictaduras seguían tropezando con las resistencias. Hubo un Cordobazo, un Rosariazo, la juventud se movilizaba pintando paredes y pintando proyectos. La democracia seguía presa. La violencia militar seguía libre. Nacieron las organizaciones guerrilleras, que quisieron agregarle armas a toda esa resistencia.

Tal vez esta historia haya que comenzarla, entonces, en 1972. El 22 de agosto en Trelew hubo una nueva versión de la Operación Masacre. Allí habían detenido a miembros de varias agrupaciones guerrilleras. Fueron acribillados a balazos, indefensos, con el falso pretexto de un intento fuga. Mataron a 16. Hubo tres que sobrevivieron por milagro, y contaron lo que había pasado. Tal vez en aquel momento, cuando el crimen fue evidente, los estrategas militares empezaron a diseñar la represión del futuro: matar sin evidencias.

Las movilizaciones protagonizadas fundamentalmente por la juventud, empezaban a ser gigantescas. La trinchera militar no soportó la correntada de tantos sueños, y en 1973 la vida pareció cambiar. Una multitud obligó a liberar a los presos políticos. La ilusión no duró demasiado.

Fue una danza alucinada.

Cámpora ganó las elecciones. Volvió Perón. En Ezeiza las patotas de la derecha peronista acribillaron a las columnas juveniles. Perón apoyó a esos grupos, contra la juventud. Cayó Cámpora. Asumió Lastiri que era el yerno de José López Rega. López Rega era ex policía, nazi militante, secretario privado de Perón, ministro de Bienestar Social, y astrólogo esotérico. Como si su brujería funcionara, concentró cada vez más poder. Lastiri llamó a nuevas elecciones que ganó Perón. Ocho meses después, murió Perón y asumió su esposa Isabel. La sociedad miraba aturdida, mientras el sistema de la muerte se instalaba alrededor de López Rega, que organizó a los matones policiales, militares y a las patotas de la derecha, para crear un monstruo al que llamaron Triple A. Alianza Anticomunista Argentina.

La Triple A era un escuadrón de la muerte, un grupo paramilitar con vía libre para salir a matar. Estudiantes, intelectuales, sacerdotes, artistas, sindicalistas, obreros: la sucesión de fusilamientos se hizo cotidiana, el terror empezó a ser la genética de cada día.
La lista es macabra. Cientos de víctimas. Por recordar algunos: Rodolfo Ortega Peña, diputado nacional y abogado de presos políticos. Carlos Mujica, sacerdote del Tercer Mundo, Silvio Frondizi, uno de los principales intelectuales que dio la izquierda argentina, Julio Troxler, que había sobrevivido a los fusilamientos de 1956. Atilio López, uno de los dirigentes del Cordobazo, que durante la breve etapa camporista fue vicegobernador de Córdoba.

Los bombardeos en Plaza de Mayo y la matanza en los basurales habían sido premoniciones.
Los fusilamientos de Trelew fueron una secuela.

La Triple A fue el perfeccionamiento del crimen mafioso.

El terrorismo de Estado y la desaparición forzada

Pero ahora imaginemos.

Imaginemos por un momento que hubiera miles de masacres como las de los basurales de José León Suárez. Imaginemos que hubiera de pronto miles de fusilamientos como los Trelew. Y miles de Triple A matando por las calles con absoluta impunidad.

Eso fue la dictadura militar, cuando los militares dieron el golpe de Estado para imponer la máquina de matar corregida y aumentada al infinito. Fue hace exactamente 30 años. Le pusieron un nombre que sería cómico, si no fuera tan patético. Proceso de Reorganización Nacional. El comunicado número uno que emitieron decía:

Se comunica a la población que, a partir de la fecha, el país se encuentra bajo el control operacional de la Junta de Comandantes Generales de las FF.AA. Se recomienda a todos los habitantes el estricto acatamiento a las disposiciones y directivas que emanen de autoridad militar, de seguridad o policial, así como extremar el cuidado en evitar acciones y actitudes individuales o de grupo que puedan exigir la intervención drástica del personal en operaciones.

Más que nunca, la muerte andaba suelta persiguiendo a los sueños, acorralando a la vida. Pero esta vez, además, inventaron una especie de acto de magia superior a los de López Rega. La magia más perversa que alguien pueda imaginar.

No más bombardeos, ni basurales, ni fusilamientos en cárceles, ni homicidios mafiosos a la luz del día.

Los perseguidos, las víctimas, iban a desaparecer.

No iban a estar más: secuestrados y esfumados de la noche a la mañana.

Los militares creían que al no haber cuerpos, al no haber pruebas ni quedar en evidencia, nadie podría acusarlos de crimen alguno.

Eso es el terrorismo de Estado. Las Fuerzas Armadas se dedicaron a la muerte clandestina, mientras en público sus jefes iban a misa a ser bendecidos, a comulgar, y a la salida sonreían. En sus discursos hablaban de la ley, el orden, la paz y el progreso.

Empezó la cacería. Zonas liberadas, gritos en la noche, secuestros de gente indefensa, la absoluta desaparición de la justicia.

Hay bibliotecas enteras que podrían leerse para entender lo que pasó. Pero hay también una carta. Apenas un año después del golpe Rodolfo Walsh –otra vez- escribió en la clandestinidad su Carta abierta a la Junta Militar, donde explicó lo que nadie se atrevía a decir.

Hablaba de un lago cordobés convertido en cementerio lacustre. De personas arrojadas desde aviones militares al Río de la Plata, cuyos cadáveres afloraban en las costas uruguayas. Denunciaba un sistema de tortura absoluta, intemporal y metafísica, aplicada tanto con métodos medievales como el potro o el torno, como con la tecnología de la picana eléctrica, para machacar la sustancia humana. Hablaba de las guarniciones y comisarías convertidas en campos de concentración. De las mentes perturbadas de los militares que torturaban. Decía, apenas un año después del golpe y en medio de la censura y el terror: “Quince mil desaparecidos y desaparecidas, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror”.

Pero hay otro párrafo, que cada día se entiende mejor. Le decía a los militares:”Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada”.

Ahí estaba la clave para entender el crimen: la miseria planificada.

Walsh fechó esa carta el 24 de marzo de 1977, distribuyó varias copias, y un día después fue secuestrado por los militares.

Nunca más se supo de él.

Es otro desaparecido.

Érase una vez 14 mujeres: La historia de las Madres de Plaza de Mayo

En esa noche, hubo un parto.

En medio de la oscuridad, un alumbramiento.

Nació una historia.

Muchas madres y padres salieron a buscar a sus hijos. Salieron de sus casas, salieron del útero de su rutina habitual a enfrentar al aparato represivo más imponente de la historia del país. Llevaban impresas en la piel la desesperación y el amor, y de allí les nació el coraje. Recorrieron hospitales, caminaron juzgados, se atrevieron a ir a comisarías y cuarteles. Buscaron a las morgues. Nadie sabía nada. La ley del silencio. Cada día era la esperanza de una noticia. Cada noche era la frustración del silencio.

Los padres varones, de a poco, volvieron a sus trabajos.

La mayoría de las madres eran amas de casa: tenían intacto el tiempo y la sensación de que no había otra cosa que hacer que dedicar cada hora, cada minuto y cada segundo de vida a la búsqueda.

Estaban solas, moviéndose, preguntando inútilmente, aturdidas por tanto silencio. De a poco, empezaron a cruzarse por los mismos laberintos, a reconocerse y a descubrir que había otras que compartían esa especie de señal que cada una llevaba como un código secreto en la mirada: la desesperación y la incertidumbre.

Ese fue un primer triunfo contra el aislamiento. Comenzaron a encontrarse, reunirse, acompañarse. Estar juntas fue el modo de escaparle al terror de estar solas. Pero fue mucho más que eso.

Un día, esas mujeres se descubrieron a sí mismas en una iglesia militar, donde un cura psicópata les recomendaba santa paciencia y las confundía con rumores, insinuaciones y desinformaciones. Intuición femenina: les estaban mintiendo sistemáticamente, nadie hacía nada por salvar a sus hijos.

Una de esas mujeres dijo: Basta.

Y dijo: tenemos que ir a la Plaza de Mayo, tenemos que hacer ver y oír lo que nos pasa. Era una mujer con nombre de flor.

Y ese grupo de mujeres decidió que Azucena Villaflor tenía razón: su lugar sería la Plaza de Mayo.

La plaza sería el territorio de estas madres.

No tenían oficina, pero habían encontrado un lugar espacioso, aireado, iluminado y muy céntrico.

No tenían sillones mullidos, pero había bancos de plaza.

No había escritorios, pero tenían las faldas para apoyar allí las carpetas, expedientes, cuadernos o que hiciera falta.

No tenían alfombras, sólo baldosas y unas palomas revoloteando.

No tenían recepción, pero podían verse de lejos mientras iban llegando. No tenían teléfonos, pero se pasaban papelitos con mensajes, informes, o futuros puntos de encuentro.
Ocultaban esos mensajes en ovillos de lana, por si la policía o los militares se les cruzaban en el camino.

No querían que las descubrieran. Ya que tenían los ovillos, llevaban agujas y tejían en la plaza, mientras iban pasándose información, inventando qué hacer, cómo buscar, cómo evitar la impotencia de no hacer nada. Penélope tejía esperando el regreso de su marido. Ellas tejían juntas las acciones para buscar a sus hijos y denunciar lo que estaba pasando.

La primera vez fue el sábado 30 de abril de 1977. Eran sólo 14 en la Plaza de Mayo. Como no había casi nadie, decidieron volver el viernes siguiente. Después, una de las madres avisó, como atajándose de los malos augurios: “Viernes es día de brujas”. A la semana siguiente empezaron a encontrarse los jueves, el día que nunca más abandonarían, para escaparle a las brujas.

La policía empezó a desconfiar. Por el Estado de Sitio, se impedía cualquier reunión de tres personas o más, por ser potencialmente subversiva.

Para decir la verdad, en este caso tenían razón: buscar la vida era subversivo. Como pájaros de uniforme, los policías empezaron a revolotear alrededor esas mujeres que hablaban y tejían de los asientos de la plaza. Ordenaron: “Caminen, circulen, no se pueden quedar acá”. Ellas se pusieron a caminar y a circular alrededor del monumento a Belgrano, en sentido contrario a las agujas del reloj: como rebelándose contra cada minuto sin sus hijos.

Marchaban, cada jueves, en las narices del gobierno dictatorial más temible. La plaza ya era el territorio de las Madres.

Algunos periodistas extranjeros descubrieron esas raras vueltas y vueltas. Consultaron a los militares. Les contestaron que eran unas mujeres trastornadas, unas Madres Locas que andaban buscando a gente que no estaba en ningún lado. Gran parte de la sociedad prefería no darse por enterada. La censura bloqueaba orejas, cerebros y corazones. Las madres locas eran las únicas que parecían cuerdas, tejiendo y circulando al revés que las agujas del reloj.

En octubre de 1977 se sumaron a la peregrinación a Luján, que congregaba a un millón de jóvenes. El problema era cómo encontrarse y reconocerse en la multitud. Alguien propuso que todas se pusieran un pañuelo del mismo color. Lo del color era un problema, pero entonces una de las madres tuvo una ocurrencia: ¿Por qué no nos ponemos un pañal de nuestros hijos? No existían los pañales descartables y la mayoría de las madres todavía guardaba los de tela, tal vez pensando en los nietos.

Frente a la Basílica, reclamaron y rezaron por los desaparecidos y desaparecidas. Todos los que estuvieron pudieron verlas, identificadas con los pañales blancos en sus cabezas. Poco después hubo una marcha de los organismos de derechos humanos, que terminó con 300 personas detenidas, incluidos –por error- varios periodistas extranjeros. Gracias a tanta eficiencia, el mundo empezaba a enterarse de lo que ocurría. En la comisaría las Madres rezaban Padrenuestros y Avemarías. Los policías no se atrevían a incomodar a mujeres tan devotas. Entre rezo y rezo, haciendo cruces, miraban a los uniformados, les decían “asesinos”, y seguían rezando. Amén.

El hecho de reunirse, romper el aislamiento, buscar a sus hijos, se convirtió en sí mismo en un delito. Diciembre de 1977, un oficial de la marina que se hacía pasar por hermano de un desaparecido organizó el secuestro y desaparición de tres de las madres, dos monjas francesas y otros familiares y amigos. Así era el coraje militar.

Las madres estaban organizando la colecta para publicar una solicitada el 10 de diciembre, denunciando las desapariciones.

El 8 de diciembre secuestraron a Esther Careaga y a Mary Ponce de Bianco en la Iglesia de Santa Cruz, junto a ocho personas más, incluida la monja francesa Alice Domon. Esther era paraguaya. Ya había encontrado a su hija adolescente, a la que los militares habían liberado. Las otras madres le habían pedido que volviera a su casa, que ya no se arriesgara más. Esther no les hizo caso, decidió seguir junto a ellas hasta que encontraran a cada uno de sus hijos.

Dos días después, desapareció la mujer con nombre de flor. El terror de aquellos tiempos superó todo lo imaginable. Desaparecían quienes buscaban a los desaparecidos y desaparecidas. Pero los militares habían sido selectivos: secuestraron a quienes todas siempre consideraron “las tres mejores madres”. Sin Azucena, había que elegir: seguir, esconderse, o volverse a casa. Para las madres no hubo demasiadas dudas: ahora no solo debían buscar a sus hijos e hijas, sino también a sus amigas y compañeras. Lograron sobreponerse a la parálisis y al terror, para seguir su marcha.

Azucena había parido la idea de que las madres se organizaran para nunca más estar solas en su lucha. Y había dicho algo: “Todos los desaparecidos son nuestros hijos”. Así estaba socializó la maternidad, potenció a cada madre y le dio grandeza a cada minuto de resistencia.

Llegó el Mundial 1978. El fútbol tapando de gritos y sonrisas la realidad, mientras a pocas cuadras de la cancha de River seguían torturando gente en la ESMA. El mundial fue oxígeno para los militares: para seguir matando y seguir castigando cada vez a más gente con la miseria planificada. Las madres cambiaron sus lugares y horarios de reunión. No todos los jueves iban a la Plaza, para evitar que las detectaran. Cuando iban, la policía les largaba los perros. Cada una llevaba un diario enroscado para sacarse a los perros de encima, una de las pocas cosas útiles para las que servían los diarios de esa época.

Muchas veces detenían o demoraban a alguna de ellas en las comisarías. Se les ocurrió una idea: cuando una iba presa, se presentaban todas y pedían ir presas ellas también. Los policías veían llegar a decenas y decenas de mujeres que exigían ser encarceladas junto a su compañera. Una vez fueron tantas las que exigieron ser detenidas, que tuvieron que llevarlas en un colectivo de la línea 60.

Madres locas, dirían los policías, que no sabían bien qué hacer: muchas veces las soltaban para sacárselas de encima.

Cuando en la Plaza le pedían documentos a una, todas las demás se acercaban a la policía a entregar también los suyos. Cientos de documentos, cédulas y libretas cívicas, que la policía tenía que verificar. De paso, las madres se quedaban más tiempo en la plaza.

En 1979 llegó al país la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. También el fútbol jugó en contra. El mundial juvenil tenía a todos pendientes de Maradona, y los militares aprovecharon para que relatores de fútbol y periodistas radiales llamaran a la gente a Plaza de Mayo, y que de paso repudiaran a quienes hacían cola para declarar ante la Comisión. Querían mostrar lo que llamaban “la verdadera imagen del país”. Decían: “los desaparecidos algo habrán hecho”, o “por algo será que se los llevaron”. Los hinchas, sin embargo, no molestaron a los que estaban esperando para hacer sus denuncias.

Ya era la época de la plata dulce, la fiesta de las multinacionales, el dólar barato, miles de argentinos gastando en el exterior lo que nunca habían sabido ganarse, gracias a la miseria planificada de millones.

Los diarios y las revistas no sólo censuraban la información para defender su negocio, sino que hacían campañas por los militares: “Los argentinos somos derechos y humanos”. Confirmado: nunca hay que subestimar la estupidez humana, la capacidad de negación, el tamaño de la crueldad.

En ese 1979 hubo otro parto, otro alumbramiento: las Madres decidieron crear la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Si todas estaban en peligro, esa era una forma de mantener la lucha viva. La casualidad, o el destino, determinaron que la asociación fuese creada en una fecha imposible de olvidar: 22 de agosto. Habían pasado siete años de la masacre de Trelew, aunque parecían siete siglos.

Los militares asesinos argentinos inventaron un conflicto contra los militares asesinos de Chile, que a todos les servía para ganar tiempo en el poder. En esos días fue muy próspero el negociado de la fabricación de ataúdes, hasta que el Papa intervino. Secuestros clandestinos y desapariciones en la noche, permitían mirar para otro lado. Guerra abierta entre gobiernos tan vecinos y tan beatos era demasiado. Hasta para el Vaticano. Amén.

Seguían encontrándose en plazas y bares. Para que no las descubrieran cambiaban el nombre. Si iban a ir a Las Violetas, decían Las Rosas. Ellas mismas llevaban en sus carteras las carpetas, las denuncias, los expedientes.

Recién en 1980, gracias a los apoyos internacionales, las Madres pudieron tener una oficina. Pero también ese año decidieron volver a su territorio, la Plaza de Mayo, para nunca más abandonarla.

Fueron un jueves, al jueves siguiente las estaba esperando un escuadrón entero, con las armas gatilladas. Ellas cambiaban el horario, circulaban por donde no las veían. Poco a poco envolvieron a la Pirámide de Mayo con sus marchas que nadie podía detener. Llevaban diarios enroscados. Pronto aprendieron de sus hijos, y llevaban también botellitas de agua y bicarbonato por si las esperaban con gases lacrimógenos. No necesitaban gases para llorar. Pero habían decidido transformar el llanto en acciones.

Los militares eran la rigidez y la violencia. Las madres eran la fluidez y la energía. Los militares y la policía eran la muerte. Los verdugos. Las madres eran la vida.

Se editó el primer boletín de Madres, se iba ganando apoyo afuera y adentro. Los militares llamaron a los viejos políticos a dialogar, como abriendo el paraguas frente a la crisis económica y a su propio desgaste. Pero las Madres estaban simbolizando dónde estaba la verdadera política, y quiénes eran sus nuevos protagonistas. En 1981 lo demostraron retomando la Plaza y haciendo la primera Marcha de la Resistencia. Solas, pocas, pero juntas, resistiendo 24 horas seguidas.

Vinieron épocas de ayunos, de tomas de iglesias y catedrales. Los jóvenes, sobre todo, se conmovían. Nació la consigna “aparición con vida”.

El 30 de abril de 1982, hubo manifestaciones de protesta en Buenos Aires contra la situación económica, la miseria planificada, con la policía reprimiendo a todos. Dos días después, se llenó la Plaza de Mayo para aplaudir a los militares que habían invadido Malvinas, creyendo que así se iban a reciclar en el poder en una especie de brindis perpetuo.

Las Madres dijeron que la guerra era otra mentira. Los militares que secuestraban cobardemente, torturaban clandestinamente y asesinaban tirando cuerpos al río, no podían convertirse de un día para otro en patriotas impecables y valerosos guerreros. Por decir eso, acusaron a las Madres de antinacionales. Ellas inventaron un cartel: “Las Malvinas son argentinas. Los desaparecidos también”. Muchos que acompañaban a las Madres las criticaron: había que estar del lado de la guerra, del lado de los militares. El tiempo mostró quién tenía razón sobre los guerreros, entre ellos el mismo que había delatado a Azucena, Esther y Mary.

La derrota de los militares resucitó la posibilidad de la democracia. Se abrió la multipartidaria, formada por cantidad de partidos y políticos muchos de los cuales, durante los tiempos más duros de la represión, habían sido expertos en el arte de callar.

En 1983 hubo elecciones, Alfonsín llegó a la presidencia, y las madres hicieron la marcha de las siluetas para que nadie olvidara a los ausentes. En los afiches decían que esos hijos e desaparecidas habían luchado por la justicia, la libertad y la dignidad.

El gobierno formó la CONADEP, la comisión nacional para la desaparición de personas. Las madres desconfiaron, no quisieron integrarla. Siempre prefirieron la calle, y no las comisiones. Crearon un periódico, la Asociación iba creciendo y seguía reclamando aparición con vida y castigo a los culpables.

En 1985 Alfonsín las citó, pero luego no las atendió porque tenía que ir al Colón, según la explicación oficial. Las Madres tomaron la Casa Rosada, y se quedaron ahí instaladas como forma de resistencia pacífica. Esas acciones mostraban la grieta entre los discursos sobre los derechos humanos que hacía el gobierno, y la realidad. Y mostraban cómo el protagonismo político se desplazaba de los políticos de museo, a los movimientos generados en la sociedad para enfrentar los problemas tomando las riendas de sus propias decisiones.

Se hizo el juicio a las Juntas, pero sólo hubo dos condenas a prisión perpetua. Las de Videla y Massera. Los otros jefes militares recibieron penas bajas, o fueron absueltos. Las Madres opinaron del siguiente modo: se levantaron y se fueron de la sala de audiencias.

Seguían las acciones, marchas, escraches a los militares en sus casas, viajes y campañas en todo el mundo, la lucha contra las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, La lucha contra las rebeliones de Semana Santa y de los carapintadas, La marcha de las manos, La marcha de los Pañuelos, cuando taparon la casa de gobierno de pañuelos blancos, los premios internacionales.

El apoyo a los conflictos, a las huelgas, a los reprimidos y a los perseguidos.

Empezaban a hacer propia una idea: el otro soy yo.

Las Madres, además de denunciar lo que había ocurrido con sus hijos, hicieron otra cosa: comenzaron a levantar las mismas ideas y sueños por las que esos jóvenes habían luchado.
Por eso sintieron que aún sin estar, sus hijos las estaban pariendo.
Aquellas amas de casa desgarradas por la desesperación, habían logrado transformar el dolor en acción y en pensamiento.

Todas estas luchas se multiplicaron al infinito cuando Menem llegó a la presidencia para perfeccionar, en democracia, la miseria planificada: privatizó el país, regaló el Estado, masificó el desempleo, protegió a toda clase de mafiosos, asesinos y corruptos, y además los puso a gobernar con él. De paso indultó a todos los militares que habían sido condenados.

Hubo más de lo mismo cuando subió De la Rúa, y las madres estuvieron allí, nuevamente en la plaza, el 19 y 20 diciembre, cuando ese gobierno intentó imponer el Estado de Sitio y se dedicó a reprimir a miles y miles de personas hartas de tanta decadencia y de tanta mentira. Nuevamente las plazas se llenaron de balas, y de jóvenes muertos.

La historia reciente es más conocida, las Madres y su universidad llena de jóvenes, de movimiento, de conferencias, de proyectos. Las Madres y su flamante radio, para que se escuche cada cosa que hay que decir. La intervención en cada lucha contra las mafias, contra la miseria, contra la muerte.

Y cada jueves, como siempre, las madres circulando, tejiendo solidaridad, construyendo este territorio de la Plaza para que sea el espacio de todos.

Había una vez un país con nombre de mujer, donde la muerte andaba suelta persiguiendo a los sueños, acorralando a la vida. Y en ese país de nombre plateado, los sueños y la vida tuvieron que aprender cómo enfrentar a los verdugos. Las madres están dejando esa herencia.

Cómo convertir al dolor, en acción.

La parálisis y el miedo, en lucha.

La desesperación, en coraje.

Las lágrimas, en acciones.

Para acorralar a la muerte, como el primer día:

tejiendo luchas,
haciendo circular los sueños,
y alumbrando la vida.

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Nota

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas

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La familia de la joven asesinada en Capilla del Monte volvió a viajar de Buenos Aires a Córdoba para reclamar que se asigne urgentemente un fiscal en la causa y que se investigue su femicidio. Hace 4 años el cuerpo de Cecilia fue encontrado luego de estar 20 días desaparecido; su familia denuncia una trama local que involucra a la última persona que la vio con vida, el ex boxeador Mario Mainardi, jamás investigado, y la complicidad de la justicia de Cruz del Eje, representada por Paula Kelm, que buscó inculpar a un perejil. Gracias a la lucha familiar se logró anular esa línea de investigación, que culminó en un juicio nulo, pero desde entonces no se retomó la instrucción; y pese a que en diciembre se anunció que un nuevo fiscal tomaría la causa, eso no sucedió, y las dilaciones siguen. Crónica de una nueva reunión con promesas y sin hechos, cuando la impunidad se hace cada vez más grande y el reclamo, también: “Verdad y justicia para Cecilia Basaldúa”.

Por Bernardina Rosini

Daniel y Susana, padre y madre de Cecilia Basaldúa ya perdieron la cuenta de las veces que han viajado desde la ciudad de Buenos Aires a Córdoba con el único objetivo de lograr justicia por su hija. Han perdido esa cuenta pero no la cantidad de días que contabiliza la impunidad: 1460, es decir, cuatro años. 

En efecto, hace cuatro años (el 25 de abril de 2020) encontraron el cuerpo de Cecilia Gisela Basaldúa en un codo del Río Calabalumba en Capilla del Monte, luego de veinte días de estar desaparecida. Cuando Daniel y Susana llegaron ayer a los Tribunales en Córdoba Capital, se los ve invadidos por la bronca y el hartazgo. Son cuatro años sin Cecilia y a la par sostienen que las líneas de investigación han sido deliberadamente manipuladas y el material probatorio  de contundencia, ignorado

La última vez que estuvieron parados sobre esa vereda fue el pasado 7 de diciembre, tras reunirse con el Fiscal General Juan Manuel Delgado. Celebraban la noticia: “Tenemos fiscal, vinimos con 3.000 firmas de apoyo pidiendo fiscal y lo tenemos. Es el Nelson Lingua y comienza el 1° de febrero, después de la feria judicial”. Cinco meses después, otra vez viajan 700 kilómetros para golpear la puerta del Palacio de Justicia pues tal designación no sucedió y la causa acumula once meses sin fiscal a cargo de la instrucción.

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas
Daniel Basaldúa y Susana Reyes, papá y mamá de Cecilia: viajaron desde Buenos Aires para mantener una reunión y reclamar justicia por su hija.

El baile del fiscal

Mientras los Basaldúa llegaban el 25 de abril nuevamente a Córdoba para pararse frente a Tribunales y exigir justicia, fueron notificados que la Fiscal General Adjunta Bettina Croppi los convocaría a una reunión. 

Antes de ingresar al edificio Daniel comparte la situación actual de la causa “Nos vienen diciendo que no designan fiscal porque falta una firma: me cuesta creerlo. No puedo hacer nada más que venir y reclamar. Hasta ahora la única justicia que logramos fue que no metan preso a un inocente”. 

Hoy le cuesta hablar; tiene un nudo en la garganta y el rostro de su hija estampado sobre el pecho. “Sólo espero que esta investigación vaya tras los verdaderos sospechosos, tras Mario Mainardi, última persona que vio a Cecilia con vida, quien tenía pertenencias de ella y las regaló; la policía y la fiscal Paula Kelm contaban con ésta y más información y nunca lo investigaron. No podemos creer que Mainardi, que dijo trabajar en Uber porque no podía acreditar ingresos, tenga más poder que Diego Concha, quien fue durante décadas Director de Defensa Civil de la provincia y sin embargo hoy está preso”. 

Daniel pasa lista de todos los uniformados que participaron del caso y que hoy se encuentran desplazados, procesados o presos por distintas causas: el común denominador es la violencia de género. 

Mientras las abogadas ingresan junto a los padres de Cecilia a la reunión, afuera les esperan periodistas, agrupaciones feministas, trabajadores de la Secretaría de Derechos Humanos y familiares víctimas de violencia institucional. Repiten el colgado de banderas, los carteles con rostros de otras víctimas, y los cantos que se recitan como mantras: “¡¡Queremos fiscal, queremos fiscal, queremos fiscal!!” y “¡¡Justicia, justicia, justicia!!”.

Al salir, Giselle Videla -una de las abogadas de la familia- comparte lo conversado en la reunión: “Para iniciar nos han pedido disculpas puesto que en noviembre nos dieron la seguridad que tendríamos fiscal apenas finalizada la feria judicial. Como hoy no hay fiscal, y están subrogando fiscales de otros territorios que toman la causa por un plazo corto de tiempo, el avance es mínimo. Nos informaron en relación a esta situación que la designación de Nelson Lingua espera la firma del gobernador, Martín Llaryora. Ahora bien, nos enteramos que será designado como Fiscal reemplazante, y no como Fiscal titular puesto que Lingua no ha rendido el concurso que lo habilita para ese cargo; debe rendirlo ahora y recién en julio- agosto podremos saber si será finalmente el fiscal titular de la causa”. 

Para que se entienda: desde que el tribunal absolviera a Lucas Bustos en julio del 2022 reconociendo su inocencia y su no vinculación al crimen, y ordenara una nueva instrucción para dar con los responsables del femicidio, la causa demoró meses en ser asignada a un fiscal. Luego recaería en el Dr Raymundo Barrera de Cruz del Eje, fiscal que, hábil con el calendario, entre feria judicial y licencias llegó a junio del 2023, mes en el que se jubiló. 

Por la presión de la familia Basaldúa, en diciembre el mismísimo Fiscal General anunció la designación del Lingua el 3 de febrero; eso no sucedió y no hay certeza de que Lingua resulte el fiscal que definitivamente dirigirá la instrucción, puesto que no cumple con los requisitos.

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas

Preguntas sin respuesta

Es mediodía y el cielo se refleja en las ventanas del edificio neoclásico de la calle Caseros; da la impresión que adentro estuviera vacío, que sólo es una fachada. “Hoy, 25 de abril se cumplen cuatro años de la aparición del cuerpo sin vida de Cecilia Gisela Basaldúa” lee Susana de la pantalla de su celular; ella también lleva una remera con el rostro sonriente de su hija. Sigue:

Cuatro años de impunidad y de violencia sistemática por parte del Poder Judicial a quienes pedimos y exigimos justicia por ella. La causa volvió a foja cero en el 2022 luego de pasar por un juicio vergonzoso.

El tiempo pasa y los asesinos de Cecilia siguen libres e impunes. No tenemos fiscal ni respuestas” y continúa “¿Cómo vamos a llegar a la verdad? ¿Qué fue lo que pasó con Cecilia? ¿Por qué tardó tanto en aparecer? ¿Dónde está Mario Mainardi? ¿Por qué la fiscal Paula Kelm ordenó tan rápidamente detener a un joven sin tener pruebas? Todas estas preguntas nos conducen una y otra vez a un círculo cerrado de impunidad entre funcionarios judiciales que se jactan en demostrar un abuso de poder constante”. 

La carta leída en la vereda, casi sobre la calle, concentra todas las preguntas que la investigación del femicidio debiera responder. 

Y la carta también cierra como se espera que cierre la investigación: “Verdad y Justicia para Cecilia Basaldúa”.

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