Nota
Mauricio, el malabarista
La coyuntura argentina desde la mirada del semanario uruguayo Brecha: seis meses después de iniciar su gestión, es ya muy evidente para quién opera el gobierno de Mauricio Macri. El ajustazo tarifario y los despidos masivos le han alienado respaldos sociales, pero el kirchnerismo acaba de entregarle un regalito en bandeja: un caso de corrupción flagrante. Por Fabián Kovacic.
La coyuntura argentina desde la mirada del semanario uruguayo Brecha: seis meses después de iniciar su gestión, es ya muy evidente para quién opera el gobierno de Mauricio Macri. El ajustazo tarifario y los despidos masivos le han alienado respaldos sociales, pero el kirchnerismo acaba de entregarle un regalito en bandeja: un caso de corrupción flagrante. Por Fabián Kovacic.

Foto: Nacho Yuchark/lavaca
Cuando las papas se le queman al macrismo, el kirchnerismo le regala un caso de corrupción servido en bandeja y los funcionarios recuperan el aliento para navegar en las esquivas aguas del ajuste, la inflación y la mano dura tan poco populares en las encuestas.
En la madrugada del martes 14, José López, viceministro de Planificación Federal durante tiempos kirchneristas, enloqueció al punto de enterrar casi nueve millones de dólares y algunas armas ligeras en los fondos de un convento habitado por monjas nonagenarias, aduciendo persecuciones judiciales. La bizarra escena sirvió al gobierno, y a las empresas periodísticas que lo apoyan, para bombardear con comunicados y videos a los ciudadanos con el disparatado operativo de detención. Tras una llamada a la policía, con el sello de los servicios de inteligencia, un patrullero llegó de inmediato al lugar. El miércoles por la mañana ya pocos recordaban la inflación rampante, los casos de corrupción que corroen a medio gabinete presidencial y las medidas de ajuste.
Cuando los índices de inflación medidos por consultoras privadas arrojan un promedio del 6 por ciento mensual, los informes de la Iglesia Católica indican un aumento del 13 por ciento de la pobreza en los últimos seis meses, y las cámaras patronales advierten sobre el cierre de pequeñas y medianas empresas en los principales centros urbanos, la vicepresidenta Gabriela Michetti confirma que no habrá reactivación de la economía hasta el primer trimestre de 2017. En paralelo, la imagen de Mauricio Macri cayó dos puntos en mayo respecto a abril y quince desde el estallido del escándalo de los Panama Papers, cosechando hoy entre el 44 y 50 por ciento de adhesión personal.
Los pedidos formulados personalmente por Macri a los empresarios en reuniones sociales no dieron resultado hasta ahora. El aumento de precios se mantiene intacto desde el 10 de diciembre pasado, cuando el ex presidente de Boca tomó posesión de la Casa Rosada. En este primer semestre de gestión los productos de la canasta básica de alimentos aumentaron un 120 por ciento, según las asociaciones de consumidores, y las tarifas de servicios públicos como la energía eléctrica, el gas natural, el agua potable y los teléfonos alcanzaron incrementos del 280 por ciento al tiempo que dejaron de ser bimestrales y pasaron a ser abonadas mensualmente. Ahí está la explicación de 1,4 millones más de pobres en el panorama nacional, según la Universidad Católica Argentina. La reacción se hizo esperar unos meses y llegó por vía judicial. A fines de mayo el juez federal de Chubut Hugo Sastre ordenó frenar el aumento del 400 por ciento en las tarifas de gas en la provincia hasta tanto se realizara una audiencia pública para determinar la nueva tarifa. En la provincia de Buenos Aires lo siguió el juez Luis Arias con una medida similar para la tarifa de energía eléctrica. Macri, en un acto de injerencia de un poder del Estado sobre otro, apeló a sus buenos contactos en la Corte Suprema y pidió a los jueces que se pronuncien contra esos amparos.
En el frente laboral, a su vez, en estos seis meses el oficialismo ha debido enfrentar grandes conflictos. Las distintas centrales, después de la multitudinaria manifestación por el Primero de Mayo, se aprestan a convocar a un paro conjunto. El líder de la Cgt oficial, Hugo Moyano, y el de la Cgt disidente, Antonio Caló, ya pusieron fecha para la reunificación en un congreso nacional a celebrarse el 22 de agosto próximo, “para enfrentar juntos el ajuste”, según anunciaron. En el mismo sentido se pronunciaron las dos Cta divididas por el kirchnerismo: tanto Hugo Yasky, de la Cta nacional, como Pablo Micheli, de la Cta autónoma, se muestran juntos en actos y planean la reunificación. “Toda esta situación nos lleva al paro nacional”, asegura Micheli y el propio Moyano apunta que “un aumento de tarifas que llega al 600 por ciento en muchos casos nos lleva a un callejón sin salida”. Micheli convocó para el jueves 23 de junio a una “marcha de frazadas” en reclamo por los aumentos tarifarios.
Desde el arco político la siesta hace escuchar los ronquidos de los bloques parlamentarios. El peronismo, fragmentado entre los caciques kirchneristas, los gobernadores y los sindicatos, amaga con reclamos pero sin unificación, y todo queda a pedir de Macri. Sergio Massa y su bloque juega más a entorpecer a los kirchneristas en la cámara de Diputados que a oponerse a las medidas del gobierno nacional. Entre los gobernadores, mientras el peronista salteño Juan Manuel Urtubey hace sus negocios con el macrismo en un juego de toma y daca, otro peronista, el cordobés Juan Schiaretti, le da una paliza derrotando a su candidato en la segunda ciudad más importante de la provincia, Río Cuarto, por casi el 70 por ciento de los votos.
Con un parlamento opositor aunque caótico, el gobierno se apresta a sancionar la llamada “ley ómnibus”, en la que elimina dos problemas serios para los funcionarios y los empresarios: termina con los juicios iniciados por los jubilados al Estado y blanquea las ganancias empresarias de los últimos años así como sus fortunas cobijadas en el exterior.
MALCORRA A LA Onu. Pese a la caída de la imagen presidencial a medida que la economía se empantana, Macri asoma como un referente para la derecha regional. Con ese capital recibió en Buenos Aires al venezolano Henrique Capriles y oficializó en la última semana de mayo la candidatura de su canciller, Susana Malcorra, para suceder al secretario general de la Onu, el surcoreano Ban Ki Moon, a partir de noviembre próximo. Malcorra fue jefa de gabinete de Ban hasta su desembarco en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Macri el 10 de diciembre pasado. Conoce como pocos el paño de las negociaciones diplomáticas en el riñón del gigante universal, al punto de tener banca entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (China, Estados Unidos, Federación Rusa, Gran Bretaña y Francia). En el entorno de Malcorra aseguran que cuenta con esos cinco votos, y dicen que la ayuda también su condición de mujer y su experiencia como empresaria en los años del menemismo y las privatizaciones en Argentina. En abril pasado, y por primera vez en la historia de Naciones Unidas, se inició un debate público y abierto entre los postulantes a suceder a Ban. “Tenemos un papa argentino, el mejor jugador de fútbol mundial es argentino, ¿por qué no llegar a la Onu, y con una mujer por primera vez?”, se entusiasman en los pasillos del Palacio San Martín, sede de la cancillería argentina. Ese mismo entusiasmo les hace minimizar las denuncias sobre abusos sexuales por parte de soldados de misiones de paz de la Onu en África y Asia, de las que Malcorra sabía cada detalle y prefirió silenciarlas, según la denuncia de un alto funcionario actual del organismo, Stephan Dujarric.
UN CORRUPTO ENLOQUECIDO. Si la puesta en escena de la detención del ex funcionario José López sirvió para oxigenar al macrismo con una dosis mediática de antikirchnerismo, lo cierto es que su biografía parece manchada hace años. Nacido en Tucumán, López fue a probar suerte como muchos norteños a la patagónica provincia de Santa Cruz, cuando Néstor Kirchner asumía como intendente de Río Gallegos, en 1987, y desde ese momento se incorporó a las huestes K, pasando por la gobernación en 1991 y la presidencia en 2003, junto a otro histórico aliado de Néstor, el ahora ex ministro de Planificación Julio de Vido. La obra pública fue la fuente de dinero fresco para el kirchnerismo, según se desprende de las cuatro causas judiciales radicadas contra López en la justicia federal desde 2008: por sobreprecios en construcciones –en especial en el proyecto de viviendas Sueños Compartidos, gestionado por la Asociación Madres de Plaza de Mayo–, por enriquecimiento ilícito, por pago de sobornos para adjudicar obras y por incumplimiento de los deberes de funcionario público por arreglar licitaciones con empresas privadas. Ahora el juez Daniel Rafecas suma una nueva investigación en su contra y en los tribunales federales no descartan que aparezca una conexión con la ruta del dinero K protagonizada por el empresario Lázaro Báez. Todos miran ahora directamente al jefe de López, Julio de Vido, teniendo en cuenta que por su cartera pasaban anualmente casi 100.000 millones de pesos ligados a la obra pública. “Tarde o temprano de Vido va a terminar ante la justicia para dar cuenta de todos los actos sospechosos en los que está involucrado”, aseguró el legislador macrista Federico Pinedo, uno de los impulsores de suspender los fueros parlamentarios que ostenta de Vido como diputado, para que sus propiedades puedan ser allanadas por la justicia federal, hecho que hasta ahora no pudo producirse por esa prerrogativa.
El macrismo vive horas complejas y tiene la “herencia kirchnerista” como aspirina provisoria para tratar de encontrar una salida. La llegada de capitales –anunciada por Macri a su regreso del Foro de Davos en enero pasado– sigue demorada, y la única salida por el momento para el macrismo es un acercamiento tibio a la Alianza del Pacífico como recambio del Mercosur, donde la propia Malcorra ve pocas expectativas de “negocios para empresarios argentinos o inversiones”. Pero si el frente externo todavía disimula sus fisuras, a la situación socioeconómica complicada se le suma ahora un rebrote de inseguridad en el conurbano bonaerense, donde la puja entre la policía provincial, los intendentes y la gobernadora macrista María Eugenia Vidal recién empieza. Secuestros extorsivos, amenazas y muertos encerrados en autos hacen su reaparición, retrotrayendo la situación a los años del duhaldismo, a fines de los noventa. Fue el propio presidente quien el 24 de mayo decidió devolver a las Fuerzas Armadas la autonomía organizativa que Raúl Alfonsin les había quitado en 1984. Un contexto de ajuste requiere tener de su lado a los militares, pero no está demostrado que esa autonomía sirva al inquilino de la Casa Rosada para granjearse los favores de los uniformados. Jugar con fuego puede ser letal para un gobierno, aunque no necesariamente para la clase social a la que representa.
Nota
Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.
Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío Santillán.

Maximiliano Kosteki
Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.
El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.
Siguen faltando los responsables políticos.
Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.
Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
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