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Frío

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Crónicas del más acá. Por Carlos Melone.

Frío

Hacía frío. Mucho. Más allá de gustos y disputas por cuestiones térmicas el frío enfriaba. 

Parece un pleonasmo, pero no lo es.

No lo es.

Dicen que un señor, veterano él, iba al centro del Emirato de Lomas de Zamora a retirar un par de lentes (¿es importante eso para esta crónica?) y tenía frío.

Dicen que acomodó su auto en una playa de estacionamiento a la que va con alguna regularidad, y se quedó con el motor en marcha mirando la pared blanca que estaba frente a él.

La gente dice muchas cosas. 

Por ejemplo, dicen que ese señor había tenido una relación amorosa en la que todo había volado por los aires.

Parece un pleonasmo, pero no lo es.

No lo es.

Y que luego se había asomado al terrible descubrimiento de que el Deseo –así con mayúsculas– ese caprichoso, había puesto sobre la otra persona lo que la otra persona no es.

Un clásico.

Los rumores son rumores y chismerío: si era un señor grande, debía saber cómo funciona el asunto.

Sin embargo, dicen que no, que se comió la curva.

Que hacía un buen tiempo que buscaba la puerta de salida a aquella relación y no la encontraba. Todas las puertas estaban trabadas y seguía pasando por ventanilla a pagar costos emocionales elevadísimos.

Nada es sencillo.

Nadie es sencillo.

Aquello que deseamos no se suelta tan fácilmente, aunque las evidencias sean terminantes.

Vivir es maravilloso pero muy difícil.

Muy difícil.

La experiencia, la veteranía, el largo kilometraje no sirven de nada cuando la hidra que algunos llaman amor te abraza.

Y te abrasa.

Dicen que la pared seguía blanca, que el veterano tenía frío y que al mundo le importaba tres rábanos lo que pasaba.

Cuentan que bajó del vehículo, lo cerró, recibió el saludo siempre atento del playero y salió a la populosa vereda del centro del Emirato de Lomas de Zamora.

Ahí se encontraron los dos extraños.

Dicen.

Ella, morocha, abrigada y muy coqueta, posiblemente sub 40, y un bastón blanco que basculaba inseguro sobre la vereda detonada. Los pasos eran temerosos así que el veterano se acercó y con prudencia le preguntó si podía ayudarla.

La sonrisa borró el frío de la mañana.

A lo mejor no borró nada pero, ¿a quién le importa?

La sonrisa borró el frío de la mañana.

Ella agarró el brazo con firmeza (atención a este detalle dijeron por ahí) y empezaron a caminar despacito hacia un Centro de Ojos que estaba a dos cuadras de allí.

Lucía.

Se abrió la conversación con sencillez. Lucía contó que estaba en pareja, que trabaja como auxiliar en una escuela, que perdió la vista gradualmente y que es irrecuperable pero que no pierde las esperanzas.

Que su ceguera le ahorra ver la cara de culo de mucha gente y se ríe.

Caminaron despacio (dicen), eludiendo veredas dignas de Rodríguez Larreta y a gente apurada vaya uno a saber por qué.

No entendemos que el tiempo está roto.

No entendemos nada.

Nunca.

Lucía tiene la palabra fresca y ágil y le pregunta al veterano su edad porque lo escucha con voz joven y potente.

Así le dice, dicen que dijo.

Se seguía agarrando firme del brazo y el veterano sentía algo raro en su pecho.

¿Ustedes han sentido al otro agarrado de su brazo, como si con él se estuviera dispuesto a enfrentar el mundo, como bastión, como un refugio que a la vez es muralla y es mar? Se los deseo. 

Pero sigamos con lo que se cuenta por los serpenteos del Emirato.

A pocos metros del Centro de Ojos Lucía se detuvo y preguntó: 

–¿Qué te pasa?

Nada se había dicho del auto en marcha, de la pared blanca, del frío, de la búsqueda de la puerta de salida.

Ni una palabra.

El veterano tomó aire porque es peligroso quedarse sin aire cuando la angustia cabalga desbocada.

–Tengo roto el corazón– dijo.

Ella giró el cuerpo, soltó el brazo y acarició suavemente la mejilla de aquel lazarillo accidental.

–Te vas a curar– dijo y sonrió borrando nuevamente el frío de la mañana.

Dio las gracias y encaró sola los últimos pasos hacia el Centro de Ojos con paso inseguro.

Yo creo que son cuentos medio berretas, pero la gente dice esto.

Dicen que el veterano fue a buscar los lentes a la óptica pero que no veía nada.

Se dice en el Emirato de Lomas de Zamora que fue a buscar su auto y se volvió a quedar mirando una pared blanca con el motor en marcha hasta que vino el playero a preguntarle si (le) pasaba algo.

Se dice en el Emirato de Lomas de Zamora que el playero le contó a alguien (¿quién será alguien?) que el hombre habló de una puerta que no encontraba y que mientras lo decía lloraba.

Se dice también que hacía frío. Mucho frío. Un frío helado.

Parece un pleonasmo, pero no lo es.

No lo es.

La gente habla. Son historias.

Estamos hechos de ellas.

¿No?

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Política & traición. Perfil político de la vicepresidenta Victoria Villarruel

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Prontuario vicepresidencial: negacionismo, visitas a la cárcel, traiciones políticas pasadas y presentes. El rol de su padre en la guerra de Malvinas. El tío genocida. Su relación con Milei y Karina. La sombra de Macri. Y la caracterización de las víctimas, que definen a  Villarruel como “la cara visible del Partido Militar”. Lo que está en juego: democracia, esperanza y derechos. Por Claudia Acuña y Lucas Pedulla.

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Desde abajo: familiares y Compañeros de Tres de febrero

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Se volvieron a organizar hace 15 años, pero sus inicios se remontan a tiempos de la dictadura. Trabajan en escuelas y con homenajes, donde activan la memoria a nivel territorial. Organizaron un escrache a Victoria Villarruel cuando votó en un jardín de infantes donde había vivido una desaparecida. Uno de sus fundadores, hijo de una Abuela de Plaza de Mayo, editó un libro fundamental que recupera las historias y la militancia de las 345 personas desaparecidas en el distrito. Qué nos invitan a pensar hoy: las encerronas, las grietas, lo individual, lo colectivo, la vida, qué esperar del Estado, y dónde está la utopía. Por Lucas Pedulla.

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Educación en movimiento. MU en Misiones: la experiencia del Movimiento Pedagógico de Liberación

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Es un movimiento y un sindicato docente. Se sostiene con el aporte de sus miembros, que deciden todo en asamblea. Desde Eldorado, se hermanan con las experiencias campesinas y de tareferos. Luchan por lo laboral, contra las condiciones de esclavitud y por nuevos paradigmas culturales: soberanía alimentaria, asociativismo, antimachismo, una vida sin venenos. Saberes y transformaciones concretas, en tierras coloradas, para espantar al miedo. Por Francisco Pandolfi.

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LA NUEVA MU. Tomar el futuro

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