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Ian Moche: la revolución de la empatía

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En tiempos de elecciones, elegimos a Ian. Fue atacado por el Presidente y todo el aparato estatal como supuesto símbolo del “curro” en discapacidad, cuando ni siquiera cobra la pensión que le correspondería. El curro era otro: el director de la ANDIS, Diego Spagnuolo, quien también chicaneó a Ian, está involucrado en la alta trama de corrupción que salpica a todo el entorno presidencial, droguerías, laboratorios. Esta misma semana hubo una movilización de las personas con discapacidad reclamando la aplicación de la Ley de Emergencia votada por el Congreso por amplísimas mayorías, que el gobierno se niega poner en marcha. Esto es: corrupción, mientras se le niegan derechos y recursos a las familias. En el caso de Ian, niño activista sobre la neurodivergencia, esta es una historia que habla de manera simple de cosas complejas: de empatía, de humor, de amor, de familia, de apoyos y de futuro. De la vida de un niño por ser feliz, en un país hostil. Compartimos la nota publicada en la MU 206.

Por Franco Ciancaglini. Fotos: Lina Etchesuri.

Ian Moche: la revolución de la empatía
Ian Moche. Fotos: Lina Etchesuri

Querido Ian:

Gracias.

Esta semana que pasó, en la que además te conocí, el director de la Agencia Nacional de Discapacidad que usó tu imagen para intentar justificar la motosierra a las personas con discapacidad empezó a ser investigado por corrupción, en una trama centrada en la hermana del Presidente y del Presidente mismo.

No quiero aburrirte sobre los Menem y el rol de esa familia en la destrucción de este país, banalizada en una serie de moda. Ya lo sabrás o te enterarás más tarde.

Quiero contarle al resto lo que compartiste en la charla con MU, para empezar: que vos ni siquiera cobrás la pensión que te corresponde, producto de la crueldad arbitraria de esa gente. No tu familia: vos. Toda la plata que el Estado no te paga es la que ellos se llevan de a millones en licitaciones truchas junto a sus amigos. Y más.

Pero como decía, esa es otra historia, y esta es la tuya. Esta es tu vida, tu momento de desplegar todo el activismo para que otras personas como vos, que esta gente abandona, tengan más herramientas y data para vivir mejor.

Ian Moche: la revolución de la empatía
Marlene, Ian, Ro y Marvel: la familia entera tuvo que soportar los ataques del gobierno, pero no se victimiza. Las invitaciones a dar charlas y capacitaciones crecen mientras la imagen del gobierno se desinfla tras el escándalo en la ANDIS.

De eso se trata también tu vida: de cómo ayudás a vivir mejor a los demás.

Gracias por eso. Y perdón por todo lo otro.

Lo otro es todo lo que también nos contaste ese martes que llegaste con tu madre Marlene, tu padrastro Ro y tu perro caniche Marvel.

Eso que nos dijiste, que nos hace entender que a tu supuesta “discapacidad”, la convertiste en un superpoder: la capacidad de percibir la información de otra manera.

Porque eso es también es el autismo y nos lo contaste de este modo, que transcrio así: “Cuando hablamos de una persona neurodivergente hablamos de una persona que tiene y llega a los mismos objetivos que el cerebro neurotípico, pero por otro atajo, otra autopista que llega al mismo destino; y los semáforos, que pueden ser una representación de la sociedad, pueden generar que sea más difícil para esa persona en esa otra ruta. Pero no es que esa autopista esté mal”.

Esta autopista, Ian, está llena de pozos. Somos pozos, semáforos en rojo.

Sí, te esperamos con una merienda para recibirte, y que estuvieras a gusto mientras charlábamos en MU. Porque en definitiva, como reconoce tu mamá, “la comida y la lectura” te autorregulan. En eso, te digo, también somos bastante parecidos.

Qué es la autorregulación, me enseñás, nos contás. Esta capacidad de entender que hay cosas y contextos y personas que nos sacan de eje; y que tenemos que ser conscientes de eso para regularnos. Para estar tranquilos. Para intentar ser felices.

Como el espacio que creaste en tu colegio, Mar adentro, en el que ayudás a otros niños a canalizar sus emociones. En las que canlizás las tuyas propias, autogestionados entre niños.

Claro, Ian, porque las leyes no alcanzan, las capacitaciones solas tampoco. Porque como dice tu madre, se crean leyes para todo lo que es distinto, pero no alcanzan. Que pueden generar marcos y consagrar derechos, pero a los derechos hay que ejercerlos. Absorberlos. Como decís vos, no alcanza con estar, sino con participar. Y así nos enseñás de política: no alcanza con estar, ni con ser espectadores. Hay que participar.

Y así vamos hasta tu infancia, en la que sufriste por toda esta falta de apoyos sociales básicos, pensando que eras un “burro” o un “distinto” en el mal sentido.

Porque aunque fuiste diagnosticado a los dos años y medio, no lo supiste sino muchos años después. Nos lo contaste:  ocurrió cuando fuiste al circo y te desregulaste, por la cantidad de estímulos que había. Ahí supiste, entendiste, que lo que tenías no era un defecto sino autismo.

Con tu familia, con tu mamá, el tránsito fue más ameno, pero no exento de problemas. Porque durante todos esos años, en los que sabías leer pero no hablabas, la pregunta era cómo ibas a crecer en este mundo hostil. Con estas instituciones. Con estos  funcionarios. Con estos presidentes.

La pandemia te afectó más que a todos y también te transformó y te supiste transformar en activista. Saliste por arriba de ese encierro. Saliste a comunicar como nadie temas complejos y a convocar a otros a participar, a expresar eso que les pasa y que por ahí no saben qué es.

Porque, dejame contarte, cada vez conozco más niños con autismo. Y todos te conocen y te veneran. Aprenden de vos y con vos. Te agradecen.

No por nada sos, digamos, famoso. O como se dice ahora, un influencer.

Te lo ganaste desde hace cuatro años con tus videos explicativos sobre la neurodivergencia. Con las capacitaciones que das en todo el país sobre el tema. Con tus apariciones mediáticas explicando lo que para vos es tan simple: que no es tan difícil, solo hace falta empatía.

Te pregunto: ¿Qué es, cómo pensás esa empatía? Porque últimamente es una palabra que se manosea mucho. Entonces te escucho: es ponerse en el lugar del otro.

Me pregunto, te pregunto si nos podemos poner en el lugar de los peores, del Presidente por ejemplo. Intentar entenderlo, entender por qué, entre otras cosas, te eligió a vos como blanco para justificar un supuesto curro. ¡Justo a vos que no cobrás ni la pensión que te corresponde! A veces siento que todo es una gran confusión… Pero claro, como sos tan famoso, y más importante que él, se tuvo que meter con vos. ¡Te debe tener envidia!

Tu respuesta otra vez ilumina: puede ser, como dicen, que él también sea neurodivergente. Sería todo más sencillo si así fuera, o si fuese como vos, o si estuviese rodeado como estás vos. Si hubiese hecho tu camino. Seguro no sería Presidente (¿o sí? ¿Vos lo serías?) pero seguro sería más… feliz. Esa focalización obsesiva sobre la economía, los murmullos que le molestan o las voces que dicen que escucha… Puede ser. Según contás son síntomas típicos. 

¿Y qué tiene de malo? Lo malo es que es malo. Y tal vez, como dice tu mamá, porque en vez de apoyos el Presidente recibió en su infancia y adolescencia una catarata de abusos, ausencias y frustraciones. Porque, como decís: “Ser neurodivergente no te salva de ser un hdp o un salame”.

Por suerte, por tu actitud, y también por obra de tu madre y tu familia, vos no sos ningún salame. Al revés, pocas veces conocí a alguien tan lúcido.

Te sale tan fácil eso que a los adultos, más por estas épocas, se nos hace difícil: sonreír, dar abrazos, hablar, escuchar, reflexionar, transmitir energía, comunicar. Nos enseñás: la comunicación es empatía.

Y lo más difícil sino imposible: sabés pedir perdón, contar lo que sentís, reconocerte vulnerable.

De nuevo, autorregulación. Autogestión emocional… Cuánto tenemos para laburar ahí.

Porque me pregunto: ¿cómo hacer para regularse si tenés a todo el aparato del Estado atacándote?

¿Quién pudiera a los 12 años mantener esa sonrisa, ponerte las manos en el corazón, posar con la banda presidencial?

Es cierto, la vida es un juego, pero a veces se pone difícil. Cómo decís vos, lo que viviste junto a tu familia fue una tortura. Pero así como los ataques, recibiste cada vez más apoyos. Y elegís mirar el lado bueno de toda esta historia.

En eso te sale mejor que el Presidente: cosechás seguidores, mientras él los pierde.

La vida compensa Ian, pero no a cualquiera sino a la gente como vos.

A la buena gente.

Gracias por enseñarnos a ser eso que a los “neurotípicos” nos cuesta un poco más. Cómo decís, somos bastante más rígidos al fin de cuentas…

¿Quién puede ponerse a estudiar japonés y ya tener planeado un viaje a ese país a tu edad? Nadie. Vos.

¿Quién puede tener más claro qué es la libertad de expresión, cuándo se termina y cómo se sale por arriba de una discusión con  un Presidente que buscó ensuciarte? Vos.

Leés la taza en la que te convidamos café y te reís porque dice: “Este presente no es el único posible”. Claro que no. Por eso casi sin darnos cuenta te la dimos. El resto lo conectás vos. 

Como cuando acto seguido mirás la tapa de MU con Estela de Carlotto y decís que tu sueño es conocerla. 

Ya será. Tus sueños están a la vuelta de la esquina.

Entre Japón, el activismo, las lecturas, tu superpoder de voltear barreras y prejuicios, yendo por otras rutas.  

Me fundo en tu abrazo cuando me despedís como si fuésemos amigos de toda una vida.

Porque es cierto: más temprano que tarde ellos se irán, y este presente no es el único posible, y la vida sigue. Tu vida sigue. Y esa vida hermosa que conseguiste con tu familia pese a todo y todos, pese al Presidente de tu país, recién comienza.

Y no quisiera hacerte otra nota cuestionando a otro gobierno de turno.

Por eso te escribo esta carta.

Para decirte gracias.

Y perdón.

Y que acá estamos.

Y acá estaremos.

Y que me animo a firmarla así:

MU y sus lectoras y lectores.

Ian Moche: la revolución de la empatía

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Marcha por la Emergencia en Discapacidad: “Sabemos no bajar los brazos”

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Desde el Congreso hasta el ministerio de Salud, una enorme marcha encabezada por personas con discapacidad atravesó el centro de la ciudad de Buenos Aires este miércoles bajo la vigilancia de la policía antidisturbios debidamente pertrechada, y entre los bocinazos de adhesión de los automovilistas. El gobierno promulgó pero no aplica la ley de Emergencia en Discapacidad aprobada por el Congreso, reduce o elimina el apoyo a las familias, y maneja el ANDIS bajo la sospecha/certeza de corrupción que le puso la música de “Alta Coimera” al mediodía porteño. Imágenes y palabras desde una movilización asombrosa que describe mucho sobre el presente.

Por Sergio Ciancaglini. Fotos Juan Valeiro/lavaca.org

El adolescente gigantesco va con un muñeco de peluche y una sonrisa a toda prueba. Ve a Luis, un jubilado, choca puños con él, le pasa la mano por el hombro, le dice gracias y se pierde en la manifestación, con el muñeco en la mano y su mamá atrás.

Luis, un tipo duro, ex gastronómico que ha bancado represiones de gendarmería, policía, prefectura & afines en las marchas de los miércoles, se queda mirando al chico, y se larga a llorar. Le pregunto por qué llora: “Me emocionó. A los 75 años ver a un pibe con discapacidad, un disca como dicen ellos, que te haga esa caricia… no es joda”. Se pasa las manos por los ojos, sonríe y dice: “El día que dejás de emocionarte es que sos un tronco seco”. Plantea una teoría de salud pública: “Acá hay pasión, en las marchas de jubilados también. Pasión mata remedio”. Se recompone y sigue marchando con el cartel que preparó para esta semana: “El 26 sacá la basura”.

Marcha por la Emergencia en Discapacidad: “Sabemos no bajar los brazos”

Luis, el jubilado con su cartel, y el chico que lo emocionó.

Bailando en la silla

La marcha arrancó en Congreso. Detrás de un camión que funcionó como escenario y guía, iban juntándose personas en sillas de ruedas, víctimas de distintas cosas que pasan cuando la carambola de la vida sale torcida. O personas con síndrome de Down caminando, y en muchos casos bailando al ritmo de los redoblantes, o ciegos y ciegas, y los familiares en cada caso, todo el mundo cuidando a los otros. Una chica con síndrome me señala los cordones desatados de la zapatilla y dice: “No te caigas”. Sonríe, y entiendo lo que le pasó a Luis.

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El paisaje está plagado de gendarmes cerca del Congreso, y policías armados, escudados y ataviados como para la guerra, incluyendo a otros con cámaras filmando a personas con autismo, antiguas víctimas de polio, y todo lo indescriptible de este movimiento que sale a defender lo suyo. Y que, al hacerlo, desnuda el grado de corrupción y descomposición que impregna estos tiempos políticos.

Marcha por la Emergencia en Discapacidad: “Sabemos no bajar los brazos”

¿Con financiamiento del INCAA?

La situación: la Ley de Emergencia en Discapacidad fue votada dos veces en Diputados y dos en el Senado. La segunda aprobación fue para rechazar el veto del Poder Ejecutivo. El gobierno entonces se vio obligado a promulgar la Ley pero no la aplica, bajo la excusa de que el Congreso tiene que definir las fuentes de financiación. Resultado: una tasa objetiva de crueldad y/o perversión, contra la gente y las familias que están este miércoles en la calle.

Otro detalle: la ANDIS, desde el señor Diego Spagnuolo cortó beneficios, redujo prestaciones, congeló los pagos a prestadores pero aumentó el presupuesto destinado a compra de remedios. De ese presupuesto aumentado es que se alimentan las maniobras reveladas en los audios de Spagnuolo, incluida la indexación de las coimas.

Marcha por la Emergencia en Discapacidad: “Sabemos no bajar los brazos”

Caminar, hacerse ver y meter ruido.

José Enrique Montenegro va en su silla de ruedas. Tiene asistencia perfecta a las marchas de jubilados. “Allí empezó toda esta resistencia. En los que creían que estaba lo más golpeado, lo más jodido, está lo más poderoso. Y esto me hace acordar a cuando yo era más chico, que apareció una agrupación que se llamaba Los Rengos de Perón”. Lleva sobre sus piernas una bandera que dice “la patria no se vende” y una gorra en la que se lee “Cristina libre”. Cada vez que puede en estas manifestaciones y en las de jubilados, baila con su silla, las manos aferradas a las ruedas, siguiendo el ritmo, sacudiéndola, siempre con una sonrisa contagiosa. Tiene en los brazos y manos una fuerza de otro tipo, apenas inferior a la de esa sonrisa.

Marcha por la Emergencia en Discapacidad: “Sabemos no bajar los brazos”

Se marcha como se puede.

No somos pobrecitos

Acompaña la movida Jony de la silla, como conocen todos a Jonathan Yeferley, muchacho de rastas recogidas, tres rulos como tirabuzón sobre la frente, que cuenta a lavaca: “Yo hace tres años me reconozco como sujeto de derecho, como persona con discapacidad, que siempre trataba de esconder para sentirme integrado a la sociedad. Pero bueno, el mundo disca, como nos gusta decir, se está despertando. Este gobierno fue muy cruel y vamos a aprovechar esta volada para generar conciencia de que somos personas. No somos pobrecitos ni inválidos mentales ni discapacitados: somos personas con discapacidad y tenemos derechos”.

Marcha por la Emergencia en Discapacidad: “Sabemos no bajar los brazos”

Sobre la calle Lima, llegando al Ministerio de Salud.

Plantea Jony: “Creo que vamos a lograr un cambio cultural, como lo consiguieron las mujeres. Y si hay un orgullo disca, no es por ser disca, es por pelear, ser solidarios, tener corazón”.

Lo perverso

Presentan en el camión al diputado autor de la ley, Daniel Arroyo, de lo que se llamó en su momento Unión por la Patria y ex ministro de Desarrollo Social. “Sé de la angustia y desesperación que todos tenemos. Sigue sin resolverse la atención a las personas con discapacidad y sus familias. El sistema está colapsado, las personas no acceden a los medicamentos, a las terapias, a los tratamientos. Los hogares y centros de día hacen lo que pueden pero n pueden funcionar, las escuelas están recontra complicadas. Las personas en los talleres siguen cobrando 28.000 pesos por mes, y los acompañantes terapéuticos cobrando 3.000 pesos la hora, pero a 180 días: si empiezan a trabajar hoy lo van a cobrar en marzo del año que viene. Y el transportista sigue cobrando 541 pesos el litro de nafta”.         

“Dos cosas tienen que pasar. Una es poner en marcha la ley. Dos, la Agencia de Discapacidad tiene los recursos ya. Son fondos de afectación específica, el presupuesto dice que tienen esa plata. Lo otro es que actúe la justicia, pero además está el camino del Congreso, donde hemos pedido la interpelación al Jefe de Gabinete porque lo único que tiene que hacer es transferir los recursos que ya están, para poner en marcha la ley”.

Marcha por la Emergencia en Discapacidad: “Sabemos no bajar los brazos”

Luego explica a lavaca: “El gobierno transfirió fondos al ANDIS, no para cumplir la ley pero sí para actualizar los precios, pero tampoco lo hizo. Claramente lo que hace el gobierno es perverso. No quiere dar el brazo a torcer. Esto no tiene impacto fiscal. Es como alguien que se pone obtuso y dice ‘no, no, no’ y no quiere salir de eso.

El gobierno responde que hay que decirle de dónde sacar los recursos.

-Hace dos años que el gobierno no tiene presupuesto. Lo que hace es transferir recursos de un lado a otro. Lo hace directamente todo el tiempo. Acá es lo mismo.

Las retenciones no cobradas les hicieron ganar a las grandes cerealeras 1.500 millones de dólares. Están los gastos en servicios llamados de inteligencia.

-¿Y lo que gastaron en boletas para las elecciones? Plata hay, pero el gobierno decide lastimar a toda esta gente.

Después de haber hecho esta Ley, de las más importantes de los últimos tiempos, Arroyo termina su mandato y no fue incluido en las listas del peronismo. Elije la elegancia: “Vuelvo a la actividad académica, hay que construir otras ideas, me viene bien tomar distancia y pensar, abrir la cabeza. Por ejemplo, el cuidado de personas es probable que se convierta en una de las mayores fuentes de trabajo en el país. ¿Cómo hay que trabajar con eso? Y en lo general hay que redefinir todas las políticas, incluidas las sociales. Así que me dedicaré a eso”.    

En un bar consulto a un señor que se llama Leonardo qué opina sobre lo que está viendo por la ventana. “Es muy triste. Una señora chilena me decía que habría que hacer la Teletón, que son colectas benéficas”. Ninguna colecta podría recaudar ni remotamente el funcionamiento permanente que requieren esas familias. “Ah, puede ser”. ¿Alguna idea sobre la corrupción en el área de discapacidad, justamente? “Bueno, habría que estudiarlo”. Así razona parte de la sociedad. Según una de las frase más reiterada de esta época, es lo que hay.

Marcha por la Emergencia en Discapacidad: “Sabemos no bajar los brazos”

Abrazos.

Tres madres

La marcha fue una esforzada travesía y a la vez una fiesta que llegó hasta el edificio de 9 de Julio y Belgrano (donde funciona ministerio de Salud) en cuya parte superior puede verse todavía la imagen de Eva Perón. Por la 9 de Julio pasaban cantidad de automovilistas tocando bocina como forma de apoyo.

Marcha por la Emergencia en Discapacidad: “Sabemos no bajar los brazos”

José y Jony.

Hablaron Jony, Gustavo (ciego que clamó “vamos el pueblo todavía”), y el sacerdote Pablo Molero (Coordinador del foro permanente para la promoción y defensa de los derechos de las personas con discapacidad). Se agradeció que hubiera varios diputados que acompañaron la marcha sin pedir que los nombren o les den micrófono. Habló también un joven a través de un traductor de voz, acompañando con gestos las palabras que él había pensado y escrito, y el robot reproducía: “El famoso 3 por ciento no es una cifra, es un símbolo. El símbolo de un gobierno que se enriquece mientras miles de familias hacen malabares para pagar una sesión de terapia o ir hasta el hospital. Eso no es error. Eso es crueldad planificada. No se puede vivir a pulmón, haciendo rifas para pagar un acompañante. Este domingo cuando vayas a votar acordate de quiénes somos. De los que no gritan porque no pueden pero sienten igual…” el robot seguía hablando en medio de una ovación que solo se detuvo al final cuando se escuchó a ese joven diciendo, a través de lo que había grabado: “La dignidad no se ajusta. Se defiende”.

Marcha por la Emergencia en Discapacidad: “Sabemos no bajar los brazos”

Hablaron también madres de personas con trastorno autista.

Lola: “Sabemos que tenemos una lucha diaria por nuestros hijos, siempre, y esa fuerza de lucha se transmite acá. Se metieron con el colectivo más vulnerable. Despertaron a un monstruo. Porque no tienen idea de la lucha que tenemos día a día. Hasta que salga la Ley de Emergencia en Discapacidad, vamos a seguir en la calle. Queremos agradecerle al periodismo que acompañó, a toda la gente que vino, al Congreso que acompañó con su voto. Y gracias por tanto, tanto amor”. 

Marcha por la Emergencia en Discapacidad: “Sabemos no bajar los brazos”

Valentina, mamá de un adolescente con trastorno del espectro autista, y un admirador que se ganó con sus palabras.

Eugenia: ”Hagamos que este colectivo, que muchos creen que es vulnerable, muestre su fuerza, que es la fuerza que entregamos día a día”.

Valentina: “Se metieron con gente que no sabe bajar los brazos. Las personas con discapacidad, sus cuidadores y sus familias sabemos no bajar los brazos. Sabemos de obstáculos y dificultades para toda la vida, y no bajamos los brazos. A veces nos tomamos un tiempito para tomar carrera, y volvemos a insistir. Porque así es nuestra vida. Vamos a seguir insistiendo hasta que aumenten los aranceles a los prestadores, para que todas las pensiones por discapacidad sean restablecidas y hasta que se cumpla cada artículo de la ley. Vamos a seguir acá”. Luego se cantó el Himno.

Marcha por la Emergencia en Discapacidad: “Sabemos no bajar los brazos”

El proyecto de destrucción de esta y tantas otras realidades sigue funcionando. Al salir, un chiquito con síndrome de Down y comiendo un helado de frutilla saludaba a la gente y sonreía. Volví a sentirme como Luis. Los próximos tiempos dirán cómo se sigue escribiendo la historia emocionante de la gente que sabe cómo no bajar los brazos.

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CEPA: La naranja mecánica

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Son las personas de chaleco naranja que todos los miércoles asisten a jubilados, jubiladas, reporteros y manifestantes heridos por las fuerzas federales. El CEPA, Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios nació en 2001 y se convirtió en un emblema de acción voluntaria. De Haití, Ucrania y Sudán del Sur al Congreso como zona de guerra. Las armas traumáticas y el spray pimienta y el kit que armaron para enfrentar las represiones de los miércoles. La doctrina Manaos. En tiempos de la tiranía del individualismo, un ejemplo de cómo mover la solidaridad para ayudar a curar esta época. Por Lucas Pedulla.

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Marcha de Jubilados: creatividad y dilemas a 10 días de las elecciones

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La noticia es que esta vez no los reprimieron. Jubiladas y jubilados se plantaron cerca de Congreso, con nuevos carteles, nuevas ideas y nuevos dilemas frente a lo electoral, Trump, y todos los etcéteras del momento.

Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi

Fotos: Teo Escobar/ lavaca.org

El cartel tiene los rostros en caricatura de José Luis Espert, de Milei y de su hermana. 

Una frase: “Te paso mi alias”.

Y tres sustantivos: “narco.libra.coima”. 

Marcha de Jubilados: creatividad y dilemas a 10 días de las elecciones

Señales de tránsito.

Pasó otro miércoles de jubilados y jubiladas y la calle volvió a exhibir el “marchódromo” que las represiones de las últimas semanas habían fraguado. Nuevamente el vallado del operativo de seguridad cruzó de punta a punta la Plaza de los Dos Congresos a la altura de Entre Ríos, desde Hipólito Yrigoyen hasta la esquina de Avenida Rivadavia. Por eso mismo, la marcha hoy comenzó más temprano, cuando un grupo caminó por la calle Solís, dobló por Alsina y luego desembocó en Entre Ríos, gambeteando el vallado y mirando de frente el tránsito de vehículos y colectivos, para cantar el hit de moda:

  • “Son todos narcos”.
Marcha de Jubilados: creatividad y dilemas a 10 días de las elecciones

Un eslogan colorado, ahora en modo jubilado.

Al instante apareció un cordón de la Policía Federal. A los cinco minutos, un refuerzo de la Prefectura. “Nos vamos, muchachos, dejémoslos solos cortando”, propone un jubilado. La marcha volvió a entonar el estribillo –“son todos narcos”– por Alsina, dobló por Solís y regresó al Congreso, dando inicio a una primera ronda, que luego se acopló a la movilización de la Mesa de Organizaciones. Uno de los que marchó en esa tanda, despacito, secundado por dos muchachotes, fue Alberto Samid, el empresario llamado “Rey de la carne”, y candidato a diputado nacional por el Frente Patriota Federal: “Yo también soy jubilado. Hay una teoría en economía que es que sobra gente.  Por eso, el loco que tenemos de presidente reprime todos los miércoles. También hay chantas que cobran 7 millones de pesos, como Diego Santilli, que le niegan a los jubilados aumentos que equivalen a dos kilos de milanesas”.

Algunos escucharon y lo aplaudieron: “Samid, poné el asado”.

Marcha de Jubilados: creatividad y dilemas a 10 días de las elecciones

Sobre transferencias.

Otros pasaron indiferentes.

Hubo quienes no dejaron a un lado la conferencia de Donald Trump frente a la delegación argentina y un séquito de periodistas en Estados Unidos, que ató la supuesta ayuda económica –“dependiente y colonial”, resume una jubilada– al resultado de Milei en las próximas elecciones del 26 de octubre. Una escena que aunó carteles: “Milei mulo de Trump. Mulo de los yanquis”. 

Y otros se ríen de esta realidad, como Luis, que escuchó un llamativo spot de La Libertad Avanza. La Cámara Nacional Electoral rechazó la reimpresión de las boletas en la provincia de Buenos Aires –principal bastión electoral por su caudal de votos– y mantuvo en primer lugar la figura del Espert, quien renunció a su candidatura tras el escándalo por el cobro de al menos 200 mil dólares del empresario Federico “Fred” Machado, extraditado a Estados Unidos por su vinculación con el mundo narco. Por eso, el oficialismo lanzó un singular slogan: “Para votar al colorado (por Santilli), marcá al pelado”. 

Pero Luis armó otro cartel:

  • “Si votás al colorado, te gusta el pelado”.

Se ríe: “No hace falta explicar nada”.

Marcha de Jubilados: creatividad y dilemas a 10 días de las elecciones

Diálogos con la pared.

Clima electoral

Tito no quiere hablar. Está cansado. Dice que lo que tiene para decir está en el cartel: “Recomposición de las jubilaciones ya”. Pero antes de irse, se arrepiente y dice que quiere decir una sola cosa: “En mi juventud inventamos el término de vendepatria. Bueno, hoy están en el gobierno”. Tito se va caminando y se sumerge en la marcha, que palpita el factor electoral desde el pulso de los múltiples sectores que convergen en estos miércoles.   

Las elecciones legislativas del 26 marcan la segmentación que se percibe esta tarde. La UTEP y Jubilados Insurgentes por un lado. La izquierda por otro. Y otro grupo de autoconvocados más allá. La unidad se da en la marcha que bordea la Plaza de los Dos Congresos y en la que esta vez (es noticia), no hay represión. 

Marcha de Jubilados: creatividad y dilemas a 10 días de las elecciones

Andar pese a todo, con energías para Pablo Grillo.

Rubén, jubilado, analiza: “Con las elecciones tan cerca estamos viviendo un impasse en cuanto a nuestra propia coordinación como sector. Noto un proceso de desmovilización de cara a una cierta esperanza que se da a partir de lo que dicen las encuestas y es que este tipo (Milei) va a perder. Entonces muchos esperan a ver qué sucede, esperando una nueva constitución del Congreso. Si confiamos en que eso dará una solución, estamos liquidados. Por eso nuestra única alternativa es seguir en la calle”. 

Agrega: “Todos los partidos repiten 100 veces en sus discursos la palabra unidad y coordinación y yo me pregunto ¿dónde está el espacio asambleario en el que estén todos los sectores golpeados? No existe, no hay nadie que se anime a hacerlo. Ese es el problema”. 

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Keiko integra la organización Jubilados Insurgentes. “La antesala a las elecciones viene a mostrar que los jubilados estamos prácticamente solos. No nos apoya nadie, ni en el Congreso donde ratificaron el veto a la suba jubilatoria que eran 7 pesos por mes, ni en la calle”. Keiko dice que las y los jubilados tienen dos misiones: 

  1. Seguir, miércoles a miércoles, marchando. 
  2. No confundir. 

¿No confundir a quién? “Que la lucha no es contra un gobierno. No se trata del ‘afuera Milei’ y listo. Nuestra pelea es contra un sistema. ¿Qué ganamos con que se vaya Milei si viene otro (seguro que menos violento y menos loco) pero que tampoco nos representa? Si creemos que el eje es la lucha electoral, chau”.

Algunos terminan la ronda cantando la marcha peronista. Otros, flameando banderas por Gaza y llamando a votar diputados y diputadas de izquierda. Samid sigue sonriendo, como figura de su propio frente. Otros grupos, terminada la marcha, se reúnen a discutir en asamblea la pregunta del momento, la pregunta de tantas veces: ¿qué hacer?

Lo hacen mirando al 26 de octubre. Y mucho más allá también. Faltan 10 días. 

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