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Marcha de jubilados del 4J: la fuerza de la calle

(Por Claudia Acuña)
La buena noticia es que este miércoles las y los jubilados no fueron ni golpeados ni gaseados ni detenidos arbitrariamente por las fuerzas de seguridad al mando de la ministra Patricia Bullrrich.
La otra buena noticia es que la Cámara de Diputados aprobó un aumento del 7,2% de las jubilaciones y la moratoria previsional por dos años.
También hay otras noticias que abren un sinfín de interrogantes con los puntos suspensivos que emergieron ayer en las calles del Congreso con inquietante claridad. Lo que sigue, entonces, será largo y por tanto, doloroso. Ojalá que también útil.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
Las vísperas. El grito de Ni Una Menos cumplía diez años y ese aniversario impulsaba una conmemoración que desafiaba la capacidad de movilización de las organizaciones sociales nucleadas en una asamblea con representaciones políticas, sindicales y sociales. Por mayoría, se resolvió cambiar de fecha: ya no sería el 3 de junio, sino el 4 para confluir con el habitual reclamo de las y los jubilados, símbolo de la resistencia a la brutalidad gubernamental. “Unir las luchas”, fue la síntesis. También, se dijo, era una forma de sortear la falta de capacidad de ese espacio para convocar –en tiempos de la des-representación que afecta a los aparatos políticos– a una movilización tan masiva como la de una década atrás.
El lunes le comunicaron esa decisión a la Coordinadora que nuclea a las 14 organizaciones de jubilados que sostienen, desde hace largos años, ese reclamo en las calles, cada miércoles.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
La unión y la fuerza. La unión hace la fuerza es una consigna amigable para la política, pero como nos recuerda la película V de Venganza, también es un slogan de los gobiernos fascistas. Su peligrosa ambigüedad está en el delicado equilibrio entre sumar y obedecer. Quizá por eso mismo, para las y los jubilados –como para las Madres– la fuerza está en otras cualidades.
La diversidad hace la fuerza.
Sostener la cría.
Con esa convicción, abrazaron este apoyo.


Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
Una más. Como la realidad argentina de estos tiempos no tiene metáforas, este 3 de junio y como cada día de estos diez años, sufrimos un femicidio: esta vez fue en Moreno. Gabriel Danielo, integrante de la policía de la Ciudad, asesinó a la pareja de su ex mujer. Tenía una orden judicial que le impedía acercarse, pero como sucede habitualmente, nadie impidió que se presentara al gimnasio donde ella trabajaba. En la puerta le disparó en la cabeza a Marcela. Su cuerpo quedó tirado en la vereda durante las diez horas en las que el femicida se amotinó, mientras apretaba el arma reglamentaria en la sien de su ex. Finalmente, se suicidó.
Así, esta noticia unió brutalmente el reclamo de Ni Una Menos con las y los jubilados, que cada miércoles soportan la violencia policial.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
El Palacio. Blindado por las vallas, el Palacio del Congreso quedó aislado desde la mañana. Alejado así de los reclamos sociales que debería representar, logró sin embargo sorprender con una noticia inesperada: “hay quorum”. Se podrían, finalmente, tratar varios temas urgentes: la situación del Hospital Garrahan, la declaración de emergencia en discapacidad hasta el año 2027 y la moratoria previsional, más un aumento del 7,2% a las jubilaciones y un bono para compensar la pérdida por desactualización, tres ejes del reclamo de cada miércoles. “Cada cartucho de un gas lacrimógeno cuesta la mitad de una jubilación mínima”, sintetizó el diputado Nicolás del Caño (FIT) a las 16 horas, cuando los alrededores del Congreso ya estaban poblados por cientos de personas que se sumaban de a una, de a tres, de a cien.

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
La Calle. Mariana es psicoterapeuta y Jaqueline es psicóloga. Llegan desde Moreno y eso indica que hoy no es el día de las casualidades. Hay muchas como ellas, profesionales de localidades periféricas, que sostienen diariamente la batalla contra la brutalidad que somete a las personas más vulnerables. Unas con cartulinas, otras con banderas pintadas a mano que indican en nombre de qué centro de asistencia a personas con discapacidad alzan el reclamo. Mariana traza con pocas pinceladas el panorama que las impulsa a estar hoy ahí: “Lo que incapacita es el ajuste”. Las pruebas: “Se ha dificultado enormemente el acceso a la salud, con trabas a tratamientos, con demoras en prestaciones de servicios, con negación de medicamentos. A eso hay sumarle la precarización laboral: actualmente estamos cobrando 11 mil pesos la hora de atención y sufrimos atrasos en los pagos de hasta cinco meses. No podemos seguir sosteniendo una situación insostenible y ya sabemos que los derechos se ganan y se garantizan en la calle. Las personas que sufren discapacidad, las y los jubilados son los sectores más violentados y, también, quienes más necesitan que los apoyemos”.
Le pregunto entonces qué ve desde su trinchera cotidiana.
Piensa.
Responde:
“Ayer, al salir del trabajo pasé por Haedo y vi una cola de 50 personas esperando que les den un plato de comida en una iglesia. Y también escuché a otra que decía: “habría que preguntarles a estas personas si viven acá antes de darles de comer”. Noté esa bipolaridad, esa falta de empatía y pensé si no era una barrera defensiva ante una realidad tan cruel y, de alguna manera, psicotizante. No justifico esa actitud, pero traté de entenderla: imaginarme el por qué ante una necesidad elemental se reacciona así”.

Fotos: Lina Etchesuri /lavaca.org
La cartografía. De un lado de la plaza están las organizaciones sociales más diversas identificadas con cartulinas pintadas a mano. Hay manos que se alzan proclamando “La ciencia funciona”, otra que propone “Defendamos al Bonaparte”, cercana a otra que defiende la saludad pública en general, vecina a otra que reclama reparación para el colectivo travesti trans. Unos metros más allá se ve la cara de Tehuel de La Torre sostenida por su mamá. En esa misma esquina una jubilada sostiene: “La realidad tarde o temprano va a ser como la soñamos”.


Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
Lo que sube. Sobre la vereda del cine Gaumont un grupo de jóvenes actrices y actores lee a coro y a los gritos un texto escrito especialmente por el dramaturgo Mauricio Kartum. Comunican así:
“La Ley Nacional de Teatro es una ley que definitivamente le cambió la cara a la escena nacional, que la hizo crecer a niveles asombrosos en todo el mundo, que llevó la actividad a cada provincia, que la propició, que ayudó a la instalación de nuevas salas, que le dio cauce a muchos miles de vocaciones que encontraron allí una profesión, un medio de expresión. Y todo con una estructura austera y con fuentes de financiación legítimas.
Hoy, esta camándula siniestra que tenemos por gobierno lo desmantela. Fueron 70 años de lucha, fueron muchas generaciones solicitando, pensando, proponiendo, peleando. Y mucho trabajo luego de gestión para optimizarlo.
Que unos pasmados del libre mercado como Sturzenegger lo propongan no debería sorprender a nadie, es propio de su naturaleza fanática, de su ceguera. Pero que haya allí gente de teatro que ponga la cara, que lo sostenga con su acción o con su falta de reacción, es deplorable.
Leonardo Cifelli (secretario de Cultura de la Nación) y cada uno de los funcionarios cómplices –por acción o por omisión– de este desguace: recuerden que todo lo que sube baja alguna vez. Que a ese tronito al que se han subido, y desde el que saludan ahora con saquito entallado, lo deshace la primera inundación».

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
También están las artistas plásticas detrás de una bandera pintada a mano y con manos, y algunas caras famosas –Georgina Barbarrosa, Katjia Aleman, Nancy Pazos– dando entrevistas a las cámaras para explicar lo necesario. Georgina: “Tengo 70 años y estoy acá por mi nieta”.
Hay más, por supuesto, porque lo de hoy es mucho por este lado.
Lo poco. Del otro lado de la plaza está lo poco: detrás de la bandera de la organización Ni Una Menos hay una sucesión de organizaciones políticas que –al fin– se atrevieron a aparecer en la calle y en este marco a través de la ventana abierta por el “género”, por decir rápido y mal lo que allí se nuclea. Encabeza La Cámpora y quizá por eso mismo es imposible escuchar en ese lateral algo que no esté referido a la interna kirchnerista ni oler otro perfume que no sea el electoral. Son menos de tres cuadras que al recorrerlas despiertan el interrogante de si es eso es todo lo que decidieron o pudieron movilizar para este acto.

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
Lo inmenso. Sobre las vallas de Callao es otro el significado de Ni Una Menos. Lo dice Mariana, mientras sus dos pequeños hijos sostienen en alto los carteles que prepararon para hoy: “No hay un referente claro de este movimiento y esa es su fortaleza: nadie lo puede negociar. Quien se postula como referente no lo es: vos sos referente, yo soy referente, la que está allá también lo es, como lo es cada organización chica, grande o mediana. Y lo construimos y sostenemos entre todas. Ni una Menos es un grito, un llamado, como lo es cada lucha que hemos dado en este movimiento. Por eso mismo el feminismo no da ni un paso atrás en estos tiempos en que parece tan difícil salir a la calle. Porque es en la calle donde no vamos a perder nada de lo conseguido, pero también donde hay que sostener lo ganado. Lo sabemos. Por eso estamos acá con los hijos, con los jubilados, con los discapacitados, con las amigas, con las vecinas. Todas y cada una sabemos que esta lucha es así: larga, transversal, no sectaria, firme. Lo que tenemos que pensar ahora es que vamos a hacer el miércoles que viene”.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
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Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».
Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.
Por Tiempo Argentino
Fotos: Antonio Becerra.
En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.
“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.
“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Represión como respuesta
La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.
“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Un reclamo federal
La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.
Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes”, resaltó.

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.
El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.
Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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El tren fantasma: paro por otro trabajador del subte muerto por el asbesto

Un paro este lunes 4 de agosto será la primera respuesta de los metrodelegados ante el fallecimiento de Walter Berhovet, la quinta muerte sufrida por los trabajadores como consecuencia de la exposición al asbesto (o amianto) presente en vagones comprados a países como España durante la gestión de Mauricio Macri en la Ciudad. Walter falleció tras un cáncer de pulmón. Además de los cinco fallecidos hay actualmente 114 afectados, cuatro con cáncer, y 2.179 bajo control médico. Cada uno, bajo la angustia de no poder saber si la enfermedad se desencadenará también en su caso.
La Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP-Metrodelegados) informó que el paro del lunes abarcará a todas las líneas de subte y premetro, de 13 a 15, en repudio al fallecimiento, por cáncer de pulmón, de Walter Berhovet, uno de los trabajadores que se vio letalmente afectado por la exposición al asbesto presente en determinados vagones de los trenes subterráneos.

La situación de Walter y los demás trabajadores ha sido monitoreada y confirmada por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo. Los metrodelegados plantean: “La muerte de nuestro compañero nos llena de tristeza e indignación porque pudo haberse evitado: el asbesto está prohibido en Argentina desde el año 2003. A pesar de ello, durante muchos años trabajamos sin ser informados de la presencia de asbesto en nuestro ámbito laboral″.
Agrega el documento gremial: “La empresa y las autoridades lo negaron hasta que nuestro sindicato demostró que los trenes CAF 5000 contenían ese mineral cancerígeno usado como aislante” y que más tarde “se comprobaría su presencia en otras flotas e instalaciones de la red”.

Los metrodelegados explican: “A las autoridades, que miran para otro lado, les exigimos máxima celeridad en los procesos para garantizar el urgente cambio de las flotas que contienen asbesto. Necesitamos que se aceleren las tareas de descontaminación en base a un plan integral de desasbestización” y reclaman que todas las personas que trabajan en ese ámbito deben ser puestas bajo vigilancia médica”.
Aquí, una de las investigaciones previas realizadas por lavaca y la revista MU con respecto a este tema.
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Vetos y votos

El presidente Javier Milei vetó este sábado las leyes de aumento a las jubilaciones y de emergencia en discapacidad que había aprobado el Senado el 10 de julio. Ahora es el turno de la oposición que deberá conseguir dos tercios de la Cámara para ratificar los proyectos, en un contexto de negociaciones cruzadas marcadas por la agenda electoral de septiembre en la provincia de Buenos Aires y octubre a nivel nacional.
El proyecto de jubilaciones –aprobado en el Senado con 52 votos afirmativos, 4 abstenciones y ninguno negativo– aumentaba 7,2% los haberes y el bono de $70.000 a $110.000, que se actualizaría por inflación. También habían aprobado la restitución de la moratoria previsional. En tanto, la ley de Emergencia en Discapacidad –56 votos afirmativos, sin abstenciones ni negativos– proponía regularizar pagos, actualizar aranceles para prestadores de servicios, reformar el sistema de pensiones no contributivas y cumplir con el cupo laboral para personas con discapacidad, entre otros.
Diversas organizaciones que luchan por los derechos de personas con discapacidad (Asociación Civil Creando Huellas, NeuroCEA y el especialista Eduardo Sotelo, entre otros) lanzaron un video en redes denunciando la situación crítica con números concretos:
- $270.000 las terapias domiciliarias.
- $600.000 un centro terapéutico media jornada o el acompañamiento escolar.
- $70.000 la consulta con un psiquiatra para la medicación.
- $825.000 el cannabidiol para pacientes con epilepsia refractaria.
“Los apoyos para nuestros hijos con discapacidad son un derecho, no un privilegio. El acceso a los apoyos y recursos que necesita una persona con discapacidad es un derecho universal”. El video puede verse aquí
Héctor, jubilado, tiene 75 años y se acaba de enterar de un veto que ya sabía que iba a llegar antes del lunes, cuando terminaba el plazo. Le dice a lavaca: “Me siento impotente, si tengo que decir algo ahora, lo tengo que mandar a …ya sabés dónde. Pero no merece decirle nada”.
Al ratificarse el veto a los jubilados, la actualización de agosto será del 1,62% en base al último índice de inflación de junio de 2025, por lo que la jubilación mínima será de $ 314.243,51 en lugar de los 441.600 que establecía la ley.
Patricia tiene 68 años y vive en el barrio porteño de Flores. “Es repugnante que justo una semana después de bajarle las retenciones al campo, vete subir nuestras jubilaciones. Da mucho dolor Tengo una mezcla de sentimientos, bronca, indignación, ira, tristeza, dolor”.
Toda esa combinación de sentires se le hacen eco en su voz. “Nos ha costado añares y muchas vidas la conquista ciertos derechos, ver que ahora se aniquilan de un plumazo es terrible. Milei no tiene idea de la realidad que estamos pasando. Es la peor época que estoy viviendo, desde lo económico, pero también desde lo social, por el impacto que nos genera en nuestra salud, psíquica y emocional. Estoy jubilada con la mínima y debo seguir trabajando (de abogada) porque si no, no podría subsistir. Pareciera que tengo un privilegio por continuar trabajando, pero tendría que estar descansando y disfrutando de mis nietos después de tantos años de esfuerzo”.
Ahora será el turno del palacio y la calle. Mientras el Gobierno negocia con la llamada “oposición dialoguista” buscando conseguir los 87 votos que ratifiquen el veto, tal como sucedió en septiembre del año pasado con la ley de movilidad jubilatoria, el movimiento de jubiladas y jubilados –el más activo en Argentina contra las políticas de ajuste– saldrá a las calles este miércoles, como cada semana.

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