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Marcha de jubilados del 4J: la fuerza de la calle

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(Por Claudia Acuña)

La buena noticia es que este miércoles las y los jubilados no fueron ni golpeados ni gaseados ni detenidos arbitrariamente por las fuerzas de seguridad al mando de la ministra Patricia Bullrrich.

La otra buena noticia es que la Cámara de Diputados aprobó un aumento del 7,2% de las jubilaciones y la moratoria previsional por dos años.

También hay otras noticias que abren un sinfín de interrogantes con los puntos suspensivos que emergieron ayer en las calles del Congreso con inquietante claridad. Lo que sigue, entonces, será largo y por tanto, doloroso. Ojalá que también útil.

Marcha de jubilados del 4J: la fuerza de la calle

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Las vísperas. El grito de Ni Una Menos cumplía diez años y ese aniversario impulsaba una conmemoración que desafiaba la capacidad de movilización de las organizaciones sociales nucleadas en una asamblea con representaciones políticas, sindicales y sociales. Por mayoría, se resolvió cambiar de fecha: ya no sería el 3 de junio, sino el 4 para confluir con el habitual reclamo de las y los jubilados, símbolo de la resistencia a la brutalidad gubernamental. “Unir las luchas”, fue la síntesis. También, se dijo, era una forma de sortear la falta de capacidad de ese espacio para convocar –en tiempos de la des-representación que afecta a los aparatos políticos– a una movilización tan masiva como la de una década atrás.

El lunes le comunicaron esa decisión a la Coordinadora que nuclea a las 14 organizaciones de jubilados que sostienen, desde hace largos años, ese reclamo en las calles, cada miércoles.

Marcha de jubilados del 4J: la fuerza de la calle

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

La unión y la fuerza. La unión hace la fuerza es una consigna amigable para la política, pero como nos recuerda la película V de Venganza, también es un slogan de los gobiernos fascistas. Su peligrosa ambigüedad está en el delicado equilibrio entre sumar y obedecer. Quizá por eso mismo, para las y los jubilados –como para las Madres– la fuerza está en otras cualidades.

La diversidad hace la fuerza.

Sostener la cría.

Con esa convicción, abrazaron este apoyo.

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org

Una más. Como la realidad argentina de estos tiempos no tiene metáforas, este 3 de junio y como cada día de estos diez años, sufrimos un femicidio: esta vez fue en Moreno. Gabriel Danielo, integrante de la policía de la Ciudad, asesinó a la pareja de su ex mujer. Tenía una orden judicial que le impedía acercarse, pero como sucede habitualmente, nadie impidió que se presentara al gimnasio donde ella trabajaba. En la puerta le disparó en la cabeza a Marcela. Su cuerpo quedó tirado en la vereda durante las diez horas en las que el femicida se amotinó, mientras apretaba el arma reglamentaria en la sien de su ex. Finalmente, se suicidó.

Así, esta noticia unió brutalmente el reclamo de Ni Una Menos con las y los jubilados, que cada miércoles soportan la violencia policial.

Marcha de jubilados del 4J: la fuerza de la calle

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

El Palacio. Blindado por las vallas, el Palacio del Congreso quedó aislado desde la mañana. Alejado así de los reclamos sociales que debería representar, logró sin embargo sorprender con una noticia inesperada: “hay quorum”. Se podrían, finalmente, tratar varios temas urgentes: la situación del Hospital Garrahan, la declaración de emergencia en discapacidad hasta el año 2027 y la moratoria previsional, más un aumento del 7,2% a las jubilaciones y un bono para compensar la pérdida por desactualización, tres ejes del reclamo de cada miércoles. “Cada cartucho de un gas lacrimógeno cuesta la mitad de una jubilación mínima”, sintetizó el diputado Nicolás del Caño (FIT) a las 16 horas, cuando los alrededores del Congreso ya estaban poblados por cientos de personas que se sumaban de a una, de a tres, de a cien.

Marcha de jubilados del 4J: la fuerza de la calle

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org

La Calle. Mariana es psicoterapeuta y Jaqueline es psicóloga. Llegan desde Moreno y eso indica que hoy no es el día de las casualidades. Hay muchas como ellas, profesionales de localidades periféricas, que sostienen diariamente la batalla contra la brutalidad que somete a las personas más vulnerables. Unas con cartulinas, otras con banderas pintadas a mano que indican en nombre de qué centro de asistencia a personas con discapacidad alzan el reclamo. Mariana traza con pocas pinceladas el panorama que las impulsa a estar hoy ahí: “Lo que incapacita es el ajuste”. Las pruebas: “Se ha dificultado enormemente el acceso a la salud, con trabas a tratamientos, con demoras en prestaciones de servicios, con negación de medicamentos. A eso hay sumarle la precarización laboral: actualmente estamos cobrando 11 mil pesos la hora de atención y sufrimos atrasos en los pagos de hasta cinco meses. No podemos seguir sosteniendo una situación insostenible y ya sabemos que los derechos se ganan y se garantizan en la calle. Las personas que sufren discapacidad, las y los jubilados son los sectores más violentados y, también, quienes más necesitan que los apoyemos”.

Le pregunto entonces qué ve desde su trinchera cotidiana.

Piensa.

Responde:

“Ayer, al salir del trabajo pasé por Haedo y vi una cola de 50 personas esperando que les den un plato de comida en una iglesia. Y también escuché a otra que decía: “habría que preguntarles a estas personas si viven acá antes de darles de comer”. Noté esa bipolaridad, esa falta de empatía y pensé si no era una barrera defensiva ante una realidad tan cruel y, de alguna manera, psicotizante. No justifico esa actitud, pero traté de entenderla: imaginarme el por qué ante una necesidad elemental se reacciona así”.

Marcha de jubilados del 4J: la fuerza de la calle

Fotos: Lina Etchesuri /lavaca.org

La cartografía. De un lado de la plaza están las organizaciones sociales más diversas identificadas con cartulinas pintadas a mano. Hay manos que se alzan proclamando “La ciencia funciona”, otra que propone “Defendamos al Bonaparte”, cercana a otra que defiende la saludad pública en general, vecina a otra que reclama reparación para el colectivo travesti trans. Unos metros más allá se ve la cara de Tehuel de La Torre sostenida por su mamá. En esa misma esquina una jubilada sostiene: “La realidad tarde o temprano va a ser como la soñamos”.

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org

Lo que sube. Sobre la vereda del cine Gaumont un grupo de jóvenes actrices y actores lee a coro y a los gritos un texto escrito especialmente por el dramaturgo Mauricio Kartum. Comunican así:

“La Ley Nacional de Teatro es una ley que definitivamente le cambió la cara a la escena nacional, que la hizo crecer a niveles asombrosos en todo el mundo, que llevó la actividad a cada provincia, que la propició, que ayudó a la instalación de nuevas salas, que le dio cauce a muchos miles de vocaciones que encontraron allí una profesión, un medio de expresión. Y todo con una estructura austera y con fuentes de financiación legítimas.

Hoy, esta camándula siniestra que tenemos por gobierno lo desmantela. Fueron 70 años de lucha, fueron muchas generaciones solicitando, pensando, proponiendo, peleando. Y mucho trabajo luego de gestión para optimizarlo.

Que unos pasmados del libre mercado como Sturzenegger lo propongan no debería sorprender a nadie, es propio de su naturaleza fanática, de su ceguera. Pero que haya allí gente de teatro que ponga la cara, que lo sostenga con su acción o con su falta de reacción, es deplorable.

Leonardo Cifelli (secretario de Cultura de la Nación) y cada uno de los funcionarios cómplices –por acción o por omisión– de este desguace: recuerden que todo lo que sube baja alguna vez. Que a ese tronito al que se han subido, y desde el que saludan ahora con saquito entallado, lo deshace la primera inundación».

Marcha de jubilados del 4J: la fuerza de la calle

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org

También están las artistas plásticas detrás de una bandera pintada a mano y con manos, y algunas caras famosas –Georgina Barbarrosa, Katjia Aleman, Nancy Pazos– dando entrevistas a las cámaras para explicar lo necesario. Georgina: “Tengo 70 años y estoy acá por mi nieta”.

Hay más, por supuesto, porque lo de hoy es mucho por este lado.

Lo poco. Del otro lado de la plaza está lo poco: detrás de la bandera de la organización Ni Una Menos hay una sucesión de organizaciones políticas que –al fin– se atrevieron a aparecer en la calle y en este marco a través de la ventana abierta por el “género”, por decir rápido y mal lo que allí se nuclea. Encabeza La Cámpora y quizá por eso mismo es imposible escuchar en ese lateral algo que no esté referido a la interna kirchnerista ni oler otro perfume que no sea el electoral. Son menos de tres cuadras que al recorrerlas despiertan el interrogante de si es eso es todo lo que decidieron o pudieron movilizar para este acto.

Marcha de jubilados del 4J: la fuerza de la calle

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org

Lo inmenso. Sobre las vallas de Callao es otro el significado de Ni Una Menos. Lo dice Mariana, mientras sus dos pequeños hijos sostienen en alto los carteles que prepararon para hoy: “No hay un referente claro de este movimiento y esa es su fortaleza: nadie lo puede negociar. Quien se postula como referente no lo es: vos sos referente, yo soy referente, la que está allá también lo es, como lo es cada organización chica, grande o mediana. Y lo construimos y sostenemos entre todas. Ni una Menos es un grito, un llamado, como lo es cada lucha que hemos dado en este movimiento. Por eso mismo el feminismo no da ni un paso atrás en estos tiempos en que parece tan difícil salir a la calle. Porque es en la calle donde no vamos a perder nada de lo conseguido, pero también donde hay que sostener lo ganado. Lo sabemos. Por eso estamos acá con los hijos, con los jubilados, con los discapacitados, con las amigas, con las vecinas. Todas y cada una sabemos que esta lucha es así: larga, transversal, no sectaria, firme. Lo que tenemos que pensar ahora es que vamos a hacer el miércoles que viene”.

Marcha de jubilados del 4J: la fuerza de la calle

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

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La multitud y el palacio

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El gobierno de Javier Milei siguió cosechando derrotas en un miércoles en el que la Cámara de Diputados tuvo bastante más que los dos tercios de votos necesarios para desactivar los vetos presidenciales a la Ley de Financiamiento Universitario (174 a 67) y a la de Emergencia Pediátrica (181 a 60). Una clave del día estuvo otra vez en la calle, en una manifestación masiva y con muchísima gente joven. El símbolo que siguen representando los jubilados y el camino que muestran. El cerco sobre el Congreso, aunque esta vez la policía quedó prudentemente al margen. Y detalles sobre los alcances del número 3.

Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi

Fotos: Juan Valeiro

Si el domingo 7 de septiembre el gobierno nacional tuvo un freno en las urnas, este miércoles lo tuvo en la calle primero, y en la Cámara de Diputados después, donde se rechazaron los vetos del presidente Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario y de Emergencia Pediátrica, pasándole la posta al Senado.

Tres frenos en sólo 10 días, a los que hay que sumar el rechazo total en el Senado al veto de la Ley de Emergencia en Discapacidad.

La multitud y el palacio

Cerco al gordo

El pueblo ya se había anticipado a los congresistas pariendo un marco imponente. La convocatoria era a las 17, pero una hora y media antes ya no se podía caminar por los alrededores de un Congreso cada vez más cercado, todo un símbolo de época. No es una exageración: a diferencia de marchas anteriores, donde el vallado abarcaba todo el tramo de la avenida Entre Ríos frente al Congreso, hoy la disposición fue doble, porque al cerco habitual el Gobierno le agregó uno complementario, a media cuadra de Rodríguez Peña, sobre la plazoleta.

En el medio, un enorme vacío apenas era habitado por un grupo de efectivos de la Policía Federal. Desde adentro del Congreso, una fuente informaba a lavaca: “Afuera es una fiesta y acá sólo hay tensión”.   

Carlos, 72 años, jubilado de la mínima, vino desde Lanús, y se pregunta ante tal despliegue: “¿Por qué no vallan al Gordo Dan?”. Sigue haciendo changas pese a su edad –“soy chapista”– y tiene una hija de cuya leucemia la salvó el Garrahan: “Sintetizo dos luchas”, dice y arriesga su proyección para lo que viene: “Si las provincias se ponen los pantalones largos, van a tener una paliza peor”.

Carlos saluda y se sumerge en esa marcha gigantesca.

Un dato: la multitud.

Otro: la alegría de esta multitud, aún en el espanto.

Un hecho: no hubo policía reprimiendo ni intimidando.

Y uno más: la cantidad innumerable de jóvenes y adolescentes. Un mensaje de unidad, que conlleva un límite: el gobierno no podrá seguir avanzando contra la educación ni contra la salud. Y ese triunfo es en gran medida el que comenzó con la sostenibilidad que los jubilados y las jubiladas ponen a disposición cada miércoles.

La multitud y el palacio

Reflexiones sobre el 3

Una de esas miles de adolescentes se llama Tiziana. Tiene 18 años, estudia en la UBA y está descubriendo un mundo nuevo que le hace brillar los ojos. “Estoy encantada”, comparte con una fusión de palabras y sonrisas. “No entiendo cómo pueden meterse con una  de las cosas más hermosas que tenemos como país”.

Mira al pasado y analiza el presente: “Mucha juventud votó a Milei y hoy está arrepentida. Conozco a muchos que están pagando las consecuencias y no van a repetirlo”.

En una Argentina donde está de moda el número 3, desde que impuso la tendencia el ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad, Diego Spagnuolo, la tercera Marcha Federal Universitaria llegó en el momento justo para darle otro golpe a un gobierno nacional cada semana más desorientado. Esta vez, las calles no sólo las llenó la comunidad educativa: las rebalsaron junto a las y los trabajadores de la salud, además de sindicatos y organizaciones de derechos humanos, políticas, sociales, de jubilados. Y la invasión fue con música y batucada. Se bailó mientras se caminaba y hasta arriba de los kioscos de diarios.

La multitud y el palacio

El ya famoso 3% de Karina Milei no sólo entró en la escena pública para delatar un posible caso de corrupción. También irrumpió para cambiar la historia. O por lo menos, para hacerla un poco más llevadera.

Así lo cuentan algunos de los cientos de carteles que acompañan la marea humana:

Con el 3% de la pastelera, financiamos la educación.

Educación pública sí, negocios del 3% no.

Milei, auditá a la coimera de tu hermana.

Que el equilibrio fiscal lo devuelva Karina. 

La multitud y el palacio

Ideología sin remedio

Camila (25) y Milagros (27) llevan otra pancarta dedicada al gobierno: “Quieren 3% de futuro; 97 de miseria”.

Son estudiantes de Medicina en el Hospital de Clínicas que depende de la UBA. En un puñado de oraciones sintetizan lo que pasa: “No hay medicamentos para los pacientes. Faltan muchísimos insumos. Ya no pueden sostener tanta cantidad de alumnos. Nos tienen que recortar los días de cursada: en vez de hacerlo de lunes a viernes como en otros hospitales, cursamos tres días a la semana. Y muchos docentes trabajan ad honoren”.

Creen saber el porqué: “El desfinanciamiento que plantea es exclusivamente ideológico y exclusivamente sin sentido”.

La mayoría de la gente marcha en grupo. Iván no. Está solo y callado. Está parado observando, atentamente. De la mochila que tiene en su espalda le cuelga un cartel. “No somos 1, 2, somos millones”.

Iván habla bajito. Casi que no se le escucha. Tiene 37 años y llegó hace pocos meses de su Perú natal a estudiar derecho en la universidad pública argentina. “Este es mi primer cuatrimestre”, dice. Y cuenta que está ahí, tan tímido como convencido, “porque la educación es la fortaleza de cualquier ciudad, de cualquier sociedad. No es justo lo que está haciendo este gobierno. Quien se queda en casa un día como hoy, no es consciente de lo que está pasando”.

Traza un paralelismo: “La calidad de la educación en Argentina es mejor que en mi país, por eso hay que defenderla. Para mí, como para muchos otros extranjeros, la universidad de acá es una oportunidad para nuestras vidas”.

Abrumados por la tecnología

Victoria (22), Camila (25) y Lucía (22) son estudiantes de la carrera de Trabajo Social en la Universidad Nacional de La Matanza. A diferencia de la marcha multitudinaria del año pasado, las tres coinciden en que si bien hay un ambiente “más pesado”, también es “más esperanzador”, gracias a los resultados de las últimas elecciones, más acá o más allá de cualquier filiación partidaria.

Victoria: “Todavía hay incertidumbre, queda un largo camino de este gobierno y sus políticas que vienen a arrasar, pero en la calle se contagia el sentimiento de comunidad”. Lucía: “Cuesta volver a recuperar la calle porque el gobierno lleva todo a las redes. Estamos abrumados por la tecnología. Tenemos que ver cómo modificarlo para comunicar genuinamente lo que está pasando”. Camila responde: “Estoy convencida que es por acá, generando lazos y que por más malos momentos que haya, hay que seguir la marcha porque la salida la vamos a encontrar en el camino”. 

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El like o la plaza

Natalia tiene 29 años, es profesora de Geografía y está estudiando la licenciatura en la Universidad Nacional de Luján. Su amiga Noelia, 27 años, es licenciada de Biología por la Facultad de Exactas de la UBA. Ambas viven en Tigre, zona norte del conurbano. A comparación con el año pasado, notan “más bronca” en esta marcha: “Muchos tienen tres trabajos para bancar sus estudios. Pero al menos veo gente que votó el gobierno y hoy se está arrepintiendo”, dice Natalia. Noelia vio el ajuste en su carrera: “Se notó mucho la falta de insumos, sobre todo con los tips, que son las puntitas de las micropipetas. Trabajamos con las herramientas contadas porque todo es plata y no tenemos ingresos”. 

Golpazo electoral y golpazo en Diputados: ¿qué ven hacia adelante? Natalia agarra el guante: “Siento que estamos en un proceso de reflexión y que hay gente que está siendo muy tibia. El año pasado estaba muy en la negación y muchos no querían hablar. Ahora hablan, pero espero que se pongan en situación de tomar acciones. Veo mucha tibieza de subir fotos en las redes y eso no vale una mierda: vení con los jubilados, con los del Garrahan, con los profesores. En vez de hacer marketing por un like, vení a la plaza”. 

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Lo que ganó

¿Qué establece la ley universitaria? La actualización mensual por inflación de los sueldos y los gastos de funcionamiento de las universidades públicas. También la recomposición salarial de docentes y no docentes retroactiva a diciembre de 2023.

¿Qué establece la Emergencia Pediátrica? Otorgaría un gasto adicional de $65.573 millones entre julio-diciembre.

Ahora, el Senado definirá el destino de ambas leyes. 

En Congreso la gente exhibió sus mensajes:

  • “Se cursa, se rinde, pero sobre todo se defiende”.
  • “La universidad pública es más de lo que imaginás”.
  • “La conquista más grande fue que la universidad se llenó de hijxs de obrerxs”.
  • “Estudiá para no ser alta coimera”.
  • “Estudiá, no seas Adorni”.
  • “Qué libertad de mierda que vendiste, Milei”.
  • “Ahorrar en educación enriquece la ignorancia”.
  • “Buscado: Mario Lugones, ministro de Salud. Roba la salud pública para negocios privados”.
  • “Los cadáveres vamos por los amos”.
  • “Las fuerzas del aula contra las fuerzas del cielo”.

Álvaro Pérez, 32 años, abogado de la UBA recibido en diciembre. “Primera generación universitaria”, es lo primero que dice, orgulloso. No da vueltas: “Milei se mete con las universidades porque viene a cambiar la matriz del estado nacional, ni más ni menos”.

¿Un antes y un después tras las últimas elecciones? “Fueron un voto castigo hacia el gobierno, así que Axel no debería subirse al barco de la victoria. Debemos estar todos juntos para derrotar a este gobierno que es totalmente antipatria, antinacional, oligárquico aristocrático, y que se maneja siempre al margen de la ley”. 

Milei presentó el lunes por la noche en cadena nacional el Presupuesto 2026, que le asigna 4.8 billones de pesos a las universidades nacionales, con un aumento para Educación de un 8% y de Salud de un 17% por encima de la inflación.

Opina Álvaro: “La suba es paupérrima y para lo único que serviría es para equiparar los gastos del año anterior y del anterior también, porque no nos olvidemos que hace dos años que gobiernan sin ley de presupuesto”. 

Hay muchas banderas argentinas. Grandes y chiquitas. Muchas remeras de la Selección Nacional. Hay un solazo impresionante que presagia un día sin nubarrones. Y hay dos votaciones en la Cámara de Diputados.

De nuevo, un cartón escrito con fibrón expresa mucho de lo que pasa:

“La motosierra no piensa, la universidad pública sí”.

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Pablo Grillo: la metáfora de la Argentina

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Declaró en los Tribunales de Comodoro Py el gendarme Héctor Guerrero (foto) señalado como autor del disparo de una cápsula de gas lacrimógeno a la cabeza del fotógrafo Pablo Grillo el 12 de marzo pasado durante una de las marchas de jubilados. Mientras se indagaba al cabo Guerrero en el juzgado de María Romilda Servini a partir de la carátula “homicidio en grado de tentativa”, en la puerta del edificio organizaciones, amigos, prensa, docentes y estudiantes se reunieron en una clase pública para acompañar a la familia, describir lo ocurrido y hablar del derecho a la protesta y la libertad de expresión, entre otras cosas. ¿Por qué Pablo es una metáfora de la Argentina? Las cifras de la represión, el planteo sobre un periodismo decente, la libertad de expresión asediada, y lo que comentó Fabián Grillo sobre la evolución de su hijo, que continúa internado y en rehabilitación desde hace más de seis meses.

Fotos Juan Valeiro/lavaca.org

Pablo Grillo: la metáfora de la Argentina

Mientras llegaba el gendarme Héctor Guerrero a los tribunales de Comodoro Py a las 10 de la mañana (momento registrado por lavaca), la calle presentaba un aspecto inusual. Sillas de plástico negras, un parlante, un micrófono, banderas atadas a las rejas de la sede judicial, pancartas, una imagen tamaño natural de Pablo tomando una foto. Y una propuesta: una clase abierta que resultó también un símbolo de estos días en la que Cora Gamarnik, doctora en Ciencias Sociales e investigadora en fotoperiodismo, explicó: “Pablo resulta una metáfora de lo que le está pasando al pueblo argentino. Alguien gravemente golpeado, herido, pero que resiste, y que sigue dando pelea”.

Pablo Grillo: la metáfora de la Argentina

A la derecha, Fabián Grillo.

El evento fue organizado por una red de acompañamiento a la familia formada por SIPreBA (Sindicato de Prensa de Buenos Aires), Periodistas Argentinas, Comisión Provincial por la Memoria, CTA Autónoma, AMARC (Asociación Mundial de Radios Comunitarias), la carrera de Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, Ceprodh (Centro de Profesionales por los Derechos Humanos), la Red de Medios Alternativos, ARGRA (Asociación de Reporteros Gráficos de la Argentina), la Cooperativa de Trabajo lavaca (Revista MU) y organizaciones de jubilados, que saludaban el paso de colectivos que adherían con música de bocinazos. Se acercaron también jóvenes de escuelas de periodismo como ETER y TEA.

Las intervenciones, tras la presentación de Lucas Pedulla (de MU) estuvieron especialmente teñidas de reconocimiento hacia jubilados y jubiladas presentes, que han sido un motor permanente de reclamo en estos tiempos. Además de Cora Gomarnik hablaron Roberto Cipriano García (secretario ejecutivo de la Comisión Provincial por la Memoria), Diego Pietrafesa (delegado de Telefé y secretario de derechos humanos de SIPreBA), Sabrina Mina, (AMARC) y Fabián Grillo, el padre de Pablo, en lo que resultó globalmente una clase magistral callejera.

Pablo Grillo: la metáfora de la Argentina

¿Qué simboliza Pablo?

Cora Gamarnik recordó como clave que el 12 de marzo la marcha convocada por las y los jubilados se había logrado ampliar con la presencia de los hinchas de fútbol a partir de solidarizarse con Carlos, jubilado que siempre participa con su camiseta de Chacarita. La adhesión de ese club se contagió al resto del fútbol argentino. “Pero no eran las barras bravas como después quisieron hacer creer. En muchos casos eran las comisiones de derechos humanos que tienen los clubes que organizaron esa jornada de solidaridad”. Esa iba a ser, dice Cora, una jornada con imágenes de festejos, camisetas entremezcladas: “escenas de alegría en la calle y eso iba a ser como una mancha de aceite que se iba a expandir por el país generando una onda de solidaridad”.

Aquel 12 de marzo fue apenas posterior a la estafa $Libra, por lo que hubo fotos desde drones mostrando la frase “Milei estafador” escrita en la calle con grandes letras. Pero aquel día hubo 114 detenidos y además de lo ocurrido con Pablo Grillo, Jonathan Navarro perdió un ojo por un balazo de goma a quemarropa. “Y el disparo a la cabeza de Pablo fue un disparo a matar”. ¿Qué había detrás de la orden de reprimir? “Generar imágenes de tanta violencia que no se pudiesen desplegar las otras imágenes que hubiésemos creado en la calle ese día”.

Pablo Grillo: la metáfora de la Argentina

Cora Gamarnik, durante la clase frente a Comodoro Py.

Recordó Cora a amigos y compañeros de Pablo que ayudaron a salvarle la vida, a trabajadoras y trabajadores del hospital público que continuaron con esa tarea al recibirlo, a reporteras y reporteros que aportaron sus imágenes para que “Mapa de la policía” pudiese reconstruir lo ocurrido y detectar al responsable del disparo. Agregó: “Hoy es un pequeño día de justicia. No es menor que en este contexto y en este país, Guerrero tenga quevenir a Comodoro Py a declarar”. Atribuyó eso a la resistencia y las ganas de vivir del propio Pablo, a la actitud del barrio y los amigos y a toda la movida social (acciones por la memoria, peñas, caminatas, bailes) y la confluencia de actores sociales que es lo que explica que haya justicia en el país.

Allí planteó Cora la situación de Pablo Grillo como una metáfora con el pueblo argentino: “Alguien gravemente golpeado, herido, pero que resiste, y que sigue dando pelea”.

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Agrupaciones de jubilados acompañando a la familia.

Cifras de la violencia represiva

Roberto Cipriano García, de la Comisión Provincial por la Memoria que acompaña cada marcha para monitorear la violencia estatal contra los manifestantes. En 2024 monitorearon 60 manifestaciones, y en el primer semestre de 2025, 39. En 3 de cada 10 manifestaciones se reprimió. En 2025, primer semestre, el dato saltó a 5 represiones cada 10.

En este 2024 hubo alrededor de 1150 personas heridas. Pero se incrementó exponencialmente la violencia y solo en el primer semestre de 2025 hubo más heridos (36 más) que en todo el año anterior. Contó Roberto que hay actos con 80 manifestantes y 670 agentes, desproporción por la que se paga además cifras abultadísimas, y detalló cómo van cambiando las herramientas represivas como el gas pimienta, cada vez más penetrante y pregnante, y con mayor duración del daño que provocan en el cuerpo humano.

Pablo Grillo: la metáfora de la Argentina

Roberto Cipriano García, del CPM.

Recordó: “Hubo un llamamiento al Estado Argentino de siete relatores de organismos de Naciones Unidas donde justamente señalaron, todo este tipo de cuestiones tomando elementos de este informe y otros informes de Argentina. Solicitaron al gobierno que se deje de reprimir y utilizar la violencia en el marco de las manifestaciones. Es decir, hay voces por todos lados que denuncian esta situación, que la visibilizan. Realmente es parte de un proyecto político que incluye el ataque a derechos, y además la acumulación económica en los sectores que más tienen. Lo que también necesitan para eso es utilizar la represión, que el año pasado fue fuertemente dirigida sobre las organizaciones sociales porque querían sacarlas de la calle porque querían intimidarlas”.

La decencia del periodismo

Diego Pietrafesa hizo una consulta a los estudiantes de periodismo presentes, que no necesitaba respuesta: “¿Cuándo fue la última vez que abrieron la Constitución?” Defendió a partir de allí el concepto de que los derechos en el país no son una limosna sino logros amarados por la Constitución, por ejemplo el artículo 14 bis, incluyendo el derecho a la protesta. “Protestar no es delito, la huelga no es una extorsión”. Defendió la idea de un periodismo intencional: “Mentira que no estaos ni de un lado ni del otro. Somos militantes del periodismo intencional. Pero además a Robert Cox, director del Buenos Aires Herald en la época de la dictadura, le preguntaron en un homenaje que se le hizo en SIPreBA si había sido un héroe. Y él, humilde, dijo: yo no fui un héroe, fui un periodista decente. Seamos periodistas decentes”.

Pablo Grillo: la metáfora de la Argentina

Diego Pietrafesa, se SIPreBA.

Mencionó a Rodolfo Walsh: “El decía que nos quieren sin memoria, que todo el tiempo empecemos de cero”. Mirando la imagen de Pablo y luego a Fabián dijo: “Venimos a decirte Pablo, venimos a decirte Fabián, que ese proyectil no estaba cargado de muerte. Ese proyectil está cargado de semillas y de futuro”.  

Sabina Mina, de AMARC, relacionó el derecho al acceso a la información para poder ejercer el derecho a la opinión fundada, a la expresión en libertad. Enmarcó todo en el derecho a la comunicación y rescató el rol de los medios comunitarios para garantizarla.    

Un nuevo jubilado

Fabián Grillo agradeció muy emocionado todo el apoyo. “Recibimos una muestra de amor premanente, abrumadora. El pueblo está mucho más arriba de quienes nos gobiernan. Tenemos que empezar a tener una dirigencia realmente representativa de nuestro sentido, de nuestro amor. Y que todas las instituciones estén a la altura de ese sentido y de ese amor, incluso la justicia”.

Pablo Grillo: la metáfora de la Argentina

Fabián Grillo junto a una de las abogadas de la familia.

“Que Guerrero hoy esté acá es muy importante. Ahora hay que ver qué ocurre” dijo, antes de recordar que aquel 12 de marzo hubo jóvenes a los que llamó “ángeles salvadores” que lograron cuidar y contener a Pablo para que hoy la siga peleando. Todo terminó en una gran foto de quienes concurrieron, tomada por decenas de fotógrafos que cumplieron con el doble rol de acompañar y registrar un momento tremendamente emotivo.

Pablo Grillo: la metáfora de la Argentina

Después Fabián comentó: “Pablo está más receptivo y bien clínicamente. No tiene fiebre, está evolucionando bien. Está más charlatán. Ayer medio que me discutió, y eso es muy bueno”.

Fabián anunció de paso que ya se está por convertir en un nuevo jubilado, por lo cual empezará su participación formal en las marchas, desde ese nuevo rol. Guerrero ya había salido del juzgado por una puerta trasera, y la gente se iba de Retiro hacia el resto de un día movilizado, para demostrar por qué Pablo puede ser la metáfora de estos tiempos.   

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La vida no se veta

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Viernes movilizado contra los vetos presidenciales a las leyes de Emergencia en Pediatría y al presupuesto universitario. Reflexiones y realidades en la marcha frente a lo que se viene.

Por Claudia Acuña Fotos Juan Valeiro

Algo cambió desde el domingo de las elecciones bonaerenses y eso queda claro en la presencia policial que hoy se dedicó a acompañar la marcha que repudió los tres vetos del presidente Milei: a las leyes de financiamiento a la universidad pública –el día de los docentes– al Hospital Garrahan y la emergencia pediátrica, y a las provincias. “Que no mienta más. Que deje de decir que es por un tema económico: esto es ideológico”, sintetiza Cecilia, una enfermera del turno noche del Garrahan. Cuenta también cómo les impactó la noticia: “Nos dio bronca, pero más que nada tristeza. Pensamos que iba a recapacitar, pero no: demostró que no le importa ni la salud pública ni la educación”. Metros más allá Estela empuja la silla de ruedas de su hija Josefina, a quien ya operaron en el Garrahan dos veces y deben hacerlo otras dos más. Vienen desde Valentín Alsina “hoy y siempre”, aclara, y aporta su análisis sobre el veto presidencial: “No tiene corazón”. En tanto, la multitud grita “El hospi no se veta”.

La vida no se veta

Son más de cinco cuadras que recorren la Avenida de Mayo desde Congreso a Plaza de Mayo mientras los autos las alientan con bocinazos y un grupo de jubiladas y jubilados canta en los semáforos el nuevo himno nacional: “Alta coimera”. La izquierda fue mayoría en banderas, en presencia y en la cantinela que insiste con un paro general. Desde una bicicleta el señor que usualmente hace sonar por unos pequeños parlantes la marcha peronista esta vez proclamaba a la multitud: “Pido disculpas porque hoy mi partido no está acá”.

La vida no se veta

Anita lleva su cartón pintado con una leyenda que grita: “Villera y universitaria: el terror de los libertarios”. Cuenta que estudia Criminología Forense en la Universidad Scalabrini Ortiz y que pensó que el Presidente había comprendido el mensaje del domingo: “Creí que no iba a vetar, pero bueno: no hay persona más malvada y perversa que este chabón.”

La vida no se veta

Pregunta Anita:

¿Qué hacés cuando nos gobierna una persona así?

Propone Anita:

“No nos queda otra que las urnas”.

También invita a movilizarse el próximo miércoles cuando la Cámara de Diputados trate de impugnar los vetos del presidente Milei.

Faltan cinco días para eso y 44 días para las elecciones: una eternidad.

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