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Marcha del Orgullo x 33: no hay libertad sin derechos

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La palabra libertad, el humor, los arrepentimientos por el voto, las pelucas, el respeto, la resistencia, los regalos de la abuela, el amor y el odio, las milanesas, la identidad, la derecha, la calle y otras imágenes, dudas y certezas en la Marcha 2024. Por María del Carmen Varela y Lucas Pedulla.

Solo se vive una vez, cantan desde el escenario montado en Plaza de Mayo, y la frase se corea con determinación. La Marcha del Orgullo en su edición número 33 es multitudinaria y exige Ley Integral Trans y Ley Antidiscriminatoria.

Marcha del Orgullo x 33: no hay libertad sin derechos

Foto: Lina Etchesuri para lavaca.

Con otros dos conceptos-“No hay libertad sin derechos ni políticas públicas” y “No hay libertad con ajuste y represión”- la comunidad LGBTIQ+ celebró un año más el día del Orgullo en un contexto hostil. “No más despidos del cupo travesti trans”, pedía un cartel. Unx adolescente muestra con una sonrisa otro cartel: ”Porque soy quien soy y no quien quieras vos”. Y otrx: “Orgullo de ser yo”.

Suena “Fanático”, de Lali y la Plaza estalla en saltos. En breve, la marcha partirá hacia el Congreso.

Foto: Lina Etchesuri para lavaca.

El orgullo como política

Malena lleva un cartel de una chica con pelo rosa y corset rosa sentada sobre la nuca de un Milei que parece estar asfixiado. Del otro lado, cinco palabras: “No quiero diálogo, quiero venganza”. Es vecina de la Ciudad de Buenos Aires y vino con amigues de “Le diable estudio”, un espacio seguro de “tatuajes cuidados”, como se presentan. 

Sonríe desde un rostro lleno de glitter al pensar qué significa el orgullo en este país, en este año, en este gobierno: “Una capaz da por sentada muchas cosas, pero es momento que no. Por eso está bien estar presente, la visibilidad. Y el sentido del orgullo tiene que ser más agresivo, como un posicionamiento político. 

Marcha del Orgullo x 33: no hay libertad sin derechos

Foto: Lina Etchesuri para lavaca.

¿Cómo se le gana al fascismo? “Juntándonos, resistiendo, con mucho sexo gay, y no dejándonos aplastar”. 

La marcha, con carrozas que encienden la ciudad, arranca.

Sobre el amor y el odio

Germán y Juan son pareja y vienen de San Miguel, conurbano antiderechos. Los acompaña Emiliano, de CABA. Están vestidos con prendas recicladas de otra marcha que combina goma eva, strass, alambre, tul y pluma, todo desde el Once más heterogéneo y diverso. “Hoy es sentir orgullo de quiénes somos, de dónde estamos parados históricamente, del avance en la conquista de derechos, de poder salir a festejar y encontrarnos. Para visibilizar a quienes siguen dentro del closet, los que sufren el oprobio y la murmuración. Hace años nos costó construir un país con derechos para todes”. 

Marcha del Orgullo x 33: no hay libertad sin derechos

Foto: Lina Etchesuri para lavaca.

Emiliano suma: “Para no volver al pasado”. 

¿Cómo se enfrenta el fascismo?

Germán es concreto y propone tres pasos:

  1. “Primero, unirnos”.
  2. “Segundo, afianzarnos para no ceder nada de lo conquistado”.
  3. “Y tercero, informarnos, porque el fascismo o la derecha neoliberal en Argentina es ignorante: habla, insulta, agrede, pero son vacíos. 

Deja un epílogo. “Una frase vieja: el amor vence al odio”.

Foto: Lina Etchesuri para lavaca.

Votos a Milei: “Nos arrepentimos”

Delvis y Jaime son de Palermo, Mariana de Caballito, e Ilan de Balvanera. “Venimos en representación del amor: lo político decidimos ponerlo a un costado”, se presenta Deivis. Suma Ilan: “Siento el orgullo por ser quien sos y quien quieras, porque el respeto hacia las otras persona tiene que ser el mismo respeto hacia vos”. 

Cuando les preguntamos cómo sienten ese respeto en este año difícil, se miran. 

Deivis se sincera: “Acá los cuatro votamos a Milei. Por un lado, nos arrepentimos, pero entendemos por qué lo votamos. Vos hoy nos ponés las dos boletas en la cara y nos ganó la desesperación. Lo económico me encanta, pero es un pelotudo a nivel social”.

Mariana coincide: “Me arrepiento por lo social. En realidad quería un cambio económico”. ¿Qué reprocha de lo social? “No cuida a nadie, no cuida al pueblo ni a los jubilados. Está haciendo un ajuste que no puede hacer a gente que aportó toda su vida y cobra una miseria”.

¿Pero ese desastre social no está asociado a lo económico? 

Mariana piensa: “Y, sí”.

Deivis suma: “Por eso es un mix feelings (en inglés: mezcla de sentimientos)”.

Marcha del Orgullo x 33: no hay libertad sin derechos

Foto: Lina Etchesuri para lavaca.

¿No veían el avance, al menos antiderecho, en los discursos de campaña?

Deivis reconoce: “Sí, pero decidí pensar que era solo una forma. Lo comparé con Trump, que dijo mucho pero no hizo nada. Pensé: por ahí es gritar para llamar la atención. Total, cuatro años no es mucho, de última lo largamos. Pero no podíamos volver a lo mismo”. ¿Subestimaron? “Sí, pero fue desesperación. No parecía mal intentarlo. Pero sí, estamos arrepentidos”. 

Marcha del Orgullo x 33: no hay libertad sin derechos

Foto: Lina Etchesuri para lavaca.

Besos de La Matanza

Mía y Valentina tienen 18 y 19, se sacan una foto dándose un beso, y son de Laferrere, partido de La Matanza. “Este día es algo muy lindo para todas las personas que son del colectivo, porque es para festejar, sentirse cómodos en lo que son, y la felicidad de que cada uno pueda ser quien quiera ser”, dice Mía. Valentina, pese al contexto, opina que hay que salir igual: “Todo esto va a pasar. El orgullo propone un descanso ante tanta violencia”.

Hernán (21) y Denis (19) también son de Lafe. Los dos están en cuero y una bandera multicolor de la diversidad les da un aire de superhéroes como una capa que flamea al viento. “El orgullo es la libertad en general -plantea Denis- Expresarte tal cual sos, como te guste. Ser parte de una comunidad que te trata bien por la valentía de definirte como te gusta”. Hernán está en su primera marcha y vino a acompañar a Denis: “Yo siento orgullo por él, por mi amigo. No tiro chamuyo, porque muchos lo verdugueaban, le tiraban un berretín y eso no es amistad”. Denis suma: “Además, es salir un rato en este gobierno de porquería”.

Hernan y Denis, amigos que vinieron de Laferrere. Santiago y María Laura, madre e hijo de lomas de Zamora. Foto: Lina Etchesuri para lavaca.

También es la primera marcha de Santiago, 15 años, de Lomas de Zamora, que vino acompañado de su mamá María Laura, de 44. “Hace poco la abracé a mi mamá, le dije cosas muy lindas y me puse a llorar -cuenta Santiago-. Es orgullo de ser quien soy, de poder decir que soy bisexual, de ser parte de una comunidad, de sentirme libre”. María Laura se emociona: “Estoy súper orgullosa porque rompió el hielito”.

Santiago dice que no entiende mucho de política, pero destaca otro motivo de orgullo: “Me encanta decir que soy argentino. No hay que tener vergüenza de ser quién sos”. 

A metros, sobre Avenida de Mayo, Gonzalo, un chico trans, vende milanesas. Tiene 27 y vino de Berazategui, también sur del conurbano: “Orgullo es este amor que nos damos”.

Señala la calle.

El amor es entonces esta fiesta masiva.

Marcha del Orgullo x 33: no hay libertad sin derechos

Foto: Lina Etchesuri para lavaca.

El body de mamá

Ya en el Congreso, Juanjo y Elias, con sus veintipocos, cuentan que vinieron de Longchamps a disfrutar de este encuentro multitudinario. Juanjo improvisó su outfit a último momento y Elías le ayudó. Un body de encaje negro -“es de mi mamá, me dijo: por hoy te lo cedo”-, una tela elástica roja cosida a un costado a modo de pollera, los labios rojos y la sonrisa inalterable. Elías tiene un top en negro brillante comprado y arreglado por su madre para que le quede al cuerpo y la pollera negra se la regaló la abuela.

Foto: Lina Etchesuri para lavaca.

“Hay una incomodidad social que quizás no se nota tanto en Capital pero sí en Zona Sur, hay situaciones muy feas, no podés salir así vestidx”, dice Juanjo.  Es la segunda Marcha de la que participan. “Nos robaron el celular el año pasado y este año también”, pero nada empaña lo vivido.  “No hay nada como ser uno mismo que no valga la pena”.

Sobre libertad y pelucas

Maxi camina esplendoroso con ropa interior mínima y una corona negra, con dos inscripciones a mano con fibrón negro en su pecho y en su espalda. La del pecho le rinde homenaje a Lali Espósito. La de la espalda dialoga con la época: “Orgullo es libertad”.

Sabe que el concepto “libertad” estuvo violentado: “La libertad es otra cosa. El gobierno desfinancia todo lo que es VIH, tuberculosis, los preservativos. Y la libertad es orgullo. Venís a la marcha y expresarte significa libertad, no como ellos que van a los medios y dicen todas cosas homofóbicas. Hay que sentir orgullo de ser y de opinar diferente”. 

Tiene 27 años y es cordobés. 

¿Cómo se derrota al fascismo? No duda: “Con más peronismo”.

Marcha del Orgullo x 33: no hay libertad sin derechos

Foto: Lina Etchesuri para lavaca.

Sobre la calle desbordada de canciones de cumbia, de pop, de new wave, de rock nacional que se entremezclan entre sí, con travas en modo drag y metaleros con cuero y tachas, Lean tiene un cartel que dice “Orgullo vuela peluca”.

Se ríe: “Peluca es una peluca, puede ser canecalón, o rubia, o negra, pero es peluca”. ¿Y el presidente? “Que use si tiene ganas”.

¿Qué significa el orgullo en este país? “El orgullo es siempre el mismo. Tenemos orgullo de quienes somos porque no tenemos que dar cuenta de nuestras identidades. No están en discusión. Nos sentimos orgullosos porque fuimos educados para la vergüenza. Entonces, la respuesta ante esto, es orgullo”. 

¿Tiene otra connotación este año? “Nosotras siempre estuvimos en la calle. Siempre peleamos. La derecha no es la primera vez que está”.

Y vuelve a sonreír: “Tampoco es la primera vez que se va”. 

Marcha del Orgullo x 33: no hay libertad sin derechos

Foto: Lina Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina Etchesuri para lavaca.

Marcha del Orgullo x 33: no hay libertad sin derechos

Foto: Lina Etchesuri para lavaca.

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Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

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Un miércoles con marchas separadas, y gente buscando recuperar la iniciativa, la creatividad y la fuerza de reunirse. Imágenes sobre Boca, el peronismo, las traiciones, la CGT, el Garrahan con aumentos, y algunas ideas para salir del corralito.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

Fotos: Juan Valeiro

“Miércoles de jubilados”, anuncia un grafiti pintado de rojo en medio de la plaza de los dos Congresos. La proclama denota una costumbre. Lo habitual. Algo que se hizo norma y, como tal, tiene su costado positivo y otro que no tanto. 

Este “miércoles de jubilados” tiene algo particular, distinto al resto, que rompe la costumbre, lo habitual, lo normal: esta vez, un grupo convoca a las 14, otro a las 15 (como venía sucediendo) y otro a las 17. En conjunto (y separados) forman una síntesis de lo que es hoy la fragmentación de las luchas en Argentina.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

La calle y lo colectivo.

La organización de Jubilados Insurgentes es la que llega primero. Pasadas las 14, ya andan haciendo semaforazos y marchando alrededor de la plaza. Las canciones, esta vez, sobre todo apuntan a la CGT (Confederación General del Trabajo), que en esta misma jornada eligió su nueva conducción hasta 2029, que seguirá en forma de triunvirato: Octavio Argüello (Camioneros), Jorge Solá (Seguro) y Cristian Jerónimo (empleados del vidrio). La elección llega en medio de los crecientes rumores por parte del Gobierno nacional de avanzar con una reforma laboral. 

Boca River y el recibo

Armando, vecino de Barracas, tiene 75 años y dos esperanzas: “La primera es ganarle a River el domingo”. Boca –su Boca– siempre le genera ilusión, aunque la situación del equipo a veces lo tira para atrás: “Ver a algunos jugadores me la quita”.

Cualquier comparación con la política no es mera coincidencia, se ríe, y por eso cuenta lo otro que lo esperanza: “Venir a marchar todos los miércoles”. Su jubilación ya no le alcanza y pregunta si hace falta mostrar su recibo: “Son 390 mil pesos en la mano”, dice, moviendo la cabeza. “Se hace re imposible. Por eso venimos: aunque nos den un palazo en las elecciones, vamos a seguir luchando”.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

Asamblea a megáfono abierto.

Su análisis: “El peronismo no está unido porque hay mucho traidor. Hay una CGT quieta, que hoy se renovó, pero muchos sindicatos no aportaron nada. Recién ahora el Garrahan consiguió algo, pero a los jubilados nos siguen pisando. Encuentro el déficit en la falta de unión del pueblo porque somos pocos los que venimos todos los miércoles. Necesitamos más apoyo. El único apoyo es la prensa”.

Se pregunta por qué no hay más políticos que acompañen: “Si ellos nos representan, ¿por qué no pelean con nosotros? Como dijo Perón, con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes. Por eso perdimos: pelean por un cargo pero cuando hay que salir a pelear de verdad, no los veo”.

Entre Boca y la CGT, Armando mueve la cabeza. Pero mantiene su esperanza.

Asamblea en el corralito

Una vez que los jubilados terminan de dar la primera de las varias vueltas que hoy se caminan, proponen algo no habitual, no normal, distinto, “porque algo diferente tenemos que hacer, así no va más”. Un concepto que representa una buena dosis de sabiduría: “Es bueno reconocer cuando no sabemos bien qué hacer”.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

Zulema agarra el megáfono y dirige la batuta. En 3, 2, 1 se arma una asamblea espontánea en la calle con un objetivo: “Que hable quien tenga alguna propuesta concreta para pensar qué hacemos y definir cómo seguimos, coordinados, para que no quede cada uno con su librito”.

Así empieza a pasarse el megáfono de mano en mano, como un ejercicio de democracia participativa en peligro de extinción.

Uno invita a reunirse “todos juntos” en la CTA Autónoma, este próximo viernes y pensar “entre espacios que pensamos distinto un plan de lucha común a encauzar”.

Otra dice que ya no alcanza con esta concentración de los miércoles, que hay que pensar “acciones más allá de esta vuelta a la plaza que nos obliga a hacer este gobierno cada miércoles y entre vallas”. Alguien agrega: “Esto parece un corralito. Cortan todo el tránsito del centro y nos dejan adentro para que marchemos”.  

Otro aporte: “Pero no podemos irnos de acá, lugar emblema de nuestra resistencia; quizás hay que buscar otro espacio, pero en las inmediaciones del Congreso”.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

Nunca se deja de marchar.

Un jubilado propone ir a Tribunales. Pero ni bien termina de formular la idea, plantea el primer problema: “Aunque claro, ir allá a las 5 de la tarde no tiene sentido, ahí a partir de las 3 no queda nadie”. 

La CGT y el aumento al Garrahan

Alguien sugiere aprovechar que la CGT tiene nueva conducción y marchar hacia allá “por lo menos un miércoles”. No termina de formular la iniciativa que llueven los insultos a la Central sindical. “Pongan a quien pongan es lo mismo, porque el problema es la dirección que tienen y ya sabemos que van a pactar por la reforma laboral. Son unos traidores”. Debe aclararse que la definición de “traidores” es la más suave y elegante que se propinó a la central sindical.   

Otro se envalentona: “¿Alguien cree que ahora nos van acompañar? No vinieron nunca a luchar con nosotros, son ellos quienes nos empujaron a venir acá por las nuestras, porque les importamos tres carajos. Esta mañana solo cambiaron figuritas”.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

Le da pie a un jubilado con el pelo color ceniza que en menos de tres minutos resume la historia del sindicalismo argentino y hace un homenaje: “Hoy se cumplen 50 años de la muerte de Agustín Tosco, uno de los referentes del Cordobazo, que logró evitar lo que buscaba la dictadura: implementar la jornada laboral de 12 horas. Con este gobierno estamos retrocediendo medio siglo”.

Tras el desahogo contra la CGT, el enojo sigue: “Ayer se conoció el aumento a los trabajadores del Garrahan y hoy ellos tendrían que haber mandado alguna delegación solidarizándose con nosotros. Su aumento fue un logro colectivo por tantos espacios que los apoyamos”.

Obelisco y tres ideas

La asamblea vuelve al tenor inicial propositivo. “Otra opción es concentrarnos en el Obelisco”, dice uno, pero otra con más canas y experiencia le recuerda: “Enfrente hay una base de la Policía de la Ciudad. No es el punto más estratégico”.

Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

Acuerdan tres puntos:

1) seguir viniendo al Congreso, pero seguir pensando el cómo y el dónde;

2) hacer otras acciones por fuera del Palacio Legislativo;

3) pensar nuevas estrategias para el próximo miércoles.  

Termina la asamblea espontánea y Zulema de Jubilados Insurgentes le dice a lavaca: “Todavía no decidimos nada en concreto, será un proceso de pensar qué es lo mejor. Lo que se viene es muy groso y el gobierno está envalentonado con la última elección, por eso no queremos dejar que se asienten, este tiempo es clave para seguir reclamando por nuestros derechos. Nuestra responsabilidad es no dejar este espacio vacío que venimos llenando hace tanto”.

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Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

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La noticia del día: el próximo 18 de noviembre fue citado a indagatoria el policía Pablo Alexis Aldama, sospechoso de haber agredido a la jubilada Beatriz Blanco (foto principal) haciéndola golpear de nuca contra la vereda. Fue algo de lo mucho que dejó este miércoles en el que jubiladas y jubilados marcharon pese a la habitual fumigación de gas pimienta por parte de las fuerzas de seguridad, que vallaron toda la zona de Congreso impidiendo el tránsito. Reflexiones pos electorales, propuestas de exportación, dilemas complejos, carteles lúcidos, cómo combatir el EPOC, y la certeza de seguir en la calle.

Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

Beatriz Blanco (en la foto de portada) es la jubilada que fue gaseada y empujada por la Policía Federal el 12 de marzo pasado –el mismo día que el fotógrafo Pablo Grillo fue atacado por una granada de gas lacrimógeno, y Jonathan Navarro por un disparo que le hizo perder la vista de un ojo–.

La imagen de Beatriz golpeándose la nuca contra el suelo dio la vuelta al mundo por lo violento: le causó un traumatismo encéfalo craneano, una herida cortante y problemas oculares permanentes.  

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Pero está viva para contarla. Beatriz tiene 82 años y un empuje que no merma ni con un golpe ni con una elección adversa. Este miércoles –como siempre– vuelve a caminar con su bastón cobrizo entre manifestantes y fuerzas de seguridad –federales, gendarmes y policía porteña–.

Sobre el domingo: “La gente ya no cree en soluciones porque ya no cree en nada, hace mucho que no se le da nada. Y además tiene miedo, y eso se nota en que cada vez hay menos gente involucrada, con temor a la represión, a quedarse sin laburo, y ahora encima a que le suban las horas de trabajo. Se van corriendo los límites, así estamos”.

Pero hay un lado positivo del “así estamos” de Beatriz. Este martes 28 de octubre el Juzgado Criminal y Correccional Federal 1 llamó a declarar al presunto policía que la agredió: “Existiendo en autos motivo bastante para sospechar que Pablo Alexis Aldama ha participado en la comisión de un delito de acción pública, cíteselo a los efectos de recibirle declaración indagatoria, fijando audiencia para el día martes 18 de noviembre de 2025”.

Dice Beatriz: “Lo quiero ver, le quiero hablar y decirle gracias. Gracias por pegarme, gracias por romperme la cabeza y el ojo; y gracias por romperme la cadera”. Lo dice con su voz suave y tranquila de siempre, y enfila con su bastón hacia la marcha.  

“Será largo lo que viene”

Detrás de Beatriz la Policía Federal va cercando a la gente que reclama en la vereda sobre la plaza de los Dos Congresos a la altura de Rivadavia y Callao, y la intima a pasar del otro lado de la valla.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

La frontera en Congreso. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Un hombre –con un gorro en el que se lee “jubilado testarudo”–, se acerca a Beatriz y suspira: “Será largo esto, muy largo”. No habla de hoy sino de lo que vendrá. Habla de la época. Mientras, los federales se acercan un poco más. La mayoría sin identificación. Se arrima otro jubilado y se arma una especie de asamblea que reflexiona sobre los comicios recientes: “Nos va a costar un pulmón o dos todo lo que viene, todas las reformas que el gobierno intentará hacer”. Otra voz plantea entre el sonido de redoblantes y trompetas: “La mayoría del pueblo eligió seguir estando mal por miedo a que se descontrole todo esta semana”. 

La Policía Federal termina de acorralar a los pocos manifestantes –y a los muchos fotógrafos– que aún quedan del lado del Congreso hasta terminar de cerrar la hilera de vallas. A la tensión le sigue una serie de gaseadas que deja a 11 personas heridas, según la Comisión Provincial por la Memoria.

Otra jubilada, señalando a la policía: “A esta gente la compadezco: sus dirigentes haciéndose los guapos en canales de stream y ellos acá poniendo el cuerpo”. 

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Geopolítica. Foto: lavaca.org

La pierna de Fernando

Fernando Quintero caminaba por la vereda y fue atropellado hace 9 años por un colectivo que había perdido el rumbo. Le amputaron la pierna derecha.

“Pero hace cuatro meses me sacaron la pensión” cuenta a lavaca, y al contarlo se le inundan los ojos celestes. Fue una segunda amputación.

¿Cuánto era la pensión? “263.000 pesos”.

¿Y cómo sigue la cuestión? “Me dieron un turno para que un médico certifique que no tengo una pierna. El turno es para abril”. Todo ocurre en órbita de la ANDIS, agencia de discapacidad de notoriedad pública. Gracias a la aplicación de este tipo de motosierra, el gobierno sostiene que logra equilibrio fiscal.

Tal vez esta foto sirva para que alguien certifique antes de abril que a Fernando Quintero le falta la pierna derecha. Y que le devuelvan la pensión.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Fernando Quintero. Le amputaron una pierna, y la motosierra oficial también le mutiló la pensión de 260.000 pesos. Lo citaron en abril, para certificar que le falta la pierna derecha. Así se logra el equilibrio fiscal. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

“Llenar las calles de pasos”

Mientras tanto, dos drones de las fuerzas de seguridad sobrevuelan la escena. Filman desde arriba lo que expresa otro jubilado en un cartel: “Derrotados son los que dejan de luchar”. 

También graban a Carlos, 73 años , con un cartón en las manos pensando en lo que pasó en las elecciones, pero sobre todo mirando a futuro: “Acá no se rinde nadie”. Lo justifica cuando habla: “Por un resultado electoral en contra no se desarma el reclamo. Al contrario. Hasta que no haya una mejora en los remedios y en las jubilaciones esto va a seguir y se va a incrementar porque seguirán mandándose cagadas. Yo confío en que el pueblo va a reaccionar”.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Jubilado gaseado. Hubo un total de 11 heridos. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Alicia, de Jubilados Insurgentes, resume cómo estamos: “En las ciudades inundadas, como Bahía Blanca, Milei no les dio un peso y ganó igual. Es difícil de comprender. Somos masoquistas”. 

Y comparte su alternativa: “Hay solo una salida: llenar la calle de pasos”.

Motosierra, medios y comercio exterior

Eduardo tiene 79 años, cumple 80 el 30 de marzo. Leva un gorro piluso y un cartel que es una propuesta de comercio exterior: “La solución argentina: exportar libertarios a los Estados Unidos ¡hasta agotar el stock!”

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Eduardo. A los 9 años lo mandaron del colegio a su casa porque se producía el bombardeo de las FF.AA a Plaza de Mayo. «Así que estamos acostumbrados, siempre peleando».Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Es un hombre de sonrisa fácil: “Los medios de comunicación hacen un aporte importante a la confusión, a que la agente no razone. Te dicen que es mejor esto que lo otro, pero no está muy claro qué es lo que está bien o lo que está mal. Te hablan del peronismo, y yo pregunto: ¿se entiende qué es el peronismo? Entonces es difícil. Por eso lo que me parece importante es seguir acá, sin resignarse, tratando de lograr lo mejor”.

Cree que es una época complicada. “Pero mirá: cuando yo tenía 9 años iba al colegio que está frente a Plaza Lavalle, al lado del Colón. Y un día nos mandaron a todos para casa. Habían empezado el bombardeo a Plaza de Mayo de 1955. Duró cuatro horas. Mataron como a 300 personas o más que iban por la calle tranquilamente. Uno no se puede olvidar nunca de algo así. De cómo mataron. Pero se peleó, se peleó después cuando fue la proscripción, cuando estuvieron los militares, cuando estuvo Menem, después en el 2001”.

Fernando trabajó en mil oficios. Fue empelado en casas de cambio, vendedor en comercios, y tuvo un oficio por el que merecería un lugar en el gabinete nacional: vendía y reparaba motosierras en el Once. “Pero eso me enfermaba, por el humo de los motores”. Tuvo otro negocio de venta de repuestos de autos. “Pero me fundí en la época de Menem, con todo lo importado”.

Pone una mano en el hombro del cronista: “Así que estamos acostumbrados. Siempre peleando”.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Cacerola y máscara antigas. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Un camino entre quienes piensan parecido

Rubén y Mario integran el Movimiento Activo de Trabajadores y Jubilados (MATyJ). “Hay una clase media y un sector muy pobre con miedo a perder lo poco que tiene”, piensan. Recuerdan la época de Carlos Menem: “En el 95 le llamamos el ‘voto cuota’, muchos sectores votaron por miedo a que todo explote”.

Keiko, también de Jubilados Insurgentes: “El peronismo no tiene programa. La Libertad Avanza tiene: te vamos a hacer mierda. Es su programa. ¿Y los otros? ‘Freno a Milei’, te dicen. Eso no es un programa. Hasta Menem tuvo una propuesta, con salariazo y revolución productiva, que después fue todo mentira. Y otra cosa: ¿cómo el candidato va a ser Taiana, que tiene mi edad? ¿Por qué no ponen a otro pibe como vos?”. Alguien la escucha y observa: “La derecha sí se renueva”.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

El sacerdote Francisco Olveira, o padre Paco, está frente a la policía. Piensa dos cosas: “Una es que el apoyo de Trump y Estados Unidos influyó mucho porque hasta yo, si no pensara como pienso, votaría a Milei porque la sensación era que se iba todo a la mierda, lo cual no quita que eso ocurra, pero más adelante”.

¿Y lo otro? “Lo otro es que hay muchos hijos de puta, con perdón de las chicas de AMMAR que quiero mucho, que les importa un carajo el 3% de Karina, que promulguen leyes sin financiamiento, lo que le hacen a la gente del Garrahan, a los jubilados, a las personas con discapacidad”. Sintetiza: “Muchos que solo votan a otro hijo de puta”. 

El padre vive en el asentamiento Esperanza, en Merlo, oeste del conurbano. “Los sectores más pobres que habían votado a Milei se dieron vuelta, salvo este sector que te marco. Te cuento un ejemplo: la provincia está completando una obra que tenían que hacer las ISU (Integración Socio Urbana) a nivel nacional, y un vecino que es mileísta sacó fotos trucadas diciendo que como habían perdido las elecciones, se estaban llevando las máquinas”.

Paco mastica bronca, pero dice que la salida es seguir estando en la calle. ¿Y hacia dentro? “Me gustaría que Bregman y Grabois se sentaran a charlar. Debería ser un camino, entre quienes pensamos más o menos lo mismo. Pero no sé si pueda darse en nuestra Patria”. 

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

“Si tirás la toalla, perdemos”

Guillermo, 77 años y vecino de Ituzaingó, es jubilado metalúrgico. Estuvo algunos miércoles sin venir porque tiene EPOC y está medicado. Tiene un cartel con dos palabras: “Voto luchar”. Piensa que hay mucha gente que sabe que está mal, pero no quiere estar peor: “Saben que el peronismo no es alternativa porque no luchó en dos años. La CGT, tampoco. Pero la izquierda algo creció: siempre está acá y eso se paga. Conozco muchos peronistas: hay gente enojada con su dirigencia, porque perdieron y se dividieron más: se peleaban por octubre, ahora se van a pelear por las elecciones de 2027, pero no están peleando con la gente acá. Si hubieran hecho algo, ganaban con todo el apoyo”. 

-¿Por qué seguís viniendo con tu EPOC y todo este contexto?

-Venir acá te cura, te da pila, es un remedio. Te mantiene ligado con tu realidad. ¿Voy a sentarme en una silla de paja a ver cómo pasan los vecinos por la ventana? ¡Me pego un tiro! Hay que creer en la lucha, creer en las calles. Hay que subir al ring aunque te caguen a sopapos, porque si tirás la toalla, perdemos. Nosotros vamos por el round final.

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Imagen en la plaza de Congreso.Foto: lavaca.org

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Mapumundi: Lef y una cartografía de la situación mapuche

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Lefxaru Nawel es ciudadano argentino de nacionalidad mapuche, werken (vocero) de la comunidad, abogado, profesor universitario, rockero y papá, entre otras cosas. Fue uno de los detenidos en julio por reclamar que se cumplan las leyes. Su mirada sobre el gobierno de las corporaciones, Occidente, el fin del cinismo, los cascarudos, el racismo y el odio, el progreso, el fracking, la pobreza, el agua, Vaca Muerta, la democracia y algunos datos sobre las utopías y el futuro. Por Sergio Ciancaglini.

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