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Marcha federal universitaria: en defensa del derecho a soñar

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Con alegría, con la palabra y el abrazo, y movilizada, la sociedad argentina salió otra vez a defender su derecho al futuro. Eso es lo que significa la universidad pública: la esperanza y la dignidad, una batalla central en momentos donde el plan del gobierno busca imponer otro modelo. ¿Cuál es? Responden quienes estuvieron en la marcha.

El cruce de generaciones y la diversidad incluyó estudiantes, trabajadores de múltiples gremios que adhirieron, docentes, partidos políticos de todas las clases, asambleas barriales, colegios enteros, organizaciones de todo tipo, con gran visibilidad de las de jubilados, como cada miércoles en Congreso.   

Hubo gente de los barrios, de las aulas, de las fábricas y talleres. Hubo cursos completos que se movilizaron desde sus escuelas y universidades. Docentes y científicos identificados con sus guardapolvos blancos. Y muchísima gente “suelta” (como se describe a las que no van como parte de gremios o partidos). Familias, parejas, grupos de amigas y amigos. Los carteles caseros marcaron el tono de los reclamos, de la creatividad, y de lo denso de la situación. Los mensajes y las palabras de una sociedad que no se resigna a las políticas oficiales del insulto, los discursos de odio la destrucción. Y que sigue apostando por la educación, definida en uno de los carteles con un sol, un corazón y una idea: “La única revolución que dura para siempre”. La crónica de lo que enseñó la calle hoy, antes de conocerse, por la noche, el veto presidencial a la Ley, que tal vez pueda cambiarse en el Congreso de la Nación, si es que no vuelve a ocurrir lo mismo que con la fórmula de movilidad jubilatoria.

por lavaca.org / Fotos en Buenos Aires: Juan Valeiro

Marcha federal universitaria: en defensa del derecho a soñar

Imagen de la marcha en Buenos Aires.

Las calles no pudieron ser vetadas ni sujetas a protocolos policiales. Fueron otra vez las venas y las arterias por las que fluyó una energía social movilizada en defensa propia en todas las ciudades del país. El gobierno busca vetar la Ley de Financiamiento Universitario, como ya lo hizo con la movilidad jubilatoria. Omitió hacerlo hasta ahora esperando esta movilización, para operar luego con el veto que se confirmará si es que esta vez vuelve a encontrar diputados como los que Javier Milei llamó “héroes” –con asado incluido y negociaciones turbias– por haber votado contra los jubilados.

Pero en las calles se respira alegría mientras la multitud va ocupando cada espacio. Se ven sonrisas. Se oyen canciones. Se siente que las miles de personas que hoy marcharon necesitaban expresar su rechazo al plan del gobierno de desfinanciar la universidad pública. El derecho que se defiende es el de soñar.

Lo dice un cartel: “No somos la casta, somos pibxs con sueños”. 

Esos carteles, muchas veces hechos en cartones con marcadores o en hojas manuscritas, fueron una especie de enorme coro que opinó y describió el presente.

Marcha federal universitaria: en defensa del derecho a soñar

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Sobre la libertad y Conan

Algunos ejemplos de mensajes escritos a mano:

“La educación pública me abrazó a mí. Hoy la abrazo yo”.

“Analfa-veto”.

“En la Universidad pública papel higiénico y miedo nunca tuvimos”.

“Gracias a la educación pública soy veterinaria de perros reales”.

“Sin ciencia no hay Conan”.

“¿Esta libertad querías?”

“Te hicieron creer que vivías en un país de mierda para que no lo defendieras cuando lo destruyan”.

“Primera profesional de una familia obrera”.

“Inventados son tus 5 perros. Acá estamos todos los estudiantes de la universidad pública”.

“A mí me pueden bancar la UADE gracias a que mi mamá estudió en la pública, ¿cómo no la voy a defender?”

“Quienes solo tengan aspiraciones individuales nunca entenderán una lucha colectiva”

“¿Harta? Sí. ¿Rendida? Jamás”.

La marcha en Córdoba y Rosario.

“Imaginate estar en contra de lo que hace excepcional a este país”.

“Las fuerzas del pueblo”.

“Ahorrar en la universidad pública enriquece la ignorancia”.

“Cortemos las calles para que no nos corten las clases”.

“Si hay veto, hay tomas”.

“No somos la casta, somos pibxs con sueños”.

“Estudio para no pedirle consejos a un perro muerto”.

Marcha federal universitaria: en defensa del derecho a soñar

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

El mensaje en el guardapolvo

“Hijo y nieto de empleadas domésticas. Me gustaría ser profesor”, dice el cartel que tiene Matías, 18 años, que vino en el tren Roca desde Lomas de Zamora. “Mi bisabuela y tatarabuela eran amas de casa. En general, no hay gente con estudios universitarios. Dos de mis cinco tías terminaron el secundario, mi mamá no pudo. Recién mi generación estamos pudiendo tener estudios”. Quiere hacer el profesorado de Artes en la UNA: “Para mí es muy importante. Es muy significativo el hecho. El gobierno es gente con mucho odio, y le molesta que la gente sea feliz. Esta gente, llena de privilegios, nunca va entenderlo”.

Ana tiene 14 años, vive en San Justo y anda con un cartel que dice: “Y si ahora gritamos y cantamos a modo de protesta, es porque preguntamos bien y nadie nos dio una respuesta”. También lleva puesto un guardapolvo, que en el dorso comparte esta inscripción: “La educación no es un favor, es un derecho”. 

“Estoy acá porque me parece una injusticia que algo que tanto nos beneficia como es la educación, se esté recortando de esta manera. Yo estudio en una escuela pública y ya sé que voy a estudiar Derecho en la UNLaM, una universidad pública. Siempre voy a defender lo público, porque de ahí vengo”. Analiza: “Milei les llegó a los adolescentes y jóvenes desde un lado de la rebeldía, del gritar en sus discursos, los jóvenes se dejaron llevar por la rebeldía y votaron para el culo”. ¿Cómo se mira lo que viene teniendo 14 años? “Este es un país que defiende sus derechos, me ilusiona que la gente salga a la calle, que defienda lo que es suyo, que apoye a la educación pública». ¿Qué esperás para adelante? “Que lo echen o que se vaya solo”. 

Marcha federal universitaria: en defensa del derecho a soñar

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Natalia (46 años) y Naomí (27) son de San Fernando y Tigre. Ambas son docentes. Naomí, además, es estudiante de la UBA, en la carrera de Psicología. Ambas llevan en sus manos dos cartones, que tienen letras negras escritas. El de Natalia dice: “En defensa de la universidad pública, gratuita, de calidad”; el de Naomí: “Cómo no defender lo que le da prestigio a mi país”. 

Más carteles: Axel y Juan Pablo son de Avellaneda; Marilyn es de Villa Domínico y Juan de Wilde. Cuatro conurbanos bonaerenses que llevan felices sus carteles en las manos y en sus cuerpos. Axel, 28 años, estudio en un profesorado de Matemáticas, muestra el suyo con determinación: “Marcho por el mañana porque en el pasado murieron por el ahora”. Y muestra sus palabras: «Nuestra presencia acá es fundamental para el futuro de la educación argentina, por los derechos de hoy y de los futuros ciudadanos, que nadie se los puede privar”.

Marilyn tiene 22 años y su cartel pregunta: “¿Qué más le piden a un docente universitario? Mínimo 6 años de carrera, un título y aun así hay que salir a reclamar para llegar a fin de mes”. Estudiando para contadora en la UBA, donde le faltan 11 materias para recibirse. “Vengo a marchar porque vemos día a día la falta de presupuesto. Yo trabajo en un estudio contable, y no me alcanza para llegar a fin de mes, pero a un profesor que ya tiene un título, que es un profesional, tampoco le alcanza”. 

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Mariano Fernández lleva un cartel que llama la atención: “Nieto de inmigrante, nieto de peón de fábrica, hijo de almacenero, hijo de la resistencia, hijo de la educación pública. Mi hermano Lucio va a ser el primer graduado de la familia. Es por él y por todos”. 

Mariano vive y tiene su almacén familiar en Avellaneda. Dice que “por tema de laburo” se priorizó a su hermano Lucio, que se está por recibir el arquitecto, lo que no pudieron hacer su padre ni su abuelo, ambos obreros: “Mi viejo siempre nos decía que hay que organizarse para luchar, y movilizarse para vencer. Hay que ganar la calle para vencer la trampa; hay que salir, y no perder la fe. Mi viejo y esa generación lucharon por un país mejor. Muchos dejaron su vida y ahora nos toca levantar esa bandera”. 

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

“Villero y Universitario, el terror de los libertarios. Plan Fines, Laferrere”, se lee en un pedazo de cartón repleto de dignidad. Las manos que lo levantan son de Jésica Quintana, 37 años, del barrio Independencia de Laferrere. Está estudiando el segundo cuatrimestre del Plan Fines.

Dice: “Tengo este cartel porque somos conscientes que si no hay una educación pública, no hay derechos ni futuro. Yo a mi hija la había anotado en una escuela privada y la tuve que sacar y mandar a la escuela pública porque no me daba para pagarla. Y hoy mi situación es que hay días que no tengo ni para comer”.

La situación en su barrio: “Las escuelas están colapsadas, porque todos los que iban a escuelas privadas, ahora se pasaron a escuela pública. Los comedores están pidiendo más refuerzo, porque los nenes van a la escuela y piden comer más; las mamás se desesperan por una caja de leche en polvo, hay una necesidad enorme”. Y revela: “En mi barrio hay mucha gente que votó a Milei, que le pasó lo mismo que en la época de Macri. Todos querían un cambio y pensaban que el peronismo le estaba robando, cuando con el peronismo se obtuvieron más derechos, y hoy en día no tenemos nada. Mucha de la gente que lo votó, ya está arrepentida”.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Cecilia vive en Buenos Aires, nació en Formosa y estudió Comunicación Social en la Universidad Nacional de Córdoba. Tiene 40 años y lleva un cartel que dice: 

¿Harta? Sí. ¿Rendida? Jamás. La educación pública se defiende. 

Lo que la harta: “No encuentro casi nada bueno de este momento, sinceramente, y malo encuentro un montón. No puedo creer que todavía pase esto. Tengo mucha desmoralización por momentos, mucha desesperanza, pero por eso en el cartel digo  “rendida jamás”. 

Lo que la ilusiona: “Hay que seguir peleando. Me esperanza que nada dura para siempre, todo tiene que cambiar en algún momento”. 

Florentina y Carla son amigas y docentes en el barrio Malvinas Argentinas. Florentina llegó con su hijo y un mensaje manuscrito sobre cartón: “Vine a protagonizar la única revolución que dura para siempre. Pública, Universal, Laica, Inclusiva y Gratuita».

Plantea Florentina: «Estaba Cristina y la gente quería cambiar. Votaron a Macri. Se hartaron y votaron a Alberto. También se hartaron y votaron a este. Todo esto es una tristeza, pero hay que estar en la calle». Carla pasa un dato del barrio: «Lo veo hasta por mi familia. Cada vez hay más arrepentidos de haberlo votado, aunque no siempre se atreven a decirlo».

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Los carteles abundan, hablan de gente suelta, pero también hay sindicatos y sus banderas. Elías (49) y Alberto (39) son vecinos de Barracas, trabajadores de la construcción y sostienen una de su sindicato: la UOCRA. “Sin educación no hay futuro”, dice Alberto. Elías tiene una hija de 14: “Si no nos despertamos ahora ni hacemos bien las cosas cada vez va a ser más complicado. Este gobierno solo piensa en pocos y no les interesa la justicia social, los jubilados, los estudiantes. Por eso vetaron todas las leyes, siempre en contra del ciudadano”. El trabajo también está complicado: “La obra pública es la madre de las industrias, y ahora todo está frenado”, dice Alberto. Elías tiene amigos arrepentidos de su voto: “El voto de confianza ya se le apagó. Un voto es esperanza, trabajo, la búsqueda de un bienestar distinto, pero este redujo el gobierno, la industria, las obras, cagó a los jubilados. Y a la persona que vos le preguntes, hoy no llega a fin de mes. Argentina es un país hermoso, riquísimo, ¿cómo puede ser que tengamos 52% de pobres?”.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

La calidad o la traición

Las dos marchas universitarias fueron las más grandes de la Era Milei. La de hoy reunió el argumento de adelantarse al veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario, presión no tanto para la Rosada – que anunció que lo vetará pase lo que pase- sino apuntando al Congreso.

En la calle, marcharon parte de la UCR y la Coalición Cívica (con Lilita a la cabeza), se vio a Cristina saliendo al balcón del Instituto Patria, y a Horacio Rodríguez Larreta en la calle. A radicales como Martín Lousteau, Facundo Manes o Martín Tetaz; estuvo el ex ministro de Economía y candidato presidencial Sergio Massa; Pablo Moyano encabezando una columna escueta de la CGT; entre otros dirigentes que muestran que el reclamo es transversal a varias internas y grietas.

¿O no?.

Marcha en Mendoza y Santiago del Estero

Flor tiene 25, estudia Derecho en la UBA y es militante de Franja Morada, la agrupación universitaria del radicalismo. ¿Votó a este gobierno? “No podría votar jamás a alguien que, desde sus inicios, habló contra la universidad pública”. Vino de Jujuy porque allá no hay carreras de abogacía, y es primera generación universitaria: “Vinimos por dos objetivos: uno de corto y otro de largo plazo. En el corto plazo, para defender el presupuesto universitario y expresar que no tiene que haber un veto a la ley de Financiamiento Universitario que se aprobó y el presidente dijo, en sucesivas ocasiones, que va a vetarla. Y, a largo plazo, para garantizar el futuro: la universidad pública argentina hace bastante que no recibe el presupuesto que se merece, pero ahora se ve agravado, y eso perjudica la calidad académica. Afectarla, desfinanciarla, es perjudicar el futuro. Yo estoy cerca de recibirme, y tuve toda la calidad que recibí gracias a esta universidad. Pero así los docentes y no docentes, que están cobrando por debajo de la línea de la pobreza, se van a empezar ir y van a perjudicar a las futuras generaciones”.

Marcha federal universitaria: en defensa del derecho a soñar

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Si Milei veta la ley, ¿confía que sus propios diputados defenderán el proyecto? “Estoy viendo el contexto político perdido: la oposición tiene que ser dura en defender la bandera que ya tenemos. La Franja, si bien está relacionada a la UCR, no necesariamente acompaña cuando no es coherente con lo que tiene que hacer. La coherencia es que el radicalismo, si hay un veto, garantice que todos van a salir a defender la ley, que incluso fue creada en el espacio: es una bandera que siempre nos enorgullecemos tener. Esta marcha también es para pedirle a los diputados que actúen con coherencia, que sigan defendiendo la bandera, porque eso garantiza que todos podamos tener una educación mejor”.

Sin embargo, durante la discusión por el veto al magro aumento de las jubilaciones, los diputados radicales que habían votado a favor luego se dieron vuelta: “Me cayó muy mal. Fue terrible ver cómo por intereses propios traicionaron los intereses colectivos. Celebro los comunicados que sacó la UCR después, ¿pero cómo se va a traicionar así al pueblo? Me pareció un hecho de una traición directa a quienes los votamos”. 

¿Nos llevan puestos?

Juan, 22 años, estudiante de derecho de la UBA, también es ayudante de cátedra. Plantea: “El presupuesto no alcanza, vemos cómo los techos se caen a pedazos y la falta de insumos en los baños. Los docentes no viven con lo que cobran; se merecen algo digno, porque gracias a ellos somos lo que somos”. Y mira a futuro: “Estamos en una situación en la que nos quieren arrebatar nuestros sueños, para que no podamos ser quienes queremos ser, pero creo que todos los que estamos hoy acá vinimos para unir fuerzas y que todo esto que busca fomentar este gobierno lo podamos revertir”. 

Gisela y Miranda, madre e hija, vienen de Vicente López. Miranda tiene 15 años y estudia Piano en la Escuela de Música Juan Pedro Esnaola. “Quieren que el que no pueda pagar, no estudie, y que se quede trabajando en condiciones horribles. Que la gente se quede fuera de acceder a la educación y de formarse”. Gisela tiene 48 y no estudió: “Pero vengo por el futuro, por la gente que hoy estudia y está en condiciones deplorables. Nuestra educación siempre fue de calidad, de excelencia, así que la venimos a defender a muerte. Quieren ir rompiendo de a poco todo lo que se pueda para desarmar la sociedad: comedores populares, ANSES, universidades, todo lo que sea el Estado. Y si nosotros no salimos a defenderla, obviamente nos llevan puestos. La educación es el inicio de todo”.

Marcha federal universitaria: en defensa del derecho a soñar

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

También son madre e hija Alba (44) y Valentina (18). Alba es profesora de arte y tiene un cartel que ya es un hit: “Estudiá, no seas Adorni”. Se crió en Ciudad Oculta, en Lugano, sur de la ciudad: “Vengo de un barrio humilde y salí gracias a la educación. La educación es la salida. Quieren romperla porque no quieren que lleguen estos pibes, que piensen, que sean críticos”. Valentina, su hija, está estudiante para ser profe de arte: “Vengo por mis profes que me enseñaron a luchar. Tengo amigos que lo votaron y vine también por ellos, para que puedan estudiar. Algunos se arrepintieron, otros siguen confiando, pero ya va a surgir otra charla donde me van a responder mejor. Ellos tampoco se merecen algo malo”.

Sol (20), Camila (26), Agustina (30), Milagros (27) vienen de Escobar. “Un pueblo leído jamás será sometido”, dice el cartel que lleva Camila, pero dice que lo escribió Agustina. Explica la autora, estudiante de profesorado de teatro: “La educación es nuestra herramienta para no ser sometidos por el poder que sea y ser conscientes de nuestros derechos, obligaciones y poder estar cada día mejor. Ahora son las universidades pero después va a ser el resto de la educación. Sabemos por lo que estamos luchando porque tuvimos educación; si no, no estaríamos acá”.

Camila: “Un pueblo ignorante es mucho más fácil de manejar. Es un punto que moviliza todos. Si vos vas a estudiar, tenés un futuro, donde armar posibilidades. No solo la universidad: una primaria, una secundaria. Estudiar abre puertas. Y no pueden sacarte un derecho: es lo más básico”. Agustina trae la memoria de su abuelo, que tiene 80 años y le pidió que salga a marchar: “Me dijo que él no pudo porque, si salía, no estaría vivo. Es el legado de muchas personas que no pudieron. ¿Cómo vas a quitarnos algo que la gente salió a defenderlo incluso con la posibilidad de morir?”.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Elías (49) y Alberto (39) son vecinos de Barracas, trabajadores de la construcción y sostienen una bandera de su sindicato: la UOCRA. “Sin educación no hay futuro”, dice Alberto. Elías tiene una hija de 14: “Si no nos despertamos ahora ni hacemos bien las cosas cada vez va a ser más complicado. Este gobierno solo piensa en pocos y no les interesa la justicia social, los jubilados, los estudiantes. Por eso vetaron todas las leyes, siempre en contra del ciudadano”. El trabajo también está complicado: “La obra pública es la madre de las industrias, y ahora todo está frenado”, dice Alberto. Elías tiene amigos arrepentidos de su voto: “El voto de confianza ya se le apagó. Un voto es esperanza, trabajo, la búsqueda de un bienestar distinto, pero este redujo Gobierno la industria, las obras, cagó a los jubilados. Y a la persona que vos le preguntes, hoy no llega a fin de mes. Argentina es un país hermoso, riquísimo, ¿cómo puede ser que tengamos 52% de pobres?”.

Fanático y futuro

Desde temprano la gente no paró de circular, yendo y viniendo, según distintos horarios de convocatoria. Porque si bien el acto llamaba a las 17 horas, la movilización arrancó pasado el mediodía: a dos horas del horario estipulado para la concentración, las inmediaciones del Congreso de la Nación ya era una marea de pueblo. 

A la hora del acto, a las 17, por Entre Ríos la marea de gente pasaba Independencia. Ese pulso no paró durante todo el día.

La movilización se replicó en todo el país, siendo las marchas en Córdoba y Comodoro Rivadavia otras dos de las más masivas.

Remigio Ocampo (65) es vendedor de empanadas y fue uno de los detenidos durante la Ley Bases, acusado de terrorista: la causa todavía está abierta, pero aún no recuperó su celular. Vino de Tortuguitas, norte del conurbano bonaerense, no sólo para hacerse unos pesos: “También por el maltrato que hace este gobierno. Está devastando todo. Esto ya lo vivimos en los noventa. Es el menemismo, nomás que más rápido. No entiendo ni qué quiere. Yo creo que él no sabe. Es un psicópata: habla mal de China y ahora pide préstamos, habla mal de Brasil y le pide energía. El tipo se encontró con una sorpresa y está gobernando, también hay que decirlo, por lo mal hecho en los últimos ocho años, tanto de Macri como de Alberto. Pero hay necesidad en la calle de estar. Y todavía necesitamos ser mucho más”.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

La idea de que aún falta más gente en las calles es compartida por Damián Verzeñassi, director del Instituto de Salud Socioambiental de la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario. “Justo me tocó estar acá y vine a marchar sobre todo porque entendemos que para poder ser libre una sociedad necesita estar sana; y un elemento clave para la salud es la educación. Sin educación no tenemos posibilidad de construir sociedades saludables, y mucho menos sociedades libres”, plantea a lavaca.

¿Desde la universidad pública qué se percibe? 

Creo que institucionalmente hay una reacción, el ahogo presupuestario se sintió y muy fuerte, pero siento que todavía como comunidad, más allá de la multitudinaria marcha que se ha hecho 23 y la de hoy, en la sociedad se ha instalado esta idea de que hay que ver cómo acomodarse a la situación, y eso es lo para mí preocupante. Lo han logrado, creo yo, con la política de la crueldad que se instaló y que se sostiene a fuerza de militarización y persecución. Han logrado anestesiar a una gran parte de la sociedad. Porque hoy estamos en todo el país, vamos a ser más de un millón, pero tendríamos que ser muchos más.

¿Cuántos? 

Tendríamos que ser los suficientes como para que ningún diputado o diputada tenga la posibilidad de pensar siquiera en dar vuelta su voto, como hicieron con la barbarie de dar vuelta un aumento miserable para los jubilados y jubiladas. 

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¿En dónde puede estar el contagio para que haya más gente participando? 

Yo creo que se logra ser más desde adentro de la universidad, sacándonos de una vez por todas la actitud que hemos asumido pasivamente, en muchos casos, y que hemos resistido en otros, de ser serviles a las corporaciones. Mientras la universidad y la universidad pública sigan formando a los profesionales que trabajan en el servicio de las corporaciones para destruir los territorios, para legitimar el saqueo, para legitimar el extractivismo, va a ser muy difícil que la sociedad en su conjunto salga a abrazar a la universidad, pese a que hoy somos millones en todo el país. Creo que ahí hay un gran debate. Necesitamos defender a la universidad de quienes quieren desfinanciarla, pero también necesitamos defenderla, de quienes quieren transformarla en una herramienta al servicio de las corporaciones.

¿Hay esperanza? 

La esperanza la veo en la gente que a pesar de todo se moviliza aun sabiendo que mañana hay un grupo de personas que creen que pueden, con una firma, vetar una decisión del Congreso. La esperanza la veo en los miles y millones que, a pesar de que cada vez tenemos menos posibilidad de pagar los servicios básicos, seguimos pensando en que defender la universidad pública no es defendernos a nosotros mismos, sino la posibilidad de que todos tengan el derecho a la educación, y la posibilidad de acceder a la universidad.

Natalia, de Tigre, sobre la esperanza: “La esperanza son los jóvenes, la gente que se moviliza, los jubilados que están apoyando. Acá hay una gran posibilidad de hacer algo, de cambiar las cosas”.

Agrega Naomí: “Me ilusionan los jóvenes, el pensamiento crítico, que estudien, que se interesen por el futuro de su país. Para que no nos roben la ilusión hay que seguir luchando y compartiendo estos momentos, unidos, con fuerza, así es imposible que perdamos la ilusión”. 

Cecilia, de Formosa: “Hay que seguir peleando. Me esperanza que nada dura para siempre, todo tiene que cambiar en algún momento”. 

Las canciones finales decoran la tarde de melodías que mezclan esta rara alegría de la lucha:

Che peluca che peluca, no te lo decimos más,

Si nos tocás a la escuela qué quilombo se va a armar. 

Miles de personas la saltan y la gritan.

Luego la multitud empieza a desconcentrarse, en una coreografía de una jornada en paz y sin protocolos que inundó la zona de Congreso.

Desde el escenario se escucha el último tema, uno de Lali Espósito llamado Fanático, con reminiscencia al Presidente, cuyo estribillo dice: “Es mi fanático, me vuelve loca. Toda la noche me sueña y se toca”.  

Una docente pasa y dice: “Me encanta que termine con este tema”.

Y se va sacudiendo la cabeza y cantando mientras se cruza con una chica de remera negra estampada con estas palabras: “Sin Universidad no hay futuro”.

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38º Encuentro Plurinacional: primer día,  dos milagros

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Por Claudia Acuña

Fotos: Line Bankel

(Enviadas especiales a Corrientes)

En tierra guaraní el estadio que lleva el nombre de un emblema del chamamé –Cocomarola– está repleto de personas y emociones. Desde el escenario las mujeres que conforman la comisión organizadora de este 38º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Intrersex y No Binaries sostienen la foto de Loan, el niño desaparecido hace ya un larguísimo año y medio, mientras leen el documento que prepararon para recibir a las más de 15 mil mujeres y disidencias que esta mañana desafían el sol correntino. Hablan de femicidios sin justicia – como el de la periodista Griselda Blanco, asesinada en mayo de 2023 en Curuzú Cuatiå– , hablan de los miércoles de golpes policiales a las y los jubilados, hablan de la precarización laboral, del empobrecimiento de más de la mitad de la población de esta provincia, del incumplimiento del acceso al derecho al aborto y a la educación sexual, entre otros temas de la larguísima lista de padecimientos que justifican la necesidad de pensar comunitariamente cómo enfrentarlos. “Que la lucha deba darse en soledad”, dirán, y le advertirán al Presidente: toda opresión genera rebeldía. Para eso estamos aquí hoy: para organizarla. “A más odio, más amor feminista”, sintetizan. 

38º Encuentro Plurinacional: primer día,  dos milagros

Fotos: Line Bankel /lavaca.org

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La ceremonia inaugural fue iniciada con un rito ancestral para invocar las condiciones necesarias para lograr que el encuentro sea fecundo: agradecer para abrir.

Lo que se abrió, también, fue la grieta.

Por un lado, que podríamos llamar arriba, surgió la intención de predicar el propósito del Encuentro.

Por el otro, que llamaremos al lado, drenó la necesidad de escucharse.

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Uno interfirió en el otro y no necesariamente a veces sucede el viceversa, aunque en este caso ya se verá cómo se produjeron varios milagros.

Las pasiones tristes – Spinoza dixit– organizadas en partidos políticos signa el debate sobre el destino del próximo Encuentro, que se votará el lunes: CABA o Córdoba son las ciudades candidatas a la disputa.

El primer milagro correntino: tras 38 oportunidades perdidas hará su debut en la tradicional arena feminista Cristina Kirchner, a través de un audio que se convoca a escuchar este domingo a las 12, en la Plaza Arazaty. “Habla ella”, rezan los volantes que se repartieron profusamente durante la ceremonia de apertura. Desde el wing izquierdo el azote fue en cada taller y con el objetivo de imponer “un plan de lucha”.

38º Encuentro Plurinacional: primer día,  dos milagros

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Lo sintetiza así la diputada Romina del Pla, del Frente de Izquierda: “Nosotras venimos a dar una batalla importante, porque está claro que las mujeres y las diversidades somos las principales víctimas del ajuste de Milei y de los gobernadores. Así que aquí hay que dar un gran debate sobre la necesidad de un gran plan de lucha contra la reforma laboral, por la defensa del derecho al aborto y contra este borrador de ley educativa que pretende restaurar la enseñanza religiosa, haciéndonos retroceder a inicios del siglo 19 y la reforma laboral que ya se comprometieron a apoyar varios gobernadores a través de diputados que, en realidad, entraron al Congreso a través de listas que decían que había que enfrentar a Milei. El debate que estamos dando en los talleres es para armar un plan de lucha con asambleas de base en los sindicatos que realmente enfrente a este gobierno”.

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En la vereda, resguardadas bajo paraguas rojos, media docena de integrantes de Ammar –la organización de trabajadoras sexuales– comparten sus expectativas sobre lo que vendrá. Georgina Orellano, una de sus referentes, las explica así:

“Aparte de encontrarnos, que ya es mucho, esto nos sirve para poner en común nuestras distintas realidades que todas vivimos en un contexto de mucha precariedad. Nos ayuda a comprender si las compañeras que viven en diferentes provincias sufren la conflictividad social de manera parecida a la que soportamos nosotras en las zonas de trabajo sexual o en los barrios populares donde vivimos. Pero en estos momentos, además, a nosotras nos parece que los feminismos tenemos que poder recuperar el debate político lejos de consignas que ya no representan, centrándonos verdaderamente en la raíz de nuestros problemas, que tienen que ver con economías que están totalmente urgidas por el hambre y por la necesidad imperiosa de hacer plata como se pueda para sostenerse. El feminismo tiene que poner ahí no solamente el ojo y la oreja, sino el corazón y el cuerpo, para tenderle una mano a esas compañeras y para que así vuelvan a sentir que el feminismo es una salida para todas”.

38º Encuentro Plurinacional: primer día,  dos milagros

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¿Y cuál sería esa salida?

–Las salidas las vamos a construir a partir de reconocer que hay prácticas dentro de la política institucional partidaria, inclusive dentro del feminismo, que ya no podemos repetir más. Hay que poner más creatividad, hay que poner más el cuerpo, hay que dejar de hablarnos a nosotras mismas y entender que el modelo de la derecha que nos gobierna es el de la limpieza: tiene que ver con una higienización. Entonces hay cuerpos y vidas que son descartables, hay cuerpos que no merecen transitar en el espacio público y contra ellas van con todo: con el Derecho Penal y con el acorralamiento por parte de la fuerza de seguridad. Creo que si no entendemos ese punto de que hay vidas que para este gobierno son descartables y esas vidas son las de las pobres, vamos a seguir contando muertas y sin encontrar la salida.

38º Encuentro Plurinacional: primer día,  dos milagros

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El segundo milagro

Por la tarde el ring se encarnó en el Parque Camba Cuá, donde diferentes ofertas partidarias realizaron asambleas para exponer sus ideas.

El segundo milagro correntino: las arengas tuvieron que apurar su final ante el avance de quienes se colocaron al lado de las travestis y trans en la marcha que, finalmente, logró mover a todas hasta construir una marea de casi quince cuadras que recorrió la costanera a esa hora en la que el horizonte se tiñe de rojo para enmarcar el color león del Paraná. Mientras por una calle paralela avanzaba otra columna convocada para agitar los verdes pañuelos del aborto legal. 

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38º Encuentro Plurinacional: así comienza todo

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Crónica del viaje a Corrientes al Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Intrersex y No Binaries. Los temas de conversación entre docentes sobre lo que ven en las escuelas: la dependencia del celular, el consumo, la aceleración. La motosierra aplicada a la educación. Y los temas del Encuentro: las violencias, el cuidado, la organización, junto a un río que grita auxilio.

Por Claudia Acuña

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Enviadas especiales a Corrientes

Colectivo hasta el tren, diez estaciones, dos subtes, otro colectivo y cinco cuadras a las corridas, todo bajo la lluvia torrencial y en una noche sin luna, hasta llegar a un lugar desconocido donde tampoco te conoce nadie. Así empieza el Encuentro para Marisa, impulsada desde Monte Grande hasta Caballito por una convicción que solo activa esta ceremonia: lo de lo amigable.

María es economista, acaba de cursar una maestría en cuidados, también vino sola y tampoco conoce a ninguna de las treinta y pico de mujeres de todas las edades que se asociaron para esta colecta que permitió alquilar el micro que nos llevara a Corrientes Capital, cita del 38º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Intrersex y No Binaries.

Son casi 14 horas de viaje, porque hay tormenta, mucha niebla y porque el apuro no es por llegar, fue por venir. Ahora que ya están -ya estamos- juntas, de lo que se trata es de hacer lo que venimos a hacer: compartir.

Lo que circula es el mate, pero lo que domina el intercambio es algo todavía más difícil y escaso: la escucha.

La maestra de primer grado de una escuela del barrio de Once dirá que lo que la tiene muy preocupada es la dependencia del celular y la alteraciones que esta adicción genera en chicos y chicas muy chicos, muy chicas, que cada día tienen menos acceso al consumo, y más necesidad de consumir.

Piensa en voz alta: este ha sido el mayor fracaso político de mi generación.

38º Encuentro Plurinacional: así comienza todo

Cordobesas en murga: para algunas es el primer Encuentro del que participan. Fotos: Line Bankel /lavaca.org

Ella, que todavía no llegó a los 35, que nació en la Villa Itatí de Quilmes, que tuvo la posibilidad de elegir otro destino que el de su madre -fregadora de mugre ajena por horas- no ha sabido o no ha podido transmitirles a sus alumnos ni a sus vecinos que tener cosas o dinero para adquirirlas no es lo que te hace ni feliz ni importante, ni libre ni nada, pero eso es lo que sin duda y sin respiro desean todos y cada uno, desde los que tienen 6 años hasta los que a los 12 ya abandonan la escuela para pegar el salto hacia lo único que anhelan: conseguirla, como sea.

Una colega -docente del lejano oeste- pregunta si nota que los chicos están demasiado acelerados, alterados, con un ritmo físico mucho más intenso que lo habitual. 

Varias confirman. 

Consulto: ¿alguien las preparó para enfrentar situaciones de menores intoxicados por el consumo de sus madres amamantadoras?

Nadie.

Cuentan luego que en Capital ya empezaron a sufrir un plan piloto para que en las escuelas secundarias la prioridad se ancle en tres materias: lengua, matemática e inglés. Que ya comenzaron a desplazar docentes de otras áreas, o a no reemplazar esas vacantes cuando se generan, lo que ha significado una pérdida de -mínimo- el 10% de los puestos de trabajo en los colegios afectados por ese plan. 

Así, sin pausa, avanzan, dirá otra. 

La cuarta completa: “Ayer en Parque Rivadavia organizamos un festival para denunciar todo esto y éramos menos que los docentes afectados”. 

La quinta apunta a la cuestión que marca a fuego a este encuentro: “Seguimos sin poder generar reacción”.

No hay militantes de partidos políticos en este micro, pero sí mujeres que hacen política sindical, barrial, académica y ambiental. La mayoría ya ha participado de otros encuentros y por eso están particularmente atentas de “las nuevas”: saben que hay un antes y un después y esa diferencia la marca el durante. Y ese durante ahora mismo son ellas, las que preguntan y escuchan, las que hablan y miran a los ojos, las que rompen la impotencia con carcajadas. 

38º Encuentro Plurinacional: así comienza todo

Dos amigas recién llegadas desde Jujuy: el décimo Encuentro al cual asisten. Fotos: Line Bankel /lavaca.org

Una quiere saber el detalle de los talleres que comenzarán el sábado y seguirán en loop y en simultáneo hasta el domingo. Otra lee desde el celular en voz alta los ejes temáticos que plantea la oferta de esos talleres: 

Activismos y organización

Tierras y territorios

Cuidados

Salud

Trabajo y desocupación

Violencias

Trata

Coyuntura geopolítica

Religiosidades.

La tercera completa:

-De coger, ni hablar, ¿no?

La erótica del encuentro es esa risa, como lo será la carcajada masiva que representa históricamente la marcha de cierre y también cada momento compartido al lado de ese río que grita auxilio porque vale más que el oro y, como nosotras y como todo, está ahora mismo en peligro.

Algo que se llama feminismo debería escucharlo. Y honrarlo.

Ya veremos: esto recién comenzó.

38º Encuentro Plurinacional: así comienza todo

El río Paraná, segundo más largo de Sudamérica. Por allí pasa la Hidrovía cuya licitación enfrenta a Macri con Milei. Fotos: Line Bankel /lavaca.org

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Actualidad

Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

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La todavía ministra Patricia Bullrich había planteado durante la mañana: “Recordatorio para los que su ‘trabajo es provocar la crisis de este Gobierno’. ¿Quieren marchar contra Trump, Milei, el FMI y una modernización que ni conocen?”. La “modernización” parece ser conocida como reciclado de medidas contra la sociedad. Trump, Milei y el FMI también son bastante conocidos. La marcha de jubilados se realizó pese a todo. Y llegó a Plaza de Mayo. La charla de una mujer con Jorge Taiana, la indagatoria al policía acusado de tirar al piso a la jubilada Beatriz Blanco, y un llamado a la inteligencia.  

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

Fotos lavaca.org, Juan Valeiro y Line Berkel.

A Dolores le dicen Doly, y tiene un cartelito colgado con un piolín negro, que por lo casero llama la atención. Parece un imán, que a uno la lleva a hablar con ella. “Luche como un jubilado”, se lee a distancia.

Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

Doly en Congreso: «Todos los días mando mensajes: Caputo, ¿dónde está el oro?» Foto Juan Valeriro /lavaca.org

Al acercarse, Doly cuenta que viene de Lanús, tiene 71 años, viene todos los miércoles y que se entretiene por X cada vez que el Ministerio de Economía hace una publicación: “Le pregunto: ‘¿Caputo, dónde está el oro?’. Así todos los días”, ríe y al instante se pone seria cuando explica que la lucha de los jubilados “debería ser un ejemplo”, pero que cada vez se sienten más solos. Dice que no hay un solo motivo, sino muchos porqués.

  • “Porque meten miedo pegándonos todos los miércoles”. 
  • “Porque la sociedad no se moviliza en conjunto, sino por separado”.
  • “Porque los sindicatos tendrían que despegarse de la CGT que ya sabemos no hará nada”.
  • “Porque tendría que formarse una nueva CGT, como alguna vez sucedió”. 
Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

Foto Juan Valeriro /lavaca.org

En la concentración de jubiladas y jubilados de este miércoles estuvo unos minutos Jorge Taiana, diputado recientemente electo por la provincia de Buenos Aires, por Fuerza Patria. Dolores le cuenta a lavaca: “Yo soy peronista, pero hablando con él me liberé”. El diálogo:

–¿Dónde están, Jorge? ¿Por qué no vienen a acompañarnos?

–A partir del 10 de diciembre voy a asumir en el Congreso y como legislador voy a tratar de…

–Jorge, el 10 de diciembre vamos a estar todos muertos. Los jubilados venimos todos los miércoles acá, y no hay uno que dé la cara. 

Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

La movilización llegó a Plaza de Mayo. Foto: lavaca.org

Doly señala las vallas que dividen la avenida Entre Ríos y la plaza. “¿Sabés para qué son?”, pregunta en voz alta: “Para que quienes están en el Congreso no nos vean, para no escuchar lo que tenemos para decir”. Y ella dice: “Me jubilé en 2014 cobrando casi un 80% de la jubilación. Y en los últimos años, con Macri, con Alberto, con Milei, perdí casi la mitad del poder adquisitivo. Es un desastre. A mí me ayudan mis dos hijos y más o menos la pechugueo, pero sabés lo que es no poder comprarle un regalo a tu nieto. Antes lo hacía, y hace ya un montón de tiempo que no puedo, es muy triste”.

Por eso, Doly marcha.

Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

La imagen de la revista MU de la referente de la Soberanía Alimentaria Miryam Gorban (fallecida el 22/10) también acompañó las marchas. La sonrisa y el cuchillo de cocina entre los dientes. Foto: lavaca.org

“No soy yo”

Este martes declaró Pablo Alexis Aldama, oficial ayudante de la Policía Federal Argentina, acusado por la agresión a la jubilada Beatriz Blanco en la represión desatada el pasado 12 de marzo –el mismo día que hirieron gravemente al fotógrafo Pablo Grillo y Jonathan Navarro perdió la visión de un ojo. Beatriz cayó de nuca a la vereda, golpe que le provocó lesiones en la cabeza. El policía, que desde enero cumple funciones en el Batallón II de Infantería, presentó un escrito de 55 páginas ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal 1, a cargo de María Servini, en el que pidió su sobreseimiento. 

Aldama acusa a la jubilada de 82 años de pegarle “desde atrás con un palo similar a un bastón” y romperle su casco de policía. Además, dice que él no fue quien empujó a Beatriz sino su superior, el Oficial Inspector Céspedez, aunque “accidentalmente”. 

Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

Beatriz Blanco, 81 años, la mujer golpeada por la policía el 12 de marzo. «Se cae hacia atrás sobre la vereda, aunque infiero que ello pudo responder a la propia inercia de la señora teniéndose en cuenta su avanzada edad». Según Bullrich Beatriz es una patotera (?). Según el policía acusado, se cayó sola. Foto: Line Berkel /lavaca.org

Así lo declara: “No soy yo, Pablo Aldama, quien tiene contacto con la Sra. Blanco al momento del hecho, la que por cuestiones que desconozco, se cae hacia atrás sobre la vereda, aunque infiero que ello pudo responder a la propia inercia de la señora teniéndose en cuenta su avanzada edad”. 

El efectivo reconoció haber usado gas pimienta “una sola vez para persuadirla de dejar de agredir al personal policial”. Y refuta a la propia Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), que en su informe afirma que uno de los efectivos extendió su brazo contra Beatriz y, a partir de ese impacto, cayó al piso. 

Sin embargo, es miércoles, y Beatriz marcha. 

Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

Foto: lavaca.org

3. La inteligencia es seguir

A las 10.55 de la mañana la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, escribió en la curiosamente llamada “red social” X”: “Recordatorio para los que su ‘trabajo es provocar la crisis de este Gobierno’. ¿Quieren marchar contra Trump, Milei, el FMI y una modernización que ni conocen? Perfecto, respeten el protocolo, sobre la vereda y sin violencia”. El posteo tenía la referencia de un video suyo anterior donde decía, en tono amenazante: “Entiéndase por Protocolo Antipiquete: las manifestaciones, sobre la vereda. No se corta la calle”.

Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

Micaela, fotógrafa agredidas de la semana pasada. Los puntos, hematomas y golpes. Foto: Line Berkel /lavaca.org

Menos de siete horas después, pasadas las 17, la calle no sólo estaba cortada sino que era la pasarela principal, liberada por la Policía de la Ciudad, por donde la marcha de jubilados y jubiladas avanzaba como hacía semanas no sucedía. Por allí camina, cámara en mano, Micaela, la fotoperiodista que recibió un palazo en el ojo en la represión de la semana pasada. Fue un oficial de la misma fuerza que ahora despeja las calles la que la dejó con el ojo izquierdo morado, un pequeño derrame, un punto debajo de su ceja y un malestar en todo ese lado de la cara –del cachete hasta la pera–, con una presión sobre las cervicales que le dan ganas de vomitar.

Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

Foto Juan Valeriro /lavaca.org

Al lado está Emiliano, su compañero, que tiene a su madre todavía convaleciente: Nora, de 70 años, fue empujada en la misma represión, y estuvo unos minutos inconsciente en el suelo, congelando la respiración de quienes la rodeaban. “Todavía siente un hormigueo en el brazo izquierdo –cuenta su hijo–. Le cuesta cortar la comida, la tienen que ayudar”. 

Hoy Nora no vino. Pero cientos, miles, sí, que marchan después de una radio abierta larga, y llegan hasta Plaza de Mayo sin inconvenientes, donde habrá otro acto más. Algunos se preguntan de la eficacia de los miércoles, pero entre tanta pregunta dubitativa, Silvia López, 69 años, trae un silbato que no deja de soplar y dos latas de atún que no deja de golpear. Vino de Ensenada, provincia de Buenos Aires, a 59 kilómetros de esta Plaza a la que asiste cada semana con su bastón porque tiene mal la pierna de toda una vida como peluquera y comerciante. Cobra la mínima que no le alcanza para mucho, como la garrafa que pagó ayer a 18.000 pesos. La cosa está dura pero, dice Silvia, hay que reafirmar la inteligencia.

–¿Cómo?

–Hay que seguir. Seguir viniendo. Para que te escuchen. Porque mientras la gente siga viniendo acá, ellos saben que el problema continúa.

Silvia sigue. 

Y también, como Doly y Beatriz, y tantos otros y otras cada miércoles, marcha. 

Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

Un clásico: la sonrisa de Juan José, y su momento de baile de cada miércoles, sobre su silla de ruedas. Foto Juan Valeriro /lavaca.org

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