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Audiencia histórica: sobrevivientes trans de la dictadura declararon en un juicio de lesa humanidad

“Demostrar la sistematicidad de la gestión genocida enmarcada en crímenes de lesa humanidad”, dice Marlene Wayar a lavaca para explicar lo ocurrido en el juicio “Brigadas”. Este martes declaró como experta con respecto a cinco mujeres trans que fueron secuestradas durante la dictadura en el centro clandestino conocido como Pozo de Banfield, en el ámbito de la Policía Bonaerense. Esas trans (Carla, Paola, Julieta, Analía y Marcela) también declararon durante la audiencia. La construcción de una moral sexual obligatoria, la persecución específica a las trans, la criminalización, las torturas. Los cuerpos que no desaparecían sino que aparecían. El sexo del sistema. Las continuidades en el presente. Las infancias, el chip instaurado que hoy está en cuestión y el video de la audiencia. Por Anabella Arrascaeta.
Este martes declararon en el juicio “Brigadas” mujeres trans que fueron víctimas de la última dictadura cívico-militar, iniciada en 1976.
Carla Fabiana Gutiérrez, Paola Leonor Alagastino, Julieta González, Analía Mártires Velázquez y Marcela Daniela Viegas, relataron cómo fueron secuestradas y llevadas al centro clandestino de detención Pozo de Banfield, en la Brigada de Investigaciones de la Policía Bonaerense. Las cinco sufrieron allí reiteradas torturas, vejaciones y violaciones. Al momento de los secuestros tenían entre 14 y 17 años.
Luego atestiguó la activista, escritora y teórica trans Marlene Wayar en carácter de experta. Empezó contando su recorrido personal y en relación a la lucha histórica del colectivo travesti trans planteó: ”Siempre consideré que somos activistas en derechos humanos”. Durante más de una hora relató el contexto en el que se dieron los secuestros y torturas, las rupturas que generó en cómo vivía hasta entonces el colectivo, y las cosas de aquel momento que aún siguen vigentes.
El juicio “Brigadas”, comenzó en octubre de 2020, tiene a 15 represores acusados por crímenes de lesa humanidad cometidos contra 442 víctimas. Las audiencias se desarrollan ante el Tribunal Oral Federal (TOF) 1 de La Plata, compuesto por los jueces Walter Venditti, Esteban Rodríguez Eggers y Ricardo Basilico.
El video completo de la audiencia del martes.
El sexo del sistema
Uno de los objetivos, cuenta Marlene a lavaca, fue “demostrar la sistematicidad de la gestión genocida enmarcada en crímenes de lesa humanidad”. Por otro lado, eso no quita comprender que la persecución al colectivo travesti-trans sucedió desde antes y continuó después de la dictadura. Por eso Marlene aclara: “Lo real es que esto tiene un grado de persistencia a lo largo de la historia moderna contemporánea pero ellos (militares y policías en tiempos de la dictadura) se manejaron de una manera particularísima para emplearlo con un objetivo específico: la construcción de una moral sexual obligatoria”.
Marlene explica que tras el golpe militar de 1976 se generó una intensificación en la persecución, criminalización, detención y torturas de personas del colectivo trans.
“Por el nivel de jerarquía que se le da, se lo deja en manos de la policía en lugar de tomarlo las propias fuerzas militares, porque no lo creen de una peligrosidad material como sí lo pensaban de organizaciones políticas partidarias, gremiales y estudiantiles. Pero lo creen peligroso en tanto al sostenimiento del orden sexo-género. Hay una intensificación, una particularidad en la sistematicidad. Y hay además una inteligencia específica en relación a la persecución a las personas travestis trans”.
Durante su declaración ante el tribunal Marlene explicó que se dio una “reintensificación en el objetivo de conseguir un ciudadano obediente, nacionalista, enmarcado dentro del concepto de heterosexualidad obligatoria que implica no solamente relaciones heterosexuales sino un recorrido dentro de lo que implica la heterosexualidad obligatoria con obligación reproductiva y enmarcada dentro del núcleo familiar”.
Así fue que se rompieron los espacios comunales donde las travestis y trans transitaban previamente a la dictadura.
“Empiezan a ser estigmatizadas y hay un pánico social impuesto para provocar una mayor segregación que va a acentuar el proceso de organizarlas alrededor del concepto de los campos de concentración, estos son campos a cielo abierto, que son únicamente para la prostitución y que no solo implican un territorio por el que pueden transitar sino que también un horario especifico, nocturno, en el que pueden transitar. Estos espacios van a estar controlados por las fuerzas de seguridad, en general la policía”, sostuvo durante su declaración en el juicio.
Y agregó: “Las disidencias genéricas y sobre todo las personas travestis, trans y transexuales amenazan el sistema sexo-género. Si no podemos ver esto, no vamos a poder analizar la particularidad que tuvo el llamado ‘proceso de reorganización nacional’ que fue uno de los primeros procesos a nivel mundial que va a especificar su objetivo: eliminar las relaciones sociales existentes e implementar las relaciones sociales que pretende la fuerza opresora”.
El “peligro” trans
Continuando con su análisis, Marlene Wayar marcó una ruptura en relación al período anterior y posterior a la dictadura: “Acá es donde empiezan a sacar a las travestis de sus casas. Al llegar la policía, al sacarlas de sus hogares para llevarlas a la comisaría, se produce un efecto de visibilidad en la familia, en el barrio. La idea de que estas personas son tan peligrosas, nocivas y contagiosas como el discurso que se pretende contra el activismo político”.
En el periodo posterior esto tuvo un efecto arrollador masivo: “Las personas travestis- trans empiezan a ser expulsadas de su hogar ni bien asumen su identidad de género que en general es a los 13 años. A los 13 años empiezan a quedarse en situación de calle. Esto es un efecto de toda la propaganda previa que se ha hecho en ese proceso genocida”.
Los cuerpos aparecidos
Marlene expuso ante los jueces sobre los cuerpos que importaban y los que no. Los que eran obligados a dar explicaciones y los que no requerían ni siquiera eso. Sobre las travestis dijo: “Estos cuerpos son de una orfandad tal que no se tiene que dar explicaciones a la sociedad. En estos casos los cuerpos no desaparecen, aparecen: desmembrados, torturados, atados, empalados, con signos particularmente visibles de tortura sexual. Nadie va a pedir explicaciones por estos cuerpos. Aparecen, no son reclamados, y así se siembra la idea de que todas aquellas personas que están relacionadas con estos cuerpos también están contaminadas, también son juzgables”.
Por eso sostuvo la importancia trascendental e histórica de este juicio: “Es uno de los primeros en donde podemos escuchar las voces, testimonios y análisis al respecto de un campo totalmente nuevo: nunca hemos tenido derecho a la verdad, a la justicia, y a la memoria, y a sentir que a este país le importan estos cuerpos. ¿Por qué estos cuerpos pueden estar hoy vivos? Por mera casualidad, porque pudieron aprovechar y escaparse, y porque al perpetrador también le sirve que se escapen, que se corra la voz de lo que ocurre. Es una de las maneras de sembrar terror. Como colectivo, tenemos un promedio de vida de 32 años. No tenemos un imaginario sobre abuelas travestis, son muy pocas. Esto demuestra que el ejercicio de exterminio a la comunidad travesti trans ha sido exitoso”.
Informó entonces Marlene: “Pero sucede que seguimos naciendo”.
Las continuidades
¿Qué continuidades son visibles desde aquella historia hasta el presente? “Las generaciones que vinimos después no conocimos la picana porque la picana no podía estar en la comisaría, pero sí hemos vivido todas las otras torturas con elementos cotidianos que estaban en las comisarías”.
Se refirió al retorno de la democracia y sus deudas pendientes. “Para mí es muy difícil decir que después de la Ley de identidad de género hemos accedido a una democracia, porque acaban de matar a una compañera en Pilar en una comisaría, porque Tehuel de la Torre está desaparecido, porque hay a lo largo de nuestro país muchísimos travesticidios, porque la Ley de cupo laboral no se implementa en las provincias, porque la Ley de identidad de género no se respeta. Todo este desastre ha sido construido por hombres y mujeres. La responsabilidad política, moral, económica, social, cultural, es de hombres y de mujeres. Nosotras, las disidencias, hemos estado sometidas a vivir a su arbitrio. Siempre las políticas públicas destinadas a nosotras son sumamente caritativas en lo peor del concepto cristiano. ¿Y la vivienda? ¿Y los servicios de salud? ¿Y la salud integral? ¿La educación sexual integral en las escuelas? ¿El derecho de los niños y las niñas a saber que son legítimos, que su elección de vida es legítima y que nadie puede opinar de sus elecciones? Tenemos derecho a la vida, a ser consideradas proyectos legítimos, deseables, amables”.
El chip
En diálogo con lavaca luego de su declaración Marlene consideró que la audiencia constituyó una “inflexión en el devenir histórico de la hegemonía”.
¿Por qué?
La justicia abrió su visión para sumar a las narrativas, al discurso de la historia contemporánea una mirada más de un colectivo absolutamente excluido, marginalizado, denigrado, que carecía de relevancia hasta el momento. Es un hecho de contundencia histórica. Marca en el relato histórico la introducción de estas nuevas voces.
¿Qué sigue faltando?
Creo que este es un comienzo, todavía no se está escuchando al colectivo travesti- trans en específico. Falta analizar, comprender y llegar a acuerdos, a una reparación histórica, a un reconocimiento primero del terror del que fuimos sujetas las personas del colectivo. En estos juicios, por cuestiones de sutilezas jurídicas y políticas, es muy resistido hablar de genocidios. Después de la contundencia del genocidio nazi como caso paradigmático, ninguna de las otras matanzas masivas de población civil llegaría a construir un genocidio, pero estoy convencida de que si analizamos el caso de la comunidad travesti-trans constituimos un concurso ideal de las condiciones para declararlo como un genocidio. Lo merecemos como derecho a la verdad, a saber qué nos ha sucedido; derecho a la memoria, para poder hacer memoria activa, recuperarla, preservarla y transformarla en actos de permanente pedagogía para que no vuelva a ocurrir. Y finalmente también como un derecho de acceso a la justicia, a que las víctimas sean reparadas de diversos modos, porque hay un número inconmensurable de muertas y muertos que no pueden ser reparadas más que siendo reivindicadas en la historia. Y estamos les sobrevivientes de la cotidianeidad argentina que estamos esperando justicia con lo complejo que implica esto: un acto de justicia que nos repare. Esta sociedad va a tener que plantear con mucha creatividad cuáles van a ser los actos materiales y simbólicos que esté dispuesta a hacer para reparar estas vidas.
En tu declaración terminas hablando de las infancias, ¿por qué?
Siempre estamos diciendo que por fin las infancias tienen otros recorridos posibles, pero el odio sigue hasta hoy. Las paternidades tienen fijado esto que nos dejó la dictadura de una moral sexual obligatoria y que todo lo otro es demoníaco, criminal y enfermo. Esto perdura hasta hoy. Estamos hoy con mucho trabajo para hacer que los padres y las madres pongan en cuestión ese chip instaurado y escuchen a les niñes en su propio deseo. Es una tarea pendiente, por la que hemos hecho mucho, pero mucho falta todavía.
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Todo lo que se narra a continuación sucedió mientras, en el Congreso, la policía reprimía a mansalva a jubilados, periodistas –incluido Lucas Pedulla, integrante de lavaca– y personas que se acercan a movilizarse cada miércoles. Fin.
Crónica de Franco Ciancaglini. Fotos de Sebastian Smok.


La historia comienza así: el partido del gobierno La Libertad Avanza organizó un acto de cierre de la campaña del vocero presidencial y candidato a legislador porteño Manuel Adorni, en Plaza Mitre, Recoleta.
El montaje del escenario afirma: “Adorni es Milei”.
Se espera que ambas personalidades estén y hablen hoy.
Pero falta para eso.
Media hora antes de la convocatoria, en distintas esquinas de la avenida Libertador, hay grupos de personas que, muy organizadas, esperan.
En las esquinas la mayoría va vestida de negro pero, en un acto de magia política, luego se las verá llegar a la plaza con la misma remera violeta, puesta arriba de sus verdaderas remeras o incluso de buzos y camperas.
Un notero de TN primero y luego de C5N hablaron con estas personas, que confesaron haber sido convocadas para trabajar en “prevención” bajo la promesa de una paga de 25 mil pesos.
El Whatsapp de la convocatoria, revelado a cámara por uno de ellos, decía: “Ahy (sic) un acto político de 17 a 21. 25 mil pesos. El que quiere se anota”.
Finalmente no era para prevención, sino para “presencia”.
Pero lo peor no es nada de esto, sino que finalmente no les pagaron los 25 mil, sino que quisieron darles 10 mil; ante la presión, algunos recibieron 20 y otros, nada: “Porque no me quiero poner la remera esa sucia no me quieren pagar”, denunció el más sincero ante las cámaras.
Fin.


Lo cierto es que estas columnas de unas 50 personas cada una fueron las que lograron ocupar una plaza Mitre que estaba semivacía.
Temprano, los remera violeta se negaban a hablar con la prensa, aún disciplinados por la promesa de la paga. Luego, ante la deflación de lo prometido descargaron su bronca ante las cámaras dejando en evidencia cómo trabaja el puntero Sebastián Pareja en la provincia de Buenos Aires, de donde provenían estas personas, para el cierre de una campaña porteña.
Alicia es jubilada pero no está marchando alrededor del Congreso, sino que está acá, colándose entre los violetas para saltear unas vallas y pasar más rápido hacia el sector del escenario. Hace un año y medio que se afilió al partido en la Comuna 13 Belgrano, Núñez. Habla de Milei como obnubilada, apurando su paso como ansiosa por la posibilidad de verlo en vivo. Faltan, al menos, dos horas.
Describe a Milei como un “bocho en economía” y se ríe al recordar que en la última elección, hace dos años, votó al actual jefe de gobierno, Jorge Macri. Está claro que no repetirá voto: “Está la ciudad muy abandonada. Mucho linyera, ratas por todos lados. En mis 82 años nunca había visto ratas en la ciudad”. Voto cantado: Adorni, a quien define como “alguien muy correcto”.
Sobre el otro Macri, el Mauricio, dice que “en su momento gobernó bien” pero ahora lo ve fuera de escena. No está al tanto de sus últimas apariciones contra Caputo, Karina y al propio Presidente, o no le interesan.
Alicia prefiere no hablar más y busca un lugar cerca del escenario para ver a su Presidente.


Lucía y Paula, también jubiladas, vinieron de Vicente López y prefieren mirar la escena desde atrás de todo. Es que llevan dos perritos de raza, o de diseño: Coca y Cola. ¿Qué les gusta de Milei? “Te puede gustar o no pero él habla desde el sentimiento. De lo que sentimos muchos”, dice Paula. Lucía suma: “Me gusta porque va a fondo”.
Sobre Mauricio Macri: “Yo lo voté. Ahora, de política no entiendo mucho, pero me da un poco de tristeza porque creo que tienen (con Milei) más coincidencias. Pero tiene que haber una oposición con responsabilidad. Tal vez Macri sea la oposición”.
Marta también es jubilada de 87 años bien llevados. Por qué vino acá (y no al Congreso): “Porque quiero escuchar quiero informarme quiero saber. Son tantos años de lo otro, que esto merece una oportunidad”.
Sigue sola: “El tono no me gusta. Cuando dice malas palabras es un mal ejemplo para la juventud”.
Qué le pedirías al gobierno a nivel Ciudad: “Por favor que saque las villas. La 31 es infernal”. Se pregunta y se responde: “¿Porque avanzaron tanto? Porque les han dado plata”.

¿Marra? “Sí, me gusta. Qué paso ahí, no sé. Me gusta, te soy sincera, pero ahora hay que unir fuerzas”.
¿Está de acuerdo con la medida anti-inmigratoria? “¿Vos te podés hacer ciudadano dinamarqués, o paraguayo? Acá entran todos. Los chorros, los burros. Y si no les gusta que se vuelvan a sus países”.
¿Y la pobreza? Marta cambie el eje: “Basta de decir ‘hagan lío’. Francisco se terminó. Basta de decir la iglesia de los pobres. Pepe Mujica era comunista. Se han hecho ricos con los pobres”.
Precisamente Mujica pareciera que no. Ella: “No sé. Déjame dudar. Pero basta”.
¿Qué representa para vos Mujica y qué Milei? “Apoyo a Milei y lo nuevo. Y que dios nos ayude”.
¿Y si sale mal? “Creo que ya no voy a estar con vida. Que se arreglen los que quedan”.
Fin.

A su lado hay un joven con una pala gigante. Posa sonriente para decenas de cámaras. Parece haber logrado su objetivo: llamar la atención.
Se llama Santiago y se tomó dos colectivos desde “la zona más fea de la provincia”, Florencio Varela, donde vive. Tiene 21 años, camisa manga larga a cuadros y una enorme mochila roja sobre la que ató un pañuelo celeste.
Cuenta sobre el sentido de la pala: “Hay que trabajar en este país. Nada se puede conseguir gratis. Todo es trabajo en la vida”.
De qué trabaja: “Soy Rappi y Pedidos YA”. ¿Cuánto gana? “Un poco, mi mamá me decía: muy bien Santiago, ese dinero lo sacaste de tus esfuerzos”. No dice números. Y finalmente revela que ahora ya no trabaja.
Al joven de la pala lo interrumpe Franco, otro joven, vestido de traje, que quiere sacarse una foto con el instrumento. Me da la cámara y posa de mil maneras para fotos que luego subirá a su Instagram. Franco Vera, sabré después, es un joven militante que ha irrumpido hace pocos meses en el colegio Nicolás Avellaneda de Palermo –estando él domiciliado en el conurbano- para postularse como Presidente del centro de estudiantes de la institución.
Franco Vera es de estatura pequeña pero en el debate del centro de estudiantes miró a sus contendientes de la lista oficialista, asociada al peronismo, y al ver que eran 8 personas dijo: “Yo estoy solo pero me la aguanto”. Primera gran ovación del público que recién lo conocía en un debate que ganó con comodidad con palabras clave como fútbol, Messi, Dios, diversidad.
Su lista, hasta antes del debate compuesta por él solo, se llama Ruge el cambio.

Ahora tiene una decena de seguidores, más después de su segunda jugada: hacerle una cámara oculta a la directora. En la cámara, subida a las redes, se ve cómo la mujer lo apercibe por una serie de hechos difíciles de entender desde afuera, supuestas actitudes de Franco desde que llegó al colegio. Es cierto, se lo nota sobre excitado y concentrado en su carrera estudiantil. Y si bien el video no lo muestra, él asegura que el objetivo de la directora es censurar a Ruge el Cambio para que no se presente –y gane- las elecciones del centro.
Así utilizó la cámara oculta para denunciar la censura institucional.
Su historia merece un documental aparte, que no entra en esta nota. Sobre la elección porteña, él no puede votar. Y pese a las preguntas sobre la actualidad él hablará como representante de los jóvenes de LLA en tono candidato y pedirá que sea a través de videos: “Menos Estado es menos peso al sector público. O sea… Si una persona no capacitada no nos sirve, ¿para qué lo vamos a tener como empleado? Necesitamos tener personas capacitadas. Hay que aprender en esta batalla cultural que los que nos gobiernan son personas normales, no son entes superiores, no tienen título de nobleza”.
¿Los Menem no serán parte? A Franco no le entra una bala: “Los jóvenes somos el cambio” responde en casete y mostrando su sonrisa de dientes con aparatos. Corta la charla para seguir sacándose fotos que subirá tanto a su Instagram como al de la agrupación Ruge el cambio, actividad que le sale muy bien: durante la tarde noche logrará cosechar selfies con personajes como el Gordo Dan o el diputado Martín… Menem.
Fin.




Otras celebridades que se llevan las miradas:
El Zorro con la bandera de Argentina.
Mickey Mouse con un cartel que dice “Aguante Adorni”.
Lila Lemoine vestida como playera de YPF.
Una mujer que tiene tatuada en la cara, justo arriba de su ceja, la palabra “Castrate”. Hay que acercarse bien para entender bien de qué va… o no tanto. En su cachete izquierdo amplía las siguientes consignas:
- Castrá
- Adoptá callejeritos
- Educá
- No compres
- No + piroctenia
Son tatuajes.
En la cara.
Fin.

Franco Carcedo es autor de un libro recién salido del horno que se llama Milei: Conexiones filosóficas. Lo escribió junto a su esposa en La Pampa, donde vive, de donde llegó hoy 7AM y a donde vuelve hoy mismo a las 22. Vino, además de para ver a Adorni y Milei con el objetivo concreto de vender su libro. Lleva 5 ejemplares en la mano, y cuenta que ya vendió otros 5. “Es un camión”, anuncia. Y cuenta sobre su contenido: “El libro relaciona distintos acontecimientos que sucedieron durante la vida de Javier Milei, lo que hizo y muchas veces lo que dijo y dice”. ¿Un ejemplo?
Lo que sigue es literal y no está trucado ni escrito maliciosamente: es parte del libro editado por la editorial Dunken, que cualquiera puede comprar. Dice Franco: “Cuando habla de la felicidad él sin saberlo está hablando de algo que dijo Oscar Wilde en 1888”. ¿Cómo? “Cuando Milei dice que la felicidad es no tenerle miedo a la muerte. Oscar Wilde dice algo parecido”.
La pido mejor hojear el contenido; al inicio hay dos citas. Una de Napoleón que dice: “Los hombres excepcionales son parte de un momento excepcional”. Y otra de Javier Milei: “No seré reconocido como economista sino como rockstar”. Ahí nos vamos entendiendo.

En el libro, profundiza Franco, “hay referencias a Nietzche, Maquiavelo, hay cosas de Spinoza… y la frutilla del postre”. Atención: “La cita de Wilde de la felicidad es de 1888. Milei en 1998 funda una banda que se llama Everest. ¿Sabés cuantos metros tiene el Everest? 8848.88”. Ante mi mirada atónita, Franco Carceda prosigue: “Pero hay más. El día que nació Milei se jugó un partido amistoso para homenajear a Arsenio Erico (futbolista paraguayo muy querido en Independiente). En ese partido debutan Bianchi, Carrascosa y César Laraignée. Ese día nació Milei”.
¿Y entonces? Franco Carceda repite: “El día que nació Milei ellos debutan con la casaca argentina”.
¿Pero cuál sería la conexión filosófica: “Es algo piola porque Milei es fanático de Boca y Bianchi es casi el máximo ídolo de Boca, con Riquelme y Palermo, ponele”.
Vuelvo a pedirle el libro. Sobre el nacimiento de Milei, se informa también que nació el mismo día que el guardameta ruso «Araña» Yasín (¡dos arqueros!) y que se editó un álbum del conjunto Jackson 5 de donde saltaría a la fama Michael Jackson.
Fin.


Equivalencias y bebidas.
Una señora envía videos a un grupo y le responden “como quisiera estar ahí”, “cuidate” y le ponen emojis de un león.
Una nena con la careta de Milei y una motosierra posa para las fotos mientras la mamá, al lado, tiene una careta de Adorni, un caniche y muchos pañuelos celestes atados a la mochila, como si los hubiera llevado para hacerse unos pesos.
Un remera violeta grita “viva la libertad” y otros remera violeta, alrededor, lo miran y estallan en carcajadas. Él también.
Franco Vera me contará luego, orgulloso y dolorido, que le tocó la mano a Milei pero que eso le costó que, literalmente, que los seguridad lo tiraran al piso y le pisaran la cabeza: “Estoy bendecido”.
Suena en el escenario un tema con acordes punk cuya letra asegura que Milei es “el último punk” y “el último superhéroe de la libertad”; eso significa que están al caer el Presidente y también Adorni, a quien nadie parece esperar demasiado. Menos que nadie, los remera violeta.
Aparece más allá otro contingente de remeras violetas que ahora llevan bengalas violetas y tocan bombos violetas, siguiendo a una bandera sostenida por jóvenes prolijos y sonrientes sin remera violeta.
La inscripción de la bandera en la cabecera dice «Jóvenes LLA» y otra atrás “Lugano”. La entrada es de cancha: se canta “el domingo cueste lo que cueste” y “un minuto de silencio para Macri que está muerto”.
Otro de los hits son “El que no salta es radical” y uno que cambia la palabra “Perón” por “León”.

Un hombre de 40 y pico, vestido de traje, es el que saca las canciones y agita.
Lidera a la barra hasta meterla en el centro mismo del escenario.
Mientras este cronista anota otras cosas, como la presencia de francotiradores en las terrazas de Recoleta y al lado del escenario, se ve que el hombre sale del tumulto, ofuscado.
Le han robado el celular.
Habla con una persona de seguridad, que abre las manos en señal de “no puedo hacer nada”.
El hombre está visiblemente afectado, dice “no lo puedo creer” y pide un celular para “dar de baja las tarjetas”.
Consigue una cómplice, a quien le confesará lo que él cree es la razón del robo:
-Es que está lleno de negros.
Fin.
