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Avellaneda de película: La toma de sus vidas

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En la entrada del Instituto Municipal de Arte Cinematográfico de Avellaneda (IDAC) la bandera del Centro de Estudiantes en lucha decora la reja. Una instalación artística informa como una premonición: “Toma 1 – Escena 5”.
Avellaneda de película: La toma de sus vidas
A cuatro cuadras de allí, en la Plaza Alsina está comenzando un Festival. No es un festival de cortos, no es un festival de fin de curso, es un festival contra el cierre de una carrera llamada Realización Cinematográfica. El Instituto de Arte Cinematográfico pretende cerrar una carrera donde se aprende a hacer cine. ¿Estamos todos locos? Por suerte los estudiantes de la carrera están más locos. Hay bandas. Hay solidaridades de otros Institutos. Hay una performance que termina con las siguientes palabras: “¡Viva la revuelta de nuestra escuela!”. Hay ovaciones y lágrimas. El festival había sido planeado unos pocos días antes pero hubo un ingrediente de último momento agregado el día anterior.
Atrapar sueños y edificios
Cansados de las mentiras y las decisiones abruptas y autoritarias que les transmitían las autoridades, la noche del lunes 21 de noviembre y ante el peligro de que no los dejaran entrar más, los estudiantes decidieron quedarse a cuidar el Instituto, a su carrera de Realización Cinematográfica y a la realización de los sueños de sus vidas. Sin planteos teóricos se lanzaron en la práctica, a la toma del edificio y a la toma del destino en sus manos.
El IDAC no es una institución educativa en la cual uno va caminando por la calle y se anota porque no sabe qué estudiar, o para ver “qué onda” mientras se decide qué hacer en la vida. Allí eligen formarse habitantes de distintos puntos del planeta tierra: del interior del país, de Latinoamérica y también de Europa. El IDAC es un patrimonio cultural de todos. La toma del edificio es una declaración sobre qué cosas hay que defender.
Deci$ione$
Fernanda Chaín, “Feña”, 21 años, chilena, cuenta por qué hacen el festival: “Queremos informar a la comunidad de Avellaneda lo que está pasando en el IDAC, el intento de reemplazar la carrera de arte cinematográfico por la de técnico en televisión, argumentando que otorga título oficial pero en realidad la Municipalidad de Avellaneda quiere pasar el IDAC a la órbita de la Provincia de Buenos Aires. El problema es que nos ofrecen un plan de estudios con contenidos mínimos. Nosotros sabemos que podemos tener las dos cosas pero nuestro Rector interino Raúl Tosso y las autoridades políticas prefieren imponernos un plan en lugar de adaptar los planes de Provincia a nuestra necesidad. Simplemente defendemos que no se nos cierre la carrera que tenemos ahora. Quienes toman estas decisiones no tienen ni idea de cine, el rector sabe pero se deja guiar por intereses económicos y políticos. Está en juego nuestro futuro y queremos que se nos tenga en cuenta a la hora de las decisiones.”
Lo que está en disputa, entre otras cosas, es una trayectoria de 40 años de formación artística. Continúa Feña “Me vine a estudiar al IDAC porque no me parecía justo pagar dos lucas argentinas a una entidad privada por una educación universitaria. Creo en la educación pública. El título que otorga no es oficial, eso ya lo sabíamos y no importa mucho. Lo que importa es la calidad de lo que te enseñan, la vocación de los profesores, eso es lo que buscamos en el instituto. En otras instituciones educativas se perdió el trato profesor-alumno que hay acá. Eso me pareció increíble. La toma del edificio fue una medida de extrema necesidad”
Avellaneda de película: La toma de sus vidas
Mentiroso mentiroso
“Michu” es María Fernanda Carrizo, tiene 19 años y es salteña. Vino a estudiar cine al IDAC para rescatar la tradición popular y cultural de su provincia para que no sea olvidada. Relata: “Hace tres semanas nos enteramos que nos iban a cambiar el plan de estudios con el fin de oficializar el título pero dejando de lado la carrera de realizador cinematográfico, que es la carrera por la que nos anotamos todos. La mayoría de las materias del nuevo plan de estudios son de publicidad y el arte no tienen nada que ver con la publicidad ni con el mercado. Hoy el mercado tiene una necesidad y a raíz de ello quieren reformar nuestro lugar para ponerlo al servicio de ganar plata. Nuestro Rector interino, Raúl Tosso, no nos da pelota, está en contra de nosotros. Está en el cargo de manera “interina” hace dos años y sólo se puede ser interino seis meses como plazo máximo. Hablamos con el Director de Enseñanza Artística de Avellaneda Osvaldo Di Pace y el Secretario de Cultura Hugo Caruso quienes nos mintieron diciendo que ellos habían hecho todo lo posible para oficializar el título de Realizador Cinematográfico y que Provincia no los dejaba, que no podían hacer nada y por eso nos pasaban a este plan. Fuimos a averiguar a La Plata para ver qué es lo necesario para que una institución emita títulos oficiales y nos dijeron que nuestra carrera sí podría tener un título oficial”.
Tomala vos, dámela a mí, los funcionarios muestran a veces que la palabra es una exageración: en realidad, no funcionan.
La merca-cultura
Sigue María Fernanda, sin perder la indignación en la voz y en el alma: “Les reclamamos la parte edilicia que no aguanta inspección alguna ¿Cómo pretenden meter el doble de matrícula en el mismo espacio y con los mismos equipos? El lugar no da abasto. Ante este planteo, nos dijeron ‘-Bueno, el año que viene entran menos’, o sea que la solución para ellos es que la escuela se termine cerrando. Quienes supuestamente tienen que velar por la cultura, no tienen ni idea de nada, sólo defienden la cultura del mercado. Tenemos tres cámaras para todos que las compramos desde la cooperadora. No pueden plantearnos que en vez de hacer cine hagamos publicidad. Nos imponen una carrera técnica y no artística. La televisión tiene otro formato distinto al cine. Argentina atraviesa una crisis cultural. No nos bancamos la mentira, queremos que haya cultura para todos. Un día llegamos a clase y el rector nos dice que se terminó el ciclo lectivo 2011. Empezaron a jubilar profesores”. Sólo hubiera faltado un cartelito: “The End”.
Vaci Arte
Alejandro Cohen, egresó del IDAC en el año 2005 en la especialidad documental y fue docente en la parte de guión. Es miembro de Documentalistas Argentinos (DOCA) y está preproduciendo su cuarto largometraje. Hace años persigue al rector interino que le niega el título: “El municipio de Avellaneda desde hace muchísimo tiempo, incluso desde que yo estaba estudiando viene haciendo un vaciamiento progresivo de todas la escuelas de formación artística que funcionan a nivel municipal. El cuerpo docente y los alumnos siempre tienen que estar enfrentando los atropellos de está política. El IDAC es una institución histórica, la única que tiene una formación que se especializa en cine documental.
Para Alejandro, la necesidad de mercado de formar técnicos para televisión no implica que se tenga que terminar con la carrera de cine: “Al IDAC le agradezco la formación que tuve. Si bien es una escuela pobre, del tercer mundo, tiene una calidad educativa muy buena. Aprendí incluso cómo encarar una lucha frente al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) por recursos. Esto sirve para pensar la cuestión de una política cinematográfica independiente que no esté atada a los vaivenes del mercado o de la gran industria. Gracias a la lucha que tuve en el IDAC y ahora desde DOCA puedo tener una carrera como cineasta, algo que la gran mayoría de estudiantes de este país no tiene la posibilidad”.
Alejandro promete armar una red de egresados del IDAC en apoyo a la toma.
Música eléctrica (concierto de fusibles)
Dicen presente en esta jornada festivalera los estudiantes la Escuela de Música Popular de Avellaneda (EMPA, ver nota en Mu nº 17). Juan Pablo estudia piano y por lo que cuenta parece que la degradación cultural en Avellaneda no es una cuestión puntual sino una tendencia: “Nuestra escuela existe hace 25 años y hace 25 años que no tiene edificio propio. En un principio funcionaba donde hoy funciona el IDAC, luego de años de lucha conseguimos que nos mudasen a la sede de Avenida Belgrano y luego conseguimos el anexo en Avenida Mitre. El problema es que ninguna de las dos sedes están habilitadas para dar clases: los inspectores que vinieron a revisarlas firmaron un documento donde no se hacen responsables de lo que pueda pasar. No tenemos salidas de emergencia. La sede Belgrano funciona al lado de un gimnasio y no se pueden abrir las ventanas porque entra la música del gimnasio. En la sede Mitre a principios de año hubo un principio de incendio en la caja de fusibles eléctricos que está ubicada en la entrada, la gente permaneció dentro ya que no hay salida de emergencia. El lugar estuvo un mes cerrado hasta que lo refaccionaron. Nos vienen prometiendo el edificio nuevo en un terreno sobre Avenida Belgrano, incluso se anunció en un acto con el entonces Gobernador Felipe Solá. Estamos viendo si lo empiezan a construir realmente”.
Más allá de los problemas de infraestructura, hay problemas educativos: “Mucha gente entra y quiere empezar a cursar pero se encuentra sin horas de instrumento, ni los elementos. Las condiciones de cursada son bastante deplorables y son las condiciones de la educación pública a nivel municipal, provincial y nacional.”
La clase del vecino
Daiana estudia canto en la EMPA. En un rato estará hipnotizando el festival acompañada en percusión por el trío Juan-Rodrigo-Juan. Por ahora cuenta: “Las dos sedes son casas viejas alquiladas por el Estado a precio muy bajo, que no tienen las condiciones necesarias para lo que es una escuela de música. Las habitaciones de esas casas son nuestras aulas sin aislamiento o con aislamientos inapropiados como el Durlock y te encontrás en tu clase escuchando también a los músicos de la clase de al lado. La formación básica no tiene reforma del plan de estudios desde hace más de 10 años, al hacerse el ingreso irrestricto no hay horas para toda esa gente que ingresa. Los mismos docentes deben repartir horas para las nuevas clases que se agregaron. El presupuesto estatal es el mismo para una mayor cantidad de alumnos. Lo que se logró hasta ahora fue por cortes de calle, cortes en el Puente Pueyrredón, en el 2007 hubo una toma importante durante siete meses, de ahí se consiguió el anexo Mitre”.
Avellaneda de película: La toma de sus vidas
Plomería y promesas clonadas
Elisa estudia en el Instituto Municipal de Artes Plásticas (IMAP) que funciona en la Casa de la Cultura de Avellaneda, además, preside el Centro de Estudiantes de Artes Plásticas de Avellaneda. Nos cuenta por qué se acerca al festival: “Los institutos de Avellaneda están pasando por la misma problemática que tiene que ver con la falta de interés en que la cultura sobreviva. En los talleres del IMAP apenas si hay baños, no tenemos bachas para poder trabajar con esculturas, no tenemos las herramientas que necesitamos. Hay poco presupuesto y lo que hay, lo bancamos desde la cooperadora, del bolsillo de los estudiantes. Esa es otra cuestión, ¿Hasta qué punto la educación es pública y es gratuita? ¿Hasta qué punto no somos nosotros quienes estamos financiando la educación? No sólo comprando los materiales sino también pagando una cooperadora que además de comprar una bolsa de yeso también se encarga de arreglar cañerías, de cambiar herramientas, de cambiar atriles, de cuestiones que se debería ocupar la municipalidad. Más teniendo en cuenta que la gestión municipal se jacta con el programa ‘Cultura viva’, que de cultura no tiene nada.”
Otras preguntas que se hace Elisa: “¿Hasta qué punto el traspaso de institutos municipales a la esfera provincial o hacia la Universidad de Avellaneda no es sólo un intento de sacarse de encima una responsabilidad? ¿Hasta qué punto se asignan recursos, partidas presupuestarias hacia esos edificios nuevos? Antes de las elecciones había plata y promesas y promesas de edificio nuevo. Pasaron las elecciones y no hay más plata, nos presentaron unos planos que son exactamente iguales a los planos que tenemos en la Casa de la Cultura: cinco aulas, una biblioteca con las mismas dimensiones. El predio que nos prometen es el mismo que le prometen a los estudiantes de la EMPA, nos prometen los mismos predios a todos los institutos.”
Fotosolidaridades
También acercaron su solidaridad los estudiantes de la Escuela de Arte Fotográfico de Avellaneda (EDAF) quienes a los costados del escenario montaron una muestra con sus trabajos. Están padeciendo el cambio hacia jurisdicciones provinciales que permite un título oficial pero lograron que se respete la esencia del plan de estudios. Una comisión habla por el micrófono: “Es lamentable que quieran cerrar una carrera, por eso los estamos apoyando. En nuestro caso hubo una opción, pudimos elegir. A ustedes no les dieron otra vía para solucionar las cosas”.
IUNA y dos y tres…
Los estudiantes de audiovisuales del Instituto Universitario Nacional de las Artes (IUNA): “Luchamos hasta el hartazgo contra los vaciamientos de carreras que ocurren en desmedro del contenido artístico, nuestra lucha es la misma. La educación artística debe ser pública y no mercantilista”.
Continuará
Termina el festival y empieza la asamblea en la toma del edificio, se hace un análisis del festival, se felicita a todos y a todas. Se organizan las guardias. Toman la palabra los estudiantes del Instituto Superior de Formación Docente Nº 1 de Avellaneda que ¿adivinen qué están haciendo? (Tache lo que no corresponda)
a) Estudian normalmente
b) Se toman vacaciones en el Caribe.
c) Están tomando el edificio.
Si eligió c), acertó: están tomando su instituto desde hace 15 días y traen palabras de aliento y reconocimiento en la lucha. Siento que fuese una charla fraternal entre espejos. Continúa la asamblea. Las palabras que flotan son:
“hablar”,
“comunidad”,
“decidir y actuar”,
“toma histórica”,
“admiración”,
“avance”,
“defensa de la historia”,
“desafío”,
“contagiar”,
“depende de nosotros”.
Comienzan las votaciones. El reloj merodea las dos de la madrugada. Me voy así puedo escribir la crónica lo más rápido posible.
Contacto:
https://realizacionidac.blogspot.com/
[email protected]

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Más allá de tu vereda: un documental sobre personas en situación de calle en CABA

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Más allá de tu vereda.

Así, a secas, es el nombre del documental que acaba de estrenarse. 

No es un documental más. Así se llama el programa de radio de y para personas que viven o vivieron en la calle, que se realiza semanalmente en la organización Sopa de Letras. Esta cobija y aborda la problemática así como la salud mental, desde hace más de 10 años en el barrio porteño de Parque Patricios.

El documental explicita la importancia de la radio, el valor de la comunicación, la potencia de lo colectivo, la necesidad de comunicarse, y que alguien escuche del otro lado, o mejor aún: al lado. Y también refleja la historia de Víctor Rodríguez Lizama, su director, que tiene 64 años y vivió varios en situación de calle.

El Cuervo, como le dicen a Víctor por su fanatismo por San Lorenzo, visibiliza en primera persona junto a otrxs protagonistas lo que se ve a diario, pero no tanto. Lo que se sabe, pero no tanto. 

En Más allá de tu vereda, Víctor entrevista a muchos de los integrantes del programa que se emite en Radio Parque Vida (105.9) desde hace más de tres años.

Marcela dice que antes sólo escuchaba. Y que ahora se animó a decir.

Luciana dice que perdió un poco la timidez. Y que, quizá, eso la ayudó a crear la sección “la música que nos hizo”. 

Cata dice que encontró un espacio para hacer arte. Para animarse a leer sus poesías.

Alicia dice que antes hablaba “poquito”. Y que ahora “habla un poquito más”. 

Lautaro habla cuando llora, emocionado. Dice que no tenía experiencia. Y que ahora se sorprende de sí mismo.

Juan Bautista dice que es el encargado de informar las noticias. Y que ahora sí, alguien escucha su punto de vista.

Cristian dice que está más atento a su alrededor. Tanto, que ahora se anima a opinar.

Víctor dice que hasta no hace mucho, había personas que no agarraban el micrófono. Y que ahora no lo quieren soltar.

Termina el documental, con una última imagen; pantalla en blanco y una sola línea en letras negras.

«A todos los que estuvieron en situación de calle y ya no están».

Hay aplausos, hay felicidad, hay valoración. 

Hay orgullo.

Luego, se abre el micrófono para que quien quiera diga lo que quiera. 

Jorgelina: “Hagamos más radios”.

Adrián: “Podría estar en cualquier otro lado, haciendo cualquier otra cosa en este momento y gracias a ustedes estoy acá, me ayudaron un montón desde lo emocional”.

Cierra Víctor Rodríguez Lizama, con la remera puesta de su San Lorenzo querido y su pelo repleto de canas:

“La finalidad de este documental es mostrar cómo a través de la salud mental podemos llegar a la gente invisibilizada, que está ignorada. Ojalá que se reproduzca en otros lugares, que sirva de herramienta para salir adelante. Hoy hay mucha más gente viviendo en situación de calle. Además de haber vivido mucho tiempo, participé de los censos populares. Recientemente censamos en la comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat y Constitución) y sólo acá contamos 1480 personas, por donde vos camines están. En la olla popular que hacemos en el Parque Lezama se ve algo similar al 2001. Más personas en calle y más hambre”.

Detrás del Cuervo hay un pizarrón donde se completa al nombre de su documental: 

“Más allá de tu vereda,

hay otra realidad,

atrás de tu puerta”.

Al costado, un mural con un puñado de palabras escritas en letra cursiva: 

“Hasta que no quede ni una sola persona en situación de calle, 

allí seguiremos estando”.

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La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos

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Este domingo a la madrugada murió María Teresa López, asambleísta contra la contaminación en su ciudad natal, Caleta Olivia, luego mudada a Capital Federal y parte del grupo Jubilados Insurgentes. Mary se enfermó de cáncer producto de la contaminación que ella misma denunciaba, y luego fue abandonada por el Estado en modo motosierra: el PAMI se negaba a entregarle medicamentos, pese a amparos judiciales a su favor. Una historia que genera bronca e impotencia, pero que a través del recuerdo de sus compañeras de lucha se revela como una lección de vida, en el más profundo sentido de la palabra: lo colectivo frente a lo personal, la idea de no perder el tiempo, la movilización permanente, la generosidad, la sabiduría, y qué es la muerte.

Por Franco Ciancaglini

Algunos dirán que Mary era bajita y otros que tenía el porte enorme de Nora Cortiñas.
Desde la pandemia solía esconder su sonrisa detrás de un barbijo, aunque sus motivos de alegría eran cada vez menos:

  • su salud era cada vez más delicada;
  • los medicamentos oncológicos no llegaban;
  • y la lucha que encaró desde siempre —primero en su Caleta Olivia natal contra la contaminación, luego contra el sistema de salud público y, al final, como parte del grupo Jubilados Insurgentes— cada vez implicaba poner más el cuerpo.

Fue su cuerpo lo que, este domingo 21 de julio, dijo basta.

Mary se convierte así en algo odioso: un símbolo. Un símbolo de la muerte sistemática que genera un sistema que enferma y abandona. Pero también en un símbolo de lucha por la vida, en el sentido más profundo de la palabra.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Mary junto a Nora Cortiñas.

Contaminada

María Teresa López nació en 1959 en Caleta Olivia, Santa Cruz. Falleció el domingo pasado a sus jóvenes 67 años, en un hotel de la calle La Rioja, en Once, ciudad de Buenos Aires. Sí: vivía en un hotel. Sola, producto del desarraigo que le produjo tener que trasladarse para atenderse de un cáncer de hígado.

Ese fue el diagnóstico médico: una metástasis que avanzó en el último tiempo al ritmo frenético de una motosierra.

La causa que no figura en su partida de defunción es aquella que ella misma denunció hasta el final: a Mary le negaban medicamentos oncológicos indispensables para su tratamiento.

Lo que tampoco figura en su partida es que Mary fue arrancada de su Caleta Olivia natal porque se enfermó, al igual que decenas de personas de esa localidad, producto de la contaminación del agua por actividades extractivas en la zona.

Contaminada

La vida de Mary fue la de una militante social de una estirpe rara: austera, firme, silenciosa, estudiosa, imparable.

Sus compañeros reconstruyen sus historias: que de chica le hicieron un test de inteligencia y un profesional le dijo a su madre que ella era más o menos superdotada; que seguramente podría hacer dos carreras universitarias a la vez; que terminó la secundaria antes de tiempo y luego cursó dos carreras; que se enganchó con el ambientalismo muy joven y empezó a investigar cuando las empresas petroleras negaban la contaminación de las napas de agua.

Formó parte de la Asamblea Ambiental de Caleta Olivia, desde donde luchó sin descanso contra la contaminación provocada por el fracking. Mucho antes de enfermarse, denunciaba que el agua que llegaba a las casas estaba contaminada con petróleo. Lo sabía por la evidencia científica más contundente que tiene una comunidad contaminada: que sus vecinos, familiares y amigos enfermen y mueran.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
En Plaza de Mayo, con una bandera contra la megaminería contaminente en Chubut.

Ante los medios Mary describía lo que vivía y veía alrededor: “La gente se muere o queda discapacitada”. En una entrevista para el programa Conciencia Solidaria, precisaba sobre su territorio:

  • “Caleta Olivia… tiene un problema grave: falta de agua potable, y encima está contaminada por la industria petrolera. Los muestreos de agua que hemos sacado y analizado han dado positivo: está contaminada el agua que estamos tomando.”
  • “La situación es muy grave, se está muriendo muchísima gente de esas 11 localidades, 9 están en terrible condición… además tuvimos un caso muy grande de gastroenteritis que afectó a 340 personas”.
    También contextualizó el vínculo entre agua contaminada y salud pública: “Los metales pesados son cancerígenos, mutagénicos, van mutando de una generación en otra… nacen chiquitos con problemas… o fallecen de cáncer».

Denunciaba en Caleta Olivia la presencia de hidrocarburos, arsénico y metales pesados en el agua, además de enfermedades poco frecuentes que, como decía ella, “no tienen cura” y crecen en esa región patagónica. Alertaba con claridad: “No es solamente cáncer, sino Enfermedades Raras o Poco Frecuentes. Muchos pacientes no están bien atendidos… La situación se agrava cuando se trata de estas patologías: solo se ofrecen tratamientos paliativos.”

Un mal día le tocó a ella, ya con la certeza profunda de que la contaminación ambiental fue parte del combustible de su cáncer de hígado.

En agosto de 2015, en un foro en defensa del agua organizado en Comodoro Rivadavia, otras asambleístas como Lidia Campos, de la asamblea contra el fracking de Allen (Río Negro), la conocieron personalmente luego de años de tramar resistencia contra el extractivismo: “En el Foro en Comodoro había gente de todos lados… Y estaba Mary, que ya tenía problemas, como un problema en la boca del estómago… No se sabía bien… Uno tapa esas cosas y habla de la lucha, la salud quedaba en segundo plano. Mary no era de hablar de lo personal; siempre se preocupaba más por lo colectivo».

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Lidia y Mary, durante el acampe del Malón de la Paz en Buenos Aires, hace dos años.

La describe así: “Era menuda, callada. Pasaba desapercibida. Pero cuando abría la boca, te dejaba con la boca abierta. Sabía muchísimo. Y tenía una convicción inquebrantable.”

Recuerda Lidia que, en 2019, Mary pasó de la denuncia mediática a la judicial: presentó un amparo colectivo ante la Corte Suprema contra la contaminación del agua con hidrocarburos, arsénico y metales pesados. Denunciaba así, ante el máximo tribunal argentino, el abandono del sistema cloacal, basurales a cielo abierto, y exigía la puesta en marcha de una planta de ósmosis inversa paralizada (actualidadjuridicaambiental.com). En ese expediente Mary detallaba:

  • “Frecuentes interrupciones en el suministro… agua contaminada con hidrocarburos totales y arsénico… napas freáticas contaminadas por fracking…”.
  • Solicitaba medidas cautelares urgentes: provisión gratuita de agua apta, saneamiento cloacal, cierre de basurales y puesta en funcionamiento de la planta de ósmosis inversa.

Esa presentación inédita, que firmó ella misma, reflejaba años de trabajo comunitario, denuncias y… enfermedades. Pero su denuncia fue ignorada, archivada y judicialmente ninguneada: tras seis años, la Corte se declaró “incompetente” y desestimó el recurso, sin resolver la situación de fondo.

Mary no se rindió: en 2020 fue caminando hasta Balcarce 50 para presentar a través de Mesa de Entradas de la Casa Rosada una carta firmada por una red de organizaciones en defensa del agua dirigida a Alberto Fernández, denunciando la contaminación del agua y relacionándola lúcidamente con argumentos que el ex Presidente daba como recomendaciones durante la pandemia.

Lidia Campos es la que recupera y comparte a lavaca este documento, y la que como asambleísta define su legado: “Lo que ella hizo fue histórico. Vale la pena hablarlo para las próximas generaciones… En esta época hemos perdido tanta humanidad que a nadie le importa. Pero acá hay alguien que dio su vida. Dio, literalmente, su vida.”

El último recuerdo que Lidia conserva data del 14 de julio de 2023, durante una jornada de lucha contra Mekorot, la empresa nacional de agua israelí que intentaba desembarcar en Argentina con intenciones sospechosas. Relata Lidia: “Ella estaba afuera del Anexo del Congreso con los Jubilados Insurgentes para protestar… Después fuimos a una confitería. Le pregunté si había comido al mediodía… no había comido nada. Le sugerí unos tostados o medialunas con queso. Pidió un té. Cuando llegó lo que pedimos, no lo pudo comer”. Igual, se sacaron esta hermosa foto compartiendo. Y ese mismo día, antes de despedirse, Mary le regaló una pashmina rosa a Lidia para protegerla del frío.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Carlos Ponce, Mary y Lidia Campos: una amistad atravesada por la lucha ambiental del sur del país.

Abandonada

Cuando se enfermó y vio que su asamblea se desarmaba –entre otras cosas precisamente porque muchos enfermaban- Mary se trasladó a Buenos Aires. Pretendía resistir y atenderse bien, cosa que logró durante muchos años: su lucha logró que PAMI le asignara el Hospital Italiano para su tratamiento.

Tuvo un cáncer controlado que se descontroló al ritmo del deterioro del sistema de salud: primero Macri, luego Fernández, la pandemia y finalmente Milei como garrotazo final.

Desde 2023 su situación empeoró drásticamente. Su compañera Zulema, de Jubilados Insurgentes, relata: “El PAMI decía que tenían medicamentos para esa patología, pero no eran los que había indicado su médica… entonces no los aprobaban. A veces los recursos judiciales salían favorables, pero el PAMI tampoco los entregaba. La impotencia era terrible».

Sino miren este video.

María Teresa López dice claramente: “El mecanismo es simple: es eliminarnos, gastando menos… llegar al déficit cero… matándonos.”

El video la muestra junto a sus compañeros de Jubilados Insurgentes en un reclamo frente al PAMI por sus medicamentos.

Sigue: “Es más fácil eliminarnos de manera nefasta e inhumana… Para mí ustedes son asesinos, y les importa un bledo”.

Hoy, un año y mes después, Mary tenía razón.

Zulema continúa: “Ella no podía hacer la quimio porque la droga fundamental no estaba… íbamos al PAMI con compañeros, hacíamos reclamos, pero no facilitaban nada. Cuando le autorizaban un tratamiento de ocho sesiones, solo le entregaban dos dosis. Nos confesaron que no se molestaban en dar el tratamiento completo porque muchos morían antes… Pero Mary resistía, resistía… llegó un momento en que el cuerpo no resistió más».”

Una de las últimas veces de manifestación ante el PAMI, sin Mary, el personal de seguridad preguntó por ella en la puerta: “¿Cómo está Mary?”

La respuesta era obvia: mal.

Insurgente

Pese al deterioro físico, Mary se unió a los Jubilados Insurgentes. Entendió que el sistema no solo descarta a quienes enferma, sino también a los que ya no pueden “producir”.
Zulema recuerda: “¡Tenía un carácter! Ese carácter es el que la hizo resistir cuando muchos se daban por vencidos”.

Llegó a ese espacio dos años atrás, íntimamente vinculada con su enfermedad. “Se metió en todo lo legal… recursos, fiscalías, Comodoro Py… sabía de litigio ambiental”, dice Zulema.

El 12 de junio de 2024, durante la lucha contra la Ley de Bases, estuvo firme en Plaza los Dos Congresos. “Nosotros la cuidábamos porque estaba débil, pero se escapaba, quería seguir.” Conocía a todos. “Era muy luchadora. Y hablaba con energía. Siempre nos pedía que unamos las luchas».

Lo que posiblemente sea su último legado lúcido: unir las luchas del ambientalismo con las banderas de los jubilados.

Sobre su convicción, Zulema dice: “Cualquier cosita que ella hacía la asumía con total responsabilidad… vino con cartulina, se traía el cartel… Cuando asumió Milei hizo un cartel que decía ‘Toda la clase política es responsable de la debacle del país’, lo diseñó ella misma”.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Un cartelito que le hicieron tras su muerte, Clarisa y Agus, que lo dice todo: «Se lo hicimos porque ella era doña cartelitos, y lo dejamos con ella».

Otra anécdota: “Una vez vino a una reunión, con anotador en mano, ya predispuesta. Algunos comenzaron a hablar de su vida personal, y se enojó. Se levantó, juntó sus notas y se fue. Dijo: ‘acá se pierde tiempo, no van a llegar a nada’. Pero volvió. Con dramas y todo, no quería perder el tiempo: estaba alerta. Era consciente de que la tarea era enorme, y le ponía ímpetu”.

Mary sabía que no le quedaba mucho tiempo y por eso nunca bajó la guardia.

Siguió yendo cada miércoles a las rondas frente al Congreso, siempre con barbijo, para cuidarse y cuidar. Participó del Malón de la Paz, llevó agua, militó con grupos ambientalistas, jubilados y religiosos. Organizó actos, escribió cartas, e insistía en que el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, había que salir a las calles. Siempre. Aunque lloviera, aunque doliera.

Porque Mary enseló que la muerte no es algo que ocurre al final: es eso que va sucediendo en vida ante la indiferencia, el silencio de los tribunales, el apagón de las protestas, la descomposición del cuidado, la impunidad de los contaminadores y la complicidad del silencio.

La muerte es el abandono.

La muerte es el olvido.

Y en ese sentido, Mary sigue más viva que nunca.

odas las agrupaciones de jubilados que se juntan los miércoles a protestar en Congreso, preparan un homenaje a Mary y, a través de ella, “a todas las víctimas del sistema y de este plan siniestro de exterminio de los más vulnerables”.

Será mañana, después de la marcha, en un acto en Plaza de Mayo.

Mary: gracias.

Hasta mañana.

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Pablo Grillo: llaman a indagatoria al gendarme Guerrero a seis meses de un disparo criminal

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El 2 de septiembre el gendarme que disparó una granada de gas lacrimógeno por fuera de todos los protocolos de la fuerza deberá comparecer ante la justicia. La decisión la tomó la jueza María Servini de Cubría más de cuatro meses después del hecho. Pablo Grillo luchó por su vida, perdió masa encefálica y hoy se encuentra en plena rehabilitación. Todo lo que deberá explicar Héctor Guerrero y que implica a su principal defensora y la responsable de la violencia estatal: Patricia Bullrich.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cuatro meses y una semana pasaron desde el miércoles 12 de marzo. Ese día, durante otra violenta represión a la marcha de jubilados y jubiladas, el Gendarme Héctor Guerrero le disparó fuera de toda legalidad una granada de gas lacrimógeno al reportero gráfico Pablo Grillo, cuyo impacto casi lo mata, y por el que perdió parte de la masa encefálica, estuvo casi tres meses internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía y por el que hoy continúa en proceso de rehabilitación. Cuatro meses y una semana pasaron hasta hoy, lunes 21 de julio, en el que la jueza María Servini citó a indagatoria al gendarme, autor material de lanzamiento, para el próximo 2 de septiembre.

Es decir: entre la ejecución y la audiencia habrán pasado 131 días, casi seis meses, casi medio año. 

El camino de la in-justicia

En un primer momento, la jueza había rechazado el expediente y el caso había pasado al Juzgado Federal N° 12, donde tramitaba otra denuncia por los mismos hechos. Como ese juzgado estaba vacante y subrogado por Ariel Lijo, quien también se declaró incompetente y declinó la competencia, el expediente regresó al Juzgado N° 1 el 28 de marzo y la jueza Servini lo tiene en sus manos desde el 10 de abril, a la vuelta de una licencia. 

La cronología detalla el tiempo que una familia debe atravesar para exigir justicia por un hecho de violencia estatal: desde el 21 de marzo en que el papá, la mamá y el hermano de Pablo se presentaron en la causa como querellantes, solicitaron se llame a Guerrero a declarar “en calidad de imputado, por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Pero no hubo respuesta. Por eso, el 6 de junio, reiteraron el pedido con estos argumentos: “Desde el inicio de la investigación, todas y cada una de las pruebas recabadas por el Juzgado corroboran lo que planteamos en nuestra querella del 21 de marzo: el cabo primero Héctor Jesús Guerrero de la Gendarmería Nacional Argentina fue el autor del disparo de la pistola lanzagases que hirió de gravedad a Pablo Grillo el 12 de marzo a las 17.18hs”. Y agregaron: “En el pedido que presentamos ante la jueza Servini ofrecemos una descripción de los hechos y un análisis pormenorizado de los elementos de prueba existentes hasta el momento”.

Y no hubo dos sin tres: el 15 de julio se le volvió a exigir al Juzgado que lo cite a Guerrero. 

Y la tercera fue la vencida: este lunes, Servini citó a prestar declaración indagatoria al cabo Guerrero como autor del disparo con cartucho de gas lacrimógeno calibre 38mm que impactó en la cabeza de Pablo Grillo. La audiencia será el 2 de septiembre a las 10. 

Guerrero es el primer efectivo formalmente imputado en la causa por el operativo policial del 12 de marzo. 

Desde la querella informaron: “El juzgado ordenó la realización de una pericia balística a cargo de la División Balística de la Policía de la Ciudad para reconstruir con el mayor nivel de precisión técnica posible el disparo que hirió de gravedad a Pablo. Si bien la jueza consideró que ya existen elementos de prueba contundentes respecto de la responsabilidad de Guerrero para esta instancia, sostuvo que la pericia es necesaria para afianzar la reconstrucción de la dinámica del hecho”.

 La pericia tendrá como objetivos precisar:

-La trayectoria y velocidad del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo;

-La posición del arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil; 

-Analizar si el proyectil impactó previamente contra otra superficie, y si eso alteró su dirección o energía.

-Las ubicaciones de Grillo y de Guerrero al momento del disparo.

El juzgado también ordenó, previo a la pericia, una inspección en el lugar del hecho (la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís) que incluirá un relevamiento fotográfico terrestre y aéreo y la elaboración de un croquis detallado de la escena. 

Además, le prohibió a Guerrero la salida del país.

Compartimos el perfil de Pablo que realizamos en la edición 203 de MU.

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