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Avellaneda de película: La toma de sus vidas

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En la entrada del Instituto Municipal de Arte Cinematográfico de Avellaneda (IDAC) la bandera del Centro de Estudiantes en lucha decora la reja. Una instalación artística informa como una premonición: “Toma 1 – Escena 5”.
Avellaneda de película: La toma de sus vidas
A cuatro cuadras de allí, en la Plaza Alsina está comenzando un Festival. No es un festival de cortos, no es un festival de fin de curso, es un festival contra el cierre de una carrera llamada Realización Cinematográfica. El Instituto de Arte Cinematográfico pretende cerrar una carrera donde se aprende a hacer cine. ¿Estamos todos locos? Por suerte los estudiantes de la carrera están más locos. Hay bandas. Hay solidaridades de otros Institutos. Hay una performance que termina con las siguientes palabras: “¡Viva la revuelta de nuestra escuela!”. Hay ovaciones y lágrimas. El festival había sido planeado unos pocos días antes pero hubo un ingrediente de último momento agregado el día anterior.
Atrapar sueños y edificios
Cansados de las mentiras y las decisiones abruptas y autoritarias que les transmitían las autoridades, la noche del lunes 21 de noviembre y ante el peligro de que no los dejaran entrar más, los estudiantes decidieron quedarse a cuidar el Instituto, a su carrera de Realización Cinematográfica y a la realización de los sueños de sus vidas. Sin planteos teóricos se lanzaron en la práctica, a la toma del edificio y a la toma del destino en sus manos.
El IDAC no es una institución educativa en la cual uno va caminando por la calle y se anota porque no sabe qué estudiar, o para ver “qué onda” mientras se decide qué hacer en la vida. Allí eligen formarse habitantes de distintos puntos del planeta tierra: del interior del país, de Latinoamérica y también de Europa. El IDAC es un patrimonio cultural de todos. La toma del edificio es una declaración sobre qué cosas hay que defender.
Deci$ione$
Fernanda Chaín, “Feña”, 21 años, chilena, cuenta por qué hacen el festival: “Queremos informar a la comunidad de Avellaneda lo que está pasando en el IDAC, el intento de reemplazar la carrera de arte cinematográfico por la de técnico en televisión, argumentando que otorga título oficial pero en realidad la Municipalidad de Avellaneda quiere pasar el IDAC a la órbita de la Provincia de Buenos Aires. El problema es que nos ofrecen un plan de estudios con contenidos mínimos. Nosotros sabemos que podemos tener las dos cosas pero nuestro Rector interino Raúl Tosso y las autoridades políticas prefieren imponernos un plan en lugar de adaptar los planes de Provincia a nuestra necesidad. Simplemente defendemos que no se nos cierre la carrera que tenemos ahora. Quienes toman estas decisiones no tienen ni idea de cine, el rector sabe pero se deja guiar por intereses económicos y políticos. Está en juego nuestro futuro y queremos que se nos tenga en cuenta a la hora de las decisiones.”
Lo que está en disputa, entre otras cosas, es una trayectoria de 40 años de formación artística. Continúa Feña “Me vine a estudiar al IDAC porque no me parecía justo pagar dos lucas argentinas a una entidad privada por una educación universitaria. Creo en la educación pública. El título que otorga no es oficial, eso ya lo sabíamos y no importa mucho. Lo que importa es la calidad de lo que te enseñan, la vocación de los profesores, eso es lo que buscamos en el instituto. En otras instituciones educativas se perdió el trato profesor-alumno que hay acá. Eso me pareció increíble. La toma del edificio fue una medida de extrema necesidad”
Avellaneda de película: La toma de sus vidas
Mentiroso mentiroso
“Michu” es María Fernanda Carrizo, tiene 19 años y es salteña. Vino a estudiar cine al IDAC para rescatar la tradición popular y cultural de su provincia para que no sea olvidada. Relata: “Hace tres semanas nos enteramos que nos iban a cambiar el plan de estudios con el fin de oficializar el título pero dejando de lado la carrera de realizador cinematográfico, que es la carrera por la que nos anotamos todos. La mayoría de las materias del nuevo plan de estudios son de publicidad y el arte no tienen nada que ver con la publicidad ni con el mercado. Hoy el mercado tiene una necesidad y a raíz de ello quieren reformar nuestro lugar para ponerlo al servicio de ganar plata. Nuestro Rector interino, Raúl Tosso, no nos da pelota, está en contra de nosotros. Está en el cargo de manera “interina” hace dos años y sólo se puede ser interino seis meses como plazo máximo. Hablamos con el Director de Enseñanza Artística de Avellaneda Osvaldo Di Pace y el Secretario de Cultura Hugo Caruso quienes nos mintieron diciendo que ellos habían hecho todo lo posible para oficializar el título de Realizador Cinematográfico y que Provincia no los dejaba, que no podían hacer nada y por eso nos pasaban a este plan. Fuimos a averiguar a La Plata para ver qué es lo necesario para que una institución emita títulos oficiales y nos dijeron que nuestra carrera sí podría tener un título oficial”.
Tomala vos, dámela a mí, los funcionarios muestran a veces que la palabra es una exageración: en realidad, no funcionan.
La merca-cultura
Sigue María Fernanda, sin perder la indignación en la voz y en el alma: “Les reclamamos la parte edilicia que no aguanta inspección alguna ¿Cómo pretenden meter el doble de matrícula en el mismo espacio y con los mismos equipos? El lugar no da abasto. Ante este planteo, nos dijeron ‘-Bueno, el año que viene entran menos’, o sea que la solución para ellos es que la escuela se termine cerrando. Quienes supuestamente tienen que velar por la cultura, no tienen ni idea de nada, sólo defienden la cultura del mercado. Tenemos tres cámaras para todos que las compramos desde la cooperadora. No pueden plantearnos que en vez de hacer cine hagamos publicidad. Nos imponen una carrera técnica y no artística. La televisión tiene otro formato distinto al cine. Argentina atraviesa una crisis cultural. No nos bancamos la mentira, queremos que haya cultura para todos. Un día llegamos a clase y el rector nos dice que se terminó el ciclo lectivo 2011. Empezaron a jubilar profesores”. Sólo hubiera faltado un cartelito: “The End”.
Vaci Arte
Alejandro Cohen, egresó del IDAC en el año 2005 en la especialidad documental y fue docente en la parte de guión. Es miembro de Documentalistas Argentinos (DOCA) y está preproduciendo su cuarto largometraje. Hace años persigue al rector interino que le niega el título: “El municipio de Avellaneda desde hace muchísimo tiempo, incluso desde que yo estaba estudiando viene haciendo un vaciamiento progresivo de todas la escuelas de formación artística que funcionan a nivel municipal. El cuerpo docente y los alumnos siempre tienen que estar enfrentando los atropellos de está política. El IDAC es una institución histórica, la única que tiene una formación que se especializa en cine documental.
Para Alejandro, la necesidad de mercado de formar técnicos para televisión no implica que se tenga que terminar con la carrera de cine: “Al IDAC le agradezco la formación que tuve. Si bien es una escuela pobre, del tercer mundo, tiene una calidad educativa muy buena. Aprendí incluso cómo encarar una lucha frente al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) por recursos. Esto sirve para pensar la cuestión de una política cinematográfica independiente que no esté atada a los vaivenes del mercado o de la gran industria. Gracias a la lucha que tuve en el IDAC y ahora desde DOCA puedo tener una carrera como cineasta, algo que la gran mayoría de estudiantes de este país no tiene la posibilidad”.
Alejandro promete armar una red de egresados del IDAC en apoyo a la toma.
Música eléctrica (concierto de fusibles)
Dicen presente en esta jornada festivalera los estudiantes la Escuela de Música Popular de Avellaneda (EMPA, ver nota en Mu nº 17). Juan Pablo estudia piano y por lo que cuenta parece que la degradación cultural en Avellaneda no es una cuestión puntual sino una tendencia: “Nuestra escuela existe hace 25 años y hace 25 años que no tiene edificio propio. En un principio funcionaba donde hoy funciona el IDAC, luego de años de lucha conseguimos que nos mudasen a la sede de Avenida Belgrano y luego conseguimos el anexo en Avenida Mitre. El problema es que ninguna de las dos sedes están habilitadas para dar clases: los inspectores que vinieron a revisarlas firmaron un documento donde no se hacen responsables de lo que pueda pasar. No tenemos salidas de emergencia. La sede Belgrano funciona al lado de un gimnasio y no se pueden abrir las ventanas porque entra la música del gimnasio. En la sede Mitre a principios de año hubo un principio de incendio en la caja de fusibles eléctricos que está ubicada en la entrada, la gente permaneció dentro ya que no hay salida de emergencia. El lugar estuvo un mes cerrado hasta que lo refaccionaron. Nos vienen prometiendo el edificio nuevo en un terreno sobre Avenida Belgrano, incluso se anunció en un acto con el entonces Gobernador Felipe Solá. Estamos viendo si lo empiezan a construir realmente”.
Más allá de los problemas de infraestructura, hay problemas educativos: “Mucha gente entra y quiere empezar a cursar pero se encuentra sin horas de instrumento, ni los elementos. Las condiciones de cursada son bastante deplorables y son las condiciones de la educación pública a nivel municipal, provincial y nacional.”
La clase del vecino
Daiana estudia canto en la EMPA. En un rato estará hipnotizando el festival acompañada en percusión por el trío Juan-Rodrigo-Juan. Por ahora cuenta: “Las dos sedes son casas viejas alquiladas por el Estado a precio muy bajo, que no tienen las condiciones necesarias para lo que es una escuela de música. Las habitaciones de esas casas son nuestras aulas sin aislamiento o con aislamientos inapropiados como el Durlock y te encontrás en tu clase escuchando también a los músicos de la clase de al lado. La formación básica no tiene reforma del plan de estudios desde hace más de 10 años, al hacerse el ingreso irrestricto no hay horas para toda esa gente que ingresa. Los mismos docentes deben repartir horas para las nuevas clases que se agregaron. El presupuesto estatal es el mismo para una mayor cantidad de alumnos. Lo que se logró hasta ahora fue por cortes de calle, cortes en el Puente Pueyrredón, en el 2007 hubo una toma importante durante siete meses, de ahí se consiguió el anexo Mitre”.
Avellaneda de película: La toma de sus vidas
Plomería y promesas clonadas
Elisa estudia en el Instituto Municipal de Artes Plásticas (IMAP) que funciona en la Casa de la Cultura de Avellaneda, además, preside el Centro de Estudiantes de Artes Plásticas de Avellaneda. Nos cuenta por qué se acerca al festival: “Los institutos de Avellaneda están pasando por la misma problemática que tiene que ver con la falta de interés en que la cultura sobreviva. En los talleres del IMAP apenas si hay baños, no tenemos bachas para poder trabajar con esculturas, no tenemos las herramientas que necesitamos. Hay poco presupuesto y lo que hay, lo bancamos desde la cooperadora, del bolsillo de los estudiantes. Esa es otra cuestión, ¿Hasta qué punto la educación es pública y es gratuita? ¿Hasta qué punto no somos nosotros quienes estamos financiando la educación? No sólo comprando los materiales sino también pagando una cooperadora que además de comprar una bolsa de yeso también se encarga de arreglar cañerías, de cambiar herramientas, de cambiar atriles, de cuestiones que se debería ocupar la municipalidad. Más teniendo en cuenta que la gestión municipal se jacta con el programa ‘Cultura viva’, que de cultura no tiene nada.”
Otras preguntas que se hace Elisa: “¿Hasta qué punto el traspaso de institutos municipales a la esfera provincial o hacia la Universidad de Avellaneda no es sólo un intento de sacarse de encima una responsabilidad? ¿Hasta qué punto se asignan recursos, partidas presupuestarias hacia esos edificios nuevos? Antes de las elecciones había plata y promesas y promesas de edificio nuevo. Pasaron las elecciones y no hay más plata, nos presentaron unos planos que son exactamente iguales a los planos que tenemos en la Casa de la Cultura: cinco aulas, una biblioteca con las mismas dimensiones. El predio que nos prometen es el mismo que le prometen a los estudiantes de la EMPA, nos prometen los mismos predios a todos los institutos.”
Fotosolidaridades
También acercaron su solidaridad los estudiantes de la Escuela de Arte Fotográfico de Avellaneda (EDAF) quienes a los costados del escenario montaron una muestra con sus trabajos. Están padeciendo el cambio hacia jurisdicciones provinciales que permite un título oficial pero lograron que se respete la esencia del plan de estudios. Una comisión habla por el micrófono: “Es lamentable que quieran cerrar una carrera, por eso los estamos apoyando. En nuestro caso hubo una opción, pudimos elegir. A ustedes no les dieron otra vía para solucionar las cosas”.
IUNA y dos y tres…
Los estudiantes de audiovisuales del Instituto Universitario Nacional de las Artes (IUNA): “Luchamos hasta el hartazgo contra los vaciamientos de carreras que ocurren en desmedro del contenido artístico, nuestra lucha es la misma. La educación artística debe ser pública y no mercantilista”.
Continuará
Termina el festival y empieza la asamblea en la toma del edificio, se hace un análisis del festival, se felicita a todos y a todas. Se organizan las guardias. Toman la palabra los estudiantes del Instituto Superior de Formación Docente Nº 1 de Avellaneda que ¿adivinen qué están haciendo? (Tache lo que no corresponda)
a) Estudian normalmente
b) Se toman vacaciones en el Caribe.
c) Están tomando el edificio.
Si eligió c), acertó: están tomando su instituto desde hace 15 días y traen palabras de aliento y reconocimiento en la lucha. Siento que fuese una charla fraternal entre espejos. Continúa la asamblea. Las palabras que flotan son:
“hablar”,
“comunidad”,
“decidir y actuar”,
“toma histórica”,
“admiración”,
“avance”,
“defensa de la historia”,
“desafío”,
“contagiar”,
“depende de nosotros”.
Comienzan las votaciones. El reloj merodea las dos de la madrugada. Me voy así puedo escribir la crónica lo más rápido posible.
Contacto:
https://realizacionidac.blogspot.com/
[email protected]

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La Estela: tierra guaraní en escena

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Las actrices Casandra Velázquez e Ivana Zacharski crearon un unipersonal sobre una niña litoraleña que descubre aventuras al amparo del monte misionero. El calor agobiante, la siesta obligatoria, los árboles de yerba mate y las leyendas de ese territorio se cruzan con la inspiración de Clarice Lispector como punto de partida.

Por María del Carmen Varela

A la hora de la siesta el pueblo entra en una pausa obligatoria barnizada por un calor agobiante. Ni el sueño ni el sofoco detienen a la niña, que abandona su cama con sigilo y logra escapar al amparo del monte. Encuentra en la intemperie el abrigo que no es costumbre en su casa. Cada día la espera una aventura distinta, aunque no siempre hay juego y risas. Rebelde, divertida, decidida, busca compañía para sus andanzas y si no la encuentra, transita en soledad.  La salvación a cielo abierto, la naturaleza como sostén y una fascinación: “La Estela”.

La actriz y bailarina Casandra Velázquez y la actriz y directora de teatro Ivana Zacharski dieron luz a esta niña litoraleña sumergida en la vastedad de un paisaje indómito y deslumbrada por Estela, la joven esquiva con mirada de pantera. Ivana y Casandra se conocieron a sus 18 años tomando clases de actuación con Pompeyo Audivert en el Teatro Estudio El Cuervo, poco tiempo después de que cada una viniera a estudiar teatro a la Capital. Casandra nació en Rosario y creció en Venado Tuerto (Santa Fe), Ivana es de Apóstoles, Misiones, donde se desarrolla esta historia que juntas llevaron a escena. Este universo, recorrido por Ivana, de tierras guaraníes surcadas por árboles de yerba mate y leyendas de peligros a la hora de la siesta, fue la inspiración para La Estela.

Ivana tenía ganas de dirigir un unipersonal y eligió a su amiga Casandra para actuarlo. El punto de partida fue un cuento de Clarice Lispector: La relación de la cosa. Casandra: “Los primeros encuentros fueron sin texto, nos acercamos a la obra desde el cuerpo, la respiración y la carne. En los primeros ensayos bailé un montón, unas danzas extrañas, medio butohkas, transpire, canté, corrí, toqué el bajo. Ivana empezó a escribir y yo a probar y actuar todos esos textos e hipótesis, el insomnio estaba presente, la obsesión con el tiempo, los fantasmas del futuro, algo vinculado a la materialidad del agua y el devenir del río. Aparecieron unos cuentos protagonizados por distintas niñas en paisajes litoraleños. Nuestro personaje de ese momento: una mujer en medio del insomnio, se contaba esos cuentos a ella misma para poder dormir”.

La Estela: tierra guaraní en escena

Foto: Gentileza La Estela.

Después de que Ivana hiciera un taller de escritura con Santiago Loza y Andrés Gallina, la historia fue tomando fuerza. Cuenta Casandra que algo se abrió y comenzó a aparecer la trama: “La obra apareció y nos empezó a hablar. Nos metimos adentro de esos cuentos, de esos paisajes y de esas niñas y dejamos de lado todo lo demás. Apareció algo muy mágico entre nosotras, algo de eso que las obras permiten, que es crear un universo común, descubrir conexiones y relaciones nuevas. Sentía que la obra estaba apareciendo y tenía voz propia, apareció el cuerpo de la obra y una forma de narrar”. Casandra recorre el escenario y su fuerza expresiva invita a adentrarse en la historia de esta niña llena de vitalidad y asombro. La vemos en su habitación, presa del calor de la tarde, en busca de libertad y juego, invocando protección divina cuando algo se le escapa de las manos, trabajando en el puesto rutero, pateando una pelota, como se patea a la injusticia, hipnotizada al descubrir la mirada felina de “la Estela”.

El entusiasmo de la juventud, las tragedias inesperadas, las súplicas, el goce de la novedad caben en ese cuerpo palpitante de sueños. Ivana y Casandra apelaron a sus propias vivencias para hilar la narración. Casandra: “Las dos pasamos nuestras infancias y adolescencias medio punkis en distintos paisajes litoraleños, lejos de esta ciudad, sus ritmos y velocidades. Había algo de ese universo común, de elegir siendo muy chicas irnos de las ciudades donde crecimos, que empezó a operar, casi telepáticamente. El ejercicio de revisitar esos paisajes y poblarlos de ficción fue fascinante, mirar el mundo con ojos de infancia nos abrió mucho permiso y nos devolvió mucha vitalidad, nos permitió vincularnos con la violencia, el dolor y la crudeza de crecer desde un lugar de mucho delirio y mucho juego. La obra es bastante impune en ese sentido, el relato no pide permiso, ni da explicaciones, sólo sucede. Justicia poética, decimos, un conjuro de liberación”.

Al cabo de dias de ensayo, la voz de la niña litoraleña comenzó a asomar y Casandra hizo un trabajo específico con la coach vocal Mariana García Guerreiro. El actor Iván Moschner también se sumó a pulir el fluir de la voz. Escuchar radios misioneras, discos y entrevistas a Ramón Ayala y otrxs artistas misionerxs colaboró con esa tarea. La niña que sube el escalón hacia la adolescencia, la que se enfrenta al monte y sus amenazas, se abre paso en la oscuridad con la lumbre de su irreverencia. Salvar y ser salvada, desafiar la imposición de la siesta, para correr a soñar despierta.

La Estela

El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960, CABA

Sábados a las 18  hs, hasta el 27 de septiembre

@laestela.obra

@casandravelazqz

@ivanazacharski

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Litio: nace un nuevo documental

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Este viernes 29 de agosto se presentará un nuevo contenido de Cooperativa de trabajo lavaca: Litio. Un documental dirigido junto a Patricio Escobar que refleja la lucha de las comunidades originarias y el paralelismo entre la reforma (in)constitucional de Jujuy, como experimento hacia la Ley Bases votada a nivel nacional.

“Te cuento esta historia, si me prometés hacer algo. ¿Dale?”.

Así arranca el documental Litio, una historia de saqueo y resistencias, que continúa…

Un documental independiente y autogestivo de cooperativa lavaca y dirigido en conjunto con Patricio Escobar, que traza un hilo conductor entre la reforma (in)constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).

Este proyecto tiene algunas particularidades: por un lado, no se trata de una única pieza audiovisual, sino de varias. Una más larga, de 22 minutos; y otras más cortas, de menos de 6 minutos. Por otro lado, se propone un documental en construcción permanente, al que se le irán agregando nuevas piezas de una cadena extractivista que parece no tener fin. Para esto, creamos una página web (que también estrenaremos el viernes 29) en la que iremos agregando los nuevos eslabones que surjan a futuro relacionados al oro blanco. 

LITIO muestra cómo viven las comunidades de la puna jujeña en la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, y a la par, zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo. Dato insoslayable: para obtener un kilo de carbonato de litio se utilizan hasta dos millones de litros de agua. Las imágenes se entrelazan con los ostentosos congresos mineros, la represión policial a las manifestaciones por la reforma (in)constitucional y la resistencia de un pueblo que no otorga la licencia social a la explotación minera.

“¿Cuánto cuesta, cuánto vale… nuestra Pacha?”, cantan las comunidades originarias. Esa bandera hecha canción – y esa pregunta- se construye a través de distintas entrevistas a las comunidades Santuario de Tres Pozos, Lipán, El Moreno, Tres Morros, Potrero de la Puna, así como a otros actores. También evidencia el silencio de las autoridades, que no quisieron hacer declaraciones públicas. “Todas las Salinas están cuadriculadas de pedimentos mineros. Allí viven las comunidades y debajo, en el subsuelo, están las minas”, cuenta Alicia Chalabe, abogada de las comunidades.

El documental plantea una premisa: la reforma (in)constitucional de Jujuy en 2023 impuesta por el entonces gobernador Gerardo Morales –a merced de la explotación del litio, ya que modificó el régimen de agua, de tierras fiscales y de la propiedad privada, y ratificó la propiedad exclusiva de la provincia sobre los recursos naturales, entre los que incluye el subsuelo y el mineral de litio– fue el experimento que sirvió de antesala a la Ley Bases aprobada en 2024. Esta profundizó no sólo la matriz extractivista mediante enormes beneficios fiscales a empresas mineras, petroleras y del agronegocio, sino también las relaciones carnales con Estados Unidos y particularmente con Elon Musk, dueño de la empresa Tesla que construye autos eléctricos, para lo cual el litio es fundamental.

LITIO termina con tres palabras, y se erige como punto de partida:

“Esta historia continuará

¿Dale?”.

Te invitamos a seguir construyendo esta historia, este viernes 29 de agosto a las 20, en MU Trinchera (Riobamba 143, CABA).

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Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

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¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?

Por María del Carmen Varela

Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?

La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.

Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.

¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.

Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.

En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.

Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.

NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA

Miércoles 30 de julio, 21 hs

Próximas funciones: los viernes de octubre

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