Nota
Cómo encubre el Estado una desaparición forzada
La Fiscalía Federal de Esquel recaratuló la causa como desaparición forzada. La fiscal reconoce la “gravedad” del caso por tratarse de “la desaparición de un joven en el marco de un procedimiento realizado por una fuerza federal”. Es la primera confirmación judicial respecto a esa principal línea de hipótesis, negada hasta ahora desde el Gobierno. Qué dice la familia. Qué significa este cambio en la causa. El análisis de la abogada, Verónica Heredia: «Si ponés a la víctima de desaparición forzada como una persona perdida, la escondés. Pareciera que la desaparición forzada en democracia, a pesar de que tenemos casos como Julio López, Luciano Arruga o Daniel Solano, quedó atrapada en ese lugar. Y esto es lo que Santiago nos trae: otra mirada. Hoy la gente puede ver que, detrás de él, están todas las otras caras que nadie quiso ver». Cómo respondió el jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, al llamado de lavaca.
Veintitrés días después de que Santiago Maldonado fuera visto por última vez en medio de la violenta irrupción sin orden judicial de Gendarmería a la Pu Lof en Resistencia del Departamento de Cushamen, la fiscal federal de Esquel, Silvina Ávila, aceptó el pedido de la familia del joven de 28 de años y recaratuló la causa como “desaparición forzada de persona”. Es la primera confirmación judicial oficial respecto a la principal línea de hipótesis que desde el 1 de agosto sostienen la familia, la comunidad, los organismos de derechos humano y la Defensoría Federal. “Debido a la gravedad del caso, relativo a la desaparición de un joven en el marco de un procedimiento realizado por una fuerza federal, es que se impulsaron medidas tendientes no sólo a determinar las circunstancias concomitantes a su desaparición sino también a la atribución de responsabilidad de las personas que pudieran ser responsables de su desaparición el pasado 1 de agosto”, subrayó la fiscalía a través de un comunicado oficial. Aún se esperan respuestas desde el Gobierno, que hasta ahora ha sostenido que no hablaría de una desaparición forzada hasta tanto la Justicia se expidiera. Lavaca intentó comunicarse con el jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, sindicado por coordinar el operativo represivo, pero el funcionario cortó abruptamente la conversación.
“Esto es un adelanto”, dijo a lavaca Sergio Maldonado, uno de los dos hermanos de Santiago, horas después de conocido el comunicado. “Que lo reconozcan te da un poco más de alivio: en algún momento se tenían que hacer cargo. Ahora, si desde el Gobierno decían que la Justicia era la encargada de investigar y que ellos no tenían nada que ver, bueno: la Justicia ya tomó intervención y dijo que es una desaparición forzada de persona. ¿Qué quiere decir eso? Que no estamos mintiendo”.
Andrea Antico, cuñada de Santiago: “Por un lado pareciera un alivio que se reconozca finalmente el cambio de carátula, pero por otro lado es trágico que el Estado esté diciendo que hay una desaparición forzada. Ahí te das cuenta cómo viene todo esto”.
Marcar un camino
La Fiscalía Federal informó a través del comunicado que obtuvieron “diversas declaraciones” tanto en la Pu Lof como en la oficina de la fiscal Ávila. “También se han solicitado medidas irreproducibles al Juzgado Federal que, por razones de lógica investigativa, no pueden ser informadas”, esgrimió. En ese sentido, la fiscal prorrogó por otros diez días el secreto de sumario para adoptar medidas en esa dirección.
Sergio: “Estaría bueno que así como los que dijeron que no colaborábamos o que no era una desaparición forzada, todos los periodistas que decían que estaba en Uruguay, en Entre Ríos o Mendoza, ahora se reivindiquen y digan que se equivocaron. Que hagan un mea culpa todos los que actuaron mal y de mala leche, porque hasta antes de ayer decían que mi hermano era sobrino de Vaca Narvaja y que cobraba 32 mil pesos. Todas cosas que uno puede chequear. Es sencillo”.
Justo antes del cambio de carátula, la familia había difundido un comunicado en el que exigían a las autoridades judiciales y políticas que se tomen todas las medidas necesarias para garantizar:
- “La inmediata aparición con vida de Santiago;
- Se inicie una investigación imparcial, seria, eficaz y pronta que establezcan las circunstancias de la desaparición de Santiago y a los responsables materiales e intelectuales y determinen las responsabilidades penales, administrativas y políticas;
- Se requiera la colaboración del Dr. Mario Coriolano a fin que se conforme un equipo de investigación a cargo del Dr. Alejandro Mejías Fonrouge;
- Se garantice a la familia la participación activa en la investigación y su control;
- Garantice seguridad física y psicológica a los familiares, amigos y a todas las personas que colaboran con la investigación en calidad de testigos”.
Luego de confirmar la recaratulización, la familia precisó que la Fiscalía Federal también solicitó a la Procuración General que diera curso a su pedido de integración del equipo de investigación. Sergio: “Por eso nos da bronca que digan que no colaboramos cuando, en realidad, hacemos todo y más, nos adelantamos para buscar pruebas, refutando todas las falsas informaciones y noticias para ir aclarando todo y no dar margen a la confusión. No tendríamos que estar abriendo una página web (www.santiagomaldonado.com), investigando, desmintiendo, pero lo estamos haciendo para marcar un camino que, ahora, se está tomando”.
El Estado desmiente al Estado
De los tres expedientes que se desprenden de los hechos del 1 de agosto (uno de ellos es por una causa federal por “entorpecimiento de servicios públicos” que le armaron a tres personas que habían vistado la Pu Lof ese día), dos corresponden a la desaparición:
- La causa que acumula los habeas corpus presentados por la desaparición de Santiago. La lleva adelante el juez federal Guido Otranto.
- La denuncia por la desaparición forzada, que quedó en manos de la fiscal federal Ávila.
Es preciso ordenar los expedientes para comprender lo que dice a lavaca la abogada de la familia Maldonado, Verónica Heredia.
“La única manera de contrarrestar las mentiras que dijo el Estado a través de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich es que el propio Estado, ahora a través de la fiscal federal, reconozca que estamos ante una desaparición forzada. Sin embargo, hay un desconcepto: si ya desde el inicio se inició un trámite de hábeas corpus quiere decir que hay una desaparición forzada. ¿Por qué? La ley que rige los habeas corpus (23.098) establece que debe determinar ciertos requisitos: la privación de la libertad ambulatoria de una persona y, luego, que se esté denunciando a una autoridad pública responsable de esa privación. Esto quiere decir que si el juez Otranto tramitó los habeas corpus es porque estos requisitos están cumplidos: en el primer caso, con Santiago, y en el segundo, con Gendarmería. El habeas corpus empieza y termina con Santiago: no se puede archivar. La denuncia penal empieza por el hecho de la desaparición forzada y termina con la condena de los responsables materiales y lo autores intelectuales”.
-¿Qué otras medidas aprobó la fiscal?
-La fiscal dice que hay algunas medidas que se están llevando adelante en el ámbito del secreto de sumario, que por respeto no vamos a decir cuáles son para preservar. Obviamente, estamos expectantes por ver con qué se levanta el secreto. Por ejemplo, en el 2007, cuando la jueza Eva Parcio de Seleme solicitó el secreto de sumario en el caso Iván Torres (desaparecido en 2003 en Comodoro Rivadavia, causa que motivó la condena de la Corte Interamericana de Derechos Humanos al Estado argentino), luego lo levantó y dijo que no existía desaparición forzada y sobreseyó a todos: quería cerrar el expediente. Por eso, que haya un secreto de sumario no nos dice nada. Lo que sí es una buena señal es que, en el medio de este secreto, la fiscal haga lugar a la recaratulación de la causa como desaparición forzada.
-Como decían Sergio y Andrea, la recaratulación también abona hacia la principal hipótesis de la familia: todas estas semanas se dijo que no querían colaborar.
-Eso forma parte de la lógica de un delito de Estado: la desaparición forzada de persona implica la tortura de los familiares. La condena de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) en el caso Iván Torres habla de privación ilegítima de la libertad, tortura, desaparición forzada y tortura a los familiares. Porque todo esto que están viviendo es tortura. ¿Y quién la genera? El Estado. No solo por tenerlo a Santiago desaparecido o al no dar información, sino al negarla. Eso habilita a que los medios digan cualquier cosa y que ellos tengan que salir a desmentir. Hoy el Estado no sólo está cometiendo la desaparición forzada contra Santiago Maldonado, sino que está torturando a toda su familia.
-Con todas las pruebas apuntando hacia Gendarmeria, ¿qué está haciendo el Estado para buscar a Santiago?
–El Estado se compone del Poder Ejectuvo, del Poder Legislativo y el Poder Judicial. Hasta ahora, el Poder Legislativo ha pedido la interpelación de la ministra Bullrich en la Comisión de Derechos Humanos y en el Senado. Conocemos que algunos diputados están avanzando con denuncias, pero institucionalmente también tiene su responsabilidad. El Poder Judicial duda, toma algunas medidas tarde y el Ministerio Público Fiscal recién hoy asume la desaparición forzada. Por otro lado, el Poder Ejecutivo niega. En ese sentido, ¿qué está haciendo el Estado en su Poder Ejecutivo? Configurar el delito de desaparición forzada.
-La familia denunció que no hay un procedimiento o protocolo sobre cómo el Estado debe actuar en casos de desaparición forzada.
-Ni siquiera lo prevé la ley de habeas corpus, del año 1984, a pesar que el artículo 43 de la Constitución Nacional establece la desaparición forzada como un tipo especial de habeas corpus. Los legisladores no sólo tardaron en tipificar el delito -que recién se hizo en el 2011- sino que hasta la fecha no modificaron la ley de habeas corpus incorporando lo que expresamente establece la Constitución. El único protocolo, que tampoco sirve, es el relacionado a búsqueda de personas desaparecidas y extraviadas, relacionado a la trata. Cuando estaba esperando el avión en Aeroparque veo que pasan en el televisor algunas fotos. Primero, Sofía Herrera, la chica desaparecida de Tierra del Fuego. Inmediatamente después, Jorge Julio López. Inmediatamente despúes, Iván Torres. Si vos ponés a la víctima de desaparición forzada como una persona perdida, la escondés. Pareciera que la desaparición forzada en democracia, a pesar de que tenemos casos como Julio López, Luciano Arruga o Daniel Solano, quedó atrapada en un lugar. Y esto es lo que Santiago nos trae: otra mirada. Hoy la gente puede ver que, detrás de él, están todas las otras caras que nadie quiso ver.
El que calla
La recaratulación abre una nueva etapa en la búsqueda de Santiago Maldonado. Se suma a la medida cautelar que otorgó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y solicitó al Estado que adopte “todas las medidas necesarias para determinar la situación y el paradero” del joven de 25 de Mayo. Además, le dio un plazo de 10 días para que informe de forma periódica que está haciendo para buscarlo.
Minutos después de que el Ministerio Público Fiscal difundiera el comunicado oficial, lavaca llamó al jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, sindicado por coordinar los operativos represivos esos días en el sur. Noceti había hablado con esta agencia en una entrevista donde confirmó su presencia el 1 de agosto en la Pu Lof, defendió el accionar de Gendarmería bajo la figura de la flagrancia y tildó de mentirosos a la comunidad, a los organismos de derechos humanos y a la Defensoría Federal.
Noceti atiende.
-Buenas tardes, lo llamamos de lavaca porque acaba de salir un comunicado oficial del Ministerio Público Fiscal recaratulando la causa como desaparición forzada. Queríamos saber alguna opinión suya al respecto.
Hubo dos segundos de silencio.
Y cortó.
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.
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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.
Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos Juan Valeiro
El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.
Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.
Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.
Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.
La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”.

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:
- “Que no te vendan gato por león”.
- “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”.
Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:
Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.
Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.
Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.
Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.
Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.
La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.
Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.


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