Nota
Estimado Rey Felipe, le devuelvo los premios
Reflexiones, asombros y otros misterios a partir de las palabras del Rey español en Buenos Aires. Por Sergio Ciancaglini.
Al Rey de España:
Por la presente me dirijo a usted un tanto perplejo, para devolver mi parte de los Premios Rey de España que oportunamente recibí de manos de su señor padre por algunos trabajos periodísticos. Como usted ha heredado el empleo, supongo que esta es la vía institucional.
La razón de la devolución y de mi perplejidad es la liviandad (o la pesadez) con la que usted ha venido a pegotearse a la política doméstica apoyando algo que denominó los “planes de reforma que están en marcha” de la actual gestión. Desde ya, tiene usted todo el derecho del mundo a la liviandad, o a la pesadez. Mi problema es que no sé de qué habla.
He tratado de averiguar cuáles podrían ser tales planes, pero voceros oficiales que solicitan el anonimato no supieron responder con claridad.
Esa mención ocurrió el mismo día en que el país era informado –estadísticamente, porque vitalmente ya todos lo sabían- de los actuales niveles de pobreza, que serían asombrosos si no fuese porque reproducen lo ocurrido en las anteriores crisis que uno quisiera olvidar, sin mucho éxito.
La repetición de las desventuras hace que mucha gente sufra, o se deprima, o se enferme, pero no que se asombre. Afortunadamente otras personas reaccionan con más inmunología, confiando en el antiguo “lo que no te mata te fortalece”, lo cual permite vislumbrar un futuro más allá de “los planes de reformas que están en marcha”.
Eso sí, señor Rey, hasta las crisis se ponen decadentes. En los 90 la socióloga argentina Susana Torrado pudo hablar de los “nuevos pobres” en la Argentina, mientras el entonces planificador Domingo Cavallo la descalificaba sugiriéndole que se fuera a lavar los platos. Hoy la pobreza ha seguido en crecimiento, con nomenclaturas cada vez más floridas y porcentajes cada vez más temibles.
Se habla ahora del crecimiento de los “nuevos pobres estructurales” que es un modo académico de mencionar a personas o familias que tal vez jamás logren salir de esa situación. O el envío sin escalas a la pobreza de masivos sectores de la clase media. Caídas salariales de abismo, desempleo en los niveles más altos de las últimas décadas, comercios y empresas en quiebra atrapadas entre una de las inflaciones más altas del mundo (provocada por las políticas del gobierno), tarifazos delictivos y la recesión: la estanflación, como para que los estudiantes de economía de todo el mundo vengan a aprender cómo hacer las cosas en modo desastre.
Además, en un país en el que tanto funcionarios de la anterior y como de la actual gestión dijeron con falsedad que Argentina produce (¿o podría producir?) alimentos para 400 millones de personas, las estadísticas y la realidad actuales revelan el crecimiento del hambre pura y dura. Y a la desnutrición se agrega la malnutrición por los estragos de una industria alimentaria cada vez más monopolizada y enfermante.

La foto del momento en que Sergio Ciancaglini y Claudia Acuña reciben los Premios Internacionales de Periodismo Rey de España de manos del anterior rey y la anterior reina. Y los premios.
Esas dinámicas económicas favorecen además modelos extractivos de los recursos naturales (o bienes comunes), minería cianurada, fracking, transgénicos, monocultivos empobrecedores, vaciamiento social de los campos, hacinamiento urbano, depredación ambiental, desertificación, contaminación, enfermedades en los pueblos fumigados como insectos, violaciones a los derechos humanos, económicos y sociales, especulación financiera, asistencialismo, clientelismo y shows de corrupción.
No quiero aburrirlo con estadísticas, que apenas reflejan lo que son vidas y muertes concretas sometidas a tendencias que comenzaron antes de la actual gestión y se profundizan ahora logrando, entre otras cosas, endeudar al país para siempre.
La deuda eterna: tal vez ese sea uno de los planes de reforma en marcha, que incluye la transferencia de recursos masiva hacia sectores concentrados de la economía reiterando el modelo conocido como Hood Robin, que le quita a los pobres para dar a los ricos.
Cuando estuve en Madrid hace décadas para recibir estos premios (una vez con Martín Granovsky, la otra vez con Claudia Acuña), los encargados de protocolo se preocupaban por informar que a los monarcas no debía hablárseles de temas conflictivos. “Conversen sobre el clima”, sugerían.
No sé qué pasaría hoy: hasta el clima es conflictivo por lo que hacen y deshacen las corporaciones y los Estados con el planeta.
Pero intuyo que usted ha desobedecido aquel flemático protocolo al hablar de economía en lugar de refugiarse en la meteorología. ¿Por qué lo hizo? ¿Quién le pide tanto? ¿Qué sentido tiene sumarse a un discurso al que rehúye incluso parte del oficialismo actual? ¿Conoce la empatía? ¿Pensó acaso en ponerse en el lugar de millones de personas sometidas a estas inclemencias nada climáticas?
Mi autocrítica: podría haber devuelto estos premios cuando su padre anduvo matando elefantes, pretendiendo hacer callar presidentes ajenos o departiendo amablemente con príncipes acusados de asesinar periodistas. Intuyo que Juan Carlos creyó realmente que ser Rey obliga al resto de los mortales a ser sus súbditos silenciosos, superstición de la que espero esté usted a salvo. (Agrego que su padre había tenido actitudes valiosas con respecto al tema de los derechos humanos, incluso frente a la dictadura argentina, pero aquellos recuerdos positivos se fueron agrietando con el correr del tiempo, que arruga tantas cosas).
Confieso que devolver el premio ni se me pasó por la cabeza en aquellos momentos. Todo ocurría un poco lejos –elefantes africanos, cumbres borrascosas, monarcas sauditas- y yo andaba apasionado con mis trabajos cooperativos y periodísticos recorriendo el país, sus comunidades, sus resistencias y realidades, escribiendo para una publicación que me gustaría calificar como muy noble, aunque en esta circunstancia prefiero definir como muy plebeya. Lo que aprendo, lo que conozco, lo que comparto en esos lugares y con esas personas ha sido y es el mejor de los premios.
Pero en estos días lo veo a usted visitando la Argentina, me enteré de lo que dijo y pensé, siguiendo las doctrinas de moda de la señora Marie Kondo, que no es un mal plan desprenderse de lastres. Estos premios Rey de España pesan más de dos kilos cada uno, según lo he constatado en la balanza de una verdulería amiga.
Pero le propongo que la devolución sea simbólica.
No pienso llevárselos a usted: ya tuvo demoras a la llegada a la Argentina por falta de escalera, solo falta que lo detengan a la salida por sobrepeso. Sugiero en todo caso que no se queje por la demora, a su señora madre le habían robado una capa en plena cena de gala ofrecida por la dictadura así que tiene una historia más divertida que la suya para quejarse. Usted podrá agregar que los mástiles con las banderas de Argentina y del Mercosur se cayeron al piso al verlo, como si hasta los objetos anduvieran alborotados y queriendo decir lo suyo en medio de este realismo tan poco mágico.
Tampoco voy a trasladar estos premios a la embajada: los taxis están prohibitivos, y viajar en transporte público sosteniendo tales esculturas podría poner en riesgo juanetes ajenos.
He pensado, en cambio, coordinar la entrega de ambas esculturas a la Cooperativa Bella Flor, de reciclado de basura, conformada por cirujas y cartonerxs en la emblemática geografía de José León Suárez (sería largo contarle por qué razones esa geografía de basurales fue y sigue siendo emblemática en estas tierras).
Con esta idea no quiero ni remotamente significar que los premios sean basura, ya que han representado una gran alegría para mí. Además, tampoco considero que la basura sea basura, o lo inservible, siendo que en su tratamiento y reciclaje se encuentra una clave para el presente y el futuro humano.
Pero esos materiales tan pesados, esos bronces y mármoles, tendrán mejor destino en esa cooperativa que tanto hace para reciclar el trabajo y gestionar la vida, cosa que los autopercibidos “dirigentes” y “mandatarios” de diferentes genealogías casi nunca han logrado.
Tal vez no sea un fracaso, sino la genética misma de lo que suele llamarse “planes de reforma en marcha”.
CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre


CABA
Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

“Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”. Con esa consigna trabajadorxs de las artes escénicas salieron a exigir la derogación del decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro y pone en serio riesgo al sector teatral independiente. Hubo color y calor, pese a los tiempos oscuros y fríos. El apoyo de la gente en la calle, el fondo del planteo, y la inesperada reacción de Pluto.
Por María del Carmen Varela. Fotos: Sebastián Smok

El público en la calle, sumándose al reclamo en favor del Instituto Nacional del Teatro.
La cita fue en la puerta del cine Cacodelphia, en Diagonal Roque Saenz Peña 1150, desde donde partió la colorida y ruidosa caravana que dobló por 9 de Julio y continuó por Av. Corrientes, hasta llegar a Rodriguez Peña. A las dos de la tarde el tramo de la Diagonal entre Lavalle y Corrientes fue punto de encuentro para actores, actrices, músicxs, bailarinxs, cirquerxs y zanquistas que engalanadxs con trajes de colores, vestidos de puntillas, tapados simil piel y elegantes sombreros le pusieron alegría y movimiento a una lucha que viene desde hace tiempo y se agudizó con el decreto que pone fin a a la autonomía y financiamiento del INT, entre otros organismos afectados. Una de las consignas: “Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”.

¿Quién dijo que hace frío?
Al grito de “Señor, señora no sea indiferente, estamos defendiendo el teatro independiente” la caravana de la cultura logró su objetivo. Irrumpieron sobre el carril peatonal de una Avenida Corrientes poblada de gente en plenas vacaciones de invierno y nadie quedó indiferente. Aplausos, bocinazos, brazos en alto y muchas gargantas se unieron al canto. El reparto de volantes con el logo de ENTRÁ –Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa– puso palabras al reclamo:

¿Te imaginás la calle Corrientes sin teatros?
Las luces apagadas, las pizzerías vacías
Los artistas callejeros sin público
¡Esta peatonal es orgullo nacional!
Y eso es gracias a nuestro teatro
Hoy, nuestro teatro llena la calle de música y color
en este desfile en defensa del Instituto Nacional del Teatro
que para quienes se pregunten ¿qué es y de qué sirve?
Para fomentar y garantizar que el teatro llegue a todo el país
Hace dos meses, el gobierno firmó el decreto 345 que vacía al Instituto
con argumentos falsos sobre su funcionamiento y financiación
¡Al INT, que con los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar,
produce obras, abre salas, genera trabajo y construye cultura e identidad federal!
¡El Instituto no solo implica poco gasto, sino que genera tanto valor!
¡Defendámoslo!

Las familias y el apoyo a la creación, al arte y al significado del teatro.
El teatro que habla y Pluto en marcha
Nora es una de las mujeres que no resultó indiferente. Mientras paseaba por Corrientes se topó con la caravana y se sumó con canto y aplauso. “Me resulta muy conmovedor porque están defendiendo lo más precioso que tenemos, nuestra posibilidad de seguir creando. Esta puesta en escena me emociona, es poner en escena el deseo”.
¿Vas al teatro? “Todo lo que puedo, cuando puedo pagarlo”.

Los besos vuelan.
Las niñeces se sintieron muy atraídas por la caravana y no dudaban en acercarse a saltar y aplaudir. Frente al Teatro General San Martín, hicieron una parada y allí el Teatro habló:
- Ay, ay, ay, me duele todo
- Teatro, ¿qué pasa?
- ¡Me dieron una piña en la cara! Y en la panza y en las piernas. ¡Me tiembla todo!
- ¿Por qué?
- ¡Quieren desmembrarme!
- ¿Quién?

- El teatro explicándo por megáfono la situación.
- El decreto 345 quiere vaciar mi instituto
- ¿Al instituto que produce obras y abre salas en todo el país? ¿Al instituto que genera trabajo y construye cultura e identidad?
- Sí. (El Teatro llora y casi se desvanece)
- ¡Cuidado el teatro se desmaya!

- Al teatro le da un soponcio.
- Yo les juro, no hice nada, el instituto recauda los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar, pero parece que no sirvo para nada
- ¿Qué serían las noches sin tus risas y tus lágrimas? ¿Sin tu forma de imaginar? ¿Sin que nos animes a encontrarnos?
- ¿Alguien vio un teatro? (Señalan a los distintos teatros de calle Corrientes y gritan: ahí, ahí)
- ¡Quiero vivir! (grita el Teatro).
- Si, acá estamos y nos organizamos– replican todas la voces.

Pluto junto a las familias en la calle, observando y aplaudiendo.
La escena de un Teatro golpeado pero en resistencia, revitalizado por la suma de voluntades que lo quieren vivo, se repitió en la puerta del Teatro Astral, donde mucha gente salía de una función infantil. Una vez más, muchxs se acercaron y acompañaron. Pluto, o la persona con el disfraz del famoso perro creado por Walt Disney, saludaba niñxs a su paso aprovechando la alta concurrencia del Astral.
Una vez finalizada la performance del Teatro que quiere seguir contando historias, la caravana emprendió el regreso hacia el lado del Obelisco. Y hasta Pluto decidió abandonar el teatro comercial y se sumó a la fiesta del teatro independiente, mientras otra mujer con su familia se hacía oír con cuatro palabras: “¡Que viva el teatro!”

CABA
Más allá de tu vereda: un documental sobre personas en situación de calle en CABA

Más allá de tu vereda.
Así, a secas, es el nombre del documental que acaba de estrenarse.
No es un documental más. Así se llama el programa de radio de y para personas que viven o vivieron en la calle, que se realiza semanalmente en la organización Sopa de Letras. Esta cobija y aborda la problemática así como la salud mental, desde hace más de 10 años en el barrio porteño de Parque Patricios.
El documental explicita la importancia de la radio, el valor de la comunicación, la potencia de lo colectivo, la necesidad de comunicarse, y que alguien escuche del otro lado, o mejor aún: al lado. Y también refleja la historia de Víctor Rodríguez Lizama, su director, que tiene 64 años y vivió varios en situación de calle.
El Cuervo, como le dicen a Víctor por su fanatismo por San Lorenzo, visibiliza en primera persona junto a otrxs protagonistas lo que se ve a diario, pero no tanto. Lo que se sabe, pero no tanto.
En Más allá de tu vereda, Víctor entrevista a muchos de los integrantes del programa que se emite en Radio Parque Vida (105.9) desde hace más de tres años.
Marcela dice que antes sólo escuchaba. Y que ahora se animó a decir.
Luciana dice que perdió un poco la timidez. Y que, quizá, eso la ayudó a crear la sección “la música que nos hizo”.
Cata dice que encontró un espacio para hacer arte. Para animarse a leer sus poesías.
Alicia dice que antes hablaba “poquito”. Y que ahora “habla un poquito más”.
Lautaro habla cuando llora, emocionado. Dice que no tenía experiencia. Y que ahora se sorprende de sí mismo.
Juan Bautista dice que es el encargado de informar las noticias. Y que ahora sí, alguien escucha su punto de vista.
Cristian dice que está más atento a su alrededor. Tanto, que ahora se anima a opinar.
Víctor dice que hasta no hace mucho, había personas que no agarraban el micrófono. Y que ahora no lo quieren soltar.



Termina el documental, con una última imagen; pantalla en blanco y una sola línea en letras negras.
«A todos los que estuvieron en situación de calle y ya no están».
Hay aplausos, hay felicidad, hay valoración.
Hay orgullo.
Luego, se abre el micrófono para que quien quiera diga lo que quiera.
Jorgelina: “Hagamos más radios”.
Adrián: “Podría estar en cualquier otro lado, haciendo cualquier otra cosa en este momento y gracias a ustedes estoy acá, me ayudaron un montón desde lo emocional”.
Cierra Víctor Rodríguez Lizama, con la remera puesta de su San Lorenzo querido y su pelo repleto de canas:
“La finalidad de este documental es mostrar cómo a través de la salud mental podemos llegar a la gente invisibilizada, que está ignorada. Ojalá que se reproduzca en otros lugares, que sirva de herramienta para salir adelante. Hoy hay mucha más gente viviendo en situación de calle. Además de haber vivido mucho tiempo, participé de los censos populares. Recientemente censamos en la comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat y Constitución) y sólo acá contamos 1480 personas, por donde vos camines están. En la olla popular que hacemos en el Parque Lezama se ve algo similar al 2001. Más personas en calle y más hambre”.
Detrás del Cuervo hay un pizarrón donde se completa al nombre de su documental:
“Más allá de tu vereda,
hay otra realidad,
atrás de tu puerta”.
Al costado, un mural con un puñado de palabras escritas en letra cursiva:
“Hasta que no quede ni una sola persona en situación de calle,
allí seguiremos estando”.
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