Nota
Feuderalismo: Quién ataca a los qom
La comunidad Qom de Formosa sigue sufriendo ataques sistemáticos por parte de un gobierno, el de Gildo Insfrán, que minimiza cada muerte y cada golpiza. Insfrán gobierna desde 1995 un feudo que apoyó a todos los presidentes desde Menem hasta hoy, pone en la corte provincial a funcionarios de la dictadura, controla a los medios y, principalmente, arrasa con derechos de los pueblos originarios para ampliar el modelo extractivo sojero. El gobierno nacional no termina de articular la concreta e inmediata defensa que requieren esos pueblos. Se firmó en abril un protocolo de defensa de la comunidad ordenado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, pero hace dos días el hijo de Abelardo Díaz (hijo de Félix Díaz) y Carlos Sosa sufrieron una agresión violenta que los tiene aún en el hospital.
Gildo eterno
Gildo Insfrán, 62 años, es el gobernador de Formosa desde el 10 de diciembre de 1995, y desde el 83 que ocupa cargos políticos en la provincia tras dejar su oficio de veterinario. De completar su quinto mandato en 2015, empataría a Adolfo Rodríguez Saa en el arte de mantenerse como gobernador durante 20 años consecutivos, la cifra más alta hasta ahora. Pero contando sus años como diputado y vicegobernador, Insfrán ostenta un récord de 30 años en el poder.
La traición originaria
Insfrán fue diputado en la legislatura por Formosa del 83 hasta el 87, año en que ocupó además el cargo de vicegobernador de la provincia hasta la fecha en que asumió como gobernador – dos mandatos. Desde entonces fue elegido tres veces, la última con el 76% de los votos, para lo cual necesitó reformar un mismo artículo de la Constitución de Formosa en dos oportunidades: en 1999, para ser reelegido, y en 2003 habilitando la reelección indefinida.
Insfrán trepó a la gobernación tras ser el vice de Vicente Joga – gobernador del 87 al 95, actual líder del peronismo disidente en el noreste- quien se tomó en 1995 un período de descanso para poder ser electo más adelante. Pero ya al frente de la provincia, Insfrán pateó el acuerdo político con su viejo socio, se desprendió del Partido Justicialista para armar uno propio, y proyectó un camino de concentración de poder rodeado de gente de su confianza. De Menem a Néstor Kirchner, pasando por De la Rúa, Rodríguez Saa y Duhalde, Insfrán mantuvo buenas relaciones con los presidentes de turno.
El amigo de todos
En 1999, Página 12 calificaba al gobernador como “menemista” y comparaba las truncas aspiraciones reelectorales de Menem con las que concretaba Insfrán esas fechas con éxito. Pero el ex veterinario asumió un nuevo período en diciembre de ese año deshaciéndose en elogios hacia el entonces presidente de la Alianza, Fernando De la Rúa, y firmando la emergencia económica.
En 2001, Insfrán fue uno de los 7 gobernadores que visitaron a Menem en la quinta de Don Torcuato donde cumplía arresto domiciliario por la causa de venta ilegal de armas.
Bancó a Rodríguez Saa durante su corto mandato, otro especialista en las re-re en San Luis, y luego se alineó a Duhalde, a pesar de haber sido en el 95 su enemigo electoral en Formosa, al apostar por el ex Vicente Joga.
A través de esta alianza, cuando asumió Néstor Kirchner su primera presidencia en 2003, Insfrán salió a felicitarlo públicamente. En Formosa, Kirchner ganó con el 40,8% de los votos frente a 26% de Menem. Ese mismo 2003, en octubre, Kirchner hizo un viaje relámpago a Formosa de los que comenzaban a caracterizar su gestión: allí firmó junto a Insfrán un Acuerdo de reparación histórica, que reactivaba obras de infraestructura en la provincia y se comprometió a eliminar los bonos monetarios de la crisis. Poco después Formosa debía elegir gobernador y el viaje de Kirchner se leyó como una obvia devolución de gentilezas y apoyo. Ese diciembre, Insfrán ganó con el 67,1% de los votos y encaraba su tercer mandato.

Gildo Insfrán con Néstor Kirchner, en 2007
En 2006 se empezó amasar la posibilidad de la re-re-re de Insfrán. Fue entonces que casi todos los intendentes y jefes comunales de la provincia hicieron público un documento en el que apoyaban la continuidad de Insfrán, con un tumulto de elogios: “Demostrando con creces sus dotes de conductor, el compañero gobernador Gildo Insfrán, interpretando de modo brillante aquél complejo contexto político de los años 2001 y 2002, no escatimó su apoyo tempranero e incondicional a la figura del hoy Presidente de la República”, decía el documento.
Insfrán había logrado consolidar un modelo donde todas las comunas están gobernadas por sus hombres, así también cada concejos deliberantes de la provincia. Actualmente su partido tiene 2 de 3 senadores nacionales, 4 de 5 diputados nacionales, y 22 de sus diputados ocupan las bancas provinciales, que son 30 en total.
Dos de “sus” intendentes fueron denunciados por fraude electoral y un concejal está detenido por un caso de narcotráfico.
Para continuar su empatía simpatía con los presidentes, Insfrán recibió elogios por cadena nacional de parte de Cristina Kirchner el pasado 4 de febrero.
Muertes qom
Los senadores formoseños José Mayans y María Graciela de La Rosa, pidieron el pasado 24 de abril al Senado de la Nación una declaración de “disconformidad con las expresiones vertidas por el periodista Martín Granovsky en una nota publicada en el diario Página/12 del día 18 de abril de 2013″ titulada Insfrán ya no es invisible; el pedido terminó siendo aprobado junto a un paquete de medidas.
En la nota se cuenta la reciente intervención de las fuerzas nacionales de seguridad y también provinciales para proteger a la comunidad qom Potae Napocna Navogoh (La Primavera), cumpliendo una resolución de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos del 21 de abril de 2011.
El párrafo que molestó a los senadores de Insfrán es el siguiente: “Si alguien pensaba que Formosa era un Estado libre asociado con la Argentina, y más libre que asociado, puede tomar nota de una novedad: Formosa está dejando de ser opaca”.
Dato: el cumplimiento de las disposiciones de la CIDH llegan con dos años de retraso, y seis muertos después. La cifra de muertes se desprende de la misma nota, ya que se relaciona la medida adoptada por la Secretaría de Derechos Humanos con una carta enviada por la comunidad Qom a la Presidenta detallando las víctimas desde el 23 de noviembre de 2010: Roberto López. Mario Gómez, Alberto Galván, Mártires López, Celestina Jara, su nieta Natalia Lila y Ricardo Coype completan la lista de quienes fueron asesinados en el marco de una “una renovada frontera de expansión económica principalmente para grandes grupos económicos ligados a los agronegocios, el petróleo y, aunque en menor medida, el turismo”.
Blindaje mediático
En la provincia tienen fuerte incidencia una serie de diarios locales que repiten la prédica del oficialismo. Por ejemplo, el diario La Primavera titula la noticia de las últimas agresiones en la comunidad Qom con las palabras del Ministro de Gobierno de la provincia, Jorge González: “Todo ocurrió en un contexto de una pelea entre muchachos mientras tomaban en la madrugada”. El diario El Comercial también levanta la noticia basándose en la conferencia del ministro, con el siguiente título: “La Primavera: denuncian “manejos políticos””. El primer párrafo refleja el rol del periodismo provincial: “Quedó prácticamente claro el contexto de lo ocurrido en torno a las lesiones sufridas por Abelardo Díaz y Carlos Sosa , corroborándose que se trataron de sucesos de corte policial, y sin ninguna vinculación del gobierno en los mismos”. En otros periódicos también practican propaganda oficial: “Los planes sociales son muy útiles para sus beneficiarios”, titula, por ejemplo, el diario Formosa.
La justicia
Frente a la situación, el Poder Judicial formoseño toma cartas en el asunto, persiguiendo a los qom.
La semana pasada el Juzgado de Instrucción y Correccional N° 2 de Clorinda, a cargo del juez Santos Gabriel Garzón, procesó a Félix Díaz por “usurpación de territorios” que, según las leyes que defienden a los pueblos originarios, pertenecen a la propia comunidad de la que Díaz es qarashe. En los terrenos en cuestión viven numerosos miembros de la comunidad desde hace más de 40 años y, al menos, tres familias habitan en viviendas construidas por un programa social.
Además, existen gestiones en diferentes ámbitos – la Corte Interamericana, la Corte Suprema de Justicia de la Nación- tendientes a destrabar la discusión de fondo sobre el uso y la propiedad comunitaria de las tierras de los pueblos originarios, y en particular de los Qom. Y algo más, la decisión judicial se da en el marco de la aplicación por parte de la Secretaría de Derechos Humanos de la medida interpuesta por la CIDH para proteger a la comunidad.
El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que además representa a Félix Díaz en la causa, dijo en un comunicado al respecto: “La justicia provincial insiste en direccionar la persecución penal sobre el líder de la comunidad en lugar de priorizar la implementación del derecho a la propiedad comunitaria de la tierra”.
Otra medida tiene que ver, precisamente, con la conformación del Poder Judicial formoseño. El pasado 11 de abril, en la sexta sesión ordinaria de la Legislatura Provincial, el bloque oficialista sorpresivamente modificó el plan de labor del día y presentó “sobre tablas” a los postulantes para ocupar los cargos del Superior Tribunal de Justicia.
Uno de ellos es Ricardo Cabrera, nuevo miembro de la Corte Suprema de Formosa ya que el proyecto fue aprobado por mayoría. El periódico La Mañana y el sitio hojacero.com.ar informaron que Cabrera fue subsecretario de Industria durante la dictadura, entre 1977 y 1982, año en que fue designado secretario penal del Juzgado Federal de Formosa. En esa época gobernaba el general Juan Carlos Colombo, condenado en 2009 a 25 años de prisión por asociación ilícita, privación ilegítima de la libertad agravada, tormentos agravados reiterados y desaparición forzada de personas, del que Cabrera no sólo habría sido funcionario sino uno de sus asesores.
Los pobres índices
¿Cómo hace Insfrán para perpetuarse en el poder –30 años contando su etapa como diputado y vice, 18 como gobernador- en una de las provincias más pobres del país?
En el 2000, la línea de la pobreza en la provincia superaba el 60%, llegó al tope de 78,3% en 2002. En el 2003, sin embargo, hubo una abrupta caída en las estadísticas que registraron, de un semestre a otro, un 13% menos de pobres: alrededor de 68 mil personas a escala formoseña.
En 2006, el número porcentaje estadístico fue 43,7%; en 2007, 34,5%; en 2008 nuevamente hubo una diferencia de casi el 13% en las dos mediciones anuales: de 30,7 a 23,4% en el segundo semestre. En 2009 el valor se mantuvo más estable, 23,1%, y en 2010 el registro bajó de 20,1 al 13,6%, y luego volvió hacerlo en el segundo semestre de 2011: 7,7%.
En años electorales (2003, 2008, 2011), las estadísticas bajan más: ¿un éxito semestral de las políticas, reparto de planes sociales que no cambian la pobreza estructural, o maniobras en las formas de medición? En 2012, en Formosa el INDEC registró un índice de 6,4% bajo la línea de la pobreza, es decir alrededor de 33.000 personas.
Según los datos oficiales, la línea de la pobreza se mide “a partir de los ingresos de los hogares, si éstos tienen capacidad de satisfacer – por medio de la compra de bienes y servicios- un conjunto de necesidades alimentarias y no alimentarias consideradas esenciales”.
En la cosmovisión Qom, el trabajo (los ingresos) no se mide en los términos institucionales que impone el registro del censo, mucho menos la interpretación sobre las “necesidades alimentarias y no alimentarias”, y basta una recorrida por la comunidad para darse cuenta de esto. La falta de agua potable, de electricidad, de caminos, la prohibición de pescar en lagunas que el Estado dice “protegidas”, la usurpación de sus tierras, sin contar la avanzada represiva y mortal contra los integrantes la comunidad, quizá oriente sobre la realidad de los Qom y los otros pueblos originarios que suman casi 20 mil habitantes. Sólo ellos son más de la mitad de los pobres que oficialmente reconoce Formosa.
El disciplinamiento
Formosa es la provincia en la que se verifica la mayor proporción entre personas que reciben planes sociales y empleados estatales por un lado, y votantes por el otro. Desde el 2002 se empezó a desarrollar el Plan Jefes y Jefas de Hogar como horizonte de paliativo económico en respuesta a una crisis sin precedentes en la provincia. Tres años después, en 2005 el proyecto alcanzaba a 55 mil personas, más del 10% de la población total de la provincia.
Por otro lado, en 2008, según informes privados, se constató que alrededor del 80% de los trabajadores del Estado recibían salarios inferiores al mínimo vital; el estudio calculaba una base de 60 mil empleados públicos.
Entre los beneficiarios de los planes y los empleados públicos cubren entonces más del 22% de los electores de Formosa.
El diagnóstico, más allá del análisis de estas políticas sociales, merece una relación con los cada vez más cómodos triunfos de Insfrán desde 1995, junto con un modelo que discrimina y reprime a comunidades como los Qom, que no dejan de marcar lo que otros buscan tapar: sus necesidades, la injusticia.
Un modelo de disciplinamiento social o la fórmula, cada vez menos perfecta, para mantenerse el poder.
Nota
Encuentro a la hora del té: Hebe de Bonafini, Chicha Mariani y una reunión para hacer historia

Tiempo, emoción y galletitas. Memoria, humor y lucidez. Esos fueron algunos ingredientes de una reunión histórica y nutritiva ocurrida en 2010 entre Hebe de Bonafini y María Isabel Chicha Mariani. Una charla para recordar un día como hoy, 4 de diciembre, en el que Hebe cumpliría años, porque cuenta parte del nacimiento de un inédito tipo de movimiento social conformado por mujeres desesperadas ante la desaparición de sus hijas e hijos, nietas y nietos, tras el golpe del 24 de marzo de 1976. ¿Por qué recordar? Porque quienes olvidan todo o tienen amnesia, no saben quienes son hoy, en este momento.
Este encuentro de 2010 ocurrió en La Plata entre dos vecinas: Hebe (fallecida en 2022, quien era presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo) y Chicha (quien fallecería en 2018, fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo). Estaban distanciadas desde hacía 29 años, y la propuesta de nota en MU permitió reunirlas. ¿Qué nos dicen sobre el presente los primeros tiempos en la historia de lucha por la aparición de sus hijos y nietos? Los viajes, las gestiones, las anécdotas, la causa de la pelea, sus reflexiones e intercambios, en los principales tramos de esta conversación inolvidable.
Por Sergio Ciancaglini
A las 6 de la tarde sonó el timbre, con una puntualidad de los tiempos en que vida o muerte podían depender de la exactitud de las citas de madres, abuelas y familiares de desaparecidos. En la casa de la fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, María Isabel Chorobik de Mariani, Chicha, había una mesa con tetera, tazas y medialunas, que por un rato desplazaron expedientes judiciales, recortes de diarios y denuncias de su creación más cercana, la Asociación Anahí. A esa casa de la calle 47 de La Plata, llegó Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, con masas, un huevo de Pascua (enviado por Alejandra, su hija) y galletas dietéticas.
Besos, abrazos. Chicha ha perdido casi totalmente la vista. Por eso es Hebe la que dice: “Nos vestimos igual. Estamos en la misma murga”. Las risas ayudaron a sobrellevar la emoción de este encuentro en el que cada palabra y cada silencio tuvieron una carga que mejor que adjetivar, es conocer.
Chicha tiene 86 años, Hebe 81, y ambas una lucidez sin edad.
Se habían distanciado hace 29 años. Se volvieron a ver en marzo, en una exposición sobre Clara Anahí, la nieta que Chicha busca desde noviembre de 1976. Hebe fue a esa muestra en Canal 7, y del reencuentro fugaz nació la idea de una charla con MU. Con tiempo, té y galletitas.

La reunión en casa de Chicha, después de 29 años distanciadas. Foto: lavaca.org
Sonrisas junto al paraíso
Hebe tiene dos hijos desaparecidos, Jorge y Raúl. A Enrique Mariani, el hijo de Chicha, lo mataron en 1977. En noviembre de 1976, un ataque de la Bonaerense bajo órdenes de Ramón Camps reventó literalmente la casa donde había al menos cinco personas que fueron acribilladas, entre ellas la nuera de Chicha, Diana Teruggi. Allí estaba Clara Anahí, tres meses de edad.
Hebe y Chicha se conocieron en noviembre de 1977, con la llegada a Buenos Aires de Cyrus Vance, enviado del presidente norteamericano James Carter, que iba a participar en un acto en Plaza San Martín. Chicha: “Yo había conocido a Licha (Alicia De la Cuadra, un hijo y una hija embarazada desaparecidos) y me dijo que podíamos ir a darle un ‘testimonio’ a Vance. Yo era una bruta, daba clases de Artes Visuales en el Liceo de La Plata pero no sabía viajar a Buenos Aires. Aprendí que un testimonio era un papel con mi caso. Cuando llegué me quedé paralizada. Estaban los funcionarios, todo lleno de milicos armados, los perros, en otro lugar había mujeres. Todas empezaron a gritar. Y se pusieron los pañuelos que tenían escondidos. Y yo sin saber qué hacer, con el papelito apretado contra el pecho. Vino una mujer corriendo, me dijo: ‘Dame el testimonio’, y se lo llevó a Cyrus Vance. Era Azucena Villaflor, la fundadora de Madres”.
Con Licha ya habían resuelto encontrarse allí mismo con otras mujeres que buscaban a sus nietos. “Nos juntamos abajo de un paraíso, frente al Colegio Militar. Nos debían estar filmando desde adentro. Conocí a Ketty (Beatriz Neuhaus) y me llevé una sorpresa: me saludó con una sonrisa. Y Eva Castillo, lo mismo. Pensé que no tenía que andar con esa cara de desgraciada, si ellas intentaban que el encuentro no fuera tan ingrato”.
Así, el 21 de noviembre, nacía Abuelas. Hebe, intencionadamente: “¿No era el 22 de octubre, entonces?” La diferencia de fechas es parte tal vez de las distancias nacidas con la salida de Chicha de Abuelas, en 1989. “Hubo cosas que no me gustaron y siguen sin gustarme, pero no quiero hablar de eso. No quiero que nada demore el trabajo de buscar a mi nieta”. Hebe: “Pero tu trabajo fue fundamental, y en los momentos más difíciles con vos al frente, fue que lograron recuperar a los primeros 60 chicos. Todos lo sabemos. Y por eso te quiero decir que todas las Madres te mandan un beso grande, te apoyamos totalmente en lo que necesites”.
Chicha se emociona, y me cuenta: “Pero aquel día, cuando me iba a volver, la veo a Hebe que dice: ¿quién va para La Plata? Cuando me acerqué, no me preguntó si quería que fuéramos juntas. Directamente me dijo: ¡vamos!” Se ríen y Hebe agrega datos no descartables: “Los pañuelos eran en realidad los viejos pañales que guardábamos para nuestros nietos. Los habíamos usado primero en octubre, para poder reconocernos en una marcha a Luján. Las que nunca los usaron fueron Azucena, y Esther Careaga, porque decían que parecíamos monjas”. Azucena, Esther y Mary Bianco desaparecieron poco después, en diciembre de 1977, operativo de la ESMA alrededor de la Iglesia de la Santa Cruz, merced a la infiltración de un falso hermano de desaparecidos, que en realidad era Alfredo Astiz.
Madre de la bombacha roja
Los viajes de estas dos mujeres recién comenzaban. Chicha empieza a reírse, recordando uno de sus regresos en colectivo, desde Quilmes.
Hebe: Yo iba con la carpeta de denuncias, paraguas, piloto, fiambres y chorizos.
Chicha: Y yo llevaba salamines, lo hacíamos medio para disimular, y para hacer algún mandado de paso.
H: Cuando llegamos, me paro, se me cae la pollera, y quedo en bombacha.
C: Escuché la risotada de Hebe, que para no largar los chorizos no se subía la pollera. No la veía bien porque yo iba agarrada a los salamines. Pensé que tenías combinación.
H: ¡No! Para mi las enaguas eran cosa de vieja, y para colmo me habían regalado una bombacha roja y era justo la que llevaba puesta. Más trola imposible.
Otra ronda de té. Chicha toca la mano de Hebe.
C: Pero te quiero recordar algo más, también por el 77 o 78. Un día apareciste con vestido celeste, planchadito. La noche anterior se había escuchado un tiroteo. Viniste a avisarme que ibas a ver qué pasaba. Y llevabas una canastita con comida por si había alguien que necesitara algo. Te pregunté si querías que fuera con vos, dijiste que no. Fue una prueba de coraje. Yo no me atrevía a ir.
H: Esas cosas nacen pensando en que si tu hijo está en esa situación…
C: El tema es cómo superar el miedo sin paralizarse.
H: Las mujeres lo sabemos. Es como parir. No pensás en vos, ni en quedarte quietita, pensás que tenés que hacer fuerza para que nazca y sea sano. Pero además, se llevan a tu hijo ¿Hay algo peor, más horrible? Así que nada: hay que seguir.
C: Yo pensaba que si me llevaban no iba a aguantar ni dos minutos en la mesa de torturas. Soy muy sensible al dolor. Mi ilusión era morirme enseguida. Qué tonta, ¿no?
H: Una piensa estupideces. Yo andaba siempre con cepillo de dientes, calzoncillos y pañuelitos en una bolsita, por si encontraba a mis hijos. Todos éramos muy inocentes. Hasta los chicos. Un día entro al cuarto del mayor y estaba con unos amigos, todos atándose. ¿Qué hacen? “Practicamos cómo desatarnos por si nos agarran”. Creían que les iban a dar tiempo.
C: Nunca imaginaron la perversión.
H: Habían preparado todo para saltar a lo del vecino. Pobres. A uno de mis hijos lo encontraron por mi vecina, que dijo que había reuniones en la casa y pasaba algo raro.
C: Pensar que tanta gente pudo ayudar, pero se calló. No sé qué tenemos adentro. El enano fascista.
H: Pero fijate al revés: otro vecino salió a avisarle a mi hijo que lo esperaba la policía, y entonces se lo llevaron a ese vecino. Después lo soltaron, pero el tipo no quería ni verme. Es difícil juzgar.
C: Sí, pero yo veo que tenemos raíces. Hace mucho quiero hacer un libro, la Historia de la Infancia Argentina. Desde los españoles que llevaban chicos y chicas indígenas como esclavos y sirvientes, después los terratenientes con derecho a hacerles hijos a las mujeres campesinas y apropiarse de ellos. El derecho de pernada, que todavía existe, del patrón sobre la primera noche de cada niña. Hagamos un salto: llegan los militares, se llevan a los chicos, y mucha gente lo ve bien. Yo creo que es todo ese residuo ancestral, que produjo la enorme vergüenza de un pueblo que se supone culto, pero no abrió la boca, no tomó la defensa de ningún niño. Me atrevo a decirlo porque es mi pueblo. Pero no puede ser que haya parecido normal que los chicos sean secuestrados y apropiados.
H: Hacé el libro. Nosotras lo podemos imprimir.
C: Te cuento algo más. El secretario de Pío Laghi, monseñor Celli, les dijo a dos abuelas, Elba Ford y Delia Penela: “Dejen de molestar, imagínense los chicos están con familias que pagaron 4.000 pesos por cada uno, eso les dice que los van a cuidar bien”.
Hebe da un respingo. “Tengo una información muy importante que contarte cuando estemos solas”.
Les propongo apagar el grabador. “No, totalmente solas. Encerradas en el baño”, dice Hebe, entre las carcajadas de Chicha. ¿El baño es un lugar para intercambiar datos? Hebe: “Claro. Hay cagadas, pero de otra clase”. Chicha: “Me estoy divirtiendo. Mirá, cada una habrá hecho o dicho cosas. Pero somos leales”. En una época engañaron a Chicha diciéndole que podría recuperar a su nieta. “Le hice a Hebe un poder para que cuidase a mis padres por si yo tenía que irme al exterior. Todavía lo tengo guardado”.
El día que se distanciaron
Siguen las cataratas de diálogos:
C: ¿Te acordás cuando estuvimos con Sandro Pertini? (Presidente de Italia)
H: Estábamos en un departamentito vacío, con dos camas y dos colchones. Como éramos cuatro (con Elida Galetti y María Del Rosario Cerrutti) nos turnábamos: cama sin colchón, o colchón en el piso. Calentábamos agua en una jarrita para poder bañarnos.
C: Salimos de compras y vos llevabas la comida en una bolsita.
H: Comprar era un lío, como no sabíamos italiano, tenía que hacer el gesto de limpiarme el que te dije para que entendieran de queríamos papel higiénico.
C: Y de repente nos avisan que vayamos urgente al Quirinale, que Pertini nos iba a recibir. Salieron los del protocolo, agarraron nuestros tapados pero Hebe no quería darles el tapadito ni la bolsa de comida.
H: ¡Con lo que nos costaba la comida, mirá si se las voy a dar! Además yo había salido así nomás, con ropa medio feona, no quería sacarme el tapado. Pertini lloró con nosotras, denunció a la dictadura. No lo reconoció a Videla. Fue de los pocos.
C: Pero cuando salimos, en esos salones principescos, había un sillón de terciopelo con la bolsita de nuestra comida.
¿Cuándo se distanciaron?
C: Capaz que ni te diste cuenta. Yo me enojé con vos en la Catedral de Quilmes. Las Madres la habían tomado. Yo las acompañaba. Seríamos 20 entre todas. Hiciste un comentario de esos que hacés vos, fuerte. Yo dije: “No podemos seguir discutiendo”, y me abrí.
H: Ya me acuerdo, fue en 1981, después de la primera Marcha de la Resistencia. Claro, lo querían mucho al obispo (Jorge Novak) y yo le decía de todo. Fue así: terminó la Marcha y nos fuimos para Quilmes. Teníamos termos, frazadas, hasta walkie talkie (en la era pre-celulares y pre-Internet). Estábamos comiendo heladito en la plaza, todas separadas para que nadie se diera cuenta. Juanita Pergament se encargaba de la prensa. Pero llegó antes de tiempo con los periodistas, tiramos los helados y nos metimos corriendo antes de que nos cerraran la Catedral. Se armó un quilombo padre. Y ya ni sé qué le habré dicho al viejo ese. Me decían: “Claro, tomás la Catedral del que sabés que no te va a echar”. Y claro, no iba a ir a una donde nos rajaran. El ayuno duró 12 días, hasta Navidad. Pero es cierto, siempre fui una desbocada. Ella no (señalando a Chicha). Ella lo que tuvo es el rigor, la prolijidad para investigar todo. Impresionante.
C: Mi desesperación era encontrar a Clara Anahí. Todo lo que fuera distraer esa búsqueda para discutir, me sacaba de quicio. Pelear con Hebe no tenía sentido. Además, te acordás que una vez en tu casa te dije: mi hijo está muerto. Mi búsqueda es diferente. Las Abuelas tenemos que recurrir a la justicia. Las Madres tienen otro reclamo. Fue bueno que cada una fuera por su lado.
La hora del secreto
Hebe cuenta que a pedido de su hijo Raúl una vez sacó a una mujer y a un chiquito al Brasil, todos con documentos falsos, en plena dictadura. “Lo llevaba en brazos yo, porque si agarraban a la mamá, por lo menos se salvaba la criatura”. Chicha tuvo lo suyo, pero en democracia: “Con Mirta Baravalle, una valiente, llevamos a un chiquito a Brasil, donde tenía familia. La mamá había muerto ese día en el ataque a La Tablada (enero de 1989). Lo hicimos en secreto. Nunca supe de él”.
¿Cuáles son las claves para actuar en estas situaciones donde todo parece en contra?
C: Hay que aprender a mirar para afuera de uno, de la casa, captar todo lo que hay alrededor. Aprender todo lo que quepa en el cerebro, en el cuerpo y en la memoria.
H: Es cierto. No pensar en uno. El otro soy yo. Lo que le pasa al otro me pasa a mí. Y no parar. Como hizo Chicha. Lo que está haciendo ahora es muy importante con la Asociación Anahí. Hay que conocer eso. Porque ella tiene un modo especial que le llega mucho a la gente. Hoy como funciona la política, no sirve. Hay que cambiar el estilo. A nadie le interesa hablar de marxismo, trotskismo ni peronismo. No te dan bola. Funciona que haya gente como Chicha, o las cosas que hacemos nosotros con el Ecunhi (Espacio Cultural Nuestros Hijos, en la ex ESMA), con la Universidad, la radio y todo lo demás”.
Sobre el presente, Chicha dice: “El gobierno hizo avances, pero para mí falta que apuren a las fuerzas militares para que digan qué pasó con los desaparecidos y los chicos apropiados. Lo saben, tienen el material. Entonces, que digan la verdad”.
Hebe: “¿Te digo lo que te tengo que contar”. Chicha le responde “vamos” y zarpan las dos tras una puerta vaivén. La reunión no fue en el baño, sino en la cocina de la casa de Chicha. Vuelven, sin apiadarse del cronista.
Hebe: No sabés lo que te perdiste.
Chicha: Ya lo sabrás alguna vez.
Hebe: Ella sabe unas cosas. Yo sé otras. Es lo que hicimos siempre. Juntar lo que cada una sabe, y armar el mapa, para saber dónde estamos paradas.
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Nota
Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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