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Justicia con ingenio: cinco sindicalistas y dos abogados presos en Jujuy
(Observatorio de la ley anti-terrorista de lavaca.org) San Pedro, Jujuy. El 9 de marzo, la misma jueza que ordenara el desalojo en tierras del Ingenio Ledesma -4 muertos, decenas de heridos-, Ana Carolina Pérez Rojas, dictó una orden de detención contra cinco dirigentes del Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio Ledesma y dos de sus asesores legales, que hasta el martes 13 continuaban detenidos. La acusación por “privación ilegítima de la libertad y coacción agravada” se remonta dos años atrás, marzo de 2010, cuando cientos de trabajadores con sus familias marcharon al juzgado de San Pedro para exigir que la jueza Lakatos se expida sobre la situación de quiebra del ingenio, que atentaba contra sus fuentes laborales. La causa, que estaba a meses de prescribir, fue reflotada por jueces residuales de un nuevo juzgado jujeño creado en 2011, mientras que la que investiga el brutal desalojo en Libertador, que dejó 4 muertos, continúa suspendida.
“Sabemos que esto se está dando en el marco de la Ley Antiterrorista aunque no se la nombra, pero se la aplica. No podemos decir que están usando la ley, pero si que es la misma predisposición de los jueces que tienen un viento de cola en la resolución de los conflictos y arremeten contra dirigentes y trabajadores”, interpreta José Del Frari, secretario general de CTA Jujuy, que encabeza los reclamos.
Tras que le jueza dictara la orden de detención, el 9 de marzo, fueron detenidos los dirigentes azucareros Raúl Maigua y Jorge Álvarez, privados de la libertad, al menos, hasta el martes 13, a pesar de lo excarcelable del delito que se les imputa. Desde la justicia aseguran que los liberarán luego de tomarles declaraciones. Bajo esa promesa, el lunes 12 de marzo se presentaron el resto de los dirigentes y los asesores legales de los imputados, Enrique Waschneider y Fabián Tejerina, también acusados. Todos –dirigentes sindicales y abogados- hasta la tarde del lunes 12 seguían esperando a que le tomen declaración, detenidos.
Una causa a punto de prescribir
Según Del Frari, los voceros oficiales del gobierno –que son, en muchos casos, periodistas o canales de televisión regionales- argumentan el reflotamiento de la causa por el reacomodamiento de la justicia jujeña, la creación de nuevos juzgados y los llamados “jueces residuales”, encargados de revisar causas antiguas. “¿Por qué no revisan las causas por asesinato y desaparición de personas, y en cambio tienen tiempo para criminalizar a los trabajadores?”, pregunta Del Frari.
La causa había sido iniciada tras una movilización al juzgado sampedreño, en marzo de 2010, para evitar la quiebra del ingenio La Esperanza. El plazo para que le jueza encargada, Cristina Lakatos, autorizara un acuerdo de financiamiento con otro ingenio estaba expirando. Finalmente los trabajadores tomaron los tribunales al saberse que Lakatos se aprestaba a autorizar un acuerdo de financiamiento con el ingenio El Tabacal por 26 millones de pesos y sin el consentimiento de la dirigencia sindical. Imputación mediante, lograron así que el 25 de marzo Lakatos resolviera aceptar una propuesta de advenimiento y arrendamiento del grupo cordobés Reggio favorable a los trabajadores.
Dos años después, los jueces residuales consideraron la reapertura de la causa, que estaba a punto de proscribir. La jueza en cuestión, Pérez Rojas, tiene historia en el mundo azucarero: junto al juez Saman fue quien ordenó el desalojo del asentamiento de Libertador, propiedad de Ledesma, una violenta represión que terminó con la vida de Alejandro Farfán, Ariel Farfán, Féliz Reyes y Juan Velázquez; también, cuenta Del Frari, desprotegió a un dirigente sindical que era sistemática y sospechosamente amenazado: “El muchacho recibió varios impactos de bala en su casa y ella ni siquiera le puso custodia”.
El viernes 9 de marzo, la Comisión Directiva del Sindicato de Obreros y Empleados Azucareros del Ingenio La Esperanza (SOEAILE) y sus asesores legales se desayunaron con la noticia que estaban siendo buscados. “Esto no es casualidad, sino que es una causalidad en función del trabajo unificado que venimos desarrollando los gremios azucareros de Jujuy y Salta, porque unificamos el reclamo del salario mínimo en 5 mil pesos coordinando con todos los gremios en hacer respetar los derechos de los compañeros y mejorando nuestras condiciones de trabajo. Se ve que esto les toca los intereses al empresariado y vemos que tienen poder para hacer este tipo de cosas y usar las herramientas para avanzar sobre los derechos de los trabajadores”, dijo el dirigente Rafael Vargas, secretario general de los azucareros de Ledesma.
En efecto, la reagrupación de los trabajadores y la coordinación de estos gremios en el Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio Ledesma va por fuera de la Federación Obrera Tucumana de la Industria del Azúcar (FOTIA), que hasta 2011 negociaba las paritarias y otros derechos de los trabajadores. Otro referente de CTA Jujuy, Nando Acosta, explica la diferencia: “Todos los años anteriores el que normalmente firma o termina arreglando los salarios de los sindicatos era la FOTIA, que arreglaban con la empresa por abajo”. Estos otros gremios, nucleados por la CTA, firmabanen julio de 2011 –las mismas semanas de la represión el Libertador- un salario récord para la industria.
La orden de detención motivó una inmediata respuesta por parte de los trabajadores de La Esperanza y otros ingenios, que se manifestaron al juzgado local y luego cortaron la Ruta Nacional Nº 34, desde las 12 hasta las 18 de la tarde del fin de semana. Las consignas: “Libertad a Maigua y Álvarez, proscripción de la causa” por movilizarse al juzgado. Del Frari dice sobre lo que sigue: “Vamos a usar todas las vías leales y gremiales para garantizar que los compañeros tengan las condiciones adecuadas”. Por ahora, eso sería que, tras prestar declaración, liberen a los siete dirigentes y abogados detenidos. Luego comienza otra lucha. Acosta la define así: “Si buscan amedrentar, no lo han conseguido. La respuesta fue inmediata y el apoyo y respaldo de los otros trabajadores de los sindicatos de azúcar de la zona habla de eso. Lo que creo es que hay un intento de mostrar que al que pelea, lo van a criminalizar. Nosotros vamos a demostrar lo contrario: al que pelea nosotros lo vamos a bancar, y vamos a seguir peleando por los derechos de los trabajadores”.
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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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