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Lo que no se dice de la nueva planta de Monsanto

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Estos son dos informes elaborados por el doctor Medardo Avila Vazquez de la Red de Pueblos Fumigados que explican por qué la planta es contaminante, y qué es lo que se oculta sobre el proyecto.

Lo que no se dice de la nueva planta de Monsanto

La entrada de la planta de Monsanto, en Malvinas Argentinas. Foto: Ecos Córdoba

Las semillas transgenicas para la Planta de Malvinas Argentinas

Los promotores de la instalación de Monsanto en Malvinas Argentinas argumentan que la planta no generara contaminación al ser una “procesadora de semillas”; tratan de ocultar el carácter tóxico de la misma detrás de la simbólicamente apreciada concepción de “semilla” que tienen todos en general. También intentan esconder los poderosos venenos con que trataran a esas semillas, y sobretodo buscan disimular en qué han convertido a esas semillas de maíz manipuladas por Monsanto, la empresa más siniestra e inescrupulosa entre todas las multinacionales.
Para divulgar esta información, la Red de Médicos de Pueblos Fumigados emite este primer Informe sobre la nueva semilla que se procesará en la planta, utilizando la información que ha podido ser obtenida hasta este momento con mucha dificultad. En poco tiempo emitiremos un 2º Informe sobre el proceso de tratamiento de las semillas en el proyectado establecimiento.
1º Informe: El maíz venenoso de Monsanto
Monsanto produce actualmente tres semillas de maíz que comercializa en la Argentina. Una es el Maíz MON810, semilla al que han injertado genes transgénicos a través de bombardeo con micropartículas, logrando que las plantas que se generan de todas ellas, durante su ciclo vital, en cada una de sus células, secrete una toxina (toxina Bt, procedente del bacilo turingiensis), tóxica para insectos lepidópteros (mariposas) que atacan estos cultivos.
El maíz MON810 contiene entre otros genes implantados, genes que convierten en resistentes a los antibióticos de uso común en medicina humana (resistencia a aminoglucócidos). La Unión Europea prohibió, por esta razón, el ingreso de esas semillas a su territorio en 2004 a través del art. 2 de la Directiva 18/ 2001 del Parlamento Europeo y del Consejo Ejecutivo de 12 de marzo de 2001 (1) (el Ministerio de Salud argentino parece que nunca se dio cuenta de ello). Paralelamente muchos países de Europa denunciaron el impacto ambiental que estas plantas venenosas de maíz generan, al secretar insecticidas todo el tiempo durante el que están vivas, causando una huella mucho mayor a la que generan las fumigaciones esporádicas con agrotóxicos.

Lo que no se dice de la nueva planta de Monsanto

Un ejemplo de ello fue la desaparición total de las mariposas Monarca en los países que se cultivaba maíz Bt (incluida Argentina)


Últimamente científicos canadienses detectaron la toxina Bt inclusive en sangre de cordón umbilical de niños recién nacidos, confirmando la amplísima contaminación generada por este tipo de cultivo. Es preciso reconocer que esta toxina no es inocua para los humanos, por lo que la preocupación médica está aumentando (2). En la Argentina el maíz MON810 se conoce como Tecnología MaízGard® (MG) y se utiliza desde 1998.
En 2004 Monsanto incorporó un maíz resistente al glifosato. Es el Maíz NK603 aquí conocido como Roundup Ready Maíz 2. Esta semilla permitió rociar con glifosato los cultivos de maíz y también a la población rural vecina del cultivo, con las consecuencias ya conocidas, sobre todo por los vecinos de Bº Ituzaingo de Córdoba. La ventaja era que no crecerian plantas entre los surcos con maíz, entonces este progresaria fuerte y alto sin competencia por el sol, el agua o los nutrientes del suelo. Pero glifosato no es atóxico como miente aún Monsanto, ni se puede tomar un vaso lleno de roundup como propone el Ministro de Ciencia y Tecnología Barañao: produce cáncer, malformaciones y es disruptor endócrino (3).
Monsanto en 2007 lanza una versión que cruzaba los dos monstruosos maíces transgénicos, NK603 X MON810, llamado aquí MaízGard Roundup Ready 2® (MGRR2), una semilla que genera una planta resistente a glifosato y secretora permanente de insecticida.
El nuevo maíz mutante de Monsanto
Recientemente el gobierno nacional, en un arranque de complacencia transgénica, aprobó nuevas semillas, entre ella una de Monsanto y Dow, el maíz MON89034 x TC1507 x NK603. Esta es una versión mejorada del maíz Bt (MON810), aquel que generaba una toxina que permanentemente mataba a algunos insectos perjudiciales para el cultivo. Ahora el nuevo mutante de maíz no sólo genera un veneno, sintetiza tres venenos diferentes, que se secretan todo el tiempo. El nuevo maíz (si aún se le puede llamar así) es capaz de matar todo tipo de orugas y gusanos de mariposas que traten de anidar en sus chalas, hojas o espigas, y ahora también es capaz de exterminar a las temibles vaquitas de San Antonio, un coleóptero que suele anidar en su raíz.
Este nuevo maíz, que según la anuncio la Presidenta durante su encuentro con los líderes de Monsanto, se llamaria comercialmente: “Intacta”, también quedará intacto bajo la lluvia de glifosato, para el que tiene dos nuevos genes que le dan la capacidad de sobrevivir, y además será resistente a un segundo herbicida: el glufosinato que comenzará a llover sobre los 12 millones de personas que viven en las zonas de cultivos transgénicos del país.
El nuevo y venenoso maíz que Monsanto preparará en Malvinas Argentinas vendrá a generar niveles de contaminación y daño ambiental nunca imaginados; pensar que muchos países desarrollados rechazan al maíz que produce una sola toxina Bt, y nosotros autorizamos y cultivaremos un maiz que tiene tres venenos Bt, cuyo impacto es desconocido y que aún asi fue autorizado por el SENASA en base al principio de equivalencia sustancial de transgénico con orgánico; equivalencia que imaginan hipotéticamente, pero que desconocen y afirman como real con temeraria irresponsabilidad (Resolución Nº 382/2012, Ministerio de Agricultura de la Nación)(4).
Intacta, el nuevo maíz mutante de Monsanto, significará una escalada más en la carrera por aumentar la cantidad de herbicidas con los que se bañan nuestros campos; hoy glifosato solamente consume 280 millones de litros/kg por año, glufosinato lo acompañará rápidamente aportando su propia y reconocida toxicidad en humanos; y la realidad demostrará como es falso el argumento de que estos manipuleos genéticos disminuyen el uso de agrotóxicos (5). La experiencia nacional demuestra que desde que se aprobó la soja RR no deja de crecer el consumo de venenos agrarios; con venenos es imposible impedirle a la naturaleza penetrar en los extensos monocultivos con plantas (malezas) que se adaptan a los agrotóxicos; esta carrera contra la naturaleza sólo le conviene a las empresas de biotecnología que inventan una solución falsa y dañina todos los años para sostener su negocio.
A la vez, por el carácter de cruzamiento de los distintos mutantes acoplados del maíz, es muy probable que más de un 10% de las nuevas plantas continúen reproduciendo genes de resistencia a antibióticos de uso en medicina que son utilizados como genes marcadores en el proceso de transgénica del MON89034, lo que es una amenaza concreta a las herramientas terapéuticas de la medicina actual.
Además Intacta es híbrido, nadie podrá guardarlo para volver a sembrarlo: ya no vuelve a crecer; inevitablemente contaminará genéticamente a otros maíces vecinos y las empresas multinacionales cobrarán derechos de propiedad genéticas a los productores; ya nada será como antes. El maíz en poco tiempo no podrá convertirse en mazamorra o un buen locro, este es un maíz pensado para forraje de animales o principalmente para biocombustible. Para comer habrá que ir a Mac Donald.
En conclusión, la semilla INTACTA, el nuevo maíz mutante de Monsanto, que se preparará en la nueva planta, es una verdadera amenaza a la salud humana y al ambiente general de nuestro país. El maíz es el alimento que permitió a los humanos progresar a través de 15.000 años en América, su semilla es convertida ahora a través de biotecnología en un asesino serial capaz de resistir la lluvia combinada de venenos en fumigaciones aéreas o terrestres sistemáticas, que matarán a todas las plantas cercanas al cultivo menos al nuevo mutante; y será también una usina permanente de toxinas insecticidas cuya consecuencias ambientales en nuestro delicado equilibrio ecológico-sanitario (recordar epidemia de dengue 2009) son por lo menos imprudentes y alarmantes. Con esta base de información se debería desencadenar la aplicación inmediata del principio de precaución de la legislación ambiental y frenar el proyecto Intacta de Monsanto.
Malvinas Argentinas, un humilde pueblo trabajador cercano a la Ciudad de Córdoba, caracterizado por sus carencias y la dignidad de sus habitantes, no merece convertirse en la factoría de este temible maíz venenoso. La historia de las factorías de Monsanto en todo el mundo sólo refieren contaminación, dolor y muerte; no queremos eso para Malvinas Argentinas y tampoco queremos que sea cómplice de este negocio macabro que impulsan Monsanto y los gobiernos de los estados nacional, provincial y municipal, deslumbrados por el productivismo extractivista de corto plazo.-
Dr. Medardo Avila Vazquez
Coordinador Red Universitaria de Ambiente y Salud – Médicos de Pueblos Fumigados
Referencias
1- DIRECTIVA 2001/18/CE DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO de 12 de marzo de 2001 sobre la liberación intencional en el medio ambiente de organismos modificados genéticamente y por la que se deroga la Directiva 90/220/CEE del Consejo. https://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=OJ:L:2001:106:0001:0038:ES:PDF
2- Toxinas peligrosas de maíz genéticamente modificado que se encuentra en la sangre de mujeres y fetos. https://translate.google.com/translate?sl=en&tl=es&js=n&prev=_t&hl=es&ie=UTF-8&layout=2&eotf=1&u=http%3A%2F%2Farticles.mercola.com%2Fsites%2Farticles%2Farchive%2F2011%2F10%2F06%2Fdangerous-toxins-from-gmo-foods.aspx%3Fe_cid%3D20111006_DNL_art_3
3- El Glifosato no es agua con sal. https://www.reduas.fcm.unc.edu.ar/el-glifosato-no-es-agua-con-sal/
4- Resolución Nº 382/2012, Ministerio de Agricultura de la Nación. https://www.boletinoficial.gov.ar/Content/Xml/Avisos/01/2012/07/25/4355432.xml
5- No estamos eliminando agroquímicos, estamos introduciendo nuevos, A. Carrasco. https://www.puntal.com.ar/v2/article.php?id=100501
Link a la publicación original, de la Red Universitaria de Ambiente y Salud


La semillera como amenaza para el pueblo de Malvinas Argentinas

En el 1º informe titulado “El maíz venenoso de Monsanto”(*) desarrollamos los datos accesibles sobre la característica de la nueva semilla de maíz “Intacta” que producirá Monsanto en la semillera que levanta en Malvinas Argentinas. En esta segunda entrega sobre el tema, divulgamos lo que conocemos sobre el funcionamiento de la planta procesadora de semillas Intactas.
La semillera como amenaza para el pueblo de Malvinas Argentinas
En sus intentos por transparentar el funcionamiento de la planta, los ejecutivos de Monsanto mostraron la planta de Rojas, provincia de Buenos Aires. Supuestamente la cordobesa funcionará igual, procesando esta nueva semilla recientemente aprobada por el gobierno nacional, pero a una escala superior; de hecho, sería la mayor planta de Monsanto en el mundo (según JM De la Sota).
Las semillas en sí, son producidas en campos contratados para cultivarlas; en éstos se cosechan las espigas hembras que se envían a la planta (en Rojas entran 120 camiones por día). Las espigas se deschalan y seleccionan, luego se secan para poder desgranarlas con facilidad y se almacenan en silos.
Luego ingresan al procedimiento más delicado, el “curado” de las semillas. El objetivo del mismo es impregnarlas de productos químicos que la protejan del ataque de gorgojos y hongos durante su almacenamiento y comercialización, y sobre todo, resguarden a la plántula una vez sembrada en la tierra, del ataque de insectos y gérmenes de la misma.
Convertir la semilla en una esponja de insecticidas
Los productos “curasemillas” (no las curan de nada, las vuelve venenosas) con los que se embebe a los granos, tienen que ser capaces de contener potencia biocida alta y demostrada residualidad, es decir, mantenerse activos por largo tiempo, sin degradarse ni metabolizarse, lo cual los convierte en más peligrosos y contaminantes con respectos a los menos persistentes. En la planta de Rojas, declara Monsanto utilizar el insecticida clotianidina (Ponchoº de Bayer) que es un neonicotinoide de clase toxicología II (moderadamente peligroso) y el fungicida Tebuconazole – Trifloxistrobin (Nativoº de Bayer) también del segundo grado de toxicidad(1).
En general, para el curado de semillas de maíz se utilizan insecticidas como los organofosforados (acefato: Dressº), los neonicotinoides (imidacloprid: Gauchoº) o los carbamatos (tiodicarb: Semevinº), todos de categoría II y muy persistentes. Recordemos que existe un reclamo mundial por prohibir la utilización de agrotóxicos de categoría I y II por su inaceptable peligrosidad para la salud humana y la del ambiente; éstos no son productos inocuos, no son los más tóxicos, pero sí lo bastante, como para que cualquiera que ingiera estas semillas muera, sea pollo, cerdo, vaca o humano. Las semillas curadas con estos venenos, tan potentes y perdurables ambientalmente, se tienen que teñir de colores vivos para que sean rápidamente identificadas y no se incluyan en los alimentos por error, este accidente ya fue mortal muchas veces(2); incluso tienen la capacidad de contaminar la tierra alrededor de la semilla impregnada y esta contaminación perdura por varios años.
Paradójicamente Poncho° y Gaucho° son de los agrotóxicos más cuestionados en Europa, numerosos científicos exigen a la Bayer que los deje de fabricar (3).
El “tratamiento” de impregnar de venenos las semillas, se desarrolla en grandes tanques rotativos con dosificadores especiales; Monsanto dice que usa 31 ml de Poncho y 33ml de Nativo por bolsa; como cada bolsa alcanza para sembrar una hectárea de campo y la factoría va a producir semillas para 3,5 millones de hectáreas, esto significa que Monsanto en Malvinas Argentinas utilizará 108.000 litros de Poncho y 112.000 litros de Nativo (si solo usan esos pesticidas). Pero el folleto de fábrica de Poncho° dice que la dosis es mucho mayor (160ml x bolsa), lo que elevaría el uso de Poncho° a más de 500.000 litros por año(4).
Los 500 mil litros de venenos se diluyen varias veces para poder embeber uniformemente a todas las semillas. Este proceso, no sólo consume una cantidad sideral de agua, sino, y lo que es más grave aún: genera una importante cantidad de líquidos residuales altamente peligrosos, que la semillera debe desechar; estos líquidos, con restos de los venenosos curasemillas que utilizan allí mismo y de los agrotóxicos que traían los granos absorbidos de las fumigaciones que recibieron en su proceso de cultivo, son desechados por mecanismos discretos.
Estas no son “pequeñas dosis” como dijeron los ejecutivos de la empresa tratan de minimizar el procedimiento. La eliminación de estos químicos persistentes demandará un esfuerzo y responsabilidad en el manejo de residuos industriales que Monsanto no puede testimoniar. La multinacional sólo tiene en este aspecto malos antecedentes. ¿A dónde van a ir a parar los millones de litros de líquidos residuales de los lavados tóxicos que se realizará a las semillas?. ¿A que cuenca hídrica serán incorporados?; ¿
a contaminar las napas subterráneas de la zona?. ¿Cómo se midió el impacto ambiental de este proceso para que la Secretaria de “anti” Ambiente del gobierno de De la Sota, la haya aprobado como si se tratara del lavado de semillas con agua destilada?.
El transporte, almacenamiento y utilización de esta enorme cantidad de venenos en la factoría, ya son una amenaza por sí mismos; los desechos de su utilización ya sabemos cómo se manejan en América latina y con estos gobiernos procaces.
Vientos tóxicos sobre Malvinas Argentinas
Más de 200 silos de 140 toneladas para almacenamiento de granos son un importante fuente de polución aérea, los pueblos fumigados del país vienen reclamando alejar los acopios de las zonas pobladas por el impacto en la salud, sobretodo salud respiratoria.
Lo que no se dice de la nueva planta de Monsanto
En Malvinas Argentinas, un pueblo de 15 habitantes a 10 km al este de la ciudad de Córdoba, se está construyendo la planta en el predio de Monsanto que se encuentra al este/noreste del pueblo. Los vientos procedente del este-noreste son los más frecuentes en esa zona, muy cercana a Bº Ituzaingó, donde 300 días al año soplan vientos en ese rumbo, según el estudio de la rosa de los vientos presentada en el reciente juicio a las fumigaciones(5).
La ubicación de la semillera no podía ser peor para el ambiente del pueblo, la nube de polvo tóxico procedente del venteo de los silos, claramente caerá sobre zonas pobladas; ya su población muestra las características patológicas propias de pueblos fumigados con patologías obstructiva crónica y recidivante, alergias, trastornos reproductivos y hormonales que los caracterizan.
Pero todo es peor aún, como para no creer que se haga a propósito; en ese sector del pueblo, en su límite Este, la última construcción es la Escuela Capitán Luis Zenobio Candelaria, una escuela primaria provincial, la primera del pueblo y la más grande. Esta típica escuela fumigada, soporta la aplicación de glifosato y 2.4D entre septiembre y diciembre con todos los chicos en clases (como las más de 3000 escuelas fumigadas que hay en el país); la seguridad sanitaria de sus alumnos, no podrá resistir esta nueva agresión tóxica. Si funciona la planta tendrán que trasladar la escuela si no se quiere multiplicar los casos de leucemia, sarcomas, asma y bronquitis recurrentes, dermatitis, etc. en la población escolar.
Trabajo genuino y crecimiento… poco
Las promesas de trabajo genuino para la población del pueblo son otra mentira; el proceso de la factoría está altamente mecanizado, sólo en la época de cosecha de las espigas, entre diciembre y marzo, se requiere mucho personal para el trabajo de deschalado y selección (más del doble); personal que queda desocupado luego de esa época.
La actividad supuesta que creará la fábrica tampoco traerá beneficios para la población, la contaminación generara más y más exclusión y pobreza; ¿quién va a querer invertir o vivir en un sector degradado por la contaminación química?. A nivel local, la proyección a futuro es la de un lugar donde el Estado se tendrá que hacer cargo de costosas remediaciones que nunca serán suficientemente efectivas, mientras que los beneficios económicos serán apropiados exclusivamente por la transnacional.
Contamina un poco… pero disminuimos el hambre mundial
Las justificaciones generales de estos proyectos extractivistas y tóxicos se asientan en la premisa de que, de esta manera, se incrementa la producción, se mejoran los ingresos del país, etc… Sin embargo, los aumentos en el rendimiento de la producción agraria no se verifican con la incorporación de semillas transgénicas y con el uso de agrotóxicos, como expresa el “relato” hegemónico (y transversal al oficialismo y a la oposición). Los análisis más serios y profundos muestran que los rendimientos, intrínsecos como extrínsecos, de los cultivos de soja y de maíz, no aumentaron por la biotecnología, sino por otros factores; y que insistir en este camino sólo concentra la producción cada vez más, en las manos de un grupo selecto de empresas transnacionales (6 y 7).
Con respecto a la falta de alimentos globales, la FAO anunció ya en el año 1986 que se producían alimentos para toda la población(8). En 2011 la población mundial llego a 7000 millones de habitantes, con 1000 millones de hambrientos, pero también con 1500 millones de obesos mundiales a los que la propaganda del mercado de alimentos induce a comer mal, muy mal. También la FAO informó que actualmente se tiran sin consumir 1300 millones de toneladas de alimentos que podrían cubrir las necesidades de 2.000 millones de personas(9 y 10).
Es decir, no sobran alimentos, se distribuyen mal, porque el mercado de alimentos no busca que cada uno pueda comer; su objetivo exclusivo es ganar dinero.
Para ese proyecto es la planta de Monsanto en Malvinas Argentinas. Sus granos ingresarán a la cadena productiva industrial de alimentos hasta que se los rechace por tóxicos, luego se dirigirán preferentemente a generar biocombustibles.-
Dr. Medardo Avila Vazquez, Coordinador de REDUAS
Referencias
(*)- Lo que no se dice de la planta de Monsanto 1º Informe https://www.reduas.fcm.unc.edu.ar/lo-que-no-se-dice-de-la-nueva-planta-de-monsanto-en-cordoba/
1- Monsanto mostró cómo será la semillera https://www.lavoz.com.ar/movil?nota=606934
2- Menor muere al comer maíz curado https://archivo.elheraldo.hn/Ediciones/2009/06/21/Noticias/Menor-muere-al-comer-maiz-curado
3- Indignación en Alemania con Gaucho y Poncho de Bayer https://www.fundavida.org.ar/web2.0/2011/04/25/indignacion-en-alemania-por-el-gaucho-y-el-poncho/
4- programa fitosanitario maíz nov 2011 (poncho 160 ml x bolsa de 80.000 semillas) https://www.bayercropscience.cl/upfiles/tratamiento/4ebc176e7cb7e_Programa_Maiz_Noviembre2011.pdf
5- Mapas de riesgo por deriva de plaguicidas en barrio Ituzaingó https://www.lavoz.com.ar/files/Estudio_sobre_deriva_de_agroquimicos_en_Ituzaingo.pdf
6-Los cultivos transgénicos no tienen mejores rendimientos https://www.reduas.fcm.unc.edu.ar/evaluando-la-contribucion-de-los-rasgos-geneticamente-modificados-al-rendimiento-de-los-cultivos-%C2%BFadopcion-o-alternativas-para-la-politica-agricola/
7- Informe Failature to Yield (cae la ganancia) https://www.reduas.fcm.unc.edu.ar/informe-failure-to-yield-cae-la-ganancia-sobre-la-produccion-transgenica-de-granos/
8- Stauber JC, Fonti D, Heinzmann M. Hybris. Estudios interdisciplinarios sobre ambiente y producción de alimentos. Centro de Bioética de la UCCEditorial de la UCC. 2012-09-14
9- Global food losses and food waste. FAO-ONU Düsseldorf, Germany. 2011
10- 1300 millones toneladas de alimentos se tiran a la basura. https://www.gastronomiaycia.com/2011/07/10/1-300-millones-de-toneladas-de-alimentos-se-tiran-a-la-basura/
Link a la publicación original, de la Red Universitaria de Ambiente y Salud

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La Ley del Cáncer: avanza un proyecto que permite fumigaciones con agrotóxicos a 10 metros de viviendas

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Una Ley Nacional que proviene del sector del agronegocio avanza en la Cámara de Diputados, impulsada por la UCR y la Coalición Cívica. Se trata de la norma que regula, entre otras cosas, la aplicación de agrotóxicos. El punto clave de este proyecto legislativo figura en el artículo 9, donde se establecen distancias mínimas para fumigar desde los 10 metros para aplicaciones terrestres y con drones, y 45 metros para aplicaciones aéreas. La primera reunión informativa contó solo con oradores promotores de la iniciativa y solo dos voces críticas; crónica de esa reunión y la opinión del médico Damián Verzeñassi, la enfermera del Garrahan Meche Méndez, el abogado Marcos Filardi y Sabrina Ortíz, vecina fumigada y abogada que acaba de presentar un escrito para convocar a audiencias públicas y foros de debate para evitar que se apruebe esta Ley que prioriza el negocio a la salud social y medioambiental. FRANCISCO PANDOLFI

Esta semana se presentó en la Cámara de Diputados el proyecto de ley nacional “de presupuestos mínimos de protección ambiental para la aplicación de productos fitosanitarios”. Es decir, de agrotóxicos.

El proyecto fue escrito por la Red de Buenas Prácticas Agrícolas, integrada por más de 80 instituciones públicas y privadas vinculadas con el agronegocio, y dentro del recinto encabezan la iniciativa los diputados Atilio Benedetti (UCR – Entre Ríos), presidente de la Comisión de Agricultura en la Cámara de Diputados, y Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica). La nueva norma ya cuenta con el acompañamiento de 32 legisladores, entre un abanico variopinto que engloba a La Libertad Avanza, Unión por la Patria, UCR, PRO, Coalición Cívica, Encuentro Federal, entre otros partidos. 

El punto clave de este proyecto legislativo figura en el artículo 9, donde se establecen distancias mínimas para fumigar desde los 10 metros para aplicaciones terrestres y con drones, y 45 metros para aplicaciones aéreas.

La Ley del Cáncer: avanza un proyecto que permite fumigaciones con agrotóxicos a 10 metros de viviendas
Atilio Benedetti, UCR-Entre Ríos, principal promotor del proyecto, expone en la reunión del pasado martes.

Exposiciones sin consenso

El martes pasado se llevó a cabo una primera reunión informativa en la cual las y los oradores sólo fueron personas, organismos y corporaciones a favor de la iniciativa.

En la comisión conjunta realizada entre Agricultura y Ganadería y Recursos Naturales y Conservación de Ambiente Humano hubo entidades gubernamentales, de productores, de ingenieros agrónomos, de acopiadores, de empresas de tecnología agropecuaria y ONG a favor de la ley. Maximiliano Ferraro expresó que “el proyecto no tiene una mirada sectorial”. Y que “nace de un diálogo. Un diálogo y consenso, que podemos ampliar”.

Sin embargo, se dijo, no hubo invitaciones a voces disonantes.

Las únicas dos ponencias que no se alinearon al lobby de la producción con plaguicidas fueron el diputado Juan Carlos Giordano (Izquierda Socialista – FIT Unidad) y su par Blanca Osuna (Unión por la Patria). Dijo Giordano: “Deben darle espacio a quienes estamos en contra de esta ley. Hay una lista de un montón de organizaciones que quieren venir a exponer las barbaridades que ocurren por el uso de agrotóxicos. Fumigar a 10 metros de ninguna manera puede ser una buena práctica agropecuaria”. Dijo Osuna: “Es indispensable escuchar voces de otros sectores, estamos en falta si no. Los expertos científicos deben estar acá, están ausentes en este proyecto. Primero debe estar la salud, luego la producción”.

La evidencia del modelo

Tras el encuentro del martes, distintos actores se manifestaron en contra del proyecto. Damián Verzeñassi es médico generalista y es el director del Instituto de Salud Socioambiental de la Universidad Nacional de Rosario, desde donde se hicieron desde 2010 a 2019 más de 40 campamentos sanitarios en diversos pueblos de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba para  relevar puerta a puerta la situación de la salud en localidades fumigadas. ¿Qué demostraron esos resultados? Que en las comunidades rurales se multiplicaban los trastornos endócrinos, los abortos espontáneos, las malformaciones y el cáncer. Opina Damián: “Si se aprueba esta ley permitiría que se fumigue a 10 metros con productos que pueden generar cáncer de mama, cáncer de tiroides, alteraciones endocrinas en las glándulas, disminución de la capacidad de nuestro sistema inmunológico de defendernos. Por ejemplo, el herbicida atrazina está prohibido en 37 países, pero en Argentina está autorizada. Este tipo de cosas avala la ley que quieren aprobar”.

Sin embargo, el diputado por la Libertad Avanza Pablo Ansaloni, que proviene de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) dijo en la reunión informativa: “Desde nuestra actividad, que la vengo ejerciendo durante 30 años, manipulamos el cereal y estamos en contacto todos los días con el fitosanitario. Podemos dar fe que no tenemos ningún enfermo”.

Meche Méndez es enfermera de Cuidados Paliativos del Hospital Garrahan y desde hace años viene dando una pelea (casi en soledad) para que exista una historia clínica ambiental que pueda demostrar la relación de los agrotóxicos con las enfermedades. Le dice a lavaca: “El sistema de salud sigue sin considerar el daño, en muchos casos irreparable, que los tóxicos utilizados desde hace décadas en el modelo extractivo están produciendo en el ambiente, los territorios y por ende en los cuerpos de quienes los habitamos, atendiendo los síntomas y/o la enfermedad una vez producida, pero sin asociarlo cómo posibles causa”.

Sobre el proyecto de ley, analiza Méndez: “Sólo puedo compartir mi absoluto rechazo. Ya está comprobadísimo por la ciencia sin conflicto de interés que la deriva (movimiento de plaguicidas en el aire) no tiene control, que los venenos enferman y matan. Necesitamos medidas aún más protectoras de las que tenemos actualmente y sobre todo dejar de usar esos tóxicos. Hago un llamado urgente a los profesionales de la salud, a las sociedades científicas supuestamente comprometidas con la salud y el ambiente a que se expidan y rechacen esta posibilidad criminal de echar venenos a 10 metros”. Remata: “Se sabe que produce cáncer, malformaciones, daños genéticos, un montón de enfermedades y síntomas. Esto no puede salir de la Cámara de Diputados”.

María Luisa Chomiak, de Chaco, es la única diputada de Unión por la Patria que acompañó con su firma este proyecto. Argumentó: “Lo suscribí porque se necesita tener esta discusión. Toda iniciativa es perfectible y no hay nada más importante que la salud. Si se prioriza esto, celebro que estemos discutiendo este tema”. Sin embargo, en el proyecto no figura que la reducción de las distancias va en sentido contrario al principio de «no regresión en materia ambiental» que establece la Ley General de Ambiente y tratados internacionales como el Acuerdo de Escazú. Ni tampoco informa las pruebas científicas ya demostradas sobre la consecuencia de los plaguicidas: desde los efectos letales del glifosato en embriones anfibios, constatado por el ex titular del Conicet Andrés Carrasco, hasta los estudios de Delia Aiassa en la Universidad de Río Cuarto sobre daño genético, que comprobaron el riesgo aumentado de contraer cáncer. A partir de estas investigaciones hubo fallos judiciales en distintos puntos del país prohibiendo las fumigaciones terrestres a menos de 1.095 metros y las aéreas a menos de 3.000.

Antecedentes que enferman

Una de esas localidades es Pergamino, al norte de la provincia de Buenos Aires. Allí vive Sabrina Ortiz, una de las tantas personas que se enfermó por agrotóxicos. Perdió un embarazo de casi 6 meses y tuvo dos ACV. Sabrina tiene una particularidad notable: como no encontraba abogados que la defendieran, estudió Derecho y se recibió. Fue amenazada; le mataron a su perro como amedrentamiento. Después de años de denuncias y estudios científicos, la Justicia federal confirmó que el 3 de diciembre de 2025 comenzará el juicio oral contra tres productores agroindustriales por delitos de contaminación ambiental, según la Ley de Residuos Peligrosos (N° 24.051). En la causa se documentaron daños a la salud vinculados a la exposición crónica a sustancias como glifosato, atrazina y clorpirifós. 

Sabrina, junto a varios colegas, acaba de presentar un escrito colectivo de abogadas y abogados de Pueblos Fumigados en donde solicitaron a las presidencias de las comisiones de Agricultura y Ganadería y de Recursos Naturales de la Cámara de Diputados de la Nación que convoquen audiencias públicas, foros y videochats de debate antes de tratar el proyecto de ley.

Marco Filardi es abogado especialista en derechos humanos y temas ambientales y es parte de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Facultad de Medicina de la UBA. Le dice a lavaca: “Esta norma manda un mensaje a todas las provincias de que este (10 metros fumigación terrestre y dron, y 45 metros aérea) es el estándar mínimo, el piso ambiental y eso no lo podemos aceptar. Gran parte de nuestra población está expuesta cotidiana, sistemática y estructuralmente a la aplicación de más de 7.000 formulados comerciales con autorización vigente por el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) en una cantidad de más o menos 500, 600 millones de litros de agrotóxicos al año. Tenemos el triste privilegio de ser el país que más agrotóxicos por persona y por año usa en el mundo y los resultados están en los cuerpos, están en los territorios”.

Desde los impulsores de la iniciativa no contactaron a científicos, ni profesionales de la salud, ni abogados, ni a ninguna de las organizaciones ambientales. Como por ejemplo la coordinadora “Por una vida sin agrotóxicos Basta es Basta”, de Entre Ríos, que se moviliza todos los martes desde 2018 frente a la Casa de Gobierno en Paraná. “La ley nacional es un ‘copy-paste’ de la que ya tenemos acá, aprobada a finales de 2024 y en la que habilitan fumigar a 5 metros de los cuerpos de agua, a 10 de las plantas urbanas y a 15 de las escuelas rurales. Ellos se amparan en las buenas prácticas agrícolas sin basarse en ninguna evidencia científica, a diferencia de todos los trabajos publicados en Argentina y en el mundo donde se demuestra el impacto que tiene el uso de los venenos sobre la salud y los ecosistemas, más allá de la dosis y la distancia. Lo que genera el daño es la presencia del veneno y si hay evidencia científica ya está: no hay más que hablar”.

La Ley del Cáncer: avanza un proyecto que permite fumigaciones con agrotóxicos a 10 metros de viviendas
Sabrina Ortíz presentó una iniciativa para frenar la Ley del Cáncer.
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Entrevista a Celeste Fierro, tras ser detenida en la flotilla de ayuda humanitaria a Gaza

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Al llegar al país luego de estar 8 días detenida (junto a otros tres argentinos, entre un total de 443 personas que conformaban la flotilla Global Sumud) la legisladora habló con lavaca.

Entrevista a Celeste Fierro, tras ser detenida en la flotilla de ayuda humanitaria a Gaza
Celeste Fierro al llegar a Ezeiza. Fue recibida por decenas de personas que se acercaron a apoyarla y recibirla.

Celeste Fierro durmió sólo algunas horas, y de manera intermitente, y apenas se levanta habla con lavaca. Llegó anoche de Jordania, donde fue trasladada desde la cárcel de Ktzi’ot. Allí estuvo presa del 3 al 7 de octubre, después de que el Estado israelí interceptara el barco en el que pretendía llegar a Gaza como parte de la flotilla Global Sumud. Del 1 al 2 tuvo dos días de traslados, y el día 7 la llevaron también a Jordania, desde donde partió el vuelo a Buenos Aires.

La historia es conocida: en aguas internacionales, el Estado de Israel interceptó todos los barcos de la flotilla, tomó su mando y los dirigió a tierra para detener a sus tripulantes. “Sabíamos que, lo más probable, era que pasara lo que pasó”, se sincera Fierro respecto a la misión humanitaria que buscaba 1) romper el bloqueo naval israelí sobre Gaza y 2) hacer visible la crisis humanitaria allí.

Lo primero no lo lograron. Lo segundo, sí.

Lavaca fue el único medio argentino presente en la masiva movilización en Roma que, tras conocerse la noticia de la detención de los tripulantes de esta flotilla, reunió a un millón de personas para pedir el fin del genocidio israelí en Gaza y, entre otras cosas, la liberación inmediata de los recientes detenidos. Ese mismo día, por la noche, llegaron a la capital 26 personas italianas que habían sido detenidas, las primeras que largó el Estado de Israel.

Los cuatro argentinos (Ezequiel Peressini, Carlos Bertola, Nicolás Calabrese, y Celeste) fueron de los últimos.

Finalmente ayer, después de 8 días, volvieron a pisar su tierra.

Desde aquel 1 de octubre hasta ahora, Celeste no había vuelto a tomar mate. Está en eso mientras conversa y revela que su mate, al igual que todas sus pertenencias (a excepción del pasaporte) le fueron sustraídas por el Estado de Israel.

La primera pregunta es obvia: ¿Cómo estás?

Entera, lo cual es un montón. Y muy contenta de estar de nuevo acá. Eso es lo primero, pero también muy preocupada porque entiendo que todavía hay compañeros detenidos de la Global Sumud y que, además, interceptaron a la Freedom Flotilla (145 detenidos). Así que poniéndome en contacto con compas de otros países para estar a disposición.

Durante dos días no se supo nada de vos; luego lo que llegaba era casi nada. ¿Qué pasó en esos primeros momentos?

Lo que nos pasó no se compara con lo que pasan los presos palestinos en las cárceles de Israel; no se compara con lo que viven las familias palestinas en la franja de Gaza. Pero, en ese momento, lo que más preocupaba era que no supieran que estábamos vivos. Desde que nos detuvieron estuvimos 48 horas hasta que logramos ver a un abogado. Y después, la visita de la cancillería fue recién el viernes o el sábado, 3 días después de la intercepción. Lo único que yo quería que avisaran era que estábamos vivos.

¿Les iban informando qué harían con ustedes?

Los primeros que salen son los italianos. En las intercepciones preguntaron por los italianos, ya veíamos claramente que iban a liberarlos más rápido. Los que quedamos detenidos fuimos los del sur global, no solo América, Sudáfrica, Nueva Zelanda.

¿Por qué Italia primero?

Lo de Italia fue por la presión social hacia el propio gobierno italiano de ultraderecha. Hubo una huelga general una semana antes de la intercepción; eso hizo que Meloni mandara un barco, que fue directamente para responder a la huelga; y también para que los italianos desistan de esas misiones. No lo lograron.

¿Cómo fueron los días previos a que los interceptaran?

Ya habíamos tenido una situación previa el día anterior, donde rodearon dos de los barcos de la flotilla. Con alguna cosa magnética cortaron los radares, los teléfonos, como que esos barcos perdieron la comunicación. Y luego se retiraron. Ahí tuvimos el primer intento, ya antes habíamos tenido los ataques con los drones.

¿Cómo es un ataque con drones?

Los primeros dos ataques fueron en puerto de Túnez. Nosotros no habíamos llegado ahí todavía. Pero también entendimos que eran para intimidar, para amedrentar. Es un ejército muy preparado: si hubieran querido hundir un barco lo hacían. Lo que hicieron en el puerto dos días distintos a dos embarcaciones distintas fue tirar como unos explosivos. Y se logró contener ese fuego rápidamente y no pasó a mayores y lograron seguir esas embarcaciones.

En altamar también siguieron las intimidaciones

Todas las noches teníamos drones arriba. Una vigilancia permanente 24×7, fundamentalmente a la noche. Dos días antes de llegar a Creta, entre Sicilia y Creta, ya no eran algunos sino que eran decenas de drones que pasaban por todos los barcos. Y a las 11 de la noche empezamos a tener interferencia en las radios. Empezó a sonar ABBA a todo volumen, nos mirábamos porque no sabíamos qué estaba pasando… Y a los 15 minutos escuchamos la primera detonación… Tiraban esos explosivos que explotan cuando tocan algo; a uno de los barcos les tiraron uno de los mástiles… a otro directamente le rompieron una vela. A otros era solamente el sonido y veías una luz muy fuerte. Era sistemático: cada 15 minutos sentíamos una detonación. A otro le cayeron líquidos, que no sabemos qué eran. No los escuchábamos, veíamos luces, era mucho el miedo.

¿En algún momento temiste por tu vida?

Creo que todo el tiempo. Desde ese momento, hasta que logramos salir (por anteayer). En el momento de los drones, al día siguiente hablábamos: siguen intentando que no continuemos. Y la fuerza estaba puesta en continuar. Y a la noche siguiente estaba en la guardia y no hubo drones. Fue una guardia muy tranquila. Fue el primer día que dije: y mirá si llegamos… Había crecido la presión internacional. Pero no pasó.

Y el día en que los interceptan, ¿cómo fue?

Cuando nos interceptan –no me acuerdo la hora pero era de día, habrán sido las 7PM- nos llega un mensaje de uno de los barcos que en un radar habían visto que se acercaban 10 o 12 barcos. Ahí nos preparamos con los protocolos que veníamos manejando, y en menos de una hora y media ya habían llegado. Empezaron a rodearnos lanchas rápidas, no las veías porque era de noche. Nos tiraron primero agua a todos los barcos. Luego por un altoparlante decían que no teníamos que seguir navegando, que si nos quedábamos ahí iba a estar todo bien… Todo eso duró como una hora. Hasta que se subieron alrededor de 10 o 12 marines israelíes, con armas largas, caras tapadas. Lo primero que hicieron fue desactivar todas las conexiones de Internet. Y ahí efectivamente nos detuvieron, agarraron el mando de nuestro barco. Nos cachean, nos piden los pasaportes. Revuelven todo. Y nos metieron en los camarotes, éramos muchos más de los que entran en los camarotes, estábamos todos amontonados. Estuvimos 24 horas metidos ahí, sin comer nada. Hasta que llegamos al puerto, 24 horas más, y después a la cárcel, donde nunca nos dieron agua potable, estuvimos hacinados, con precintos; a compañeros les vendaron los ojos. Sufrimos maltrato físico. Y la mayor preocupación era que se sepa dónde estábamos.

¿Cómo se siente en el cuerpo esa impunidad?

Nosotros sabíamos que el escenario más probable era lo que nos terminó sucediendo. También hay que decir que lo que significó la flotilla en cuanto al impulso, a multiplicar las acciones, es muy fuerte. Es fuerte saberse parte de una acción internacional que hace lo que los Estados no hacen, dando una respuesta solidaria, humanitaria, a una causa que es de toda la humanidad; fue muy importante. A mí me recordaba a las brigadas internacionalistas de la Guerra Civil Española, Nicaragua… Y creo que eso también fue lo que nos protegió, más allá de la violencia que se sufrió, que todos los ojos estén puestos en Gaza y en la flotilla hace que hoy estemos en casa. Esa firmeza de continuar a pesar de los ataques. Y repito: lo que a nosotros nos pasó, ni se comprara con lo que pasa Gaza. Eso es lo que nos daba más fuerza y firmeza para continuar y de estar juntos.

¿Qué pudiste compartir con los compañeros y compañeras de otras partes del mundo, respecto a lo que estaba pasando, a la situación de Gaza, a cómo articular el reclamo a nivel global?

Para mí fue muy importante. Como experiencia militante, como experiencia de vida. Quienes somos militantes, internacionalistas, lo vivimos de forma permanente, pero esto fue encontrarnos con gente que nunca habíamos tenido contacto, que hablamos distintos idiomas, que venimos de distintas historias. Había sindicalistas, periodistas, enfermeros, médicos, compañeras activistas, artistas. Eso es lo que fortaleció la misión y sobre todo el reclamo y le dio potencia. El internacionalismo, sabernos todos levantamos una misma causa logró potenciarlo y ver que en todos los rincones del mundo se esté denunciando el genocidio y levantando la causa palestina, porque la causa del pueblo palestino es hoy la causa de toda la humanidad. Ese fue el sentido de la flotilla.

¿En qué nivel ves que está el reclamo en Argentina?

En los últimos meses se ha multiplicado la participación. Nosotros lo venimos levantando desde hace décadas, pero creo que hubo un cambio grandísimo. Me acuerdo patente el domingo que fue el Día del Padre, que hubo una movilización gigante, había familias enteras. Desde ese día hasta ahora se ha multiplicado el acompañamiento, no solo en la Ciudad de Buenos Aires, sino en lugares inhóspitos del país. Se fue extendiendo y tenemos que ser cada vez más.

Ahora hay un supuesto nuevo “alto al fuego”. ¿Cómo lo interpretan?

No hay que conformarse hasta el alto el fuego que hay ahora, que no sea un nuevo invento. Lo que venga del imperialismo yanqui creo que es un nuevo acuerdo de ocupación colonial que no va a resolver de forma definitiva las necesidades del pueblo palestino. Acá una paz justa es una paz donde haya derecho al retorno, donde la Palestina sea única, del río al mar y no es lo que se está proponiendo. Hay que seguir multiplicando las acciones por eso, y en nuestro país seguir exigiendo: no en nuestro nombre. Tenemos que tomar lo que dicen nuestros compañeros judíos: que este Estado apoye a ese genocidio, a ese criminal de guerra como es Netanyahu, no es en nuestro nombre, cuando sabemos lo que significa un genocidio en nuestra historia. El genocidio de los pueblos originarios, el genocidio de la última dictadura: tenemos que decir no en nuestro nombre y seguir reclamando la ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales. Hoy es un momento en el que Israel está aislado internacionalmente, así que hay que presionar.

El gobierno nacional también parece estar en ese mismo aislamiento…

Por eso, hay que seguir denunciando a este gobierno que no solo es cómplice de ese genocidio sino que viene llevando adelante un desastre en materia económica y social y que por eso está recibiendo fuertes golpes. Acá vamos a estar para plantear una alternativa.

¿Cómo se comportó el gobierno nacional con ustedes los detenidos?

Cancillería hizo… el trabajo administrativo para saber que estábamos ahí, y comunicarse con nuestra familia. Nos lo dijeron con claridad: estuvo el cónsul, pero no fue el embajador. Y esa es una decisión política. Hubo una decisión política de no exigir nuestra inmediata libertad y eso fue lo que sucedió. Estuvimos en Jordania con los diplomáticos de Uruguay, que fueron quienes nos buscaron y acompañaron en el proceso de volver a casa.

Llegaste. Y ahora, ¿qué vas a hacer?

Hoy pretendo quedarme un rato en mi casa. Ayer no me despegué de mi hija desde que llegué al aeropuerto… Y después que la logré dormir me fui a Aeroparque a recibir a Cascote, el compañero que llegó de madrugada. Volví, dormí unas horitas, y acá estoy.

¿Qué edad tiene tu hija?

9 años.

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9 años sin Lucía Pérez

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La familia de la joven realizó una marcha en Mar del Plata a nueve años del crimen. Lucia tenía 16 años al ser víctima de un narcofemicidio. El aniversario llega en el marco de un nuevo proceso que tiene a sus padres, Marta y Guillermo, otra vez en los laberintos de una justicia que no resuelve el caso y hasta descartó que se haya tratado de un femicidio. «Hoy es un día demoledor, pero lejos de estar tirados en la cama estamos luchando por todos», dijo Marta (en la foto de portada, rodeada por Guillermo y su hijo Matías). Recordó que hace nueve años habla de «narcofemicidio», figura que hoy se pone de relieve con los asesinatos de Lara Gutiérrez, Brenda del Castillo y Morena Verdi. Por eso, la familia pidió: «Despertemos. Esto que nos está pasando es un Estado narco y ausente en todos los derechos».

Marta Montero, mamá de Lucía Pérez, agarró el micrófono durante la marcha en Mar del Plata y lo primero que hizo fue agradecer: “Gracias por estar juntos una vez más, por esta lucha que llevamos todos, por ustedes, nuestros padres y abuelos”. Después, mirando a la marcha de jubilados y jubiladas que había llegado hasta el monumento a San Martin en Mar del Plata, unió agendas y resistencias: «Hoy ustedes cumplen 2 años de su lucha”. Y, finalmente, abrazó: “Hoy se cumplen 9 años del femicidio de Lucía. Para nosotros es un día demoledor, pero lejos de estar tirados en la cama, estamos luchando por todos”.

Marta Montero pronunció estas palabras en un aniversario que tiene a la causa sumida en un laberinto que la justicia no resuelve hace nueve años. Primero, fue un juicio que absolvió a los acusados de femicidio: los jueces Pablo Viñas, Facundo Gómez Urso y Aldo Carnevale dictaminaron que no hubo femicidio ni abuso sexual sino que condenaron a Matías Farías y Juan Pablo Offidani por comercialización de estupefacientes.

9 años sin Lucía Pérez

Imágenes del acto en las calles marplatenses. Foto: Florencia Ferioli.

La familia logró iniciar un jury político a los jueces Urso y Viñas (Carnevale consiguió la jubilación anticipada en tiempos de María Eugenia Vidal en la gobernación), pero resultaron absueltos. El proceso sentó un precedente sobre el control social y político a nivel judicial.

En 2023, la lucha de la familia, apoyada por todo una red de organizaciones nucleadas en la Campaña Somos Lucía, logró tirar abajo ese primer juicio y realizar otro que terminó condenando a perpetua a Farías por «abuso sexual con acceso carnal agravado por resultar la muerte de la persona ofendida, por el suministro de estupefacientes y en el marco de un contexto de violencia de género, en concurso ideal con femicidio«. En el caso de Offidani, le dieron 8 años de condena como partícipe secundario del femicidio que, sumados a la condena previa por el delito de “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravado por ser en perjuicio de menores de edad y en inmediaciones de un establecimiento educativo”, le significan 15 años de prisión.

9 años sin Lucía Pérez

Foto: Florencia Ferioli.

Sin embargo, este año la Sala IV del Tribunal de Casación Penal, integrada por los jueces Víctor Violini y María Florencia Budiño, descartó que haya sido un femicidio y remitió las actuaciones al Tribunal Oral en lo Criminal 2 de Mar del Plata para que establezca una nueva pena para Farías, pero sólo por el delito abuso sexual con acceso carnal agravado, cuya pena máxima es de 15 años. La instancia judicial de «cesura», como es llamada, reveló las contradicciones de un sistema judicial que expone a la familia nuevamente ante el dolor de tener que explicarlo todo otra vez. Así, entre instancias de apelación a la Corte Suprema, en un país cuyo presidente y ministro de Justicia niegan la figura de femicidio, con la sociedad conmovida ante otro triple narcofemicidio bonaerense, llega el noveno aniversario de Lucía.

9 años sin Lucía Pérez

Foto: Florencia Ferioli.

En Mar del Plata, las columnas caminaron por las calles de la ciudad hasta llegar a la Municipalidad donde se gritó “Presente” cada vez que se nombró a Lucía y a larga lista de víctimas de femicidios que sacuden nuestro país: según el Observatorio Lucía Pérez son 203 los femicidios y travesticidios solamente en lo que va del año. La marcha fue una de las más de 170 que recorrió calles de todo el país exigiendo justicia durante el 2025.

“Hace 9 años cuando mataron a Lucia hablábamos del narco, del dealer, y hoy desgraciadamente lo vemos con el triple femicidio y con cada una de las mujeres que nos matan”, dijo Marta. Y se preguntó: “Lucía era la hija que cualquiera tiene, eso era Lucía. Nuestra lucha es por nuestras hijas, por nuestros hijos. ¿Qué país queremos construir? ¿Qué país queremos dejar? Despertemos. Esto que nos está pasando es un Estado narco y ausente en todos los derechos”.

En diálogo con lavaca Marta mandó un video que termina en una pregunta. Mirando a cámara interpeló: “Hoy se cumplen los 9 años del narcofemicidio. Esto era lo que nosotros hablábamos hace 9 años. Lo que estábamos viendo. Lo que hoy nos está pasando con nuestras pibas. El tríple femicidio, narcofemicidio quedó muy al descubierto. Esto nos pasa en los barrios. Esto es lo que nos está pasando hoy. ¿Qué hacemos?”

9 años sin Lucía Pérez

Foto: Florencia Ferioli.

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Foto: Florencia Ferioli.

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Foto: Florencia Ferioli.

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Foto: Florencia Ferioli.

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