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Malvinas: cuando la radio ataca

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Carlos Ulanovksy revela en esta nota una historia inédita: la de Radio Liberty, que emitía en inglés y desde Buenos Aires mensajes que intentaban desalentar a las tropas inglesas. El caso sale a la luz gracias a la desclasificación de archivos secretos de la última década y a partir de la investigación “La Batalla del aire” de Diego Rodríguez. Cómo se desató «la guerra de las ondas» y los testimonios de algunos de sus protagonistas.

Por Carlos Ulanovsky para lavaca.org

Mientras se prolongó la guerra de Malvinas la radio fue, para ambos bandos, un arma más. Los especialistas convocados para generar sus contenidos eran una clase de particulares soldados quienes encargados del llamado “control de la subjetividad”.
Desde el lado de la inteligencia militar argentina la radio la manejaba el Ejército con escaso acuerdo y relativo apoyo de Aeronáutica y Marina, fuerzas que desde sus Estados Mayores Conjuntos hicieron lo posible para desacreditar la iniciativa. Según revela la investigación de Diego Rodríguez realizada para la maestría en periodismo documental de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, la “guerra de ondas” tenía varios propósitos:

  • Llegar a los combatientes británicos con el fin de generarles nostalgias y quebrantos mediante una clase de mensajes que despertaran fuertes emociones y consecuentes rápidos resultados.
  • Generar en los enemigos, y a través de la interpretación de noticias con agregados irónicos, el propósito disuasorio de participar en la acción bélica.
  • Provocar también sentimientos desmoralizantes, pero cuidando el límite de no herir sus susceptibilidades.

Liberty no tenía informativos, pero sí hacía interpretaciones condicionadas de las noticias, con bloques hablados en tono coloquial que no superaban los cinco minutos de duración. Uno de esos recursos, con los que se intentaba amedrentar a los combatientes del Reino Unidos, fue la utilización de una voz femenina, identificada como Miss Liberty. Según advirtió y publicó en su momento la agencia española EFE, Miss Liberty se dirigía a los ingleses con un “deliberado tono erótico”.
Mientras duró la guerra (72 días) estuvo presente en el aire en 69 ocasiones. Radio Liberty se grababa en los estudios de Radio Municipal -en el noveno piso de Sarmiento al 1500- y se emitía desde Radio Nacional, a través del equipamiento de Radiodifusión Argentina al Exterior (RAE). Salía al aire en inglés por las ondas cortas en frecuencias que se cambiaban permanentemente para evitar interferencias. Tenía un único programa diario, de 50 minutos de duración que se repetía a lo largo de cada jornada. El antecedente de esta clase de emisoras data de la Segunda Guerra Mundial cuando casi todas las potencias apelaron a la instalación de las clandestinas “radios negras”.
En este tono y con algunos de estos argumentos Miss Liberty se dirigía a las tropas que venían del norte y se acercaban al sur.
“Ya nos conocemos. Yo soy Libertad, vos sos Tommy, sos hincha del Tottenham Hotspur. En este momento estás navegando en alta mar, así que he decidido hacerte compañía. ¿Te acordás de tu ciudad natal? (se escuchan campanadas del tradicional reloj Big Ben).¿Hace mucho que no lo escuchás? Estás muy lejos de las cosas que amás, familia, amigos, pero no quiero que estés tan solo y te voy a acompañar en este tramo”.
Otra emisión decía:
“Hola, soy Libertad. He decidido mostrarme desde un lugar que está muy lejos de ustedes y muy cerca de nosotros. Soy Malvinas y las Islas Georgias del Sur. Soy una voz, un espíritu, una nación, soy quien hoy puede decir, orgullosamente, que cuando Argentina habla el mundo escucha”.
La “acción psicológica” local tuvo otras referencias. Apenas las Fuerzas Armadas argentinas pisaron la isla tomaron la Falkland’s Islands Broadcasting Station y desde allí, rápidamente rebautizada LRA 60 Radio Nacional Malvinas, comunicaron la inicial rendición inglesa. En la tarea también colaboró RAE, que desde el mismo 2 de abril levantó completamente su programación y dedicó el espacio a contar a los lugares del mundo a los que llegaba la sorprendente recuperación. En forma esporádica, las fuerzas argentinas contaron con la colaboración expresa de radioaficionados, en especial muchos que operaban desde Córdoba.
Los ingleses también apelaron a la radio, como vocera de sus propios movimientos y con un mensaje que, en cualquier caso, imitaba el objetivo de Liberty: atemorizar a la tropa argentina con el argumento – bastante justificado– de la muy desigual condición militar de uno y de otro bando. La estación rival de Liberty se llamó Radio Atlántico del Sur y también llegaba a los soldados británicos para insuflarles ánimo, y a los habitantes permanentes de las islas para moderar su razonable inquietud. La información ya desclasificada reveló que el Reino Unido recibió también ayuda de parte de emisoras de onda corta que transmitían desde zonas de Chile y de Uruguay. La muy prestigiosa BBC, de Londres, que por entonces se contactaba con el mundo en 44 lenguas no inglesas (la RAE lo hacía en siete lenguas no españolas) sufrió en esos días serias contradicciones éticas. Presionada por las exigencias de censura y propaganda que le imponían la primer ministro Margaret Thatcher y el Ministerio de Defensa inglés, y entendiendo que tales limitaciones lesionaban su tradicional línea informativa, la emisora pública decidió cancelar por completo sus despachos sobre la marcha de la guerra en el Atlántico Sur. De modo que mientras la sociedad argentina recibía información viciada por mentiras y triunfalismo, la británica se conformaba con documentos oficiales que les llegaban con enorme retraso.

Los protagonistas

Rodríguez buscó conectarse con quienes habían participado en Radio Liberty, con suerte diversa.
Enrique Alejandro Mancini fue el primer personal civil al que las autoridades militares contactaron para que, como profesional y conocedor del medio, se ocupara de reclutar el personal necesario para la puesta en el aire de Liberty. Durante la temporada 1982 tenía a su cargo ciclos en Radio El Mundo y en ATC. Mancini , que había realizado un curso de “corresponsal de guerra” aceptó la tarea para la que lo eligió la autoridad militar , primero como musicalizador y posteriormente como director artístico. Rodríguez no pudo ubicar archivos sonoros en los que apareciera Mancini en el mismo momento de la guerra, salvo los de una entrevista que Omar Somma le hizo por Radio Provincia hablando de su participación en Liberty. El locutor y conductor de radio y televisión fallecido en 2008 dice en esa entrevista: “El que habíamos elegido no era un mensaje enardecido. Era acción psicológica, que buscaba una acción depredatoria de los sentimientos que pudiera tener el enemigo”.
Tony Middleton, argentino e hijo de inmigrantes ingleses, era en ese momento locutor jefe del equipo en inglés de RAE. La tarea que le habían encomendado, recuerda en el video, era “traducir textos del castellano al inglés que luego se transmitirían por una radio clandestina”. Y agrega: “Siempre estuve en desacuerdo con la idea. En mi vida eso que hice, pasó y desapareció”.
Otro de los entrevistados es Enrique Fentanes, funcionario de carrera en el área de Comunicaciones en donde prestaba servicios desde 1944. Cuenta que en los días previos al 2 de abril de 1982 recibió la instrucción de que “desde mañana su personal debe hacerse cargo de la radio de Malvinas”. Por aquellos días era director de Radio Nacional y en los meses venideros tuvo un rol importante en la puesta en marcha de LRA 60 Nacional Malvinas, facilitó a Liberty equipamiento de onda corta y volvió fluido el vínculo entre las radios integrantes de la cadena nacional. Como encargado de la línea editorial de Liberty estaba el coronel Alberto Benard, perteneciente al área de inteligencia del Ejército.
En la entrevista Silvia Fernández Barrios se manifiesta como la más locuaz de los que prestan testimonio y cuenta que le da pena haber tirado los libretos que leyó durante la confrontación. “Los ingleses, todos soldaditos jóvenes, no tenían ni pálida idea de lo que era o significaba Malvinas. Pero más allá de mi tono amigable, mezcla de emoción y sentimiento, yo era quien era, alguien que detesta las guerras y que no quería que los ingleses vinieran. Si está bien o mal no se discute: son las reglas de la guerra, en donde no hay libertad de expresión, en donde no existe la libertad de prensa. Más allá de que a mí no me guste, está bien que así sea. Cuando tu país está en guerra no podés ser neutral. No me siento mal por haberlo hecho. Tampoco me siento una heroína. Fue parte de ese momento”, concluye.
Para respaldar su tesis, Rodríguez – que a la fecha del enfrentamiento tenía dos años y medio –  armó un documental en video de 35 minutos de duración, que también puede escucharse como crónica e incluso como especial de radio. La investigación es un estudio serio acerca de los efectos posibles de la “acción psicológica” desarrollada en y por Estados autoritarios y violentos, como era el argentino desde el golpe cívico militar de 1976. También hace clara referencia a la conducta de los servicios de inteligencia, de las Fuerzas Armadas y de los medios de comunicación (estatales y privados) en aquél momento.
Es posible que, comparado con otros episodios de una contienda con tantas pérdidas humanas, materiales, morales, y simbólicas, la historia de Radio Liberty pueda considerarse menor. Pero alcanza una dimensión sutil y reparadora si se la piensa como uno de  los modos defensivos, aún precario e improvisado, que pudo desplegar nuestro país como parte de su inicial ataque y posterior defensa en tiempos en los que nadie soñaba con internet o redes sociales.

Fuentes Informativas del autor de la tesis:Desclasificación del “Informe Rattenbach” y el “Frank’s Report” y Decreto 503/2015 de Desclasificación de Archivos Secretos de la Guerra de Malvinas.

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Desde que se inició este año desde el Observatorio de Violencia Patriarcal Lucía Pérez registramos 100 femicidios, casi 1 por día. 

La víctimas fueron desde mujeres de 83 años, como Ana Angélica Gareri, en Córdoba, a una adolescente como Pamela Romero, de 16, en Chaco; y una bebé de 3 años en González Catán. 

En este 2025 ya registramos 85 tentativas de femicidio.

En el 2025 registramos en todo el país 77 marchas y movilizaciones que se organizaron para exigir justicia por crímenes femicidas. 

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En nuestro padrón de funcionarios denunciados por violencia de género, podés encontrar el registro clasificado por institución estatal y provincia. Hasta la fecha, tenemos contabilizados 161 funcionarios del Poder Ejecutivo, 120 del Poder Judicial, 72 del Poder Legislativo, 71 de las fuerzas de seguridad y 71 de la Iglesia Católica. 

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En el padrón que compila datos oficiales sobre denuncias de violencia de género, podés encontrar datos sobre cantidad de denuncias por localidad y la frecuencia con que la recibimos. Un ejemplo: este mes la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de la Nación informó que durante el primer trimestre de este año recibió un promedio de 11 denuncias por día de violencia contra las infancias.

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Otro: el Ministerio Público Fiscal de Salta informó que no alcanzan al 1% las denuncias por violencia de género que son falsas.

En nuestro padrón de desaparecidas ya registramos 49 denuncias.

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Lo que revela toda esta información sistematizada y actualizada es el resultado que hoy se hace notorio con una cifra: 100.

Más información en www.observatorioluciaperez.org

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5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

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Pasaron cinco años del femicidio de Cecilia Basaldúa en Capilla del Monte. Tres años de un juicio que absolvió a un imputado sin pruebas. Cuatro fiscales, cuatro policías presos y numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad, ese compromiso que aún es la certeza que falta.

Fotos y crónica de María Eugenia Morengo para cdmnoticias.com.ar

25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..

Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.

      – Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.

Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.

–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.

Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.

La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:

Adrián Luquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género.  Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.

El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.

Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.

Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

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“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como  granaderos.

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Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado  notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón  se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

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Susana, Daniel y Daniela Pavón

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar  que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

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Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.

 El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.

La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?

Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.

La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el  centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:

 “Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación  y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.

Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.


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