Nota
«Para Higui la libertad»: comenzó el juicio mientras la movilización social reclama su absolución

Eva Analía de Jesús —conocida como Higui— fue atacada por ser lesbiana y estuvo siete meses presa en el penal de Magdalena por defenderse de un intento de violación en octubre de 2016. La Sala I de la Cámara de Apelaciones de San Martín le otorgó la excarcelación en junio de 2017 gracias a la presión que ejercieron diferentes colectivas y autoconvocades. Este martes comenzó el juicio y ahora el reclamo es por la absolución. Las audiencias seguirán el miércoles y jueves y se prevé que terminen el martes 22. Higui agradeció el acompañamiento: «Si hubiese sido yo la muerta, no hubiese pasado lo que está pasando». Crónica de la primera jornada.
“¿Vos estás por lo de Higui?”, pregunta Débora mientras sostiene su bicicleta en la estación Lacroze del tren Urquiza. Minutos más tarde se juntan varias personas. Algunas se apuran a subir al próximo tren, otras esperan a amigues para viajar hasta la estación Lourdes a unas veinte cuadras del Tribunal Oral en lo Criminal N° 7 de San Martín, Provincia de Buenos Aires, donde este martes comenzó el juicio a Eva Analía de Jesús —conocida como Higui— que continuará durante esta semana (miércoles y jueves) y que se prevé que finalice el próximo martes 22.
En los días anteriores a que inicie el juicio se armaron grupos de whatsapp para organizar el acompañamiento. Desde Lacroze y Retiro salieron varios grupos y desde antes de las ocho de la mañana ya había personas en la puerta del TOC sobre la avenida Ricardo Balbín al 1700. Al rato se produjo el corte de calle.

“Vinimos a pedir la absolución de Higui, por el derecho a defendernos y poder visibilizarnos sin que nadie nos moleste”, dice Mar, una de las presentes. “Para que la justicia funcione y lo único que hizo fue defenderse de un ataque y la criminalizan por un montón de cosas que no hacen a la causa”, suma Lu. Caminan por la avenida, llevan banderas como capas, carteles que aseguran: “Para Higui la libertad. Organizadas te vamos a sacar”, “Yo también me defendería como Higui”.
Higui no está sola.

El inicio
Es la primera jornada de un juicio pospuesto a comienzos del 2020 por un hecho ocurrido hace más de cinco años. Los testigos previstos para las tres audiencias serán 35. A las 9.15 llega Higui, y fue recibida con cantos y abrazos: “Fuerza Higui”, “Estamos cerca tuyo”, “Van a llegar más amigues”. Con camisa cuadriculada, anteojos negros, mochila y sosteniendo una pelota de fútbol, Higui saluda a quienes la rodean, va reconociendo rostros y se acerca a dar besos, y cuenta que la pelota “está firmada por las pibas de la 31”. También dice que está nerviosa, pero que se siente acompañada. Se acerca Paux y le entrega una remera, Higui la mira y se emociona, luego la abraza. “Estoy en la campaña desde el 2018 —cuenta Paux—, le quise hacer un regalo porque Higui me contó que se había muerto la Machona, que era su perrita, le pedí una foto para hacerle la remera para que la acompañe durante el juicio y me pasó esa donde están todas sus mascotas”. En la foto hay tres perros y dos gatos.



El horario estipulado para el inicio del juicio era a las 9.30 hs. Cerca de las once llegó la fiscal Liliana Tricarico (presidenta de la Asociación de Fiscales de la provincia de Buenos Aires) y más tarde ingresaron a la Sala C de los Tribunales de San Martin los jueces Germán Adolfo Saint Martin, Julián Descalzo y Gustavo Alfredo Varvello. “Estoy acá para pelear por la absolución de Higui, la conocí por la militancia lesbiana y luchando conseguimos que la dejen en libertad, el juicio iba a ser en 2020 y acá estamos peleando por su absolución”, afirma Lila. Higui fue atacada por ser lesbiana, en un intento de violación correctiva, el 16 de octubre de 2016 en San Miguel, se defendió, el agresor murió mientras ella era golpeada. La policía la encontró “inconsciente y golpeada” y el Juzgado de Garantías N°6 de San Martín la procesó por “homicidio simple”. Estuvo siete meses presa en el penal de Magdalena hasta que la Sala I de la Cámara de Apelaciones de San Martín le otorgó la excarcelación en junio de 2017.
“Ole ole, ole ola. Una lesbiana se defendió, se llama Higui, queremos la absolución”, se escucha, se exige.



Abrazo social
“Estamos acá porque somos todas feministas populares y formamos parte de la Coordinadora de Fútbol Feminista que hace tiempo acompaña la causa de Higui”, dice Paula, de Boca. “Pedimos la reforma judicial feminista urgente porque necesitamos una justicia que nos proteja y no que nos siga vulnerando los derechos que tenemos, como Higui, una lesbiana que se defendió, un macho se murió y estamos pidiendo la absolución porque la autodefensa no es un delito. Evaluemos cuándo lo es, evidentemente cuando se trata de las pibas, no lo es. Estamos acompañando con nuestros colores, que son los de Higui”. Cuentan que invitaron a Higui a ver jugar a Boca y la vieron feliz: “El fútbol es su cable a tierra para conectarse con el disfrute”. Durante la espera se organizaron varios partidos de fútbol, en otro sector se colgó también un aro para jugar al basket y por otro lado, un par de chiques boxeaban.



Alma Fernández, militante travesti irrumpe en la avenida con su estela de alegría. “Hoy estamos acá desde la asamblea 28J, desde ATE INTI, desde la Comisión Basta de Travesticidios y Transfemicidios. Estamos acompañando, como venimos haciendo desde hace años a Higui y pedimos su absolución. Esta consigna es un hito contra todas las violencias, todos eso silencios que queremos que dejen de pasar. Volvemos a habitar las calles después de la pandemia. Pedir la absolución de Higui es seguir marcando la agenda emocional de este país. ¡Furia Travesti!”.

En la radio abierta avisan que a un costado están activos los stenciles, mientras bajo un gazebo, un grupo prepara una delicia que más tarde será compartida por todes: guiso de lentejas y de arroz. En otro costado, se realiza un taller de autodefensa. La actriz, guionista y comediante Ana Carolina le dice a lavaca: “A ver si terminamos con este sistema de castigo, de que unas vidas valgan más que otras y sobre todo, específicamente en este caso, para que salga la absolución para Higui. No puede ser este doble discurso de que hay vidas que pueden defenderse y hay vidas que no. ¿Cómo es, quién decide, en base a qué parámetros? Por eso estamos acá”.




Rocío, de Sudor Marika, agrega: “Estamos pidiendo la absolución de Higui y haciendo presión social, estar acá en la puerta con nuestras presencias. Estamos atentas, atentos y atentes a lo que pasa ahí adentro porque a veces la impunidad también se refuerza cuando no hay miradas que estén ahí atentas y cuerpos presentes, entonces es y será importante estar estos días del juicio”.
Leo Grosso, María Rachid, Vilma Ripoll y Mónica Macha son algunes de les polítiques que participaron. Suenan los temas de la banda Kumbia Queers, que estará también el próximo martes 22. También los de Lía Crucet porque son los favoritos de Higui.



Por la radio abierta pasaron dando sus testimonios:
- Mayra la hija de Nancy Montiel, detenida sin pruebas en septiembre de 2020 cuando apareciera el cuerpo de uno de los abusadores de su hijo, a quienes habia denunciado. “Le quieren dar perpetua”, dice Mayra.
- Pao, de Resistencia Trans, colectivo que nació por la falta de hormonas y la falta de salud transicional, dice: “Muches de nosotres fuimos tortas también, cuando tocan a una nos tocan a todes”.
- Lourdes Hidalgo, sobreviviente del incendio en el taller de la calle Luis Viale, en Caballito: “La lucha se consigue en las calles”.
- Carla, de Ni una migrante menos, explicó los derechos vulnerados de les migrantes.



“Si hubiese sido yo”
A las 14.20 hs se produce un cuarto intermedio. Higui se dirige hacia el micrófono y canta junto a les que le rodean: “¿Dónde está Tehuel?”. Luego sigue: “Gracias a todes por el apoyo, ahí adentro no sé cómo estoy aguantando. Son todos buenos ahora, pero como digo siempre, si hubiese sido yo la muerta, no hubiese pasado lo que está pasando, eso no más quiero decir. Gracias por estar acá. Les quiero”. Higui posa con la bandera de la diversidad y varies se acercaron a sacarse fotos con ella. “Parece mi cumpleaños de 15”, ríe Higui.

Raquel Disenfeld es la psicóloga de Higui, estuvo presente para acompañarla y mañana miércoles entrará al TOC como testigo. La conoció a la semana de haber sido excarcelada de la prisión de Magdalena: “Una compañera me preguntó si podía atender a Higui. Aprendió a conocerse, a valorarse. Antes se sentía culpable, pedía perdón. Es una lesbiana visceral, que se hizo a sí misma, no leyó nada de lesbianismo, en un momento se empezó a vestir como quiso, le gustó como jugaba el arquero colombiano y se puso Higui. Fue un acto de libertad. Tiene una ternura extraordinaria, sufrió desde su nacimiento todo tipo de violencia, pero se pudo conectar con el fútbol, con la naturaleza, ama a los animales. El amor a la naturaleza es supervivencia. En la cárcel la hostigaron por ser lesbiana, cuando fue a Magdalena dijo: puedo jugar al fútbol y eso la mantuvo viva. Y las pibas también”.



La describe como muy responsable con sus hermanitas, empezó a trabajar a los ocho años limpiando casas, paseando perros, cuidando bebés, sabe cocinar muy bien. Construyó su propia casa, agregó habitaciones a la casa de su madre, es autodidacta. En la pandemia invitaba a les chiques del barrio a comer fideos, sueña con poner un merendero. “Somos más que las violencias que hemos sufrido”, reflexiona Raquel.
Higui vuelve a entrar a la sala y permanece allí durante más de dos horas. Al salir, es recibida nuevamente con cantos, aplausos, sonrisas. “Higui corazón, aquí tenés les mostris para tu absolución”. La mayoría de quienes llegaron temprano, se quedaron hasta el final para acompañarla. “Cantemos fuerte así nos escucha adentro y sabe que estamos”, repitieron durante la tarde.
A las 18.20 hs la energía sigue intacta.
La segunda jornada comenzará este miércoles a las 9:30.

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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.
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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.
Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos Juan Valeiro
El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.
Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.
Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.
Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.
La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”.

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:
- “Que no te vendan gato por león”.
- “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”.
Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:
Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.
Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.
Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.
Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.
Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.
La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.
Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.

Nota
La Ley del Cáncer: avanza un proyecto que permite fumigaciones con agrotóxicos a 10 metros de viviendas

Una Ley Nacional que proviene del sector del agronegocio avanza en la Cámara de Diputados, impulsada por la UCR y la Coalición Cívica. Se trata de la norma que regula, entre otras cosas, la aplicación de agrotóxicos. El punto clave de este proyecto legislativo figura en el artículo 9, donde se establecen distancias mínimas para fumigar desde los 10 metros para aplicaciones terrestres y con drones, y 45 metros para aplicaciones aéreas. La primera reunión informativa contó solo con oradores promotores de la iniciativa y solo dos voces críticas; crónica de esa reunión y la opinión del médico Damián Verzeñassi, la enfermera del Garrahan Meche Méndez, el abogado Marcos Filardi y Sabrina Ortíz, vecina fumigada y abogada que acaba de presentar un escrito para convocar a audiencias públicas y foros de debate para evitar que se apruebe esta Ley que prioriza el negocio a la salud social y medioambiental. FRANCISCO PANDOLFI
Esta semana se presentó en la Cámara de Diputados el proyecto de ley nacional “de presupuestos mínimos de protección ambiental para la aplicación de productos fitosanitarios”. Es decir, de agrotóxicos.
El proyecto fue escrito por la Red de Buenas Prácticas Agrícolas, integrada por más de 80 instituciones públicas y privadas vinculadas con el agronegocio, y dentro del recinto encabezan la iniciativa los diputados Atilio Benedetti (UCR – Entre Ríos), presidente de la Comisión de Agricultura en la Cámara de Diputados, y Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica). La nueva norma ya cuenta con el acompañamiento de 32 legisladores, entre un abanico variopinto que engloba a La Libertad Avanza, Unión por la Patria, UCR, PRO, Coalición Cívica, Encuentro Federal, entre otros partidos.
El punto clave de este proyecto legislativo figura en el artículo 9, donde se establecen distancias mínimas para fumigar desde los 10 metros para aplicaciones terrestres y con drones, y 45 metros para aplicaciones aéreas.

Exposiciones sin consenso
El martes pasado se llevó a cabo una primera reunión informativa en la cual las y los oradores sólo fueron personas, organismos y corporaciones a favor de la iniciativa.
En la comisión conjunta realizada entre Agricultura y Ganadería y Recursos Naturales y Conservación de Ambiente Humano hubo entidades gubernamentales, de productores, de ingenieros agrónomos, de acopiadores, de empresas de tecnología agropecuaria y ONG a favor de la ley. Maximiliano Ferraro expresó que “el proyecto no tiene una mirada sectorial”. Y que “nace de un diálogo. Un diálogo y consenso, que podemos ampliar”.
Sin embargo, se dijo, no hubo invitaciones a voces disonantes.
Las únicas dos ponencias que no se alinearon al lobby de la producción con plaguicidas fueron el diputado Juan Carlos Giordano (Izquierda Socialista – FIT Unidad) y su par Blanca Osuna (Unión por la Patria). Dijo Giordano: “Deben darle espacio a quienes estamos en contra de esta ley. Hay una lista de un montón de organizaciones que quieren venir a exponer las barbaridades que ocurren por el uso de agrotóxicos. Fumigar a 10 metros de ninguna manera puede ser una buena práctica agropecuaria”. Dijo Osuna: “Es indispensable escuchar voces de otros sectores, estamos en falta si no. Los expertos científicos deben estar acá, están ausentes en este proyecto. Primero debe estar la salud, luego la producción”.
La evidencia del modelo
Tras el encuentro del martes, distintos actores se manifestaron en contra del proyecto. Damián Verzeñassi es médico generalista y es el director del Instituto de Salud Socioambiental de la Universidad Nacional de Rosario, desde donde se hicieron desde 2010 a 2019 más de 40 campamentos sanitarios en diversos pueblos de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba para relevar puerta a puerta la situación de la salud en localidades fumigadas. ¿Qué demostraron esos resultados? Que en las comunidades rurales se multiplicaban los trastornos endócrinos, los abortos espontáneos, las malformaciones y el cáncer. Opina Damián: “Si se aprueba esta ley permitiría que se fumigue a 10 metros con productos que pueden generar cáncer de mama, cáncer de tiroides, alteraciones endocrinas en las glándulas, disminución de la capacidad de nuestro sistema inmunológico de defendernos. Por ejemplo, el herbicida atrazina está prohibido en 37 países, pero en Argentina está autorizada. Este tipo de cosas avala la ley que quieren aprobar”.
Sin embargo, el diputado por la Libertad Avanza Pablo Ansaloni, que proviene de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) dijo en la reunión informativa: “Desde nuestra actividad, que la vengo ejerciendo durante 30 años, manipulamos el cereal y estamos en contacto todos los días con el fitosanitario. Podemos dar fe que no tenemos ningún enfermo”.
Meche Méndez es enfermera de Cuidados Paliativos del Hospital Garrahan y desde hace años viene dando una pelea (casi en soledad) para que exista una historia clínica ambiental que pueda demostrar la relación de los agrotóxicos con las enfermedades. Le dice a lavaca: “El sistema de salud sigue sin considerar el daño, en muchos casos irreparable, que los tóxicos utilizados desde hace décadas en el modelo extractivo están produciendo en el ambiente, los territorios y por ende en los cuerpos de quienes los habitamos, atendiendo los síntomas y/o la enfermedad una vez producida, pero sin asociarlo cómo posibles causa”.
Sobre el proyecto de ley, analiza Méndez: “Sólo puedo compartir mi absoluto rechazo. Ya está comprobadísimo por la ciencia sin conflicto de interés que la deriva (movimiento de plaguicidas en el aire) no tiene control, que los venenos enferman y matan. Necesitamos medidas aún más protectoras de las que tenemos actualmente y sobre todo dejar de usar esos tóxicos. Hago un llamado urgente a los profesionales de la salud, a las sociedades científicas supuestamente comprometidas con la salud y el ambiente a que se expidan y rechacen esta posibilidad criminal de echar venenos a 10 metros”. Remata: “Se sabe que produce cáncer, malformaciones, daños genéticos, un montón de enfermedades y síntomas. Esto no puede salir de la Cámara de Diputados”.
María Luisa Chomiak, de Chaco, es la única diputada de Unión por la Patria que acompañó con su firma este proyecto. Argumentó: “Lo suscribí porque se necesita tener esta discusión. Toda iniciativa es perfectible y no hay nada más importante que la salud. Si se prioriza esto, celebro que estemos discutiendo este tema”. Sin embargo, en el proyecto no figura que la reducción de las distancias va en sentido contrario al principio de «no regresión en materia ambiental» que establece la Ley General de Ambiente y tratados internacionales como el Acuerdo de Escazú. Ni tampoco informa las pruebas científicas ya demostradas sobre la consecuencia de los plaguicidas: desde los efectos letales del glifosato en embriones anfibios, constatado por el ex titular del Conicet Andrés Carrasco, hasta los estudios de Delia Aiassa en la Universidad de Río Cuarto sobre daño genético, que comprobaron el riesgo aumentado de contraer cáncer. A partir de estas investigaciones hubo fallos judiciales en distintos puntos del país prohibiendo las fumigaciones terrestres a menos de 1.095 metros y las aéreas a menos de 3.000.
Antecedentes que enferman
Una de esas localidades es Pergamino, al norte de la provincia de Buenos Aires. Allí vive Sabrina Ortiz, una de las tantas personas que se enfermó por agrotóxicos. Perdió un embarazo de casi 6 meses y tuvo dos ACV. Sabrina tiene una particularidad notable: como no encontraba abogados que la defendieran, estudió Derecho y se recibió. Fue amenazada; le mataron a su perro como amedrentamiento. Después de años de denuncias y estudios científicos, la Justicia federal confirmó que el 3 de diciembre de 2025 comenzará el juicio oral contra tres productores agroindustriales por delitos de contaminación ambiental, según la Ley de Residuos Peligrosos (N° 24.051). En la causa se documentaron daños a la salud vinculados a la exposición crónica a sustancias como glifosato, atrazina y clorpirifós.
Sabrina, junto a varios colegas, acaba de presentar un escrito colectivo de abogadas y abogados de Pueblos Fumigados en donde solicitaron a las presidencias de las comisiones de Agricultura y Ganadería y de Recursos Naturales de la Cámara de Diputados de la Nación que convoquen audiencias públicas, foros y videochats de debate antes de tratar el proyecto de ley.
Marco Filardi es abogado especialista en derechos humanos y temas ambientales y es parte de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Facultad de Medicina de la UBA. Le dice a lavaca: “Esta norma manda un mensaje a todas las provincias de que este (10 metros fumigación terrestre y dron, y 45 metros aérea) es el estándar mínimo, el piso ambiental y eso no lo podemos aceptar. Gran parte de nuestra población está expuesta cotidiana, sistemática y estructuralmente a la aplicación de más de 7.000 formulados comerciales con autorización vigente por el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) en una cantidad de más o menos 500, 600 millones de litros de agrotóxicos al año. Tenemos el triste privilegio de ser el país que más agrotóxicos por persona y por año usa en el mundo y los resultados están en los cuerpos, están en los territorios”.
Desde los impulsores de la iniciativa no contactaron a científicos, ni profesionales de la salud, ni abogados, ni a ninguna de las organizaciones ambientales. Como por ejemplo la coordinadora “Por una vida sin agrotóxicos Basta es Basta”, de Entre Ríos, que se moviliza todos los martes desde 2018 frente a la Casa de Gobierno en Paraná. “La ley nacional es un ‘copy-paste’ de la que ya tenemos acá, aprobada a finales de 2024 y en la que habilitan fumigar a 5 metros de los cuerpos de agua, a 10 de las plantas urbanas y a 15 de las escuelas rurales. Ellos se amparan en las buenas prácticas agrícolas sin basarse en ninguna evidencia científica, a diferencia de todos los trabajos publicados en Argentina y en el mundo donde se demuestra el impacto que tiene el uso de los venenos sobre la salud y los ecosistemas, más allá de la dosis y la distancia. Lo que genera el daño es la presencia del veneno y si hay evidencia científica ya está: no hay más que hablar”.


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