Nota
¿Qué deja la industria minera? La experiencia uruguaya
Mientras Orosur obtiene sus ganancias gracias a las renuncias fiscales, en Minas de Corrales más de 200 de sus trabajadores cobran subsidios por desempleo. Una nota de Betania Núñez en Brecha.
Mientras Orosur obtiene sus ganancias gracias a las renuncias fiscales, en Minas de Corrales más de 200 de sus trabajadores cobran subsidios por desempleo. Una nota de Betania Núñez en Brecha.

Foto: Rinaldo Mora, IMR
El Poder Ejecutivo decidió dar más de un beneficio al grupo Orosur. El primero, el más sonado, fue exonerar a la empresa del canon que tiene que abonarle al Estado, “único pago por el oro que se lleva del país”, según calificó la organización Uruguay Libre. La medida fue tomada por la ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse. La decisión no es para nada habitual, según fuentes de esa cartera que rastrearon, sin suerte, antecedentes similares, y permitió a Orosur embolsarse entre 600 mil y 700 mil dólares, según cálculos aportados a Brecha por la propia empresa.
Pero la exoneración del pago del canon al Estado no es el beneficio más jugoso que ha obtenido. La segunda gracia le aportó 2,5 millones de dólares, resultado de la renuncia estatal a cobrarle los impuestos a la exportación. El monto, según un informe que la empresa publicó para sus inversores, habría sido resarcido por el Estado en abril. Este mecanismo está previsto exclusivamente para las empresas que exportan productos industrializados.
En este sentido, Víctor Bacchetta, integrante de Uruguay Libre, plantea que para “pedir la devolución de impuestos, Orosur usó el mismo argumento que había intentado instalar Aratirí”. La trampa de esa justificación se basa en fijar el precio que tendría el mineral sin ningún proceso, para luego decir que con el método empleado se genera valor agregado. Sin embargo, Bacchetta sostiene que si no incorporaran esos procesos, de los que las mineras se jactan, el producto no tendría valor porque directamente “no lo podrían vender”, ya que en las condiciones en que lo extraen “no lo compra nadie. El lingote de doré, que no es oro puro sino una mezcla de oro y plata, o el mineral de hierro, como pensaba exportar Aratirí, son materias primas, no tienen un proceso industrial. Logramos que quitaran ese concepto de la ley de minería de gran porte, pero ahora Orosur lo alega y aceptan devolverle el impuesto”.
Los montos de los dos beneficios sumados son sugestivos si se mira el superávit de la empresa en los primeros cuatro meses de 2016, que asciende a 3.100.000 dólares. Es prácticamente la misma cifra a la que renunció el Estado sumando la exoneración del canon (a fines de diciembre) y la devolución de los impuestos a la exportación (que se habría concretado en abril). Sin embargo en Orosur todavía no están conformes. Héctor López, gerente de Planeamiento y Presupuesto de la empresa, dijo a Brecha que “siempre estamos pensando en bajar impuestos, en bajar la Ute, en bajar el gasoil, en todo. Estamos peleando por todos lados”, y anunció que analizan pedir la exoneración del pago del canon para otros proyectos.
El beneficio ya obtenido corresponde exclusivamente al oro extraído desde abril de 2015 a marzo de 2016 en dos de las concesiones que posee la minera, la de Arenal Subterráneo y la de Laureles. No obstante, la solicitud original, realizada en conjunto por varias empresas que componen el mismo grupo económico –Orosur Mining Inc, Loryser SA, Montemura SA, Minera San Gregorio SA y Glendora SA, que en total controlan 570 mil hectáreas en territorio uruguayo–, era para seis concesiones y por cinco años. El Estado descartó cuatro por una cuestión legal, el ya célebre artículo 47 del Código de Minería, que establece que las exoneraciones pueden brindarse sólo durante los primeros diez años de cualquier explotación. Si bien ese elemento del artículo no se está incumpliendo, a diferencia de lo que señalaron varios medios de prensa, hay otro punto que genera debate. El mismo artículo habla de la exoneración del canon como una medida de fomento de la explotación, para la cual deben “existir razones de interés general”. Pero el Ejecutivo no puso condiciones ni exigió contrapartidas al beneficio, algo que se reconoce desde la propia empresa: “Compromisos, que yo sepa, no”, dijo aBrecha Javier Martínez, gerente de Medio Ambiente de Orosur, y agregó que tanto el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, como Cosse, visitaron las instalaciones y se mostraron preocupados por“mantener el negocio, porque mientras esto siga funcionando, hay alguna proyección de que las cosas mejoren. Si no se lograba llegar a una ecuación positiva, a resultados positivos, seguramente no hubiese habido retorno. Eso se entendió bien y se apoyó por ese lado”.
En cambio, para Alfredo Caputo, catedrático de derecho minero, la exoneración “no puede ser una resolución caprichosa, no puede ser un favor a la empresa por dificultades momentáneas que esté atravesando o porque la empresa se haya administrado mal, esa exoneración tiene que redundar en interés de toda la población”. Como ejemplo, Caputo plantea que sería razonable otorgar una exoneración condicionada a que se incorporen “técnicas modernas que permitan extraer el oro sin usar cianuro”, a diferencia de las que emplea Orosur y por las que lleva importadas más de 3 mil toneladas de un producto en base a cianuro desde 2011 hasta mayo de 2016.
Otro motivo podría ser el de mantener los puestos de trabajo, pero Orosur sigue enviando a sus trabajadores al seguro de paro (véase nota “La hojarasca minera”), y esa estrategia es publicitada a los accionistas como parte de la reducción de los costos de la empresa. En este sentido, Bacchetta señala, con las cifras en la mano, que la producción de Orosur ha descendido en los últimos años, y “lo que han hecho es prolongar la vida útil de las instalaciones con pequeños proyectitos que duran unos meses”. Su lectura coincide con el relato que hizo el propio gerente de Planeamiento y Presupuesto al contar que Laureles, uno de los proyectos que obtuvo la exoneración del canon, ya terminó: “Era un proyecto muy corto, muy marginal, lo hicimos para no tener que mandar a todo el mundo al seguro de paro, eso nos dio casi un año de vida”.
Según Bacchetta, mediante esta estrategia de pequeños proyectos “lo que está haciendo Orosur es un destrozo, la zona está quedando como un queso”, y se trata de 65 mil hectáreas concesionadas a la minería, “más de cuatro veces lo que era el distrito minero de Aratirí”. “La tesitura del gobierno es la de la desesperación”, dice Bacchetta, porque nunca se previó qué sucedería con Minas de Corrales cuando el proyecto de Orosur se agotara. “Es una minería que ni siquiera tiene una proyección de futuro. Las minas en algún momento se agotan, pero nadie pensó nunca en aprovechar el período extractivo para generar otros emprendimientos que vinieran después.”
La prensa tituló “exoneración ilegal”, y no lo es. Pero el Estado renunció a un dinero que equivale a la ganancia de la empresa. Mientras, el “interés social”, esa condición ine-ludible para brindar el beneficio de la exoneración, no se encuentra debajo de las rocas. Los trabajadores continúan siendo enviados al seguro de paro. Minas de Corrales sigue sin una alternativa productiva. Y por la frontera se sigue escapando la riqueza.
Mineras sin corrales
“Orosur controla más de 570 mil hectáreas en Uruguay”, proclama en su sitio web la empresa, en el perfecto inglés en que se dirige a sus posibles inversores. El dato fue señalado a Brecha por Bacchetta como un incumplimiento a la ley, y fue considerado por Caputo como un elemento que podría conducir a una posición monopólica en el mercado.
El Código de Minería establece que una misma empresa no puede controlar más de mil hectáreas para la explotación minera, no más de 2 mil para la exploración y no más de 200 mil para la prospección. Pese a que la norma le otorga al Poder Ejecutivo la posibilidad de aumentar esas extensiones, aclara específicamente, que “en ningún caso, el máximo básico podrá excederse si conduce al minero a la situación de único explotador de un mineral determinado”. Según Caputo, “por el fundamento de las leyes análogas, habría que aplicar el mismo concepto en el caso de la prospección y la exploración”. Además, dice, dar permiso de prospección en más de 200 mil hectáreas a una misma empresa “no sería fundado si condujera a una situación de monopolio en la prospección”, porque tanto ésta como la exploración “están encaminadas a lograr la explotación”. Hacerlo sería como autorizar “una situación que conduce a un monopolio en la prospección que luego está prohibida para la explotación. Por esta razón no querida por el legislador, el Ejecutivo estaría inhibido de otorgar extensiones que condujeran al monopolio en todos los casos”.
Otra circunstancia que podría estar favoreciendo la gran extensión que controla Orosur es la de operar como un grupo económico integrado por diferentes empresas. Si bien la ley de minería de gran porte reconoce la figura de “grupo económico” y establece que las empresas que lo integren serán consideradas como un solo sujeto de derecho, el Código de Minería no hace esa salvedad. Al respecto, Caputo considera que habría que reformar el código para subsanar las diferencias entre una y otra norma.
Nota
La Estela: tierra guaraní en escena

Las actrices Casandra Velázquez e Ivana Zacharski crearon un unipersonal sobre una niña litoraleña que descubre aventuras al amparo del monte misionero. El calor agobiante, la siesta obligatoria, los árboles de yerba mate y las leyendas de ese territorio se cruzan con la inspiración de Clarice Lispector como punto de partida.
Por María del Carmen Varela
A la hora de la siesta el pueblo entra en una pausa obligatoria barnizada por un calor agobiante. Ni el sueño ni el sofoco detienen a la niña, que abandona su cama con sigilo y logra escapar al amparo del monte. Encuentra en la intemperie el abrigo que no es costumbre en su casa. Cada día la espera una aventura distinta, aunque no siempre hay juego y risas. Rebelde, divertida, decidida, busca compañía para sus andanzas y si no la encuentra, transita en soledad. La salvación a cielo abierto, la naturaleza como sostén y una fascinación: “La Estela”.
La actriz y bailarina Casandra Velázquez y la actriz y directora de teatro Ivana Zacharski dieron luz a esta niña litoraleña sumergida en la vastedad de un paisaje indómito y deslumbrada por Estela, la joven esquiva con mirada de pantera. Ivana y Casandra se conocieron a sus 18 años tomando clases de actuación con Pompeyo Audivert en el Teatro Estudio El Cuervo, poco tiempo después de que cada una viniera a estudiar teatro a la Capital. Casandra nació en Rosario y creció en Venado Tuerto (Santa Fe), Ivana es de Apóstoles, Misiones, donde se desarrolla esta historia que juntas llevaron a escena. Este universo, recorrido por Ivana, de tierras guaraníes surcadas por árboles de yerba mate y leyendas de peligros a la hora de la siesta, fue la inspiración para La Estela.
Ivana tenía ganas de dirigir un unipersonal y eligió a su amiga Casandra para actuarlo. El punto de partida fue un cuento de Clarice Lispector: La relación de la cosa. Casandra: “Los primeros encuentros fueron sin texto, nos acercamos a la obra desde el cuerpo, la respiración y la carne. En los primeros ensayos bailé un montón, unas danzas extrañas, medio butohkas, transpire, canté, corrí, toqué el bajo. Ivana empezó a escribir y yo a probar y actuar todos esos textos e hipótesis, el insomnio estaba presente, la obsesión con el tiempo, los fantasmas del futuro, algo vinculado a la materialidad del agua y el devenir del río. Aparecieron unos cuentos protagonizados por distintas niñas en paisajes litoraleños. Nuestro personaje de ese momento: una mujer en medio del insomnio, se contaba esos cuentos a ella misma para poder dormir”.

Foto: Gentileza La Estela.
Después de que Ivana hiciera un taller de escritura con Santiago Loza y Andrés Gallina, la historia fue tomando fuerza. Cuenta Casandra que algo se abrió y comenzó a aparecer la trama: “La obra apareció y nos empezó a hablar. Nos metimos adentro de esos cuentos, de esos paisajes y de esas niñas y dejamos de lado todo lo demás. Apareció algo muy mágico entre nosotras, algo de eso que las obras permiten, que es crear un universo común, descubrir conexiones y relaciones nuevas. Sentía que la obra estaba apareciendo y tenía voz propia, apareció el cuerpo de la obra y una forma de narrar”. Casandra recorre el escenario y su fuerza expresiva invita a adentrarse en la historia de esta niña llena de vitalidad y asombro. La vemos en su habitación, presa del calor de la tarde, en busca de libertad y juego, invocando protección divina cuando algo se le escapa de las manos, trabajando en el puesto rutero, pateando una pelota, como se patea a la injusticia, hipnotizada al descubrir la mirada felina de “la Estela”.
El entusiasmo de la juventud, las tragedias inesperadas, las súplicas, el goce de la novedad caben en ese cuerpo palpitante de sueños. Ivana y Casandra apelaron a sus propias vivencias para hilar la narración. Casandra: “Las dos pasamos nuestras infancias y adolescencias medio punkis en distintos paisajes litoraleños, lejos de esta ciudad, sus ritmos y velocidades. Había algo de ese universo común, de elegir siendo muy chicas irnos de las ciudades donde crecimos, que empezó a operar, casi telepáticamente. El ejercicio de revisitar esos paisajes y poblarlos de ficción fue fascinante, mirar el mundo con ojos de infancia nos abrió mucho permiso y nos devolvió mucha vitalidad, nos permitió vincularnos con la violencia, el dolor y la crudeza de crecer desde un lugar de mucho delirio y mucho juego. La obra es bastante impune en ese sentido, el relato no pide permiso, ni da explicaciones, sólo sucede. Justicia poética, decimos, un conjuro de liberación”.
Al cabo de dias de ensayo, la voz de la niña litoraleña comenzó a asomar y Casandra hizo un trabajo específico con la coach vocal Mariana García Guerreiro. El actor Iván Moschner también se sumó a pulir el fluir de la voz. Escuchar radios misioneras, discos y entrevistas a Ramón Ayala y otrxs artistas misionerxs colaboró con esa tarea. La niña que sube el escalón hacia la adolescencia, la que se enfrenta al monte y sus amenazas, se abre paso en la oscuridad con la lumbre de su irreverencia. Salvar y ser salvada, desafiar la imposición de la siesta, para correr a soñar despierta.
La Estela
El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960, CABA
Sábados a las 18 hs, hasta el 27 de septiembre
@laestela.obra
Nota
Litio: nace un nuevo documental

Este viernes 29 de agosto se presentará un nuevo contenido de Cooperativa de trabajo lavaca: Litio. Un documental dirigido junto a Patricio Escobar que refleja la lucha de las comunidades originarias y el paralelismo entre la reforma (in)constitucional de Jujuy, como experimento hacia la Ley Bases votada a nivel nacional.
“Te cuento esta historia, si me prometés hacer algo. ¿Dale?”.
Así arranca el documental Litio, una historia de saqueo y resistencias, que continúa…
Un documental independiente y autogestivo de cooperativa lavaca y dirigido en conjunto con Patricio Escobar, que traza un hilo conductor entre la reforma (in)constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Este proyecto tiene algunas particularidades: por un lado, no se trata de una única pieza audiovisual, sino de varias. Una más larga, de 22 minutos; y otras más cortas, de menos de 6 minutos. Por otro lado, se propone un documental en construcción permanente, al que se le irán agregando nuevas piezas de una cadena extractivista que parece no tener fin. Para esto, creamos una página web (que también estrenaremos el viernes 29) en la que iremos agregando los nuevos eslabones que surjan a futuro relacionados al oro blanco.
LITIO muestra cómo viven las comunidades de la puna jujeña en la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, y a la par, zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo. Dato insoslayable: para obtener un kilo de carbonato de litio se utilizan hasta dos millones de litros de agua. Las imágenes se entrelazan con los ostentosos congresos mineros, la represión policial a las manifestaciones por la reforma (in)constitucional y la resistencia de un pueblo que no otorga la licencia social a la explotación minera.
“¿Cuánto cuesta, cuánto vale… nuestra Pacha?”, cantan las comunidades originarias. Esa bandera hecha canción – y esa pregunta- se construye a través de distintas entrevistas a las comunidades Santuario de Tres Pozos, Lipán, El Moreno, Tres Morros, Potrero de la Puna, así como a otros actores. También evidencia el silencio de las autoridades, que no quisieron hacer declaraciones públicas. “Todas las Salinas están cuadriculadas de pedimentos mineros. Allí viven las comunidades y debajo, en el subsuelo, están las minas”, cuenta Alicia Chalabe, abogada de las comunidades.
El documental plantea una premisa: la reforma (in)constitucional de Jujuy en 2023 impuesta por el entonces gobernador Gerardo Morales –a merced de la explotación del litio, ya que modificó el régimen de agua, de tierras fiscales y de la propiedad privada, y ratificó la propiedad exclusiva de la provincia sobre los recursos naturales, entre los que incluye el subsuelo y el mineral de litio– fue el experimento que sirvió de antesala a la Ley Bases aprobada en 2024. Esta profundizó no sólo la matriz extractivista mediante enormes beneficios fiscales a empresas mineras, petroleras y del agronegocio, sino también las relaciones carnales con Estados Unidos y particularmente con Elon Musk, dueño de la empresa Tesla que construye autos eléctricos, para lo cual el litio es fundamental.
LITIO termina con tres palabras, y se erige como punto de partida:
“Esta historia continuará
¿Dale?”.
Te invitamos a seguir construyendo esta historia, este viernes 29 de agosto a las 20, en MU Trinchera (Riobamba 143, CABA).

CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre


- Revista MuHace 1 semana
Mu 206: La revolución de la empatía
- ActualidadHace 3 semanas
Intoxicados
- ActualidadHace 4 semanas
Marcha de jubilados: lo que une el espanto
- Derechos HumanosHace 1 semana
La justicia en el cuerpo
- ActualidadHace 3 semanas
Coimas: los próximos pasos de la investigación que acorrala a los Milei