Nota
Rojava: la revolución de las mujeres
«Luchamos por todas las mujeres del mundo, por romper fronteras y barreras», dice una de las militantes de las fuerzas kurdas de las Unidades Femeninas de Protección.
“Luchamos por todas las mujeres del mundo, por romper fronteras y barreras”, dice una de las militantes de las YPJ. Por El Xemillero, desde el Kurdistán sirio.

Mujeres durante las celebraciones del 8 de Marzo n Derbesi, cantón de Cezire. Foto: Kimmie Taylor
En la federación autónoma del norte de Siria, Rojava, apenas se ven árboles. La distancia es una larga pradera verde con extractores de petróleo perfilados en un horizonte naranja. Sus lagunas negras arden al sol para transformar este oro negro en diésel. El embargo por parte de Turquía en el norte, el Kurdistán iraquí al Este y el terror yihadista amenazando el sur hacen que no sea posible venderlo, y así el aire se llena de benceno y gases que hacen que tu cabeza pierda perspectiva del suelo, que tambalee tu caminar. Pero este manto de hierba ya es bosque en la mente de la gente.
La tierra rota por la guerra es un hervidero de proyectos de todo tipo, en los que las mujeres es su centro. “La mujer es la tierra, la tierra es la base de la comuna, la comuna es la base de la sociedad…”, nos explica Zeynep. Las comunas son los organismos sociales más básicos, compuestos por cientos de familias que conforman la sociedad de Rojava.
Zeynep es la personificación de la revolución agraria de las mujeres. Nos recibe con unos alicates colgando de un bolsillo trasero de su pantalón y una pistola del otro. Mientras, ordena a varios hombres que arreglen una de las verjas de los grandes invernaderos que gestionan. Su piel color tierra se estremece bajo una amplia sonrisa. Lleva una camiseta que dice “no soy normal”.

Una milioiana de las YPG porta un AK-47. Foto: Kimmie Taylor
Cooperativas agrarias
Esta mujer de pelo corto y caminar holgado es una ingeniera del Kurdistán turco que lleva un año trabajando en un proyecto de amplios terrenos de cultivo e invernaderos que cederá a las mujeres de la zona para que trabajen juntas de forma cooperativa, abasteciendo a 18 comunas. Nos confiesa que no tenía conocimientos de cultivo y contesta que todo lo “aprendió de internet”. Aquí se preparan 201.000 semillas de tomates, berenjenas, pimientos y calabaza. También nos muestra 3.000 plantones de árboles y 268 frutales, y nos habla de un proyecto de plantación de soja para transformarlo en aceite de cocina. Además, el proyecto incluirá el cultivo de maíz, único en la región. “¡Maíz Rojava 2016!”, bromea. Es, sin duda, un oasis ideológico que crece en forma de naturaleza.
Todas las ramas de la sociedad de Rojava tienen un terreno común revolucionario que se va labrando paso a paso. su política se basa en la ecología social y en un sistema horizontal de confederalismo democrático, ideas impulsadas por el líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan, que, desde la cárcel en la isla turca de Imrali, predica esas ideas heredadas de Murray Bookchin, anarquista estadounidense muerto en el año 2006. Para que esto sea posible, Öcalan, conocido como ‘Apo’, afirma que las mujeres deben recuperar el terreno perdido. “¡El trabajo de las mujeres es el primer frente!”, exclama Zeynep.
Las calles de Rojava están asfaltadas de un simbolismo que a menudo gira alrededor de la figura de Öcalan. Pero las mujeres encuentran en su historia innumerables ejemplos de compañeras que impulsaron la unión de mujeres por la libertad. La activista kurda Sakine Cansız, parte del grupo fundador del PKK (junto con Öcalan), se convirtió en un símbolo de resistencia femenina. Su asesinato en París en 2013 fue un duro golpe al espíritu kurdo, pero se fue para quedarse.
Las mujeres de Rojava se organizan mayoritariamente a través de la organización de mujeres soberana Congress Star, hasta marzo denominada Yekitiya Star. Ésta se encuentra interconectada con el Movimiento Democrático Popular de Kurdistán Oeste. Sabah, una de sus integrantes encargadas de la coordinación, explica que las mujeres manejan la tierra trabajando en cooperativas o colectivos autónomos organizados de manera horizontal, sin un marco legal definido. “El objetivo no es vender, es conseguir que las mujeres se organicen y trabajen para ellas mismas, para obtener la independencia total del hombre”, nos cuenta.
Uno de los proyectos de Congress Star es una academia de mujeres que realiza cursos de unos meses para educar a la población. Entre sus asignaturas está la unión de la ecología y la economía, entendidas como una vuelta a la realidad de las mujeres. “Es una tercera forma de hacer, ver y entender la realidad”, nos explica una de las profesoras. Para ellas todo empieza con las mujeres, las más oprimidas, y por eso en ellas está la clave para cambiar la sociedad.
Otras asignaturas son el estudio de la anatomía del cuerpo femenino y defensa personal, apoyada en tres pilares: defensa, nutrición y reproducción. Todas las asignaturas tienen un enfoque de ruptura con el sistema capitalista y patriarcal. La profesora habla de revolución radical mientras compartimos tranquilamente un té con pastas, parece la combinación perfecta.
La lista de proyectos destinados al women power es sorprendente. La Fundación de las Mujeres Libres de Rojava, por ejemplo, organizada dentro de Congress Star, tiene múltiples planes en marcha nunca antes implementados en este lado del planeta, como un proyecto de pueblo exclusivo para mujeres. Cuando una de ellas sufre maltrato y huye a una casa de mujeres, se encierra ahí como en una prisión, nos cuenta una de las responsables del proyecto. “Este pueblo puede ser la base de una sociedad libre, donde las mujeres y sus hijos puedan liberarse del sistema patriarcal” recalca.
Estas ideas se engloban dentro de la ginología o ciencia de la mujer, un enfoque radical de lucha contra el patriarcado acunado en esta revolución de los cuerpos, almas y mentes. Su contenido se elabora, debate y discute en una casa cuyo amplio salón es arropado por una alfombra morada y fotografías de las personas mártires de la revolución. Aquí estudian los diferentes tipos de feminismo e integran teorías de todo tipo para apoyar el contenido ideológico de estos tiempos. “Hay muchas teorías que critican el sistema: anarquistas, marxistas, etc. Nosotras estudiamos todas para formar un pensamiento propio”, dicen. Y explican que su misión es impulsar una ciencia que agrupe todas las teorías de los movimientos feministas bajo un mismo paraguas, sin caer en tópicos.
A pesar de ello, la gente de a pie sigue sus roles tradicionales. Mujeres y hombres cubren sus extremidades a pesar del calor, y la sexualidad es un gran tabú, pero la revolución va a paso lento. Ilham, la encargada de una casa de mujeres en Qamishli, que sirve como mediación en conflictos que implican a las mujeres, explica que los cambios deben darse poco a poco para no generar rechazo. “La libertad comienza dentro de ti misma, sin importar cómo te vistas”, explica. Las casas de mujeres sirven de centro de reunión para solucionar problemas familiares antes de tener que acudir a la justicia. “La construcción de una sociedad democrática comienza construyendo una familia democrática,” añade. Mientras conversamos, un matrimonio entra en la sala, el hombre con expresión de derrota se sienta en una silla mientras un grupo de mujeres escucha a su esposa. Parece el mundo al revés.

Foto: Kimmie Taylor
Salud revolucionaria
Escondida en una calle en la ciudad de Serekania encontramos una pequeña clínica para mujeres, uno de los múltiples proyectos de la Fundación de las Mujeres Libres de Rojava. Mujeres de varios rincones del territorio llegan aquí caminando y son atendidas por cuatro enfermeras y por la doctora Ronahi Azad.
Vestida con atuendo kurdo, nos explica que cada vez llegan menos medicamentos y se ve obligada a improvisar. “¡Para realizar exploraciones de garganta uso la linterna de la parte de atrás de mi mechero!”, exclama con una gran sonrisa. Nos dice que a pesar de las limitaciones uno de sus objetivos es acompañar a las mujeres a autoconocerse. La clínica hace cursos de dos o tres meses en atención primaria para formar a futuras enfermeras y ofrece apoyo psicológico por los traumas de la guerra, empoderando a toda la que pisa este lugar.
Clínicas y hospitales de toda Rojava son un libro abierto al cambio hacia la salud integral, la autonomía y la integración de las mujeres en todos los ámbitos. Según el director del centro de rehabilitación militar de la ciudad de Qamishli, en el cantón de Cezire, “la vida tiene cuatro pilares básicos: la cultura, la naturaleza, las mujeres y la libertad”.
Nos cuenta que debemos recuperar la salud a través de un cambio de sistema que vaya hacia una igualdad real. Su discurso sigue una línea parecida a la del ecofeminismo, que aquí se teoriza para aplicarse en hospitales y clínicas de Rojava. En la pared se proyectan diapositivas mostrando esta visión. Un grupo de unas 30 personas observamos con la boca abierta una imagen de una mujer amamantando a su hijo con uno de sus pechos y a una cabra con el otro.
Los valores relacionados con los cuidados, la atención, la comida, la salud y el bienestar emocional son representados por las mujeres y caen en la sombra de los valores masculinos de productividad, desarrollo, industria y poder empresarial. La sociedad de Rojava le da la vuelta a esos valores, poniendo por delante los intereses de la tierra y de la mujer, que al pie del cañón renace poco a poco de una opresión milenaria.
Mujeres en guerra
La población kurda repartida principalmente en el sur de Turquía, oeste de Iraq y norte de Siria lucha por su liberación como pueblo, por hacerse un hueco en el mundo, a la vez que impulsa un sistema de valores democrático y participativo. Su ejército, que batalla contra diversas fuerzas, entre las que se encuentra el Daesh (Estado Islámico), se divide en facciones de hombres y mujeres. Estas mujeres son el brazo armado de la ‘ginología’.
“Luchamos por todas las mujeres del mundo, por romper fronteras y barreras”, dice una de las militares de las fuerzas kurdas de las Unidades Femeninas de Protección (YPJ), compuestas únicamente por mujeres. Su intensa mirada se destina hacia un idea que arde en los corazones de estas mujeres dueñas de sí mismas.
Otra de sus compañeras explica que luchan con armas obsoletas pero que aun así están ganándole la batalla al extremismo islamista. “Cuando tu corazón y tu mente trabajan en una misma dirección, no importa lo que tengas entre las manos, puedes luchar con ello”.
Las YPJ dejan su vida atrás para regalársela a la libertad de su pueblo, pero principalmente para que las mujeres recuperen su espacio y se liberen de toda opresión. No podía ser de otra manera en este nuevo mundo que florece entre el furor de una sangrienta guerra que está desafiando al mundo.
Declaración de Rojava por una Siria Federal
El 17 de marzo, el Consejo Constitutivo del Sistema Federal de Rojava llegó a un acuerdo de nueve puntos que “será considerado como un modelo de solución de la crisis siria”. En ellos se establece, por ejemplo, que “la futura Siria pertenecerá a todos los sirios y es el sistema federal democrático basado en la participación de todos los componentes de la sociedad lo que hará establecer esto”, y la “constitución de un sistema federal democrático para Rojava, en el norte de Siria”. También se establecía un Comité Organizacional que deberá preparar un contrato social para este sistema político en el plazo de seis meses.
Derecho a una participación igualitaria
El punto 6º de la Declaración de Rojava establece que “la liberación de la mujer es la esencia del Sistema Democrático Federal. La mujer tiene derecho a una participación igualitaria y es la que toma las decisiones en relación con los temas que la conciernen. Es representada por igual en todos los ámbitos, incluyendo los aspectos sociales y políticos”.
Un Contrato Social para Rojava
En enero de 2014, dos meses después de que Rojava proclamase su autonomía, se publicó una Constitución provisional de sus tres regiones (Afrin, Jazira y Kobane). La Carta del Contrato Social de Rojava establece que “en búsqueda de la libertad, la justicia, la dignidad y la democracia y conducido por los principios de la igualdad y la sostenibilidad ambiental, la Carta proclama un nuevo contrato social, basado en la convivencia y el entendimiento mutuo y la paz…”.
La nota completa se puede leer en el periódico español Diagonal.
Nota
Litio: nace un nuevo documental

Este viernes 29 de agosto se presentará un nuevo contenido de Cooperativa de trabajo lavaca: Litio. Un documental dirigido junto a Patricio Escobar que refleja la lucha de las comunidades originarias y el paralelismo entre la reforma (in)constitucional de Jujuy, como experimento hacia la Ley Bases votada a nivel nacional.
“Te cuento esta historia, si me prometés hacer algo. ¿Dale?”.
Así arranca el documental Litio, una historia de saqueo y resistencias, que continúa…
Un documental independiente y autogestivo de cooperativa lavaca y dirigido en conjunto con Patricio Escobar, que traza un hilo conductor entre la reforma (in)constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Este proyecto tiene algunas particularidades: por un lado, no se trata de una única pieza audiovisual, sino de varias. Una más larga, de 22 minutos; y otras más cortas, de menos de 6 minutos. Por otro lado, se propone un documental en construcción permanente, al que se le irán agregando nuevas piezas de una cadena extractivista que parece no tener fin. Para esto, creamos una página web (que también estrenaremos el viernes 29) en la que iremos agregando los nuevos eslabones que surjan a futuro relacionados al oro blanco.
LITIO muestra cómo viven las comunidades de la puna jujeña en la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, y a la par, zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo. Dato insoslayable: para obtener un kilo de carbonato de litio se utilizan hasta dos millones de litros de agua. Las imágenes se entrelazan con los ostentosos congresos mineros, la represión policial a las manifestaciones por la reforma (in)constitucional y la resistencia de un pueblo que no otorga la licencia social a la explotación minera.
“¿Cuánto cuesta, cuánto vale… nuestra Pacha?”, cantan las comunidades originarias. Esa bandera hecha canción – y esa pregunta- se construye a través de distintas entrevistas a las comunidades Santuario de Tres Pozos, Lipán, El Moreno, Tres Morros, Potrero de la Puna, así como a otros actores. También evidencia el silencio de las autoridades, que no quisieron hacer declaraciones públicas. “Todas las Salinas están cuadriculadas de pedimentos mineros. Allí viven las comunidades y debajo, en el subsuelo, están las minas”, cuenta Alicia Chalabe, abogada de las comunidades.
El documental plantea una premisa: la reforma (in)constitucional de Jujuy en 2023 impuesta por el entonces gobernador Gerardo Morales –a merced de la explotación del litio, ya que modificó el régimen de agua, de tierras fiscales y de la propiedad privada, y ratificó la propiedad exclusiva de la provincia sobre los recursos naturales, entre los que incluye el subsuelo y el mineral de litio– fue el experimento que sirvió de antesala a la Ley Bases aprobada en 2024. Esta profundizó no sólo la matriz extractivista mediante enormes beneficios fiscales a empresas mineras, petroleras y del agronegocio, sino también las relaciones carnales con Estados Unidos y particularmente con Elon Musk, dueño de la empresa Tesla que construye autos eléctricos, para lo cual el litio es fundamental.
LITIO termina con tres palabras, y se erige como punto de partida:
“Esta historia continuará
¿Dale?”.
Te invitamos a seguir construyendo esta historia, este viernes 29 de agosto a las 20, en MU Trinchera (Riobamba 143, CABA).

CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre


CABA
Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

“Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”. Con esa consigna trabajadorxs de las artes escénicas salieron a exigir la derogación del decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro y pone en serio riesgo al sector teatral independiente. Hubo color y calor, pese a los tiempos oscuros y fríos. El apoyo de la gente en la calle, el fondo del planteo, y la inesperada reacción de Pluto.
Por María del Carmen Varela. Fotos: Sebastián Smok

El público en la calle, sumándose al reclamo en favor del Instituto Nacional del Teatro.
La cita fue en la puerta del cine Cacodelphia, en Diagonal Roque Saenz Peña 1150, desde donde partió la colorida y ruidosa caravana que dobló por 9 de Julio y continuó por Av. Corrientes, hasta llegar a Rodriguez Peña. A las dos de la tarde el tramo de la Diagonal entre Lavalle y Corrientes fue punto de encuentro para actores, actrices, músicxs, bailarinxs, cirquerxs y zanquistas que engalanadxs con trajes de colores, vestidos de puntillas, tapados simil piel y elegantes sombreros le pusieron alegría y movimiento a una lucha que viene desde hace tiempo y se agudizó con el decreto que pone fin a a la autonomía y financiamiento del INT, entre otros organismos afectados. Una de las consignas: “Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”.

¿Quién dijo que hace frío?
Al grito de “Señor, señora no sea indiferente, estamos defendiendo el teatro independiente” la caravana de la cultura logró su objetivo. Irrumpieron sobre el carril peatonal de una Avenida Corrientes poblada de gente en plenas vacaciones de invierno y nadie quedó indiferente. Aplausos, bocinazos, brazos en alto y muchas gargantas se unieron al canto. El reparto de volantes con el logo de ENTRÁ –Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa– puso palabras al reclamo:

¿Te imaginás la calle Corrientes sin teatros?
Las luces apagadas, las pizzerías vacías
Los artistas callejeros sin público
¡Esta peatonal es orgullo nacional!
Y eso es gracias a nuestro teatro
Hoy, nuestro teatro llena la calle de música y color
en este desfile en defensa del Instituto Nacional del Teatro
que para quienes se pregunten ¿qué es y de qué sirve?
Para fomentar y garantizar que el teatro llegue a todo el país
Hace dos meses, el gobierno firmó el decreto 345 que vacía al Instituto
con argumentos falsos sobre su funcionamiento y financiación
¡Al INT, que con los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar,
produce obras, abre salas, genera trabajo y construye cultura e identidad federal!
¡El Instituto no solo implica poco gasto, sino que genera tanto valor!
¡Defendámoslo!

Las familias y el apoyo a la creación, al arte y al significado del teatro.
El teatro que habla y Pluto en marcha
Nora es una de las mujeres que no resultó indiferente. Mientras paseaba por Corrientes se topó con la caravana y se sumó con canto y aplauso. “Me resulta muy conmovedor porque están defendiendo lo más precioso que tenemos, nuestra posibilidad de seguir creando. Esta puesta en escena me emociona, es poner en escena el deseo”.
¿Vas al teatro? “Todo lo que puedo, cuando puedo pagarlo”.

Los besos vuelan.
Las niñeces se sintieron muy atraídas por la caravana y no dudaban en acercarse a saltar y aplaudir. Frente al Teatro General San Martín, hicieron una parada y allí el Teatro habló:
- Ay, ay, ay, me duele todo
- Teatro, ¿qué pasa?
- ¡Me dieron una piña en la cara! Y en la panza y en las piernas. ¡Me tiembla todo!
- ¿Por qué?
- ¡Quieren desmembrarme!
- ¿Quién?

- El teatro explicándo por megáfono la situación.
- El decreto 345 quiere vaciar mi instituto
- ¿Al instituto que produce obras y abre salas en todo el país? ¿Al instituto que genera trabajo y construye cultura e identidad?
- Sí. (El Teatro llora y casi se desvanece)
- ¡Cuidado el teatro se desmaya!

- Al teatro le da un soponcio.
- Yo les juro, no hice nada, el instituto recauda los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar, pero parece que no sirvo para nada
- ¿Qué serían las noches sin tus risas y tus lágrimas? ¿Sin tu forma de imaginar? ¿Sin que nos animes a encontrarnos?
- ¿Alguien vio un teatro? (Señalan a los distintos teatros de calle Corrientes y gritan: ahí, ahí)
- ¡Quiero vivir! (grita el Teatro).
- Si, acá estamos y nos organizamos– replican todas la voces.

Pluto junto a las familias en la calle, observando y aplaudiendo.
La escena de un Teatro golpeado pero en resistencia, revitalizado por la suma de voluntades que lo quieren vivo, se repitió en la puerta del Teatro Astral, donde mucha gente salía de una función infantil. Una vez más, muchxs se acercaron y acompañaron. Pluto, o la persona con el disfraz del famoso perro creado por Walt Disney, saludaba niñxs a su paso aprovechando la alta concurrencia del Astral.
Una vez finalizada la performance del Teatro que quiere seguir contando historias, la caravana emprendió el regreso hacia el lado del Obelisco. Y hasta Pluto decidió abandonar el teatro comercial y se sumó a la fiesta del teatro independiente, mientras otra mujer con su familia se hacía oír con cuatro palabras: “¡Que viva el teatro!”

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