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Manos a la masa: 1893, pizzería recuperada

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Un grupo de 13 trabajadoras y trabajadores recuperó una pizzería porteña en medio de la cuarentena y conformó una cooperativa para mantener las fuentes de trabajo. Organización y solidaridad como respuesta al fraude y al aislamiento. Por Lucas Pedulla.

Manos a la masa: 1893, pizzería recuperada
Foto: Ramiro Domínguez Rubio

La camarera Patricia Alcázar había llegado a un punto límite. “Este es el último año”, les decía a sus cuatro hijos, después de haber trabajado 11 de sus 43 septiembres en la pizzería 1893, con el sueño de abrir una pastelería con uno de sus compañeros y huir de la angustia de salarios impagos y maltrato laboral en el negocio ubicado en el barrio porteño de Villa Crespo. La cuarentena mantuvo la incertidumbre, pero también abrió un nuevo tiempo: “Fueron tres semanas que no tuvimos trabajo, no teníamos plata, y desde un grupo de WhatsApp empezamos a movilizarnos porque necesitábamos trabajar”.

La necesidad de una respuesta urgente encontró a Patricia con sus 12 compañeros y compañeras ante una pregunta clave: qué hacer. “Porque no somos solo 13 personas, sino que atrás tenemos a nuestras familias, a nuestros hijos, o a nuestras madres de las que nos hacemos cargo, en una situación de pandemia en la que no hay trabajo. Muchos restaurantes estaban cerrando, y pensábamos: ¿vamos a quedarnos en la calle?”.

La pregunta los condujo a una respuesta barrial: la cooperativa Alé Alé, restaurante recuperado en 2013. La respuesta barrial se convirtió en una decisión colectiva: el 13 de mayo votaron en asamblea permanecer dentro de la pizzería en resguardo de sus fuentes laborales. Y la decisión se transformó en una nueva realidad: 1893 es cooperativa. 

La camarera Patricia Alcázar no se fue.

Y hoy es la presidenta.

Manos a la masa: 1893, pizzería recuperada
Foto: Ramiro Domínguez Rubio

New York, Olivos & fraudes

893 es una pizzería con 25 años de historia en el barrio de Villa Crespo, ubicada en la esquina de Scalabrini Ortiz y Loyola. Pertenecía a la firma Maridani SRL, cuyo dueño es Danilo Ferraz, también propietario de Hell´s Pizza (conocida por su estilo neoyorquino) y de Morelia. En la página web de Hell´s, Ferraz se presenta como “maestro pizzero”, “creador de la pizza a la parrilla”, y miembro de la Asociación de Cocineros y Empresarios Ligados a la Gastronomía Argentina (ACELGA), organizadora de la Feria Masticar. “No sabe hacer la masa”, contrasta ese CV Ernesto Fidel de Arco, 32 años, 13 como delivery y camarero. “Solo ponía la hojita al final para la foto”.

Cristian Herrera tiene 31, es pizzero hace cinco años, y corrobora con otra imagen: “Una vez nos llevó a la Quinta de Olivos, cuando Macri era presidente. Nos tenía atrás, en la cocina, trabajando todo el día, con los brazos negros, pero él se las llevaba y las presentaba. En la Feria Masticar hacía lo mismo. Siempre él era la cara de todo”.

Cuando empezó la cuarentena, Ferraz les dijo a sus empleados que la situación era “irremontable”. De a poco empezó a introducir la mercadería de sus otras marcas.

Ernesto: “Cuando autorizaron a los comercios gastronómicos abrir después de la cuarentena estricta, él no daba señales. Por la emergencia, le insistimos y nos autorizó. Nosotros ya teníamos la llave. Nos encontramos con un local sin materia prima, y los que teníamos algunos ahorros pusimos un poquito para ir comprando muzzarella, o 2 o 3 kilos de tomates, para empezar con una producción mínima. Una vaquita”.

Se dieron cuenta de que desde febrero no sólo tenía deuda con sus salarios, sino también con los servicios, el pago del alquiler y con proveedores. Lucía Campero, 21 años, 4 como camarera: “La deuda con proveedores era millonaria. Sólo al de la muzzarela le debía 200 mil pesos. Así, al del aceite. Así, al de la harina”. Herrera: “Cuando empezó la pandemia dijo que tenía 100 mil pesos y que nos iba a repartir por semana. Lo único que yo recibí en esos días fueron 1.500 pesos”. Cuando el gobierno anunció la implementación del programa Asistencia a la Producción y el Trabajo (el pago del 50% de los salarios para pymes), cuentan que Ferraz formalizó la situación de tres compañeros que no estaban registrados. Tampoco les pagaban los aportes: “A un compañero no lo quisieron atender en el hospital porque no le pagaron la obra social”.

Con la mínima producción, empezaron a repartir los primeros y mínimos montos, pero ya desde una producción casi cien por cien autogestiva. Ernesto: “Pero como no nos pagaban, nos plantamos. Y ahí amenazó con que nos iba a traer gente de las otras pizzerías para que trabajaran acá”.

Fue el detonante.

Manos a la masa: 1893, pizzería recuperada
Foto: Ramiro Domínguez Rubio

La masa cooperativa

El 13 de mayo empezaron las guardias dentro de la pizzería. Cuentan a MU: “El dueño, mientras, nos amenazaba. Decía que nos iba a prender fuego y llamaba por teléfono ocupando la línea todo el día para que no pudiéramos tomar pedidos. El maltrato era constante. Y también, acoso: había una habitación arriba donde estaban las oficinas y constantemente invitaba a compañeras a subir. Nos denunció por usurpación y un día golpeó a dos compañeros frente a la policía: lo tuvieron que esposar para calmarlo. En medio de todo esto, su hermana reclamaba una parte de lo que nos llevábamos porque decía que su trabajo era importante: solo contestaba cosas por Facebook, pero nos reclamaba plata siendo que no cobrábamos y ella vive en un barrio privado”.

Los colmos se sucedían y entonces contactaron a Andrés Toledo, presidente de la cooperativa Alé Alé, restaurante recuperado en 2013. Ernesto solía ir a comer al lugar, y siempre se maravillaba por su producción autogestiva. Toledo los asesoró y también los puso en contacto con integrantes de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), parte del sostén de la lucha. Los valores del cooperativismo y la solidaridad del trabajo los vivieron in situ en el propio Alé Alé. “Por la denuncia de usurpación, teníamos la prohibición de comercializar. Teníamos una consigna policial en la puerta, así que si salíamos no íbamos a volver a entrar. Nos mantuvimos siete adentro, y el resto fue a trabajar a Alé Alé, que nos prestó solidariamente sus cocinas. Allí pudimos conocer cómo se trabaja de forma cooperativa, sin nadie que te atosigue”.

Uno de los que fueron a trabajar a Alé Alé es el maestro pizzero Felipe Chalal, 49 años, 22 como trabajador de 1893: “Vimos que había otra manera de trabajar. Más justa. Y es un cambio que está bueno, porque todo se valora más. Fueron muy solidarios, y no hay palabras, porque a la vez nos daban fuerzas. Y aquí estamos”. Les trabajadores ya están en gestión de los trámites de la cooperativa y recibiendo el apoyo del barrio con los pedidos que envían durante las semanas. A su vez lograron afrontar el alquiler gracias a dos créditos de la fundación La Base y la cooperativa de consumo Consol.

Lucía resume: “La experiencia fue muy intensa, nos empezamos a conocer aún más. Aprender a convivir. Pero el común fue lograr mantener los puestos de trabajo. Fuimos parte de una lucha que logró dar una opción, un lugarcito”. La presidenta Patricia está encargándose de las gestiones con los proveedores y ya proyectando la línea pastelera con el maestro Felipe, pero dentro de la cooperativa. “Antes no podíamos desarrollarnos como queríamos. Ahora va a ser más compartido”.

¿Qué significa la recuperación entre consejos de quedarse en casa y no salir? Ernesto responde sencillo: “Fue como el ‘quedate en casa’: nos quedamos y no salimos más”.

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Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas de cada miércoles llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro.

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro.

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro.

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro.

Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El dispositivo incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería» de la Policía de la Ciudad». El organismo también observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro.

También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!”.

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Foto: Juan Valeiro.

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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