Nota
Feliz año viejo: el INTA amenaza con sancionar a un ingeniero por fomentar la agroecología

César Gramaglia, ingeniero agrónomo y miembro del INTA de Villa Dolores, Córdoba, tiene abierto un sumario por el INTA cordobés en el que amenazan censurarlo suspenderlo por haber planteado en un programa radial que la agroecología permite producir cultivos sin aplicación de pesticidas agroquímicos. Una reacción anacrónica y con resonancias autoritarias de (se supone) viejos tiempos, por parte de la entidad regenteada por Juan Cruz Molina Hafford que nada parece tener que ver con la ciencia ni con la libertad ni con la producción. Lo que plantean las sociedades científicas y los gremios y la nota publicada en la revista MU sobre parte del trabajo de Gramaglia en Traslasierra. Por Francisco Pandolfi.
La Ciudad de Villa Dolores, al centro oeste de Córdoba, no le escapa a la general de la provincia en materia económica: el sector agropecuario es uno de sus motores. Tampoco este municipio –donde la papa es el cultivo más importante de la región–, con respecto al peso específico que tiene el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
El ingeniero agrónomo Juan Cruz Molina Hafford es el director regional del INTA Córdoba, organismo denunciado por abrirle un sumario administrativo con intención de sancionar por al menos seis días y disciplinar y censurar a César Gramaglia, quien hace 15 días recibió una notificación del organismo que revela que su sumario se acerca a una resolución.
Gramaglia es técnico extensionista del INTA local y gran apoyo de proyectos agroecológicos en la zona de Traslasierra principalmente. Desde su casa en Villa Dolores narra a lavaca la crónica de un hostigamiento que no viene de ahora ni tampoco es unidireccional, sino que apunta a desprestigiar una idea, un modelo, un futuro distinto: “Todo comenzó cuando asumió el cargo Molina Hafford, a mediados del 2018. Al poco tiempo, me invitaron a integrar un comité técnico para brindar un intercambio internacional con Bolivia, con el objetivo de promover la agroecología y desde el Centro Regional de Córdoba me negaron la posibilidad, sin haber ningún motivo para impedirlo. Ahí ya empezó la censura y la persecución ideológica”.
Gramaglia plantea que esa situación no fue una excepción: “Existen también otros casos concretos, como en marzo de 2019, cuando el INTA lanzó un curso virtual de agroecología. Me invitaron a integrar el equipo de docentes y de nuevo la autoridad máxima del INTA se opuso. O sea, otro adoctrinamiento”.
Sigue: “Como corolario, a principio del 2020 se me inició un sumario administrativo a partir de una entrevista que di en una radio local, una FM de Traslasierra, donde manifesté que existen otras alternativas para el control de plagas –en ese caso de la langosta– además de utilizar insecticidas de síntesis química. Esa fue la frutilla del postre para que se profundizara el ataque, que no se trata de una discusión técnica productiva, sino política. Ese es el mar de fondo”.
–¿Qué es lo que molesta?
–No hay que tomarlo como algo unipersonal, sino llevarlo a la pluralidad, hablar de nosotros, porque existen varios compañeros de esta institución y de otros organismos de ciencia digna que han sufrido las persecuciones políticas ideológicas de las autoridades de distintas instituciones públicas. Siempre es contra quienes promovemos un modelo de producción de alimento más sano, más seguro y más soberano. Acá estamos tocando intereses económicos y políticos porque lo que sostiene al actual modelo de agricultura, con un enfoque industrial, son importantes sumas de dinero vinculadas con la producción y la comercialización de insumos químicos. Como el mío, ha habido otros casos que se han traducido tal vez no en un sumario administrativo, sino que ante semejante persecución ideológica los técnicos toman la decisión de pedir el pase hacia otro centro regional de la Argentina para trabajar con libertad. Varios técnicos tomaron la decisión de la autocensura, de no hablar más del sistema agroecológico, por estar expuestos a recibir sanciones de las autoridades.
En el caso de Gramaglia se trató de una suspensión de 6 días. Si se observa con detenimiento, que un ingeniero agrónomo plantee que se puede producir sin utilizar pesticidas es algo que debería celebrar y promover una organización como el INTA. En este caso, además de la Sociedad Argentina de Agroecología o CLACSO, por nombrar a algunas entidades del ámbito científico, el sindicato ATE-INTA repudió el castigo impuesto y la calificó la sanción como “injusta, arbitraria, antidemocrática y persecutoria”. “Advertimos que la sanción a César Gramaglia representa de manera fiel el modo en que algunos pretenden censurar, amedrentar, disciplinar a quienes están comprometidos con la agroecología”.
Cierran el comunicado: «Por el derecho a pensar y trabajar en libertad en una institución de prestigio mundial como es nuestro INTA».
Walter Pengue (Ingeniero Agrónomo con especialización en Mejoramiento Genético Vegetal y Magister en Políticas Ambientales y Territoriales, además de miembro de sociedades agroecológicas internacionales y de la Academia de Ciencias del Ambiente) escribió al INTA cuestionando «un bozal mediático que restrinja nuestro derecho a opinar y por lo tanto a pensar» y focaliza el caso como un ataque a «derechos humanos y democráticos que pudieran pretender conculcársele».
Un negocio que ataca a la naturaleza y a la alimentación
Antes de ser favorecido con el cargo de Director del Centro Regional Córdoba del INTA, desde el 2011 hasta enero de 2018 ocupó el cargo de Secretario de Agricultura, en el Ministerio de Agricultura y Ganadería de la provincia de Córdoba. Sobre sus antecedentes habla desde Córdoba el pediatra y neonatólogo Medardo Ávila Vázquez, integrante de Médicos de Pueblos Fumigados: «Pocos recuerdan que era funcionario de De la Sota. Es un lobista del agronegocio, de la Mesa de Enlace, todo lo que hizo fue de terror y ahora se hace el técnico del INTA. Cuando hicimos los estudios epidemiológicos en el pueblo agrícola de Monte Maíz (se detectó una elevada contaminación con glifosato en asociación con incremento de casos de cáncer), fue él quien trató de bloquear que el municipio dictara una ordenanza contra las fumigaciones, pero se la ganamos. Otras denuncias no prosperaron porque De la Sota y Schiaretti siempre controlaron la Justicia».
El abogado ambientalista que llevó a cabo las denuncias se llama Darío Ávila. Recuerda: “En mayo de 2015 Molina Hafford era el secretario de Agricultura y Ganadería de Córdoba y por lo tanto era la autoridad de aplicación de la ley provincial 9164, que regula la utilización de productos químicos y biológicos de uso agropecuario, es decir la ley de fitosanitarios provincial. En aquel entonces presentamos un reclamo administrativo solicitando que gestionara ante el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria, el SENASA, la exclusión del glifosato de la nómina de productos autorizados. Tomamos como base fundamental y científica la publicación de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer, dependiente de la Organización Mundial de la Salud, que en marzo de 2015 había reclasificado al glifosato como probable cancerígeno”.
Agrega: “A su vez, la ley provincial de fitosanitarios también dice que la autoridad de aplicaciones, en ese caso la Secretaría de Agricultura, podía adoptar en forma inmediata las medidas que considere necesarias para el resguardo y preservación de las personas, el medio ambiente, la flora, la fauna o los bienes de terceros. Por supuesto que no hubo respuesta ni ningún tipo de pronunciamiento”.
César Gramaglia lo padece desde hace cuatro años y también tiene mucho que decir: “El único antecedente laboral que ha tenido el actual jefe máximo del INTA Córdoba antes de su ingreso, fue haber ocupado el cargo de Secretario de Agricultura del gobierno provincial, cuando históricamente esa dirección se la designa a un profesional que ha hecho carrera interna en el INTA, que mamó desde chico la institución. Esto no ocurrió y uno se da cuenta que fue una jugada política de un gobierno ligado con la promoción del agronegocio, la prédica de las mal llamadas ‘buenas prácticas agrícolas’ y cercano a los miembros de la Mesa de Enlace; un gobierno que considera que aplicando de manera responsable el paquete de tecnologías de insumos químicos no produce ningún daño sobre la salud de los alimentos, las personas y el ambiente, cuando esto no es así. Por eso proponemos un cambio del actual modelo hegemónico de producción de alimentos basado casi exclusivamente en la incorporación externa de insumos químicos como fertilizantes, herbicidas insecticidas, fungicidas, que no solamente tienen un impacto negativo sobre el agro-ecosistema desde el punto de vista económico, porque se incrementan sus costos de producción. También se ha comprobado científicamente que genera externalidades negativas sobre el ambiente, además de impactos negativos socialmente, porque el actual sistema favorece sólo a las grandes escalas de producción, demostrado en los resultados que arrojó el Censo Nacional Agropecuario que dice que durante los últimos años han desaparecido el 25% de los pequeños y medianos productores”.
En julio pasado, Juan Cruz Molina Hafford fue designado por cuatro años más en el cargo.
Vivita y coleando
César Gramaglia nació hace 55 años en Vila, pueblo rural santafesino de 1200 habitantes. En 1991 se egresó como ingeniero agrónomo en la Universidad del Litoral y desde el año siguiente comenzó a formarse “hacia otro modelo de producir alimentos, con un enfoque orgánico, porque en ese momento se hablaba poco de Agroecología; la decisión fue transitar un camino alternativo”. En esa senda llegó al INTA de Villa Dolores en 2007, por la que hoy es hostigado.
–¿Qué logran con este amedrentamiento?
–Es muy simple: buscan mantener el statu quo. Sostener la propuesta del agronegocio, aumentando la eficiencia de la aplicación de los agroquímicos. El objetivo de las políticas públicas que hoy se están tratando de implementar a través del INTA es que nada cambie. En este momento, a nivel nacional se está redactando una nueva tanda de proyectos para implementar durante los próximos cuatro años. Y el centro regional del INTA Córdoba en ninguno ha contemplado como eje temático a la agroecología. O sea, está desconociendo la demanda de un grupo de productores y de la sociedad civil que reclama por la transformación del actual modelo de producción de alimentos.
Gramaglia, quien lanzó un mensaje de fin de año promoviendo la agroecología y una alimentación sana, agrega una percepción: “Miles de personas reconocen que más allá de una sanción personal, se busca sancionar a la agroecología de manera global, lo que demuestra dos cosas: por un lado, que se trata de una ciencia que puede traer respuestas a las consecuencias negativas del actual sistema agroalimentario globalizado. Y por el otro, que la agroecología está vivita y coleando, más que nunca”.
Aquí podés leer la nota publicada en MU en julio de 2022, en la que se recorre el camino agroecológico en Traslasierra, en el que Gramaglia ha tenido un papel relevante, experiencia que incluye a comunidades y sus huertas orgánicas y también a importantes productores de papa y uvas.
Nota
Madres de Plaza de Mayo: rondar el presente

La Ronda de Madres de cada jueves como lugar de encuentro, denuncia y reflexión, desde los 12 hasta los 93 años. Elia Espen y lo que vienen pidiendo hace más de 40 años. Por Lucas Pedulla
Tiene 12 años, se llama Catalina y es la primera vez que viene. «Es hermoso», dice, con brillo en los ojos, después de tomarse un tren y un subte desde Lomas de Zamora, sur del conurbano, con su tía Daniela, para venir a la ronda de las Madres en Plaza de Mayo, segunda después del triunfo de Javier Milei en el balotaje presidencial.
La caminata la encabezan Nora Cortiñas y Elia Espen, Madres de Plaza de Mayo de la Línea Fundadora. Hay menos personas que la semana pasada, pero el movimiento sigue siendo vital para pensar esta época.
Catalina, por ejemplo, cuenta que en su colegio se discutió mucho durante las elecciones, y si bien fueron pocos los compañeros que apoyaban a Milei, lo hacían con argumentos que le parecían extraños: «Hablaban de la dolarización y pedían que vuelvan los militares».

Fotos: Sebastián Smok/lavaca.org
Zurda vas a correr
Daniela –31 años, preceptora– abre los ojos: «¿Por qué será que siendo tan jóvenes crean eso? Soy docente y he tenido problemas por tratar de frenar esos discursos. Tenía estudiantes que me chicaneaban, y aun si lo hacían para hacerme enojar, eran chicanas violentas: ‘Se te acaba la joda’, ‘viene el Falcon verde’. Mi otro sobrino, el hermano de ella, me dijo: ‘Zurda vas a correr’. Tiene 10 años».
¿Dónde vio eso? «En Tik Tok», dice. Catalina suma su visión: “Hay mucho Tik Tok y mucha violencia. Las redes sociales no ayudan para nada”. Daniela piensa que son necesarias nuevas formas de comunicar: “Trato de dar información, hablar con mi mejor tono, y enfatizar los ejemplos: los militares secuestraban personas y las tiraban vivas de los aviones. Pero no cala. En algo estamos fallando. Ahora todo son 10 segundos efímeros”.
De fondo, mientras caminamos, una voz lee nombres:
Lopez Ceferino.
López Bravo José María.
Lópes Calvo María Eugenia.
Son personas que siguen desaparecidas.

Fotos: Sebastián Smok/lavaca.org
El lugar donde se mira al mundo
Otro de los camina en ronda es Sergio Maldonado, hermano de Santiago, el joven de 28 años que desapareció el 1º de agosto de 2017 en medio de una brutal represión de Gendarmería a una comunidad mapuche en Esquel, provincia de Chubut. Su cadáver, sospechosamente aparecido meses después, fue señalado como efecto de un “accidente”. Eran tiempos de Mauricio Macri como presidente y Patricia Bullrich como ministra de Seguridad. Tiempos en que también fue asesinado por la espalda Rafael Nahuel en la Patagonia. Maldonado está en Buenos Aires porque el 11 de diciembre iba a tener la audiencia de apelación por el intento del juez Gustavo Lleral de cerrar la causa, pero se la postergaron hasta el 28 de febrero.
Percibe, en general, un sentimiento de retroceso: “Todas las instituciones se rompen, como un desmoronamiento general. Ya no es un negacionismo, sino desidia. Hubo una disconformidad que se manifestó, pero también es irresponsabilidad: es triste ver cómo la tercera fuerza se mete ahora a manejar el gobierno, con el discurso de rebeldía, pero el ministro de Economía va a ser el mismo que nos endeudó por 100 años (Nicolás Caputo). Hay un grupo de gente que no votó con el bolsillo, sino de manera irracional”.
No sintió miedo, pero sí preocupación: “Bullrich está coqueteando con el Ministerio de Seguridad, aunque hoy también sonó para Trabajo. Representa dos épocas nefastas, porque como ministra de Trabajo en 2001 ya le recortó el 13% a los jubilados. Y ni que hablar que ahora, si asume en Seguridad, tiene como vicepresidenta a alguien que reivindica el genocidio”.
¿Por qué, entonces, venir a la Plaza? “Quedan poquitas Madres y esto tiene que seguir. Nos encontramos con seres queridos en una misma línea. Capaz no sabés la fecha de cumpleaños, pero es un lugar de reencuentro. Desde acá se mira el mundo y también se interpela a la Casa Rosada. No hay que perder el vínculo con las Madres”.

Fotos: Sebastián Smok/lavaca.org
Pensar todo otra vez
Lua tiene 16 años y Paloma 17. Son estudiantes de cuarto año del colegio porteño Carlos Pellegrini. Paloma viene por primera vez: “Estamos en una situación complicada y ahora, que se está reivindicando la dictadura, es súper importante cuidar la memoria”.
Lua ya vino varias veces: “Se cuestiona algo tan básico que siempre me pareció incuestionable. Y es importante venir para que en las casas se vuelva a hablar”. Percibió que Milei entró en el Pellegrini más silenciosamente, a diferencia de otros colegios donde el apoyo fue más colectivo, precisa: “La mayoría son por las familias; o lo toman como chiste, un meme, algo nuevo; o por la desconfianza en la política. Muchos descreen de lo político, entonces tampoco hablan, por lo general, con alguien que no piensa como ellos”.
¿Qué pudieron hablar post balotaje en el Pellegrini? “Siento que es un momento donde deberíamos hablar más que nunca, pero en mi colegio la juventud no se está pudiendo organizar lo suficiente para pensar estos cuatro años. Recién pasaron dos semanas, pero tuvimos una instancia para hablar y éramos nada más que 20 personas. Siendo un colegio tan politizado, es poco, y hay que replantearnos cosas básicas y volver a esquematizar todo”.
–¿A qué te referís con esquematizar?
–Pensar cómo vamos a salir, cómo van a ser nuestras marchas, cómo nos vamos a cuidar. Probablemente a mucha gente no la dejen ir a las marchas, porque somos pibes de 16, 17, 18 años, incluso menos. Tenemos que ser un gran volumen.

Fotos: Sebastián Smok/lavaca.org
Me tienen podrida
Elia Espen tiene 93 años. El 18 de febrero de 1977, su hijo Hugo Orlando Miedan Espen fue secuestrado y llevado al centro clandestino de detención y tortura El Atlético. Sigue desaparecido.
«Están diciendo pobrecitos los generales, que tienen que liberarlos, mientras nuestros hijos siguen desaparecidos, fueron tirados al mar –habla, micrófono en mano, una vez terminada la ronda–. Estamos como empezamos: me tienen podrida. ¿Qué más podemos decir? Seguimos pidiendo lo mismo que pedimos hace más de 40 años: verdad y justicia. Estoy escuchando cada cosa por la radio y televisión que me espanta. Todavía no sabemos nada de lo que pasó con nuestros familiares. Ojalá se unan, ustedes, todos. Lo único que tenemos que seguir haciendo es estar juntos».
Luego, le pasó el micrófono a Nora Cortiñas, 93 marzos. Su hijo Gustavo está desaparecido desde el 15 de abril de 1977. Nora habló y dejó frases para tomar apuntes:
- “Todavía este pueblo no llegó a captar los horrores que vivimos durante el terrorismo de Estado porque, si no, las elecciones hubieran sido diferentes”.
- “Vamos a tener que seguir hablando”.
- “Como vienen días muy difíciles tratemos de estar juntas, juntos, y pensar que no queremos que se repita más lo que vivimos”.
- “Tenemos que estar en la calle todo lo que podamos”.
- «En vez de absorber el veneno que tienen les contestaremos con el amor que tenemos».
- “Hay que salir y reivindicar lo que lucharon nuestros 30 mil”.
- “Vengan acá, vengan a acompañarnos porque así vamos a demostrar que exigimos memoria y verdad hasta el final”.
- “A seguir luchando. Vamos a vencer”.
- “No pasarán”.
Voto cansancio
Rocío, 23 años, de Lomas de Zamora, estudiante de Periodismo en la Universidad Nacional de Avellaneda (UnDAV), militante del Movimiento Evita, la escucha con atención. También, es la primera vez que viene. “Me movilizó mucho venir ahora que Milei es gobierno, ver todo el sufrimiento de las Madres, pero que siguen acá. Vine por eso. Y seguro vuelva”.
Rocío es de las que piensa que no fue un voto negacionista sino un voto cansancio: “Venimos haciendo las cosas muy mal y hay reconocerlo: en los últimos cuatro años no hubo grandes políticas que le cambiaran la vida a la gente, que es por lo que el peronismo se identifica. Hay un cansancio: no creo que el 55% sea negacionista. Espero que no”.
Le cuento que recién, en otra entrevista, una docente hablaba de la necesidad de nuevas formas de comunicar. ¿Qué piensa una estudiante de periodismo? “Las empresas de medios siguen siendo funcionales al sistema. Yo me tiro del lado de los medios autogestivos, ahí se cuenta la realidad de los hechos. Soy mamá de una nena de cuatro años y no quiero que se malinforme por Tik Tok. Deberíamos volver a lo que hicieron las Madres y contar desde ahí. Por no querer confrontar, la juventud peronista fue tibia. Tenemos que perder el miedo y dejar de ser sumisos. El Nunca Más es Nunca Más en muchas cosas”.
-¿Qué destacás en las Madres como comunicación?
-La sensibilidad. Las Madres son un gran ejemplo de cómo enfrentaron la dictadura. Hubo estrategia ahí. Cuentan un hecho terrible que vivieron en carne propia, pero desde la sensibilidad con el otro, de entender al otro, de comunicar hacia el otro. Es por ahí y es lo que nos está faltando.
Repite: “Es por ahí”.
El jueves que viene, a las 15:30, habrá ronda otra vez, como hace 46 años.

Fotos: Sebastián Smok/lavaca.org
Nota
Crimen de Rafael Nahuel: condenan a los prefectos a 4 y 5 años de prisión; la familia apelará

La condena por el asesinato de Rafael Nahuel llegó tarde y mal: el prefecto Sergio Guillermo Cavia, responsable del delito de homicidio agravado, fue condenado a 5 años de prisión. Sus cuatro compañeros, cómplices, a 4 años y 6 meses. Y hasta tanto no quede firme la condena, seguirán libres. La familia anunció que apelará el fallo, a las puertas de una nueva presunta asunción de Patricia Bullrich, la responsable política del asesinato. Crónica de la audiencia de un veredicto anunciado, en cobertura colaborativa con Perycia.
Por Ludmila Cabana Crozza. Fotos de Jaime Carriqueo
desde fiske menuco
El fiscal llegó antes que nadie. Al habilitarse la sala de audiencias era la única persona sentada en la sala, en su lugar. Por momentos cerraba los ojos, por momentos revisaba su teléfono celular. Cuando ingresó al Juzgado saludó a una de las decenas de policías federales que custodiaban el edificio del Tribunal Federal de la ciudad de General Roca adentro y afuera. Antes de iniciar la subida por la escalera recibió un buen deseo. Va a estar todo bien, doctor, le dijo un policía.
Desde las 7:25 am hasta que se habilitó el ingreso a la prensa, el fiscal Rafael Vehils Ruiz estuvo solo en la sala. Entraron la prensa y la familia de Nahuel. Se llamó a un breve cuarto intermedio y todos regresaron, junto al Tribunal, cerca de las 11 para presenciar la lectura de la decisión final.


Este miércoles 29 de noviembre de 2023 en la sala de audiencias Alfredo C. Nielsen se leyó el veredicto que los jueces federales Alejandro Silva, Simón Bracco y Pablo Díaz Lacava entendieron como justicia por unanimidad: condenar a Sergio Guillermo Cavia por considerarlo autor material responsable del delito de homicidio agravado por haber sido cometido mediante la utilización de arma de fuego y con exceso de legítima defensa, a 5 años de prisión e inhabilitación especial por 8 años.
Eran cinco los prefectos procesados por la muerte de Rafael Nahuel en 2017 en Bariloche. Francisco Pinto, Juan Obregón, Carlos Sosa y Sergio García fueron condenados a 4 años y 6 meses de prisión e inhabilitación especial por 7 años por el tribunal oral criminal federal de General Roca ya que los consideraron partícipes necesarios del delito de homicidio agravado cometido por Cavia. Los 5 condenados no tendrán condena preventiva: serán detenidos cuando la sentencia quede firme. Hasta tanto no podrán abandonar el país ni retirarse de su domicilio por más de 24 horas salvo que avisen con anticipación.


Pero antes de los 6 minutos que tardó la lectura del veredicto hecha por el presidente del tribunal, Alejandro Silva, los cinco procesados tuvieron un momento para decir las palabras finales. Todos hicieron uso de ese derecho y dijeron casi lo mismo: que obraron en cumplimiento del deber, conforme a derecho, sin cometer excesos y con una orden judicial que los legitimaba.
Cavia agregó que tenía fe en que se iba a hacer justicia; Obregón dijo que respetó la vida propia y la de terceros en cuanto se pudo. García dijo que actuó en este “lamentable hecho conforme a derecho”. Todo fue escuchado y visto en una pantalla, porque ninguno de los acusados pisó el Tribunal Federal en ninguna de las audiencias: siguieron el juicio desde sus casas, conectados a internet. Recibieron el veredicto en las mismas circunstancias.
Durante el debate oral hubo dos querellas: una por parte de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación con el abogado Mariano Przybylski como representante, y otra por parte de los padres de Rafael Nahuel con los abogados Rubén Marigo y Ezequiel Palavecino. En los alegatos ambas querellas pidieron prisión perpetua para los 5 prefectos por homicidio agravado.
El pedido de pena máxima se desprende de lo que el abogado Marigo entiende es un delito político, un delito de violencia institucional pero fundamentalmente una deuda de la democracia: no haber terminado con prácticas que vienen de la dictadura militar. Se refiere a usar el aparato estatal (en este caso las fuerzas de seguridad) en contra de ciudadanos comunes.

La defensa fue por la absolución, no reconoció ningún delito pese al resultado de una persona muerta y dos heridos de bala del mismo lado. El fiscal Vehils Ruiz, por su parte, pidió 5 años de prisión para los acusados. No consideró quitar el atenuante en la acusación original de homicidio en exceso de legítima defensa y fue por la idea de un enfrentamiento entre las partes. Esta posición, pese al pedido de las querellas, limitó la decisión del Tribunal en cuanto a la pena dictada: la más alta fue la que pidió el Ministerio Público Fiscal.
Rafael Nahuel fue alcanzado por un disparo por la espalda y murió el 25 de noviembre de 2017, tenía 22 años. Quienes lo acompañaban también fueron heridos y oficiaron de testigos en una de las jornadas del juicio que ayer terminó, no estaban armados.
El miércoles 29 de noviembre, día del veredicto, la mamá de Rafael Nahuel cumplió años. Se llama Graciela, es una mujer bajita, lleva zapatillas negras de caña alta, medias de color rosa, un pantalón animal print y una remera mangas largas con otra blanca encima con la cara de su hijo asesinado. La misma remera llevan Alejandro, el padre y Ezequiel, el hermano. Graciela tiene, en el día de su cumpleaños, que estar lejos de su casa en Bariloche, a 481 kilómetros, porque le falta un hijo y busca justicia.
Lleva dos hebillas con brillos en el pelo, tiene una bolsa de tela de Unelen que revisa buscando alguna cosa, hace un gesto como de revolver algo en la boca mientras escucha y mira lo que dicen los jueces sobre los acusados de la muerte de su hijo, que son culpables y están en sus casas -¿qué mastica Graciela? ¿bronca?-.
Afuera, al sol, dijo frente a un micrófono que no está conforme, que esperaba más, que está desilusionada. El abogado Marigo aseguró que apelarán, Horacio Pietragalla Corti, titular de la Secretaría de Derechos humanos de la Nación que acompañó la jornada dijo que, a pesar del cambio de gestión que se acerca, esa también es la intención de la Secretaría.


El 29 de Diciembre de 2023 a las 11 hs. es el día fijado para dar a conocer los motivos del hecho en el que se funda el veredicto conocido hoy. «Que tengan un excelente día, cuídense», fueron las palabras del juez antes de dejar el recinto.
En 2017, el año del hecho juzgado hoy, la poeta neuquina Silvia Mellado escribió:
Rafael Nahuel
han soltado los albatros
en el medio del bosque
donde dice tierra ancestral
leen coto de caza los perdigueros que olisquean
gustosos un pedazo de tu muerte
Nota
La casa de Lucía: inauguración en Mar del Plata de un centro de capacitación y encuentro, símbolo de una epopeya

(Desde Mar del Plata/lavaca.org) Guillermo Pérez se quedó mirando absorto unos pupitres escolares que había enviado el cura Héctor Díaz, muchísimo más conocido como Chobi. Los pupitres estaban siendo acomodados por toda la gente de la Campaña Somos Lucía en el patio de una casa ubicada en la calle Alvarado al 4500.

Las mujeres y luchas en el acto. Fotos: Lina Etchesuri.
En medio del vértigo de la inminente inauguración Guillermo (mecánico de automóviles) le habló a su esposa, la enfermera Marta Montero:
–Acá hay un mensaje. Acá empezó todo– dijo señalando los pupitres garabateados en algunos casos, un símbolo de la escuela pública a la que iba Lucía cuando fue captada como tantas otras adolescentes por narcos que vendían lo suyo a la salida de las clases. En el caso de Lucía, el negocio terminó en el femicidio de esa chica que iba a 4º año del secundario, en octubre de 2016, caso que provocó el primer Paro Nacional de Mujeres.

La ministra Mazzina, Marta, Guillermo, Raquel Vivanco, Yamila Rodríguez. Fotos: Lina Etchesuri.
Guillermo completó su idea:
–Y acá puede continuar todo ahora: a esto vamos con todo lo que estamos haciendo– dijo señalando los pupitres, porque el proyecto de la Casa de Lucía es que sea un lugar para capacitaciones, talleres, para compartir ideas, acciones y la contención de las familias víctimas. Un punto de encuentro crucial para el trazado de estrategias de vida frente a la violencia contra las mujeres en la ciudad, y la impunidad que suele acompañarla desde siempre.

La mamá de Candela, la mamá de Iaria. El sentido de tener un lugar de encuentro. Fotos: Lina Etchesuri.
Tres datos para sintetizar la historia
- –El femicidio de Lucía provocó un cimbronazo social que derivó en aquel primer Paro Nacional de Mujeres el 19 de octubre de 2016. La familia llevó el caso a un juicio (2018) que resultó vergonzoso, con jueces dedicados a sembrar sospechas sobre la víctima menor de edad y a exculpar a los narcos acusados, Matías Gabriel Farías (29) y Juan Pablo Offidani (48). El tercero, Alejandro Maciel, había fallecido en 2020.
- –Marta y Guillermo se propusieron entonces lo que parecía impensable: la anulación de esa vergüenza, y la realización de un nuevo juicio que se realizó finalmente en febrero de este año, en el que sí se pudo lograr la condena a perpetua por femicidio de Farías, y a 15 años a Offidani como “partícipe secundario”, tema que está apelado.
- –La familia además impulsó un jury aún pendiente, que juzgue a los jueces del primero de esos juicios, Facundo Gómez Urso y Pablo Viñas (el tercer juez, Alejandro Carnevale, eludió el proceso al jubilarse antes).
- –Ahora la Campaña Somos Lucía obtuvo algo más: recibió del Estado, a través de la AABE (Agencia de Administración de Bienes del Estado) una casa abandonada y derruida que en apenas dos meses lograron acondicionar a pulmón y corazón, y que fue inaugurada este martes 28 de noviembre junto a otras familias de víctimas de femicidios que se acercaron a compartir ese momento acaso histórico.
- Lugar de encuentro y aprendizaje
- Así contado todo parece veloz, pero en la práctica significó años, meses, días y cada segundo de energía, de lágrimas, de insomnios, de amenazas, que Guillermo y Marta, y también su otro hijo Matías Pérez, lograron superar.
No lo hicieron dedicados solo al caso de Lucía sino también buscando acompañar y reunir a otras familias que pasaron por infiernos similares. Así fue que inspiraron otra organización clave: Familias Victimas de Femicidios, Transfemicidios y Desparecidas.

Madres que no bajan los brazos, y el sacerdote Héctor Díaz, Chobi, siempre acompañando las luchas marplatenses. Fotos: Lina Etchesuri.
Entre los familiares estuvieron Gustavo Mellman, papá de Natalia (asesinada en febrero de 2001). Los policías condenados están presionando para obtener su libertad. Estaba también Mariela Quintanilla, la mamá de Iara Nardelli (sus huesos aparecieron este año, pero el caso sigue sin investigarse como femicidio), Carola Labrador, madre de Candela Rodríguez (asesinada por una banda narcopolicial en 2011, cuando ella tenía 11 años), Marisa, la madre de Luna Ortiz (asesinada en 2017 a los 19 años). Participaron también integrantes de la Asamblea por un mar libre de petroleras, y de la multisectorial Ni un hundimiento más, creada por familiares del barco pesquero El Repunte, hundido en 2017.
Estuvieron además las hijas de Evangelina Sánchez, asesinada el 20 de noviembre pasado. Por el lado oficial se hizo presente la ministra nacional de Mujeres, Igualdad y Género, Ayelén Mazzina. El presidente Alberto Fernández no pudo asistir, y fue representado en el acto por una de sus asesoras, Raquel Vivanco, así como Yamila Zavala Rodríguez representó a Estela Díaz, ministra provincial de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual.

Marta, Guillermo, y una idea: “No nos podemos quedar en el dolor, el sufrimiento y que todo termine así. Nuestras hijas son la semilla». Fotos: Lina Etchesuri.
“Lucía está acá” dijo Marta durante su intervención, junto a la gigantografía con los ojos de su hija. “La perversidad de la justicia fue de tal magnitud… pero no pudieron con nosotros, que somos gente de la calle, y eso muestra que nadie nunca debe bajar los brazos”. Marta nombró y presentó a quienes fueron a compartir la inauguración formal de la casa y destacó que en los casos de femicidios no alcanza con la condena: “Siguen las vidas de quienes quedan, pero el Estado tiene que estar presente como tiene que ser. Que las hijas de Evangelina, por ejemplo, puedan tener comida, educación, que puedan cubrir sus necesidades básicas porque quedaron solas, criaturas enfrenando un mundo perverso de adultos. No es una dádiva, es un derecho el que hay que darles. Y organizados vamos a hacerlo” dijo mirando a dos de las hijas de Evangelina Sánchez.
Dijo también: “Esto va a ser un lugar de encuentro, de aprendizaje. Acá no terminó nada. Acá seguimos sin bajar los brazos para que crezca una esperanza de vida, de respeto y de derechos. Esto hay que hacerlo porque en el fondo lo que se quiere es que estemos desunidos. Si estamos desunidos, ganan ellos”.

Familiares de un pesquero hundido, El Repunte. Fotos: Lina Etchesuri.
“No nos podemos quedar en el dolor, el sufrimiento y que todo termine así. Nuestras hijas son la semilla. Jamás nos van a convencer de que somos unos negros de mierda. Somos mujeres y hombres trabajadores, que no son egoístas, gente que piensa que no somos el ombligo del mundo, sino que necesitamos comunidad para trabajar”.
Después fue el tiempo de las fotos, los abrazos y las lágrimas de tantos familiares, que por esta vez no fueron de tristeza sino que simbolizaron una puerta al futuro.

Fotos: Lina Etchesuri.
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