Nota
Berazategui movilizada: Los patos de la boda
Domingo por la tarde. Asamblea en la intersección de la Ruta 2 y la Ruta 36. Los vecinos de la localidad de El Pato están en alerta debido a la intención del municipio de Berazategui de instalar una Planta de tratamiento de residuos sólidos urbanos. Javier Techera, integrante de la organización Pueblo Verde llama a las cosas por su nombre: “Ellos le ponen palabras lindas pero lo que quieren instalar es un basural, en una de las zonas más productivas de la región sin tener en cuenta que ahí vive gente”.
José Campusano, cineasta y miembro de Pueblo Verde cuenta a lavaca cómo se enteraron del proyecto: “La concejal Ana María Cioch nos informó que el Concejo Deliberante votó una carta intención para la compra de 30 hectáreas que serían destinadas a la instalación de un basural. Hay mucha gente viviendo a 2 kilómetros de ese predio que sería afectada por las dioxinas y los metanos. Cuando le planteamos las dudas en una reunión al intendente Juan Mussi, no supo responder ninguna de nuestras preguntas, trajo unos técnicos que tampoco sabían qué responder, y nos volvimos más tristes de lo que fuimos porque ni siquiera ellos tienen idea. Ya están asfaltando los accesos al predio. En estas plantas de tratamiento por cada 100 toneladas de basura se recuperan 40toneladas”
Campusano hace una cuenta y una pregunta sencilla: “¿Qué va a pasar con las 60 toneladas restantes? Van a quedar amontonadas.”
Lombrices poco felices
El estado de alerta preventivo de los vecinos tiene como antecedente las andanzas de la empresa Lombrisur S.H. Amanda, una vecina cuya casa limita con la empresa explica: “El olor es impresionante. No se puede respirar, provoca náuseas. Supuestamente la empresa se dedicaría a la cría y venta de fertilizante derivado de la lombricultura pero es solamente una fachada que ellos han pintado para la gente, y esconde una realidad muy sucia. Durante años entraron cantidad de camiones con deshechos, provenientes de otras industrias. Los vecinos comenzamos a denunciar y la han clausurado dos veces pero con recursos judiciales la vuelven a habilitar, a poner trabajar, los primeros tiempos de noche, luego más de veinte camiones por día. Hoy en día sigue clausurada. Si se habilita el basural, esto que les cuento es sólo una muestra, se puede multiplicar por un montón de veces”.
Amanda explica algo relativo al progreso: “Yo escucho que de parte del gobierno están promocionando mucho, que la tecnología, que la industria, que las empresas, que va a haber más mano de obra, más gente ocupada, me parece bárbaro pero tendrían que fijarse a costo de qué va a ser todo eso porque no sirve de nada ese discurso del progreso porque es una imagen, algo que nos puede fascinar en un primer momento pero suena a un gran engaño.”
Vecinos ácidos
Daniel Martins, otro miembro de Pueblo Verde, se cuestiona la actitud de los funcionarios para con la lombricera como antecedente del basural: “Si no pudieron controlar 3 hectáreas, ¿cómo van a controlar 30? El emprendimiento de lombricultura funcionó durante 12 años escondiendo todo tipo de residuos, con el visto bueno de las autoridades. Cerró porque los vecinos lo denunciamos ante todos los organismos que pudimos.”
Vanesa Pérez, vive a cinco cuadras de la lombricera “Los olores ácidos entran a tu casa. Todo eso lo estamos aspirando nosotros. Yo no quiero que mis nenes o mis viejos estén soportando esto. Ni ellos ni nadie, porque nadie se merece estar viviendo así.”
Con respecto a problemas en la salud aclara a lavaca: “Por ahora sólo los animales que se acercan a tomar agua de un arroyito tienen problemas en la piel y se les cae el pelo”. Vanesa es nacida en El Pato y tiene un nene chiquito. Esa descripción es suficiente para entender porqué está una tarde de domingo al costado de una ruta, charlando, pensando, escuchando, ¿democraciando tal vez? Vanesa: “Estamos tratando de que nos dejen vivir”.
Hacinópolis
La expansión demográfica del conurbano bonaerense no es ajena a la localidad de El Pato, que cuenta con 16.000 habitantes. Con la concentración habitacional surgen nuevos problemas: se saturan los servicios sanitarios, hospitalarios, escasean las vacantes en las escuelas públicas y aumentan los delitos. “Al no haber vacantes para nuestros hijos tenemos que pensar en enviarlos a colegios privados, la unidad sanitaria ya nos quedó chica y tenemos que ir a atendernos en otros municipios como Florencio Varela y La Plata” relata Vanesa.
El destacamento policial de la zona ya recibió una multitudinaria visita de la asamblea de vecinos que, como sugiere Martins, reclaman ante cada artefacto que tenga algún parecido con la idea de “institución”.
Cómo secuestrar el agua
Otra de las medidas del gobierno municipal que los vecinos ya definen como “agresiones constantes”, fue la de realizar 28 pozos para la extracción de agua del lugar y llevarla a otros barrios del partido.
Daniel: “Este es el único municipio del conurbano bonaerense que no está afectado a la red general de agua y saneamiento ambiental (AYSA). Tiene su propia red de agua y como se agotaron los pozos y el agua del Parque Pereyra donde ellos tenían los pozos está todo contaminado, entonces no tuvieron mejor idea que venir acá a El Pato a hacer las perforaciones para llevarse el agua. Se están llevando millones de litros de agua a diario, eso perjudica a los habitantes de la zona que hemos tenido que cambiar las perforaciones. No queremos ser el pato de la boda ni ser los hijos desquiciados del partido de Berazategui”.
Javier: “Si fuesen un poco más vivos consultarían antes las cosas. A 35, 40 metros de profundidad ya no tenemos agua, tenés que pensar en hacer una perforación nueva, irte más abajo y esto te significa un costo en una bomba sumergible de 9.000 pesos. ¿Por qué uno se tiene que hacer cargo del perjuicio que ellos te ocasionan?”
Ir para atrás
Carlos, habitante desde hace 16 años de El Pato, lugar al que define como un “edén”: “Lamentablemente está dejando de ser eso por todo lo que está pasando. Antes a 20 metros tenías agua, hoy lo mínimo son 65 metros. Ahí tenés idea de la cantidad de agua que se están llevando por día. La bronca es general. Si ahora vivimos así dentro de 15 años va a ser peor, si no hacemos nada.”
¿Qué significa El Pato para Carlos?: “Yo tengo hijos, los pienso criar acá, pero están jugando con nosotros. El tema de la basura, el tema del agua, la seguridad, en lo socio-ambiental cada vez vamos para atrás, en vez de ir para adelante vamos para atrás.”
Pronóstico sobre la basura
La asamblea transcurre entre nuevas informaciones y propuestas de difusión. “Cuando volanteamos o pegamos afiches a ellos les duele”, remarca José. Se propone pedir una audiencia al juez que permite abrir nuevamente la lombricera. Se analiza el contexto político y se hace una vaquita para costear volantes y pasacalles.
Daniel relata la situación actual del reclamo: “Estamos en una convocatoria a los vecinos para ver qué medidas vamos a tomar. Lo principal es que el basural debería estar mínimamente a una distancia de 8 kilómetros de cualquier centro urbano, de donde haya gente”. Javier reflexiona sobre la ubicación estratégica del predio. “Todo hace pensar que van a traer la basura de otros lugares hasta aquí. Cuando terminen de colapsar los dos CEAMSEs que están abiertos ¿A dónde van a llevar la basura? A donde haya una planta de tratamiento: Acá. A menos de 2 kilómetros de una zona totalmente poblada.”
Ecuación: $ x vidas = ?
José Campusano enumera las irregularidades: “No hay estudio de impacto ambiental, no hay proyecto. Unos días antes de las elecciones se decidió la compra de este predio. En muy poco tiempo la población llegará hasta los bordes mismos del emprendimiento. También se está cerca de lo que será la Autopista Presidente Perón, nada evita que empiecen a bajar camiones y camiones con la basura de otras zonas que ya no tienen espacios verdes para poner una planta de este tipo”.
¿Qué pasa cuando los vecinos denuncian la situación? “Les molesta mucho que estas cosas se difundan. Especulan con que no hay organizaciones y por ello creen que pueden proceder impunemente. Hay otros terrenos, pero los tienen reservados para emprendimientos inmobiliarios. El Secretario de Gestión y Relaciones con la Comunidad, Julio Ravelo nos preguntó si teníamos idea de cuánto sale un terreno allá y acá. Nosotros le dijimos: “Es evidente que la ecuación para vos es de cambiar plata por vidas, porque allá no molestás a nadie y acá sale barato pero perjudicás a la población, te importa dónde es más caro y dónde no. Entonces a vos te importa el dinero y no las vidas humanas.”
Daño en encías oficiales
Entre las propuestas de los vecinos, para no quedar como paralizadores del progreso está la de utilizar trenes para el transporte de los residuos hacia lugares sin población para ser tratados allí. Dicha propuesta no sería viable debido al daño que causaría en encías y dientes de los funcionarios: “Están habituados a la mordida”, diagnostican los vecinos. Otra propuesta es que cada barrio se haga cargo de su basura, no que todos los habitantes del municipio envíen su basura a un solo barrio. “Nosotros tenemos que hacernos cargo de nuestra basura”, proponen en la asabmlea.
¿Autogestión de los residuos?
Autoconstrucción del mensaje
Luego de la asamblea comienza el programa de radio Pueblo verde. Se transmite los domingos a las 19.00 por FM 90.5 de El Pato, ya cumplió 50 emisiones y cuenta entre sus más fieles seguidores a las autoridades municipales que cuando tienen que recibir a los vecinos ya están preparados acerca de las consultas vecinales.
Es muy escuchado por la gente de la localidad. Daniel: “No tenemos afinidad ni somos representados por ningún partido político. Somos parte de la vecindad y luchamos pensando en el bien común para que este sea un lugar donde se pueda vivir”. Más de una vez los funcionarios no saben qué responder ante las problemáticas que quedan fuera del programa por cuestiones de tiempo y de inteligencia. El programa es una herramienta de contagio tan eficaz que el propio municipio mandó a producir otro, que va tres veces por semana, para intentar contrarrestar la fuerza de las denuncias vecinales.
Los propios vecinos podrán definir dónde está la legitimidad, y dónde los intereses que van en contra de su salud.
Nota
Campaña: Encontremos a las/los nietos de Oesterheld
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Cien

Desde que se inició este año desde el Observatorio de Violencia Patriarcal Lucía Pérez registramos 100 femicidios, casi 1 por día.
La víctimas fueron desde mujeres de 83 años, como Ana Angélica Gareri, en Córdoba, a una adolescente como Pamela Romero, de 16, en Chaco; y una bebé de 3 años en González Catán.
En este 2025 ya registramos 85 tentativas de femicidio.
En el 2025 registramos en todo el país 77 marchas y movilizaciones que se organizaron para exigir justicia por crímenes femicidas.

En nuestro padrón de funcionarios denunciados por violencia de género, podés encontrar el registro clasificado por institución estatal y provincia. Hasta la fecha, tenemos contabilizados 161 funcionarios del Poder Ejecutivo, 120 del Poder Judicial, 72 del Poder Legislativo, 71 de las fuerzas de seguridad y 71 de la Iglesia Católica.

En el padrón que compila datos oficiales sobre denuncias de violencia de género, podés encontrar datos sobre cantidad de denuncias por localidad y la frecuencia con que la recibimos. Un ejemplo: este mes la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de la Nación informó que durante el primer trimestre de este año recibió un promedio de 11 denuncias por día de violencia contra las infancias.

Otro: el Ministerio Público Fiscal de Salta informó que no alcanzan al 1% las denuncias por violencia de género que son falsas.
En nuestro padrón de desaparecidas ya registramos 49 denuncias.

Lo que revela toda esta información sistematizada y actualizada es el resultado que hoy se hace notorio con una cifra: 100.
Más información en www.observatorioluciaperez.org
Nota
5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje
Pasaron cinco años del femicidio de Cecilia Basaldúa en Capilla del Monte. Tres años de un juicio que absolvió a un imputado sin pruebas. Cuatro fiscales, cuatro policías presos y numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad, ese compromiso que aún es la certeza que falta.
Fotos y crónica de María Eugenia Morengo para cdmnoticias.com.ar
25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..
Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.
– Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.
Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.
–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.
Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.
La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:
Adrián Luquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género. Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.
El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.
Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.
Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como granaderos.

Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.
El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.
La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?
Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.
La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:
“Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.
Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.
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