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Foro de Madrid: las batallas de los malos y los buenos

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Buenos Aires fue sede del Foro Madrid, que reúne a las derechas y ultraderechas de distintos países. Inauguró Javier Milei. Ocurrió el jueves 5 y viernes 6. Pantallazos y miradas sobre la izquierda, el aborto, el liderazgo, el ajuste, la no izquierda, lo woke, el neocomunismo, las guerras, las batallas culturales y otros enigmas.

Por Sergio Ciancaglini Fotos: Juan Valeiro

El mail para poder ingresar al III Encuentro Regional de Foro de Madrid-Rio de la Plata 2024, planteaba tres advertencias.  

“No se permitirá el ingreso de:

  • Bebidas, alimentos o sustancias ilegales.
  • Armas de ningún tipo (armas de fuego, munición, cuchillos de cualquier tamaño, tasers, spray de pimienta, etc.).
  • Artículos que puedan ser considerados un peligro para la seguridad o una molestia para los participantes o los invitados”.

Confirmada la ausencia de esos accesorios policiales, se podía partir hacia la sede del evento: el “Palacio Libertad”, en referencia al CCK y ex edificio del Correo, que en su frontispicio sigue teniendo tallado en piedra “Centro Cultural Kirchner”.

En la explanada de entrada se ven tres obras. La estatua El Cartero, que certifica que existió una época epistolar en el mundo. Otra dedicada a Samuel Morse, el inventor del telégrafo y del código para utilizarlo que incluye el cada vez más necesario S.O.S. Y el monumento donado por el Estado Plurinacional de Bolivia en homenaje a una mujer, Juana Azurduy, heroína de la independencia frente a España, todo lo cual podría ser considerado una molestia para los participantes o los invitados.

Se  armó una prolija hilera para entrar desde las 7.30 de la mañana, 6º centígrados. Había un joven con el logo de su campera curiosamente impreso no en el frontispicio sino en la espalda, con una marca a tono: The North Face.

Foro de Madrid: las batallas de los malos y los buenos

Javier Milei en el escenario. Foto: Juan Valeiro para lavaca

La serpiente vs. la no-izquierda

Una vez dentro del CCK la larga cola se hizo sinuosa para que la gente pudiese entrar, cual la serpiente de cascabel que ilustra la bandera de Gadsden, símbolo de la derecha internacional. La comparación no es abusiva ya que el Foro Madrid que organizó este encuentro es justamente un intento de reunir a la derecha de distintos países. Sin embargo hay derechistas que consideran que el Foro y su inspirador –el partido Vox español a través de la Fundación Disenso, todo inspirado por Santiago Abascal– son la ultra-derecha. Es una diversificación de los matices que pululan desde el centro derecha hasta el neofascismo que se percibe en cantidad de lugares.

El Foro Madrid se plantea como objetivo: “Generar conciencia a nivel internacional sobre las consecuencias del avance de la extrema izquierda, su agenda ideológica y su fracasado sistema de gobierno”.

Otro: “Contrarrestar las estrategias de influencia geopolítica del Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla, construyendo una red de aliados a favor de la libertad en todos los países de la Iberosfera”.

En la convocatoria se asegura que “en Argentina se libra una batalla por la libertad que va a definir el futuro de las naciones de Iberoamérica” y se propone “recuperar los espacios de libertad arrebatados por la izquierda criminal y la no-izquierda en el mundo occidental”. No hubo definiciones sobre qué es la no-izquierda.

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Santiago Abascal, de Vox. Foto: Juan Valeiro para lavaca

El conquistador y el capitán

Se abrió la entrada a la sala. Al finalizar la hilera serpenteante, la mayoría del público se dirigió a la derecha, pese a que entrando por izquierda era mucho más sencillo conseguir mejores ubicaciones. Tal vez no haya sido ideológico, sino masificación, imitación (o, peor aún, colectivismo).

La plataforma Evenbrite, con la que se accedía a un lugar gratuito, anunció bastante antes que las entradas estaban agotadas. Sin embargo, de las poco más de 550 butacas habilitadas se ocuparon apenas las dos terceras partes: no más de 400 personas durante el discurso del presidente Javier Milei, aunque algunos medios hablaron de 900 en un posible error de tipeo o exceso inflacionario. (Pronto se vería que, tras el discurso de Milei, el Foro se reducía a unas 150-200 personas).

Milei llegó al salón acompañado por Santiago Abascal, quien en 2019 se hizo fotografiar con un casco de conquistador español, tipo Hernán Cortés. El español quedó reducido a la nada frente al argentino que se disfrazaba de capitán Ancap (a-narco capitalista) o imitaba cantantes del siglo pasado. Milei lo acompañó este año a otro encuentro de la ultraderecha española como apoyo a las elecciones al Parlamento Europeo, en las que Vox fue prolijamente derrotado consiguiendo menos de la mitad de los votos que anunciaban las encuestas.

Por la Fundación Disenso, el español Jorge Frías elogió a Milei como “un faro de libertad” y presentó a Abascal como líder mundial del movimiento conservador y patriótico”. 

Abascal pasó al escenario para abrir el evento con Milei aplaudiéndolo en primera fila: “El Foro de Madrid significa que los buenos estamos organizados y unidos” dijo en una oración con extraños ecos argentinos. “Somos los que defendemos todos los órdenes de la libertad, el derecho a la vida desde el vientre materno, la democracia de verdad. Estamos contra el neocomunismo, el kirchnerismo, el sanchismo, el crimen organizado que representa el socialismo en el mundo”. Agregó al narcotráfico, los que suben impuestos, los que prohíben la libertad de educación, de las empresas, la agenda globalista “woke” (progresista), la Agenda 2030, la dictadura climática. Elogió a Milei por su “victoria apabullante”, como un líder global, y el único del grupo de organizados y unidos que llegó a la presidencia.

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Bolsonaristas reclamando por los golpistas presos. Foto: Juan Valeiro para lavaca

Ratas inmundas

Cuando le tocó hablar, en referencia a lo dicho por Abascal y para aliviar sus habituales arengas sobre ficción económica, leyó Milei: “Es interesante porque Santiago,  con  mucha generosidad,  describía el impacto internacional, que se está generando, a partir de lo que hacemos en Argentina. Obviamente  como líder de este movimiento,  me toca estar en la primera fila y tener un nivel importante de exposición y, obviamente, que a las ratas inmundas, fracasadas y liliputienses domésticas les molesta profundamente”. Esas palabras enfáticas encendieron al auditorio iluminado de azul.

Otro párrafo: «No solo estoy poniendo a la Argentina al tope mundial, siendo uno de los dos políticos más conocidos del mundo junto a Donald Trump, sino que además estoy haciendo el mejor gobierno de la historia Argentina». Planteó algo de lo que le llega de la orilla contraria: «Días atrás quien fuera el ministro de Economía del autócrata golpeador, Alberto Fernández, confesó que como la pandemia les levantaba la imagen, la usaron y nos encerraron por rédito político».

Salió Milei de la sala y llegaba el turno de su vocero Manuel Adorni a quien se presentó como autor de una “ponencia magistral”. Más de la mitad de la sala prefirió la libertad de no padecerlo, y concretó velozmente lo que podría considerarse un clásico mutis por el Foro.

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Mientras hablaba Adorni, selfies de jóvenes libertarios con la señora Lemoine. Foto: Juan Valeiro para lavaca

Narrativa delirante

En el hall de entrada pululaba alguna gente categoría senior aunque varios se quedaron estoicamente a seguir escuchando. Gente adusta, muy en modo-Foro. Y además una mayoría de sub-30 que no suelen trajinar estos eventos. Una juventud excitada, sonriente, dividida en grupos que llegaron juntos a ver a Milei, con trajes de ocasión y mochila, cabelleras revueltas o jopos rígidos según el caso: la nueva camada de funcionarios, asesores & afines que aspira a integrar los futuros cenáculos y/o farándulas del poder y sabían que ya no tenían mucho que hacer allí. Uno de los jóvenes se fugaba con un abrigo negro seguido por cuatro personas, clonando el estilo del asesor Santiago Caputo quien a su vez lo clonó de Cillian Murphy y la serie Peaky Blinders.

Un grupo de brasileñas y brasileños bolsonaristas estaba con banderas reclamando la libertad de los supuestos presos políticos que tomaron la sede del gobierno, del parlamento y del Tribunal Supremo en Brasilia (2023) contra el triunfo de Lula. “Tenemos 2.000 presos políticos en Brasil y 400 en Argentina” decía una señora junto a Fernando Cerimedo, director de La Derecha Diario y dueño de varias redes y plataformas que trabajaron también para Bolsonaro e incitaron con fakes aquel levantamiento. En 2023 Bolsonaro fue inhabilitado por el Tribunal Supremo Electoral de Brasil para ejercer cargos públicos hasta el año 2030, por alentar una “narrativa delirante con efectos nefastos para la democracia”.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca

Pandemia, verticalismo y patria

Por el hall del CCK se movía otra señora, de apellido Lemoine, también adusta y atenta siempre a los micrófonos. Entre los jóvenes, en cambio, Leonardo Repetto lucía descontracturado: “Soy presidente de la juventud de La Libertad Avanza en Ituzaingó” se presentó ante la consulta. “Tengo 20 años, y estoy contento de que se arme algo a nivel internacional, con Europa, Norteamérica, Sudamérica, porque ellos están todos juntos, el bloque colectivista que va contra la libertad y con un Estado omnipresente, autoritario, casi paternal”.

Sobre el Estado: “Al principio se decía voy a destruir al Estado’, pero no. Cómo te diría, es una metáfora. No va a destruir al Estado. Eso del topo. En realidad lo que va a hacer es achicarlo para reducir el déficit fiscal. O sea: no se puede destruir al Estado siendo presidente, claramente. Es un oxímoron, si se le puede decir”.

Define a LLA como un grupo verticalista, y cree que la pandemia fue el quiebre que lo llevó al poder: “Muchos jóvenes estaban con el kirchnerismo pero se hartaron por la pandemia. Ese fue el punto de inflexión cultural que hizo que muchos jóvenes miraran hacia otro lado, y aparecieron las ideas de la libertad, Milei, y todo lo demás». Otra percepción: “Para los jóvenes te reconozco que está muy difícil, no hay trabajo, no se llega a fin de mes, los alquileres, pero viene desde hace rato esto. Te diría que 10 o 20 años. ¿Y sabés cuál es el problema? El déficit fiscal. Entonces financiás el gasto, y tenés inflación, pérdida del poder adquisitivo y todos los problemas que tenemos”.

Sin embargo ahora el gobierno dice que no hay déficit pero crece la pobreza, el desempleo, y el ajuste no lo paga la casta sino los jubilados. “Pero fíjate que hasta Cristina vetó el 82% móvil para los jubilados porque le rompía el equilibrio fiscal. Así que eso es algo que hay que hacer” replica impermeable.   

Le planteo las referencias a lo patriótico en el Foro, en tiempos de globalización gobernada por las multinacionales. ¿Cómo ensamblan esas dos cosas? “Eso de la patria es un tema que bueno, tiene connotaciones con el peronismo. ¿Qué es la patria? Es una terminología. Nuestro trabajo es cuidar la cultura, seguir comiéndonos el asado los domingos, cantar el Himno, no solo la marcha peronista. Hay muchos nacionalistas que no son liberales, pero tampoco son peronistas. Se confunde mucho. Lo que hay que ver es cómo puede avanzar el Estado con un rol no interventor y que cuide la propiedad privada y la vida”.

Responde que está a favor del aborto. “Pero que se pague. La clase media y la clase alta lo pueden pagar”. También está en favor de la legalización de las drogas: “Claro, que puedan venir empresas como la de Mike Tyson a producir cannabis. Esas cosas recuperan la economía. Con la cocaína es más complicado, pero hay que despenalizar el consumo personal. Además, la marihuana no mata a nadie, el alcohol y el cigarrillo sí, y son re legales. El asunto es que nadie va contra el narco” dice, y se va con el grupo trajeado de posadolescentes que lo acompaña.

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Vocero Manuel Adorni durante su ponencia magistral. Foto: Juan Valeiro para lavaca

Alquileres y trolls

Mariano Pérez, 23 años, quería ser periodista deportivo, estudió para eso en River, es youtuber y tiene el canal BreakPoint. “Ahí tengo un millón y pico de suscriptores, en Twitter 90.000. Con Milei se dieron todas las cosas juntas, ese carisma, las ideas correctas, todo fue una ecuación que se expresa mucho en redes sociales. Al periodismo tradicional eso le molesta mucho pero todo lo que se generó con las redes es impresionante”. La gente pasa, lo saluda: “Es muy loco todo, el cariño, ser conocido”.

Se plantea que todos estos ex influencers están ahora trabajando para el gobierno, por sumas bastante mayores que las de la inmovilidad jubilatoria. “No, para nada. Yo no. Me está yendo muy bien de antes, cuando empecé a hacer dos o tres programas diarios por youtube”.

Dice que está contra el aborto, de la legalización de las drogas, y elabora un discurso clásico de combate contra el flagelo del narcotráfico. Sobre la crisis económica actual: “Los precios están bajando, y venimos de una crisis absoluta. Yo creo que hay esperanza. Yo pude alquilar”. Le recuerdo que puede hacerlo por estar en una situación privilegiada: “Pero antes no había departamentos. Ahora aparecieron”. Nuevamente lo impermeable.

¿Y los ataques sistemáticos de trolls contra quienes cuestionan cualquier cosa del gobierno? “Para mí buscan conspiraciones”. Los ataques son sistemáticos y elaborados. “Bueno, a mí me putean miles de veces en las redes, y entiendo que es gente enojada, no digo que sea un ejército de trolls. Eso era en la época de Macri y Marcos Peña. Ahora es gente que yo conozco y que opina lo que quiere. No hay que buscar fantasmas. Gracias”.

Buscando la salida

Lucía Montenegro acepta hablar. “¿Pero dónde está la salida?” me pregunta mirando desconcertada los enormes espacios vacíos del CCK. Se detiene para responder: “Soy legisladora porteña. Es cierto que este es un espacio donde hay un solo líder. Un líder mundial. Lo acompaño desde el minuto uno y ahora estamos con el armado nacional así que haciendo muchas cosas”. Sobre las internas: “Acá no estamos fragmentados. Es muy fácil porque hay que hacer solo lo que él dice. Todavía pasó poco tiempo para armar y conocernos, pero es algo normal. El tiempo acomoda las cosas, pero va a seguir todo adelante”.

Cree que lo crucial para haber llegado hasta aquí es lo siguiente: “La elocuencia. Cien por cien la elocuencia. Pero además de todo Javier es fuego, es incendio, es emoción, es amor, es pasión. Y es fundamentalmente inteligente. Además es sincero, honesto, convencido. Me tengo que ir. ¿Será por allá? ¿Quién sabe por dónde es la salida?”

Érica es otra veinteañera que llegó con un grupo aunque dice que no trabaja para el Estado. Está en favor del aborto libre seguro y gratuito. “Es que eso es personal. Macri estaba por las dos vidas, y bueno. Cada uno piensa lo suyo. Soy cajera. Trabajo en el sector privado. Vine con un grupo de chicos de LLA. Antes era del PRO, estaba con Bullrich fiscalizando incluso, pasó todo lo que pasó, y ella ahora está en el gobierno, y yo empecé a entender que este era un camino. La libertad, las ideas, no es que comparta la totalidad, pero Juntos por el Cambio no existe más. Hubo quiebres, internas que se ventilaban, de todo. Entonces nos seguíamos hundiendo, o veíamos este camino”. Sobre la crisis, que no paga la casta sino la sociedad: “Yo entiendo. Es como tantas cosas que están mal, senadores que tienen asesores, los jubilados siempre salen perdiendo, y quiero pensar que en algún momento lo van a arreglar”.

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Selfies de jóvenes libertarios . Foto: Juan Valeiro para lavaca

Armas para los recursos naturales

En el salón en penumbras seguían las ponencias del Foro, no demasiado magistrales. Como tantos otros foros (de izquierda e incluso de no-izquierda) el detalle es que todos los expositores muchas veces parecen decir lo mismo. El número de asistentes seguía evaporándose. Uno de los puntos del documento final planteó: Reafirmamos la voluntad de seguir dando la batalla cultural sin cuartel por la defensa de Occidente frente al marxismo cultural destructivo y la ingeniería social totalitaria en todas sus manifestaciones, llámese wokismo, progresismo o socialismo de cualquier tipo”.

Hubo intervenciones de Andy Olivastro, de la Fundación Heritage: “Saben que la izquierda es un veneno. Estamos aquí para aplastar a la izquierda, para sofocar al Estado y para restaurar el autogobierno”.

«La izquierda está divorciada de la realidad; y debemos romper el control que tienen sobre la gente. Su visión del mundo es la antítesis de la buena vida y socava los principios de libertad y prosperidad que valoramos». Hernán Cadavid: “Lo único que ha hecho la izquierda es demeritar la justicia, derrotarla, y haberla sometido. No podemos perder la batalla de la opinión pública, como instrumento de guerra política”.

Hubo intervenciones contra Venezuela, Cuba y Nicaragua.

El ministro de Defensa Luis Petri dijo: «Comprar un sistema de armas, es comprar paz. Es tener el poder disuasivo para evitar que te agredan y eventualmente evitar que se apropien de nuestros recursos naturales», como si la apropiación de tales recursos fuese un problema militar, y no lo que está facilitando el RIGI lanzado por el gobierno y votado en el Congreso. Nahuel Sotelo: Le vamos a dar batalla al globalismo, a la Agenda 2030 y nos vamos a parar contra los organismos internacionales para defender la soberanía argentina”.

Saliendo de la sala de luz azulada podían contarse al menos a tres asistentes que se habían rendido. Descansaban plácida y profundamente en sus butacas, bocas levemente abiertas, ajenos a tantos alborotos y palabras sinuosas. Un posible signo de sabiduría: ante ciertos sueños, algunas personas pueden considerar que lo que más les conviene hacer es quedarse irremediablemente dormidas.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca

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Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

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La noticia del día: el próximo 18 de noviembre fue citado a indagatoria el policía Pablo Alexis Aldama, sospechoso de haber agredido a la jubilada Beatriz Blanco (foto principal) haciéndola golpear de nuca contra la vereda. Fue algo de lo mucho que dejó este miércoles en el que jubiladas y jubilados marcharon pese a la habitual fumigación de gas pimienta por parte de las fuerzas de seguridad, que vallaron toda la zona de Congreso impidiendo el tránsito. Reflexiones pos electorales, propuestas de exportación, dilemas complejos, carteles lúcidos, cómo combatir el EPOC, y la certeza de seguir en la calle.

Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

Beatriz Blanco (en la foto de portada) es la jubilada que fue gaseada y empujada por la Policía Federal el 12 de marzo pasado –el mismo día que el fotógrafo Pablo Grillo fue atacado por una granada de gas lacrimógeno, y Jonathan Navarro por un disparo que le hizo perder la vista de un ojo–.

La imagen de Beatriz golpeándose la nuca contra el suelo dio la vuelta al mundo por lo violento: le causó un traumatismo encéfalo craneano, una herida cortante y problemas oculares permanentes.  

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Pero está viva para contarla. Beatriz tiene 82 años y un empuje que no merma ni con un golpe ni con una elección adversa. Este miércoles –como siempre– vuelve a caminar con su bastón cobrizo entre manifestantes y fuerzas de seguridad –federales, gendarmes y policía porteña–.

Sobre el domingo: “La gente ya no cree en soluciones porque ya no cree en nada, hace mucho que no se le da nada. Y además tiene miedo, y eso se nota en que cada vez hay menos gente involucrada, con temor a la represión, a quedarse sin laburo, y ahora encima a que le suban las horas de trabajo. Se van corriendo los límites, así estamos”.

Pero hay un lado positivo del “así estamos” de Beatriz. Este martes 28 de octubre el Juzgado Criminal y Correccional Federal 1 llamó a declarar al presunto policía que la agredió: “Existiendo en autos motivo bastante para sospechar que Pablo Alexis Aldama ha participado en la comisión de un delito de acción pública, cíteselo a los efectos de recibirle declaración indagatoria, fijando audiencia para el día martes 18 de noviembre de 2025”.

Dice Beatriz: “Lo quiero ver, le quiero hablar y decirle gracias. Gracias por pegarme, gracias por romperme la cabeza y el ojo; y gracias por romperme la cadera”. Lo dice con su voz suave y tranquila de siempre, y enfila con su bastón hacia la marcha.  

“Será largo lo que viene”

Detrás de Beatriz la Policía Federal va cercando a la gente que reclama en la vereda sobre la plaza de los Dos Congresos a la altura de Rivadavia y Callao, y la intima a pasar del otro lado de la valla.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

La frontera en Congreso. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Un hombre –con un gorro en el que se lee “jubilado testarudo”–, se acerca a Beatriz y suspira: “Será largo esto, muy largo”. No habla de hoy sino de lo que vendrá. Habla de la época. Mientras, los federales se acercan un poco más. La mayoría sin identificación. Se arrima otro jubilado y se arma una especie de asamblea que reflexiona sobre los comicios recientes: “Nos va a costar un pulmón o dos todo lo que viene, todas las reformas que el gobierno intentará hacer”. Otra voz plantea entre el sonido de redoblantes y trompetas: “La mayoría del pueblo eligió seguir estando mal por miedo a que se descontrole todo esta semana”. 

La Policía Federal termina de acorralar a los pocos manifestantes –y a los muchos fotógrafos– que aún quedan del lado del Congreso hasta terminar de cerrar la hilera de vallas. A la tensión le sigue una serie de gaseadas que deja a 11 personas heridas, según la Comisión Provincial por la Memoria.

Otra jubilada, señalando a la policía: “A esta gente la compadezco: sus dirigentes haciéndose los guapos en canales de stream y ellos acá poniendo el cuerpo”. 

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Geopolítica. Foto: lavaca.org

La pierna de Fernando

Fernando Quintero caminaba por la vereda y fue atropellado hace 9 años por un colectivo que había perdido el rumbo. Le amputaron la pierna derecha.

“Pero hace cuatro meses me sacaron la pensión” cuenta a lavaca, y al contarlo se le inundan los ojos celestes. Fue una segunda amputación.

¿Cuánto era la pensión? “263.000 pesos”.

¿Y cómo sigue la cuestión? “Me dieron un turno para que un médico certifique que no tengo una pierna. El turno es para abril”. Todo ocurre en órbita de la ANDIS, agencia de discapacidad de notoriedad pública. Gracias a la aplicación de este tipo de motosierra, el gobierno sostiene que logra equilibrio fiscal.

Tal vez esta foto sirva para que alguien certifique antes de abril que a Fernando Quintero le falta la pierna derecha. Y que le devuelvan la pensión.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Fernando Quintero. Le amputaron una pierna, y la motosierra oficial también le mutiló la pensión de 260.000 pesos. Lo citaron en abril, para certificar que le falta la pierna derecha. Así se logra el equilibrio fiscal. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

“Llenar las calles de pasos”

Mientras tanto, dos drones de las fuerzas de seguridad sobrevuelan la escena. Filman desde arriba lo que expresa otro jubilado en un cartel: “Derrotados son los que dejan de luchar”. 

También graban a Carlos, 73 años , con un cartón en las manos pensando en lo que pasó en las elecciones, pero sobre todo mirando a futuro: “Acá no se rinde nadie”. Lo justifica cuando habla: “Por un resultado electoral en contra no se desarma el reclamo. Al contrario. Hasta que no haya una mejora en los remedios y en las jubilaciones esto va a seguir y se va a incrementar porque seguirán mandándose cagadas. Yo confío en que el pueblo va a reaccionar”.

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Jubilado gaseado. Hubo un total de 11 heridos. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Alicia, de Jubilados Insurgentes, resume cómo estamos: “En las ciudades inundadas, como Bahía Blanca, Milei no les dio un peso y ganó igual. Es difícil de comprender. Somos masoquistas”. 

Y comparte su alternativa: “Hay solo una salida: llenar la calle de pasos”.

Motosierra, medios y comercio exterior

Eduardo tiene 79 años, cumple 80 el 30 de marzo. Leva un gorro piluso y un cartel que es una propuesta de comercio exterior: “La solución argentina: exportar libertarios a los Estados Unidos ¡hasta agotar el stock!”

Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

Eduardo. A los 9 años lo mandaron del colegio a su casa porque se producía el bombardeo de las FF.AA a Plaza de Mayo. «Así que estamos acostumbrados, siempre peleando».Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Es un hombre de sonrisa fácil: “Los medios de comunicación hacen un aporte importante a la confusión, a que la agente no razone. Te dicen que es mejor esto que lo otro, pero no está muy claro qué es lo que está bien o lo que está mal. Te hablan del peronismo, y yo pregunto: ¿se entiende qué es el peronismo? Entonces es difícil. Por eso lo que me parece importante es seguir acá, sin resignarse, tratando de lograr lo mejor”.

Cree que es una época complicada. “Pero mirá: cuando yo tenía 9 años iba al colegio que está frente a Plaza Lavalle, al lado del Colón. Y un día nos mandaron a todos para casa. Habían empezado el bombardeo a Plaza de Mayo de 1955. Duró cuatro horas. Mataron como a 300 personas o más que iban por la calle tranquilamente. Uno no se puede olvidar nunca de algo así. De cómo mataron. Pero se peleó, se peleó después cuando fue la proscripción, cuando estuvieron los militares, cuando estuvo Menem, después en el 2001”.

Fernando trabajó en mil oficios. Fue empelado en casas de cambio, vendedor en comercios, y tuvo un oficio por el que merecería un lugar en el gabinete nacional: vendía y reparaba motosierras en el Once. “Pero eso me enfermaba, por el humo de los motores”. Tuvo otro negocio de venta de repuestos de autos. “Pero me fundí en la época de Menem, con todo lo importado”.

Pone una mano en el hombro del cronista: “Así que estamos acostumbrados. Siempre peleando”.

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Cacerola y máscara antigas. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

Un camino entre quienes piensan parecido

Rubén y Mario integran el Movimiento Activo de Trabajadores y Jubilados (MATyJ). “Hay una clase media y un sector muy pobre con miedo a perder lo poco que tiene”, piensan. Recuerdan la época de Carlos Menem: “En el 95 le llamamos el ‘voto cuota’, muchos sectores votaron por miedo a que todo explote”.

Keiko, también de Jubilados Insurgentes: “El peronismo no tiene programa. La Libertad Avanza tiene: te vamos a hacer mierda. Es su programa. ¿Y los otros? ‘Freno a Milei’, te dicen. Eso no es un programa. Hasta Menem tuvo una propuesta, con salariazo y revolución productiva, que después fue todo mentira. Y otra cosa: ¿cómo el candidato va a ser Taiana, que tiene mi edad? ¿Por qué no ponen a otro pibe como vos?”. Alguien la escucha y observa: “La derecha sí se renueva”.

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Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

El sacerdote Francisco Olveira, o padre Paco, está frente a la policía. Piensa dos cosas: “Una es que el apoyo de Trump y Estados Unidos influyó mucho porque hasta yo, si no pensara como pienso, votaría a Milei porque la sensación era que se iba todo a la mierda, lo cual no quita que eso ocurra, pero más adelante”.

¿Y lo otro? “Lo otro es que hay muchos hijos de puta, con perdón de las chicas de AMMAR que quiero mucho, que les importa un carajo el 3% de Karina, que promulguen leyes sin financiamiento, lo que le hacen a la gente del Garrahan, a los jubilados, a las personas con discapacidad”. Sintetiza: “Muchos que solo votan a otro hijo de puta”. 

El padre vive en el asentamiento Esperanza, en Merlo, oeste del conurbano. “Los sectores más pobres que habían votado a Milei se dieron vuelta, salvo este sector que te marco. Te cuento un ejemplo: la provincia está completando una obra que tenían que hacer las ISU (Integración Socio Urbana) a nivel nacional, y un vecino que es mileísta sacó fotos trucadas diciendo que como habían perdido las elecciones, se estaban llevando las máquinas”.

Paco mastica bronca, pero dice que la salida es seguir estando en la calle. ¿Y hacia dentro? “Me gustaría que Bregman y Grabois se sentaran a charlar. Debería ser un camino, entre quienes pensamos más o menos lo mismo. Pero no sé si pueda darse en nuestra Patria”. 

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Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org

“Si tirás la toalla, perdemos”

Guillermo, 77 años y vecino de Ituzaingó, es jubilado metalúrgico. Estuvo algunos miércoles sin venir porque tiene EPOC y está medicado. Tiene un cartel con dos palabras: “Voto luchar”. Piensa que hay mucha gente que sabe que está mal, pero no quiere estar peor: “Saben que el peronismo no es alternativa porque no luchó en dos años. La CGT, tampoco. Pero la izquierda algo creció: siempre está acá y eso se paga. Conozco muchos peronistas: hay gente enojada con su dirigencia, porque perdieron y se dividieron más: se peleaban por octubre, ahora se van a pelear por las elecciones de 2027, pero no están peleando con la gente acá. Si hubieran hecho algo, ganaban con todo el apoyo”. 

-¿Por qué seguís viniendo con tu EPOC y todo este contexto?

-Venir acá te cura, te da pila, es un remedio. Te mantiene ligado con tu realidad. ¿Voy a sentarme en una silla de paja a ver cómo pasan los vecinos por la ventana? ¡Me pego un tiro! Hay que creer en la lucha, creer en las calles. Hay que subir al ring aunque te caguen a sopapos, porque si tirás la toalla, perdemos. Nosotros vamos por el round final.

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Imagen en la plaza de Congreso.Foto: lavaca.org

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Mapumundi: Lef y una cartografía de la situación mapuche

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Lefxaru Nawel es ciudadano argentino de nacionalidad mapuche, werken (vocero) de la comunidad, abogado, profesor universitario, rockero y papá, entre otras cosas. Fue uno de los detenidos en julio por reclamar que se cumplan las leyes. Su mirada sobre el gobierno de las corporaciones, Occidente, el fin del cinismo, los cascarudos, el racismo y el odio, el progreso, el fracking, la pobreza, el agua, Vaca Muerta, la democracia y algunos datos sobre las utopías y el futuro. Por Sergio Ciancaglini.

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Elecciones 2025: la noche de las urnas

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El gobierno obtuvo el 41% de los votos en la elección de medio término con menor índice de participación desde el regreso de la democracia. El enigma es qué cosas se acomodan y desacomodan a partir de este lunes en el que la vida continúa, aunque no está claro todavía de qué modo. Estuvimos en los búnkers y sus alrededores, que tal vez brinden algunas pistas sobre lo que se viene.  

Por Lucas Pedulla, Franco Ciancaglini y Claudia Acuña

Fotos: Lina Etchesuri y Juan Valeiro

La calle del búnker

La primera en llegar fue Patricia Bullrich, actual ministra de Seguridad, futura senadora, con una sonrisa que escondía el 50 por ciento de votos que sacó en la Ciudad.

Luego fue el presidente Javier Milei, que levantó un cartel que decía, de un lado, “las fuerzas del cielo – Virrey del Pino”, y del otro, “el futuro es en libertad”.

En tercer lugar, el ministro de Economía Luis Caputo.

Finalmente, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, acompañada del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, dos que tampoco escondían buenos gestos: «Estamos contentos», dijo la hermana.

Elecciones 2025: la noche de las urnas

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Todavía faltaban tres horas para que los primeros –y definitivos– resultados se multiplicaran en los cientos de celulares encendidos en la esquina de Córdoba y Maipú, frente al Hotel Libertador, convertido nuevamente en búnker de La Libertad Avanza en estas elecciones de medio término que tuvieron una participación del 67,8% del electorado, el número más bajo desde el regreso de la democracia en 1983. Hasta hoy, la baja participación en cada elección desdoblada hacía suponer que el perdedor era el oficialismo, ya que la ausencia se medía desde ese electorado desencantado con las políticas del gobierno.

Elecciones 2025: la noche de las urnas

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Pero este domingo el mapa de la Argentina coloreado de violeta casi por completo hizo quemar todos los manuales una vez más, en un país cuya capacidad de asombro no tiene techo ni tampoco umbral de dolor. Y ni hablar del principal golpe: la victoria por menos de un punto (apenas 46.612 votos, al cierre de esta nota) en la provincia de Buenos Aires, principal bastión electoral por su caudal, lugar donde LLA se había comido una paliza de 13 puntos en las elecciones desdobladas de septiembre.

Una lectura rápida indica que, en territorio bonaerense, Fuerza Patria sacó 261.000 votos menos y LLA, 881.000 más. Un fiscal libertario comenta su sorpresa en esta calle que comienza a cantar sus primeros versos –»kuka tira piedra»– y lo dice abriendo bien grandes los ojos después de haber estado todo el día en una escuela de Pilar, norte del conurbano bonaerense: «Perder por seis puntos era un buen resultado, imaginate esto».

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Esto es, ni más ni menos, que le dieron vuelta la elección al peronismo, como pasó en su escuela. Su interpretación: «Hay una ancha avenida del medio que ve linealmente que el peronismo ganó y subió el dólar, aumentaron los precios y que el país se va a incendiar. Por eso, salió a votar». De todas formas, la participación fue baja, algo que tendía a perjudicarlos: «Te digo algo, porque hoy lo vi: para mí los que no fueron a votar son los del peronismo. No te olvides que ellos siguen su interna». El fiscal se mete a los festejos. Algo de ese antikirchnerismo y antiperonismo reloaded es lo que incita a estas cientos de personas a entonar con voz ronca: «Che Peluca, peronismo y kirchnerismo no queremos nunca más».

Por la avenida Córdoba pasan colectivos, autos y taxis que tocan bocina y sacan sus cuerpos por las ventanas que estimulan esa excitación. Por allí celebra Carlos, 45 años, vendedor de banderas con el logo del león, discapacitado y medicado, que lamenta la gente que tiene que salir a pedir por la emergencia: “Cuando se hagan auditorías y todo esté bien, la plata va a estar”. Vino de Berazategui, sur conurbano, donde votó la lista que seguía teniendo como cabeza a José Luis Espert, acusado de recibir dinero narco: “Mirá, si a mí me compran una bandera, yo no sé de dónde viene la plata. Si hizo algo, que pague”.

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El efecto Espert no se siente para nada. Las respuestas son pragmáticas: si robó, que lo metan preso. Luis, + 40, vino de Quilmes, también del sur, es herrero y dice que le está yendo bien: “Fui, voté esa lista, pero le creo a Milei, porque quiero un cambio, un futuro para mis nenes. Vamos a ver qué pasa. Pero mi apuesta es el cambio”.

Kevin, 24 años, es barbero, vecino de Recoleta: “Espert es un tipazo, pero si sos delincuente, adentro. Tiene que hacerse cargo, aunque todavía hay mucho que investigar”. Miranda, de 22, trabaja en una tercerizada, y vino con él: “Sí, él dijo cárcel o bala, entonces que se haga cargo: la ley es para todos igual, para mí, para él, para Karina o para Milei”.

Así es la doctrina liberal libertaria, explica Kevin, que dice que está en los mejores años de su vida: “No somos Suiza, somos un país pobre, estamos nadando en la profundidad pero de a poco estamos sacando cabeza. Hay que ponerle garra”. Para Miranda, la elección es fundamental para que “Milei siga con las reformas” y que el Congreso no se las trabe, “como los vetos”, aclara.

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Algunos de ellos fueron por la emergencia en discapacidad, el financiamiento universitario y aumento de las jubilaciones. “¿Pero de dónde va a salir la plata?”, repregunta, en uno de los clásicos argumentos de Milei, al punto de posponer la reglamentación de las leyes.

¿Pero no se contradice con las retenciones cero a los agroexportadores? Miranda no titubea: “Es una apuesta para que entren dólares al país”.

Luis, en sus sesenta, es jubilado y tiene una “artritis brava”, por lo que camina con dos muletas sujetas a sus antebrazos. Lleva una remera de Milei de las elecciones 2021, cuando entró al Congreso por primera vez. Plantea una lógica microeconómica, bien de hogar, que se repite con eficacia en otros entrevistados: “Sé que el mejor ministro de economía soy yo. Si gano 100 y gasto 120, el problema soy yo. Todo arranca desde el hogar. No digo que Milei es papá y nosotros los hijos, pero está ordenando la casa. Hay que tener conciencia. El gobierno anterior jubiló gente a mansalva y mis familiares peronistas me dicen que me van a sacar la pensión, pero acá estoy. Es inútil entender la desgracia de los que apoyan al gobierno anterior, pero bueno: tenemos cuatro generaciones criadas en la vagancia. Movilizaban gente por migajas. Así la acostumbraron”. Sobre Espert, no duda: “¿Y quién lo acusa? ¿El setentista extremista de Taiana? ¿Por qué llegó la dictadura? Y vamos, no fueron 30 mil: el peronismo mató más gente con la pandemia que el militarismo”.

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Beatriz, en sus veintis, es cordobesa pero vive a la vuelta del Hotel hace un año. No votó, porque todavía no hizo el cambio de domicilio, y trabaja en el rubro textil. “Está bravo. La venta, todo. Muchos esperando a ver qué pasa hoy. Algunas competencias nuestras nos dijeron que tenían un botón para pausar páginas y ver qué iba a pasar con las elecciones. Por el dólar, viste”. Pero ella, que no votó, igual banca: “Es más que nada un cambio”, repite.

Tema jubilaciones, economía, discapacidad: “Milei está hace dos años. ¿De quién es la culpa? ¿Del anterior, del nuevo, o del próximo? Yo perdí el año en mi universidad, hace dos años, porque no paraban de hacer paros. Y no fue por hoy”. Cuenta que tenía un abuelo radical y otro peronista, que hasta el último momento cantó la marcha: “Me contó que era policía en el Cordobazo, pero que ese día dejó el servicio porque no iba a reprimir al pueblo”. Le pregunto si sabe que ese 29 de mayo de 1969 estudiantes y obreros salieron a las calles en contra de una política económica de características similares a la de hoy. “Es verdad”, dice Beatriz y sonríe, aunque revolea los ojos. “Pero así es Argentina: cíclica”.

La euforia sigue.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

De todo lo que esta calle de esta Argentina cíclica vuelve a mostrar, como ya lo hizo en este mismo lugar durante el balotaje de 2023 con personas de barrio que no eran sólo aquellos vestidos de Jason y Jokers dispuestos para la foto satírica o la burla progre, los principales flashes apuntan a una nena, toda vestida de violeta, en brazos de su madre. La chiquita, con un brazo, la abraza, y con el otro agita una motosierra –también violeta– hecha con telgopor y con algunas firmas escritas con fibrón negro. “Son de Milei”, dice Sol, su mamá, comerciante del barrio porteño de Villa Crespo. Su hija, llamada Isa, y de tan sólo 7 años, la agita, feliz, y solo canta, como estas ¿doscientas?, ¿trescientas?, personas, dos palabras:

–Cristina tobillera.

Una reportera de RTVE de España la mira, por largo rato, como queriendo entender ese entusiasmo, esa sonrisa, ese fervor. Le pregunta a Sol, de 40 años, qué siente.

Ella pronuncia, entre el medio del ruido, la palabra esperanza.

La reportera la mira, con esos ojos ajenos, tan de otro país, como quizá millones estén mirando ahora estos resultados, esta noche, este fervor, que no se mide en algoritmos ni tampoco en marchas, pero que está ahí, tan a la vista, tan al lado, una vez más.

Los puntos y el knock out

Los puntos que se descontaba Fuerza Patria le sacaría a LLA en la provincia de Buenos Aires fueron bajando con el correr de las horas: de 10 a 5 puntos de diferencia, de 5 a empate. Había un cóctel programado que rápidamente pasó a estar en duda, lo que hizo que la prensa se abalanzara sobre los últimos sánguches de fiambre, con una voracidad que mataba la espera y el nerviosismo en un Hotel Gran Brizo de La Plata, dominado por el silencio y las caras largas.

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Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org

Mientras tanto, llegaba por whatsapp el conteo de mesas de otras provincias con mejores números para LLA y se instalaba la idea de una elección nacional pareja. Tampoco fue así. A las 20 ya se hablaba de derrota. Y a las 21, con los primeros resultados, la sorpresa fue que se perdía incluso en la provincia de Buenos Aires. Fue knock out.

Indicios: más temprano el “cuervo” Larroque, Carli Bianco y Gabriel Katopodis habían llegado juntos al hotel-búnker y evitaron hablar con la prensa. El hermetismo duró hasta que el gobernador Axel Kicillof dio su discurso a las 22.30, después del de Milei. Los que dieron la cara ante los cronistas no fueron los candidatos bonaerenses sino algunos sindicalistas, que ocuparon un palco al costado del escenario principal.

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Hugo Yasky fue el primero en contestar a la prensa tras los resultados: “Se ratifica un escenario de polarización a nivel nacional; quedan de pie dos grandes fuerzas. Evidentemente, la operación rescate del gobierno de Estados Unidos a Milei tuvo efecto”.

-¿Las listas estuvieron bien armadas?
-Si gana un candidato que tuvieron que bajar porque está sospechado de ser narco, fijate que la cosa no pasa por ahí.

-¿Hay autocrítica?
-La vamos a hacer con la seriedad y el tiempo que se merece.

-¿Le da la razón a Cristina el resultado?
-No, no se trata de eso. Este resultado demuestra que La Libertad Avanza terminó de incorporar al PRO y a gran parte de los votantes del radicalismo.

-¿Cuál es la propuesta para lo que viene?
-Necesitamos fortalecer la unidad y pensar una propuesta hacia la gente- finaliza Yasky.

Que esos sigan siendo temas pendientes tal vez explica parte de lo ocurrido este domingo.

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La gente

Tomasa, arquitecta, es una de las tantas anonadadas con el resultado:
-No me lo imaginaba, pero bueno, es parte de la presión que sembró Estados Unidos, ese temor de que si Milei no ganaba… Yo creo que la gente votó con ese miedo, con esa hipótesis.

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Tomasa, sus banderas y reflexiones sobre la gente, Taiana, Kicillof y Cristina.

Agita dos banderas argentinas, una en cada mano.
-Al peronismo esto le tiene que dar fuerzas.

-¿Y el antiperonismo?
-Una elección más, una menos, no importa: el tema es que esto implica la entrega de soberanía, del agua, de los ríos, del petróleo.

-¿Y por qué la gente no vota por eso?
-No lo quieren ver.

-¿Quién te gusta?
-Taiana: no le pudieron hacer una campaña en contra.

-¿El gobernador?
-Me consta que se está haciendo cargo de lo que abandona el Estado nacional, como el Astillero Río Santiago.

-¿Y Cristina?
-Me está demostrando que tenía razón en muchas cosas.

-¿Qué falta?
-Intuición. Y amor. Lo contrario del amor es el miedo.

“No puede ser”, repite a su lado Andrea, que cree que en los números finales “hay algo raro”. Primero habla del sistema de votación –por primera vez en formato de boleta única–pero  luego reflexiona sobre la mezcla entre estrategias electorales y errores propios.

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Andrea, su sobrina (con bolsos listos para irse a Europa a buscar trabajo y horizonte) y Soledad.

Comenta que algunas colegas enfermeras suyas votaron a Milei por una razón: “Quieren un cambio”. A su lado, su sobrina psicóloga ya tiene listos los bolsos para irse a vivir a Europa. Explica: “Los efectos de esto van a durar muchos años”. Menciona otra calidad de vida, la posibilidad de ejercer, más oportunidades.

Acá la van a estar esperando…
-Vamos a seguir laburando para que esto se termine– dice Andrea.

Pero Soledad, su amiga, acota:
-Si llegamos.

Habla, literalmente, de la muerte.

-Hicimos algunas cosas mal, es cierto. Pero estos… Spagnuolo, lo de Espert… no entiendo.

Vienen de ver a Cristina en el balcón de la calle San José, y ahora están bajo una llovizna esperando a Kicillof. Las sigue moviendo el amor, frente a lo que consideran odio ajeno:
-Es una lástima, porque la pagamos todos. Se llevan todo. Y este desastre va a durar años.

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Otro de los que está pegado a la valla es Martín, a la espera de que salgan los dirigentes “para reconocer que se perdió”. Para él también “hay algo raro: no me cierran los números”. No lo puede creer.

Es jubilado, exferroviario. Cuenta que se le acercan personas a pedirle comida en un pequeño local con el que complementa sus 600 mil pesos de jubilación (tras 40 años de aportes).
-Me da pudor, me da vergüenza que la gente pida para comer. Lo que está pasando no tiene precedentes.

Habla del mismo ministro de Economía que endeudó al país con Macri primero, y ahora, en nombre de las finanzas. Y vuelve a sacudir la cabeza en señal de incredulidad:
-Si vos me decís: ganó porque hizo obras… ¿qué obra hizo? Los jubilados, los discapacitados estamos por el piso.

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Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org

-¿Cómo se explica?
-No tiene explicación, no me va a entrar en la cabeza. La miseria que hay en la calle, no hay trabajo. Endeudaron al país y metieron a Cristina presa. ¿Y ellos? Son estafadores, son evasores, y no dan explicaciones. ¿A quién beneficiaron? Solamente los peronistas van presos.

Sobre ese tema cuenta: “Soy peronista por mi papá. Me crié en los 70, en una casa donde escondían la foto de Perón y Evita porque te perseguían”. Ahora se expresa libremente acá, pero también se siente en una encerrona: “Hay algo muy oscuro, muy turbio. Estos tipos no me merecen ningún respeto, porque no respetan al pueblo”.

-¿La gente se va a dar cuenta de eso?
-No. Porque la justicia que tenemos en Argentina es in-justicia. Hay que empezar de nuevo muchas cosas. No es solo esperar las próximas elecciones.

Otro de los que aceptó hablar con lavaca fue Héctor Daer, secretario general de la CGT.

-Le escuché decir que en una elección se gana o se pierde por un voto, pero que no hay que andar con caras largas. Ahora bien, ¿cómo pensar la composición del Congreso?

-Los números siempre van a depender de un sector que pendule, el mismo que hoy votó “por afuera” o “por el medio”, entre comillas. Es ese sector que dice “no estoy de acuerdo con esto ni con lo otro”, pero después termina votando todo. Esos sectores van a tener que refrendar en el Congreso los discursos que tuvieron durante la campaña. Fijate que desde el último trimestre del año pasado el oficialismo tuvo fracaso tras fracaso en el Congreso. Y con algo inédito: se ven obligados a promulgar una ley porque el Congreso les rechazó el veto, pero dicen “hasta que no me digan cómo se financia, no la aplico”. Eso no se vio nunca en la Argentina. Son cosas que la democracia tiene que resolver. Que en plena campaña el propio Presidente diga que lo único que aspira es a tener un tercio para sostener sus vetos habla de la poca creatividad y de la escasa consideración por el Poder Legislativo. Muchas de las cosas que estamos viendo son insólitas.

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org

-Después de septiembre, ¿cómo se explica este resultado? ¿También es la gente eligiendo esas cosas insólitas?

-No hay que enojarse con el votante. Tal vez nos equivocamos en el debate. Desde el movimiento obrero, en 2023 fuimos claros sobre lo que se venía, pero parece que no alcanzó. Ahora veremos los resultados y analizaremos en qué nos equivocamos.

-¿En qué sentido hubo errores?

-El peronismo tiene representación sobre sectores muy heterogéneos. A veces concentramos el discurso en los derechos laborales, las conquistas, pero eso representa solo una parte de la población. Hay otro sector que no goza de esos derechos, y en esa heterogeneidad quizás no logramos universalizar el mensaje, hablarle a más gente. No es fácil, porque hay que unificar el discurso, definir qué hacer. Y parece que eso no se hizo.

-¿Cómo se puede corregir de acá en adelante?

-Hay que laburar para lograrlo. Si no fuéramos optimistas, estaríamos todos en casa tomando el último mate y yéndonos a dormir. Pero somos optimistas, y por eso seguimos acompañando.

¿El armado electoral o la estrategia pudieron haber sido mejores?

-Cuando se firman las listas, todos son los mejores y las mejores, ¿no? Pero bueno, después la realidad te acomoda.

-¿Cómo estará la calle de acá a diciembre?

-La calle va a tener un termómetro que tiene que ver con las cuestiones sociales, más que nada. La legitimidad electoral no te da legitimidad absoluta para hacer lo que se te ocurra. Esto es día a día.

-¿Hay un paro en el horizonte?

-Por ahora no. Ya vimos en el último paro que hubo un sector grande que no pudo movilizarse porque cobra por día trabajado. Entonces las dificultades para vaciar todo con medida fuerza no son las mismas que antes.

-¿Y si el oficialismo avanza con una reforma laboral?

-Ahí sí. Ahí vas a tener a todos los trabajadores encolumnados. Olvidate.

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La jornada terminó a las 23 horas, después de que hablara Axel Kicillof, único orador, ladeado por la vicegobernadora Verónica Magario. Hizo una lectura de las elecciones bonaerenses (“muy ajustada”), le habló al gobierno y dijo que hay que redoblar el esfuerzo para construir una alternativa: “Ni miedo ni resignación. Más esfuerzo, más militancia y más trabajo. Vamos a usar todos los recursos para seguir funcionando como escudo y como red. Pero además de ayudar y proteger, es nuestra obligación construir una alternativa que le muestre a nuestro pueblo que hay otro camino”.

En el escenario lo acompañaron Máximo Kirchner, Sergio Massa y Juan Grabois, entre otros. Finalizaron cantando tibiamente la marcha peronista.

Mirando a la izquierda

Es más importante transformar que interpretar, proclama el principio básico del marxismo, pero lo que este domingo impregna el primer piso del club vasco donde se reúne la dirigencia y militancia del Frente de Izquierda es el aroma de la prudencia, a pesar de tener algo para festejar: una diputada por Capital (Myriam Bregman) y dos por provincia de Buenos Aires (Nicolás Del Caño y Romina Del Pla). La cosecha porteña fue importante: en mayo fue de 3,6% y hoy, el 9%, mérito sin duda de La Rusa, como apodan a Bregman.

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Fotos: lavaca.org

La cautela la siembra el contexto: no es el Congreso de la Nación el escenario de ninguna transformación. “Es la calle”, dirá Del Pla, sin dudar y aferrándose a la memoria reciente “Lo mismo sucedió con Macri, que ganó las elecciones de medio tiempo y envalentonado quiso imponer la reforma laboral y jubilatoria y así le fue después”.

Juan Carlos Giordano –quien reemplazará a Del Caño en la rotación de su banca como diputado nacional– suma otras cuentas: “La gente que no fue a votar representa casi diez millones”. En su mirada esa cantidad hay que facturarla también a la oposición al gobierno, junto con el casi 60% que eligió otras fuerzas. ¿Será así? Para Cele Fierro no hay duda: “Solo hay que mirar un poco lo que sucede en el resto del mundo donde al mismo tiempo que la ultraderecha llega a controlar los aparatos de gobierno también hay una multitud que no deja de expresarse en las calles para defender otros valores”. Por ahí, creen, pasará lo que transforma: el voto con los pies.

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