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Liberaron por falta de mérito a 11 de los detenidos por el gobierno: faltan 5

La jueza María Servini ordenó la liberación por falta de mérito de 11 de las 16 personas que permanecían detenidas desde el miércoles pasado, durante las protestas contra la Ley Bases. Tras la intensa acción de las familias y el acto realizado ayer en Plaza de Mayo, recobraron su libertad Juan Spinetto, Camila Juárez, Nicolás Mayorga, Sasha Lyardet, Héctor Mallea, Cristian Ferreira, Juan Pablo Colombo, María de la Paz Cerruti, Ramona Tolaba, Lucía Puglia y Gabriel Famulari.
Quedaron procesados con prisión preventiva David Sica, Patricia Calarco Arredondo, Cristian Valiente, Facundo Gómez y Roberto de la Cruz Gómez.
Los familiares de quienes fueron liberados confirmaron que mantendrán la actividad prevista para mañana, entregando firmas a las 12 en Comodoro Py reclamando por las cinco personas que quedan detenidas.
Durante la tarde los familiares realizaron un emotivo abrazo en Plaza de Mayo para exigir las liberaciones y los sobreseimientos en todas las causas. Lo organizaron en tan solo 24 horas, acompañadas de partidos políticos, organismos de derechos humanos, y organizaciones sociales y gremiales, mostrándose como un sujeto no partidista pero político, sensible y firme para frenar la criminalización de la protesta social. “Éramos un montón de desconocidos y ahora somos una familia grande” leyeron en una carta pública. “Tejimos una red y gracias a ella nos animamos mutuamente. Nos tomamos de las manos y sabemos que estamos a la espera de un abrazo que pronto va a llegar”.

Familiares de los detenidos durante la represión por la Ley Bases, este martes en Plaza de Mayo. Más tarde, la jueza María Servini excarceló a 11 de los 16 presos, elevando a 28 (de 33) las liberaciones por «falta de mérito». Quedan todavía 5 personas detenidas.
Todavía no se conocía la noticia de la liberación de 11 de los 16 detenidos acusados de toda clase de delitos ostensiblemente falsos por el gobierno nacional, cosa que la jueza María Servini desechó por “falta de mérito”: falta total de pruebas.
Plaza de Mayo, 16.30. Silvia, la mamá de Camila Juárez, se para en el camión que oficia como escenario y mira de frente a la Plaza de Mayo y la Casa Rosada, en una concentración que ella y las familias de las personas detenidas durante la Ley Gases convocaron en 24 horas. Hay banderas de partidos políticos, de organismos de derechos humanos, de gremios, de jubilados, de sectores de la cultura, de movimientos sociales, pero pide que las bajen para poder hablarles de frente.

La policía y la política del amedrentamiento.
Silvia es clara y precisa. Agradece a quienes apoyaron desde el minuto cero, a quienes hicieron vigilia en Comodoro Py (el edificio enorme y gris donde la jueza María Servini estaba preparando las 11 excarcelaciones que se conocieron luego) y a la unidad que estas familias han conseguido: “No es una cuestión política partidaria: es una cuestión política –dice Silvia– Hoy me tocó a mi hija, a Sasha (Lyardet), a otros compañeros, pero le puede tocar a cualquiera. Hay chicos que salían del subte y por colaborar con jubilados gaseados terminaron presos. Es momento de tomar conciencia, dejar las diferencias de lado y demostrar que estamos todos juntos”.
La aplauden, la abrazan.
Las familias se aplauden, se abrazan.

Desde el miércoles 12 de junio han conformado este sujeto político que, con el abrazo y el acompañamiento mutuo, se muestra sensible y firme, pidiendo no por una, por dos, sino por todas las liberaciones y sobreseimientos. El viernes la jueza Servini había firmado 17 excarcelaciones a las que se sumarían las 16 de este martes.
Presa por defender jubilados
Ailén es la mejor amiga de Lucía Puglia, 26 años, estudiante de Letras de la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR), bibliotecaria, “una persona muy curiosa y empática”, describe a lavaca. El miércoles vio que golpeaban a jubilados y quiso manifestarse: “La detienen en Santiago del Estero y Avenida de Mayo. Estaba caminando y, cuando la policía arranca a reprimir con las motos, se pone atrás de un auto con Ramona Tolaba (la empleada doméstica de Ciudadela). Las detienen a las dos. Hay videos. Es muy violento porque hay tres policías que la tiran al piso. Lucía me contó que le pegaron una trompada en la cara y la detuvieron con siete precintos. No tiene antecedentes”.

Ari es amigo de Héctor Mallea, 36 años. Ambos son empleados de la construcción. El miércoles de la protesta fueron a trabajar temprano para poder ir, desde Moreno, al Congreso: “Cuando la policía empieza a disparar gases y balas de goma, nos perdimos. Lo estuve buscando hasta las 12 de la noche, cuando supe que estaba detenido. Estuvo dos días esposado. ¿Sabés por qué es esto? Para que todos los que un futuro quieran manifestarse no salgan. Están siendo utilizados”.

Asociación de ideas: Ley Bases, Ley Banelco. Las certezas sobre cómo se negoció a espaldas de la sociedad una ley que pone en juego el futuro.
La Constitución y el derecho
Ese es el mensaje que repiten las familias: “Quieren amedrentar, pero no lo van a conseguir”, dice Ailén. Por eso el lunes habían llenado la calle Piedras al 700 en la conferencia en el Servicio Paz y Justicia (Serpaj), donde convocaron a esta Plaza con ellos y ellas al frente, sus voces y reclamos. Acompañan también sobrevivientes de centros clandestinos de detención de la dictadura, hermanas y hermanos de desaparecidos, y a la altura de la Pirámide llega la camioneta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Carlos “Sueco” Lordkipanidse, sobreviviente de la ESMA, recuerda a Norita Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora. La plaza truena con un “Presente”. También avisa que las familias leerán un comunicado.

La hija y la hermana de Ramona Tolaba.
Empieza Grisel, hermana de Sasha: “Libertad a los y las detenidos de la Ley Bases y cese de persecuciones. Los y las abajo firmantes reclamamos la inmediata e irrestricta libertad de todos y todas las detenidos en ocasión de la masiva movilización del pasado miércoles 12 de junio contra las sanción de la denominada Ley Bases, ejerciendo su derecho democrático y constitucional a la protesta”.
Las imputaciones absurdas
Sigue Eva, hermana de María de la Paz Cerruti: “La mayoría de las detenciones se produjo a más de 10 cuadras de la Plaza Congreso en un momento en que las personas estaban desconcentrando, luego de recibir una andanada de gases lacrimógenos y balas de goma por parte de las fuerzas federales y el gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Las personas privadas de su libertad han recibido durante su detención malos tratos”.
Sigue Ailén, amiga de Lucía Puglia: “Asimismo repudiamos firmemente y exigimos el cese de criminalización de las organizaciones políticas, sociales y sindicales que, por haber participado de dicha movilización, para el Poder Ejecutivo se convierten en terroristas que actuaron en un intento de golpe de Estado, imputaciones totalmente absurdas e infundadas”.

Sigue Silvia, mamá de Camila Juárez: “Durante el desarrollo de la manifestación del 12 de junio las fuerzas de seguridad no solo reprimieron a columnas de manifestantes que estaban ejerciendo su derecho constitucional a la protesta sino también a diputadas y diputados nacionales, algunos de los cuales fueron heridos por el acciones de las fuerzas estatales”.
Cierra Margarita, mamá de Nicolás Mayorga: “Reclamamos el inmediato cese de esta campaña persecutoria contra quienes se oponen a la política del gobierno de Milei y el respeto irrestricto de los derechos y garantías vigentes”.
Nuevamente, las aplauden, se aplauden y se abrazan. Están muy conmovidas. Lloran. Se agarran de la mano, se contienen, se dan fuerza mutuamente. Desde el escenario, Lordkipanidse lee un largo listado de adhesiones y firmas de apoyo.

La carta
Luego, las familias anuncian que leerán una carta. lavaca comparte a continuación ese texto completo:
“Carta a los detenidos:
Para Daniel Sica, Patricia Calardo, Juan Ignacio Spinetto, Camila Juárez, Nicolás Mayorga, Sasha Lyardet, Hector Mallea, Cristian Darío Ferreira, Juan Pablo Colombo, María de la Paz Cerrutti, Ramona Tolaba, Lucía Belén Puglia, Cristian Valiente, Facundo Gómez, Gabriel Famulari y Roberto María de la Cruz.
Te extraño. Extraño tu risa y tu mate largo. Te extraño sentada. Te extraño sentada mirando la tele y pensando en nada. Te extraño hablando del trabajo, hablando de la facu, hablando de cómo estuvo el día. Extraño lo que me cocinabas y las canciones que cantabas. Extraño tu energía llenando la casa. Te extraño y mis pensamientos están con vos. Te amo.
Nuestra vida se detuvo y la tuya también. Pero espero ansiosamente el momento en que toda esta angustia se transforme en anécdota; en otra de esas experiencias amargas que a veces tiene la vida. Las noches son largas y la espera es eterna, pero estamos acá esperando. Descubrimos que podemos contarnos con la promesa y con la ilusión de abrazarte otra vez.
Por acá te quiero decir que estamos fuertes, que éramos un montón de desconocidos y ahora somos una familia grande. También queremos expresarte que tenemos muchas más cosas que nos unen de las que podíamos imaginar. Tejimos una red y gracias a ella nos animamos mutuamente. Nos tomamos de las manos y sabemos que estamos a la espera de un abrazo que pronto va a llegar.
Tengo tantas ganas de contarte todo lo nuevo que aprendí. Palabras difíciles, palabras que desconocía, pero también pude resignificar otras que ya conocía y no sabía que iban a hacer mi sustento en estos momentos. Palabras como fortalezas y solemnidad. Quiero que sepas que estoy guardando cada mensaje o audio de amor que llega, y cada palabra de aliento para intentar componer todo lo roto que nos están dejando.
Pero te repito. Estamos fuertes. No pensé que éramos tan fuertes pero lo somos. Tal vez en estos momentos nos separen físicamente distancias, muros y barrotes pero tenés que saber que pese a la ausencia hay algo más que nos mantiene plenamente unidos y eso es el amor.
Te amo. Y siempre estoy y voy a estar con vos. Libertad a todos los detenidos”.
La plaza está conmovida. Leen, de nuevo, el nombre de todos y todas.
A cada nombre, la Plaza le devuelve: “Libertad”.
Grisel agradece otra vez: “Ahora, cuando nos vayamos, quiero que nos vayamos todos juntos con fuerzas. No vamos a parar. Somos un montón. Sigamos unidos, presionando. Esto no puede volver a pasar nunca más. Nunca más es Nunca más”. Y cantan un estribillo que sonó toda la tarde: “Milei, fascista, vos sos el terrorista”. Un rato después una parte de reclamo se hizo realidad con la liberación de 11 de los detenidos. Quedan 5. Nunca Más.

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Marcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

Un miércoles con marchas separadas, y gente buscando recuperar la iniciativa, la creatividad y la fuerza de reunirse. Imágenes sobre Boca, el peronismo, las traiciones, la CGT, el Garrahan con aumentos, y algunas ideas para salir del corralito.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos: Juan Valeiro
“Miércoles de jubilados”, anuncia un grafiti pintado de rojo en medio de la plaza de los dos Congresos. La proclama denota una costumbre. Lo habitual. Algo que se hizo norma y, como tal, tiene su costado positivo y otro que no tanto.
Este “miércoles de jubilados” tiene algo particular, distinto al resto, que rompe la costumbre, lo habitual, lo normal: esta vez, un grupo convoca a las 14, otro a las 15 (como venía sucediendo) y otro a las 17. En conjunto (y separados) forman una síntesis de lo que es hoy la fragmentación de las luchas en Argentina.

La calle y lo colectivo.
La organización de Jubilados Insurgentes es la que llega primero. Pasadas las 14, ya andan haciendo semaforazos y marchando alrededor de la plaza. Las canciones, esta vez, sobre todo apuntan a la CGT (Confederación General del Trabajo), que en esta misma jornada eligió su nueva conducción hasta 2029, que seguirá en forma de triunvirato: Octavio Argüello (Camioneros), Jorge Solá (Seguro) y Cristian Jerónimo (empleados del vidrio). La elección llega en medio de los crecientes rumores por parte del Gobierno nacional de avanzar con una reforma laboral.
Boca River y el recibo
Armando, vecino de Barracas, tiene 75 años y dos esperanzas: “La primera es ganarle a River el domingo”. Boca –su Boca– siempre le genera ilusión, aunque la situación del equipo a veces lo tira para atrás: “Ver a algunos jugadores me la quita”.
Cualquier comparación con la política no es mera coincidencia, se ríe, y por eso cuenta lo otro que lo esperanza: “Venir a marchar todos los miércoles”. Su jubilación ya no le alcanza y pregunta si hace falta mostrar su recibo: “Son 390 mil pesos en la mano”, dice, moviendo la cabeza. “Se hace re imposible. Por eso venimos: aunque nos den un palazo en las elecciones, vamos a seguir luchando”.

Asamblea a megáfono abierto.
Su análisis: “El peronismo no está unido porque hay mucho traidor. Hay una CGT quieta, que hoy se renovó, pero muchos sindicatos no aportaron nada. Recién ahora el Garrahan consiguió algo, pero a los jubilados nos siguen pisando. Encuentro el déficit en la falta de unión del pueblo porque somos pocos los que venimos todos los miércoles. Necesitamos más apoyo. El único apoyo es la prensa”.
Se pregunta por qué no hay más políticos que acompañen: “Si ellos nos representan, ¿por qué no pelean con nosotros? Como dijo Perón, con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes. Por eso perdimos: pelean por un cargo pero cuando hay que salir a pelear de verdad, no los veo”.
Entre Boca y la CGT, Armando mueve la cabeza. Pero mantiene su esperanza.
Asamblea en el corralito
Una vez que los jubilados terminan de dar la primera de las varias vueltas que hoy se caminan, proponen algo no habitual, no normal, distinto, “porque algo diferente tenemos que hacer, así no va más”. Un concepto que representa una buena dosis de sabiduría: “Es bueno reconocer cuando no sabemos bien qué hacer”.

Zulema agarra el megáfono y dirige la batuta. En 3, 2, 1 se arma una asamblea espontánea en la calle con un objetivo: “Que hable quien tenga alguna propuesta concreta para pensar qué hacemos y definir cómo seguimos, coordinados, para que no quede cada uno con su librito”.
Así empieza a pasarse el megáfono de mano en mano, como un ejercicio de democracia participativa en peligro de extinción.
Uno invita a reunirse “todos juntos” en la CTA Autónoma, este próximo viernes y pensar “entre espacios que pensamos distinto un plan de lucha común a encauzar”.
Otra dice que ya no alcanza con esta concentración de los miércoles, que hay que pensar “acciones más allá de esta vuelta a la plaza que nos obliga a hacer este gobierno cada miércoles y entre vallas”. Alguien agrega: “Esto parece un corralito. Cortan todo el tránsito del centro y nos dejan adentro para que marchemos”.
Otro aporte: “Pero no podemos irnos de acá, lugar emblema de nuestra resistencia; quizás hay que buscar otro espacio, pero en las inmediaciones del Congreso”.

Nunca se deja de marchar.
Un jubilado propone ir a Tribunales. Pero ni bien termina de formular la idea, plantea el primer problema: “Aunque claro, ir allá a las 5 de la tarde no tiene sentido, ahí a partir de las 3 no queda nadie”.
La CGT y el aumento al Garrahan
Alguien sugiere aprovechar que la CGT tiene nueva conducción y marchar hacia allá “por lo menos un miércoles”. No termina de formular la iniciativa que llueven los insultos a la Central sindical. “Pongan a quien pongan es lo mismo, porque el problema es la dirección que tienen y ya sabemos que van a pactar por la reforma laboral. Son unos traidores”. Debe aclararse que la definición de “traidores” es la más suave y elegante que se propinó a la central sindical.
Otro se envalentona: “¿Alguien cree que ahora nos van acompañar? No vinieron nunca a luchar con nosotros, son ellos quienes nos empujaron a venir acá por las nuestras, porque les importamos tres carajos. Esta mañana solo cambiaron figuritas”.

Le da pie a un jubilado con el pelo color ceniza que en menos de tres minutos resume la historia del sindicalismo argentino y hace un homenaje: “Hoy se cumplen 50 años de la muerte de Agustín Tosco, uno de los referentes del Cordobazo, que logró evitar lo que buscaba la dictadura: implementar la jornada laboral de 12 horas. Con este gobierno estamos retrocediendo medio siglo”.
Tras el desahogo contra la CGT, el enojo sigue: “Ayer se conoció el aumento a los trabajadores del Garrahan y hoy ellos tendrían que haber mandado alguna delegación solidarizándose con nosotros. Su aumento fue un logro colectivo por tantos espacios que los apoyamos”.
Obelisco y tres ideas
La asamblea vuelve al tenor inicial propositivo. “Otra opción es concentrarnos en el Obelisco”, dice uno, pero otra con más canas y experiencia le recuerda: “Enfrente hay una base de la Policía de la Ciudad. No es el punto más estratégico”.

Acuerdan tres puntos:
1) seguir viniendo al Congreso, pero seguir pensando el cómo y el dónde;
2) hacer otras acciones por fuera del Palacio Legislativo;
3) pensar nuevas estrategias para el próximo miércoles.
Termina la asamblea espontánea y Zulema de Jubilados Insurgentes le dice a lavaca: “Todavía no decidimos nada en concreto, será un proceso de pensar qué es lo mejor. Lo que se viene es muy groso y el gobierno está envalentonado con la última elección, por eso no queremos dejar que se asienten, este tiempo es clave para seguir reclamando por nuestros derechos. Nuestra responsabilidad es no dejar este espacio vacío que venimos llenando hace tanto”.

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Marcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”

La noticia del día: el próximo 18 de noviembre fue citado a indagatoria el policía Pablo Alexis Aldama, sospechoso de haber agredido a la jubilada Beatriz Blanco (foto principal) haciéndola golpear de nuca contra la vereda. Fue algo de lo mucho que dejó este miércoles en el que jubiladas y jubilados marcharon pese a la habitual fumigación de gas pimienta por parte de las fuerzas de seguridad, que vallaron toda la zona de Congreso impidiendo el tránsito. Reflexiones pos electorales, propuestas de exportación, dilemas complejos, carteles lúcidos, cómo combatir el EPOC, y la certeza de seguir en la calle.
Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org
Beatriz Blanco (en la foto de portada) es la jubilada que fue gaseada y empujada por la Policía Federal el 12 de marzo pasado –el mismo día que el fotógrafo Pablo Grillo fue atacado por una granada de gas lacrimógeno, y Jonathan Navarro por un disparo que le hizo perder la vista de un ojo–.
La imagen de Beatriz golpeándose la nuca contra el suelo dio la vuelta al mundo por lo violento: le causó un traumatismo encéfalo craneano, una herida cortante y problemas oculares permanentes.

Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org
Pero está viva para contarla. Beatriz tiene 82 años y un empuje que no merma ni con un golpe ni con una elección adversa. Este miércoles –como siempre– vuelve a caminar con su bastón cobrizo entre manifestantes y fuerzas de seguridad –federales, gendarmes y policía porteña–.
Sobre el domingo: “La gente ya no cree en soluciones porque ya no cree en nada, hace mucho que no se le da nada. Y además tiene miedo, y eso se nota en que cada vez hay menos gente involucrada, con temor a la represión, a quedarse sin laburo, y ahora encima a que le suban las horas de trabajo. Se van corriendo los límites, así estamos”.
Pero hay un lado positivo del “así estamos” de Beatriz. Este martes 28 de octubre el Juzgado Criminal y Correccional Federal 1 llamó a declarar al presunto policía que la agredió: “Existiendo en autos motivo bastante para sospechar que Pablo Alexis Aldama ha participado en la comisión de un delito de acción pública, cíteselo a los efectos de recibirle declaración indagatoria, fijando audiencia para el día martes 18 de noviembre de 2025”.
Dice Beatriz: “Lo quiero ver, le quiero hablar y decirle gracias. Gracias por pegarme, gracias por romperme la cabeza y el ojo; y gracias por romperme la cadera”. Lo dice con su voz suave y tranquila de siempre, y enfila con su bastón hacia la marcha.
“Será largo lo que viene”
Detrás de Beatriz la Policía Federal va cercando a la gente que reclama en la vereda sobre la plaza de los Dos Congresos a la altura de Rivadavia y Callao, y la intima a pasar del otro lado de la valla.

La frontera en Congreso. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org
Un hombre –con un gorro en el que se lee “jubilado testarudo”–, se acerca a Beatriz y suspira: “Será largo esto, muy largo”. No habla de hoy sino de lo que vendrá. Habla de la época. Mientras, los federales se acercan un poco más. La mayoría sin identificación. Se arrima otro jubilado y se arma una especie de asamblea que reflexiona sobre los comicios recientes: “Nos va a costar un pulmón o dos todo lo que viene, todas las reformas que el gobierno intentará hacer”. Otra voz plantea entre el sonido de redoblantes y trompetas: “La mayoría del pueblo eligió seguir estando mal por miedo a que se descontrole todo esta semana”.
La Policía Federal termina de acorralar a los pocos manifestantes –y a los muchos fotógrafos– que aún quedan del lado del Congreso hasta terminar de cerrar la hilera de vallas. A la tensión le sigue una serie de gaseadas que deja a 11 personas heridas, según la Comisión Provincial por la Memoria.
Otra jubilada, señalando a la policía: “A esta gente la compadezco: sus dirigentes haciéndose los guapos en canales de stream y ellos acá poniendo el cuerpo”.

Geopolítica. Foto: lavaca.org
La pierna de Fernando
Fernando Quintero caminaba por la vereda y fue atropellado hace 9 años por un colectivo que había perdido el rumbo. Le amputaron la pierna derecha.
“Pero hace cuatro meses me sacaron la pensión” cuenta a lavaca, y al contarlo se le inundan los ojos celestes. Fue una segunda amputación.
¿Cuánto era la pensión? “263.000 pesos”.
¿Y cómo sigue la cuestión? “Me dieron un turno para que un médico certifique que no tengo una pierna. El turno es para abril”. Todo ocurre en órbita de la ANDIS, agencia de discapacidad de notoriedad pública. Gracias a la aplicación de este tipo de motosierra, el gobierno sostiene que logra equilibrio fiscal.
Tal vez esta foto sirva para que alguien certifique antes de abril que a Fernando Quintero le falta la pierna derecha. Y que le devuelvan la pensión.

Fernando Quintero. Le amputaron una pierna, y la motosierra oficial también le mutiló la pensión de 260.000 pesos. Lo citaron en abril, para certificar que le falta la pierna derecha. Así se logra el equilibrio fiscal. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org
“Llenar las calles de pasos”
Mientras tanto, dos drones de las fuerzas de seguridad sobrevuelan la escena. Filman desde arriba lo que expresa otro jubilado en un cartel: “Derrotados son los que dejan de luchar”.
También graban a Carlos, 73 años , con un cartón en las manos pensando en lo que pasó en las elecciones, pero sobre todo mirando a futuro: “Acá no se rinde nadie”. Lo justifica cuando habla: “Por un resultado electoral en contra no se desarma el reclamo. Al contrario. Hasta que no haya una mejora en los remedios y en las jubilaciones esto va a seguir y se va a incrementar porque seguirán mandándose cagadas. Yo confío en que el pueblo va a reaccionar”.

Jubilado gaseado. Hubo un total de 11 heridos. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org
Alicia, de Jubilados Insurgentes, resume cómo estamos: “En las ciudades inundadas, como Bahía Blanca, Milei no les dio un peso y ganó igual. Es difícil de comprender. Somos masoquistas”.
Y comparte su alternativa: “Hay solo una salida: llenar la calle de pasos”.
Motosierra, medios y comercio exterior
Eduardo tiene 79 años, cumple 80 el 30 de marzo. Leva un gorro piluso y un cartel que es una propuesta de comercio exterior: “La solución argentina: exportar libertarios a los Estados Unidos ¡hasta agotar el stock!”

Eduardo. A los 9 años lo mandaron del colegio a su casa porque se producía el bombardeo de las FF.AA a Plaza de Mayo. «Así que estamos acostumbrados, siempre peleando».Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org
Es un hombre de sonrisa fácil: “Los medios de comunicación hacen un aporte importante a la confusión, a que la agente no razone. Te dicen que es mejor esto que lo otro, pero no está muy claro qué es lo que está bien o lo que está mal. Te hablan del peronismo, y yo pregunto: ¿se entiende qué es el peronismo? Entonces es difícil. Por eso lo que me parece importante es seguir acá, sin resignarse, tratando de lograr lo mejor”.
Cree que es una época complicada. “Pero mirá: cuando yo tenía 9 años iba al colegio que está frente a Plaza Lavalle, al lado del Colón. Y un día nos mandaron a todos para casa. Habían empezado el bombardeo a Plaza de Mayo de 1955. Duró cuatro horas. Mataron como a 300 personas o más que iban por la calle tranquilamente. Uno no se puede olvidar nunca de algo así. De cómo mataron. Pero se peleó, se peleó después cuando fue la proscripción, cuando estuvieron los militares, cuando estuvo Menem, después en el 2001”.
Fernando trabajó en mil oficios. Fue empelado en casas de cambio, vendedor en comercios, y tuvo un oficio por el que merecería un lugar en el gabinete nacional: vendía y reparaba motosierras en el Once. “Pero eso me enfermaba, por el humo de los motores”. Tuvo otro negocio de venta de repuestos de autos. “Pero me fundí en la época de Menem, con todo lo importado”.
Pone una mano en el hombro del cronista: “Así que estamos acostumbrados. Siempre peleando”.

Cacerola y máscara antigas. Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org
Un camino entre quienes piensan parecido
Rubén y Mario integran el Movimiento Activo de Trabajadores y Jubilados (MATyJ). “Hay una clase media y un sector muy pobre con miedo a perder lo poco que tiene”, piensan. Recuerdan la época de Carlos Menem: “En el 95 le llamamos el ‘voto cuota’, muchos sectores votaron por miedo a que todo explote”.
Keiko, también de Jubilados Insurgentes: “El peronismo no tiene programa. La Libertad Avanza tiene: te vamos a hacer mierda. Es su programa. ¿Y los otros? ‘Freno a Milei’, te dicen. Eso no es un programa. Hasta Menem tuvo una propuesta, con salariazo y revolución productiva, que después fue todo mentira. Y otra cosa: ¿cómo el candidato va a ser Taiana, que tiene mi edad? ¿Por qué no ponen a otro pibe como vos?”. Alguien la escucha y observa: “La derecha sí se renueva”.

Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org
El sacerdote Francisco Olveira, o padre Paco, está frente a la policía. Piensa dos cosas: “Una es que el apoyo de Trump y Estados Unidos influyó mucho porque hasta yo, si no pensara como pienso, votaría a Milei porque la sensación era que se iba todo a la mierda, lo cual no quita que eso ocurra, pero más adelante”.
¿Y lo otro? “Lo otro es que hay muchos hijos de puta, con perdón de las chicas de AMMAR que quiero mucho, que les importa un carajo el 3% de Karina, que promulguen leyes sin financiamiento, lo que le hacen a la gente del Garrahan, a los jubilados, a las personas con discapacidad”. Sintetiza: “Muchos que solo votan a otro hijo de puta”.
El padre vive en el asentamiento Esperanza, en Merlo, oeste del conurbano. “Los sectores más pobres que habían votado a Milei se dieron vuelta, salvo este sector que te marco. Te cuento un ejemplo: la provincia está completando una obra que tenían que hacer las ISU (Integración Socio Urbana) a nivel nacional, y un vecino que es mileísta sacó fotos trucadas diciendo que como habían perdido las elecciones, se estaban llevando las máquinas”.
Paco mastica bronca, pero dice que la salida es seguir estando en la calle. ¿Y hacia dentro? “Me gustaría que Bregman y Grabois se sentaran a charlar. Debería ser un camino, entre quienes pensamos más o menos lo mismo. Pero no sé si pueda darse en nuestra Patria”.

Foto: Juan Valeiro/ lavaca.org
“Si tirás la toalla, perdemos”
Guillermo, 77 años y vecino de Ituzaingó, es jubilado metalúrgico. Estuvo algunos miércoles sin venir porque tiene EPOC y está medicado. Tiene un cartel con dos palabras: “Voto luchar”. Piensa que hay mucha gente que sabe que está mal, pero no quiere estar peor: “Saben que el peronismo no es alternativa porque no luchó en dos años. La CGT, tampoco. Pero la izquierda algo creció: siempre está acá y eso se paga. Conozco muchos peronistas: hay gente enojada con su dirigencia, porque perdieron y se dividieron más: se peleaban por octubre, ahora se van a pelear por las elecciones de 2027, pero no están peleando con la gente acá. Si hubieran hecho algo, ganaban con todo el apoyo”.
-¿Por qué seguís viniendo con tu EPOC y todo este contexto?
-Venir acá te cura, te da pila, es un remedio. Te mantiene ligado con tu realidad. ¿Voy a sentarme en una silla de paja a ver cómo pasan los vecinos por la ventana? ¡Me pego un tiro! Hay que creer en la lucha, creer en las calles. Hay que subir al ring aunque te caguen a sopapos, porque si tirás la toalla, perdemos. Nosotros vamos por el round final.

Imagen en la plaza de Congreso.Foto: lavaca.org
Actualidad
Mapumundi: Lef y una cartografía de la situación mapuche
Lefxaru Nawel es ciudadano argentino de nacionalidad mapuche, werken (vocero) de la comunidad, abogado, profesor universitario, rockero y papá, entre otras cosas. Fue uno de los detenidos en julio por reclamar que se cumplan las leyes. Su mirada sobre el gobierno de las corporaciones, Occidente, el fin del cinismo, los cascarudos, el racismo y el odio, el progreso, el fracking, la pobreza, el agua, Vaca Muerta, la democracia y algunos datos sobre las utopías y el futuro. Por Sergio Ciancaglini.
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