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Mirta Ñancunao, mapuche, desde la zona de El Bolsón: “Hay un clima de miedo y patotas”

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La voz mapuche desde la Lof Las Haytekas, cerca de Mallín Ahogado y El Bolsón. Mirta Ñancunao habló con lavaca sobre los incendios, la intencionalidad, las agresiones, el racismo, los desalojos, las acusaciones fiscales sin pruebas, el clima de miedo. Su descripción: «Se está quemando todo, y el gobierno lo que hace es allanar las casas o te están llevando preso. Eso no es climático”. Reflexiones sobre cómo intentar seguir pese a todo.

Patricia Bullrich volvió de Disneylandia: 11 días después de comenzados los incendios en la zona de El Bolsón, y 40 días después de empezar a expandirse en la zona andina, anunció con el ministro Luis Depetri y ante una superpoblación de cámaras la creación de una “agencia de emergencia”. Los últimos cálculos elevan la superficie incendiada a 37.000 hectáreas.

Mientras tanto, Mirta Ñancunao, de la Lof Las Huaytekas en El Foyel, cerca de Mallín Ahogado y El Bolsón (zonas de las más afectadas), conectó en charla con lavaca los incendios con los desalojos a las comunidades mapuche y planteó que los recientes allanamientos a las comunidades son una “continuidad de lo que nos venía pasando con la persecución de otros allanamientos que se hicieron en la Comarca Andina”.

Mirta Ñancunao, mapuche, desde la zona de El Bolsón: “Hay un clima de miedo y patotas”

Mirta y la «ñaña» Irene, antes de los incendios. Como fondo, la belleza de lo que están quemando la política y los negociados.

“No son razones climáticas” explica sobre los incendios. “Sin duda, esa situación ayuda. Pero no es que cayó un rayo, que se le escapó un fuego a alguien: no. Se está quemando todo, y el gobierno lo que hace es allanar las casas o te están llevando preso. Eso no es climático”.

Mirta repasa el paisaje de estos días: detenciones, liberaciones, las intimidaciones de la patota del megamillonario inglés Joe Lewis. “Las mujeres mapuches que andan con su vestimenta son agredidas en la calle», cuenta sobre el recrudecimiento racista en la zona. «Hay un clima de miedo y de patotas. De ser perseguidos: todo pasa en un mismo lugar. Y vemos a patotas que son temerarias”.

¿Cómo son esas patotas? 

Le pusimos el nombre de la patota guacha de Pogliano (por el intendente de El Bolsón Bruno Pogliano). Esta patota de gente a caballo fue la que agredió a gente que hizo una marcha a Lago Escondido; son los mismos. El que encabeza esto es Hugo Araneda. Es el patovica de Lewis, que lo tiene como grupo de choque ante las organizaciones. A estos no los podemos denunciar, dicen que nos peleamos vecinos con vecinos. Esas patotas incluyen gente conocida que se agrega porque les pagan, porque están cerca del poder.

La verdadera causa

¿Y cómo se relacionan estas intimidaciones con los incendios?

Los allanamientos fueron por el tema de los incendios, pero en realidad buscan desalojar a las comunidades. El miedo que tenemos es que puedan seguir con otras comunidades, porque todas estamos conectadas: nos juntamos para las ceremonias, compartimos información. En el fondo, lo que está haciendo el gobierno es utilizar estos incendios y culparnos a nosotras, las comunidades y pequeños productores, organizaciones sociales, que les molestamos, que necesitan esa tierra para entregársela a los capitales extranjeros. Los incendios, hasta ahora, dan cuenta de que son intencionales.

Y los responsabilizan a ustedes.

Claro. ¿Y por qué nos persiguen a nosotros? Porque nos quieren sacar del territorio y que avance la cuestión inmobiliaria para extranjeros. No es para poner a otro argentino que no tenga dónde vivir; es para dárselo a Lewis, a los qataríes, a los británicos. Están todos unidos y nos tienen rodeados: ellos están en las altas cumbres y nosotros en el bajo. Y cada vez más están avanzando hacia nuestros territorios. Se están quedando con las nacientes del río Chubut; es una pelea grandísima por los recursos hídricos que no tenía gran difusión, pero ahora parece que lo quieren ya. No podemos pensar de otra forma que haya gente que va incendiando, porque aparecen focos por todos lados. ¿Por qué los allanamientos? ¿Por qué persiguen a quienes nos vienen a ayudar? Da la impresión de que no quieren que los incendios terminen, sino que sigan.

Las Bases, los pinos y el agua

Jorge Nawel, de la Confederación Mapuche de Neuquén, relacionó los incendios con la derogación a través de la llamada “Ley Bases” de la ley 27.604 de Manejo del Fuego, que prohibía durante 60 años la venta de terrenos quemados, buscando así proteger los ecosistemas de incendios intencionales y evitar la especulación de los emprendimientos inmobiliarios.

Ante este argumento responde Mirta: “Claro. Ahora, las tierras arrasadas por el fuego ahora se pueden vender. Esa protección sobre las tierras incendiadas ya no está. Está muy claro: se preparó todo para esto. Y es la época. ¿Cuándo van a hacer los incendios? En verano. En abril ya es imposible por el frío, la nieve, la lluvia. Ahora estamos en una situación climática extrema, de sequía, de mucho calor, de vientos, entonces está propicio para que avance el fuego. Donde no ha llegado el fuego, por suerte, estamos alerta de todas maneras: no nos olvidemos que esta zona y gran parte de lo que es zona de cordillera, hicieron grandes plantaciones de pinos, y eso arde y explota y tira fuego para todos lados. Estamos invadidos por pinos, y eso lo hace una zona peligrosa.

¿Ustedes creen que es un plan?

Es un plan que está armado y quieren entregar los territorios. Territorios donde hay recursos y grandes reservorios de agua. Por ejemplo, la gente que tenía una pequeña chacra, que era su espacio de subsistencia y ahí sembraba, tenía algunos animales, hoy ya no lo tiene: se le quemó todo. Es probable que la gente diga: “No puedo vivir acá, entonces voy a vender este pedacito”. Preparan de tal manera la cosa que, si se te quemó el campo, la vivienda, es muy difícil volver a empezar, y más en una situación económica como la que estamos atravesando. A veces es difícil reconstruir una casa; imaginate cientos de casas, de chacras, animales perdidos.

El miedo y la organización

¿Y cómo seguir?

Todavía no sabemos cómo hacer el día después; no está claro cómo se va a rearmar todo. Ahora estamos en alerta por el fuego y tratando de que no avance. Mientras tanto, vos estás ocupado en esto, y se llevan a la gente que está combatiendo; ahora la gente va a tener miedo de ir a ayudar por miedo a que te allanen la casa. Están metiendo miedo, y sin pruebas. Lo que nos llama la atención es la dureza que tienen los fiscales. Nosotros hemos tenido muchos problemas judiciales con causas de usurpación, y hemos visto la actuación de los fiscales nunca tan dura como ha sido ahora. Estos mismos fiscales antes buscaban elementos para la acusación. A uno no le gusta, pero buscan los elementos. Ahora no tienen nada y acusan y nos quieren dejar detenidos. Es una situación gravísima y de mucha incertidumbre: no sabes a quién le toca mañana. Hoy les tocó a las comunidades de Chubut, pero mañana podemos ser nosotros.

¿Cómo hacer para que el miedo no rompa la organización?
No veo que llegue a romper. Ahora estamos diciendo qué necesitan, cómo ayudamos, estamos atentos a lo que va pasando, qué se va necesitando, qué se puede difundir. Cuando esto se tranquilice, nos vamos a juntar, y esto nos va a dar lugar a unirnos más. Da la impresión de que nos tenemos que juntar a resolver cómo seguir. Es prematuro todavía porque ahora en Chubut recién está lloviendo. Estamos esperando que se aplaque el fuego, que estemos seguros de que se terminó. Hay un cambio: esto no había pasado. Había pasado en algún momento en Cuesta del Ternero, pero se pudo saber quiénes fueron; no hubo una persecución. Pero esto tiene otras características: está quemando por todos lados.

¿Cómo se defienden?

Bajaron la Ley 26.160, nos perjudican con la Ley de Tierras, hay desalojos en puerta: nos sacaron jurisprudencia que amparaba nuestros reclamos. Y hoy tenemos menos herramientas para presentar defensa ante este avance. Todo eso hay que evaluarlo y ver cómo se sigue. Seguro que no vamos a bajar los brazos. Vamos a defendernos hasta donde podamos, porque vienen por todo. No son cositas aisladas; esto se viene preparando desde hace mucho, y esto es el golpe, no sé si final, pero sí el golpe fuerte.

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38º Encuentro Plurinacional: así comienza todo

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Crónica del viaje a Corrientes al Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Intrersex y No Binaries. Los temas de conversación entre docentes sobre lo que ven en las escuelas: la dependencia del celular, el consumo, la aceleración. La motosierra aplicada a la educación. Y los temas del Encuentro: las violencias, el cuidado, la organización, junto a un río que grita auxilio.

Por Claudia Acuña

Fotos Line Bankel

Enviadas especiales a Corrientes

Colectivo hasta el tren, diez estaciones, dos subtes, otro colectivo y cinco cuadras a las corridas, todo bajo la lluvia torrencial y en una noche sin luna, hasta llegar a un lugar desconocido donde tampoco te conoce nadie. Así empieza el Encuentro para Marisa, impulsada desde Monte Grande hasta Caballito por una convicción que solo activa esta ceremonia: lo de lo amigable.

María es economista, acaba de cursar una maestría en cuidados, también vino sola y tampoco conoce a ninguna de las treinta y pico de mujeres de todas las edades que se asociaron para esta colecta que permitió alquilar el micro que nos llevara a Corrientes Capital, cita del 38º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Intrersex y No Binaries.

Son casi 14 horas de viaje, porque hay tormenta, mucha niebla y porque el apuro no es por llegar, fue por venir. Ahora que ya están -ya estamos- juntas, de lo que se trata es de hacer lo que venimos a hacer: compartir.

Lo que circula es el mate, pero lo que domina el intercambio es algo todavía más difícil y escaso: la escucha.

La maestra de primer grado de una escuela del barrio de Once dirá que lo que la tiene muy preocupada es la dependencia del celular y la alteraciones que esta adicción genera en chicos y chicas muy chicos, muy chicas, que cada día tienen menos acceso al consumo, y más necesidad de consumir.

Piensa en voz alta: este ha sido el mayor fracaso político de mi generación.

38º Encuentro Plurinacional: así comienza todo

Cordobesas en murga: para algunas es el primer Encuentro del que participan.

Ella, que todavía no llegó a los 35, que nació en la Villa Itatí de Quilmes, que tuvo la posibilidad de elegir otro destino que el de su madre -fregadora de mugre ajena por horas- no ha sabido o no ha podido transmitirles a sus alumnos ni a sus vecinos que tener cosas o dinero para adquirirlas no es lo que te hace ni feliz ni importante, ni libre ni nada, pero eso es lo que sin duda y sin respiro desean todos y cada uno, desde los que tienen 6 años hasta los que a los 12 ya abandonan la escuela para pegar el salto hacia lo único que anhelan: conseguirla, como sea.

Una colega -docente del lejano oeste- pregunta si nota que los chicos están demasiado acelerados, alterados, con un ritmo físico mucho más intenso que lo habitual. 

Varias confirman. 

Consulto: ¿alguien las preparó para enfrentar situaciones de menores intoxicados por el consumo de sus madres amamantadoras?

Nadie.

Cuentan luego que en Capital ya empezaron a sufrir un plan piloto para que en las escuelas secundarias la prioridad se ancle en tres materias: lengua, matemática e inglés. Que ya comenzaron a desplazar docentes de otras áreas, o a no reemplazar esas vacantes cuando se generan, lo que ha significado una pérdida de -mínimo- el 10% de los puestos de trabajo en los colegios afectados por ese plan. 

Así, sin pausa, avanzan, dirá otra. 

La cuarta completa: “Ayer en Parque Rivadavia organizamos un festival para denunciar todo esto y éramos menos que los docentes afectados”. 

La quinta apunta a la cuestión que marca a fuego a este encuentro: “Seguimos sin poder generar reacción”.

No hay militantes de partidos políticos en este micro, pero sí mujeres que hacen política sindical, barrial, académica y ambiental. La mayoría ya ha participado de otros encuentros y por eso están particularmente atentas de “las nuevas”: saben que hay un antes y un después y esa diferencia la marca el durante. Y ese durante ahora mismo son ellas, las que preguntan y escuchan, las que hablan y miran a los ojos, las que rompen la impotencia con carcajadas. 

38º Encuentro Plurinacional: así comienza todo

Dos amigas recién llegadas desde Jujuy: el décimo Encuentro al cual asisten.

Una quiere saber el detalle de los talleres que comenzarán el sábado y seguirán en loop y en simultáneo hasta el domingo. Otra lee desde el celular en voz alta los ejes temáticos que plantea la oferta de esos talleres: 

Activismos y organización

Tierras y territorios

Cuidados

Salud

Trabajo y desocupación

Violencias

Trata

Coyuntura geopolítica

Religiosidades.

La tercera completa:

-De coger, ni hablar, ¿no?

La erótica del encuentro es esa risa, como lo será la carcajada masiva que representa históricamente la marcha de cierre y también cada momento compartido al lado de ese río que grita auxilio porque vale más que el oro y, como nosotras y como todo, está ahora mismo en peligro.

Algo que se llama feminismo debería escucharlo. Y honrarlo.

Ya veremos: esto recién comenzó.

38º Encuentro Plurinacional: así comienza todo

El río Paraná, segundo más largo de Sudamérica. Por allí pasa la Hidrovía cuya licitación enfrenta a Macri con Milei.

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Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

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La todavía ministra Patricia Bullrich había planteado durante la mañana: “Recordatorio para los que su ‘trabajo es provocar la crisis de este Gobierno’. ¿Quieren marchar contra Trump, Milei, el FMI y una modernización que ni conocen?”. La “modernización” parece ser conocida como reciclado de medidas contra la sociedad. Trump, Milei y el FMI también son bastante conocidos. La marcha de jubilados se realizó pese a todo. Y llegó a Plaza de Mayo. La charla de una mujer con Jorge Taiana, la indagatoria al policía acusado de tirar al piso a la jubilada Beatriz Blanco, y un llamado a la inteligencia.  

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

Fotos lavaca.org, Juan Valeiro y Line Berkel.

A Dolores le dicen Doly, y tiene un cartelito colgado con un piolín negro, que por lo casero llama la atención. Parece un imán, que a uno la lleva a hablar con ella. “Luche como un jubilado”, se lee a distancia.

Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

Doly en Congreso: «Todos los días mando mensajes: Caputo, ¿dónde está el oro?» Foto Juan Valeriro /lavaca.org

Al acercarse, Doly cuenta que viene de Lanús, tiene 71 años, viene todos los miércoles y que se entretiene por X cada vez que el Ministerio de Economía hace una publicación: “Le pregunto: ‘¿Caputo, dónde está el oro?’. Así todos los días”, ríe y al instante se pone seria cuando explica que la lucha de los jubilados “debería ser un ejemplo”, pero que cada vez se sienten más solos. Dice que no hay un solo motivo, sino muchos porqués.

  • “Porque meten miedo pegándonos todos los miércoles”. 
  • “Porque la sociedad no se moviliza en conjunto, sino por separado”.
  • “Porque los sindicatos tendrían que despegarse de la CGT que ya sabemos no hará nada”.
  • “Porque tendría que formarse una nueva CGT, como alguna vez sucedió”. 
Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

Foto Juan Valeriro /lavaca.org

En la concentración de jubiladas y jubilados de este miércoles estuvo unos minutos Jorge Taiana, diputado recientemente electo por la provincia de Buenos Aires, por Fuerza Patria. Dolores le cuenta a lavaca: “Yo soy peronista, pero hablando con él me liberé”. El diálogo:

–¿Dónde están, Jorge? ¿Por qué no vienen a acompañarnos?

–A partir del 10 de diciembre voy a asumir en el Congreso y como legislador voy a tratar de…

–Jorge, el 10 de diciembre vamos a estar todos muertos. Los jubilados venimos todos los miércoles acá, y no hay uno que dé la cara. 

Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

La movilización llegó a Plaza de Mayo. Foto: lavaca.org

Doly señala las vallas que dividen la avenida Entre Ríos y la plaza. “¿Sabés para qué son?”, pregunta en voz alta: “Para que quienes están en el Congreso no nos vean, para no escuchar lo que tenemos para decir”. Y ella dice: “Me jubilé en 2014 cobrando casi un 80% de la jubilación. Y en los últimos años, con Macri, con Alberto, con Milei, perdí casi la mitad del poder adquisitivo. Es un desastre. A mí me ayudan mis dos hijos y más o menos la pechugueo, pero sabés lo que es no poder comprarle un regalo a tu nieto. Antes lo hacía, y hace ya un montón de tiempo que no puedo, es muy triste”.

Por eso, Doly marcha.

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La imagen de la revista MU de la referente de la Soberanía Alimentaria Miryam Gorban (fallecida el 22/10) también acompañó las marchas. La sonrisa y el cuchillo de cocina entre los dientes. Foto: lavaca.org

“No soy yo”

Este martes declaró Pablo Alexis Aldama, oficial ayudante de la Policía Federal Argentina, acusado por la agresión a la jubilada Beatriz Blanco en la represión desatada el pasado 12 de marzo –el mismo día que hirieron gravemente al fotógrafo Pablo Grillo y Jonathan Navarro perdió la visión de un ojo. Beatriz cayó de nuca a la vereda, golpe que le provocó lesiones en la cabeza. El policía, que desde enero cumple funciones en el Batallón II de Infantería, presentó un escrito de 55 páginas ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal 1, a cargo de María Servini, en el que pidió su sobreseimiento. 

Aldama acusa a la jubilada de 82 años de pegarle “desde atrás con un palo similar a un bastón” y romperle su casco de policía. Además, dice que él no fue quien empujó a Beatriz sino su superior, el Oficial Inspector Céspedez, aunque “accidentalmente”. 

Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

Beatriz Blanco, 81 años, la mujer golpeada por la policía el 12 de marzo. «Se cae hacia atrás sobre la vereda, aunque infiero que ello pudo responder a la propia inercia de la señora teniéndose en cuenta su avanzada edad». Según Bullrich Beatriz es una patotera (?). Según el policía acusado, se cayó sola. Foto: Line Berkel /lavaca.org

Así lo declara: “No soy yo, Pablo Aldama, quien tiene contacto con la Sra. Blanco al momento del hecho, la que por cuestiones que desconozco, se cae hacia atrás sobre la vereda, aunque infiero que ello pudo responder a la propia inercia de la señora teniéndose en cuenta su avanzada edad”. 

El efectivo reconoció haber usado gas pimienta “una sola vez para persuadirla de dejar de agredir al personal policial”. Y refuta a la propia Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), que en su informe afirma que uno de los efectivos extendió su brazo contra Beatriz y, a partir de ese impacto, cayó al piso. 

Sin embargo, es miércoles, y Beatriz marcha. 

Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

Foto: lavaca.org

3. La inteligencia es seguir

A las 10.55 de la mañana la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, escribió en la curiosamente llamada “red social” X”: “Recordatorio para los que su ‘trabajo es provocar la crisis de este Gobierno’. ¿Quieren marchar contra Trump, Milei, el FMI y una modernización que ni conocen? Perfecto, respeten el protocolo, sobre la vereda y sin violencia”. El posteo tenía la referencia de un video suyo anterior donde decía, en tono amenazante: “Entiéndase por Protocolo Antipiquete: las manifestaciones, sobre la vereda. No se corta la calle”.

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Micaela, fotógrafa agredidas de la semana pasada. Los puntos, hematomas y golpes. Foto: Line Berkel /lavaca.org

Menos de siete horas después, pasadas las 17, la calle no sólo estaba cortada sino que era la pasarela principal, liberada por la Policía de la Ciudad, por donde la marcha de jubilados y jubiladas avanzaba como hacía semanas no sucedía. Por allí camina, cámara en mano, Micaela, la fotoperiodista que recibió un palazo en el ojo en la represión de la semana pasada. Fue un oficial de la misma fuerza que ahora despeja las calles la que la dejó con el ojo izquierdo morado, un pequeño derrame, un punto debajo de su ceja y un malestar en todo ese lado de la cara –del cachete hasta la pera–, con una presión sobre las cervicales que le dan ganas de vomitar.

Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

Foto Juan Valeriro /lavaca.org

Al lado está Emiliano, su compañero, que tiene a su madre todavía convaleciente: Nora, de 70 años, fue empujada en la misma represión, y estuvo unos minutos inconsciente en el suelo, congelando la respiración de quienes la rodeaban. “Todavía siente un hormigueo en el brazo izquierdo –cuenta su hijo–. Le cuesta cortar la comida, la tienen que ayudar”. 

Hoy Nora no vino. Pero cientos, miles, sí, que marchan después de una radio abierta larga, y llegan hasta Plaza de Mayo sin inconvenientes, donde habrá otro acto más. Algunos se preguntan de la eficacia de los miércoles, pero entre tanta pregunta dubitativa, Silvia López, 69 años, trae un silbato que no deja de soplar y dos latas de atún que no deja de golpear. Vino de Ensenada, provincia de Buenos Aires, a 59 kilómetros de esta Plaza a la que asiste cada semana con su bastón porque tiene mal la pierna de toda una vida como peluquera y comerciante. Cobra la mínima que no le alcanza para mucho, como la garrafa que pagó ayer a 18.000 pesos. La cosa está dura pero, dice Silvia, hay que reafirmar la inteligencia.

–¿Cómo?

–Hay que seguir. Seguir viniendo. Para que te escuchen. Porque mientras la gente siga viniendo acá, ellos saben que el problema continúa.

Silvia sigue. 

Y también, como Doly y Beatriz, y tantos otros y otras cada miércoles, marcha. 

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Un clásico: la sonrisa de Juan José, y su momento de baile de cada miércoles, sobre su silla de ruedas. Foto Juan Valeriro /lavaca.org

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Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

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Cuatro detenidos, al menos cinco heridos. Una jubilada que quedó inconsciente al ser golpeada por la policía (video). Mujeres, periodistas, fotoreporteros y un sacerdote agredidos y esposados. En la foto de portada se ve al cura Paco Olveira y a Fidel Bravo esposados en el celular, y en primer plano al policía que atacó al periodista de lavaca. La denuncia presentada por Periodistas Argentinas y AReCIA y las deficiencias judiciales. A ocho meses de los ataques al fotógrafo Pablo Grillo y a la jubilada Beatriz Blanco, las marchas de uno de los sectores más castigados de la sociedad reclamando por sus haberes licuados siguen provocando una respuesta gubernamental recurrente: la violencia.

Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi

Fotos: lavaca.org / Juan Valeiro

Hace dos semanas que la marcha de jubilados y jubiladas empezó a anunciarse en distintos horarios y no sólo a las 15 horas como es habitual. La convocatoria es para gambetear no sólo los inusitados operativos policiales, sino también un sol que se va recalentando, como tantas cosas. Este miércoles la Mesa Coordinadora de Jubilados y Pensionados convocó a las 17 horas. Pero cuatro detenidos y al menos cinco heridos antes pasó de todo. 

Primero fueron los whatsapps que se viralizaron con un mensaje urgente: “Detuvieron al padre Paco”. Todavía no eran las tres de la tarde. Las fotos mostraban al sacerdote esposado, sentado en el suelo, con el fotoperiodista Fidel Bravo, sobre Callao y Rivadavia. Lo subieron a un móvil policial. “¡Suelten al padre Paco, fachos pobres!”, gritaba una señora a un batallón de oficiales de la Policía Federal y Gendarmería que, detrás de las vallas, por las dudas convocaron a un camión hidrante. Del otro lado, los manifestantes no llegaban a 20.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

Nora, la jubilada agredida que quedó inconsciente (abajo, el video del momento en que la golpearon).

lavaca se acercó hasta el estacionamiento frente al Senado, un lugar extraño para alojar detenidos, que las fuerzas al mando de la ministra Patricia Bullrich utilizan con frecuencia. Allí no estaban. “Fijate en las camionetas sobre Rivadavia o si no da vuelta al Congreso”, dijo un policía.

Sobre Rivadavia, un manifestante señaló el móvil al que los habían subido. Otro policía señaló: “Están en Hipólito Yrigoyen y Combate de los Pozos”. Ambos detenidos estaban sobre esa esquina, en el vehículo de la Unidad Judicial Móvil de la Superintendencia de Investigaciones Federales, patente NSN186.

“Ya salen”, informó un policía.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

Los carteles de jubilados, como editorial político.

Foto, anteojos y la lotería

La puerta del móvil estaba abierta. En los asientos delanteros, Paco y Fidel. Ambos sujetados por las mismas esposas, Paco de la muñeca izquierda y Fidel, de la derecha (foto principal de esta cobertura).

lavaca fotografió el momento y también lo filmó, cuando uno de los policías se acercó con violencia y empujando. “Te dije que ya salen, no me hagas poner violento”, dijo, como si la violencia fuera la de un periodista haciendo su trabajo al registrar la detención de un cura y un militante. Luego llevaron a Paco y a Fidel dentro de una casa de Lotería, porque un estacionamiento no bastaba para el surrealismo represivo.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

El padre Paco Olveira con la frente ensangrentada por un golpe policial.

Al quedar liberado, Paco Olveira dijo a lavaca: «Me pasó lo que te pasó a vos, que por querer hacer una foto casi te tiran al piso. En nuestro caso, primero hicimos un par de vueltas al Congreso, un rato antes de las dos. Estábamos por cruzar la valla pero paramos ahí, en la vereda. Empezaron a empujar a los jubilados. Como iba a terminar uno en el piso, les digo ‘vamos a rezar un padre nuestro’. Ahí al compañero (Fidel Bravo) le agarraron la bandera argentina y él la defendió. Lo tiraron para atrás y yo me agarré a él. Así, si lo llevaban, me llevaban a mí también. Creo que por eso estamos libres los dos; si no, el pobre iba a estar preso”.

–¿Les imputan algo? Hablaban de resistencia a la autoridad. 

–Sí, nos notificaron de supuesto atentado y resistencia a la autoridad. Igual no pude leer porque me rompieron los anteojos (muestra que falta el lente derecho). Con un ojo sí y otro no, no puedo ver nada, y no nos dieron copia.

Paco agradeció la solidaridad –entre quienes se acercaron estaba el diputado Eduardo Valdés y el secretario general de ATE Capital, Daniel Catalano– y emprendió la vuelta a la plaza con la mochila abierta: “También me la rompieron”.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)
Jubilada en marcha.

La denuncia de Periodistas Argentinas y AReCIA

Antes de regresar a la cobertura, los periodistas de lavaca fueron a hacer la denuncia a la oficina del Ministerio Público Fiscal de Combate de los Pozos, donde siempre llevan a los detenidos de los miércoles a fichar. La repuesta habla de la deficiencia judicial de prevenir los ataques a la prensa: informaron que la atención era de 9 a 15 horas y derivaron un 0800.

Llamamos: hubo veinte (20) minutos de demora porque había cuatro personas en espera. Cuando atendieron la charla duró apenas cinco minutos; al explicar la causa del llamado, tras una breve y burocrática respuesta, cortaron. Un nuevo llamado permitió acceder al mail a donde presentar formalmente la denuncia. Para cuando finalmente la concretamos ya podíamos adjuntar los videos de los brutales ataques que sucedieron después de intentar, en vano, evitarlos.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

El policía intentando impedir que lavaca fotografíe a los detenidos.

Los periodistas que fueron a esas oficinas son Claudia Acuña y Lucas Pedulla, que en representación de la Asociación Civil Periodistas Argentinas y la Asociación de Revistas Culturales e Independientes de Argentina (AReCIA), respectivamente, presentaron un habeas corpus en diciembre de 2023 para prevenir estos ataques que, desde la fecha hasta hoy, se reiteran y agudizan. La causa tuvo su laberinto hasta que la Corte Suprema resolvió este martes la competencia del juzgado. Allì presentamos este martes el pedido de tratamiento urgente.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)
Una de las marchas de este miércoles.

Gente marcada, mujeres golpeadas

En Congreso, una de las tantas marchas ya había empezado. La disposición del espacio era la habitual: vallado de punta a punta de la plaza, tránsito bloqueado y efectivos de la Policía de la Ciudad acordonando los alrededores para evitar que la movilización doblara por las calles aledañas. El mismo cordón aguardaba sobre Sáenz Peña para que el reclamo no se dirigiera hasta la Rosada.

Todo parecía lo habitual, pero los policías de la Ciudad –chalecos celestes– recibieron una indicación en sus handies.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

Bastón en mano, la policía de la Ciudad agrediendo a manifestantes previamente «marcados» por la Federal: surrealismo e inutilidad represiva.

“Al de gorrita negra, a tu izquierda, gorrita negra”, decía la voz que salía de los aparatos. Hacía allí fueron cinco agentes para rodear a un muchacho de gorrita negra. Al detenerlo y llevarlo detrás del cordón, Estefanía, una joven integrante de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, fue golpeada en el ojo por un policía varón, lo que revela la idoneidad de los cordones bullrichistas. 

La tensión policial escaló. Los mismos oficiales siguieron marcando personas. En el intento por detener a otras, la gente se defendió y los policías avanzaron con los escudos y a palazos. Así empujaron a Nora, una jubilada de 70 años que acompaña todos los miércoles. La socorrió Nicolás Chiarini, el mismo joven que le salvó la vida al fotógrafo Pablo Grillo –de cuyo ataque este miércoles se conmemoran ocho meses–. 

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

Nora, 70 años, golpeada por la policía.

Otro de los marcados y cazados con violencia fue Nicolás Ríos, fotógrafo y militante de Convergencia Socialista. Al rato fue liberado y contó: “La misma Policía de la Ciudad me dijo que me detuvo porque dos horas antes me había marcado la Federal, mientras filmaba el inicio de la concentración. Les expliqué que yo no estaba haciendo nada y me largaron”.

En la Plaza la estaban atendiendo a Micaela Acevedo, fotoperiodista, a quien le partieron la ceja de un palazo. “Estábamos delante de todo, filmando, y empezamos a ver que estaban señalando gente. De repente, vino el jefe de policía y me pegó un palazo en la cara”, le dijo a lavaca, sentada en un banco de la plaza.

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

Micaela, palazo en la ceja.

Al su lado apareció en escena nuevamente el padre Paco, esta vez no detenido pero sí con la frente ensangrentada, llevado por el Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA Argentina). 

–¿Estás bien?– le preguntó Micaela.

–Mejor que vos, querida –respondió el cura–. No sé si me dieron con un palazo o con un escudo, de la nada vinieron a pegar. 

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

La capacidad de movilizarse pese a todo, y el triste rol policial.

Videollamada para la jubilada

A unos metros, sobre la plaza, estaba Nora, la jubilada que la Policía de la Ciudad había tirado al suelo hacía unos minutos.

Para dimensionar: la caída de Nora fue, en cuanto a la violencia, parecida a la de Beatriz Blanco (jubilada golpeada el mismo 12 de marzo que hirieron a Pablo Grillo), con todo el peso del cuerpo hacía atrás, cabeza contra el suelo. Después de la atención, Nora estuvo unos minutos inconsciente.

Al lado de Nora estaba su hijo Emiliano, fotógrafo como Micaela, la reportera herida en la ceja, que para colmo, es su pareja. Emiliano primero lloraba, pero luego se fue aliviando. De a poco su mamá, todavía acostada en el piso, se fue recuperando luego de estar varios minutos con la presión muy baja. La tensión se apoderó de la plaza mientras el CEPA y la CPM intentaban reanimarla. El SAME, por su parte, tardó varios minutos en llegar. Y antes de enviar una ambulancia, pidió hacer una videollamada con la jubilada herida: otra escena insólita. 

Marcha de jubilados: las escenas de la violencia policial (video)

Videollamada para diagnosticar a una mujer reprimida.

–¿Se cayó?– le preguntaron del otro lado del teléfono. 

–Me tiraron– respondió Nora.

Tras la videollamada con el SAME, ya repuesta, la mujer le cuenta a lavaca: “Estaba a 4 metros de la policía y de repente se vinieron a donde estábamos, corriendo. No me lo esperaba y me llevaron puesta, me pasaron por encima”.

¿Por qué no faltás nunca los miércoles? “Siempre he salido a la calle cuando me parece que es injusto lo que pasa, más que nada porque tengo tres nietos”, dice y es la primera vez desde el golpazo, que hace una mueca risueña. “A mis nietos los cuido, no quiero que salgan; pero en mi caso, es imposible no salir cuando ves tanta injusticia”. La ambulancia llegó unos minutos después y Nora y su hijo se subieron.

De fondo, por Hipólito Yrigoyen, estaba pasando la cuarta marcha de la jornada. 

Recién eran las 17:07, horario de la convocatoria oficial. 

La marcha, estaba arrancando. Pese a todo lo anterior: pese a todo.

(En el comienzo de este video se observa el momento de la agresión a la jubilada).

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