Actualidad
Un acto y tres rondas en Plaza de Mayo: ¿qué es resistir?

Esta vez no hubo dos sino tres rondas de diferentes grupos de Madres en Plaza de Mayo, con un punto de unión que solo pudo verse dos generaciones más abajo. Sindicatos, partidos y movimientos habían organizado otro acto, más temprano, que no enlazó con lo de Madres más allá de los discursos. La descripción de un jueves atípico y las preguntas que quedan flotando sobre la construcción, la movilización y la resistencia.
Por Lucas Pedulla
Jueves 5 de diciembre, 13 horas
Sindicatos de la CTA, otros díscolos de la CGT, y algunos partidos políticos habían convocado a la Marcha Federal Argentina Sin Hambre en Plaza de Mayo. A la hora señalada siguen entrando banderas –MTR, MTE, UTE, CONADU, ATE, SUTEBA, y pasan y pasan– pero por la Plaza es posible caminar holgadamente: un primer indicio de la convocatoria. Desde el escenario el secretario general de la Central de Trabajadores y Trabajadores de la Argentina, y diputado nacional por el Frente de Todxs, Hugo Yasky, habla del 18 por ciento de indigencia, de la caída del consumo de la carne, el recorte de los medicamentos gratuitos a los jubilados y “la imagen bochornosa” del senador Edgardo Kueider al ser detenido traficando dólares.
Habla también de un nuevo sujeto entre gremios y movimientos sociales, mientras por otro sector de la plaza entran columnas de movimientos, partidos y gremios de izquierda que cantan “paro general” y un clásico de los últimos tiempos con un nuevo adjetivo: “A dónde está que no se ve esa cagona CGT”.

Rosi tiene 49 años, milita en el MTR de Lomas de Zamora, y escucha desde Diagonal Sur: “Es importante estar acá porque está todo mal. Milei no está haciendo nada bien. No hay trabajo. Falta agua, falta luz, falta todo. Soy del barrio Olimpo y no llego a fin de mes. Me la rebusco”. Encuesta de hogares: “Tengo cuatro hijos, dos que estudian y una nena discapacitada. Mis ingresos son changas, cuando tengo suerte”. Consultada sobre si conoce a vecinos que lo votaron y se arrepintieron dice que sí: “Pero ya es tarde. Hay que seguir hasta que se vaya”.
Las voces en el escenario siguen:
- Alguien de UTEP: “Necesitamos a todos acá. En elecciones es obvio que nos van a buscar al territorio pero es ahora que el pueblo se está cagando de hambre. El 80 por ciento de la fila de nuestros comedores son jubilados”.
- Alguien de CTA: “Hace 41 años se disolvía la junta militar y asumía un gobierno democrático. Esos fascistas decían que venían por 20 años. Fue gracias a las Madres, las Abuelas, pero también al movimiento obrero organizado. Estos tipos hoy con medios y redes quieren construir un escepticismo alimentando la angustia de no poder alimentar a nuestros hijos. Después del 17 de octubre, hubo un 20 de diciembre para saber qué camino transitar para sacarnos a los cipayos de encima”.

- Alguien del Frente Barrial de Territorios en Lucha: “Nos hacemos presentes en este diciembre caliente porque la fuerza de los trabajadores no va a aflojar”.
Víctor escucha cerquita del escenario. Es uno de los ganadores de la jornada vendiendo aguas a 2.000 pesos. Es peruano y vive en la Villa 31: “La estoy pasando pésimo. Soy laburante de la calle, y lo que noto es que la gente no tiene para comer. Y el gobierno no hace nada por los pobres, sólo los está perjudicando”.
Sobre la reforma migratoria anunciada esta semana, donde el Gobierno quiere que los extranjeros paguen por atención en hospitales y estudiar en universidades, Víctor compara: “En Lima no es gratis, por eso en Sudamérica se piensa que Argentina es lo mejor. Este gobierno está haciendo todo al revés. No le interesa la gente pobre. Mire lo que hace con los jubilados. Y a los extranjeros nos tiene de lado”.
Desde el escenario piden un aplauso porque está ingresando Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. También están las madres Vera Jarach y Carmen Vieyra de Lareu. “Madres de la Plaza, el pueblo las abraza”, corea la gente.
Las Madres Línea Fundadora convocaron a la Marcha de la Resistencia para este jueves a las 15, a la que adhirieron otros diez organismos. Desde el escenario piden que luego se acompañe a la marcha. La primera fue en 1981 en plena dictadura. Más allá de las habituales rondas de todos los jueves, la Marcha de la Resistencia implicaba una movilización de 24 horas alrededor de la Pirámide de Mayo. Las Madres la sostuvieron todos los años en fechas cercanas al 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos.
En la Plaza le pasan el micrófono a Taty. Habla al borde del escenario, en su silla de ruedas: “Hay que seguir resistiendo a este gobierno inhumano, negacionista, que pretende borrar la memoria. No lo va a lograr. Mientras existan compañeres como todos ustedes, unidos, eso hay que lograr: la unidad. Tener todes claros quién es el enemigo. Y esa resistencia que estamos haciendo y demostrando de muchas maneras hoy la demostraremos en la Marcha de la Resistencia, porque queridos compañeres, no nos han vencido”.
Aplausos.
Taty: “No hay que bajar los brazos. Tienen que hacer como las Madres hacemos y decimos hace 46 años, que la única lucha que se pierde es la que se abandona. Se lo decimos nosotras, las locas que a pesar de los bastones y las sillas de ruedas seguimos de pie”.
El acto termina. Yasky pide que no se vayan y se queden acompañando la marcha.
Por los parlantes suena Vencedores vencidos, de Los Redondos.
Sin embargo, pasa algo: la gente se va.
Son las dos y media de la tarde y la Plaza queda casi vacía.
Jueves, 15 horas
De las columnas y las banderas no queda casi nadie. Logísticamente (y políticamente, y filosóficamente) hubiera sido importante empalmar el cierre de una con el inicio de otra, pero eso no sucede.
Sobre el ombú de la calle Yrigoyen, de a poco se acomodan las personas que acompañan la histórica ronda de todos los jueves de Madres Línea Fundadora, que en el último tiempo tenía a Nora Cortiñas, Mirta Baravalle y Elia Espen como sus tres estandartes. Este año, por las partidas de Nora y Mirta, solo quedó Elia. Como siempre, rondan y mencionan nombres y apellidos de desaparecides. A cada nombre mencionado responden a coro: “Presente”. Llevan pancartas con los rostros y nombres de las madres pioneras y fundadoras de aquella primera ronda del 30 de abril de 1977. Elia lleva la imagen de Azucena Villaflor de Devincenti, una de las tres madres (junto a Esther Careaga y Mary Bianco) secuestradas y desaparecidas por la dictadura, arrojadas al mar desde los aviones que efectuaban los vuelos de la muerte.

Del otro lado de la Plaza, sobre el gazebo que da a la avenida Rivadavia, de a poco se acomodan las personas que acompañan la histórica marcha de todos los jueves de Asociación Madres de Plaza de Mayo. Allí, entre otras y con los dedos en V, sonríe Josefa “Pina” De Fiore. “Milei, basura, vos sos la dictadura”, cantan señalando a la Casa Rosada.
Desde hace muchísimos años, las rondas son esas dos, por diferencias entre ambas organizaciones. Giran alrededor de la Pirámide a la misma velocidad y en el mismo sentido, cada una del lado opuesto a la otra.
Pero este jueves son tres, porque a las 15.30 se suman las madres de Línea Fundadora que convocaron a la Marcha de la Resistencia, con Taty Almeida, Vera Jarach y Carmen Lareu. “A donde vayan los iremos a buscar”, cantan. Atrás acompañan HIJOS Capital, Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz, entre otros organismos.

A la ronda habitual de Línea Fundadura, encabezada por Elia Espen, se suma esta vez Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz.
Las tres marchas sin embargo conforman una curiosa ligazón que, vista en perspectiva, hacen parecer que se trata de una sola (como quizás, en el fondo, lo sea siempre). Esta vez, en las tres rondas hay presencia de integrantes del organismo Nietes.
La circulación alrededor de la Pirámide dura media hora, como cada jueves.
Jueves, 16 horas y después
Sobre Rivadavia, la Asociación hace su acto.
Taty, Vera y Carmen se van. En general no participan, ni siquiera con sus compañeras de la Línea Fundadora que, sobre Yrigoyen también hace su acto, acompañada de las hermanas y sobrevivientes. Elia Espen, como cada jueves, pide que no aflojen, que luchemos y vengamos al siguiente.
Y pide que cantemos Como la cigarra, de María Elena Walsh: “Tantas veces me mataron, tantas veces me morí. Sin embargo, estoy aquí, resucitando”.
El canto emociona, como siempre.
Cura un poco las heridas de esta época, e incluso las de un jueves atípico.
¿Qué es resistir?
Quizá sea una pregunta que, mientras la Plaza se va vaciando otra vez, nos tengamos que seguir haciendo.

Actualidad
38º Encuentro Plurinacional: primer día, dos milagros

Por Claudia Acuña
Fotos: Line Bankel
(Enviadas especiales a Corrientes)
En tierra guaraní el estadio que lleva el nombre de un emblema del chamamé –Cocomarola– está repleto de personas y emociones. Desde el escenario las mujeres que conforman la comisión organizadora de este 38º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Intrersex y No Binaries sostienen la foto de Loan, el niño desaparecido hace ya un larguísimo año y medio, mientras leen el documento que prepararon para recibir a las más de 15 mil mujeres y disidencias que esta mañana desafían el sol correntino. Hablan de femicidios sin justicia – como el de la periodista Griselda Blanco, asesinada en mayo de 2023 en Curuzú Cuatiå– , hablan de los miércoles de golpes policiales a las y los jubilados, hablan de la precarización laboral, del empobrecimiento de más de la mitad de la población de esta provincia, del incumplimiento del acceso al derecho al aborto y a la educación sexual, entre otros temas de la larguísima lista de padecimientos que justifican la necesidad de pensar comunitariamente cómo enfrentarlos. “Que la lucha deba darse en soledad”, dirán, y le advertirán al Presidente: toda opresión genera rebeldía. Para eso estamos aquí hoy: para organizarla. “A más odio, más amor feminista”, sintetizan.

Fotos: Line Bankel /lavaca.org
Bajar línea, subir movimiento
La ceremonia inaugural fue iniciada con un rito ancestral para invocar las condiciones necesarias para lograr que el encuentro sea fecundo: agradecer para abrir.
Lo que se abrió, también, fue la grieta.
Por un lado, que podríamos llamar arriba, surgió la intención de predicar el propósito del Encuentro.
Por el otro, que llamaremos al lado, drenó la necesidad de escucharse.

Fotos: Line Bankel /lavaca.org
Uno interfirió en el otro y no necesariamente a veces sucede el viceversa, aunque en este caso ya se verá cómo se produjeron varios milagros.
Las pasiones tristes – Spinoza dixit– organizadas en partidos políticos signa el debate sobre el destino del próximo Encuentro, que se votará el lunes: CABA o Córdoba son las ciudades candidatas a la disputa.
El primer milagro correntino: tras 38 oportunidades perdidas hará su debut en la tradicional arena feminista Cristina Kirchner, a través de un audio que se convoca a escuchar este domingo a las 12, en la Plaza Arazaty. “Habla ella”, rezan los volantes que se repartieron profusamente durante la ceremonia de apertura. Desde el wing izquierdo el azote fue en cada taller y con el objetivo de imponer “un plan de lucha”.

Fotos: Line Bankel /lavaca.org
Lo sintetiza así la diputada Romina del Pla, del Frente de Izquierda: “Nosotras venimos a dar una batalla importante, porque está claro que las mujeres y las diversidades somos las principales víctimas del ajuste de Milei y de los gobernadores. Así que aquí hay que dar un gran debate sobre la necesidad de un gran plan de lucha contra la reforma laboral, por la defensa del derecho al aborto y contra este borrador de ley educativa que pretende restaurar la enseñanza religiosa, haciéndonos retroceder a inicios del siglo 19 y la reforma laboral que ya se comprometieron a apoyar varios gobernadores a través de diputados que, en realidad, entraron al Congreso a través de listas que decían que había que enfrentar a Milei. El debate que estamos dando en los talleres es para armar un plan de lucha con asambleas de base en los sindicatos que realmente enfrente a este gobierno”.

Fotos: Line Bankel /lavaca.org
En la vereda, resguardadas bajo paraguas rojos, media docena de integrantes de Ammar –la organización de trabajadoras sexuales– comparten sus expectativas sobre lo que vendrá. Georgina Orellano, una de sus referentes, las explica así:
“Aparte de encontrarnos, que ya es mucho, esto nos sirve para poner en común nuestras distintas realidades que todas vivimos en un contexto de mucha precariedad. Nos ayuda a comprender si las compañeras que viven en diferentes provincias sufren la conflictividad social de manera parecida a la que soportamos nosotras en las zonas de trabajo sexual o en los barrios populares donde vivimos. Pero en estos momentos, además, a nosotras nos parece que los feminismos tenemos que poder recuperar el debate político lejos de consignas que ya no representan, centrándonos verdaderamente en la raíz de nuestros problemas, que tienen que ver con economías que están totalmente urgidas por el hambre y por la necesidad imperiosa de hacer plata como se pueda para sostenerse. El feminismo tiene que poner ahí no solamente el ojo y la oreja, sino el corazón y el cuerpo, para tenderle una mano a esas compañeras y para que así vuelvan a sentir que el feminismo es una salida para todas”.

Fotos: Line Bankel /lavaca.org
–¿Y cuál sería esa salida?
–Las salidas las vamos a construir a partir de reconocer que hay prácticas dentro de la política institucional partidaria, inclusive dentro del feminismo, que ya no podemos repetir más. Hay que poner más creatividad, hay que poner más el cuerpo, hay que dejar de hablarnos a nosotras mismas y entender que el modelo de la derecha que nos gobierna es el de la limpieza: tiene que ver con una higienización. Entonces hay cuerpos y vidas que son descartables, hay cuerpos que no merecen transitar en el espacio público y contra ellas van con todo: con el Derecho Penal y con el acorralamiento por parte de la fuerza de seguridad. Creo que si no entendemos ese punto de que hay vidas que para este gobierno son descartables y esas vidas son las de las pobres, vamos a seguir contando muertas y sin encontrar la salida.

Fotos: Line Bankel /lavaca.org
El segundo milagro
Por la tarde el ring se encarnó en el Parque Camba Cuá, donde diferentes ofertas partidarias realizaron asambleas para exponer sus ideas.
El segundo milagro correntino: las arengas tuvieron que apurar su final ante el avance de quienes se colocaron al lado de las travestis y trans en la marcha que, finalmente, logró mover a todas hasta construir una marea de casi quince cuadras que recorrió la costanera a esa hora en la que el horizonte se tiñe de rojo para enmarcar el color león del Paraná. Mientras por una calle paralela avanzaba otra columna convocada para agitar los verdes pañuelos del aborto legal.

Fotos: Line Bankel /lavaca.org

Fotos: Line Bankel /lavaca.org

Fotos: Line Bankel /lavaca.org

Fotos: Line Bankel /lavaca.org
Actualidad
38º Encuentro Plurinacional: así comienza todo

Crónica del viaje a Corrientes al Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Intrersex y No Binaries. Los temas de conversación entre docentes sobre lo que ven en las escuelas: la dependencia del celular, el consumo, la aceleración. La motosierra aplicada a la educación. Y los temas del Encuentro: las violencias, el cuidado, la organización, junto a un río que grita auxilio.
Por Claudia Acuña
Fotos Line Bankel
Enviadas especiales a Corrientes
Colectivo hasta el tren, diez estaciones, dos subtes, otro colectivo y cinco cuadras a las corridas, todo bajo la lluvia torrencial y en una noche sin luna, hasta llegar a un lugar desconocido donde tampoco te conoce nadie. Así empieza el Encuentro para Marisa, impulsada desde Monte Grande hasta Caballito por una convicción que solo activa esta ceremonia: lo de lo amigable.
María es economista, acaba de cursar una maestría en cuidados, también vino sola y tampoco conoce a ninguna de las treinta y pico de mujeres de todas las edades que se asociaron para esta colecta que permitió alquilar el micro que nos llevara a Corrientes Capital, cita del 38º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Intrersex y No Binaries.
Son casi 14 horas de viaje, porque hay tormenta, mucha niebla y porque el apuro no es por llegar, fue por venir. Ahora que ya están -ya estamos- juntas, de lo que se trata es de hacer lo que venimos a hacer: compartir.
Lo que circula es el mate, pero lo que domina el intercambio es algo todavía más difícil y escaso: la escucha.
La maestra de primer grado de una escuela del barrio de Once dirá que lo que la tiene muy preocupada es la dependencia del celular y la alteraciones que esta adicción genera en chicos y chicas muy chicos, muy chicas, que cada día tienen menos acceso al consumo, y más necesidad de consumir.
Piensa en voz alta: este ha sido el mayor fracaso político de mi generación.

Cordobesas en murga: para algunas es el primer Encuentro del que participan. Fotos: Line Bankel /lavaca.org
Ella, que todavía no llegó a los 35, que nació en la Villa Itatí de Quilmes, que tuvo la posibilidad de elegir otro destino que el de su madre -fregadora de mugre ajena por horas- no ha sabido o no ha podido transmitirles a sus alumnos ni a sus vecinos que tener cosas o dinero para adquirirlas no es lo que te hace ni feliz ni importante, ni libre ni nada, pero eso es lo que sin duda y sin respiro desean todos y cada uno, desde los que tienen 6 años hasta los que a los 12 ya abandonan la escuela para pegar el salto hacia lo único que anhelan: conseguirla, como sea.
Una colega -docente del lejano oeste- pregunta si nota que los chicos están demasiado acelerados, alterados, con un ritmo físico mucho más intenso que lo habitual.
Varias confirman.
Consulto: ¿alguien las preparó para enfrentar situaciones de menores intoxicados por el consumo de sus madres amamantadoras?
Nadie.
Cuentan luego que en Capital ya empezaron a sufrir un plan piloto para que en las escuelas secundarias la prioridad se ancle en tres materias: lengua, matemática e inglés. Que ya comenzaron a desplazar docentes de otras áreas, o a no reemplazar esas vacantes cuando se generan, lo que ha significado una pérdida de -mínimo- el 10% de los puestos de trabajo en los colegios afectados por ese plan.
Así, sin pausa, avanzan, dirá otra.
La cuarta completa: “Ayer en Parque Rivadavia organizamos un festival para denunciar todo esto y éramos menos que los docentes afectados”.
La quinta apunta a la cuestión que marca a fuego a este encuentro: “Seguimos sin poder generar reacción”.
No hay militantes de partidos políticos en este micro, pero sí mujeres que hacen política sindical, barrial, académica y ambiental. La mayoría ya ha participado de otros encuentros y por eso están particularmente atentas de “las nuevas”: saben que hay un antes y un después y esa diferencia la marca el durante. Y ese durante ahora mismo son ellas, las que preguntan y escuchan, las que hablan y miran a los ojos, las que rompen la impotencia con carcajadas.

Dos amigas recién llegadas desde Jujuy: el décimo Encuentro al cual asisten. Fotos: Line Bankel /lavaca.org
Una quiere saber el detalle de los talleres que comenzarán el sábado y seguirán en loop y en simultáneo hasta el domingo. Otra lee desde el celular en voz alta los ejes temáticos que plantea la oferta de esos talleres:
Activismos y organización
Tierras y territorios
Cuidados
Salud
Trabajo y desocupación
Violencias
Trata
Coyuntura geopolítica
Religiosidades.
La tercera completa:
-De coger, ni hablar, ¿no?
La erótica del encuentro es esa risa, como lo será la carcajada masiva que representa históricamente la marcha de cierre y también cada momento compartido al lado de ese río que grita auxilio porque vale más que el oro y, como nosotras y como todo, está ahora mismo en peligro.
Algo que se llama feminismo debería escucharlo. Y honrarlo.
Ya veremos: esto recién comenzó.

El río Paraná, segundo más largo de Sudamérica. Por allí pasa la Hidrovía cuya licitación enfrenta a Macri con Milei. Fotos: Line Bankel /lavaca.org
Actualidad
Marcha de jubilados más allá de Trump, Milei, el FMI y Bullrich

La todavía ministra Patricia Bullrich había planteado durante la mañana: “Recordatorio para los que su ‘trabajo es provocar la crisis de este Gobierno’. ¿Quieren marchar contra Trump, Milei, el FMI y una modernización que ni conocen?”. La “modernización” parece ser conocida como reciclado de medidas contra la sociedad. Trump, Milei y el FMI también son bastante conocidos. La marcha de jubilados se realizó pese a todo. Y llegó a Plaza de Mayo. La charla de una mujer con Jorge Taiana, la indagatoria al policía acusado de tirar al piso a la jubilada Beatriz Blanco, y un llamado a la inteligencia.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos lavaca.org, Juan Valeiro y Line Berkel.
A Dolores le dicen Doly, y tiene un cartelito colgado con un piolín negro, que por lo casero llama la atención. Parece un imán, que a uno la lleva a hablar con ella. “Luche como un jubilado”, se lee a distancia.

Doly en Congreso: «Todos los días mando mensajes: Caputo, ¿dónde está el oro?» Foto Juan Valeriro /lavaca.org
Al acercarse, Doly cuenta que viene de Lanús, tiene 71 años, viene todos los miércoles y que se entretiene por X cada vez que el Ministerio de Economía hace una publicación: “Le pregunto: ‘¿Caputo, dónde está el oro?’. Así todos los días”, ríe y al instante se pone seria cuando explica que la lucha de los jubilados “debería ser un ejemplo”, pero que cada vez se sienten más solos. Dice que no hay un solo motivo, sino muchos porqués.
- “Porque meten miedo pegándonos todos los miércoles”.
- “Porque la sociedad no se moviliza en conjunto, sino por separado”.
- “Porque los sindicatos tendrían que despegarse de la CGT que ya sabemos no hará nada”.
- “Porque tendría que formarse una nueva CGT, como alguna vez sucedió”.

Foto Juan Valeriro /lavaca.org
En la concentración de jubiladas y jubilados de este miércoles estuvo unos minutos Jorge Taiana, diputado recientemente electo por la provincia de Buenos Aires, por Fuerza Patria. Dolores le cuenta a lavaca: “Yo soy peronista, pero hablando con él me liberé”. El diálogo:
–¿Dónde están, Jorge? ¿Por qué no vienen a acompañarnos?
–A partir del 10 de diciembre voy a asumir en el Congreso y como legislador voy a tratar de…
–Jorge, el 10 de diciembre vamos a estar todos muertos. Los jubilados venimos todos los miércoles acá, y no hay uno que dé la cara.

La movilización llegó a Plaza de Mayo. Foto: lavaca.org
Doly señala las vallas que dividen la avenida Entre Ríos y la plaza. “¿Sabés para qué son?”, pregunta en voz alta: “Para que quienes están en el Congreso no nos vean, para no escuchar lo que tenemos para decir”. Y ella dice: “Me jubilé en 2014 cobrando casi un 80% de la jubilación. Y en los últimos años, con Macri, con Alberto, con Milei, perdí casi la mitad del poder adquisitivo. Es un desastre. A mí me ayudan mis dos hijos y más o menos la pechugueo, pero sabés lo que es no poder comprarle un regalo a tu nieto. Antes lo hacía, y hace ya un montón de tiempo que no puedo, es muy triste”.
Por eso, Doly marcha.

La imagen de la revista MU de la referente de la Soberanía Alimentaria Miryam Gorban (fallecida el 22/10) también acompañó las marchas. La sonrisa y el cuchillo de cocina entre los dientes. Foto: lavaca.org
“No soy yo”
Este martes declaró Pablo Alexis Aldama, oficial ayudante de la Policía Federal Argentina, acusado por la agresión a la jubilada Beatriz Blanco en la represión desatada el pasado 12 de marzo –el mismo día que hirieron gravemente al fotógrafo Pablo Grillo y Jonathan Navarro perdió la visión de un ojo. Beatriz cayó de nuca a la vereda, golpe que le provocó lesiones en la cabeza. El policía, que desde enero cumple funciones en el Batallón II de Infantería, presentó un escrito de 55 páginas ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal 1, a cargo de María Servini, en el que pidió su sobreseimiento.
Aldama acusa a la jubilada de 82 años de pegarle “desde atrás con un palo similar a un bastón” y romperle su casco de policía. Además, dice que él no fue quien empujó a Beatriz sino su superior, el Oficial Inspector Céspedez, aunque “accidentalmente”.

Beatriz Blanco, 81 años, la mujer golpeada por la policía el 12 de marzo. «Se cae hacia atrás sobre la vereda, aunque infiero que ello pudo responder a la propia inercia de la señora teniéndose en cuenta su avanzada edad». Según Bullrich Beatriz es una patotera (?). Según el policía acusado, se cayó sola. Foto: Line Berkel /lavaca.org
Así lo declara: “No soy yo, Pablo Aldama, quien tiene contacto con la Sra. Blanco al momento del hecho, la que por cuestiones que desconozco, se cae hacia atrás sobre la vereda, aunque infiero que ello pudo responder a la propia inercia de la señora teniéndose en cuenta su avanzada edad”.
El efectivo reconoció haber usado gas pimienta “una sola vez para persuadirla de dejar de agredir al personal policial”. Y refuta a la propia Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), que en su informe afirma que uno de los efectivos extendió su brazo contra Beatriz y, a partir de ese impacto, cayó al piso.
Sin embargo, es miércoles, y Beatriz marcha.

Foto: lavaca.org
3. La inteligencia es seguir
A las 10.55 de la mañana la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, escribió en la curiosamente llamada “red social” X”: “Recordatorio para los que su ‘trabajo es provocar la crisis de este Gobierno’. ¿Quieren marchar contra Trump, Milei, el FMI y una modernización que ni conocen? Perfecto, respeten el protocolo, sobre la vereda y sin violencia”. El posteo tenía la referencia de un video suyo anterior donde decía, en tono amenazante: “Entiéndase por Protocolo Antipiquete: las manifestaciones, sobre la vereda. No se corta la calle”.

Micaela, fotógrafa agredidas de la semana pasada. Los puntos, hematomas y golpes. Foto: Line Berkel /lavaca.org
Menos de siete horas después, pasadas las 17, la calle no sólo estaba cortada sino que era la pasarela principal, liberada por la Policía de la Ciudad, por donde la marcha de jubilados y jubiladas avanzaba como hacía semanas no sucedía. Por allí camina, cámara en mano, Micaela, la fotoperiodista que recibió un palazo en el ojo en la represión de la semana pasada. Fue un oficial de la misma fuerza que ahora despeja las calles la que la dejó con el ojo izquierdo morado, un pequeño derrame, un punto debajo de su ceja y un malestar en todo ese lado de la cara –del cachete hasta la pera–, con una presión sobre las cervicales que le dan ganas de vomitar.

Foto Juan Valeriro /lavaca.org
Al lado está Emiliano, su compañero, que tiene a su madre todavía convaleciente: Nora, de 70 años, fue empujada en la misma represión, y estuvo unos minutos inconsciente en el suelo, congelando la respiración de quienes la rodeaban. “Todavía siente un hormigueo en el brazo izquierdo –cuenta su hijo–. Le cuesta cortar la comida, la tienen que ayudar”.
Hoy Nora no vino. Pero cientos, miles, sí, que marchan después de una radio abierta larga, y llegan hasta Plaza de Mayo sin inconvenientes, donde habrá otro acto más. Algunos se preguntan de la eficacia de los miércoles, pero entre tanta pregunta dubitativa, Silvia López, 69 años, trae un silbato que no deja de soplar y dos latas de atún que no deja de golpear. Vino de Ensenada, provincia de Buenos Aires, a 59 kilómetros de esta Plaza a la que asiste cada semana con su bastón porque tiene mal la pierna de toda una vida como peluquera y comerciante. Cobra la mínima que no le alcanza para mucho, como la garrafa que pagó ayer a 18.000 pesos. La cosa está dura pero, dice Silvia, hay que reafirmar la inteligencia.
–¿Cómo?
–Hay que seguir. Seguir viniendo. Para que te escuchen. Porque mientras la gente siga viniendo acá, ellos saben que el problema continúa.
Silvia sigue.
Y también, como Doly y Beatriz, y tantos otros y otras cada miércoles, marcha.

Un clásico: la sonrisa de Juan José, y su momento de baile de cada miércoles, sobre su silla de ruedas. Foto Juan Valeriro /lavaca.org

Mu207Hace 2 semanasRedes, IA, violencia, imaginación: Cora Gamarnik, las imágenes y los modos de ver

ExtractivismoHace 2 semanasProyecto Litio: un ojo de la cara (video)

CineHace 3 semanasNorma Punk: la jubilada que hizo llorar a Cavallo

ActualidadHace 3 semanasMarcha de jubilados: Boca, peronismo, CGT, traiciones y una asamblea mirando el futuro

ActualidadHace 4 semanasMarcha de jubilados: “Hay que creer en las calles”





























