Derechos Humanos
Abuelas: fue encontrado el nieto 138 en medio del reclamo contra el desmantelamiento de la Secretaría de Derechos Humanos

Crónica de la jornada en la Ex ESMA, donde Abuelas de Plaza de Mayo informaron sobre la aparición del nieto 138 y se llevó a cabo además un abrazo en defensa de las áreas del Estado dedicadas a los temas de derechos humanos, investigación y restitución de la identidad. Detalles sobre la pareja desaparecida, el hermano que esperaba, las pibas viejas, y la descripción de los efectos del ajuste.
Por Lucas Pedulla/ Fotos: Juan Valeiro, lavaca.org
Nunca un tuit se asemejó tanto a una caricia.
Los grupos de WhatsApp periodísticos, militantes y gremiales estaban atravesados por dos cuestiones, ambas ligadas entre sí, con mensajes de trabajadores y trabajadoras con mucha angustia, por lo que significa la posibilidad de quedarse sin trabajo:
- A las 11 de la mañana, el secretario de Derechos Humanos, Alberto Baños, recibiría a una delegación de ATE por la amenaza de cientos de despidos que dejarían prácticamente desmantelada la Secretaría y las políticas públicas de memoria, verdad y justicia, a pocos meses de cumplirse el 49º aniversario del golpe genocida.
- A las 17, el abrazo al Espacio Memoria y Derechos Humanos, que funciona donde operó el campo de concentración de la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada), convocado por organismos, partidos y gremios como una muestra de defensa de los sitios de la memoria, a sus trabajadorxs, y de repudio al vaciamiento que denuncian que lleva adelante la gestión del ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona.
Fue a las 11.38 cuando Abuelas de Plaza de Mayo tuiteó lo inesperado: “Encontramos un nuevo nieto. Conferencia de prensa: hoy, 27/12, a las 14 hs. Casa por la Identidad Espacio Memoria (ex Esma, Av. Libertador 8151, CABA)”.
De pronto, sonrisas.
De pronto, llantos.
Y de pronto, un día o un año o cuatro décadas que se resignificaban por completo.

Ocho meses y medio
A las 14, el auditorio de Abuelas está lleno. Este lugar –precisa un nieto restituido, Manuel Gonçalves Granada, para ubicar la importancia de las políticas de memoria y recuperación de los sitios– era una sala “con un feo pizarrón verde” que la Marina usaba para adoctrinamientos. Hoy es el escenario donde se comunica una noticia que da vida.
La primera que llega es Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Luego bajan por las escaleras la vicepresidenta de Abuelas Buscarita Roa seguida de Estela de Carlotto, su presidenta, quien es la primera en saludar: “Gracias por venir. Coincide casi con el fin de año, y es un regalo muy grande para las viejas, nosotras, las que tenemos ya tantos años de lucha”.

Taty Almeida y Estela Carlotto, ese viernes en la Ex ESMA.
A continuación, lee el comunicado con la información:
- El nieto 138 es hijo de Marta Enriqueta Pourtalé y Juan Carlos Villamayor, militantes de Montoneros. A ella le decían “La Negra” o “María”; a él le decían “El Negro” o “Ricardo”.
- Marta nació en Azul, provincia de Buenos Aires, el 5 de mayo de 1946. Juan Carlos nació el 28 de abril de 1955 y se crio con su familia en José León Suárez, conurbano bonaerense. A los 11 empezó a trabajar en una zapatería en Boulogne. Fue boy scout y lo recuerdan sensible, solidario y con iniciativa. Amaba organizar bailes. Era hincha fanático de River y de la música: tocaba la guitarra y era fan de Pappo, Spinetta y los Rolling Stones.
- Juan Carlos tenía 17 cuando conoció a Marta. Ella había estudiado el Profesorado de Historia y tuvo varios trabajos como administrativa, el último en Entel, entonces empresa estatal de telecomunicaciones. Marta tenía un hijo, Diego Antonio, con una pareja anterior, pero cuando Juan Carlos cumplió 21 le dio su apellido a Diego.
Marta y Juan Carlos fueron secuestrados el 10 de diciembre de 1976 en su domicilio de la ciudad de Buenos Aires. El operativo fue perpetrado por personas vestidas de civil.
Marta estaba embarazada de ocho meses y medio.
“La pareja fue vista en el centro clandestino de detención ESMA, que funcionó en este predio, donde posiblemente se haya producido el nacimiento del nieto 138 –precisa el comunicado de Abuelas–. Hasta el momento se tienen contabilizados más de 30 nacimientos en este Centro Clandestino”.
Marta y Juan Carlos querían llamar Soledad o Manuel al bebé que esperaban.

Hermanito dibujado
La hermana de Juan Carlos, María del Carmen Villamayor, y su mamá, Carmen Morinigo, presentaron habeas corpus y visitaron tribunales y cárceles. En 1979, Carmen denunció las desapariciones ante la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y de puño y letra escribió: “En la carta que les entregué personalmente en septiembre pasado denuncié la desaparición de mi hijo Juan Carlos Villamayor y de mi nuera Marta Enriqueta Pourtalé (…) Ella en el momento que desapareció estaba embarazada de ocho meses y medio por lo cual queremos saber, como imaginará, qué fue del bebé”.
Del lado materno, el tío Pedro Pourtalé recibió un llamado de la comisaría de Villa Ballester para buscar a un menor de cuatro años. Era su sobrino, Diego, que había sido dejado allí, pero le negaron información de su hermana y de su cuñado. Pedro y su mamá criaron al niño y, en democracia, denunciaron el caso ante la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP). Diego siempre supo que esperaba un hermanito: cuando Marta y Juan Carlos le contaron hizo un dibujo de la familia incluyendo al bebé. Continuó esta búsqueda desde el grupo de familiares que participa activamente de Abuelas.
Otro detalle los une: ambos son abogados. Diego todavía no conoció a su hermano, que vive en España, pero Manuel Gonçalves reproduce en la sala un audio de WhatsApp que le mandó: “Nunca me preparé para esto ni me sale demasiado. Estoy embargado por la emoción. Muchas gracias, Abuelas, son el orgullo nacional. Las adoro. Y a todos los que están ahí”.
La sala explota de aplausos.
El delito más aberrante
Ya en 1988 las Abuelas presentaron una denuncia que hablaba de un niño que podría ser hijo de desaparecidos. Desde 1999 la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI) trabajó en la investigación del grupo familiar Villamayor-Pourtalé para que el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) fuera incorporando las muestras biológicas de la familia. Dice Abuelas: “Por otro lado, un joven que fue convocado por la justicia dio su muestra de ADN, que fue ingresada al BNDG en el marco de la causa 188/2000”.
La CoNaDI y el BNDG son dos instituciones que están en riesgo, denunció Abuelas, por las políticas de ajuste y la visión negacionista del gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel. “Esto demuestra, una vez más, la imprescindible e incansable labor de los distintos mecanismos que nuestro país fue creando para lograr resultados por los que somos admirados en el mundo”, precisan.
El Banco fue cotejando todos los perfiles, mientras la Unidad Especial de Investigación de la CoNaDI y la Unidad Especializada para casos de apropiación fueron aportando datos al juzgado de María Servini, quien convocó al hombre a realizarse el estudio de ADN. “Ayer, el Juez Daniel Rafecas informó al nieto 138 los resultados. Todo este proceso conjunto permitió la restitución de su identidad y abrió su camino hacia la verdad”, explica el comunicado de Abuelas.

El acto de ayer.
Y agrega:
- “Esta restitución es, una vez más, la muestra de las consecuencias del terrorismo de Estado en el presente y, también, de la necesidad de dar centralidad a las políticas de derechos humanos para que los delitos de lesa humanidad cesen”.
- “La CoNaDI y BNDG fueron instrumentos indispensables para la resolución del caso. En la consolidación de nuestra democracia la Secretaría de Derechos Humanos ha acompañado nuestra lucha en busca de las respuestas que los perpetradores nunca nos han querido dar. Este organismo del Estado se encuentra atravesando uno de los ajustes más brutales con la reducción de su personal a partir de un plan de desmantelamiento”.
- “El delito más aberrante de la dictadura se hace evidente en cada restitución: mantener viva a una mujer embarazada, someterla a las peores vejaciones hasta dar a luz a su bebé en condiciones inhumanas, para luego robarle a su hijo y sustituir su identidad. Aunque tarde, con este encuentro, este crimen cesa. El pueblo argentino ya ha repudiado estos crímenes horrendos”.
- “Hoy celebramos la restitución del nieto 138 y desde Abuelas pedimos que se sostenga el trabajo de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, una herramienta imprescindible para la defensa de estos derechos fundamentales”.
Y cierran: todavía faltan encontrar a 300 nietos y nietas más.

Una piba vieja
Al finalizar el comunicado Abuelas dio lugar a una ronda de preguntas. Algunas indagan por detalles que puedan contar del nieto y su reacción. “Es una persona que está muy conmovida –dice Manuel, la persona que le dio la noticia junto a Mariana Herrera, directora del BNDG-. Vimos una persona que, aun en esta situación de tanta conmoción, con el pasar de los minutos empezó a hacer un ejercicio muy valioso para estas historias tan complejas: empezó a pensar en la familia. Le dijimos que se va a encontrar con una familia que lo buscó y que nunca perdió las esperanzas. La dictadura había secuestrado a una mujer con más de 8 meses de embarazo: eso también demuestra la fuerza de nuestras madres que nos parieron en las peores condiciones”.
Manuel precisa el momento del encuentro: “Le estamos diciendo algo que le va a cambiar la vida, pero que va a sanar algunas de las heridas más dolorosas de la dictadura, no sólo para ellos, sino para toda la sociedad. Es el momento en que sus familias dejan de buscarlo todos los días”. Consultado sobre sus apropiadores, responden que seguramente la restitución traerá nuevos movimientos en la causa, pero “los detalles están en la Justicia”.
Estela revaloriza: “Los nietos, para nosotros, son todas hermosuras, preciados y buscados. Cada uno en su momento recibe todo el cariño y amor. Pero faltan muchos. Tenemos que luchar y seguir luchando. La gente joven. Yo tengo 94 años, soy una piba muy vieja”.

Estela, la piba de 94 años.
Taty Almeida le responde: “Es juventud acumulada”.
Estela se ríe: “Vos decís juventud acumulada, pero somos viejas. Qué vamos a hacer: es lindo envejecer luchando”.
La sala la ovaciona.
La sala canta: “Como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar”.
La sala entonces se levanta y acompaña a Estela y a Buscarita al hall central, donde actualizan el mensaje que, en una de las paredes, lleva el conteo de lxs nietxs restituidxs. Estela, espléndida y sonriente, lleva el 8 en la mano y actualiza el número.
La estrella 138 sobre el cielo de Abuelas.
El desmantelamiento
El día, sin embargo, no termina. En breve comienza el abrazo y ya hay militantes de ATE que acomodan el escenario y los parlantes frente al edificio cuatro columnas, como le llaman a la entrada que conserva un nombre que sigue generando escalofríos: “Escuela de Mecánica de la Armada”. Aquí será el abrazo, y a metros hay una señalización que indica que este lugar era el pabellón central de la ESMA, con el despacho del director, la sala de profesores, un patio cubierto dedicado a ceremonias y formaciones, y varias dependencias administrativas. Aquí, también, funcionó la Jefatura de la “Compañía Ceremonial”, sobre la que se conformó el Grupo de Tareas 3.3.2, cuyo jefe de inteligencia, Jorge “Tigre” Acosta, hoy condenado por delitos de lesa humanidad, tuvo su oficina.
Cruzando el patio largo, enorme, se encuentra la Secretaría de Derechos Humanos. Allí trabaja hace 14 años Paula Donadío, delegada de ATE, integrante de la Junta Interna. Su área es, precisamente, la Dirección de Sitios y Espacios de la Memoria, uno de los sectores en crisis por los anuncios, que Paula sintetiza a lavaca con precisión y dolor:
- “En 2023 éramos más de 1.000 personas y hoy estamos debajo de los 800. Desde marzo venimos teniendo despidos. Hasta finales de septiembre fueron casi 150 en la Secretaría. Tuvimos la reincorporación de casi la mitad, todo por la lucha”.
- “Lo que sucedió ahora es que decidieron terminar con una modalidad de contratación que es el ente de cooperación ACARA (Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina). Ofrecieron retiros voluntarios y, a quienes no querían, les dijeron que los iban a despedir. Eso, en la Secretaría, implica a 400 personas. Al mismo tiempo, teníamos la incertidumbre de qué va a pasar con las contrataciones no permanentes, que son 200”.
- “Además informaron el recorte salarial de entre el 50% y el 70% de casi 200 personas”.
- “Esto significa espacios de la memoria que no pueden abrir, atención psicológica a víctimas de violencia institucional o de violaciones a los derechos humanos que no reciben, seguimiento de juicios que se dejan de hacer. Y no por culpa de los trabajadores”.
- “La reunión con Baños fue tensa. Hace poco fuimos a la justicia con una medida cautelar para proteger los puestos de trabajo. Le planteamos estos puntos y se comprometió a hablar con el Ministerio para tener algún tipo de resolución estos días. Les recordamos que el lunes es el último día hábil del año”.
A este combo, Donadío suma que se les agregaron funciones que provienen de la desarticulación del INADI y del Ministerio de las Mujeres. En una carta abierta, ATE denunció que en los últimos tres meses dos compañerxs de la Secretaría murieron y que las presiones son constantes. También que la gestión de Baños –un ex juez nacional que se jubiló en medio de la causa por la desaparición del policía de la Ciudad Arshak Karhanyan– aumentó la presencia de Policía Federal en el edificio, algunos de civil, que “observan las asambleas” y, en una ocasión, “intentaron desenfundar el arma durante una protesta”.
En este panorama, la noticia del Nieto 138 fue un abrazo, pero también un motor que le dio a la jornada otro tono, por la noción de ubicar estas políticas en algo tan concreto como la restitución de las identidades robadas durante el genocidio.

Desde este viernes, son 138 los nietos recuperados. «Faltan 300» dicen en Abuelas.
Más que nunca
Es la hora del abrazo, y el patio está lleno y diverso. Desde las banderas del Partido Obrero a Roberto Baradel, de SUTEBA, o del exministro de Trabajo Carlos Tomada a la dirigenta del PTS Myriam Bregman, los colores y los rostros y los pañuelos forman una foto poco habitual, pero necesaria, mientras saludan y abrazan a las Madres Línea Fundadora -Taty Almeida, Carmen Lareu, Clara Weinstein y Vera Jarach- que llegan y se ponen al frente, mientras todes cantan que el pueblo las abraza. Cantan hijos, hijas, familiares, sobrevivientes, nietos y nietas restitutidxs, nietes, y militantes que, en muchos casos, no suelen cruzarse en las mismas marchas.

Nietes: la nueva generación que se suma.
Es Taty Almeida la que cierra este día donde los abrazos siguen en modo alerta: “Como verán quedamos muy pocas, pero estamos tranquilas, sobre todo porque no es la primera vez que escuchamos a tanta gente joven hablar, seguir con la lucha. A ellos ya les hemos pasado la posta, que la ponen en práctica. La prueba es que estamos todas, todos y todes reunidos. Tenemos que demostrar más que nunca que un pueblo unido jamás será vencido. La unidad es lo único que nos va a ayudar”.
Taty cierra: “Después de tanta muerte, vimos que hubo vida. No nos han vencido”.
Los puños se levantan: “30 mil compañeros detenidos desaparecidos, presentes”.
El patio truena: “Ahora y siempre”.
Derechos Humanos
Estela, 95 años y 140 nietos recuperados: ¡que los cumplas feliz!
Hoy cumple 95 años Estela Barnes de Carlotto, actual presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Su utopía era la de una vida normal. No pudo ser: la directora de escuela “antiperonista y aburguesada” sufrió el secuestro de su marido primero (liberado tras el pago de un rescate a los grupos de tareas) y más tarde el de su hija Laura, que parió en cautiverio y luego fue fusilada por la espalda. Para Estela comenzaba otra historia. Desde los gritos ante la Rosada, los cumpleaños simulados y las búsquedas insólitas, hasta el hallazgo de 140 vidas e identidades. ¿Qué simbolizan Abuelas? Modos posibles de ser y de hacer, frente a lo peor, y sin odio. Acción más que los discursos. Carácter, eficiencia y alegría. El efecto Milei y un consejo abuelístico. La nota publicada en MU, como humilde homenaje a una mujer. Y al Estilo Estela. Por Sergio Ciancaglini.
(más…)Derechos Humanos
Festival por Pablo Grillo: “Quisieron matarlo, pero no les salió”

Quiénes estuvieron y quiénes no, a siete meses del ataque al fotoreportero durante una de las marchas de jubilados. El significado de la solidaridad y la amistad: «Estamos revirtiendo eso de que ser turro esté de moda» dijo Fabián, el padre de Pablo.
Por Claudia Acuña
Sobre Hipólito Yrigoyen, a pocos metros de Solís, hay una herida en el asfalto que marca el lugar exacto en el que la Gendarmería Nacional atentó contra la vida del fotógrafo Pablo Grillo. Ahí mismo un manojo de colegas están ahora pegando con plasticola su foto, mientras Fabián, su papá, sintetiza todo lo que este festival solidario significa: “Quisieron matarlo, pero no les salió. Pablito está mejor y lo que lograron es potenciar el amor del pueblo. Ahora acá estamos revirtiendo eso de que ser turro esté de moda para que podamos mirar al otro como un amigo, un colega, un par”.

Fabián Grillo y las armas de creación masiva. «Pablito está mejor y lo que lograron es potenciar el amor del pueblo».
Hay chicos jugando al ajedrez y chicas pintando con acuarelas flores y pájaros. Hay músicos cantando rap y músicas cantando tangos. Hay jóvenes y veteranos bailando rock y milongas. Hay sol, mate y bandejas de sándwiches y alfajores caseros que se comparten. Hay fotos colgadas en las rejas de la plaza y en los cuellos de colegas de Pablo que acompañan a las familias, amigos, amigas y vecinos que se reunieron allí para acompañarse.

Chicas y chicos jugando y pensando.
Hay jubilados y jubiladas, por supuesto, porque finalmente Pablo estaba allí para registrar su batalla de todos los miércoles. Aquel 12 de marzo no era uno cualquiera: se habían sumado a la ronda hinchas de todos los clubes de fútbol con la intención explícita de proteger a las y los jubilados de la represión que sufrían cada miércoles y que ese día fue más brutal. Así lo ordenó la ministra de Seguridad Patricia Bullrich –ahora candidata a senadora, quizá para esconder las consecuencias legales tras los fueros– y la noticia fue otra: no ya el apoyo que podría haber contagiado la solidaridad de otros sectores, sino la imagen de un joven fotógrafo agonizando en el asfalto con el cráneo destrozado. “Si Pablo tiene la fuerza para pelear por su vida, nosotros también”, sintetiza Fátima, una de sus amigas de Remedios de Escalada, donde todos los viernes se realiza un semaforazo para exigir justicia y todos los meses un festival como este, que al cumplirse siete meses decidieron trasladar a la escena del ataque.

Jubilados acompañando la movida. El ataque a Pablo fue durante una de las marchas de los miércoles, el 12 de marzo.
Lo que no hay deja flotando un interrogante: a una semana se las elecciones nacionales no hay partidos ni políticos que ni siquiera se acercaran para la clásica foto. ¿Dónde están? Tampoco hay organizaciones sociales ni otros aparatos que aporten ni gente ni logística, que la familia consiguió a puro abrazo. Por ejemplo, el de SiPreBA –el sindicato de prensa porteño– que entre otras cosas se hizo cargo del sonido y los dos baños químicos exigidos por el gobierno porteño para otorgar el permiso, que se convirtieron en cinco: cuando la empresa proveedora se enteró para qué eran decidió aportar tres más.


La cicatriz en el asfalto, y el homenaje a Pablo, que sigue recuperándose.
Lo que sobra es armonía, esa extraña cualidad en peligro de extinción y que allí, sobre el asfalto herido, cura.

La vida sobreponiéndose a los proyectos de muerte.
Derechos Humanos
Desde Roma: la sociedad contra la guerra

Crónica de una movilización histórica en Roma más de un millon de personas) después de semanas de huelgas y manifestaciones en todo el país. Fueron siete horas de manifestación transversal, diversa y enérgica contra el genocidio en Gaza. La calle, los carteles hechos a mano, las noticias de la flotilla secuestrada por Israel, y las voces que plantean que la paz es una responsabilidad colectiva.
por Franco Ciancaglini (desde Roma)
La ciudad amaneció este sábado convertida en el centro de una protesta histórica. Más de un millón de personas marcharon en Roma durante siete horas contra el genocidio en Gaza, en lo que se considera una de las movilizaciones más masivas de los últimos años en Italia.

Gente marchando: la antiquísima y siempre nueva lucha por la paz.
El contexto inmediato fue la detención de la Global Sumud Flotilla, integrada por 42 embarcaciones que partieron desde puertos de España, Túnez, Italia y Grecia para llevar alimentos y medicamentos a Gaza y denunciar el bloqueo israelí. Israel interceptó el último barco, el Marinette, a 42 millas de la costa, y detuvo en total a 473 tripulantes. Durante cuatro días no hubo noticias de ellos.
Entre los detenidos figuran cuatro argentinos:
- Celeste Fierro, legisladora porteña por el Frente de Izquierda;
- Carlos “Cascote” Berola, dirigente social de larga trayectoria;
- Ezequiel Peressini, militante socialista y exlegislador cordobés;
- Nicolás Calabrese, profesor de educación física nacido en Paraná y actualmente radicado en Brasil.
- (A última hora se confirmaría que al menos Calabrese y otro de los argentinos hombres, sin identificar, fueron liberados).

Porta San Paolo, de Roma, donde se recuerda la resistencia contra el fascismo: punto de encuentro de parte de la manifestación que reunió 600.000 personas contra la guerra y el genocidio.
Este mismo sábado Israel informó la deportación de 137 detenidos hacia Turquía, pero ninguno de los argentinos figura en esa lista. El gobierno argentino no realizó un reclamo por ellos. La única información desde que fueron detenidos llegó gracias a un equipo jurídico internacional: se encuentran en una cárcel de máxima seguridad en Ketziot, donde fueron “atados, arrodillados y sometidos a humillaciones” (https://elpais.com/internacional/2025-10-03/los-activistas-de-la-flotilla-comparecen-ante-un-tribunal-en-una-carcel-de-maxima-seguridad-de-israel.html).
Mientras las columnas de manifestantes recorrían Roma otra noticia llegaba desde Medio Oriente: 46 palestinos fueron asesinados en nuevos bombardeos, entre ellos siete niños, según reporta La Repubblica (https://www.repubblica.it/).

Pancarta escrita a mano: «El silencio nos hace cómplices».
La chispa
La chispa que encendió esta ola de protestas en Italia comenzó el 22 de septiembre. Ese día, los trabajadores del puerto de Génova anunciaron que bloquearían las mercancías a Israel si la flotilla Global Smund no llegaba a Gaza (https://www.eldiario.es/internacional/trabajadores-puerto-genova-amenazan-bloquear-mercancias-israel-si-flotilla-no-llega-gaza_1_12572177.html).
La flotilla no llegó. Y los trabajadores cumplieron.
Tras el ataque con drones a dos embarcaciones –una en Túnez y otra en aguas internacionales– el sindicato paró y marcó un antes y un después. Esa noche 50 mil personas marcharon en Génova. En Roma también hubo una movilización improvisada, convocada apenas un día antes. “Ese día cambió todo: había un aire”, explica a lavaca Giansandro Merli, periodista de Il Manifesto, el medio italiano que más sistemáticamente siguió el tema (https://ilmanifesto.it/). “La CGIL, la gran central sindical, se negaba a tomar posición, decía que los trabajadores solo debían defender sus derechos laborales, pero las bases empezaron a presionar planteando que había un genocidio y no se podía mirar para otro lado”.

No es un miércoles en Congreso, sino un sábado ante el Coliseo.
Finalmente la CGIL se sumó a las huelgas junto con la Unione Sindacale di Base (USB) y otros gremios de base: “Hace muchos años que vemos lo que pasa al lado nuestro. Es mucha impotencia”, sintetiza. Lo que para la dirigencia sindical y muchas personas de otros lados del mundo resulta difícil de comprender, es simple: se trata de una batalla por la paz y un símbolo de la solidaridad mundial, como un espejo de resistencia contra las ultraderechas en todo el mundo.
Durante tres días seguidos Italia vivió un paro general que detuvo el funcionamiento de puertos, trenes, hospitales y escuelas, con manifestaciones en ciudades importantes: Milán, Nápoles, Turín y Florencia. Se calcula que más de dos millones de personas participaron en esas jornadas de huelga y protesta, que abarcaron además al menos 100 ciudades (https://ilmanifesto.it/un-movimento-eclettico-e-spiazzante).
Una de las mayores paralizaciones laborales de las últimas décadas en Europa.
La huelga se sintió en todos los sectores: transporte interrumpido, vuelos cancelados, servicios sanitarios reducidos, partidos de fútbol suspendidos. Un país detenido. “Las bases movieron a las cúpulas”, resume Merli. “Y cuando las cúpulas se movieron, lo hicieron sin preaviso, con una huelga general que unió a todos los sindicatos. Italia no se había visto así en décadas”.
Ese clima es el que desemboca hoy en Roma. Después de la huelga nacional y de tres días de protesta sostenida, el país estaba preparado para una demostración de fuerza que trascendiera al sindicalismo: una marcha nacional, diversa, transversal, que muestra que la causa palestina traspasó las fronteras de los colectivos tradicionales y se instaló en la conciencia social. Italiana, europea, y global.

Los llamados a la huelga para liberar a Gaza del genocidio.
Un país bloqueado
El punto de encuentro era Porta San Paolo, donde una placa recuerda los combates que tuvieron lugar en septiembre de 1943, durante la resistencia a la ocupación de Roma por parte de las tropas alemanas.
Hacia ese lugar partieron unas veinte columnas desde distintos puntos de la ciudad. La escena era múltiple: estudiantes con pancartas improvisadas, sindicatos con banderas de colores, colectivos migrantes, movimientos sociales okupas, familias con cochecitos de bebé. No era una marcha de aparato partidario sino un verdadero mosaico social que caminó sin parar durante todo el día. Sin descanso, puro movimiento.
A mitad de camino al llegar al Coliseo romano, el contraste fue elocuente: las columnas daban la vuelta mientras un cordón policial intentaba separar a los manifestantes de la otra Roma, la de turistas de todas partes del mundo. Muchos, sin embargo, se acercaron a fotografiar, aplaudir y grabar videos. El anfiteatro más famoso del planeta se transformó así en el telón de fondo de una protesta política de escala internacional. Con la policía como escudo.

“Hagan silencio cuando los niños duermen, no cuando mueren”.
“Los italianos nos rebelamos”
El clima se multiplica en los camiones con parlantes que funcionan como faros móviles: allí se escuchan consignas, se canta Bella Ciao –himno de la resistencia antifascista italiana, resignificado ahora como canto por Palestina– y se informa sobre la situación de los detenidos. Cuando desde un altavoz se anuncia la liberación de algunos tripulantes de la flotilla –que al cierre de esta edición siguen llegando al país– la multitud estalla en aplausos.
La diversidad se ve en los testimonios. Elisa, llegada desde Milán, dice a lavaca: “Es la sociedad contra la guerra. Meloni habló en la ONU de reconocer a Palestina, pero nadie le cree. Ella está con Trump y Netanyahu, no habla por nosotros”.
A pocos metros, María Ana pinta con marcador negro un cartel que dice: “Meloni: no en mi nombre”.
Y explica: “¿Quién puede estar de acuerdo con matar 20 mil niños? ¿Quién? Solo los fascistas: Hitler, Trump, Netanyahu y Meloni”.
¿Quién es Meloni? “Ella es esclava de Trump: hace lo que él dice”.
¿Por qué está tan condicionada? “Porque tiene miedo de que la izquierda gane espacio y la gente no vote por ella la próxima vez”.
¿El genocidio es un tema electoral? “Todo es político: Netanyahu hace la guerra porque teme ir preso. Ha hecho tantas cosas que, si pierde el poder, iría preso”.
Una joven sostiene un cartel en italiano que dice “Fate silenzio quando i bambini dormono e non quando muoino” (“Hagan silencio cuando los niños duermen, no cuando mueren”). Luego explica: “Aunque pensemos que no podemos cambiar las cosas hay que estar acá, hablar, movilizarse, decir lo que duele”. Al terminar su testimonio, sus amigas la aplauden: una escena pequeña que muestra como emerge una voz individual convertida en celebración colectiva.
Otro estudiante señala: “Esto no es de partidos, es de la gente normal como yo, que no aguanta más lo que pasa. No es un problema político, es un problema de humanidad. Los italianos nos rebelamos”.
Un cartel tiene de un lado la siguiente frase: “Definición de asesino”y la cara de Netanyahu. Del otro: “Definición de cómplice”y la cara de Trump”. Un grupo de jóvenes llama por un megáfono a “liberarse de esta gobernanza que produce armas y muerte”. La protesta por la paz y contra el genocidio tiene también nombres propios, responsables: Netanyahu, Trump y Meloni.

Un palco improvisado en la plaza San Juan de Letrán, para hablar sobre muerte y vida, sobre guerra y paz.
La atmósfera no puede no rememorar a las jornadas de resistencia antifascista. El hit italiano de estas jornadas dice:
Los pueblos que luchan
Escriben la historia
Palestina libre
Hasta la victoria
La multitud sigue machando y Roma se encuentra literalmente bloqueada: calles cerradas, avenidas tomadas, transporte interrumpido.
Los camiones de sonido anuncian la llegada de nuevas columnas: “En este momento está llegando el movimiento migrante de Abruzzo”. La gente aplaude. Y aplaude más cuando se informa que algunos de los detenidos de la flotilla están siendo liberados en ese momento.
Los altoparlantes también relatan algo inusual: se suspendieron partidos del Calcio (el torneo de fútbol) como símbolo de solidaridad. Un detalle que muestra que la protesta atravesó todos los ámbitos de la vida cotidiana.
Continuará
La movilización concluye con un acto en la Plaza San Juan de Letrán en el que jóvenes palestinos tomaron la palabra. Desde el escenario improvisado se habló sin eufemismos: genocidio, holocausto, guerra mundial. Palabras que en otro tiempo parecían lejanas y que hoy resuenan otra vez en Europa.
“Recuperar la energía”, dice un orador. “Hablemos de amor mundial. Hablemos de solidaridad mundial”, agrega otro. El tono es al mismo tiempo político y emocional.
Al final, mientras las columnas comenzaban a dispersarse, la policía cargó contra los manifestantes que permanecían en el centro de Roma. Hubo carros hidrantes, corridas y al menos un herido. Las sirenas llenaron las calles vacías en un contraste brutal con la multitud enérgica de horas antes. Un intento –que en Argentina ya conocemos– para desdibujar el sentido histórico de esta movilización.
Lo que queda es la imagen de un país que después de semanas de huelgas y protestas salió a ocupar su ciudad capital y a decir que Palestina no está sola.
Como resumía una pancarta escrita a mano: “La paz es una responsabilidad colectiva”.
O como planteó un joven palestino desde el escenario: “Tenemos que poner un freno ya. ¡Y lo estamos haciendo!”.


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