Derechos Humanos
Abuelas: fue encontrado el nieto 138 en medio del reclamo contra el desmantelamiento de la Secretaría de Derechos Humanos

Crónica de la jornada en la Ex ESMA, donde Abuelas de Plaza de Mayo informaron sobre la aparición del nieto 138 y se llevó a cabo además un abrazo en defensa de las áreas del Estado dedicadas a los temas de derechos humanos, investigación y restitución de la identidad. Detalles sobre la pareja desaparecida, el hermano que esperaba, las pibas viejas, y la descripción de los efectos del ajuste.
Por Lucas Pedulla/ Fotos: Juan Valeiro, lavaca.org
Nunca un tuit se asemejó tanto a una caricia.
Los grupos de WhatsApp periodísticos, militantes y gremiales estaban atravesados por dos cuestiones, ambas ligadas entre sí, con mensajes de trabajadores y trabajadoras con mucha angustia, por lo que significa la posibilidad de quedarse sin trabajo:
- A las 11 de la mañana, el secretario de Derechos Humanos, Alberto Baños, recibiría a una delegación de ATE por la amenaza de cientos de despidos que dejarían prácticamente desmantelada la Secretaría y las políticas públicas de memoria, verdad y justicia, a pocos meses de cumplirse el 49º aniversario del golpe genocida.
- A las 17, el abrazo al Espacio Memoria y Derechos Humanos, que funciona donde operó el campo de concentración de la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada), convocado por organismos, partidos y gremios como una muestra de defensa de los sitios de la memoria, a sus trabajadorxs, y de repudio al vaciamiento que denuncian que lleva adelante la gestión del ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona.
Fue a las 11.38 cuando Abuelas de Plaza de Mayo tuiteó lo inesperado: “Encontramos un nuevo nieto. Conferencia de prensa: hoy, 27/12, a las 14 hs. Casa por la Identidad Espacio Memoria (ex Esma, Av. Libertador 8151, CABA)”.
De pronto, sonrisas.
De pronto, llantos.
Y de pronto, un día o un año o cuatro décadas que se resignificaban por completo.

Ocho meses y medio
A las 14, el auditorio de Abuelas está lleno. Este lugar –precisa un nieto restituido, Manuel Gonçalves Granada, para ubicar la importancia de las políticas de memoria y recuperación de los sitios– era una sala “con un feo pizarrón verde” que la Marina usaba para adoctrinamientos. Hoy es el escenario donde se comunica una noticia que da vida.
La primera que llega es Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Luego bajan por las escaleras la vicepresidenta de Abuelas Buscarita Roa seguida de Estela de Carlotto, su presidenta, quien es la primera en saludar: “Gracias por venir. Coincide casi con el fin de año, y es un regalo muy grande para las viejas, nosotras, las que tenemos ya tantos años de lucha”.

Taty Almeida y Estela Carlotto, ese viernes en la Ex ESMA.
A continuación, lee el comunicado con la información:
- El nieto 138 es hijo de Marta Enriqueta Pourtalé y Juan Carlos Villamayor, militantes de Montoneros. A ella le decían “La Negra” o “María”; a él le decían “El Negro” o “Ricardo”.
- Marta nació en Azul, provincia de Buenos Aires, el 5 de mayo de 1946. Juan Carlos nació el 28 de abril de 1955 y se crio con su familia en José León Suárez, conurbano bonaerense. A los 11 empezó a trabajar en una zapatería en Boulogne. Fue boy scout y lo recuerdan sensible, solidario y con iniciativa. Amaba organizar bailes. Era hincha fanático de River y de la música: tocaba la guitarra y era fan de Pappo, Spinetta y los Rolling Stones.
- Juan Carlos tenía 17 cuando conoció a Marta. Ella había estudiado el Profesorado de Historia y tuvo varios trabajos como administrativa, el último en Entel, entonces empresa estatal de telecomunicaciones. Marta tenía un hijo, Diego Antonio, con una pareja anterior, pero cuando Juan Carlos cumplió 21 le dio su apellido a Diego.
Marta y Juan Carlos fueron secuestrados el 10 de diciembre de 1976 en su domicilio de la ciudad de Buenos Aires. El operativo fue perpetrado por personas vestidas de civil.
Marta estaba embarazada de ocho meses y medio.
“La pareja fue vista en el centro clandestino de detención ESMA, que funcionó en este predio, donde posiblemente se haya producido el nacimiento del nieto 138 –precisa el comunicado de Abuelas–. Hasta el momento se tienen contabilizados más de 30 nacimientos en este Centro Clandestino”.
Marta y Juan Carlos querían llamar Soledad o Manuel al bebé que esperaban.

Hermanito dibujado
La hermana de Juan Carlos, María del Carmen Villamayor, y su mamá, Carmen Morinigo, presentaron habeas corpus y visitaron tribunales y cárceles. En 1979, Carmen denunció las desapariciones ante la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y de puño y letra escribió: “En la carta que les entregué personalmente en septiembre pasado denuncié la desaparición de mi hijo Juan Carlos Villamayor y de mi nuera Marta Enriqueta Pourtalé (…) Ella en el momento que desapareció estaba embarazada de ocho meses y medio por lo cual queremos saber, como imaginará, qué fue del bebé”.
Del lado materno, el tío Pedro Pourtalé recibió un llamado de la comisaría de Villa Ballester para buscar a un menor de cuatro años. Era su sobrino, Diego, que había sido dejado allí, pero le negaron información de su hermana y de su cuñado. Pedro y su mamá criaron al niño y, en democracia, denunciaron el caso ante la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP). Diego siempre supo que esperaba un hermanito: cuando Marta y Juan Carlos le contaron hizo un dibujo de la familia incluyendo al bebé. Continuó esta búsqueda desde el grupo de familiares que participa activamente de Abuelas.
Otro detalle los une: ambos son abogados. Diego todavía no conoció a su hermano, que vive en España, pero Manuel Gonçalves reproduce en la sala un audio de WhatsApp que le mandó: “Nunca me preparé para esto ni me sale demasiado. Estoy embargado por la emoción. Muchas gracias, Abuelas, son el orgullo nacional. Las adoro. Y a todos los que están ahí”.
La sala explota de aplausos.
El delito más aberrante
Ya en 1988 las Abuelas presentaron una denuncia que hablaba de un niño que podría ser hijo de desaparecidos. Desde 1999 la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI) trabajó en la investigación del grupo familiar Villamayor-Pourtalé para que el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) fuera incorporando las muestras biológicas de la familia. Dice Abuelas: “Por otro lado, un joven que fue convocado por la justicia dio su muestra de ADN, que fue ingresada al BNDG en el marco de la causa 188/2000”.
La CoNaDI y el BNDG son dos instituciones que están en riesgo, denunció Abuelas, por las políticas de ajuste y la visión negacionista del gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel. “Esto demuestra, una vez más, la imprescindible e incansable labor de los distintos mecanismos que nuestro país fue creando para lograr resultados por los que somos admirados en el mundo”, precisan.
El Banco fue cotejando todos los perfiles, mientras la Unidad Especial de Investigación de la CoNaDI y la Unidad Especializada para casos de apropiación fueron aportando datos al juzgado de María Servini, quien convocó al hombre a realizarse el estudio de ADN. “Ayer, el Juez Daniel Rafecas informó al nieto 138 los resultados. Todo este proceso conjunto permitió la restitución de su identidad y abrió su camino hacia la verdad”, explica el comunicado de Abuelas.

El acto de ayer.
Y agrega:
- “Esta restitución es, una vez más, la muestra de las consecuencias del terrorismo de Estado en el presente y, también, de la necesidad de dar centralidad a las políticas de derechos humanos para que los delitos de lesa humanidad cesen”.
- “La CoNaDI y BNDG fueron instrumentos indispensables para la resolución del caso. En la consolidación de nuestra democracia la Secretaría de Derechos Humanos ha acompañado nuestra lucha en busca de las respuestas que los perpetradores nunca nos han querido dar. Este organismo del Estado se encuentra atravesando uno de los ajustes más brutales con la reducción de su personal a partir de un plan de desmantelamiento”.
- “El delito más aberrante de la dictadura se hace evidente en cada restitución: mantener viva a una mujer embarazada, someterla a las peores vejaciones hasta dar a luz a su bebé en condiciones inhumanas, para luego robarle a su hijo y sustituir su identidad. Aunque tarde, con este encuentro, este crimen cesa. El pueblo argentino ya ha repudiado estos crímenes horrendos”.
- “Hoy celebramos la restitución del nieto 138 y desde Abuelas pedimos que se sostenga el trabajo de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, una herramienta imprescindible para la defensa de estos derechos fundamentales”.
Y cierran: todavía faltan encontrar a 300 nietos y nietas más.

Una piba vieja
Al finalizar el comunicado Abuelas dio lugar a una ronda de preguntas. Algunas indagan por detalles que puedan contar del nieto y su reacción. “Es una persona que está muy conmovida –dice Manuel, la persona que le dio la noticia junto a Mariana Herrera, directora del BNDG-. Vimos una persona que, aun en esta situación de tanta conmoción, con el pasar de los minutos empezó a hacer un ejercicio muy valioso para estas historias tan complejas: empezó a pensar en la familia. Le dijimos que se va a encontrar con una familia que lo buscó y que nunca perdió las esperanzas. La dictadura había secuestrado a una mujer con más de 8 meses de embarazo: eso también demuestra la fuerza de nuestras madres que nos parieron en las peores condiciones”.
Manuel precisa el momento del encuentro: “Le estamos diciendo algo que le va a cambiar la vida, pero que va a sanar algunas de las heridas más dolorosas de la dictadura, no sólo para ellos, sino para toda la sociedad. Es el momento en que sus familias dejan de buscarlo todos los días”. Consultado sobre sus apropiadores, responden que seguramente la restitución traerá nuevos movimientos en la causa, pero “los detalles están en la Justicia”.
Estela revaloriza: “Los nietos, para nosotros, son todas hermosuras, preciados y buscados. Cada uno en su momento recibe todo el cariño y amor. Pero faltan muchos. Tenemos que luchar y seguir luchando. La gente joven. Yo tengo 94 años, soy una piba muy vieja”.

Estela, la piba de 94 años.
Taty Almeida le responde: “Es juventud acumulada”.
Estela se ríe: “Vos decís juventud acumulada, pero somos viejas. Qué vamos a hacer: es lindo envejecer luchando”.
La sala la ovaciona.
La sala canta: “Como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar”.
La sala entonces se levanta y acompaña a Estela y a Buscarita al hall central, donde actualizan el mensaje que, en una de las paredes, lleva el conteo de lxs nietxs restituidxs. Estela, espléndida y sonriente, lleva el 8 en la mano y actualiza el número.
La estrella 138 sobre el cielo de Abuelas.
El desmantelamiento
El día, sin embargo, no termina. En breve comienza el abrazo y ya hay militantes de ATE que acomodan el escenario y los parlantes frente al edificio cuatro columnas, como le llaman a la entrada que conserva un nombre que sigue generando escalofríos: “Escuela de Mecánica de la Armada”. Aquí será el abrazo, y a metros hay una señalización que indica que este lugar era el pabellón central de la ESMA, con el despacho del director, la sala de profesores, un patio cubierto dedicado a ceremonias y formaciones, y varias dependencias administrativas. Aquí, también, funcionó la Jefatura de la “Compañía Ceremonial”, sobre la que se conformó el Grupo de Tareas 3.3.2, cuyo jefe de inteligencia, Jorge “Tigre” Acosta, hoy condenado por delitos de lesa humanidad, tuvo su oficina.
Cruzando el patio largo, enorme, se encuentra la Secretaría de Derechos Humanos. Allí trabaja hace 14 años Paula Donadío, delegada de ATE, integrante de la Junta Interna. Su área es, precisamente, la Dirección de Sitios y Espacios de la Memoria, uno de los sectores en crisis por los anuncios, que Paula sintetiza a lavaca con precisión y dolor:
- “En 2023 éramos más de 1.000 personas y hoy estamos debajo de los 800. Desde marzo venimos teniendo despidos. Hasta finales de septiembre fueron casi 150 en la Secretaría. Tuvimos la reincorporación de casi la mitad, todo por la lucha”.
- “Lo que sucedió ahora es que decidieron terminar con una modalidad de contratación que es el ente de cooperación ACARA (Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina). Ofrecieron retiros voluntarios y, a quienes no querían, les dijeron que los iban a despedir. Eso, en la Secretaría, implica a 400 personas. Al mismo tiempo, teníamos la incertidumbre de qué va a pasar con las contrataciones no permanentes, que son 200”.
- “Además informaron el recorte salarial de entre el 50% y el 70% de casi 200 personas”.
- “Esto significa espacios de la memoria que no pueden abrir, atención psicológica a víctimas de violencia institucional o de violaciones a los derechos humanos que no reciben, seguimiento de juicios que se dejan de hacer. Y no por culpa de los trabajadores”.
- “La reunión con Baños fue tensa. Hace poco fuimos a la justicia con una medida cautelar para proteger los puestos de trabajo. Le planteamos estos puntos y se comprometió a hablar con el Ministerio para tener algún tipo de resolución estos días. Les recordamos que el lunes es el último día hábil del año”.
A este combo, Donadío suma que se les agregaron funciones que provienen de la desarticulación del INADI y del Ministerio de las Mujeres. En una carta abierta, ATE denunció que en los últimos tres meses dos compañerxs de la Secretaría murieron y que las presiones son constantes. También que la gestión de Baños –un ex juez nacional que se jubiló en medio de la causa por la desaparición del policía de la Ciudad Arshak Karhanyan– aumentó la presencia de Policía Federal en el edificio, algunos de civil, que “observan las asambleas” y, en una ocasión, “intentaron desenfundar el arma durante una protesta”.
En este panorama, la noticia del Nieto 138 fue un abrazo, pero también un motor que le dio a la jornada otro tono, por la noción de ubicar estas políticas en algo tan concreto como la restitución de las identidades robadas durante el genocidio.

Desde este viernes, son 138 los nietos recuperados. «Faltan 300» dicen en Abuelas.
Más que nunca
Es la hora del abrazo, y el patio está lleno y diverso. Desde las banderas del Partido Obrero a Roberto Baradel, de SUTEBA, o del exministro de Trabajo Carlos Tomada a la dirigenta del PTS Myriam Bregman, los colores y los rostros y los pañuelos forman una foto poco habitual, pero necesaria, mientras saludan y abrazan a las Madres Línea Fundadora -Taty Almeida, Carmen Lareu, Clara Weinstein y Vera Jarach- que llegan y se ponen al frente, mientras todes cantan que el pueblo las abraza. Cantan hijos, hijas, familiares, sobrevivientes, nietos y nietas restitutidxs, nietes, y militantes que, en muchos casos, no suelen cruzarse en las mismas marchas.

Nietes: la nueva generación que se suma.
Es Taty Almeida la que cierra este día donde los abrazos siguen en modo alerta: “Como verán quedamos muy pocas, pero estamos tranquilas, sobre todo porque no es la primera vez que escuchamos a tanta gente joven hablar, seguir con la lucha. A ellos ya les hemos pasado la posta, que la ponen en práctica. La prueba es que estamos todas, todos y todes reunidos. Tenemos que demostrar más que nunca que un pueblo unido jamás será vencido. La unidad es lo único que nos va a ayudar”.
Taty cierra: “Después de tanta muerte, vimos que hubo vida. No nos han vencido”.
Los puños se levantan: “30 mil compañeros detenidos desaparecidos, presentes”.
El patio truena: “Ahora y siempre”.
Derechos Humanos
A 40 años de la sentencia: ¿Qué significa hoy el Juicio a las Juntas?
Este martes 9 de diciembre se cumplen 40 años de la lectura de la sentencia del Juicio a las Juntas Militares. Habrá un acto en la Corte Suprema de homenaje a los jueces Carlos Arslanián, Ricardo Gil Lavedra, Guillermo Ledesma y Jorge Valerga Aráoz (fallecieron los otros dos integrantes de aquella Cámara Federal: Andrés D’Alessio y Jorge Torlasco).
Testigo privilegiado de muchas de las audiencias por su cobertura para el diario La Razón, Sergio Ciancaglini, actual periodista de MU y coautor del libro Nada más que la verdad (junto a Martín Granovsky) repasa escenas, revelaciones y el contexto de una experiencia inédita en el mundo en la que por primera vez se juzgó un crimen masivo cometido desde el Estado por una dictadura.
Los testigos, los alegatos, las sorpresas, la ubicación de la locura y de la cordura. Los gestos de Videla, Massera y Viola. Los testimonios de las mujeres sobre los ataques y violaciones que sufrieron. El antisemitismo militar. El peso desde el cual los médicos calculaban que era factible torturar. El sitio de lo impensable, y la proyección de aquella historia pensando en los derechos humanos del presente.
Por Sergio Ciancaglini

Nota
Encuentro a la hora del té: Hebe de Bonafini, Chicha Mariani y una reunión para hacer historia

Tiempo, emoción y galletitas. Memoria, humor y lucidez. Esos fueron algunos ingredientes de una reunión histórica y nutritiva ocurrida en 2010 entre Hebe de Bonafini y María Isabel Chicha Mariani. Una charla para recordar un día como hoy, 4 de diciembre, en el que Hebe cumpliría años, porque cuenta parte del nacimiento de un inédito tipo de movimiento social conformado por mujeres desesperadas ante la desaparición de sus hijas e hijos, nietas y nietos, tras el golpe del 24 de marzo de 1976. ¿Por qué recordar? Porque quienes olvidan todo o tienen amnesia, no saben quienes son hoy, en este momento.
Este encuentro de 2010 ocurrió en La Plata entre dos vecinas: Hebe (fallecida en 2022, quien era presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo) y Chicha (quien fallecería en 2018, fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo). Estaban distanciadas desde hacía 29 años, y la propuesta de nota en MU permitió reunirlas. ¿Qué nos dicen sobre el presente los primeros tiempos en la historia de lucha por la aparición de sus hijos y nietos? Los viajes, las gestiones, las anécdotas, la causa de la pelea, sus reflexiones e intercambios, en los principales tramos de esta conversación inolvidable.
Por Sergio Ciancaglini
A las 6 de la tarde sonó el timbre, con una puntualidad de los tiempos en que vida o muerte podían depender de la exactitud de las citas de madres, abuelas y familiares de desaparecidos. En la casa de la fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, María Isabel Chorobik de Mariani, Chicha, había una mesa con tetera, tazas y medialunas, que por un rato desplazaron expedientes judiciales, recortes de diarios y denuncias de su creación más cercana, la Asociación Anahí. A esa casa de la calle 47 de La Plata, llegó Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, con masas, un huevo de Pascua (enviado por Alejandra, su hija) y galletas dietéticas.
Besos, abrazos. Chicha ha perdido casi totalmente la vista. Por eso es Hebe la que dice: “Nos vestimos igual. Estamos en la misma murga”. Las risas ayudaron a sobrellevar la emoción de este encuentro en el que cada palabra y cada silencio tuvieron una carga que mejor que adjetivar, es conocer.
Chicha tiene 86 años, Hebe 81, y ambas una lucidez sin edad.
Se habían distanciado hace 29 años. Se volvieron a ver en marzo, en una exposición sobre Clara Anahí, la nieta que Chicha busca desde noviembre de 1976. Hebe fue a esa muestra en Canal 7, y del reencuentro fugaz nació la idea de una charla con MU. Con tiempo, té y galletitas.

La reunión en casa de Chicha, después de 29 años distanciadas. Foto: lavaca.org
Sonrisas junto al paraíso
Hebe tiene dos hijos desaparecidos, Jorge y Raúl. A Enrique Mariani, el hijo de Chicha, lo mataron en 1977. En noviembre de 1976, un ataque de la Bonaerense bajo órdenes de Ramón Camps reventó literalmente la casa donde había al menos cinco personas que fueron acribilladas, entre ellas la nuera de Chicha, Diana Teruggi. Allí estaba Clara Anahí, tres meses de edad.
Hebe y Chicha se conocieron en noviembre de 1977, con la llegada a Buenos Aires de Cyrus Vance, enviado del presidente norteamericano James Carter, que iba a participar en un acto en Plaza San Martín. Chicha: “Yo había conocido a Licha (Alicia De la Cuadra, un hijo y una hija embarazada desaparecidos) y me dijo que podíamos ir a darle un ‘testimonio’ a Vance. Yo era una bruta, daba clases de Artes Visuales en el Liceo de La Plata pero no sabía viajar a Buenos Aires. Aprendí que un testimonio era un papel con mi caso. Cuando llegué me quedé paralizada. Estaban los funcionarios, todo lleno de milicos armados, los perros, en otro lugar había mujeres. Todas empezaron a gritar. Y se pusieron los pañuelos que tenían escondidos. Y yo sin saber qué hacer, con el papelito apretado contra el pecho. Vino una mujer corriendo, me dijo: ‘Dame el testimonio’, y se lo llevó a Cyrus Vance. Era Azucena Villaflor, la fundadora de Madres”.
Con Licha ya habían resuelto encontrarse allí mismo con otras mujeres que buscaban a sus nietos. “Nos juntamos abajo de un paraíso, frente al Colegio Militar. Nos debían estar filmando desde adentro. Conocí a Ketty (Beatriz Neuhaus) y me llevé una sorpresa: me saludó con una sonrisa. Y Eva Castillo, lo mismo. Pensé que no tenía que andar con esa cara de desgraciada, si ellas intentaban que el encuentro no fuera tan ingrato”.
Así, el 21 de noviembre, nacía Abuelas. Hebe, intencionadamente: “¿No era el 22 de octubre, entonces?” La diferencia de fechas es parte tal vez de las distancias nacidas con la salida de Chicha de Abuelas, en 1989. “Hubo cosas que no me gustaron y siguen sin gustarme, pero no quiero hablar de eso. No quiero que nada demore el trabajo de buscar a mi nieta”. Hebe: “Pero tu trabajo fue fundamental, y en los momentos más difíciles con vos al frente, fue que lograron recuperar a los primeros 60 chicos. Todos lo sabemos. Y por eso te quiero decir que todas las Madres te mandan un beso grande, te apoyamos totalmente en lo que necesites”.
Chicha se emociona, y me cuenta: “Pero aquel día, cuando me iba a volver, la veo a Hebe que dice: ¿quién va para La Plata? Cuando me acerqué, no me preguntó si quería que fuéramos juntas. Directamente me dijo: ¡vamos!” Se ríen y Hebe agrega datos no descartables: “Los pañuelos eran en realidad los viejos pañales que guardábamos para nuestros nietos. Los habíamos usado primero en octubre, para poder reconocernos en una marcha a Luján. Las que nunca los usaron fueron Azucena, y Esther Careaga, porque decían que parecíamos monjas”. Azucena, Esther y Mary Bianco desaparecieron poco después, en diciembre de 1977, operativo de la ESMA alrededor de la Iglesia de la Santa Cruz, merced a la infiltración de un falso hermano de desaparecidos, que en realidad era Alfredo Astiz.
Madre de la bombacha roja
Los viajes de estas dos mujeres recién comenzaban. Chicha empieza a reírse, recordando uno de sus regresos en colectivo, desde Quilmes.
Hebe: Yo iba con la carpeta de denuncias, paraguas, piloto, fiambres y chorizos.
Chicha: Y yo llevaba salamines, lo hacíamos medio para disimular, y para hacer algún mandado de paso.
H: Cuando llegamos, me paro, se me cae la pollera, y quedo en bombacha.
C: Escuché la risotada de Hebe, que para no largar los chorizos no se subía la pollera. No la veía bien porque yo iba agarrada a los salamines. Pensé que tenías combinación.
H: ¡No! Para mi las enaguas eran cosa de vieja, y para colmo me habían regalado una bombacha roja y era justo la que llevaba puesta. Más trola imposible.
Otra ronda de té. Chicha toca la mano de Hebe.
C: Pero te quiero recordar algo más, también por el 77 o 78. Un día apareciste con vestido celeste, planchadito. La noche anterior se había escuchado un tiroteo. Viniste a avisarme que ibas a ver qué pasaba. Y llevabas una canastita con comida por si había alguien que necesitara algo. Te pregunté si querías que fuera con vos, dijiste que no. Fue una prueba de coraje. Yo no me atrevía a ir.
H: Esas cosas nacen pensando en que si tu hijo está en esa situación…
C: El tema es cómo superar el miedo sin paralizarse.
H: Las mujeres lo sabemos. Es como parir. No pensás en vos, ni en quedarte quietita, pensás que tenés que hacer fuerza para que nazca y sea sano. Pero además, se llevan a tu hijo ¿Hay algo peor, más horrible? Así que nada: hay que seguir.
C: Yo pensaba que si me llevaban no iba a aguantar ni dos minutos en la mesa de torturas. Soy muy sensible al dolor. Mi ilusión era morirme enseguida. Qué tonta, ¿no?
H: Una piensa estupideces. Yo andaba siempre con cepillo de dientes, calzoncillos y pañuelitos en una bolsita, por si encontraba a mis hijos. Todos éramos muy inocentes. Hasta los chicos. Un día entro al cuarto del mayor y estaba con unos amigos, todos atándose. ¿Qué hacen? “Practicamos cómo desatarnos por si nos agarran”. Creían que les iban a dar tiempo.
C: Nunca imaginaron la perversión.
H: Habían preparado todo para saltar a lo del vecino. Pobres. A uno de mis hijos lo encontraron por mi vecina, que dijo que había reuniones en la casa y pasaba algo raro.
C: Pensar que tanta gente pudo ayudar, pero se calló. No sé qué tenemos adentro. El enano fascista.
H: Pero fijate al revés: otro vecino salió a avisarle a mi hijo que lo esperaba la policía, y entonces se lo llevaron a ese vecino. Después lo soltaron, pero el tipo no quería ni verme. Es difícil juzgar.
C: Sí, pero yo veo que tenemos raíces. Hace mucho quiero hacer un libro, la Historia de la Infancia Argentina. Desde los españoles que llevaban chicos y chicas indígenas como esclavos y sirvientes, después los terratenientes con derecho a hacerles hijos a las mujeres campesinas y apropiarse de ellos. El derecho de pernada, que todavía existe, del patrón sobre la primera noche de cada niña. Hagamos un salto: llegan los militares, se llevan a los chicos, y mucha gente lo ve bien. Yo creo que es todo ese residuo ancestral, que produjo la enorme vergüenza de un pueblo que se supone culto, pero no abrió la boca, no tomó la defensa de ningún niño. Me atrevo a decirlo porque es mi pueblo. Pero no puede ser que haya parecido normal que los chicos sean secuestrados y apropiados.
H: Hacé el libro. Nosotras lo podemos imprimir.
C: Te cuento algo más. El secretario de Pío Laghi, monseñor Celli, les dijo a dos abuelas, Elba Ford y Delia Penela: “Dejen de molestar, imagínense los chicos están con familias que pagaron 4.000 pesos por cada uno, eso les dice que los van a cuidar bien”.
Hebe da un respingo. “Tengo una información muy importante que contarte cuando estemos solas”.
Les propongo apagar el grabador. “No, totalmente solas. Encerradas en el baño”, dice Hebe, entre las carcajadas de Chicha. ¿El baño es un lugar para intercambiar datos? Hebe: “Claro. Hay cagadas, pero de otra clase”. Chicha: “Me estoy divirtiendo. Mirá, cada una habrá hecho o dicho cosas. Pero somos leales”. En una época engañaron a Chicha diciéndole que podría recuperar a su nieta. “Le hice a Hebe un poder para que cuidase a mis padres por si yo tenía que irme al exterior. Todavía lo tengo guardado”.
El día que se distanciaron
Siguen las cataratas de diálogos:
C: ¿Te acordás cuando estuvimos con Sandro Pertini? (Presidente de Italia)
H: Estábamos en un departamentito vacío, con dos camas y dos colchones. Como éramos cuatro (con Elida Galetti y María Del Rosario Cerrutti) nos turnábamos: cama sin colchón, o colchón en el piso. Calentábamos agua en una jarrita para poder bañarnos.
C: Salimos de compras y vos llevabas la comida en una bolsita.
H: Comprar era un lío, como no sabíamos italiano, tenía que hacer el gesto de limpiarme el que te dije para que entendieran de queríamos papel higiénico.
C: Y de repente nos avisan que vayamos urgente al Quirinale, que Pertini nos iba a recibir. Salieron los del protocolo, agarraron nuestros tapados pero Hebe no quería darles el tapadito ni la bolsa de comida.
H: ¡Con lo que nos costaba la comida, mirá si se las voy a dar! Además yo había salido así nomás, con ropa medio feona, no quería sacarme el tapado. Pertini lloró con nosotras, denunció a la dictadura. No lo reconoció a Videla. Fue de los pocos.
C: Pero cuando salimos, en esos salones principescos, había un sillón de terciopelo con la bolsita de nuestra comida.
¿Cuándo se distanciaron?
C: Capaz que ni te diste cuenta. Yo me enojé con vos en la Catedral de Quilmes. Las Madres la habían tomado. Yo las acompañaba. Seríamos 20 entre todas. Hiciste un comentario de esos que hacés vos, fuerte. Yo dije: “No podemos seguir discutiendo”, y me abrí.
H: Ya me acuerdo, fue en 1981, después de la primera Marcha de la Resistencia. Claro, lo querían mucho al obispo (Jorge Novak) y yo le decía de todo. Fue así: terminó la Marcha y nos fuimos para Quilmes. Teníamos termos, frazadas, hasta walkie talkie (en la era pre-celulares y pre-Internet). Estábamos comiendo heladito en la plaza, todas separadas para que nadie se diera cuenta. Juanita Pergament se encargaba de la prensa. Pero llegó antes de tiempo con los periodistas, tiramos los helados y nos metimos corriendo antes de que nos cerraran la Catedral. Se armó un quilombo padre. Y ya ni sé qué le habré dicho al viejo ese. Me decían: “Claro, tomás la Catedral del que sabés que no te va a echar”. Y claro, no iba a ir a una donde nos rajaran. El ayuno duró 12 días, hasta Navidad. Pero es cierto, siempre fui una desbocada. Ella no (señalando a Chicha). Ella lo que tuvo es el rigor, la prolijidad para investigar todo. Impresionante.
C: Mi desesperación era encontrar a Clara Anahí. Todo lo que fuera distraer esa búsqueda para discutir, me sacaba de quicio. Pelear con Hebe no tenía sentido. Además, te acordás que una vez en tu casa te dije: mi hijo está muerto. Mi búsqueda es diferente. Las Abuelas tenemos que recurrir a la justicia. Las Madres tienen otro reclamo. Fue bueno que cada una fuera por su lado.
La hora del secreto
Hebe cuenta que a pedido de su hijo Raúl una vez sacó a una mujer y a un chiquito al Brasil, todos con documentos falsos, en plena dictadura. “Lo llevaba en brazos yo, porque si agarraban a la mamá, por lo menos se salvaba la criatura”. Chicha tuvo lo suyo, pero en democracia: “Con Mirta Baravalle, una valiente, llevamos a un chiquito a Brasil, donde tenía familia. La mamá había muerto ese día en el ataque a La Tablada (enero de 1989). Lo hicimos en secreto. Nunca supe de él”.
¿Cuáles son las claves para actuar en estas situaciones donde todo parece en contra?
C: Hay que aprender a mirar para afuera de uno, de la casa, captar todo lo que hay alrededor. Aprender todo lo que quepa en el cerebro, en el cuerpo y en la memoria.
H: Es cierto. No pensar en uno. El otro soy yo. Lo que le pasa al otro me pasa a mí. Y no parar. Como hizo Chicha. Lo que está haciendo ahora es muy importante con la Asociación Anahí. Hay que conocer eso. Porque ella tiene un modo especial que le llega mucho a la gente. Hoy como funciona la política, no sirve. Hay que cambiar el estilo. A nadie le interesa hablar de marxismo, trotskismo ni peronismo. No te dan bola. Funciona que haya gente como Chicha, o las cosas que hacemos nosotros con el Ecunhi (Espacio Cultural Nuestros Hijos, en la ex ESMA), con la Universidad, la radio y todo lo demás”.
Sobre el presente, Chicha dice: “El gobierno hizo avances, pero para mí falta que apuren a las fuerzas militares para que digan qué pasó con los desaparecidos y los chicos apropiados. Lo saben, tienen el material. Entonces, que digan la verdad”.
Hebe: “¿Te digo lo que te tengo que contar”. Chicha le responde “vamos” y zarpan las dos tras una puerta vaivén. La reunión no fue en el baño, sino en la cocina de la casa de Chicha. Vuelven, sin apiadarse del cronista.
Hebe: No sabés lo que te perdiste.
Chicha: Ya lo sabrás alguna vez.
Hebe: Ella sabe unas cosas. Yo sé otras. Es lo que hicimos siempre. Juntar lo que cada una sabe, y armar el mapa, para saber dónde estamos paradas.
Derechos Humanos
Andalgalá: intimación de la CIDH al Estado argentino por violaciones a los derechos humanos

El Estado argentino deberá responder por las sistemáticas violaciones contra los derechos humanos de las vecinas y vecinos de Andalgalá ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en el marco del rechazo y la movilización que genera en la comunidad el proyecto de megaminería a cielo abierto denominado MARA (Minera Agua Rica-Alumbrera). El organismo internacional ya notificó al Estado nacional y le otorgó un plazo de tres meses para que presente sus observaciones en el marco de la denuncia impulsada por la Asamblea El Algarrobo. Se trata de un logro de la movilización del pueblo de Andalgalá que desde lavaca.org y MU venimos siguiendo desde hace más de 15 años. Llevan 821 caminatas, una por semana, los sábados a las 19, en rechazo a la megaminería. Una resistencia que no bajó los brazos pese al hostigamiento y la violencia institucional del Estado durante todos estos años.
(Fuentes: Asamblea El Algarrobo – Andalgalá, página No a la Mina y lavaca.org)
Fotos: Susi Maresca para la Asamblea El Algarrobo y para lavaca.org

La causa contra el Estado por violaciones a los derechos humanos fue presentada en abril del año 2024 por vecinos y vecinas de Andalgalá. Luego de ser estudiada por la CIDH, se les notificó de esta decisión. El Estado argentino deberá rendir cuenta por las acciones que ha adoptado la provincia de Catamarca durante todos estos años, como ser la vigilancia, judicialización, represiones, detenciones arbitrarias, criminalización de la protesta social, persecución e intimidación.
Sin embargo, estas son apenas algunas de las vulneraciones que han sufrido por defender el agua, el territorio y la vida, pero además por la sistemática denegación de sus derechos constitucionales de vivir en ambiente sano por parte del Poder Judicial provincial y la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN), con el único objetivo de avanzar con la explotación del proyecto Agua Rica, hoy denominado MARA (Minera Agua Rica Alumbrera). Se trata del yacimiento de oro, cobre y molibdeno Agua Rica que utilizaría la infraestructura de la mina Alumbrera, es decir, sus instalaciones para el procesamiento del mineral.
248 víctimas
La presentación fue efectuada por la abogada de la Asamblea, la doctora Mariana Katz en representación de más de 100 vecinos y vecinas, acompañada por el Colectivo Yopoy (los abogados Juan Pablo Vismara, Gabriel Bicinskas y Marcos Filardi), denunciando que 248 andalgalenses han sido víctimas del accionar violento y violatorio de derechos humanos por parte del Estado Argentino y ante el accionar del Estado catamarqueño, que se encuentra probado en 44 causas judiciales. Entre éstas, están las iniciadas por los vecinos y vecinas para defender sus derechos humanos, y que no han tenido respuestas. Además, se está denunciando el accionar persecutorio a través del Poder Judicial, con el armado de causas en contra de los defensores y defensoras del ambiente, a las que la justicia local aún no ha dado respuesta alguna, ignorando así derechos constitucionales.

El reclamo trasladado a los tribunales de Buenos Aires.
El proyecto MARA , que busca producir cobre, oro, plata y molibdeno en pleno cerro Aconquija, está comandado por tres empresas: la canadiense Yamana Gold, la suiza Glencore Internacional y la estadounidense Newmont Corporation. También son tres las normas jurídicas que debieran imposibilitar su realización: la Ley General del Ambiente, la prohibición de la explotación minera a cielo abierto que rige para la cuenca del Río Andalgalá y la Ley Nacional de Glaciares. “Sin embargo, vino la pandemia y en medio del aislamiento autorizaron la exploración avanzada en el Cerro Aconquija, que afecta también a la cuenca del río Choya. Ahí piensan hacer una escombrera, donde volcarán la explotación que realicen en la montaña, o sea, la cobertura vegetal y lo que ellos llaman la roca estéril, que para nosotros es nuestra biodiversidad”, dice a lavaca Sergio Martínez, uno de los antiguos vecinos de la asamblea El Algarrobo”.
Parte de las acciones de Glencore pertenecen a Blackrock, el fondo «buitre» de finanzas comandado el norteamericano por Larry Fink. Ese fondo tiene intereses en múltiples empresas, los principales bancos argentinos, yacimientos mineros en San Juan, y posee -a través de la propia Glencore- la propiedad de Viterra que, asociada al grupo Bunge, es una de las principales corporaciones del agro negocio a nivel mundial.

Las marchas en Andalgalá: todas las generaciones.
La Corte Suprema desoye el reclamo
Esta notificación de la CIDH da inicio al proceso de verificación de todas las violaciones de Derechos Humanos que la Asamblea El Algarrobo viene denunciando desde hace más de 15 años, pese a la violencia institucional de la que suele ser víctima.
Con la apertura del proceso ante la CIDH, de ahora en más la población de Andalgalá litigará con el Estado argentino: la respuesta a sus reclamos tendrá que ser brindada por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y la Dirección de Derechos Humanos de la Cancillería de la Nación, y esto implica que el Ministerio de Minería de la provincia no podrá emitir nuevas autorizaciones sobre la “etapa de exploración avanzada”, que implica un inicio de explotación de manera encubierta.
Esta decisión de la CIDH contrasta nítidamente con la tomada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que días atrás rechazó el recurso extraordinario federal que interpuso la Asamblea para que no se cierre el amparo judicial iniciado en enero del 2010, y que tenía por objetivo que se impida la explotación del yacimiento Agua Rica, y que también ayer ratificó esa decisión, dejando abstracto este reclamo.
El fallo de la CSJN es apenas una muestra de cómo el Estado argentino en su conjunto desoye el reclamo y vulnera el derecho a vivir en un ambiente sano y apto para la vida digna.

La causa para rechazar el RIGI
La Asamblea El Algarrobo fue notificada además sobre la apertura de un expediente para evaluar la solicitud realizada ante el Ministerio de Economía, para que se rechace el pedido de adhesión al Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), solicitado por Glencore. Ese es otro trámite que muestra las múltiples vías de resistencia encaradas por la comunidad, tanto en la calle, marchando todas las semanas, como en el ámbito judicial. Reconocen los vecinos y vecinas el apoyo que han recibido de diversas organizaciones, especialmente el Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ) y a Amigos de la Tierra.
La Asamblea hizo saber a todos los funcionarios y empresarios que Andalgalá «no va a bajar los brazos», que van a continuar en esta lucha. Plantean: «Lo está en juego es la vida, el presente y el futuro». Y exigen que se cumplan las leyes y se respeten sus derechos: «Ese es el deber del Estado que el pueblo demanda».

El Aconquija: parte de lo que defiende la Asamblea El Algarrobo.

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