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Mostrar para curar: arte contra la violencia femicida

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La instalación El Cuarto de Lucía, la muestra Cuando cambia el mundo y la obra de teatro El virus de la violencia: tres experiencias en las que el arte aparece como forma de combatir la impunidad, construir justicia y desactivar los mecanismos de la violencia patriarcal. La potencia creadora para exigir respuestas urgentes y para sanar heridas sociales con reflexión y abrazo. Por María del Carmen Varela.

Mostrar para curar: arte contra la violencia femicida
El Cuarto de Lucía en su cuarta edición, esta vez en el Museo de la Comisión Provincial por la Memoria en La Plata: también con arte y coraje, la familia logró que se iniciara el jury a los jueces que dejaron impune el femicidio de la joven. Fotos: Lina Etchesuri

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La cama tendida, una tabla de surf, el atrapasueños, dibujos y escritos pegados en las paredes. Una mesa de luz, una lámpara, un libro, un par de zapatillas en el piso. La habitación de una adolescente es lo que tenemos ante nuestros ojos. 

La certeza: la joven de rastas y dulce sonrisa no va a regresar. 

Lo que falta: justicia. 

La idea de replicar el cuarto de Lucía Pérez, de 16 años, asesinada el 8 de octubre de 2016 en Mar del Plata, surgió en una caminata compartida por Marta Montero, su madre, y la periodista y escritora Claudia Acuña. Una manera de trasladar un lugar privado a un espacio público donde quedará expuesto el dolor de una familia. La intimidad de su habitación, el ámbito de los sueños, su mundo personal, al que podemos ingresar porque Lucía no está ahí.  La instalación se inauguró en la rambla marplatense, en la recova de ingreso al teatro Auditorium, el pasado 14 de febrero, día en que Lucía hubiera cumplido 21 años. Un televisor emite de forma ininterrumpida el juicio oral a los asesinos, que fueron condenados por venta de drogas, pero no por el femicidio de Lucía. En abril la muestra se trasladó al Museo de Bellas Artes Emilio Petorutti de La Plata y el día de la apertura la Comisión Bicameral de la Legislatura Bonaerense presentó una acusación formal contra los jueces Facundo Gómez Urso y Pablo Viñas (Aldo Carnevale pidió la jubilación anticipada por lo que no fue alcanzado en el proceso), que absolvieron a los asesinos de Lucía: Juan Pablo Offidiani, Matías Gabriel Farías y Alejandro Maciel. Ese juicio había sido anulado en agosto de 2020 por el fallo vergonzoso que emitieron los jueces. En agosto de este año, la instalación estuvo en la Manzana de las Luces, en CABA y en noviembre se trasladó nuevamente a La Plata, al Museo de Arte y Memoria, hasta el 24 de noviembre pasado. Un día antes, los jueces Gómez Urso y Viñas fueron suspendidos, se les quitó un 40 % de sus sueldos y se resolvió que serán juzgados. Es decir: habrá dos juicios. El de los jueces, y se aguarda la fecha del nuevo juicio a los asesinos de Lucía, porque después de cinco años, el femicidio que originó el primer Paro de Mujeres, todavía sigue impune. El recorte de sus ojos aparece cada vez que la instalación se monta en un nuevo lugar, su mirada es un reclamo ineludible de justicia y la exigencia de #NiUnaMás. 

El Observatorio que lleva su nombre registra los femicidios, travesticidios y transfemicidios, en una cartografía de la violencia patriarcal. Un  trabajo autogestivo que se actualiza en forma cotidiana.

La instalación incluye también una enorme pared en donde se escriben a mano los nombres de las asesinadas. No son cifras, son personas a quienes el entramado de la violencia machista les arrebató la vida

Marta Montero reflexiona sobre la instalación que reproduce el cuarto de su hija Lucía: “Es una manera diferente de mostrar algo real sin dar un golpe bajo y duro. El cuarto te interpela y te das cuenta de que ese cuarto es de todas, es un cuarto como el tuyo, como el de tu hija, tu sobrina. Buscar justicia y tener derechos nos corresponde a todos. No es solamente festejar 38 años de democracia, cuando en esa democracia han quedado 2.200 mujeres muertas. A esta altura del año llevamos contabilizadas cerca de 300. Cuando vemos esos paneles llenos de nombres, cada espacio que ocupa ese nombre era una persona. Eso te pone los pies en la tierra y decís: Yo de acá salgo diferente, tengo que luchar por estas mujeres, ser su voz. Planteátelo, pensá y vas a salir distinta, porque esa Lucía también te pertenece a vos y ese cuarto también te pertenece a vos y vos no querés que ese cuarto esté vacío. El arte lo muestra de una manera cálida y genuina. Poder decir: ‘no quiero que esto me suceda a mí, ni a mi hermana, ni a mi prima, que no haya una Lucia más’. Que nos ayude a pensar y a ver las cosas de otra manera, desde el amor. Y desde ese amor podremos construir algo mejor”.

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La obra de Andrea Giunta, en el CCK: una silla por cada mujer asesinada en 2021.

La ausencia

Una silla negra, otra detrás, y otra y otra. Son casi trescientas. En una sala de paredes blancas y piso de madera, hay una maniquí con peluca vestida de camisa blanca y jeans, sostiene en sus manos rígidas un cartel escrito a mano que dice un número que aumentó con el correr del tiempo (por eso el cartel tuvo que ser reemplazado aproximadamente cada treinta horas) y continúa con: “…sillas vacías, una por cada femicidio ocurrido en 2021”.  Al comienzo fueron ubicadas de forma espiralada, luego la sala quedó chica y las sillas invadieron la sala contigua. La instalación estuvo desde marzo hasta noviembre en el Centro Cultural Kirchner y formó parte de Cuando cambia el mundo-Preguntas sobre arte y feminismos. Reunió a varies artistas internacionales y fue curada por la doctora en Historia del Arte, escritora, investigadora y docente Andrea Giunta. La artista española radicada en París, Esther Ferrer –quien el 19 de diciembre cumple 84 años– explora la performance desde su juventud y afirma que gracias a ella “te lo inventas todo: la técnica, la definición, la teoría (si la necesitas). Es el arte más democrático que existe”. Hace algunos años Esther volvía a su casa de madrugada, estaba cansada, encontró una silla en la vereda y se sentó. A la mañana siguiente se topó nuevamente con la silla y se la llevó a su casa.  Muchas de sus performances e instalaciones fueron con esa y otras sillas. En 2015 realizó una sobre los femicidios sucedidos en España. Por cada ausencia, una silla. La acción se trasladó al CCK durante este año y el padrón del Observatorio Lucía Pérez fue consultado para agregar cada nueva silla.  “Esther ha sido una cronista de este año, de lo que hemos experimentado –afirma Andrea Giunta– y de nuestra posibilidad como sociedad de crear instrumentos para contribuir a que este problema se vaya diluyendo, vaya perdiendo esta monstruosidad”.  Andrea se interesó en la instalación de Ferrer y buscó actualizarla en el contexto local. “Trabaja con la silla desde los años 70, es un objeto absolutamente cotidiano, para ella se convirtió en una estructura, una arquitectura, un elemento conceptual. Antes de hacer esta obra, tenía una larga trayectoria trabajando en torno a la silla, también por eso la obra es más impactante, muy poderosa. Da una visibilidad a un problema que no hemos podido resolver, no hay una movilización por esto: la silla representa una estructura social, una comunidad que comienza en la casa y que llega al espectáculo público porque las sillas están desde lo privado, lo doméstico, hasta lo masivo”

¿Dónde reside la potencia de ver esa fila de sillas? “Podríamos pensar en sacar esas sillas de ahí y ponerlas en el medio de la calle, en una larga hilera y ver cuánto lugar ocupa.  Son una ausencia presente, para mi es una de las obras que entran dentro del carácter de ‘obra monumento’: en un sentido es el monumento de todas las vidas que hoy no están, a lo largo de este año. Es una forma de contar un proceso socialmente doloroso, irresuelto. Estas mujeres no son desaparecidas porque sus cuerpos aparecieron, pero son las víctimas de una forma de genocidio por goteo, poco a poco. Es una obra que se convierte en una forma de memorial, de recuerdo, homenaje, esos cuerpos ausentes juntos”.

¿Cuál es el rol del arte en estos temas que nos atraviesan como sociedad? “El arte no tiene que probar nada, entonces esa posibilidad de tener un campo de pensamiento desregulado es también una zona importante porque te permite imaginar soluciones”, considera Andrea. 

“El arte es la condensación de un proceso social, pero al mismo tiempo una obra interviene un contexto social y esa es una faceta interesante. Una obra es como una crisálida, tiene una vida que le va dando forma, que es la vida social, es la vida del artista  y también es un prisma o una forma fractal que irradia, impacta en el mundo exterior”.

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La obra teatral El virus de la violencia, que utiliza los datos del padrón del Observatorio Lucía Pérez.

La otra pandemia

En plena cuarentena del 2020, comenzó a gestarse la obra de teatro El virus de la violencia. La actriz Romina Pinto y el actor Iván Steinhardt –pareja en la vida real y miembrxs de la Compañía Teatral El Vacío Fértil– comenzaron los ensayos a través de la pantalla de la laptop. De un lado elles en su departamento y del otro, la dramaturga y directora Marina Wainer desde España. En marzo de este año pudieron estrenar esta obra que marca con contundencia un hecho puntual: ocurre un femicidio. ¿Qué pasó antes? Una pareja de recién casados se va de luna de miel, irrumpen la pandemia y sus consecuencias. La violencia machista se instala y actúa. Cuando la obra termina, Romina e Iván permanecen en el escenario y sostienen la larga cartulina negra en la que pegaron los papeles blancos con los nombres de las mujeres, travestis y trans asesinadas. Los escriben a mano antes de cada función, con los datos del Observatorio Lucía Pérez. “Tenemos que hacer algo”, dicen e invitan a la reflexión y a la acción. “Desde que comenzamos con las funciones de la obra los nombres se han ido incrementando en cantidad y eso de alguna manera muestra lo descarnada que puede ser la realidad aún llevada al plano de la ficción, en función de la actualización de esos datos. De hecho con la Compañía vamos anotándolos a mano y para nosotros es como una suerte de ritual de redención, de reivindicación. En la primera función, el 6 de marzo, eran 57 femicidios y 212 al domingo de la última función, es abrumador” asegura Iván. “Lo que hacemos es consultar el listado del Observatorio, vamos escribiendo cada nombre y luego lo incorporamos en lo que sería el panel que va a estar expuesto en la obra”, agrega Romina, y continúa: “Es muy emocionante hacerlo porque nos ponemos delante del padrón y empezamos a escribir nombre por nombre y no hay forma de que no conectemos emocionalmente con la situación de cada persona que ya no está. Lo leemos minutos antes de salir y nos carga de emoción para poder dar todo lo que podemos en el escenario”. Iván: “De esa manera nos alejamos de las estadísticas, para no olvidar que no son un número. Son personas que ya no están”.

Una vez terminada cada función, Romina e Iván hablan con el público. Hay quienes se acercan para exponer una experiencia conocida, o para contarles sus propias vivencias y pedir ayuda. Iván sostiene que “el arte puede funcionar como un espejo, se puede tener incluso hasta otra capacidad de reflexión. Es una herramienta más. Nuestro pequeño rol es ofrecer esta arista. El arte puede ayudar a realizar una catarsis, especialmente cuando determinado tipo de situaciones dan desde vergüenza social hasta miedo de hablar de eso. A lo mejor esa conexión con el arte permite que se haga una proyección interna más profunda y animarse a dar un siguiente paso, como mínimo, ayuda a que sea más leve”.

Tres formas de visibilizar el horror. 

Tres maneras de señalar las ausencias y que esa falta sea un grito y ese recuerdo un reclamo, porque sin justicia no puede haber paz. 

El arte también pone el dedo en la llaga, echa luz donde hay oscuridad, revuelve los escombros de lo irresuelto y tira de la soga de lo posible. 

El arte es movimiento y ningún cambio nació de la quietud. 

Es el cristal desde el que se mira y cambia la óptica de lo que se percibe. 

No hace milagros, pero planta la semilla de la transformación. 

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Un día de justicia: prisión perpetua a Diego Concha por el femicidio de Luana Ludueña

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El jurado popular y el Tribunal Técnico de la Cámara 3ª del Crimen de la Ciudad de Córdoba condenaron este martes por la tarde a Diego Gustavo Concha, ex titular de Defensa Civil de la provincia (en la foto, durante la audiencia). La pena: prisión perpetua por el delito de abuso sexual seguido de homicidio en perjuicio de Luana Ludueña, una bombera voluntaria que se quitó la vida en enero de 2022, nueve semanas después del ataque. En el fallo se consideró que el hecho fue un caso de violencia institucional ya que Concha “abusó de su poder como jefe de un área clave del gobierno de Córdoba”. Tanto él como la provincia de Córdoba deberán indemnizar solidariamente a los padres de Luana por daños y pérdida de chance de ayuda futura.

Desde Córdoba por Bernardina Rosini

Finalmente hubo justicia.

El ex titular de Defensa Civil de Córdoba, Diego Concha, fue condenado a prisión perpetua por el abuso sexual seguido de homicidio en perjuicio de Luana Ludueña. Luana era bombera voluntaria y se suicidó en enero de 2022, como efecto del ataque que había sufrido.

El Tribunal rechazó el pedido del fiscal Fernando López Villagra, quien había solicitado que se declarara inconstitucional la pena máxima en este caso y que Concha fuera sancionado con 20 años de cárcel.

En su fallo, el Tribunal reconoció el caso como un hecho de violencia institucional, señalando que Concha “abusó de su poder como jefe de un área clave del gobierno de Córdoba” para perpetrar el abuso contra la joven. Además de la pena de prisión, Concha fue inhabilitado de forma perpetua para ocupar cargos públicos. El Tribunal ordenó que Concha, en forma solidaria con la provincia de Córdoba, pague una indemnización a los padres de Luana, Cristina Caminos y Sergio Ludueña, por daños y pérdida de chance de ayuda futura.

Un día de justicia: prisión perpetua a Diego Concha por el femicidio de Luana Ludueña

Luana y su perro Ciro.

Hallado culpable en todos los cargos en su contra, el ex funcionario también fue sentenciado por los hechos de violencia de género cometidos contra su ex pareja. Los fundamentos de la sentencia se darán a conocer el 17 de septiembre.

Un arma en la cabeza

Diego Concha, de 53 años, llegó a juicio acusado de homicidio por abuso sexual contra Luana Ludueña, de 25 años. Ludueña, tras ser atacada por quien era entonces el Director de Defensa Civil de la provincia, intentó suicidarse en tres ocasiones. Durante su internación en una clínica de la ciudad capital, se enteró de que Concha había renunciado a su cargo y había sido detenido por otro caso en su contra. El funcionario fue arrestado el 27 de noviembre de 2021, luego de que su ex esposa, también bombera, lo denunciara por agresiones y amenazas. Según su testimonio, Concha la habría amenazado de muerte apuntándole con un arma en la cabeza, además de perseguirla en la carretera y cruzarle la camioneta, sumando estos incidentes a una serie de agresiones sufridas desde su separación.

El homo sapiens y la tarjeta de crédito

La jornada comenzó en el Palacio de Tribunales II con las palabras de Sergio Ludueña, padre de la joven bombera, quien se dirigió al jurado popular: “Tienen en sus manos la posibilidad de hacer una diferencia y que la muerte de Luana no quede impune, y que Diego Concha sea condenado para que esto sirva y no haya ninguna víctima más de abuso de poder”. Visiblemente conmovido, recordó los esfuerzos de su hija por superarse profesionalmente: “La vi nacer y me tocó verla morir. Pido justicia por Luana y por quienes no se animaron a hablar”.

Un día de justicia: prisión perpetua a Diego Concha por el femicidio de Luana Ludueña

Diego Concha, en el centro, durante una de las audiencias. Foto: Natalia Roca para lavaca.org.

Inmediatamente después, fue el turno del ex funcionario. Llamó la atención la omisión de la palabra “inocencia” durante los 17 minutos de su exposición. Al dirigirse al tribunal, compuesto por los jueces Juan Manuel Ugarte, Eugenio Pérez Moreno y Marcelo Jaime, y al jurado popular, Concha declaró: “En el encuentro con Luana no pasó nada malo ni nada bueno, sencillamente no pasó absolutamente nada”.

Luego, hizo una referencia a tiempos prehistóricos: “El homo sapiens no conocía la palabra, entonces se comunicaban por señas o dibujos. Luego el hombre evolucionó y logró conseguir la palabra, y con la palabra se puede hacer el bien o el mal”, afirmó.

Continuó: “Muchas veces el hombre usa la palabra para hacer mucho daño, para tergiversar y sacarlas de contexto, y en muchos casos, mentir”. Posteriormente, mencionó su labor como Director de Defensa Civil, destacando sus años de servicio como bombero y apoyando su defensa en su ejercicio profesional. En cuanto a las denuncias de su ex pareja, mencionó que “tenía un adicional de mi tarjeta de crédito y gastaba libremente, así también con mi tarjeta de débito”.

Después de tal argumento bancario pidió perdón a sus hijos por “tal vez no estar en momentos importantes como eventos escolares” y prosiguió: “Disculpas también a mi ex pareja. Ningún hombre, bajo ningún concepto, debe discutir con su pareja, fuese el motivo que fuese. Lo tengo re claro, lo he hablado muchísimo con las psicólogas que me han ayudado en el penal de Bouwer”. Y para concluir, afirmó: “Quiero que quede bien en claro que quien les está hablando sabe perfectamente qué es la violencia de género”.

Un día de justicia: prisión perpetua a Diego Concha por el femicidio de Luana Ludueña
El colectivo Fuegas, brigadistas forestales, sostuvo el reclamo de justicia.

El poder en el banquillo

Después de las palabras de Concha hubo un cuarto intermedio de varias horas hasta conocerse la sentencia. Profundamente conmovida al saber que finalmente fue hallado culpable, la madre de Luana expresó:Ninguna condena es suficiente porque Luana no nos la devuelven. No puedo decir que estoy feliz pero Luana puede descansar en paz y nosotros como familia cumplimos con su pedido de justicia”.

Agradeció a los presentes, sobre todo a las Fuegas, brigadistas forestales de Sierras Chicas que acompañaron fuertemente a la familia a lo largo del proceso. Sobre Concha dijo: “No me interesa él. No escuché en el recinto lo que dijo. Yo solo rezaba. A lo largo del juicio y de las audiencias llevadas a cabo, no hubo ocasión en la que él mostrara arrepentimiento, empatía, ni reflexión alguna sobre lo que significó su conducta”.

El abogado de la familia Ludueña, Dr Carlos Nayi dijo sentirse “ampliamente conforme” con la condena. Se le ha devuelto la paz a una familia, y el honor a una joven que supo decir que prefería dar la vida que claudicar. Valió la pena”. Y dijo que este caso marca un precedente: “Se trata del poder sentado en el banquillo de acusados”.

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Femicidio de Luana Ludueña: concluyeron los alegatos en el juicio a Diego Concha

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Concluyó la jornada de alegatos finales en el juicio contra el ex Director de Defensa Civil de la provincia de Córdoba, Diego Gustavo Concha, que lleva casi tres años preso, imputado por “homicidio con motivo de abuso sexual agravado en ocasión de sus funciones y violencia de género”. La querella de la familia de la joven bombera pidió prisión perpetua por la muerte de Luana. El fiscal Fernando López Villagra pidió 20 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. También alegó la representante de la ex pareja de Concha. Y la defensa del imputado. El próximo martes 27 de septiembre se conocerá la sentencia. 

Por Bernardina Rosini, desde Córdoba

La Cámara 3ª del Crimen de Córdoba, compuesta por un jurado popular y un tribunal técnico, se encamina a determinar la responsabilidad del ex Director de Defensa Civil de la provincia de Córdoba, Diego Gustavo Concha, en los cargos de “homicidio calificado con motivo de abuso sexual con acceso carnal en ocasión de sus funciones y violencia de género” contra Luana Ludueña. Hoy concluyeron los alegatos.

Bombera voluntaria y enfermera, Luana pudo hacer la denuncia de abuso sexual luego de que Concha fuera detenido por otro caso en su contra: el entonces funcionario fue apresado el 27 de noviembre de 2021, después de que su ex esposa –también bombera– lo denunciara por agresiones y amenazas. Según su testimonio, Concha le habría apuntado con un arma en la cabeza y amenazado con matarla, además de perseguirla en ruta y cruzarle la camioneta dentro del reguero de agresiones sufridas desde su separación. Esta persecución se dio en la misma jornada que Diego Concha se encontró con Luana y la llevó a un hotel para allí abusar de la joven. Ubicar esos dos eventos en el mismo día permite comprender el raid de violencia por parte del ex funcionario, amenazas, persecución, agresiones con su ex pareja en horario del mediodía y horas más tarde el encuentro con Luana.

A raíz de la denuncia de su ex esposa y la consecuente detención, Luana pudo denunciar la agresión que ella misma había sufrido. Con botón antipánico, con medicamentos, fue internada en terapia intensiva tras un tercer intento de quitarse la vida y el pedido a la familia que “la deje ir”. El 21 de enero de 2022 finalmente murió habiendo transcurrido sólo nueve semanas desde el ataque.

Los pedidos 

En la jornada de alegatos la exposición del Carlos Nayi, representante de la familia de Luana, fue extensa. El abogado tomó el caso cuando la joven se acercó con la denuncia por abuso sexual y, según detalló, no hay dudas de la concomitancia entre el abuso sexual y la decisión de Luana de quitarse la vida: “Se trató de una larga agonía, el abuso sexual arrasó con su personalidad. El universo de Luana estaba regido por su profesión y a partir del abuso no pudo entrenar más a su perro, renunció al cuartel de Bomberos, explicitó que le había arruinado la vida”.

El abogado Nayi sostuvo así el pedido de prisión perpetua.

El fiscal Fernando López Villagra pidió 20 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos para Diego Concha. López Villagra afirmó en su exposición que “hay que condenarlo por el homicidio de la joven Ludueña”, pero descartó la imputación por el cargo de femicidio. Según su valoración en relación a la muerte no hubo dolo y es anticonstitucional por principios de proporcionalidad frente a casos análogos. Solicitó 20 años, más agravantes.

López Villagra solicitó además que el hecho, siendo perpetrado por un entonces funcionario público en uso de sus funciones, sea reconocido como un acto de violencia institucional y los padres de Luana como víctimas directos, citando el caso de Blas Correa como un antecedente relevante. Y accesoriamente, solicitó se abra una investigación por supuesto peculado por el uso que Concha hizo de bienes del Estado: oficina, teléfono y la camioneta en la que trasladó a la víctima al lugar donde perpetró el abuso.

Luego del Fiscal de Cámara, fue el turno de la representante de la ex pareja de Diego Concha. La ex pareja de Concha  fue la primera en denunciarlo por amenazas y agresiones en contexto de violencia de género. Por estas denuncias realizadas en noviembre del 2021, fue originalmente detenido Concha, y su situación rápidamente se vio agravada al sumarse la denuncia de Luana Ludueña por abuso sexual. La representante acompañó el pedido del fiscal López Villagra que en relación a estos hechos, solicitó 9 años de prisión. Sumó el pedido de que Concha realice una formación en cuestiones de género.

En representación de la defensa del ex funcionario público, el Sebastián Becerra Ferrer sostuvo la declaración de inocencia por parte de su cliente y solicitó la absolución de todos los cargos en su contra. El argumento de Becerra Ferrer es que el material probatorio no fue el suficiente para afirmar que haya ocurrido el abuso sexual, tampoco el homicidio producto de la violación ni los episodios violentos contra la expareja. Posición difícil de sostener, ya que contra Diego Concha hay mensajes de textos, audios, registros de movimientos del vehículo; testimonios; la denuncia del abuso sexual realizada por Luana cuando se encontraba aún con vida, material que registra cada instancia analizada con contundencia.

Atento a ello, la defensa ofreció alternativas al jurado popular si esta solicitud de absolución no es acompañada. De condenarlo por abuso sexual, los abogados pidieron que no se apliquen los agravantes de la muerte ni de la pertenencia a una fuerza de seguridad porque su cargo como Director de Protección Civil era ejecutivo y en dependencia de un Ministerio. Si este es el caso, “podría caberle una sanción de ocho años de prisión como máximo” expresó la defensa.

La sentencia se conocerá el próximo martes 27. Ese día se define si Diego Concha continuará sus días en el penal. Eso, para él. Para la familia de Luana Ludueña, es la instancia en la que se define si podrán cumplir el pedido que dejó expresado la joven bombera en las cartas que dejó escritas antes de morir: “Acompañen a la fiscal Jorgelina Gómez, ayuden todo lo que puedan al doctor Carlos Nayi. Y que sea justicia”.

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Mar del Plata sale a la calle: 4 femicidios en 3 meses, el rol narco, y otra desaparecida

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La violencia contra las mujeres provocó una manifestación en Mar del Plata reclamando por 4 femicidios en tres meses. Marta Montero, la madre de Lucía Pérez, recalcó que dos de esos crímenes (el de Rocío Fernández y el de Betiana Moreira) “son casos de narcofemicidios”. Detalles de la marcha y de los casos que conmueven a la comunidad, mientras la policía vigila a las manifestantes y llega la noticia de otra mujer desaparecida: Florencia Villarino, 24 años.

Por Anabella Arrascaeta

Talia, 

Verónica, 

Rocío, 

Bettiana. 

Desde mayo de este año hasta hoy hubo cuatro femicidios en Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, una ciudad signada por la violencia contra las mujeres desde hace décadas. En este caso, la cruel seguidilla de violencia que exhibió dos muertes en la última semana, desató este viernes una marcha que desde el Monumento a San Martín se desplegó por el centro de la ciudad costera, pasando por la puerta de la Municipalidad. 

“¿Por qué no van a los bunker narcos?”

Frente al municipio, con gran presencia policial, Marta Montero, mamá de Lucía Pérez (víctima de 2016 que provocó el Primer Paro Nacional de Mujeres en el país) tomó el megáfono y dijo: “¿Por qué en lugar de cuidar vienen a hostigarnos con la policía, por qué no van a ver los bunkers narcos que hay? ¿Por qué no se fijan en quienes nos matan a nuestras hijas?”.

Mar del Plata sale a la calle: 4 femicidios en 3 meses, el rol narco, y otra desaparecida

Marta con megáfono: “Dos de los crímenes fueron narcofemicidios”.

Más tarde explicará a lavaca: “Hubo cuatro mujeres muertas en tres meses, dos de esos crímenes fueron narco femicidios, están relacionados con drogas: el de Rocío y el de Bettiana”. 

La marcha se había empezado a convocar mientras Rocío Belén Fernández, 27 años, aún estaba desaparecida. Lo estuvo durante 5 días. El último miércoles encontraron su cuerpo sin vida, dentro de una heladera, asesinada a golpes. “Hubo que velarla a cajón cerrado”, dice Marta, que acompañó a la familia de Rocío durante la búsqueda. 

La encontraron por un mensaje que Rocío le mandó a un amigo mencionándole dónde estaba. En ese lugar encontraron su cuerpo. Por el crimen la policía detuvo a Juan Carlos Galarregui, 56 años, dueño de esa casa, que había escapado. Lo capturaron en Santa Clara del Mar, cuando estaba por tomar un micro con destino a la ciudad de Buenos Aires. Vecinos dijeron a medios locales que de esa casa no paraba de entrar y salir gente y lo relacionaron con venta de drogas.

De la terapia al crimen

Un día antes, mientras aún se buscaba a Rocío, y se difundía su foto en una conferencia de prensa, llegó la noticia de que Betiana Soledad Moreira, 39 años, había muerto. Estaba internada en el Hospital Interzonal General de Agudos desde hacía casi un mes producto de haber sido atacada a puñaladas en el pecho, espalda y piernas por su pareja, Roberto Daniel Martirena de 45 años. 

Mar del Plata sale a la calle: 4 femicidios en 3 meses, el rol narco, y otra desaparecida

Las manifestantes y una imagen que trata de expresar lo que se vive (y lo que se muere) en Mar del Plata.

Betiana era de Santa Fe, había llegado a Mar del Plata para estar en un establecimiento que la ayudase a recuperarse de su adicción. Se fue de ese lugar, y conoció a quien terminó matándola. Betiana tenía 8 hijos. Su hermana, María, declaró al medio Power Max: “Sus chicos esperaban que ella se recupere, que se cure allá, que vuelva sana y se vaya a vivir con ellos, y eso no sucedió”. 

Mar del Plata sale a la calle: 4 femicidios en 3 meses, el rol narco, y otra desaparecida

Verónica Ercilia Martínez, de 55 años, había sido asesinada a puñaladas el 21 de julio en su casa. Tenía un hijo. Su ex pareja, Sebastián Gayoso de 75 años, fue detenido en Pilar e imputado por femicidio. 

Dos meses antes, el 29 de mayo, había sido asesinada también a puñaladas Talía Abigail Aragón, de 27 años. Tenía 2 hijos. Su pareja, Lucas Emanuel Giménez, de 43 años, está detenido e imputado por femicidio. El fiscal Fernando Berlingeri investiga el caso, también el de Rocío. 

“La marcha de hoy fue gigante y yo me pregunto: ¿cómo no va a ser gigante? La gente está harta de que te maten, lo hacen como si no existieras, te borran del mapa”, dice Marta Montero.

Mientras habla le llega un mensaje: hay otra chica desaparecida. Marta y la Campaña Somos Lucía se han transformado en una referencia crucial en estos casos para familias desesperadas que buscan ayuda. El mensaje que recibe es sobre Florencia Milagros Villarino, de 24 años, de quien no se sabe nada desde hace dos días. “Ya mismo nos ponemos a difundir, hay que encontrarla”, dice, y no para. 

Posdata

Tres días después de la publicación de esta nota, el lunes 12 en lavaca, Florencia apareció viva. Es la principal noticia que dar.

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