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De película

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César Antillanca logró que se anule la absolución de los policías señalados como asesinos de su hijo Julián. A fin de mayo comienza un nuevo juicio. ¿Será justicia? Detalles sobre el documental que narra las torturas y violaciones de todo tipo cometidas por la policía de Chubut.

De película

“El caso fue hasta ahora una foto que la justicia intentó borrar. Pero la película completa nunca se reflejó en el expediente judicial”. La abogada del caso Verónica Heredia grafica así cómo la justicia de Trelew llevó hasta ahora la causa de Julián Antillanca: sin contexto.

La metáfora de “la foto y la película” es exacta. La foto muestra un crimen que involucra a, al menos, cuatro policías, según los testimonios de dos testigos y el peritaje en uno de los autos de un comando policial. La película, en cambio, revela una escalada de violencia policial que arranca a las 4 de la mañana del 6 de septiembre del 2012, con la golpiza a los hermanos Aballay, y termina con la muerte de Julián Antillanca, cerca de las 6, luego de ser golpeado por los mismos efectivos policiales.

La película completa, además, enmarca esos dos casos de violencia policial en una matanza de pibes pobres que arranca en el año 2003 con la desaparición de Iván Torres, y que continúa de manera ininterrumpida hasta hoy.

La cara de la impunidad

n marzo del 2012 los cuatro policías imputados por el crimen de Julián Antillanca fueron absueltos por el Tribunal de Trelew, que sin embargo los condenó -a ellos y a otros tres uniformados- por la golpiza a los hermanos Aballay, con penas de 1 a 4 años de prisión. La condena que exigía la fiscalía para el caso Antillanca eran las máximas: homicidio agravado.

En julio del 2013 el Superior Tribunal de la Provincia – adonde se eleva la causa tras la apelación de la fiscalía, la defensa privada y la defensa pública- revoca el fallo que había absuelto a los cuatro policías y obliga la realización de un nuevo juicio, desestimando las consideraciones de la absolución. Este 26 de mayo, día programado para el nuevo juicio, comenzarán a reinterpretarse y analizar las pruebas.

La causa de Antillanca contó desde el primer momento con dos testigos clave:

Uno que relató haber visto cómo la policía golpeaban a Julián.

Otra, Jorgelina Domínguez, quien identificó a los policías tirando el cuerpo inerte de Julián en el lugar donde fue encontrado muerto.

Además, un peritaje constató que un rastro de ADN perteneciente al linaje Antillanca (el forense se encargó de relativizarlo en estos términos) que se encontró en el patrullero policial señalado por la testigo.

Estas tres pruebas cerrarían la reconstrucción de los hechos, pero los tres jueces del Tribunal de Trelew estimaron el testimonio de un testigo que se presentó voluntariamente en la causa para desmentir a Jorgelina Domínguez.

El detalle: según investigó y comprobó la ahora abogada de la causa, Verónica Heredia, ese testigo es Marcelo Miguel Alberto Chenin y es, nada menos que:

Subcomisario de la seccional 4° de Trelew.

Imputado en la causa de Iván Torres como autor de las amenazas la noche anterior a su desaparición – el 2 de octubre de 2003- y también señalado por un testigo como partícipe de la golpiza que le habría dado muerte;

Intervino en los rastrillajes de la investigación de la muerte de César Monsalve, 13 años, quien pasó 7 semanas desaparecido hasta que se encontró su cuerpo en un descampado en las afueras de Trelew;

Es el mismo que se presentó en la causa Antillanca para declarar que otra persona le dijo que Jorgelina Domínguez, la testigo que inculpaba a los policías, mentía.

Sobre la base de su testimonio el Tribunal de Trelew, entre otras consideraciones, desestimó las condenas a los tres policías, colegas de Chenin.

Marcelo Miguel Alberto Chenin es, entonces, el eslabón que atraviesa estas tres historias, encadenadas, a la vez, con al menos tres hechos más de violencia policial (los hermanos Aballay, Bruno Rodríguez Monsalve, 22 años, y Maximiliano Almonacid, 16 años) y tres expedientes, que investigan estos delitos de manera aislada.

¿Chenin es un eslabón de la máquina de la violencia y el sistema de impunidad?

Acá no pasó nada

En la misma mesa del mismo bar, hace 4 años César Antillanca había viajado a Buenos Aires para difundir el caso de la muerte de su hijo Julián, de cara al primer juicio oral que terminó en absolución. En ese entonces, César reflexionaba sobre cómo le había cambiado la vida: era letrista de carteles, soñaba con viajar a Europa junto a Julián y su otra hija Ayelén, vivía en Comodoro Rivadavia; todas condiciones truncadas por la vuelta que dio su destino en aquel 6 de septiembre del 2010.

Su vida volvió a cambiar, tanto, que esta vez está en Buenos Aires presentando un documental sobre el caso de su hijo y de otros de la provincia. Ahora, además de vender comida los fines de semana en una feria, es pre candidato a gobernador de Trelew por el Frente Unidad Sur.

Con ese camino madurado, en la misma mesa del mismo bar, después de 4 años y una absolución, vuelve a encontrarse con la apertura del juicio de la muerte de su hijo y asegura: “Las condiciones son otras”.

Al lado suyo está su hija Ayelén, 21 años, que viajó también a Buenos Aires, pero desde la ciudad de La Plata donde estudia periodismo deportivo.

Ayelén se llevaba con Julián tan solo dos años y define su relación como “de amigos más que hermanos”. Escucha atenta a César, que habla firme desde el primer día: “Con la absolución termino de entender cuál es la lógica de las instituciones. Hasta ahí, seguía siendo ingenuo”.

César realizó, para entender su tragedia personal, una lectura general sobre la matanza de pibes pobres en la provincia de Chubut y del sistema de impunidad: “El fallo absolutorio es el corolario de un hecho impune, que dice: ‘acá no pasó nada’. Mientras, mueren chicos, son violados, amenazados. La absolución es la legitimación de esa violencia”.

En el barro

Mientras se  preparaba el documental sobre el caso de Julián, al menos otras tres personas fueron asesinadas en hechos que involucran a la policía en Trelew: Ángelo Vargas en septiembre del 2013, Luis Marín en octubre del 2014 y en plena postproducción, Mauro Castaño, por quemaduras provocadas en un calabozo. “Creo que la cosa está peor que antes –dice César-, porque hay organizaciones que se crearon en el contexto de violencia, como la Comisión Anti Impunidad y, sin embargo, la violencia no ha parado. La situación es de mayor impunidad aun habiendo una sistematicidad en la denuncia, los hechos de violencia continúan”.

Su hija Ayelén reafirma: “Creo que está peor también, porque la absolución en el caso de Julián, da un mensaje de la justicia a la policía que es: “siganlo haciendo que no pasa nada”.

¿Cómo viven todo esto los jóvenes amigos de Julián y Ayelén? “Yo no tengo miedo, pero hay muchos chicos, sí. Creo que a nosotros no nos pasaría nada porque estamos visibilziados”.

“No tengo miedo”, repite. “Y antes tampoco tenía. Tengo miedo por mis amigos, porque siguen saliendo en Trelew, y tienen bronca, pueden llegar a decir algo… Eso lo sé, les hablo para que no se pongan a pelear con los milicos, más ahora con el documental, que reavivó todo”.

¿Qué reavivió el documental en ella? “Había cosas que las había bloqueado. Por ejemplo, la foto de la cara de Julián toda golpeada. No me acordaba o no me quería acordar”.

Cesar: “Yo no. Vivo muy con estas cosas. Creo que tiene mucho que ver con la comprensión de la muerte. Cuando muere Julián, lo que queda es objetivo”.

Ayelén se corrige: “No es bloquearlo. Es preferir recordarlo de otra manera”.

César sigue su teoría: “La acción y reacción son cosas distintas. Si yo hubiera reaccionado, estaría preso. Tenía que buscar otra salida”.

Mantener la guardia

Como parte de la Comisión Anti Impunidad y Por la Justicia, en Chubut César se transformó en un referente para otras familias víctimas de la policía provincial: “En el dolor y la ignorancia uno no sabe qué hacer. Y yo insisto mucho en que la visibilización del denunciante es fundamental. Las personas que son víctimas tienen que denunciar para protegerse”.

Ayelén: “Los que no tenemos nada que perder somos los que ya perdimos todo”.

César: “Lo que pasa es que este tipo de violencia no es siempre la misma, no es siempre golpes: son amenazas, señas, hostigamientos… Contra eso vos no tenés la posibilidad de denunciar, o el sistema mismo vacía la denuncia cuando el fiscal la desestima”.

Ayelén: “Ese es un hecho de impunidad”.

César: “Hay familias que son apremiadas hasta que no van más a hacer la denuncia. ¿Cómo hacer para contrarrestar esa sistematicidad en la agresión? Sos más vulnerable ante la falta de acción. Hay que sostener las denuncias. No hay que bajar la guardia”.

¿Qué sucede con la otra parte de esa misma impunidad: la impunidad social?

César: “Lo que legitima a la violencia del gobierno es la complicidad del ciudadano. Cuando Doña Rosa está barriendo y dice ‘acá no pasa nada’ y está pasando algo terrible, eso le da impunidad al gobierno. Por eso digo: la única violencia legítima hoy es la del gobierno, pero, ¿quién la legitima? Así como una ley es legítima cuando se ha debatido socialmente, en este caso la lógica es la misma, pero para sostener lo ilegal”.

Lecciones de ayer y hoy

¿Qué es la justicia social? César: “No es solamente conseguir un fallo. Es un ciclo y hay que trabajarlo. La justicia social es un proceso, como la impunidad”.

¿Qué son los derechos humanos? “Son la posibilidad de intentar nivelar la relación de fuerzas entre pobres y ricos, la desigualdad social. Y mientras este proceso sea capitalista, lo unico que nos queda es luchar, pelear”.

¿Cómo actúan los organismos de derechos humanos? “Hay una disociación. Son esquizofrénicos: las instituciones de derechos humanos no pueden operar para el sistema, por lo tanto no pueden estar con el gobierno. Dejan de ser de derechos humanos”.

Ayelén acota: “Son parte del teatro. Sino se les desarma la cadena”.

César: “Por eso empecé a militar en política. Es una decision de vida. Vos tenés que estar siempre del otro lado. Yo estoy aprendiendo un montón. Soy re nuevo en esto; leo y me interiorizo. Nuestra vida es ésta: no podemos marcar época casi, entonces tenes que ir por todo”.

¿Qué es ‘ir por todo’? “Ir por todo es ser incorruptible”.

Ayelén: “Me interesa la política. Ahora sí, antes no. Es como un madurar por el golpe. Cuando pasó lo de Julián tenía 17 años, iba a la escuela… no me interesaba. Y después me di cuenta que todo pasa por la política. Todo. Lo que pasó con Julián es política. Me interesaría militar, pero tengo que estar segura de lo que voy a hacer, de donde me voy a meter. Ahora estoy estudiando y soy medio de la escuela de mi padre. No sé si el pensamiento de él es el mío, pero aprendo. No quiero meterme por que sí. Quiero estar preparada: que cuando me meta a hacerlo, sepa lo que estoy haciendo”.

César: “Yo sigo sin tener esa lucidez. Soy pobre, soy de barrio. Pero sí digo: no confíen en las instituciones”.

Ayelén: “Sí, pero igual queremos justicia: la necesitamos”.

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Primero, el doctor

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El neuropediatra Rodolfo Páramo fue el primero en difundir los efectos del modelo transgénico al denunciar cómo los casos de su consultorio quebraban las estadísticas y la salud pública. Cómo entre el consultorio y sus paseos en bicicleta detectó los efectos del modelo. Y cómo se ganó el calificativo de loco, que considera un título nobiliario.
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Mal educados: los manuales censurados de Educación ambiental

Los ejemplares del manual “Educación Ambiental”, publicado en 2011 por el Ministerio de Educación y la Secretaría de Medio Ambiente, fueron censurados y guardados en un galpón por presión de las corporaciones mineras y sojeras y de diversos funcionarios. Acá lo podés descargar completo, en formato PDF.

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Como lo planteamos en la nota Mal educados publicado en el número de mayo de la revista Mu, difundimos aquí el PDF completo del censurado manual Educación Ambiental. Ideas y propuestas para docentes, realizado en 2011 por el Ministerio de Educación y la Secretaría de Medio Ambiente, presentado a la prensa el ministro Alberto Sileoni y el secretario Juan Mussi. Se imprimieron 350.000 ejemplares que tuvieron que ser guardados desde entonces en un galpón por presión de las corporaciones mineras y sojeras y de diversos funcionarios (ministros y gobernadores).
Mal educados: los manuales censurados de Educación ambiental
Se trata de un trabajo de calidad inédita, en forma y contenidos, cuya libre divulgación es relevante en momentos en que el debate sobre los bienes comunes es crucial para gran cantidad de comunidades afectadas por el modelo extractivo, pero inexistente en la llamada agenda política, pese (o por) el año electoral. Desde el punto de vista estrictamente educativo, es una herramienta más para que docentes y estudiantes puedan conocer y debatir estos temas.

En este link podés descargar el manual en formato .pdf (33Mb)

Mal educados: los manuales censurados de Educación ambiental

El árbol de los problemas ambientales

La nota de Mu 88

Por primera vez en la historia el Estado Argentino elaboró, bajo la órbita del Ministerio de Educación, manuales de alta calidad de forma y contenidos referidos a lo ambiental, titulados Educación Ambiental – Ideas y propuestas para docentes. Hay tres versiones para los niveles Inicial, Primario y Secundarios, han sido considerados “extraordinarios” por especialistas en el tema, y fueron presentados en conferencia de prensa por el propio ministro Alberto Sileoni y por el secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable Juan José Mussi el 18 de abril de 2011. Informaron entonces que se imprimieron 350.000 ejemplares en total.
Agregó el ministro Sileoni: “El desafío que tenemos por delante, no es sólo que estos materiales lleguen a todas las escuelas del país, además tenemos que garantizar que en cada una de sus aulas transcurra esta transmisión de saberes para mejorar la sociedad en la que vivimos”.
El desafío salió mal: los libros jamás llegaron a las escuelas ni hubo transmisión de saberes para mejorar la sociedad, como resultado de la presión ejercida por el lobby sojero liderado por AAPRESID (Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa), que incluyó el trastornado título Los chicos, rehenes de guerra, para el artículo del activista transgénico Héctor Huergo (editor del diario Clarín, que nunca explica cuál es la guerra ni por qué los chicos serían rehenes), y llamadas densas a las zonas centrales del Ejecutivo por parte del secretario de Minería, Jorge Mayoral, el ministro de Ciencia y Técnica Lino Baranhao, y de los gobernadores de San Juan (José Luis Gioja), La Rioja (Luis Beder Herrera) y Catamarca (Eduardo Brizuela del Moral en aquel entonces).
Ese ejercicio de lobbistas estatales y privados del modelo extractivo frenó inmediatamente la distribución de los libros y del proyecto de capacitación que, según había informado el propio gobierno, involucró una inversión de 7.900.000 pesos (de 2011). Desde entonces los ejemplares para los tres ciclos, en papel ilustración y a todo color, reposan en un galpón posiblemente de la zona de Barracas, por el cual se paga un alquiler del que no se obtuvieron cifras pero que parece ser lo suficientemente oneroso como para haberse convertido en un karma inexplicable con el que nadie sabe qué hacer.
En aquella conferencia se repartieron algunos ejemplares al periodismo, incluso la versión en CD, y el ministro Sileoni brindó otras definiciones significativas:

  • “A los grandes nos cuesta mucho modificar conductas que tenemos arraigadas, mientras que si los chicos aprenden desde edades tempranas la importancia de cuidar el lugar donde vivimos, sin duda, van a incorporar mejores hábitos y una mayor conciencia”.
  • “Se trata de tomar conciencia de que formamos parte de un colectivo, y desde ahí ver cómo hacemos para transformar el mundo cuidándolo. Este es el mensaje que tenemos que transmitir, empezando en la mesa familiar, para continuar en las 45 mil escuelas, con los 900 mil docentes del país, que constituyen un extraordinario escenario para que estos temas se transmitan”.

El entonces secretario Juan José Mussi agregó a ese cúmulo de buenas intenciones:

  • “Los docentes y los alumnos son centrales para llevar adelante políticas de prevención. Así como para extender la idea de que es importante que haya desarrollo, pero es fundamental que éste se lleve adelante cuidando el medio ambiente. Y para ello es imprescindible brindarles a los chicos información seria y con propiedad, como la que proponen los nuevos materiales que preparamos”.

La información de prensa brindada por el propio gobierno aclaraba que los libros llegarían a 104.000 establecimientos de todos los niveles, como parte de un plan de capacitación para al menos 10.000 docentes de todo el país, con el objetivo de “facilitar e impulsar la inclusión de la Educación Ambiental en la currícula escolar”.

¿Qué dicen los libros?

El manual, cuyo PDF completo para el nivel Secundario (320 páginas) puede leerse, bajarse, copiarse y distribuirse desde www.lavaca.org, plantea que la Educación ambiental es política, social, multidisciplinaria, humanista y ética (destaca, por ejemplo, la ética del bien común, de la participación democrática, de la restauración y reconocimiento de la diversidad ecológica y cultural). En una lectura veloz puede verse “El árbol de los problemas ambientales”, en cuya raíz figuran la “alta producción industrial contaminante”, la “inequidad en la distribución de oportunidades y riqueza” y el “consumismo/ consumo irresponsable”.
Entre los problemas ambientalds globales menciona la pérdida de biodiversidad, el cambio climático, el adelgazamiento de la capa de ozono, la desertificación y la escasez de agua. Aclara a los docentes: “Es importante recordar que el sentido crítico del lector debe conducirle a seguir profundizando en los temas tratados. Las siguientes páginas actúan simplemente como disparador”.
En la página 79 comienza el capítulo Problemas ambientales en nuestro país. Informa por ejemplo, con datos del Sistema de Indicadores de Desarrollo Sostenible, que el 20% de la población no tiene acceso a agua segura. En la página 88 se mencionan los Impactos de las actividades extractivas del subsuelo mencionando primero la minería, actividad a la que califica como “doblemente destructiva por su gran escala y por la tecnología que ha acrecentado su capacidad productiva”. Señala que “actualmente se están desarrollando en el país una gran cantidad de proyectos mineros, generándose amplios debates y movimientos por parte de pobladores locales y organizaciones de la sociedad civil que cuestionan este tipo de emprendimientos”.
Menciona los impactos mineros.

  • Flora y fauna: “Deforestación de los suelos con la consiguiente eliminación de la vegetación (esto es más grave en los casos de mineras a cielo abierto y en las megaminerías)”.
  • Suelo: “Importantes modificacines del relieve por excavación, desgaste de la superficie por erosión, generación de montones de residuos de roca sin valor económico que suelen formar enormes montañas”.
  • Agua: “Alto consumo de agua que, generalmente, reduce la napa freática del lugar (agua subterránea), llegando a secar pozos de agua y manantiales. El agua suele terminar contaminada por el drenaje ácido de las minas”.
  • Aire “La contaminación del aire puede producirse por el polvo que genera la actividad minera, que constituye una causa grave de enfermedad, causante de trastornos respiratorios de las personas y de asfixia de plantas y árboles. También por emanaciones de gases y vapores tóxicos”.

Describe el uso de cianuro y derivados “que son muy tóxicos y perdurables en el tiempo”, de “productos químicos peligrosos” y se explica que la actividad genera “un vertido autoperpetuado de material tóxico ácido, que puede continuar durante cientos o incluso miles de años” (como lo sabe cualquier persona que haya visitado alguna vez minas abandonadas hace 100 años, que siguen drenando esos ácidos).

Sobre Transgénicos

El capítulo La transformación rural informa sobre el avance de la frontera agropecuaria. Este profundo proceso de cambio de uso de la tierra configura un verdadero reemplazo de ecosistemas naturales (pastizales, bosque y humedales) por agroecosistemas artificiales, simplificados y mantenidos por una intervención tecnológica intensiva y sostenida, con consecuencias para la estructura social de la población rural, cambios en la tenencia de la tierra y riesgos para la salud humana”. Agrega: “La soja transgénica, con una o dos siembras anuales, es en la actualida el cultivo predominante que impulsa el proceso de transformación agraria en Argentina”.
El manual describe qué es un organismo modificado genéticamente, comúnmente llamado transgénico, al que se le otorga la característica de “resistir al herbicida glifosato”.
Se explican las consecuencias sociales entre las cuales se señala la falta de compromiso de los pooles de siembra “con la planificación del uso de la tiera y su conservación”. También refiere “el endeudamiento y desaparición de amplios sectores de productores pequeños y medianos” con datos de los censos agropecuarios, y el éxodo de las poblaciones rurales, más evidente con el uso de las tecnologías intensivas “con la consecuente merma de la mano de obra necesaria”.
El manual plantea entre las consecuencias ambientales el “deterioro creciente del suelo y los acuíferos”, el “aumento poco controlado del consumo de pesticidas, herbicidas y otros agroquímicos que impactan en la fauna y la flora”, y los problemas y trastornos en la salud: “La absorción de pequeñas dosis de agroquímicos se traducen en afectaciones de la salud que van desde intoxicaciones a daños potenciales del material genético celular”.

Off the record

El trabajo es prologado por Mussi, Simeone, y Fernando Melillo, y figuran en la realización de contenidos la Secretaría de Ambiente, el Ministerio de Educación y la fundación Educambiente. Tan guardados como los libros parecen estarlo los funcionarios y funcionarias que podrían dar explicaciones sobre el tema, excepción hecha del clásico off the record que brindó a Mu una elevada y asombrada fuente oficial: “La verdad es que se hizo el trabajo, se mandó a todas las provincias para que las áreas de Educación estuvieran en cada caso al tanto de los contenidos, y nadie dijo nada. Para cuando se presentó yo creo que pasaron dos cosas: obviamente los altos funcionarios no lo habían leído, y de ahí para abajo todos los intermedios tampoco. O algunos lo leyeron, y nadie estuvo en desacuerdo, o no percibió el efecto que podían provocar”.
¿Qué pensar del universo de funcionarios que recibió el manual y no hizo ni una lectura superficial? Respuesta en off: “Chantas”. La pregunta sobre qué cosas más importantes habrán estado haciendo no recibe respuesta alguna. “No tengo dudas de que en algún momento esos ejemplares se rescatarán y finalmente se distribuirán” dice la fuente oficial, otra demostración de que entre los distintos funcionarios y niveles oficiales existen disputas, incompatibilidad de caracteres, o reacciones mutuamente alergénicas.

Pensamiento único

Pablo Sessano fue de los primeros que denunció la decisión de no distribuir los libros. Es educador ambiental, especialista en Planificación del Medio Ambiente y reúne la condición de trabajar en ese rol técnico tanto para el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, como para el programa Escuelas de Innovación de Conectar Igualdad (Anses), además de asesorar a la Comisión de Cambio Climático en la Legislatura Porteña. “Esos manuales constituían una política pública que se suspendió de hecho por presión de las corporaciones a través de los propios ministerios, que no quieren una mirada crítica frente a estos procesos. Son manuales de absoluta calidad, extraordinarios, es la primera vez en la historia del país que el Estado genera un material de educación ambiental de este nivel. Lo que llama la atención es cómo el Estado se subordina de inmediato a la presión de los intereses corporativos”.
Otra idea: “No hay que olvidar que es material para los docentes, y plantea dudas, preguntas, para motivar la investigación y el aprendizaje. Si no hay ese debate, en las escuelas caemos en un pensamiento único que plantea que el agronegocio o el modelo de minería a cielo abierto son sustentables o los únicos posibles. Y ese pensamiento único que oculta los problemas, más allá de lo que cada uno opine, no sirve para educar sino para adoctrinar”.
Otra duda que se genera: se dice que frente a estos modelos productivos el rol de control lo tiene el Estado. “¿Quién puede creerle a un ministerio que va a controlar a la minería o las fumigaciones, cuando el propio Estado suspende sus políticas públicas en educación por presión corporativa?” se pregunta Sessano sobre este caso que es difícil definir si se trata de censura, autocensura, o silencio por conveniencia mutua, del que ni medios oficiales ni hegemónicos volvieron a hacerse cargo luego de que los manuales desaparecieron del mapa.

Otro peligro

La vicepresidenta de AAPRESID, María Beatriz “Pilu” Giraudo habló en 2013 en el programa Hombres de campo, entrevista que puede escucharse en la propia página de AAPRESID. Allí relata que su entidad activó también a AEA (Asociación Empresas Argentinas, que reúne a las principales corporaciones). Y que antes de estos manuales oficiales, habían entrado en contacto con editoriales educativas privadas (gracias a la gestión de la ex ministra bonaerense Silvina Gvirtz) y con la Cámara Argentina de Publicaciones, cuestionando citas en los manuales escolares sobre el tema del modelo sojero. Mencionó especialmente el caso de Ediciones Santillana, por uno de sus manuales para 5º grado al que adjudica “un abordaje totalmente basado en el desconocimiento, se habla de fumigaciones cuando en el campo y en la agricultura se hacen pulverizaciones”. La declaración demuestra las maniobras de estos grupos para controlar no sólo la información, sino los procesos educativos.
Santillana, a través de su gerente editorial Mónica Pavicich, tuvo la gentileza de enviar a Mu las páginas cuestionadas de aquel manual de 5º grado que ya ha quedado relegado por versiones más actualizadas. Se muestra, por ejemplo, un dibujo de un avión fumigando un campo, y un corte terrestre del subsuelo: “El producto que utiliza se introduce en la capa subterránea de agua, Después, el agua contaminada llega a un río y afecta a los peces que viven allí, y luego esa misma agua sale al mar. Así es como una acción en un lugar determinado puede afectar a zonas muy alejadas de donde se originó el problema”. En la página 56 explica qué significa la degradación de los suelos: “El uso prolongado de pesticidas y fertilizantes químicos provoca la contaminación de los suelos y las capas de agua subterránea. A ese tipo de contaminación se la conoce como contaminación por agroquímicos”.
Pavicich reconoce que recibieron llamadas de organizaciones como ACSOJA (Asociación de la Cadena de la Soja Argentina) con la que no tienen ningún inconveniente en intercambiar materiales y posturas acerca de distintos temas. “Pero los libros son solo herramientas para la tarea que realiza el maestro/a; es el docente el que, con su trabajo en el aula, promueve en sus alumnos el desarrollo de su pensamiento crítico”. Santillana sigue editando lo suyo, mientras 350.000 ejemplares guardados en un galpón muestran cómo puede intentar congelarse tras la enfermedad del silencio a esa sana intención de que exista pensamiento crítico.

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