Mu88
Fútbol para todxs
La agrupación 100% Trans convierte a la pelota de fútbol en una herramienta para construir igualdad, inclusión y respeto. El fútbol está cambiando, pero la AFA no. Qué falta.
Entre los vecinos paseando perros y el ruido de los bondis, se acerca un grupito de niños que no pasan los 12 años, acompañados de un perro centinela que les sigue cada paso; chusmean detenidamente el entrenamiento y proponen un partido: ellos son 5, ellas también. “Si vienen en una horita, ¡ya jugamos, eh! Ahora estamos entrenando”, responde Alba, la arquera, que en minutos y por indicación del director técnico saldrá del arco por Sabrina. Intercambian guantes, rodilleras y una sonrisa.
Es lo que pasa en el devenir de este entrenamiento semanal que se hace entre el Hospital Garraham y las carpas del Polo Circo. Ahí hay un espacio habitado por dos arcos haciendo el marco perfecto de una improvisada cancha de fútbol en un terreno lleno de desniveles. Cuando cae el sol, allí caen las chicas que desde mediados del 2014 andan sacando desde mitad de cancha en el partido que a la sociedad todavía le queda pendiente jugar: el que está integrado por futbolistas trans.
Hay equipo
El equipo tiene nombre: 100% Trans. Empezaron a jugar en las canchas de Puerto Madero. Eran varias compañeras que, en principio, no sabían cómo armar los equipos y de la manera más práctica e inteligente lo resolvieron: las rubias contras las morochas. “¡Era muy anárquico! A veces faltaba una rubia y hacíamos pasar una morocha. Tenemos la misma remera y había que encontrar algo que pudiera diferenciarnos”, comenta Alba Rueda, la guardameta y una de la impulsoras de este espacio. El reto: diferenciarse en un mundo que ellas han hecho claramente igualitario.
Es el día de su cumpleaños y me mata si le pregunto la edad. Es hincha de San Lorenzo por haber vivido en Boedo, aclara que es sólo por eso, ya que a la cancha sólo fue una vez, hace unos años y en el marco de una campaña contra la trata de personas. Recuerda que en el momento de la foto con el plantel, uno de los jugadores le preguntó de qué se trataba la campaña, en plena pose de foto en el campo de juego. Al escuchar la respuesta, el jugador tiró: “Pero si acaban con la trata, ¿qué hacemos nosotros?”.
Cancha ESMA
Alba sostiene que, en honor a la verdad, nunca jugó al fútbol de pequeña: “Lo veía como un deporte que era para chicos y no me sentía cómoda jugando en equipos con los niños. Jugué mi primer partido hace poco, el 8 de marzo de 2014, en el día internacional de lucha por los derechos de las mujeres”. En el que era su trabajo, el Espacio para la Memoria (ex Esma), se organizó un torneo de fútbol femenino. No había equipo que representara al Espacio, así que lo armaron, se entrenaron durante dos semanas y jugaron.“Quedamos terceras”, cuenta Alba.
Le pregunto cuánto equipos participaron de ese torneo en la ex Esma, y Celeste -que juega de 10 y es hincha de Boca- se adelanta para chicanear a la arquera: “Cuatro”.
Alba despliega la línea en el fondo y remata orgullosa su jugada:
“Éramos como 700”.
Después de esa experiencia en cancha, cayó un dato: se jugaba la Copa de las Américas de Fútbol 5 de la Diversidad Sexual y empezaron a entrenar. Fue en noviembre del 2014 y participaron equipos de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile y Uruguay.
El último amistoso lo ganaron 3 a 2, contra Metele que son pasteles, un equipo que se entrena en el mismo predio.
Sin embargo, el resultado que a 100% Trans le importa es otro: “Cuando una compañera nos dice: ‘Dejé de fumar por estar dentro de este espacio’, ‘No salí de joda para estar’… ¡Es emocionante!”, sostiene con una profunda alegría Gabriela Abreliano, que tiene 33 años, juega de 3 o de 5, es hincha de la Selección y llega al entrenamiento acompañada de Peluche, su perro, al que rescató del abandono hace más de un año y quien durante el entrenamiento la mira y la acompaña con el estoicismo de un viejo espectador de fútbol en tribuna de tablón.
Entre Alba y Gabriela se tiran la pelota todo el tiempo a la hora de resolver quién abrió la cancha. Lo cierto es que dentro de la organización -que lleva el mismo nombre del equipo y que ya tiene un poco más de 5 años- resolvieron construir una herramienta a través del deporte: “Que como muchos otros ámbitos tiene una deuda muy grande con la población de la diversidad sexual, y hay que trabajarlo”, comenta Gabriela.
Ellas están mirando dónde hace más falta armar equipos: “Que estemos trabajando en Constitución no es casual, al frente del Garrahan tampoco”, dice Alba.No sólo lo dejaron en táctica: fueron de frente, con los tapones de punta. El hecho de jugar el partido representa para ellas ganar por goleada.
Paso a paso
“Estamos empezando. Hay chicas que nunca en su vida vieron una pelota y hay un par que juegan muy bien y hay que nivelar eso”, comenta Rodrigo Mondragón, quien asumió el cargo de director técnico hace cuatro o cinco encuentros y al que llegó cuando conoció a Alba por intermedio de su compañera.
Comenta que todo lo que tenga que ver con el fútbol le interesa, desde los 5 años juega a la pelota y no paró nunca. Él es encargado de un depósito que queda muy cerca de la cancha de Huracán y del predio en el que entrenan. Hizo el curso de entrenador en All Boys y lo terminó en diciembre pasado. También es hincha de Boca y vecino del barrio de Floresta. “Me interesó darle un plus exclusivamente futbolístico. Cubrir las técnicas, fortalecer al grupo: por ese concepto fue que me interesó formar parte”, sostiene el DT de 33 años, que observa el mundo a través de la pelota y reconoce la dificultad de jugar el partido de fútbol entre sociedad y transexualidad en Argentina: “Es muy machista el ambiente y es complicado, muy complicado. Te miento si te digo que lo imaginaba así. Pero se dio esta posibilidad y como ciudadano me parece un aporte interesante. Está en la voluntad de todos que este sea, de verdad, un lugar para todos”.
Espera en un futuro poder entrenar en un predio con mejor campo, con vestuario y techado, ahora que se viene el invierno.
Jugar como hombrecito
“Primero originó un debate muy fuerte, porque tuvo –y tiene- muchísima resistencia. Hasta el día de hoy algunas dicen: ‘¡Maravilloso!’ y otras dicen: ‘¡Escandaloso!’”, cuenta Gabriela cuando le pregunto sobre la respuesta de las chicas a la invitación de jugar a la pelota. Para Alba eso pasa porque nos educan socialmente bajo la premisa de que es un deporte de y para hombres: ése es el punto más tirano. “El fútbol es una cuestión popular, pasión de multitudes, pero propiedad de los hombres. Las mujeres siempre estuvieron ausentes”, sostiene.
Y es que el fútbol es un lugar de poder que se ejerce desde varias tribunas: cultura, mercado, medios, sociedad, política. El poder que otorga jugar bien a la pelota, el poder de hacerlo, verlo, comentarlo, entenderlo. Acceder.
“Cuando nosotras fuimos creciendo y sacando nuestras plumitas al aire, es decir, cuando nos veían como una mariquita, un putito y todo eso, los chistes y hasta los consejos eran: ‘Venite a jugar al fútbol que te hace macho jugar a la pelota’. Me refiero a que compartir ese deporte con otros niños tenía algunas cuestiones de mucha implicancia: una, que eras parte de los nenes que jugaban al fútbol y otra, que realmente el juego físico era correctivo. Poner el cuerpo, muchas veces, era el desquite frente a otras cuestiones que no podían hacerse visibles: te golpeo para que seas hombre”, comenta la arquera del equipo, Alba Rueda.
¿Para todos?
Los torneos oficiales de la Asociación de Fútbol Argentino son contemplados en términos biologisistas y binarios, a saber: fútbol masculino y fútbol femenino. Cuando se indagó a la institución sobre reglamentación que incluya a la comunidad trans argentina, la respuesta desde la oficina de prensa de la entidad fue un contundente tiro fuera del arco: “No hay nada”.
Ante la pregunta de si tenían conocimiento de que estaban ignorando la Ley N° 26.743 de Identidad de Género, sancionada el 9 de mayo de 2012, la atajada no se hizo esperar: “Hay reglamentación de la F.I.F.A. que dice que los hombres no pueden jugar en partidos de fútbol femenino por un tema de contextura física”.
Alba: “La A.F.A. y la F.I.F.A. siguen jugando con la misma lógica que las empresas trasnacionales, que se rigen con leyes de otros países. No entienden que la jurisdicción nacional hay que respetarla”.
Celeste cuenta su experiencia cuando fue a probarse al club Chicago: “Me vieron así y se reunieron todos los delegados. Me puse a hacer jueguitos, luego se acercó el delegado mío y me preguntó si tenía documento; le dije que sí y le entregué ¡mi documento de mujer! Él volvió, hablaron y el tipo les dijo: ‘Ojo que hay una institución que se llama INADI, hay que tener cuidado’. Me dejaron jugar el primer partido, hice tres goles y me pegaron, me pegaron, me pegaron”, repite como mantra cada golpe como cada gol que anotó.
Finalmente La Crack –como le llaman sus compañeras a Celeste- fichó en Huracán, para el equipo de fútbol femenino. Gabriela recuerda cuando la llamó y le contó: “Le dije: ¡Bienvenida sea la Ley, bienvenido sea el proyecto y bienvenida sea Argentina! Bienvenido todo este proceso y toda esta lucha”.
El mundo cambió, el fútbol también.
La AFA y la FIFA no.
Es casi de noche y termina el entrenamiento entre sonrisas y choque de manos. La pelota se aleja y no es necesario ir a buscarla. Allí están, pasada la horita pactada, los cinco pibes con su perro guardián. Uno de ellos toma impulso para pegarle, mientras le grita a la arquera:
-“¡Señora, señora! ¡La pelota!”.
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Primero, el doctor
El neuropediatra Rodolfo Páramo fue el primero en difundir los efectos del modelo transgénico al denunciar cómo los casos de su consultorio quebraban las estadísticas y la salud pública. Cómo entre el consultorio y sus paseos en bicicleta detectó los efectos del modelo. Y cómo se ganó el calificativo de loco, que considera un título nobiliario.
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La salud no calla
Mechi Méndez es enfermera especialista en cuidados paliativos y trabaja desde hace 20 años en el Hospital Garrahan. Sus pacientes son niñas y niños con cáncer. Ellos le enseñaron a relacionar la enfermedad con los agroquímicos. Y la convirtieron en un medio de comunicación. Las claves del amor y el humor, y por qué la silla es terapéutica.
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Mal educados: los manuales censurados de Educación ambiental
Los ejemplares del manual “Educación Ambiental”, publicado en 2011 por el Ministerio de Educación y la Secretaría de Medio Ambiente, fueron censurados y guardados en un galpón por presión de las corporaciones mineras y sojeras y de diversos funcionarios. Acá lo podés descargar completo, en formato PDF.
Como lo planteamos en la nota Mal educados publicado en el número de mayo de la revista Mu, difundimos aquí el PDF completo del censurado manual Educación Ambiental. Ideas y propuestas para docentes, realizado en 2011 por el Ministerio de Educación y la Secretaría de Medio Ambiente, presentado a la prensa el ministro Alberto Sileoni y el secretario Juan Mussi. Se imprimieron 350.000 ejemplares que tuvieron que ser guardados desde entonces en un galpón por presión de las corporaciones mineras y sojeras y de diversos funcionarios (ministros y gobernadores).
Se trata de un trabajo de calidad inédita, en forma y contenidos, cuya libre divulgación es relevante en momentos en que el debate sobre los bienes comunes es crucial para gran cantidad de comunidades afectadas por el modelo extractivo, pero inexistente en la llamada agenda política, pese (o por) el año electoral. Desde el punto de vista estrictamente educativo, es una herramienta más para que docentes y estudiantes puedan conocer y debatir estos temas.
En este link podés descargar el manual en formato .pdf (33Mb)
La nota de Mu 88
Por primera vez en la historia el Estado Argentino elaboró, bajo la órbita del Ministerio de Educación, manuales de alta calidad de forma y contenidos referidos a lo ambiental, titulados Educación Ambiental – Ideas y propuestas para docentes. Hay tres versiones para los niveles Inicial, Primario y Secundarios, han sido considerados “extraordinarios” por especialistas en el tema, y fueron presentados en conferencia de prensa por el propio ministro Alberto Sileoni y por el secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable Juan José Mussi el 18 de abril de 2011. Informaron entonces que se imprimieron 350.000 ejemplares en total.
Agregó el ministro Sileoni: “El desafío que tenemos por delante, no es sólo que estos materiales lleguen a todas las escuelas del país, además tenemos que garantizar que en cada una de sus aulas transcurra esta transmisión de saberes para mejorar la sociedad en la que vivimos”.
El desafío salió mal: los libros jamás llegaron a las escuelas ni hubo transmisión de saberes para mejorar la sociedad, como resultado de la presión ejercida por el lobby sojero liderado por AAPRESID (Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa), que incluyó el trastornado título Los chicos, rehenes de guerra, para el artículo del activista transgénico Héctor Huergo (editor del diario Clarín, que nunca explica cuál es la guerra ni por qué los chicos serían rehenes), y llamadas densas a las zonas centrales del Ejecutivo por parte del secretario de Minería, Jorge Mayoral, el ministro de Ciencia y Técnica Lino Baranhao, y de los gobernadores de San Juan (José Luis Gioja), La Rioja (Luis Beder Herrera) y Catamarca (Eduardo Brizuela del Moral en aquel entonces).
Ese ejercicio de lobbistas estatales y privados del modelo extractivo frenó inmediatamente la distribución de los libros y del proyecto de capacitación que, según había informado el propio gobierno, involucró una inversión de 7.900.000 pesos (de 2011). Desde entonces los ejemplares para los tres ciclos, en papel ilustración y a todo color, reposan en un galpón posiblemente de la zona de Barracas, por el cual se paga un alquiler del que no se obtuvieron cifras pero que parece ser lo suficientemente oneroso como para haberse convertido en un karma inexplicable con el que nadie sabe qué hacer.
En aquella conferencia se repartieron algunos ejemplares al periodismo, incluso la versión en CD, y el ministro Sileoni brindó otras definiciones significativas:
- “A los grandes nos cuesta mucho modificar conductas que tenemos arraigadas, mientras que si los chicos aprenden desde edades tempranas la importancia de cuidar el lugar donde vivimos, sin duda, van a incorporar mejores hábitos y una mayor conciencia”.
- “Se trata de tomar conciencia de que formamos parte de un colectivo, y desde ahí ver cómo hacemos para transformar el mundo cuidándolo. Este es el mensaje que tenemos que transmitir, empezando en la mesa familiar, para continuar en las 45 mil escuelas, con los 900 mil docentes del país, que constituyen un extraordinario escenario para que estos temas se transmitan”.
El entonces secretario Juan José Mussi agregó a ese cúmulo de buenas intenciones:
- “Los docentes y los alumnos son centrales para llevar adelante políticas de prevención. Así como para extender la idea de que es importante que haya desarrollo, pero es fundamental que éste se lleve adelante cuidando el medio ambiente. Y para ello es imprescindible brindarles a los chicos información seria y con propiedad, como la que proponen los nuevos materiales que preparamos”.
La información de prensa brindada por el propio gobierno aclaraba que los libros llegarían a 104.000 establecimientos de todos los niveles, como parte de un plan de capacitación para al menos 10.000 docentes de todo el país, con el objetivo de “facilitar e impulsar la inclusión de la Educación Ambiental en la currícula escolar”.
¿Qué dicen los libros?
El manual, cuyo PDF completo para el nivel Secundario (320 páginas) puede leerse, bajarse, copiarse y distribuirse desde www.lavaca.org, plantea que la Educación ambiental es política, social, multidisciplinaria, humanista y ética (destaca, por ejemplo, la ética del bien común, de la participación democrática, de la restauración y reconocimiento de la diversidad ecológica y cultural). En una lectura veloz puede verse “El árbol de los problemas ambientales”, en cuya raíz figuran la “alta producción industrial contaminante”, la “inequidad en la distribución de oportunidades y riqueza” y el “consumismo/ consumo irresponsable”.
Entre los problemas ambientalds globales menciona la pérdida de biodiversidad, el cambio climático, el adelgazamiento de la capa de ozono, la desertificación y la escasez de agua. Aclara a los docentes: “Es importante recordar que el sentido crítico del lector debe conducirle a seguir profundizando en los temas tratados. Las siguientes páginas actúan simplemente como disparador”.
En la página 79 comienza el capítulo Problemas ambientales en nuestro país. Informa por ejemplo, con datos del Sistema de Indicadores de Desarrollo Sostenible, que el 20% de la población no tiene acceso a agua segura. En la página 88 se mencionan los Impactos de las actividades extractivas del subsuelo mencionando primero la minería, actividad a la que califica como “doblemente destructiva por su gran escala y por la tecnología que ha acrecentado su capacidad productiva”. Señala que “actualmente se están desarrollando en el país una gran cantidad de proyectos mineros, generándose amplios debates y movimientos por parte de pobladores locales y organizaciones de la sociedad civil que cuestionan este tipo de emprendimientos”.
Menciona los impactos mineros.
- Flora y fauna: “Deforestación de los suelos con la consiguiente eliminación de la vegetación (esto es más grave en los casos de mineras a cielo abierto y en las megaminerías)”.
- Suelo: “Importantes modificacines del relieve por excavación, desgaste de la superficie por erosión, generación de montones de residuos de roca sin valor económico que suelen formar enormes montañas”.
- Agua: “Alto consumo de agua que, generalmente, reduce la napa freática del lugar (agua subterránea), llegando a secar pozos de agua y manantiales. El agua suele terminar contaminada por el drenaje ácido de las minas”.
- Aire “La contaminación del aire puede producirse por el polvo que genera la actividad minera, que constituye una causa grave de enfermedad, causante de trastornos respiratorios de las personas y de asfixia de plantas y árboles. También por emanaciones de gases y vapores tóxicos”.
Describe el uso de cianuro y derivados “que son muy tóxicos y perdurables en el tiempo”, de “productos químicos peligrosos” y se explica que la actividad genera “un vertido autoperpetuado de material tóxico ácido, que puede continuar durante cientos o incluso miles de años” (como lo sabe cualquier persona que haya visitado alguna vez minas abandonadas hace 100 años, que siguen drenando esos ácidos).
Sobre Transgénicos
El capítulo La transformación rural informa sobre el avance de la frontera agropecuaria. Este profundo proceso de cambio de uso de la tierra configura un verdadero reemplazo de ecosistemas naturales (pastizales, bosque y humedales) por agroecosistemas artificiales, simplificados y mantenidos por una intervención tecnológica intensiva y sostenida, con consecuencias para la estructura social de la población rural, cambios en la tenencia de la tierra y riesgos para la salud humana”. Agrega: “La soja transgénica, con una o dos siembras anuales, es en la actualida el cultivo predominante que impulsa el proceso de transformación agraria en Argentina”.
El manual describe qué es un organismo modificado genéticamente, comúnmente llamado transgénico, al que se le otorga la característica de “resistir al herbicida glifosato”.
Se explican las consecuencias sociales entre las cuales se señala la falta de compromiso de los pooles de siembra “con la planificación del uso de la tiera y su conservación”. También refiere “el endeudamiento y desaparición de amplios sectores de productores pequeños y medianos” con datos de los censos agropecuarios, y el éxodo de las poblaciones rurales, más evidente con el uso de las tecnologías intensivas “con la consecuente merma de la mano de obra necesaria”.
El manual plantea entre las consecuencias ambientales el “deterioro creciente del suelo y los acuíferos”, el “aumento poco controlado del consumo de pesticidas, herbicidas y otros agroquímicos que impactan en la fauna y la flora”, y los problemas y trastornos en la salud: “La absorción de pequeñas dosis de agroquímicos se traducen en afectaciones de la salud que van desde intoxicaciones a daños potenciales del material genético celular”.
Off the record
El trabajo es prologado por Mussi, Simeone, y Fernando Melillo, y figuran en la realización de contenidos la Secretaría de Ambiente, el Ministerio de Educación y la fundación Educambiente. Tan guardados como los libros parecen estarlo los funcionarios y funcionarias que podrían dar explicaciones sobre el tema, excepción hecha del clásico off the record que brindó a Mu una elevada y asombrada fuente oficial: “La verdad es que se hizo el trabajo, se mandó a todas las provincias para que las áreas de Educación estuvieran en cada caso al tanto de los contenidos, y nadie dijo nada. Para cuando se presentó yo creo que pasaron dos cosas: obviamente los altos funcionarios no lo habían leído, y de ahí para abajo todos los intermedios tampoco. O algunos lo leyeron, y nadie estuvo en desacuerdo, o no percibió el efecto que podían provocar”.
¿Qué pensar del universo de funcionarios que recibió el manual y no hizo ni una lectura superficial? Respuesta en off: “Chantas”. La pregunta sobre qué cosas más importantes habrán estado haciendo no recibe respuesta alguna. “No tengo dudas de que en algún momento esos ejemplares se rescatarán y finalmente se distribuirán” dice la fuente oficial, otra demostración de que entre los distintos funcionarios y niveles oficiales existen disputas, incompatibilidad de caracteres, o reacciones mutuamente alergénicas.
Pensamiento único
Pablo Sessano fue de los primeros que denunció la decisión de no distribuir los libros. Es educador ambiental, especialista en Planificación del Medio Ambiente y reúne la condición de trabajar en ese rol técnico tanto para el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, como para el programa Escuelas de Innovación de Conectar Igualdad (Anses), además de asesorar a la Comisión de Cambio Climático en la Legislatura Porteña. “Esos manuales constituían una política pública que se suspendió de hecho por presión de las corporaciones a través de los propios ministerios, que no quieren una mirada crítica frente a estos procesos. Son manuales de absoluta calidad, extraordinarios, es la primera vez en la historia del país que el Estado genera un material de educación ambiental de este nivel. Lo que llama la atención es cómo el Estado se subordina de inmediato a la presión de los intereses corporativos”.
Otra idea: “No hay que olvidar que es material para los docentes, y plantea dudas, preguntas, para motivar la investigación y el aprendizaje. Si no hay ese debate, en las escuelas caemos en un pensamiento único que plantea que el agronegocio o el modelo de minería a cielo abierto son sustentables o los únicos posibles. Y ese pensamiento único que oculta los problemas, más allá de lo que cada uno opine, no sirve para educar sino para adoctrinar”.
Otra duda que se genera: se dice que frente a estos modelos productivos el rol de control lo tiene el Estado. “¿Quién puede creerle a un ministerio que va a controlar a la minería o las fumigaciones, cuando el propio Estado suspende sus políticas públicas en educación por presión corporativa?” se pregunta Sessano sobre este caso que es difícil definir si se trata de censura, autocensura, o silencio por conveniencia mutua, del que ni medios oficiales ni hegemónicos volvieron a hacerse cargo luego de que los manuales desaparecieron del mapa.
Otro peligro
La vicepresidenta de AAPRESID, María Beatriz “Pilu” Giraudo habló en 2013 en el programa Hombres de campo, entrevista que puede escucharse en la propia página de AAPRESID. Allí relata que su entidad activó también a AEA (Asociación Empresas Argentinas, que reúne a las principales corporaciones). Y que antes de estos manuales oficiales, habían entrado en contacto con editoriales educativas privadas (gracias a la gestión de la ex ministra bonaerense Silvina Gvirtz) y con la Cámara Argentina de Publicaciones, cuestionando citas en los manuales escolares sobre el tema del modelo sojero. Mencionó especialmente el caso de Ediciones Santillana, por uno de sus manuales para 5º grado al que adjudica “un abordaje totalmente basado en el desconocimiento, se habla de fumigaciones cuando en el campo y en la agricultura se hacen pulverizaciones”. La declaración demuestra las maniobras de estos grupos para controlar no sólo la información, sino los procesos educativos.
Santillana, a través de su gerente editorial Mónica Pavicich, tuvo la gentileza de enviar a Mu las páginas cuestionadas de aquel manual de 5º grado que ya ha quedado relegado por versiones más actualizadas. Se muestra, por ejemplo, un dibujo de un avión fumigando un campo, y un corte terrestre del subsuelo: “El producto que utiliza se introduce en la capa subterránea de agua, Después, el agua contaminada llega a un río y afecta a los peces que viven allí, y luego esa misma agua sale al mar. Así es como una acción en un lugar determinado puede afectar a zonas muy alejadas de donde se originó el problema”. En la página 56 explica qué significa la degradación de los suelos: “El uso prolongado de pesticidas y fertilizantes químicos provoca la contaminación de los suelos y las capas de agua subterránea. A ese tipo de contaminación se la conoce como contaminación por agroquímicos”.
Pavicich reconoce que recibieron llamadas de organizaciones como ACSOJA (Asociación de la Cadena de la Soja Argentina) con la que no tienen ningún inconveniente en intercambiar materiales y posturas acerca de distintos temas. “Pero los libros son solo herramientas para la tarea que realiza el maestro/a; es el docente el que, con su trabajo en el aula, promueve en sus alumnos el desarrollo de su pensamiento crítico”. Santillana sigue editando lo suyo, mientras 350.000 ejemplares guardados en un galpón muestran cómo puede intentar congelarse tras la enfermedad del silencio a esa sana intención de que exista pensamiento crítico.
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