Nota
Bloqueo en Cerro Negro, para detener un proyecto 3 veces más grande y contaminador que Alumbrera
El próximo 16 de julio habrá una asamblea en Cerro Negro, Catamarca, donde desde el 9 de julio vecinos de distintas asambleas del norte del país han viajado para acampar sobre la intersección de las rutas nacionales 40 y 60 como parte de un plan estratégico de bloqueo a camiones que llevan insumos a emprendimientos mineros. Uno de los objetivos es detener el avance de Agua Rica, en Catamarca, emprendimiento tres veces mayor que Bajo Alumbrera. Cerro Negro queda en el límite de Catamarca y La Rioja. Un día después, en Jujuy, con temperaturas bajo cero, vecinos del pueblo de Susques también cortaron la ruta 52 para intentar detener el proyecto de una minera que extrae litio en la zona. Las acciones se complementan con los cortes selectivos e informativos que se mantienen desde hace meses en las localidades catamarqueñas de Tinogasta y Andalgalá, y la riojana de Alto Carrizal (Famatina).
¿Por qué están allí? Lo explica Darío Moreno, vecino de Tinogasta, a lavaca:
- “Que el inminente cierre de La Alumbrera se haga bajo estrictas normas de seguridad ambiental y que se priorice a los compañeros trabajadores de la mina”.
- “Por otro lado la idea es frenar Agua Rica, un emprendimiento que es el abanderado de los emprendimientos mineros, tres veces más grande y contaminante que Alumbrera”.
Convocatoria
Por eso convocan para el 16 de julio en Cerro Negro a una asamblea a la que viajarán vecinos de todo el país y en donde se seguirá diseñando parte del plan del bloqueo selectivo, especialmente para evitar que el mega-emprendimiento minero de Agua Rica, en Santa María, Catamarca, empiece a producir. “Después de la represión, de los apremios, aprietes por parte del gobierno provincial y bajo el ala del gobierno nacional, nos obligaron a diseñar un plan que fuera más abarcativo, donde pudiéramos mostrar a más gente que este es un problema de todos. Ahora somos las asambleas al pie de la cordillera”, proclama desde Cerro Negro a lavaca Darío Moreno, uno de los detenidos y golpeados el 12 de mayo cuando la policía escoltó el paso de tres camiones de transporte de la empresa Bajo La Alumbrera.
Estratégico
Cerro Negro es el pueblo más cercano a uno de los dos cruces de las rutas nacionales 40 y 60, ubicado a 70 kilómetros de Belén y Tinogasta, y a 2,5 kilómetros del límite con La Rioja. “Es un punto estratégico en muchos sentidos”, resume Moreno, precisamente por la intersección de la ruta 40, que une localidades como Chilecito, Famatina (La Rioja), Belén (Catamarca) y llega hasta Susques (Jujuy), y la 60, que va desde el centro del país hacia la zona cordillerana, pasando por ejemplo por Tinogasta.
“Hemos venido a preparar las condiciones de logística y acampe en el lugar, para hacer la gran asamblea el día 16”, dice Moreno desde el costado de la ruta. Desde el 9 en que llegaron, cuenta, pasaron cerca de 50 camiones que transportan insumos mineros. Hasta ahora los vecinos son veinte, por lo que hasta el 14 en que comenzará a llegar más gente, saben, no pueden parar los transportes.
Moreno es uno de los vecinos de la asamblea Ciudadanos por el Agua y por la Vida” de Tinogasta que desde febrero mantiene un corte sobre la ruta nacional 60, kilómetro 250, bloqueando el corredor a Chile por el Paso San Francisco. El 10 de febrero y el 12 de mayo sufrieron represiones que incluyeron a perros policiales mordiendo mujeres, o desalojando por la fuerza a personas discapacitadas motrices. Antes y después de esas fechas siguieron los aprietes, amenazas y otras maniobras menos televisadas. En la represión de mayo Moreno fue uno de los tres detenidos por pararse frente a camiones que venían escoltados por la policía de la localidad de Fiambalá; fue trasladado a ese pueblo, a más de 50 kilómetros de Tinogasta, golpeado e incomunicado durante dos horas. Ante una respuesta popular en Tinogasta y también en Fiambalá, que incluyó movilizaciones frente a la comisaría, Moreno y los dos de sus compañeros fueron liberados.
Los otros dos detenidos eran Ezequiel Koch de Chilecito y Eduardo Argarañáz de San Fernando del Valle de Catamarca. El dato: las asambleas del norte comenzaban a organizarse.
Desabastecimiento
El hecho se dio como consecuencia del “plan estratégico de desabastecimiento de La Alumbrera” que habían empezado en febrero, y funcionó como causa de la idea de ampliar los cortes selectivos –ya repetidos en otras localidades como Andalgalá, Amaicha del Valle, Belén- a más emprendimientos mineros. “Empezamos a pensar en Cerro Negro, en la intersección de las rutas 40 y 60 porque acá está el acceso sur del ingreso de los insumos mineros”, cuenta Moreno.
Sobre la base de diálogo con las asambleas de Amaicha, San Fernando, Belén y Andalgalá “viajamos y anduvimos mucho, y conseguimos que en Susque se movilizaran: el 10 cortaron el Paso de Jama (fronterizo con Chile). Ese es el panorama de que tenemos los accesos norte y sur intervenidos”, redondea. Y para esta fecha invernal que a algunos encuentra en vacaciones (“es bastante duro el clima, pero no tenemos mucho tiempo”) programaron la asamblea del 16 y el acampe en Cerro Negro, para debatir el futuro.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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