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Desde Brasil: movilizaciones, izquierda, derecha, medios, FIFA, Dilma, movimientos sociales, lo que dice el MST, represión, futuro, y otras encrucijadas

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(Desde San Pablo) La gente sigue en las calles saltando y cantando «o- ó, el pueblo despertó», mientras los expertos del universo buscan diagnosticar qué es lo que ocurre en Brasil, sin haber estado mucho en las calles y sin ser demasiado leídos o escuchados por la gente que canta. Hasta hace una semana eran 12 ciudades, pero el viernes ya sumaban 438 los municipios con movilizaciones en todos los estados. ¿Qué quieren? «Vivir mejor» me responden chicos de 17 años de la periferia paulista en medio de una marcha de 70.000 personas por el centro de la ciudad. Dos llegaron en skate, dos tienen la careta del pesonaje de V de Venganza, de los hermanos Wachowsky. Dicen los chicos: «Más salud, educación, y también la tarifa cero en el transporte». Aclaración: van por la gratuidad total del transporte público. Apenas logro escucharlos, en esa ruidosa combinación de alegría y desafío.
Desde Brasil: movilizaciones, izquierda, derecha, medios, FIFA, Dilma, movimientos sociales, lo que dice el MST, represión, futuro, y otras encrucijadas
Charles Trocate, dirigente nacional del MST, los trabajadores Sin Tierra, consulta a lavaca: «¿En Argentina usan también la palabra encrucijada?».
Lo que se siente
Gabriel Strautman, carioca, hijo de padre argentino, integra el movimiento de derechos humanos en Brasil, y sintetiza: «Cuando no se entienden bien las cosas, hay que ver qué se siente. Empecé sintiendo todo con alegría. Luego tuve preocupación por algunos signos de grupos conservadores en las marchas. Creo que hay que mezclar los dos sentimientos, y seguir en la calle».
Es lo que hacen cientos de miles de personas que cada día de las últimas tres semanas parecen decididas a hacerse oír, y a dejar de ser espectadores pasivos de danzas políticas, sociales y económicas, que orbitan en escenarios siempre lejanos. Las marchas son mayoritariamente tranquilas, cuando hay enfrentamientos con la policía los grupos más radicales se separan de la gente (como respetando ese rechazo a la violencia, aunque suene paradójico), y todo tiende a crear un clima que mezcla debate, alegría y participación. Otra forma de relacionarse. Una especie de alivio de sentirse en grupo, haciendo algo para cambiar las cosas. Sin eso, sería impensable tanto contagio. Tomando las calles, sienten que se hacen cargo de su propia historia, y de su propia voz.
Noticias breves

  • Dilma Rousseff habló 10 minutos por cadena nacional el viernes, planteando que está oyendo las voces de la calle, que va a proponer un plan nacional para mejorar el transporte público, inversiones en educación pública e incluso la contratación de médicos en el exterior para mejorar los servicios de salud. Agregó que no admitirá ninguna forma de violencia.  Defendió las obras para la Copa del Mundo.
  • El sábado hubo incidentes y represión cerca de las sedes del Mundial 2014, donde se está jugando la Copa Confederaciones. La FIFA marcó una «zona de exclusión» de 2 kilómetros alrededor de los estadios, cosa que los manifestantes (60.000 en Minas Gerais, por ejemplo) decidieron no obedecer. Hubo 27 heridos y 21 detenidos.
  • Luego la Policía Militar de Minas anunció que aplicará «tolerancia cero» con las marchas. La terminología neoyorquina para delincuentes, apunta ahora a los reclamos de la sociedad.
  • Una escena de alto contenido simbólico se verificó en Brasilia, donde grupos de manifestantes derribaron una torre erizada de cámaras de seguridad que vigilan la vida pública, y la destrozaron a patadas.
  • En San Pablo otra de las marchas fue contra la Ley llamada»cura gay», que propone literalmente «curar» con tratamientos psicológicos a quienes «padezcan» homosexualidad, tomada así como enfermedad. El proyecto es del presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Diputados, Marcos Feliciano, pastor evangélico aliado al PT gobernante. Es homófobo y racista (para decirlo con elegancia). Su programa incluye destronar a Satanás. Por twitter ha escrito: «Los descendientes africanos son malditos por Noé» y «el amor homosexual genera odio, crimen y rechazo». Esta original concepción de los Derechos Humanos proviene de un aliado clave de un gobierno que se dice progresista, para ganar votos. (Nota: se desconoce si hay algún proyecto tendiente a curar a personas como el Sr. Feliciano).
  • En San Pablo, militantes del oficialista PT (Partido dos Trabalhadores) fueron expulsados de una de las marchas por gente acaso más cercana a las élites conservadoras paulistas que a los jóvenes que piden democratizar la sociedad. Passe Livre, el movimiento que empezó todo este estallido con su rechazo al aumento de 20 centavos del transporte público, denunció infiltraciones en las marchas masivas. «Somos apartidarios, pero no somos antipartidarios», dijeron.

Otro ejemplo de contradicción: en las movilizaciones que nacieron cuestionando la violencia policial, entre otras cosas, ya se vieron algunos carteles de signo contrario pidiendo por la «inseguridad» y por la baja de edad de imputabilidad, o sea militarización, represión y mano dura: más orden que progreso. También aparecieron grupos neonazis, y fundamentalistas contra el aborto.
En una tónica absolutamente diferente, y masiva, esta semana habrá convocatorias de Periferia Urbana y Passe Livre en San Pablo, por la tarifa cero para el transporte público, la desmilitarización de las ciudades, más fondos para salud y educación.
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¿Qué izquierda?
«No es una izquierda partidaria, es una izquierda autónoma» me dice Julio Delmanto, muy cercano a Passe Livre, movimiento sin líderes que convocó a las marchas que detuvieron la medida de aumentar 20 centavos el valor del pasaje mínimo en trasnporte público. Passe Livre se define justamente como «horizontal, autónomo, independiente, apartidario y no antipartidario» en su página web saopaulo.mpl.org.br. Es uno de los que convocan a las manifestaciones con respecto a estos temas, desde hace 8 años. Plantea al movimiento no como un fin, «sino un medio para la construcción de otra sociedad» y busca la movilización de trabajadores y estudiantes para la expropiación del sistema púbico de transportes y la participación en la discusión y decisiones sobre los problemas de la vida urbana. Como se ve, no se trata de espontaneísmo, desorganización ni falta de rumbo, sino otros modos de pensar la realidad y el modo de encararla. Y es apenas uno de los miles de grupos sociales que participan en esta movida que terminó siendo asumida por millones, que van agregando demandas.
¿Y la derecha? «La verdadera derecha organizada es la de los medios de comunicación» sostiene Julio. Los medios grandes como O Globo (una mega corporación mediática) le dan protagonismo a grupos conservadores, aunque sean ínfimos, o a quienes reclaman contra la corrupción en el gobierno, como si fuese lo único de las marchas. Charles Trocate del MST (Movimiento de trabajadores SinTierra) coincide: «La oposición busca transformar esto en un programa contra el gobierno, aprovechando la explosión de corrupción, con los medios de comunicación de masas como instrumento de combate».
Julio cree que a veces uno puede estar siguiéndole el ritmo a esos mismos medios: «Hay sectores conservadores en las marchas, pero yo creo que son muy pocos. Pero los vemos en televisión y nosotros mismos le damos más importancia de la que tiene, si uno ve lo que realmente ocurre en las marchas». Los jóvenes lo saben: conviene mirar menos televisión.
Panorama: «Lo real es que para los que queremos una transformación, pero también para el gobierno y la derecha que tratan de manipular esto según sus intereses, la situación está abierta».
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Con el MST
¿Se puede encontrar una sintonía entre quienes cuestionan al gobierno como conservador y neoliberal, con quienes lo defienden por progresista y dicen que es un gobierno «en disputa»? Difícil saber si semejante enigma puede ser exportado a países vecinos, pero es el que se está formulando uno de los grandes aislados, olvidados o traicionados por el gobierno: el MST, Movimiento de los trabajadores Sin Tierra, que reúne un millón de campesinos que habitan 1.800 asentamientos.
Charles Trocate es dirigente nacional de ese movimiento que fue motor de las mayores resistencias al modelo neoliberal, y uno de los gestores de las condiciones sociales que permitieron a Luis Da Silva, Lula, llegar al gobierno en 2003. Así definió Trocate la actualidad ante lavaca: «Hay dos interpretaciones. Una es de la derecha, y dice que lo que ocurre es un descontento con los diez años de gobierno del PT, primero con Lula y ahora con Dilma. El principal cuestionamiento es la corrupción, que realmente ha sido impresionante en este período. Y aparece la idea de la oposición de transformar esto en un programa contra Dilma, con los medios de comunicación de masas como instrumento de combate».
Segunda interpretación: «La de la izquierda, que plantea que hay un movimiento natural de la juventud que intenta negar a los partidos políticos y estructuras organizadas. Pero plantea que es una experiencia de vuelo corto que no logra transformarse en una lucha organizada más allá de haber logrado la reducción de tarifas de los transportes públicos».
¿Para quién gobierna el PT?
Para Charles las crisis brasileñas han sido siempre a costa de un aplastamiento de las condiciones de vida de las generaciones jóvenes. «Nadie ha creado un paradigma de cuál es el lugar de la juventud. Por el contrario, hubo una profundización de la barbarie social entre la juventud, que además está despolitizada. La paradoja es que el PT prefirió no gobernar para los movimientos organizados. La reforma agraria fue derrotada ideológicamente en el gobierno de Lula que intentó así aplastar a los movimientos, mientras hacía políticas compensatorias hacia la sociedad no organizada que el PT definió com ‘concertación social’».
Las políticas fueron exitosas, con el plan Bolsa Familia que llega a 40 millones de brasileños, y políticas que favorecieron el empleo y aumentos salariales como empujón al consumo. «Sin embargo esta explosión de la juventud está expresando una enorme insatisfacción, frente a la cual el gobierno no puede apoyarse ahora en los movimientos organizados, ni en los espontáneos que están rechazando sus políticas. Que haya más consumo, que cambies de teléfono, no cambia la vida. No se ayudó a la gente a salir de sus problemas, que son estructurales».
El gobierno se definió a sí mismo como pos neoliberal y como neo desarrollista: «No hace ninguna ruptura, hay mucho asistencialismo, la corrupción es enorme, y ha pactado con todos los grandes grupos concentrados de la economía, las finanzas, el transporte, la minéría y el agronegocio, por ejemplo».
Diferencias: «Lula tenía contacto con las masas, que tienen con él una identificación biográfica, la del chico pobre y luego obrero que llega a presidente. Dilma no tiene esa comunicación, y más allá de su pasado en la guerrilla la gente no siente una identificación como había con Lula. Ella es la imagen de gestión, rigidez y tecnocracia». La crítica no es machista, y Charles aclara que es «un acontecimiento histórico que una mujer sea presidenta en un país machista y atravesado por la violencia contra las mujeres».
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El juego a la derecha
Hay gente que de todos modos defiende al gobierno como mal menor frente a la derecha. Para el MST la cuestión es otra: «Es cierto que dicen que es un gobierno en disputa entre sectores más de derecha y otros más progresistas. Otros creen que es un gobierno neoliberal. Nuestra preocupación es que todo lo que está ocurriendo tenga consecuencias fascistas, de mayor autoritarismo del propio gobierno incrementando la represión y que todo vaya a la derecha, que es lo que piden los medios de comunicación con otras palabras». El MST está elaborando puntos que puedan servir de contacto entre quienes defienden al gobierno y quienes lo cuestionan. «Por ejemplo, reducción de la jornada de trabajo de 48 a 40 horas. O reforma agraria, nacionalización y no entrega del petróleo, educación pública, pocas cosas que puedan establecer una política popular que reúna a campesinos, obreros, indígenas, ecologistas, jóvenes, y que eviten la profunda división que tenemos en la izquierda brasileña».
Mientras tanto el MST apoya las manifestaciones «pero no con banderas de la organización, sino participando en las calles, porque además muchos de nuestros compañeros integran también los diversos grupos que las convocan. Estamos en una encrucijada» dice señalando con las manos dos direcciones divergentes. Y no habrá ningún cambio a corto plazo que venga del gobierno. Entonces lo que está marcando estos tiempos es la reacción de la sociedad».
La megarealidad
La mezcla de situaciones encendieron la chispa: violencia policial, inflación, corrupción en el gobierno, burocracia, abandono de la educación y la salud pública, infraestructura de las ciudades, asistencialismo, problemas de vivienda, tarifas en general y la bofetada de gastos de los megaeventos (estadios, hoteles, carreteras, autopistas y unlarguísimo etcétera) con eje en la Copa del Mundo 2014, la actual Confederaciones, y las futuras Olimpiadas 2016. «No hay plata para escuelas y sí para estas cosas» explica Gabriel Strautman, de la organización de derechos humanos Justicia Global. En la calle cantan «Brasil hay que despertar, un maestro es mejor que Neymar».
Gabriel. «En los 90 tuvimos el neoliberalismo que fracasó. En Latinoamérica hubo movilizaciones como las de Argentina en 2001. En Brasil hubo una expresión electoral con el triunfo de Lula. Pero hoy tenemos una ´política que sólo ha propuesto un modelo neodesarrollista basado en la explotación de recursos naturales y un estímulo al consumo que también se revela como insuficiente. Podés tener tele nueva, pero no significa que la sociedad sea menos desigual». Gabriel cree que hay que mezclar la alegría por las movilizaciones inéditas con la preocupación por las manipulaciones que pueden llevar todo esto hacia la derecha: «Pero no hay que dejar de moverse. Si las tarifas de transporte fueron la gota que colmó el vaso, hay que recordar que los movimientos y organizaciones contribuyeron durante años a que el vaso se llenara. Hace un mes en cualquier acto éramos 50 personas. De pronto hay millones. La derecha no tiene los pudores que tenemos nosotros y se apropia de cualquier cosa, incluyendo de estas movilizaciones populares. Ahora nos toca a los movimientos tratar de construir un sentido de lo que está ocurriendo, que es que millones de personas se manifiestan y dicen lo que quieren. El desafío es encontrar una respuesta interesante para el futuro».
Dilma imagina cómo retomar las riendas con sus propuestas para el transporte y la educación. Y jugando con la FIFA. Las corporaciones mediáticas por ahora festejan a la multitud, limando cualquier mensaje de cambio. La FIFA reservó camas en 17 hospitales públicos, mantiene la zona de exclusión alrededor de los estadios, y la Policía Militar habla de tolerancia cero. Pero antes de zarpar de San Pablo veo pasar a una señora y su hija con una cartulina escrita a mano con paciencia, cuidado y sueños: «Difícil de creer, pero el sistema un día va a cambiar».

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La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos

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Este domingo a la madrugada murió María Teresa López, asambleísta contra la contaminación en su ciudad natal, Caleta Olivia, luego mudada a Capital Federal y parte del grupo Jubilados Insurgentes. Mary se enfermó de cáncer producto de la contaminación que ella misma denunciaba, y luego fue abandonada por el Estado en modo motosierra: el PAMI se negaba a entregarle medicamentos, pese a amparos judiciales a su favor. Una historia que genera bronca e impotencia, pero que a través del recuerdo de sus compañeras de lucha se revela como una lección de vida, en el más profundo sentido de la palabra: lo colectivo frente a lo personal, la idea de no perder el tiempo, la movilización permanente, la generosidad, la sabiduría, y qué es la muerte.

Por Franco Ciancaglini

Algunos dirán que Mary era bajita y otros que tenía el porte enorme de Nora Cortiñas.
Desde la pandemia solía esconder su sonrisa detrás de un barbijo, aunque sus motivos de alegría eran cada vez menos:

  • su salud era cada vez más delicada;
  • los medicamentos oncológicos no llegaban;
  • y la lucha que encaró desde siempre —primero en su Caleta Olivia natal contra la contaminación, luego contra el sistema de salud público y, al final, como parte del grupo Jubilados Insurgentes— cada vez implicaba poner más el cuerpo.

Fue su cuerpo lo que, este domingo 21 de julio, dijo basta.

Mary se convierte así en algo odioso: un símbolo. Un símbolo de la muerte sistemática que genera un sistema que enferma y abandona. Pero también en un símbolo de lucha por la vida, en el sentido más profundo de la palabra.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Mary junto a Nora Cortiñas.

Contaminada

María Teresa López nació en 1959 en Caleta Olivia, Santa Cruz. Falleció el domingo pasado a sus jóvenes 67 años, en un hotel de la calle La Rioja, en Once, ciudad de Buenos Aires. Sí: vivía en un hotel. Sola, producto del desarraigo que le produjo tener que trasladarse para atenderse de un cáncer de hígado.

Ese fue el diagnóstico médico: una metástasis que avanzó en el último tiempo al ritmo frenético de una motosierra.

La causa que no figura en su partida de defunción es aquella que ella misma denunció hasta el final: a Mary le negaban medicamentos oncológicos indispensables para su tratamiento.

Lo que tampoco figura en su partida es que Mary fue arrancada de su Caleta Olivia natal porque se enfermó, al igual que decenas de personas de esa localidad, producto de la contaminación del agua por actividades extractivas en la zona.

Contaminada

La vida de Mary fue la de una militante social de una estirpe rara: austera, firme, silenciosa, estudiosa, imparable.

Sus compañeros reconstruyen sus historias: que de chica le hicieron un test de inteligencia y un profesional le dijo a su madre que ella era más o menos superdotada; que seguramente podría hacer dos carreras universitarias a la vez; que terminó la secundaria antes de tiempo y luego cursó dos carreras; que se enganchó con el ambientalismo muy joven y empezó a investigar cuando las empresas petroleras negaban la contaminación de las napas de agua.

Formó parte de la Asamblea Ambiental de Caleta Olivia, desde donde luchó sin descanso contra la contaminación provocada por el fracking. Mucho antes de enfermarse, denunciaba que el agua que llegaba a las casas estaba contaminada con petróleo. Lo sabía por la evidencia científica más contundente que tiene una comunidad contaminada: que sus vecinos, familiares y amigos enfermen y mueran.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
En Plaza de Mayo, con una bandera contra la megaminería contaminente en Chubut.

Ante los medios Mary describía lo que vivía y veía alrededor: “La gente se muere o queda discapacitada”. En una entrevista para el programa Conciencia Solidaria, precisaba sobre su territorio:

  • “Caleta Olivia… tiene un problema grave: falta de agua potable, y encima está contaminada por la industria petrolera. Los muestreos de agua que hemos sacado y analizado han dado positivo: está contaminada el agua que estamos tomando.”
  • “La situación es muy grave, se está muriendo muchísima gente de esas 11 localidades, 9 están en terrible condición… además tuvimos un caso muy grande de gastroenteritis que afectó a 340 personas”.
    También contextualizó el vínculo entre agua contaminada y salud pública: “Los metales pesados son cancerígenos, mutagénicos, van mutando de una generación en otra… nacen chiquitos con problemas… o fallecen de cáncer».

Denunciaba en Caleta Olivia la presencia de hidrocarburos, arsénico y metales pesados en el agua, además de enfermedades poco frecuentes que, como decía ella, “no tienen cura” y crecen en esa región patagónica. Alertaba con claridad: “No es solamente cáncer, sino Enfermedades Raras o Poco Frecuentes. Muchos pacientes no están bien atendidos… La situación se agrava cuando se trata de estas patologías: solo se ofrecen tratamientos paliativos.”

Un mal día le tocó a ella, ya con la certeza profunda de que la contaminación ambiental fue parte del combustible de su cáncer de hígado.

En agosto de 2015, en un foro en defensa del agua organizado en Comodoro Rivadavia, otras asambleístas como Lidia Campos, de la asamblea contra el fracking de Allen (Río Negro), la conocieron personalmente luego de años de tramar resistencia contra el extractivismo: “En el Foro en Comodoro había gente de todos lados… Y estaba Mary, que ya tenía problemas, como un problema en la boca del estómago… No se sabía bien… Uno tapa esas cosas y habla de la lucha, la salud quedaba en segundo plano. Mary no era de hablar de lo personal; siempre se preocupaba más por lo colectivo».

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Lidia y Mary, durante el acampe del Malón de la Paz en Buenos Aires, hace dos años.

La describe así: “Era menuda, callada. Pasaba desapercibida. Pero cuando abría la boca, te dejaba con la boca abierta. Sabía muchísimo. Y tenía una convicción inquebrantable.”

Recuerda Lidia que, en 2019, Mary pasó de la denuncia mediática a la judicial: presentó un amparo colectivo ante la Corte Suprema contra la contaminación del agua con hidrocarburos, arsénico y metales pesados. Denunciaba así, ante el máximo tribunal argentino, el abandono del sistema cloacal, basurales a cielo abierto, y exigía la puesta en marcha de una planta de ósmosis inversa paralizada (actualidadjuridicaambiental.com). En ese expediente Mary detallaba:

  • “Frecuentes interrupciones en el suministro… agua contaminada con hidrocarburos totales y arsénico… napas freáticas contaminadas por fracking…”.
  • Solicitaba medidas cautelares urgentes: provisión gratuita de agua apta, saneamiento cloacal, cierre de basurales y puesta en funcionamiento de la planta de ósmosis inversa.

Esa presentación inédita, que firmó ella misma, reflejaba años de trabajo comunitario, denuncias y… enfermedades. Pero su denuncia fue ignorada, archivada y judicialmente ninguneada: tras seis años, la Corte se declaró “incompetente” y desestimó el recurso, sin resolver la situación de fondo.

Mary no se rindió: en 2020 fue caminando hasta Balcarce 50 para presentar a través de Mesa de Entradas de la Casa Rosada una carta firmada por una red de organizaciones en defensa del agua dirigida a Alberto Fernández, denunciando la contaminación del agua y relacionándola lúcidamente con argumentos que el ex Presidente daba como recomendaciones durante la pandemia.

Lidia Campos es la que recupera y comparte a lavaca este documento, y la que como asambleísta define su legado: “Lo que ella hizo fue histórico. Vale la pena hablarlo para las próximas generaciones… En esta época hemos perdido tanta humanidad que a nadie le importa. Pero acá hay alguien que dio su vida. Dio, literalmente, su vida.”

El último recuerdo que Lidia conserva data del 14 de julio de 2023, durante una jornada de lucha contra Mekorot, la empresa nacional de agua israelí que intentaba desembarcar en Argentina con intenciones sospechosas. Relata Lidia: “Ella estaba afuera del Anexo del Congreso con los Jubilados Insurgentes para protestar… Después fuimos a una confitería. Le pregunté si había comido al mediodía… no había comido nada. Le sugerí unos tostados o medialunas con queso. Pidió un té. Cuando llegó lo que pedimos, no lo pudo comer”. Igual, se sacaron esta hermosa foto compartiendo. Y ese mismo día, antes de despedirse, Mary le regaló una pashmina rosa a Lidia para protegerla del frío.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Carlos Ponce, Mary y Lidia Campos: una amistad atravesada por la lucha ambiental del sur del país.

Abandonada

Cuando se enfermó y vio que su asamblea se desarmaba –entre otras cosas precisamente porque muchos enfermaban- Mary se trasladó a Buenos Aires. Pretendía resistir y atenderse bien, cosa que logró durante muchos años: su lucha logró que PAMI le asignara el Hospital Italiano para su tratamiento.

Tuvo un cáncer controlado que se descontroló al ritmo del deterioro del sistema de salud: primero Macri, luego Fernández, la pandemia y finalmente Milei como garrotazo final.

Desde 2023 su situación empeoró drásticamente. Su compañera Zulema, de Jubilados Insurgentes, relata: “El PAMI decía que tenían medicamentos para esa patología, pero no eran los que había indicado su médica… entonces no los aprobaban. A veces los recursos judiciales salían favorables, pero el PAMI tampoco los entregaba. La impotencia era terrible».

Sino miren este video.

María Teresa López dice claramente: “El mecanismo es simple: es eliminarnos, gastando menos… llegar al déficit cero… matándonos.”

El video la muestra junto a sus compañeros de Jubilados Insurgentes en un reclamo frente al PAMI por sus medicamentos.

Sigue: “Es más fácil eliminarnos de manera nefasta e inhumana… Para mí ustedes son asesinos, y les importa un bledo”.

Hoy, un año y mes después, Mary tenía razón.

Zulema continúa: “Ella no podía hacer la quimio porque la droga fundamental no estaba… íbamos al PAMI con compañeros, hacíamos reclamos, pero no facilitaban nada. Cuando le autorizaban un tratamiento de ocho sesiones, solo le entregaban dos dosis. Nos confesaron que no se molestaban en dar el tratamiento completo porque muchos morían antes… Pero Mary resistía, resistía… llegó un momento en que el cuerpo no resistió más».”

Una de las últimas veces de manifestación ante el PAMI, sin Mary, el personal de seguridad preguntó por ella en la puerta: “¿Cómo está Mary?”

La respuesta era obvia: mal.

Insurgente

Pese al deterioro físico, Mary se unió a los Jubilados Insurgentes. Entendió que el sistema no solo descarta a quienes enferma, sino también a los que ya no pueden “producir”.
Zulema recuerda: “¡Tenía un carácter! Ese carácter es el que la hizo resistir cuando muchos se daban por vencidos”.

Llegó a ese espacio dos años atrás, íntimamente vinculada con su enfermedad. “Se metió en todo lo legal… recursos, fiscalías, Comodoro Py… sabía de litigio ambiental”, dice Zulema.

El 12 de junio de 2024, durante la lucha contra la Ley de Bases, estuvo firme en Plaza los Dos Congresos. “Nosotros la cuidábamos porque estaba débil, pero se escapaba, quería seguir.” Conocía a todos. “Era muy luchadora. Y hablaba con energía. Siempre nos pedía que unamos las luchas».

Lo que posiblemente sea su último legado lúcido: unir las luchas del ambientalismo con las banderas de los jubilados.

Sobre su convicción, Zulema dice: “Cualquier cosita que ella hacía la asumía con total responsabilidad… vino con cartulina, se traía el cartel… Cuando asumió Milei hizo un cartel que decía ‘Toda la clase política es responsable de la debacle del país’, lo diseñó ella misma”.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Un cartelito que le hicieron tras su muerte, Clarisa y Agus, que lo dice todo: «Se lo hicimos porque ella era doña cartelitos, y lo dejamos con ella».

Otra anécdota: “Una vez vino a una reunión, con anotador en mano, ya predispuesta. Algunos comenzaron a hablar de su vida personal, y se enojó. Se levantó, juntó sus notas y se fue. Dijo: ‘acá se pierde tiempo, no van a llegar a nada’. Pero volvió. Con dramas y todo, no quería perder el tiempo: estaba alerta. Era consciente de que la tarea era enorme, y le ponía ímpetu”.

Mary sabía que no le quedaba mucho tiempo y por eso nunca bajó la guardia.

Siguió yendo cada miércoles a las rondas frente al Congreso, siempre con barbijo, para cuidarse y cuidar. Participó del Malón de la Paz, llevó agua, militó con grupos ambientalistas, jubilados y religiosos. Organizó actos, escribió cartas, e insistía en que el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, había que salir a las calles. Siempre. Aunque lloviera, aunque doliera.

Porque Mary enseló que la muerte no es algo que ocurre al final: es eso que va sucediendo en vida ante la indiferencia, el silencio de los tribunales, el apagón de las protestas, la descomposición del cuidado, la impunidad de los contaminadores y la complicidad del silencio.

La muerte es el abandono.

La muerte es el olvido.

Y en ese sentido, Mary sigue más viva que nunca.

odas las agrupaciones de jubilados que se juntan los miércoles a protestar en Congreso, preparan un homenaje a Mary y, a través de ella, “a todas las víctimas del sistema y de este plan siniestro de exterminio de los más vulnerables”.

Será mañana, después de la marcha, en un acto en Plaza de Mayo.

Mary: gracias.

Hasta mañana.

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Pablo Grillo: llaman a indagatoria al gendarme Guerrero a seis meses de un disparo criminal

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El 2 de septiembre el gendarme que disparó una granada de gas lacrimógeno por fuera de todos los protocolos de la fuerza deberá comparecer ante la justicia. La decisión la tomó la jueza María Servini de Cubría más de cuatro meses después del hecho. Pablo Grillo luchó por su vida, perdió masa encefálica y hoy se encuentra en plena rehabilitación. Todo lo que deberá explicar Héctor Guerrero y que implica a su principal defensora y la responsable de la violencia estatal: Patricia Bullrich.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cuatro meses y una semana pasaron desde el miércoles 12 de marzo. Ese día, durante otra violenta represión a la marcha de jubilados y jubiladas, el Gendarme Héctor Guerrero le disparó fuera de toda legalidad una granada de gas lacrimógeno al reportero gráfico Pablo Grillo, cuyo impacto casi lo mata, y por el que perdió parte de la masa encefálica, estuvo casi tres meses internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía y por el que hoy continúa en proceso de rehabilitación. Cuatro meses y una semana pasaron hasta hoy, lunes 21 de julio, en el que la jueza María Servini citó a indagatoria al gendarme, autor material de lanzamiento, para el próximo 2 de septiembre.

Es decir: entre la ejecución y la audiencia habrán pasado 131 días, casi seis meses, casi medio año. 

El camino de la in-justicia

En un primer momento, la jueza había rechazado el expediente y el caso había pasado al Juzgado Federal N° 12, donde tramitaba otra denuncia por los mismos hechos. Como ese juzgado estaba vacante y subrogado por Ariel Lijo, quien también se declaró incompetente y declinó la competencia, el expediente regresó al Juzgado N° 1 el 28 de marzo y la jueza Servini lo tiene en sus manos desde el 10 de abril, a la vuelta de una licencia. 

La cronología detalla el tiempo que una familia debe atravesar para exigir justicia por un hecho de violencia estatal: desde el 21 de marzo en que el papá, la mamá y el hermano de Pablo se presentaron en la causa como querellantes, solicitaron se llame a Guerrero a declarar “en calidad de imputado, por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Pero no hubo respuesta. Por eso, el 6 de junio, reiteraron el pedido con estos argumentos: “Desde el inicio de la investigación, todas y cada una de las pruebas recabadas por el Juzgado corroboran lo que planteamos en nuestra querella del 21 de marzo: el cabo primero Héctor Jesús Guerrero de la Gendarmería Nacional Argentina fue el autor del disparo de la pistola lanzagases que hirió de gravedad a Pablo Grillo el 12 de marzo a las 17.18hs”. Y agregaron: “En el pedido que presentamos ante la jueza Servini ofrecemos una descripción de los hechos y un análisis pormenorizado de los elementos de prueba existentes hasta el momento”.

Y no hubo dos sin tres: el 15 de julio se le volvió a exigir al Juzgado que lo cite a Guerrero. 

Y la tercera fue la vencida: este lunes, Servini citó a prestar declaración indagatoria al cabo Guerrero como autor del disparo con cartucho de gas lacrimógeno calibre 38mm que impactó en la cabeza de Pablo Grillo. La audiencia será el 2 de septiembre a las 10. 

Guerrero es el primer efectivo formalmente imputado en la causa por el operativo policial del 12 de marzo. 

Desde la querella informaron: “El juzgado ordenó la realización de una pericia balística a cargo de la División Balística de la Policía de la Ciudad para reconstruir con el mayor nivel de precisión técnica posible el disparo que hirió de gravedad a Pablo. Si bien la jueza consideró que ya existen elementos de prueba contundentes respecto de la responsabilidad de Guerrero para esta instancia, sostuvo que la pericia es necesaria para afianzar la reconstrucción de la dinámica del hecho”.

 La pericia tendrá como objetivos precisar:

-La trayectoria y velocidad del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo;

-La posición del arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil; 

-Analizar si el proyectil impactó previamente contra otra superficie, y si eso alteró su dirección o energía.

-Las ubicaciones de Grillo y de Guerrero al momento del disparo.

El juzgado también ordenó, previo a la pericia, una inspección en el lugar del hecho (la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís) que incluirá un relevamiento fotográfico terrestre y aéreo y la elaboración de un croquis detallado de la escena. 

Además, le prohibió a Guerrero la salida del país.

Compartimos el perfil de Pablo que realizamos en la edición 203 de MU.

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Aprendé a crear y producir tu podcast desde cero, con herramientas concretas para llevar adelante tu proyecto de manera independiente.

¿Cómo hacer sonar una idea? Desde el concepto al formato, desde la idea al sonido. Vamos a recorrer todo el proceso: planificación, producción, grabación, edición, distribución y promoción.

Vas a poder evaluar el potencial de tu proyecto, desarrollar tu historia o propuesta, pensar el orden narrativo, trabajar la realización sonora y la gestión de contenidos en plataformas. Te compartiremos recursos y claves para que puedas diseñar tu propio podcast.

¿A quién está dirigido?

A personas que comunican, enseñan o impulsan proyectos desde el formato podcast. Tanto para quienes quieren empezar como para quienes buscan profesionalizar su práctica.

Contenidos:

  • El lenguaje sonoro, sus recursos narrativos y el universo del podcast. De la idea a la forma: cómo pensar contenido y formato en conjunto. Etapas y roles en la producción.
  • Producción periodística, guionado y realización sonora. Estrategias de publicación y difusión.
  • Herramientas prácticas para la creación radiofónica y sonora.

Modalidad: presencial y online por Zoom
Duración: 4 encuentros de 3 horas cada uno
No se requiere experiencia previa.

Docente:

Mariano Randazzo, comunicador y realizador sonoro con más de 30 años de experiencia en radio. Trabaja en medios comunitarios, públicos y privados. Participó en más de 20 proyectos de podcast, ocupando distintos roles de producción. También es docente y capacitador.

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