Nota
Criminalización de la historia
En abril se iniciará un juicio oral y público a trabajadores y delegados del Hospital Garrahan, por un conflicto de 2005. Y antes, el 18 de marzo, Neuquén será sede de una causa del 2002 en la cual Julio Fuentes, el trabajador estatal imputado, ya fue sobreseído. La judicialización geriátrica de la protesta, o cómo usar el pasado para perseguir hoy.
Durante la segunda mitad del 2012 se reactivaron en distintos juzgados del país causas que judicializan por lo menos a una veintena de integrantes de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y a cuatro integrantes de la junta interna del Hospital Garrahan. En todos los casos se trata de causas armadas alrededor de antiguas protestas y que ya habían tenido sentencia en otra oportunidad, pero ahora fueron reflotadas. “La judicialización de la protesta gremial es la herramienta extorsiva del poder político en el contexto de agudización de la puja distributiva entre los trabajadores y el Estado” dijo a lavaca Julio Fuentes, que acumula 54 procesamientos en su contra, 6 juicios orales, 53 absoluciones, “y me faltaba esta, en la que en realidad me habían absuelto en 2007”.
Fuentes es secretario general nacional de ATE, la sede de su trabajo y su actividad gremial siempre fue Neuquén. “Esto tiene que ver con la provincia de donde yo vengo. En Neuquén, teniendo el 1% de la población del país, estuvieron el 25% de los procesados sociales. Eso demuestra lo feroz que fue el proceso con Jorge Sobisch a la cabeza. En tiempos de Felipe Sapag había sido el asesinato de Teresa Rodríguez, Con Sobisch, Carlos Fuentealba… tuvimos que lamentar cosas desgraciadas, con una justicia totalmente servil, que no tiene ningún tipo de independencia”.
La ofensiva judicial fue denunciada durante una conferencia de prensa en la sede de ATE Nacional. Fuentes fue acompañado por Gustavo Lerer, de la Junta Interna del Garrahan (su juicio oral y público con tres de sus compañeros comenzará el 8 de abril), el abogado Juan Carlos Capurro (que oscilará entre el juicio a Fuentes y el del Garrahan) y los diputados Víctor De Gennaro y Claudio Lozano.

La causa
La causa reflotada contra Fuentes data del 2002. En plena crisis, la obra social de los trabajadores estaba asfixiada y tras una manifestación sindical, el ex administrador del Instituto de Seguridad Social de la provincia, Gerargo Hettinger, denunció haber sido agredido por Fuentes, Horacio Fernández, Ricardo Pérez, César Sagredo y Miguel Peralta. Bastó su testimonio para que se activara una causa por “lesiones leves y graves con daño agravado” que pareció llegar a su fin en 2007, cuando la Cámara Primera absolvió a los acusados por determinar que no hubo delito.
La ley de Grondona
Hettinger apeló esa medida y en 2009 logró que el Tribunal Supremo de Justicia provincial anulara el último fallo y convocara a un nuevo juicio.
El abogado de ATE-CTA y vicepresidente de la Federación Internacional de Derechos Humanos, Juan Carlos Capurro explica el proceso en términos futbolísticos: “Es como si hubiésemos ganado un partido de fútbol 5 a 0 y Grondona y la AFA digan que se va a jugar el partido de vuelta, todas las veces necesarias para que ellos ganen. Pero con el reglamento de fútbol no nos pueden ganar”.
Capurro catalogó entonces al juicio como una “farsa”, esta vez en términos jurídicos. Otras palabras que se le agregaron para enmarcarlo: absurdo, amedrentamiento, ofensiva, criminalización.
Nuevo juicio viejo
Desde 2009 que se reactivó la causa caída y dormida, se sucedieron una serie de irregularidades alarmantes:
-El fiscal interviniente resultó ser Pablo Vignaroli, quien, denuncian los trabajadores, “tiene una hostilidad manifiesta contra Julio Fuentes y el resto de los perseguidos. Ello se debe a que años antes la dirigencia de ATE lo denunció ante el Consejo de la Magistratura por graves irregularidades en el ejercicio de su función. De acuerdo al artículo 47 del Código Procesal Penal de la Provincia de Neuquén, este Fiscal no puede intervenir en la causa”.
-Además, denunció Capurro en conferencia, se ha venido demorando la entrega de una copia del expediente para poder ejercer la defensa: “El expediente tiene más de 10 mil fojas, por lo que, dado el tiempo faltante, se hace imposible ejercer debidamente el derecho de defensa”.
Según Julio Fuentes la coincidencia en las causas reactivadas no es casual: “Fue simultáneo: en 6 meses reflotaron causas que hace años están paradas. Ante un avance de los reclamos de la clase trabajadora que cada vez con más fuerza comienza a organizarse a lo largo y ancho del país, golpear a la Asociación de Trabajadores del Estado tiene la intención de amedrentar, de bajar el nivel de conflicto. ATE no es la única, pero sin duda es una organización de carácter nacional con mucha representación en todo el país, que ayuda y es movilizadora en otros lugares”.
La responsabilidad, según su criterio: “Sin duda de los gobernadores provinciales y de la presidencia de la Nación. No puede venir la orden de otro lugar. Hay causas en juzgados federales y causas en juzgados provinciales. Además, si uno piensa que en los últimos discursos de la Presidenta se ha dedicado a fustigar las representaciones sindicales, esa es una forma indirectamente de dar carta libre a los fiscales y a los jueces que tienen todas estas causas dormidas pero vigentes para cuando ellos quieran”.
Fuentes acuerda con la interpretación de Claudio Lozano sobre un estancamiento económico que recrudece el conflicto social: “Sin duda. Y en el sector público particularmente, que es donde menos recuperación ha habido. Por ahí la gente no lo sabe o no lo crea, pero a los empleados públicos de las provincias y de las municipalidades no nos rige ni siquiera el salario mínimo vital y móvil. Es decir que un intendente no está obligado legalmente en la Argentina a cumplir el salario mínimo vital y móvil. Una verdulería que está en frente de la Municipalidad está obligada… Entonces ocurre lo que nos ocurre hoy: miles de compañeros percibiendo salarios muy bajos”.
Para entender el alcance social de la puja distributiva: “El empleo público en la argentina hoy son 3 millones de asalariados; 3 millones más su grupo familiar estamos hablando de 12 millones de argentinos, entonces no es menor el tema del empleo público en la argentina y ahí lo que hay hoy son bajos salarios”.
Otro de los temas que atravesó la charla fue el estado público que alcanzó el llamado Proyecto X, un plan de la supuestamente prohibida inteligencia interna (espionaje) de Gendarmería en movimientos y organizaciones sociales. Según los medios, ATE es la organización de la que más datos se recolectaron a partir del espionaje. Dice Fuentes: “Es muy fácil de infiltrarse en nuestra organización, porque es muy grande y muy pública. Todo lo hacemos así: de forma abierta. Los lugares de debate nuestros son los hospitales, los pasillos de las escuelas, los ministerios, los comedores de las fábricas estatales… No tenemos ningún lugar secreto. Nos infiltran y esa es la información que utilizan después para los procesos”.
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.
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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.
Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos Juan Valeiro
El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.
Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.
Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.
Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.
La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”.

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:
- “Que no te vendan gato por león”.
- “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”.
Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:
Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.
Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.
Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.
Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.
Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.
La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.
Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.


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