Nota
Del paradigma del gobierno al paradigma del habitar: hacia una nueva cultura política
El intelectual, activista y periodista español Amador Fernández Savater dice que la crisis de representación en los sistemas actuales no se arregla con un cambio de figuras políticas. Los Partidos ya no tienen el peso que tenían, sumidos en cuestiones electoralistas bajo las reglas de la sociedad del espectáculo, y propone una fuga hacia mundos sensibles donde “laten las potencias capaces de modificar el estado de las cosas”. En ese nuevo paradigma, es posible criar una nueva mirada sobre la realidad y entrar en contacto con puntos de potencia que intensifiquen un principio de vida y acción. ¿Cómo reimaginar la organización en esta época oscura? Publicado en eldiario.es.
Crisis de representación, crisis económica, crisis ecológica… No basta con cambiar de políticos. Necesitamos un cambio radical de lógica. Otra cultura política.
Lo que puedes leer a continuación es un ensayo de teoría-ficción. No pretende demostrar nada o decir lo verdadero. Juega más bien en el terreno de la ficción que, como nos enseñan los niños, empieza con algunas palabras mágicas: “y si…”, “vale que…”. Más que describir la realidad o convencer, quiere afirmar una perspectiva que (en el mejor de los casos) puede seducir por su capacidad para barajar de nuevo lo posible y lo visible en un sentido más intenso, útil o gozoso.
Vale que hay dos paradigmas: el “paradigma del gobierno”, en el cual se trata de conducir la realidad desde una Idea o Modelo; y el “paradigma del habitar”, en el que se trata de cuidar y expandir las potencias que ya hay, que ya somos. Estos dos paradigmas figuran sensibilidades, formas de mirar y modos de hacer: no tanto “lugares” (instituciones/movimientos, etc.) como prácticas. En la realidad se entremezclan, entran en conflicto y contaminación, en esta teoría-ficción se presentan claramente distinguidas.
Esta teoría-ficción se leyó por primera vez en verano de 2015 en la Universidad Popular del Campo de Cebada (¡universidad-ficción!) en una charla acotada en 20 minutos. Al texto le ha quedado seguramente por ese origen un carácter algo esquemático y abstracto. Lo puede completar libremente la imaginación y la experiencia de cada lector, ese sería su deseo y su afán.
El paradigma del gobierno
1.
Lo que se ve no es lo que pasa. Si introducimos un palo en el agua, ¿qué vemos? El palo parece doblarse. Pero sabemos que no es así. Los sentidos nos engañan, no son vías seguras de acceso al conocimiento. Para conocer, propone entonces Platón, “hay que arrancarse los ojos”. Es decir, poner entre paréntesis el mundo sensible.
En ese “poner entre paréntesis” consiste la eterna pelea del conocimiento contra la opinión (la ideología, el mito…). El concepto, si es tal (la definición-determinación de la cosa), ni se ve, ni se huele, ni se puede tocar, sólo se puede pensar. “El concepto de perro no ladra”, dice Spinoza. Pensar es ver con el ojo de la mente pura.
Se piensa, pues, haciendo el vacío. Construyendo un “contexto cero” en el que las cosas puedan decirse a sí mismas: un lenguaje como las matemáticas, un instrumental como un termómetro o un microscopio, etc. Si el contexto cero no lo es realmente, es decir, si en el vacío se cuela algo de sociedad o de historia, entonces no escucharemos a las cosas decirse a sí mismas, sino a los prejuicios sociales de la época (el sentido común) hablando sobre ellas. En ese caso, el contexto -nuestra ideología, nuestra identidad, nuestra posición social- pensará por nosotros. Y el resultado no será un concepto o una definición, sino tan sólo un eco del mundo.
Atrévete a pensar (sapere aude) significa: atrévete a dejar de ser un eco pasivo del mundo, una estación repetidora de los prejuicios de la época. La verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero. La razón teórica es este “discurso de nadie” en y por el cual no habla nadie en concreto, no habla nadie en particular, sino que la cosa se dice a sí misma. Una demostración matemática es así, independientemente del sujeto que la enuncie. Se dice sola, desinteresadamente. Es independiente del tiempo, de los lugares y de las circunstancias: eternamente verdadera o eternamente falsa.
Por último, conocer no es engendrar o crear realidad. El conocimiento no añade ningún pedazo más al patchwork infinito de culturas y costumbres que es el mundo.
2.
Leo que Diógenes (el cínico) fue capturado en el curso de un viaje por mar cerca de la isla de Creta y ofrecido en un mercado de esclavos. “¿Y tú para qué sirves?”, le preguntó su subastador. “Para gobernar”, le respondió Diógenes desafiante. ¿En qué sentido un filósofo -o más bien la filosofía- sirve para gobernar?
La filosofía es un “aprendizaje de la muerte” dice Platón en el Fedón (el diálogo platónico sobre el alma): muerte del cuerpo para que pueda pensar la mente pura. Silencio mortal de las opiniones y los sentidos para volvernos capaces de abstracción. Esto es, de pensamiento.
No hay diferencia esencial entre conocer y gobernar. La razón teórica conoce. La razón práctica hace o gobierna. Decidir libremente es decidir independientemente de lo que opine o desee cada cual. Actuar libremente es “actuar por deber”, explica Kant, es decir “actuar necesariamente”. Hacer lo que debe-ser, lo justo. Ser libres es querer que nuestros actos sean leyes: actos de nadie, es decir necesarios.
Libertad es esta independencia del contexto. Lo que ha de hacerse en cada situación no depende de la situación misma. Sólo tomando distancia con respecto a ella –abstrayendo- podemos hacer lo que debe hacerse. De otro modo, no hay acción libre, sino repetición de alguna costumbre interiorizada, obediencia a algún mandato oculto (de nuestra familia, de nuestra clase social, de nuestra identidad sexual). Ecos del mundo.
Se gobierna, pues, desde un lugar vacío (que ha tenido diversos nombres en la historia de la filosofía: “cielo de las ideas”, “ahí del ser”, “grieta”, “nada”). No se trata exactamente de un lugar físico, aunque se ha buscado instituir (el centro de la asamblea griega o meson, el Parlamento en la modernidad). Es el lugar de las leyes, el lugar de lo universal y necesario.
Gobernar –exactamente como conocer y por las mismas razones- no engendra o crea realidad, no añade ningún jirón más al patchwork infinito de posibilidades humanas, sino que encaja lo que es con las exigencias del deber-ser.
En resumen, gobernar es 1) arrancarse los ojos o aprender a morir (porque lo sensible induce a error), 2) deducir y proyectar lo que debe hacerse (lo justo) y 3) finalmente, aplicarlo sobre la realidad, doblegando el ser a lo que debe-ser. Enderezar la realidad, ponerla derecha (en estado de Derecho, en estado de Ley).
El paradigma del gobierno ha modelado de cabo a rabo nuestro imaginario occidental: para lo mejor (por ejemplo, la declaración de los Derechos Humanos) y para lo peor (esa voluntad de convertirnos en “amos y dueños de la naturaleza” enunciada por Descartes y que hoy esquilma el mundo).
También la transformación revolucionaria, la construcción de una nueva sociedad, se ha pensado (y practicado) desde este paradigma. Y es en este aspecto concreto en el que quiero detenerme ahora aquí.
Desde el paradigma del gobierno, la acción revolucionaria consistía en:
- -uno, abstraer y modelizar. Deducir teórica o especulativamente lo que debe hacerse (el Plan, el Programa, la Hipótesis), “arrancándose los ojos” para ello, es decir poniendo entre paréntesis lo que hay (el mundo tal y como es, las prácticas ya existentes) porque induce a error (nunca está a la altura del deber-ser, siempre le falta algo).
- -dos, aplicar y forzar. Llevar a cabo, pensar estratégicamente y disponer los medios según los fines, empujar lo que es hacia lo que debe-ser, combatiendo para ello sin tregua contra los mil obstáculos que siempre aparecen en este camino: la realidad y su tozuda tendencia a desviarse de la línea correcta, los rivales que tienen otra idea de lo que debe-ser, la plebe que se obstina en seguir mirando con sus propios ojos, etc.
4.
El Partido de masas ha sido seguramente el dispositivo por excelencia del paradigma del gobierno en el siglo XX: el lugar vacío, el contexto cero, el ojo de la mente pura desde donde gobernar la realidad. A la cabeza, los teóricos y los intelectuales capaces de arrancarse los ojos y separarse de sí mismos para pensar, los estrategas y los planificadores que “ven más amplio y más lejos”. Más abajo, las masas encargadas de aplicar y de forzar, los cuadros y los militantes responsables de aterrizar las ideas y empujar la realidad.
Sólo juntos, en el Partido, somos libres: capaces de pensar, hacer y decidir por necesidad, independientemente del tiempo, los lugares y las circunstancias. Sólo juntos, en el Partido, nos sustraemos al contexto e imponemos una voluntad al mundo: hacemos Historia. Sólo juntos, en el Partido, nos volvemos capaces de un verdadero desinterés y actuamos como instrumentos puros de lo que debe-ser, de lo justo. La idea-fuerza del Partido, a la vez magnífica y terrible, ha marcado a fuego el siglo XX.
Hoy en día, los partidos ya no tienen seguramente la importancia política, cultural y existencial que tuvieron en su día, convertidos en máquinas puramente electoralistas y subordinadas a las exigencias de la sociedad del espectáculo. Pero su sombra es alargada: la acción política se sigue pensando generalmente como un tipo de intervención que viene desde el exterior; la estrategia, como un ajuste fino entre los fines y los medios; el activismo, como aquella fuerza del voluntad que empuja lo que es hacia lo que debe-ser; la temporalidad política, como un tiempo siempre en diferido: un perpetuo aplazamiento, nunca una plenitud presente, etc. Se puede tener un partido incrustado en la cabeza y en el corazón aunque no se milite en ninguno.
Fugarse del paradigma del gobierno es abrir una bifurcación urgente y deseable. No simplemente por razones de “eficacia” (habría que pensar bien en qué consiste la eficacia en este paradigma). La necesidad viene de otro lado: actuar en el paradigma del gobierno consiste en poner entre paréntesis los mundos sensibles, pero es justamente ahí donde laten las potencias capaces de modificar el estado de cosas. El paradigma del gobierno es un tipo de mirada que quema y desertifica las situaciones donde germinan los posibles que pueden cambiar el mundo. Al partir del vacío, es el vacío lo que siembra en el mundo; al partir de una carencia y de una falta, es carencia y falta lo que extiende por todos lados. Nos insensibiliza hacia lo que tendríamos que aprender a sentir y nos presenta como objeto de control (donde se aplica la línea correcta) lo que tendríamos que aprender a habitar.
El paradigma del habitar
Vamos a llamar “paradigma del habitar” a otra sensibilidad, otra mirada sobre la realidad y otro modo de hacer que:
- -en lugar de hacer el vacío (o arrancarse los ojos), consiste primero en percibir y “creer en el mundo” como pedía Deleuze;
- -en lugar de proyectar lo que debe-ser, consiste en detectar y entrar en contacto con los puntos de potencia (energías, fuerzas, intensidades) que ya están ahí;
- -en lugar de aplicar leyes y forzar-doblegar la realidad, consiste en cuidar, acompañar y favorecer los distintos puntos de potencia.
6.
Creer en el mundo. Descubrimos lo real poblado de líneas de fuerza. Ni vacío, ni “lleno” (saturado, ordenado, completo). Nos descubrimos a nosotros mismos afectados por algunas de ellas. Nos dejamos afectar por otras nuevas, educando una disponibilidad, una apertura…
Partimos de lo que hay, no de lo que debiera haber. Lo que hay puede ser una inquietud, una pregunta, una intensidad, un dolor o un sufrimiento (no asociemos demasiado deprisa la potencia con la “alegría” y “lo bueno”). En cualquier caso, se trata de una fuerza que da lugar, nos pone en movimiento y nos hace hacer.
Partir de lo que hay es, en cierto sentido, una decisión no-libre. Es partir de algo no elegido, ni conquistado, sino de algo que nos pasa (en primer lugar por el cuerpo, como vibración o afecto). Algo tal vez involuntario, incluso “sufrido” o “pasivo”, una presión.
La libertad en el paradigma del habitar no consistiría en la independencia del contexto, como esa libertad que alabamos en un juez neutral, un periodista imparcial o un hombre autosuficiente. Tampoco en el gesto heroico o audaz gracias al cual le damos la vuelta a la situación y le imponemos nuestra voluntad, sino más bien en un cierto saber-hacer con lo que nos hace. (Hay quien propone pensar esa imbricación profunda de dependencia y potencia como el principio de una política en femenino, mientras que la relación estrecha entre independencia y poder sería la marca mayor de una política masculina, viril).
- Ni arrancarse los ojos, ni aprendizaje de la muerte, sino volver a “creer en el mundo” como lo que tenemos precisamente a la vista (o en la yema de los dedos…). Hacer de esoque pasa y nos pasa un principio de vida y acción.
Detectar las potencias. En lo que vivimos, hay intuiciones que se pueden desarrollar, pequeños detalles que permiten ver todo distinto, encuentros cuyos efectos es posible prolongar. Son como olas capaces de transportarnos, sistemas de madrigueras, energías conmutables. Quiero decir: en cada situación hay un principio de movilidad (o muchos). No es verdad que partir de las situaciones -depender de ellas- nos vuelva ecos pasivos del mundo. En la materialidad de cada situación hay un potencial capaz de llevarnos más lejos. Podemos detectarlo, escucharlo, atenderlo, entrar en contacto y dejarnos llevar.
¿Cómo? Dos indicaciones. Por un lado, hay que darse tiempo. Darse tiempo para ver, sentir, pensar o impregnarnos de la potencia desconocida de una situación. Librarse de la impaciencia, de la insatisfacción constante hacia todo que es el afecto que domina nuestra relación con las cosas en el paradigma del gobierno. Darnos tiempo para aprehender los posibles que nacen o se abren.
Por otro lado, se trata de inventar dispositivos de intensificación para ver-sentir más y mejor lo que hay. “Filmar para ver” es el sugestivo título de un libro del director Jean-Louis Comolli sobre cine. La sensibilidad no es un dato natural, no se trata aquí de ninguna oposición entre naturaleza y artificio. Necesitamos toda clase de artificios y disciplinas que recreen nuestra mirada, refinen nuestra sensibilidad, afilen nuestra atención hacia lo existente. La transformación social es indisociablemente política y cultural.
8.
Acompañar las situaciones. La potencia no crece sola, hay que elaborarla y expandirla. Elaborar significa dar vía y continuidad (con imágenes, con gestos, con palabras, con consignas de acción) a una determinada intensidad que nos atravesó. Expandir significa acompañar la potencia e incrementarla, llevarla hasta donde podamos, compartirla o generalizarla, reconvertirla o transformarla. Porque lo que simplemente se conserva, se extingue y muere.
Aquí también es una cuestión de dispositivos concretos. Sabemos que hay dispositivos malos conductores de la energía: la bloquean al canalizarla muy rígidamente suponiéndole un autor, un origen, un propietario, un patrón, unos cauces o caminos obligatorios, etc. Son las instituciones del paradigma del gobierno, empeñadas en “enderezar” la realidad. En cambio, los dispositivos buenos conductores de la energía son aquellos que la dejan pasar: regiones de tránsito y no acumuladores. Y la relanzan, prolongan sus efectos e inducen nuevas metamorfosis: transformadores y no estabilizadores.
9.
El paradigma del habitar parte de la pluralidad y autonomía de las situaciones (precisamente el “tiempo, los lugares y las circunstancias” que sobrevuela el paradigma del gobierno).
En y desde el paradigma del gobierno, las situaciones concretas no tienen sentido o valor en sí mismas, sólo en referencia al Plan Estratégico que les da unidad, sentido y dirección. La diversidad infinita de las situaciones se percibe como un obstáculo: “fragmentación”, “dispersión”. Su potencia intrínseca (lo que cada una puede generar, crear, dar lugar) se desdeña y desatiende: su razón de ser está fuera de ellas mismas (son partes de un todo, medios para fines). Es lo que se llama “lógica transitiva” por la cual A no tiene más sentido y valor que el de llevarnos a B. Sentido siempre diferido, exterior, in absentia.
El Partido de masas arraiga en las distintas situaciones (“frentes” o “sectores”), pero no deduce de ellas lo que debe hacerse (¡sería un error óptico!), sino desde una estrategia global y de conjunto. Los militantes de partido aplican, en las situaciones concretas, las respuestas generales. El militante es de hecho este ser siempre escindido dolorosamente: inmerso en los distintos contextos (el barrio, la fábrica), pero sin pensar desde ellos (creer, detectar y acompañar), sino desde Otro Sitio.
Se gobierna desde el cielo, homogéneo y vacío. Se habita en la tierra, poblada y múltiple. En y desde el paradigma del habitar, no hay nada más que el infinito de las situaciones concretas. Cada una de ellas tiene el centro de gravedad en sí misma. No sirven o remiten a otra cosa, ni son personajes en una obra que Otro escribió. Crean sentido, no lo reciben. Y no les falta nada, salvo tal vez atención, tiempo, cuidado y deseo.
10.
¿Estamos condenados, al asumir la multiplicidad y la autonomía de las situaciones como potencias y no obstáculos, a la “fragmentación” y la “dispersión”?
Es la alternativa que se nos propone desde el paradigma del gobierno: “o yo o el caos”. O el Partido –el cerebro de un cuerpo- o la babelización y la entropía. En y desde el paradigma del habitar, podemos reimaginar el problema de la “organización” (y todos los demás: la estrategia, la temporalidad, la disciplina, el compromiso, etc.) desde otro sitio, fuera de esa alternativa: en este caso, como tejido artesanal de potencias situadas.
Hay que afirmar primero lo siguiente: en la piel del habitar (en el conjunto infinito de las situaciones) existen ya mil articulaciones. La piel es eso. Pero cuando sobre la realidad se superponen las ideas de organización del paradigma del gobierno (la “acumulación de fuerzas”, el “frente de masas”), esas articulaciones quedan invisibilizadas, negadas, desatendidas. De nuevo: lo que se ve no es lo que pasa, lo que pasa es lo que debería pasar.
En la tienda de campaña o el búnker (los “lugares vacíos” de la estrategia y la guerra) los generales alucinan sobre un mapa los movimientos de sus tropas. Perono hay tropas, no hay mapa, no hay generales, no hay tienda de campaña. Existe sólo una maraña de relaciones sin centro, un ensamble nunca fijo de miles de articulaciones de piezas singulares.
Mil articulaciones singulares que se tejen artesanalmente (una a una) y desde dentro, es decir, a partir de corrientes de simpatía.
Mil articulaciones que no remiten a un centro ordenador o a un relato unificador, sino en todo caso a ficciones comunes que funcionan como lentes de aumento y amplificadores de lo que hay.
Mil articulaciones entre las que no se puede reconocer el polo activo y el pasivo (intelectuales/masas, núcleo irradiador/pueblo). Los agitadores de la piel son parte de la piel misma, polarizaciones provisionales de su fuerza, liderazgos situados, concretos e internos.
Si el Partido es un dispositivo de filtramiento y exclusión (qué trozos seccionados de la realidad son “verdaderos”, es decir, “sirven al Plan”), desde el paradigma del habitar se trata sobre todo de engendrar y crear realidad, añadir más y más pedazos al patchwork infinito de posibilidades que es el mundo común, multiplicar las relaciones y las conexiones.
Dicho más concretamente: extender y hacer más densa, más rica y más compleja la telaraña de la autoorganización. Habitar plenamente. Poblarlo todo.
Nota
Rosario y el asesinato de “Pillín” Bracamonte: las hipótesis, la pelea entre bandas y un corte de luz antes de las balas
En el atentado número 30 contra su vida, Andrés “Pillín” Bracamonte –líder de la barra brava de Rosario Central desde hace al menos 25 años– fue asesinado a balazos este sábado junto a su segundo, Daniel “Rana” Atardo. Ocurrió en el marco de un partido de Central contra San Lorenzo. Hubo una posible zona liberada, luces cortadas en la zona, y un crimen que se veía venir pese a la aparente calma de la violencia en Rosario en los últimos meses. Publicamos aquí las crónicas del medio cooperativo rosarino El Ciudadano, que dan cuenta del hecho, las primeras hipótesis, un perfil de Bracamonte y el contexto. Todo puede seguirse además en El Ciudadano (elciudadanoweb.com). Y agregamos una reflexión del periodista y diputado Carlos del Frade quien anticipa que estos asesinatos tendrán igual o mayores efectos que todo lo que ocurrió tras el crimen del “Pájaro” Cantero.
La muerte de Pillín: las hipótesis detrás del crimen que agita la pelea entre bandas y un sugestivo corte de luz antes de las balas
Quizás por haber sido víctima de 29 ataques a balazos, estaba regalado en una calle donde tampoco le llamo la atención que la luz estuviera cortada antes de que lo asesinaran. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).
Con 29 ataques a balazos en el lomo, Andrés Bracamonte, único barrabrava capaz de sostenerse 25 años en el paravalancha canalla sabía que lo querían matar. Desde antes del último ataque, en agosto pasado, tenía esa certeza. Pero igual estaba regalado en la esquina de Avellaneda y Reconquista, con la luz cortada, sin sospechar lo que vendría. Algunos aseguran que contaba dinero de la recaudación.
El asesinato de Samuel Medina, el Gordo Samu, yerno del Guille Cantero abrió una serie de hipótesis que hoy desembocan en la muerte de Pillín. Una daba cuenta de una pelea entre Los Monos y Bracamonte que sus allegados desmienten. El Gordo Samu era allegado a Pillín, viajaban juntos y su muerte está orientada hacia una banda de un barrio periférico manejada desde Buenos Aires que la fiscalía tenía entre manos, según allegados a la investigación. Uno de los integrantes de esa banda fue golpeado personalmente por Pillín, algo que en la jerga se considera una especie de humillación. Pillín lo sabía, pero llama la atención que estuviera tan regalado en la esquina de Reconquista y Avellaneda. También llama la atención que un rato antes del ataque a balazos cortaran la luz de la calle en el marco de un partido de Central. Lo mataron a oscuras; a él y a su sucesor. Una versión da cuenta de que la pelea con el grupo del barrio periférico fue para evitar comercialización de sustancias en la cancha: Pillín no quería la Federal encima de ellos.
La escena del crimen, en las afueras del estadio de Rosario Central.
La banda señalada, que ya fue allanada, está vinculada directamente con una banda contraria a Los Monos. Si esta hipótesis se confirma habrá dos sectores en disputa, por un lado las dos grandes bandas que operan en Rosario y por otro lado la sucesión del paravalancha.
El perfil de un duro: a Pillín lo habían intentado matar 29 veces en los 25 años que estuvo al frente de la barra de Central
Andrés Bracamonte estuvo al frente de la barra canaya desde fines de siglo pasado, cuando era uno de los 7 jefes de fracciones internas y se quedó con todo. Desde entonces hubo plomos contra él: lo hirieron, lo rozaron, pero logró reponerse una y otra vez. Esta vez no pudo. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).
—¿Es verdad que a Pillín lo balearon 29 veces?
—Sí, de locos, pero sí. Espero que podamos festejar las 30 con él sentado a mi lado.
Así confirmaba el número de gambetas a la muerte que llevaba Andrés Bracamonte un amigo que había ido a acompañar al hospital donde lo revisaban por heridas menores y roces de bala. Era el sábado 10 de agosto y Rosario Central acababa de vencer 1 a 0 en el Gigante de Arroyito a su archirrival Newell’s Old Boys. Y en medio de un torrente de personas a pie que caminaban por los bordes del parque Alem iba Pillin en su auto, despacio, junto a su pareja, y en avenida de los Trabajadores y José María Drago rociaron a ambos a balazos.
No habían ido a ver el partido, Pillín tenía restricción para entrar.
Según contaron testigos, un motociclista se acercó al auto y disparó ocho veces. Escapó. El entorno del jefe de la barra reaccionó rápido, pero no logró dar con el tirador. A Pillín una bala le entró en la espalda; también salió. No afectó ningún órgano, dijeron después en el hospital. A su pareja las balas le dieron en la zona costal derecha y en el codo derecho. También la atendieron sin que su vida estuviera en riesgo.
Pillín un cuarto de siglo al frente de la barra de Central. Había llegado a la cima antes del año 2000: era 1999 cuando quedó como jefe indiscutible de todas las fracciones. Y en los 25 años que se mantuvo fue acusado, condenado, detenido, liberado y baleado 29 veces.
De esos ataques, hay pocos registros en las crónicas policiales. Pero en el entorno del mandamás los tienen contados.
En julio de 2002, Pillín atacado por un desconocido que logró impactarle tres balas en el cuerpo. Fue en la puerta de un gimnasio ubicado en Ovidio Lagos al 1000. Pillín estaba en la puerta y vio a un desconocido cruzar la calle. Ese hombre extrajo un arma y le efectuó cuatro disparos, tras lo cual escapó a la carrera hacia la esquina donde al parecer lo aguardaba un auto.
Pillín recibió tres impactos de bala, dos en cada brazo y un tercero en la pierna derecha; el tirador falló el cuarto, que tenía como destino la otra pierna. Un balazo le provocó una fractura y el que recibió en el otro brazo le cortó una vena, lo que le produjo una importante pérdida de sangre.
En 2006 fue baleado por desconocidos en la puerta de su casa donde vivía entonces, en la zona norte. Recibió cuatro balazos: uno en el abdomen con orificio de salida, uno en cada pierna y otro en un tobillo. Rápidamente recibió el alta.
En febrero de este año, desconocidos balearon el frente de Los Álamos Club de Campo, el country de Ybarlucea donde vivía actualmente. Dejaron una nota amenazante contra el líder de la pesada.
Mediático
Pillín no pudo entrar a la cancha desde 2018. Antes del partido que Central disputó ante Talleres por la Copa Argentina, Bracamonte fue detenido mientras repartía entradas de protocolo, destinadas a dirigentes, en las inmediaciones del estadio de Lanús, donde se disputó el partido. Sólo quedó unas horas demorado. Pero la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) dispuso su prohibición de ingreso a los estadios.
En junio de 2010 fue uno de los diez barrabravas argentinos que no pudieron ingresar a Sudáfrica y fue deportado a la Argentina. Bracamonte, quien tenía tres causas judiciales en trámite, había sido autorizado por la Justicia local a salir del país.
Tres años antes el programa Crónicas Extremas del canal América filmó desde adentro a Los Guerreros, la barra canalla, con Pillín como estrella principal. Eso incluyó una visita a La Carpita, que el capo de la pesada también administra.
Causas judiciales
En diciembre pasado, Pillín pasó una semana preso, pero recuperó la libertad antes de la Navidad. Fue por una causa que involucra a un dirigente de la Uocra local por asociación ilícita, pero finalmente logró que sólo pesara sobre él una causa por extorsión.
Esa causa contra el gremio de albañiles reflotó un caso por lavado de activos que pesaba sobre Bracamonte, a raíz de la incautación de un cheque por el pase de un futbolista en su vivienda de Ybarlucea. Tras la imputación cuatro años atrás la causa quedó congelada, pero en diciembre la Justicia local decidió pasarla al fuero federal. Ante la apelación, la Cámara definió, finalmente, que la causa debía seguir bajo la órbita provincial.
Parecía intocable desde cualquier arista. Pero la suerte, si de tal cosa se trataba, esta vez le falló.
Daniel “Rana” Atardo, segundo de Pillín. Ambos asesinados ayer en Rosario.
Vienen días bravos
Este es el texto que escribió y distribuyó el periodista y diputado provincial santafesino Carlos del Frade, que este domingo a las 21 organizará un vivo en su Instagram @defradecarlos sobre las causas y consecuencias del asesinato de Pillín.
Por Carlos Del Frade
El asesinato del Pillín corta en dos la historia del presente criminal en Rosario.
Tendrá la misma o una mayor profundidad de lo que sucedió después del asesinato del Pájaro Cantero.
Era el único jefe de una barrabrava de primera división que permaneció por treinta años liderando esos negocios que surgen desde la cancha chica del fútbol y se expanden en la cancha grande de la realidad.
Más allá de las primeras informaciones, es claro que los últimos tres atentados contra él y su gente en los partidos de Central como local exhibían una voluntad manifiesta de matarlo.
Vienen días bravos en la ex ciudad obrera.
Portada
Hasta siempre, Mirta
Lo dijo con una sonrisa, amorosa, y con la mirada encendida, directo a los ojos: “El miedo es para los cobardes”. Fue un jueves de puro sol, cuando le preguntamos si tenía miedo en este contexto, antes de comenzar una nueva ronda que justo ella, con otras trece madres, fundó el 30 de abril de 1977, cuando buscaban con desesperación a sus hijos e hijas.
Mirta Acuña de Baravalle buscaba, además, a un nieto o nieta: su hija Ana María, a quien secuestraron el 26 de agosto de 1976 junto a su compañero Julio César Galizzi, estaba embarazada. Mirta murió este viernes sin saber qué pasó con ellos.
Su despedida será de 16 a 19 en el hall del Municipio de San Martín, el partido donde ella vivía, donde jugaba al scrabble sin cansarse, y donde seguía todos los jueves las rondas de Madres Línea Fundadora por las transmisiones de medios comunitarios, mandando saludos en vivo y recordatorios que una hermana leía sobre otras personas desaparecidas.
Tenía 99 años, la mirada encendida y la sonrisa amorosa, para indicarle a nuevas generaciones que la lucha sigue.
Gracias, Mirta.
Presente, ¡ahora y siempre!
Mirta en las marchas masivas del 24 de Marzo, marchando por la memoria, la verdad y la justicia junto a sus compañeras de Madres Líneas Fundadora. Foto Lina Etchesuri para lavaca
24 de Marzo de 2017. Mirta acompañada por Victoria Moyano, nieta recuperada. Foto Lina Etchesuri para lavaca
Esta foto fue tomada el 29 de febrero de este año y fue el último jueves de ronda donde estuvieron las tres Madres Líneas Fundadora juntas: Nora Cortiñas (fallecida el 30 de mayo), Mirta Baravalle (en el centro) y Elia Espen. Consultada sobre si tenía miedo en un contexto de discursos de odio y negacionistas, Mirta respondió a Lavaca con una sonrisa: “El miedo es para los cobardes”. Foto Lina Etchesuri para lavaca
Nota
S.O.S. Garrahan: el desfinanciamiento del hospital modelo
Un guardapolvo blanco, pintado de letras rojas en el dorso: “Salud en lucha”. Una pancarta naranja, con letras negras, que grita: “El Garrahan es insalubre”. Lo que adorna a las instalaciones del centro pediátrico de referencia en salud pública, gratuito, de altísima calidad y de máxima complejidad donde se atiende a infancias de todo el país, refleja el contexto de lucha: seis paros en diez semanas. Una movilización el martes pasado a Plaza de Mayo. Otros paros por venir. Y un festival que se está organizando para el 8 de noviembre. Seis mil laburantes que dijeron basta, que ya no se puede, que así no se sigue. Los reclamos son tan centrales como diversos: salario, condiciones laborales y presupuesto. Todos, repercuten en un problema tan primordial como poco tenido en cuenta: la salud mental de sus trabajadoras y trabajadores.
Por Francisco Pandolfi
Lo que pasa puertas adentro de esta entidad emplazada al sur de la Ciudad de Buenos Aires llevó a que en 2019 se creara la Comisión de Condiciones de Trabajo Insalubres y Agotamiento Prematuro del Hospital Garrahan.
Ivone Malla tiene 55 años y es, desde hace 12, médica hepatóloga del hospital e integra la comisión desde su nacimiento. Le cuenta a lavaca por qué surgió la necesidad imperiosa de organizarse y de ponerle ese nombre: “En 2019 empezamos a notar la situación compleja en la que estábamos. El grado de sufrimiento que padecíamos por estar expuestos durante tanto tiempo, todos los días, muchas horas por día, bajo una presión insoportable un tercio de nuestra vida. Armamos un grupo de whatsapp, primero entre cinco, seis personas, y en menos de una semana éramos 200. Hicimos reuniones y armamos la comisión con integrantes de distintas áreas del hospital. Y decidimos armar un informe que es contundente por los datos que denuncia. El documento de 40 páginas tiene cifras como estas: “En el Garrahan muere casi un paciente por día. La mayor parte es menor de un año y un cuarto menor a un mes”.
La salud de quienes cuidan la salud
Ivone actualiza algunos datos del informe presentado en marzo de 2020:
–El 26 por ciento de las licencias que se piden en el hospital se deben a trastornos de depresión y problemas de salud mental.
–Hicimos una encuesta y uno de cada 2 trabajadores del hospital toma psicofármacos.
–Otro dato alarmante tiene que ver con la tasa de suicidios. El hospital duplica a la tasa del país, que es de uno cada 12 mil personas por año. En el Garrahan somos 6 mil laburantes y tenemos un trabajador por año que se suicidó. De hecho, cuando empezó este reclamo se mató un compañero. Obviamente este no es un número oficial, porque pedimos el registro a las autoridades y no brindan la información, pero nosotros sabemos bien lo que pasá acá.
Frente a este escenario, desde la Comisión proponen medidas concretas: “Demostramos con datos fehacientes que el trabajo que realizamos afecta nuestra salud física y mental y amerita la aplicación de un régimen especial que contemple las condiciones de trabajo insalubres y/o agotamiento prematuro a los que estamos expuestos, y limite la exposición con reducción horaria sin afectar nuestros salarios (de ocho a seis horas el área médica y de siete a seis la enfermería), licencias por estrés (de cinco a quince días anuales) y reducción de nuestros requisitos jubilatorios (25 años de servicio, mínimo 50 años de edad y 82% móvil).
Ivone sentencia: “Se habla mucho del modelo Garrahan, que la manera de sostenerlo es que pasemos más horas en el hospital y debe suceder todo lo contrario. Un motivo por el que se están yendo muchos profesionales es por los bajos salarios, porque aunque siempre cobramos poco el ajuste de los últimos meses es feroz, pero otro factor es por ese mismo modelo Garrahan que te obliga a quemarte, a dejar la salud, porque te exprime a tal punto de ser expulsivo. No podemos continuar un sistema que no cuida la salud de quienes cuidamos la salud pediátrica de mayor complejidad del país”.
La situación de insalubridad de las y los trabajadores del Garrahan es gravísima.
El sueldo más bajo de la historia
Norma Lezana es la Secretaria General de la Asociación de Profesionales y Técnicos. Tiene 62 años y hace 36 que trabaja en el hospital, cuando ingresó meses después de la inauguración del Garrahan, el 25 de agosto de 1987. “Estudié en la universidad pública y recuerdo cómo mi sueño era trabajar en ese lugar que se estaba construyendo. Yo armé mi vida en paralelo a este hospital de tanto prestigio, que sigue solucionando las enfermedades más graves y raras de los niños y niñas de Argentina, que no son números. Cada historia es un pacientito, un nombre, una familia. Cada caso requiere una reunión, un equipo interdisciplinario detrás, esa siempre fue la intención acá, así nos formamos y así creció el Garrahan”, dice Norma, ya con los ojos vidriosos.
Esa labor en equipo, hoy la replican para otro tipo de lucha: “Ahora nos toca defender la importante misión que tiene esta institución, en un momento en el que quienes trabajamos estamos cobrando el sueldo más bajo de la historia. En menos de un año, la inflación fue de 236% y nuestro salario apenas subió el 100. Este cambio fue de golpe, entonces no hubo manera de acomodarnos, porque no podés de un día para el otro dejar de pagar internet, de mandar a tu hijo al colegio, ya no pagar los impuestos. Es angustiante lo que estamos viviendo. Una compañera el otro día me dijo que empezó a pagar el alquiler con el crédito que te da Mercado Pago, que te cobra mucho interés y en poco tiempo ya no va a tener sueldo. Otra me dijo que no tenía de dónde sacar para el campamento escolar de su hijo. Yo gastaba 5 mil pesos de luz y me vinieron 100 mil. Es muy estresante, esto antes no pasaba”.
Desde las distintas organizaciones que forman la vida política del hospital dan números concretos: los operarios y técnicos no llegan a 500 mil pesos. De enfermería a 750 mil. 900 mil del área médica con aproximadamente 15 años de experiencia. Ivone expresa: “Necesitamos una recomposición salarial del 100% y un sueldo inicial igual a la canasta familiar, que hoy está en 1.500.000 mil pesos”. Completa Norma: “Los sueldos más bajos están bajo la línea de la pobreza y los de la mayoría, salvo los de los médicos más antiguos y los cargos de conducción, tampoco llegan a cubrir la canasta básica. Frente a esto, nuestro sueldo subió un 1 y un 2% en las últimas paritarias, que es lo que firmó UPCN con el gobierno nacional. Por eso denunciamos al sindicato, a la CGT y a la CTA, porque firmaron esto calladitos, como si no se dieran cuenta la situación que vivimos”.
Norma es licenciada en nutrición y pone el foco en lo que compra (o no) la gente y en lo que mira (o no) el Gobierno nacional: “Veo changuitos vacíos, poca fruta, verdura y lácteos. El salario no es algo que nos puedan recortar, porque no es un gasto. Pero este gobierno es insensible, cruel, lleno de mercenarios. Pueden hablar de déficit cero, de que Caputo es el mejor ministro, pero la realidad es que varios enfermeros después de trabajar diez horas, cuando salen a las 7 de la mañana de acá se van a otro trabajo y no a descansar. Puede ser libertario o no libertario, pero si esta es la realidad sólo queda claro que es un gobierno pésimo”.
Mientras tanto, la perspectiva del Ejecutivo: “El Ministro de Salud Mario Lugones acaba de presentar un plan estratégico de recorte del 20% en la salud. Es criminal esta decisión. Y sólo se explica con el lobby que está haciendo la gestión privada. Los funcionarios son sus gerentes y nos están llevando a un retroceso tremendo”.
Hay salarios iniciales que no llegan a los 500 mil pesos.
El éxodo de trabajadores
Josmar Flores Arnéz es licenciado en bioimágenes, tiene 36 años y hace 15 que trabaja en el servicio de neurointervencionismo del hospital. “Desde hace varias semanas luchamos por una recomposición salarial y por mejores condiciones de trabajo. Este año convivimos con un presupuesto congelado que duró los primeros seis meses. El Ministerio de Salud mandó una ampliación de ese presupuesto, pero es insuficiente. Por eso exigimos la apertura de paritarias y un porcentaje acorde que por lo menos nos empate con la inflación. Las categorías más bajas no pueden cubrir ni lo básico, como vestirse, comer, educarse”.
Josmar es delegado de la junta interna de ATE y comparte un dato que refleja la situación extrema: “No nos quisieron decir el número concreto, pero desde la propia Dirección confesaron que en los últimos 9 meses renunció la misma cantidad de profesionales que en los últimos 9 años. Si bien esta situación no empezó con este gobierno, sí la profundizó muchísimo y potenció el éxodo de profesionales. Esa pérdida no se recupera”.
Guido Gromadzyn es neurocirujano y parte de Trabajadores Autoconvocados del Garrahan. Tiene 40 años y desde 2009 recorre estos pasillos. Su cumpleaños de 15 no está siendo el más feliz: “Nunca estuve tan preocupado, porque la salud pública está peor que nunca. El hospital hasta ahora, había sido un oasis al realizarse las técnicas más avanzadas y nunca nos faltó nada. Si bien muchas veces tuvimos conflictos de sueldo, es muy preocupante sentir cómo el hospital de a poco se va debilitando y desmantelando desde el recurso humano, y desgranando todo el trabajo interdisciplinario tan característico del Garrahan. Siempre tuvimos los mejores profesionales y ahora están renunciando porque no llegan a fin de mes, profesionales que tienen alquilar y les es imposible, hipermegaespecialistas que ya no les conviene hacer las jornadas extendidas de 8 horas cobrando un sueldo miserable y entonces se van a trabajar a otro lugar o directamente fuera del país”.
Guido mira el futuro: “Es lo que más me preocupa. Somos un hospital escuela y va a llevar años y décadas formar este tipo de profesionales. Esto va a repercutir directamente en la salud de los chicos y si sigue así va a empeorar, porque muchos compañeros nos dicen: ‘Yo estoy hace 15 años, siempre me puse la camiseta, pero más allá de marzo no aguanto’. Es desesperante saber que en poco tiempo el gobierno está rompiendo todo y que nos va a llevar muchísimo reconstruirlo”.
Sobre el financiamiento freezado, Norma Lezana pone números: “Al presupuesto que teníamos de 60 mil millones del año pasado, que estuvo congelado todo el año y que en junio se acabó, llegó un refuerzo de 90 mil millones de pesos, o sea, un tercio más. Pero eso no tiene nada que ver con la realidad. Solo por poner un caso: el medicamento gammaglobulina aumentó 10 veces, y lo mismo sucede con el resto de los remedios, insumos y obras. Por eso en salud no se puede ajustar, pero el ministro Lugones es el hombre manos de tijera, solo piensa en recorte, recorte y recorte”.
Hay motosierra, licuadora y también organización como defensa de la salud pública.
El ministro que nunca pisó el hospital
El Juan Pedro Garrahan lleva ese nombre por un reconocido pediatra. En cuanto a su sostenimiento, depende un 80% del Ejecutivo nacional y un 20% del gobierno porteño. Cuando a principios de octubre asumió el ministro Lugones, una de sus primeras decisiones fue echar a todos los integrantes del Consejo de Administración, al otorgar un bono por única vez de $500 mil pesos a las y los trabajadores. Contextualiza Ivone: “El bono no fue una dádiva, sino el producto de varios meses de reclamo y además se obtuvo con recursos genuinos que producimos con nuestro trabajo, ya que ese dinero salió de una caja donde va la plata que se recauda de las obras sociales de los pacientes. Esa caja sigue existiendo, pero el mensaje de la patronal fue que ya no se repartirá entre las y los trabajadores”.
Josmar agrega: “Cuando Lugones se reunió hace 15 días con el nuevo Consejo de Administración (presidido por Soraya Anis El Kik) dijo públicamente que el presupuesto del hospital garantizaba su total funcionamiento, pero nosotros sabemos que no es así”. Da un ejemplo: “En una de las terapias especializadas en pacientes inmunosuprimidos donde sí o sí debe haber una determinada ventilación, en estos últimos días de calor los aires acondicionados no funcionaron. Y no funcionan desde hace varios meses porque dicen que no hay plata para arreglarlos. Da otro: “No solamente se nota en las habitaciones de los pacientes, también en los entrepisos técnicos donde está toda la maquinaria, hay mucha precariedad en el ambiente, con paredes, techos y pisos rotos”. Otro más: “En los vestuarios del personal hay humedad, hay ratas, hay baños clausurados”. Y explica el por qué de las palabras del ministro Lugones: “Nunca pisó el hospital”.
A 37 años de su inauguración, sus trabajadores denuncian cómo lo están desmantelando.
La resistencia
Por año, el Garrahan atiende 660 mil consultas. Realiza 12 mil cirugías. Trata el 40% del cáncer infantil del país. Hace más de 100 trasplantes pediátricos de órganos, lo que representa al 50% de toda la Argentina.
Eso, y muchísimo más, es lo que está en juego.
Tras la marcha blanca del martes pasado, donde confluyeron con las clases públicas universitarias, ayer se consensuó en la asamblea del Garrahan continuar el plan de lucha. Se votaron dos paros: el jueves 31 de octubre, con permanencia y distintas actividades. Y el viernes 8 de noviembre, con un abrazo cultural y social en defensa del hospital, y con el cierre de un festival musical.
Guido Gromadzyn: “Hace meses que reclamamos y, aunque esto nos está llevando un montón de desgaste mental y emocional, vamos a seguir organizándonos para que esto le llegue a toda la comunidad y así evitar que esto se desbande aún más. Vamos a seguir, porque aunque este gobierno parezca que nunca escucha, siempre sirve hacer ruido”.
Cierra Norma Lezana: “Hay mucho en riesgo y no sé si la población es consciente de lo que se puede llegar a perder si no hay un cambio de rumbo en un gobierno que no dialoga, que no entiende lo evidente. Acá estamos preparados para resistir, porque si no resistimos nosotros, no lo va a hacer nadie. Estamos fortalecidas y convencidos de que vale la pena defender todo lo que significa nuestro hospital Garrahan”.
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