Nota
El campo de batalla
Villa Zavaleta, escenario de una pelea por el control del territorio de bandas narcos y unas fuerzas de seguridad que liberan la zona al grito: “Que se maten entre ellos”. El resultado: el asesinato de Kevin, un niño de 9 años. Un caso, una historia y un relato que desnuda la cruel verdad: la impunidad de la violencia.
Villa Zavaleta, escenario de una pelea por el control del territorio de bandas narcos y unas fuerzas de seguridad que liberan la zona al grito: “Que se maten entre ellos”. El resultado: el asesinato de Kevin, un niño de 9 años. Un caso, una historia y un relato que desnuda la cruel verdad: la impunidad de la violencia.
La cumbia suena fuerte: hasta los vidrios de las ventanas laten con Ráfaga, Los Palmeras, La Nueva Luna. Un racimo de la generación sub-12 baila alrededor de los parlantes. La gente anda con cuidado sobre el barrial que dejó la lluvia de anoche. Hay una pequeña plaza redonda construida y cuidada juego a juego por los vecinos en el corazón de la villa Zavaleta. Flota un enorme globo blanco con la foto de un nene que sonríe y unas palabras: Kevin vive.
En el ambiente hay una extraña alegría rellena de tristeza. Alegría por lo que se está haciendo: dar una respuesta. Tristeza, porque “Kevin vive” es una metáfora, pero fue asesinado el 7 de septiembre. Hay lágrimas, abrazos, miradas de reojo, gendarmes y prefectos. Y cumbia. Hay chicos hamacándose en los juegos. Hay galletitas, pan con dulce de leche, panchos con mostaza, excelentes pizzetas y jugo, que el vecindario ha preparado para los invitados, varios de ellos periodistas de medios que no sé si recibirían con similar hospitalidad a la gente de la villa Zavaleta.
Junto a la plaza los vecinos han construido una casilla. No la quieren llamar garita. Está pintada de blanco con letras rojas y negras, y frases muy raras:
- Vecinos sin gorra.
- La comunidad al servicio de la comunidad.
- Si la gorra se zarpa denunciala acá.
- Acá estamos.
- Si ves un uniformado sin identificación.
- Si la gorra te maltrata a vos o a cualquiera.
- Si allanan tu casa sin la orden de un juez.
- Si te revisa o cachea una persona del otro sexo.
- Si te culpan por algo que no hiciste.
Firma: La Poderosa. La casilla fue construida a pulmón y ladrillo hueco durante tres días. Se ve un mural con el rostro de Kevin: “te queremos”. La cumbia canta “te amo”, todo sigue latiendo y se ve a un grupo de mujeres y hombres de la villa que lucen unas camperas rojas con dos propuestas estampadas:
- Violencia institucional cero.
- Control popular de las fuerzas de seguridad.
Son vecinos elegidos por sus vecinos, que estarán en contacto directo con la fiscalía a cargo de Adrián Giménez, una red de periodistas, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la Procuraduría contra la Violencia Institucional (Procuvin) que encabeza Abel Córdoba. No hay otra intervención estatal en la idea. Con parte de lo que se obtiene por la revista La Garganta Poderosa y otras cooperativas del barrio, se pagará una retribución mínima a quienes intervengan, para que además hagan el mantenimiento la plaza.
Jugo en mano y zapato en barro, Córdoba razona: “Es una respuesta que no han sabido dar todos los que estudian estos temas, se dicen especialistas, y cobran miles de pesos para diseñar programas que no llegan a nada”.
Azul y Marilyn, 7 y 8 años, regalan un pin redondo con una estrella amarilla que dice Kevin. Son sus hermanas. Kevin tenía 9 años y estaba con ellas, el día de la bala, frente al televisor sintonizado en el Canal Disney.
De ese crimen nació esta propuesta presentada en el barrio, con la cual los vecinos de Zavaleta podrían transformar varios lugares comunes actuales sobre ciudadanía, seguridad, droga, participación y violencia, entre otros. El objetivo es acaso revolucionario, y está sintetizado en una pared blanca: “Ni un pibe menos”.

El cartucho en el ropero
Roxana tiene 13 hijos, 10 nietos, 41 años, vive con 6 de sus hijos y Claudio, su pareja, que maneja un camión volquete. La casa que es un ambiente de unos 7 x 4 con una ventana que en Zavaleta no es a la calle, sino al pasillo de dos metros y medio de ancho. Roxana mira la mesa de fórmica.
“El 7 de septiembre me despertó Claudio, mi marido. Serían las 6 de la mañana. Escucho ruidos, me dijo. Nos levantamos despacito para mirar. Vimos gente tratando de entrar a esa casa que está justo frente a la nuestra. Me asomé y vi que serían 6 ó 7 y estaban armados. Les dije: Ahí no vive nadie. No pasa nada señora, tranquila que no es con usted la cosa, me dijeron. Cerré. Aquí sabemos que hay peleas por el territorio, para asegurarse la venta, ¿se entiende? Nos quedamos tomando mate, prendimos la tele. Mi marido se fue a trabajar a las 7 de la mañana, parecía todo calmo. A los 20 minutos vino el otro grupo. Se pusieron a los dos costados de mi casa y desde ahí disparaban a la de enfrente, se ve que para recuperarla. Desde adentro contestaban. Se escucharon los 30 primeros disparos. Había escopetas UZI, FAL, pistolas, de todo. Pero ningún herido. En eso, se van los que estaban afuera, no sé si a buscar más gente o a recargar las armas. Silencio total. Vino la Prefectura, unos 5. Un chiquito les indica dónde estaba la casa desde donde tiraban tiros. Los prefectos se acercan, no mucho. Tiran un camioncito de juguete que estaba por ahí contra la puerta, para ver si alguien de adentro respondía. Como no había movimientos los prefectos se fueron. Una vecina escuchó que uno decía: Que se maten entre ellos. Se fueron a su garita que está a unos 100 metros. Ahí volvieron los tipos que se habían ido antes y empezó todo de nuevo, pero se cruzaron más tiros. Después se levantaron más de 150 balas. Una bala entra a mi casa por el marco de la ventana y atraviesa ahí, la punta del mueble, donde duermen las nenas. Los chicos estaban despiertos. Azul y Marilyn estaban agarraditas ahí, con uno de los hermanos. Otra bala entró también por el marco y la encontré después en el ropero. Kevin salió de la cucheta y se paró al lado de esta mesa. Había un parlantito. Me dice: Mirá si le dan al parlante. Le digo: Fantasmín, dejá de hablar pavadas, y fui al baño. Cuando salgo lo veo a Kevin acá mismo, debajo de la mesa, con los bracitos al lado del cuerpo. Siento que hace un temblequeo y le digo: ¿Qué te pasa? Pensé que estaba escondiéndose. Cuando me agacho le siento la respiración, como ronquidos cortitos. Y veo el charco de sangre. Lo arrastro de abajo de la mesa, lo levanto en brazos. Ya era un peso muerto. Después supe que en ese momento le funcionaba solamente el corazón”.
Mirá la campera
La bala había atravesado el vidrio de la ventana. Todavía está la perforación, que cruzó en leve diagonal por arriba de las camas hasta dar en Kevin. Roxana: “Tenía al nene en brazos, sangrando. Le pedí unas camperas a Priscilla para taparlo. Además, llovía. Abro la puerta, ya no había tiros. Salgo para la plaza gritando: Un auto por favor. Si llamaba una ambulancia todavía la estaríamos esperando. Un vecino que es remisero me llevó al Hospital Penna. Llego, grito que el nene tiene un tiro en la cabeza. Me lo pusieron en una camilla. Me dijeron: Mamá, vamos a ver qué se puede hacer. Lo llevaron a terapia intensiva. Lo entubaron con oxígeno y con suero. Había una ventanita redonda, Dios no quiso que esté tapada como las otras. Yo veía que le hacían así, como golpeándole el pecho para reanimarlo. Vino mi esposo Claudio. Le dije: Se nos va. Él dice: No. Yo le digo: Quiero que se vaya, mirá la campera, mirá la zapatilla. Había materia fecal y parte del cerebro de mi hijo. Le dije: Para qué quiero que quede así. Él me decía: No importa, aunque sea un vegetal y lo tenga que bañar y limpiarle la cola, lo quiero al nene. Claudio no es el papá, lo conocí después de tener a Kevin, pero fue siempre el papá real, ¿se entiende? Yo le decía: No, estás equivocado, pedile a Dios conmigo para que se lo lleve, que no quede así. El nene tuvo 16 paros. Hicieron lo posible y lo imposible. Casi se me va mi marido, que tuvo un preinfarto cuando nos dijeron que no pudieron salvarlo. Me acerqué al cuerpito de Kevin y pude descargarme, me rodeó gente del Hospital, psicólogos, me tocaban la espalda. Le dije al nene: allá te vas a encontrar con tu tía, mi hermana, que murió hace dos años. Portate bien. No la hagas renegar”.
Cómo entender la muerte
Habla Garganta, por llamar así a uno de los vecinos y referentes de la revista La Garganta Poderosa, el medio de comunicación de la organización barrial La Poderosa. La revista imprime entre 12.000 y 22.000 ejemplares, según el mes, tiene 40.000 seguidores en Twitter y 105,000 en Facebook. Es una de las cooperativas de la organización junto a las de ambulancieros, recicladores de basura, gastronómica, y textil. La Poderosa tiene 15 asambleas distribuidas en Capital Federal y 8 provincias. El nombre proviene de la motocicleta de Ernesto Guevara. Explica Garganta que el anonimato permite una voz colectiva, y evitar de paso cooptaciones y otros pantanos.
“Hay tiroteos cada dos o tres días a lo sumo, por conflictos que no son del barrio, sino que se digitan en otros lugares. Pero desde que trajeron gendarmes y prefectos, no hubo ni un solo registro oficial de enfrentamientos en los que hayan intervenido”.
El Plan Unidad Cinturón Sur nació en julio de 2011, cuando el Ministerio de Seguridad estaba a cargo de Nilda Garré. Gendarmería aporta 1550 efectivos y 200 vehículos entre patrulleros, camiones, motocicletas y ambulancias en Nueva Pompeya, Bajo Flores, Villa Soldati y Villa Lugano. Prefectura agrega otros 1250 uniformados, 26 camionetas, 24 cuatriciclos y 10 patrulleros en Barracas, La Boca y Parque Patricios. Zavaleta y la 21-24 son contiguas, y tienen a los unos y los otros.
Repaso al 7 de septiembre: “Vino una banda de afuera seguramente a disputarse algún negocio que ni sabemos. Hubo enfrentamiento. Pasaron los de Prefectura. Vieron que había ocurrido la primera tanda de tiros, y se fueron a su garita a 100 metros diciendo ‘que se maten entre ellos’. Kevin estaba vivo. Después supimos que el Ministerio de Seguridad tiene registrados dos llamados al 911. Si los de Prefectura se hubieran quedado en el lugar, no hubiera existido el enfrentamiento, y hoy Kevin estaría jugando con nosotros acá, como siempre”.
Kevin pasaba buena parte de su tiempo en la revista, o al lado, en la plaza que La Poderosa y los vecinos crearon para ellos. Esa placita se llama también Kevin. “Pero es por otro nene que tenía 4 años y murió de un balazo en 2009, otra historia compleja de exclusión, droga, y espacios donde el poder decide que se pierdan las balas. El día que mataron a aquel chiquito en 2009, Kevin estaba conmigo. Cuando escuchamos el disparo, un perro dejó de ladrar. Kevin no pronunciaba bien la erre y dijo: ‘mataron al pedo’”.
Robar, posar y burlar
Roxana y Claudio volvieron del Hospital Penna a su casa y la encontraron ocupada por los prefectos que investigaban lo sucedido. El matrimonio descubrió que faltaban 100 pesos que tenían escondidos envueltos en una sábana, y dos celulares. Garganta: “Es como un reflejo. No intervienen, liberan la zona, se llevan la comisión, y de última se llevan las cosas que quedan adentro de las casas”.
Federico Efron, abogado del CELS que acompaña a la familia en sus presentaciones judiciales, confirmó a Mu que son tres las causas abiertas:
- Homicidio de Kevin.
- Incumplimiento de deberes por parte de los prefectos que se retiraron del lugar facilitando el segundo tiroteo, que provocó la muerte.
- Robo a la familia por parte de los uniformados.
Tres días después del crimen los prefectos estaban escuchando música en la puerta de la casa. Roxana pensó que eran chicos y salió para que bajaran la música. Al ver uniformados, les pidió identificación, que no tenían o no exhibieron. Garganta: “Son fantasmas de escopeta. Fue una compañera de la revista a sacarles fotos para documentar que estaban sin identificarse. ¿Sabés que hicieron? Llamaron a los gendarmes: ‘vengan, que así posamos todos juntos’. Unos días después la familia de Kevin, que es muy creyente, organizó un rezo en la plaza, y los gendarmes pasaban y hacían muecas y burlas”. El gesto era el del arqueológico pito catalán.
Doctrina chasquibum
Empezaron a sonar nombres y apodos de sospechosos por el enfrentamiento del 7 de septiembre, replicados de modo zombi por los medios. “Ya se sabe, meten a Ganzúa y a Porolo, a 4 o 5 perejiles, y eso significa que todo quede en la nada”. Todo en la nada: para evitar esa metafísica, la asamblea barrial de La Poderosa resolvió ir el 16 de septiembre a Tribunales a denunciar lo que definen como “participación indispensable y evidente de las fuerzas de seguridad”.
Esa noche la Gendarmería sitió el barrio y ocupó la placita Kevin frente a la redacción con uniformados no identificados y ocultos tras pasamontañas. Garganta: “Las hermanitas de Kevin estaban con nosotros. A Azul empezó a sangrarle la nariz y Marilyn decía ‘me van a dar un tiro en la cabeza’. Salí a preguntar quién era el jefe del operativo. Me apuntaron, me doblaron el brazo, me pusieron contra la pared. Después supimos que tenían órdenes de allanamiento en el barrio, pero el problema es cómo hacen los allanamientos, que terminan siendo una violación a nuestros derechos y donde capaz que le meten a alguien un chasquibum para decir que desbarataron una banda. Y decí que acá murió un chico: si la bala le pegaba a un adulto, iban a decir que era un jefe narco o un ajuste de cuentas, y nadie se enteraría de la realidad”.
En Zavaleta reconocen que otros barrios, cuando tienen problemas, llaman al 911: “Pero acá llamamos a periodistas. Te confieso que da rabia e impotencia ver que hay como una solidaridad corporativa, de difundir lo que creían erróneamente que era un allanamiento a La Garganta, pero en realidad era un sitio al barrio entero. Hubo más respuesta a eso que a la muerte de Kevin. Como que hay una empatía con el medio pero no inquietud por descubrir realidades que son mucho más duras”.
A los 7 y 8 años de edad se aprenden realidades del barrio: Azul sangró de la nariz; Marilyn, de su memoria.
La gracia a la vista
Los vecinos de Zavaleta tuvieron un encuentro con la Procuradora de la Nación, Alejandra Gils Carbó: “Resultó un manto de tranquilidad, nos sentimos respetados y escuchados”. No tan fluida ha sido la relación con el Ministerio de Seguridad que según indicios encabeza Antonio Puricelli, y tiene en el Secretario Sergio Berni a su figura más mediática. Enviaron a Zavaleta a la Subsecretaria de Participación Ciudadana, Agustina Propato. Garganta: “Estábamos en asamblea, dijo que sólo hablaría con la madre de Kevin. Roxana le contestó que no, que hablase con todos. Propato planteó que al llegar vio que gendarmes y prefectos estaban todos identificados. ‘Tienen la gracia a la vista’, nos decía. La sacamos, caminamos diez metros y le mostramos que no era cierto, ninguno estaba identificado”.
Situación típica: tienen una identificación en la camisa, pero se ponen encima un chaleco o campera y ya quedan en el anonimato. “Que dejen de ser fantasmas de escopeta nos abre un mundo. Si nosotros somos sujetos de derecho que tenemos que pagar por lo que hacemos, identificarlos significa que ellos también paguen por lo que hacen”.
Le preguntaron a la enviada a qué se debían las sobredosis de gendarmes ocultos tras pasamontañas y con los dedos en los gatillos frente a vecinas y vecinos pacíficos. Refieren que la funcionaria respondió: “Se venía de un enfrentamiento con 150 balazos”. Garganta: “Pero ellos no habían participado. Y además, ¿ella misma podía entrar en ojotas a la villa sin problema, pero los gendarmes tienen que venir armados para la guerra?”. Cálculo: “No se puede pedir que arreglen de un día para para el otro el narcotráfico mundial, pero sí que le pongan una chapita de identificación a los uniformados”. Más allá de la estrecha relación de la señora Propato con el secretario Berni, los prefectos y gendarmes volvieron a ser detectados en varias ocasiones sin exhibir su gracia.
¿Qué es la inseguridad?
Paola, prima de Kevin, nacida en el barrio, redactora de La Garganta Poderosa: “Inseguridad es que se te burlen en la cara. Que se haya incendiado una casa que mató a una familia y los bomberos vinieran sin agua, y los de la ambulancia sin médico. O que directamente las ambulancias no entren”. Garganta: “A 10 minutos del centro no hay teléfono de línea, se te apaga la luz por baja tensión, no hay cloacas. Te tratan de delincuente en los medios. En TN hablaron del caso sólo para criticar al gobierno. Los oficialistas callaron tres días hasta que pasó un acto de Cristina en el barrio. El diario Tiempo puso en el copete que habían detenido a paraguayos. ¿Cuál es el dato, para elegir ‘paraguayos’ entre mil palabras? Criticás la xenofobia de La Nación, pero hacés lo mismo”. Una teoría laboral: “Si no querés nadar, no seas bañero. Si no querés decir la verdad, no seas periodista, amigo. Dedicate a otra cosa”.
Otra percepción desde Zavaleta: “El vínculo del negocio del narcotráfico y nuestros barrios es una decisión del poder y sus fuerzas de seguridad. No hay otro modo de entenderlo. Están acá porque ellos digitan que estén. Si quieren discutir de seguridad, nosotros preguntamos: ¿Dónde hay un centro gratuito serio y de calidad del Estado donde podamos llevar a los pibes para que se rescaten? Mientras eso no exista, todo lo que se habla es cotillón. Me dicen que está el Cenareso: mil veces peor que si están acá en la calle. Cuando haya un centro de rehabilitación en serio, podremos discutir cómo les cortaron las oportunidades de vida a los pibes de estos barrios, empujándolos a consumir. Pero en vez de un centro de rehabilitación, vienen y te inauguran una Casa de la Cultura, cuando aquí ya hay mil centros culturales. Todo bien con la cultura. Pero en el barrio ya hay cultura. Falta de lo otro”. Son cinco los chicos muertos en los últimos dos años. Garganta: “El fiscal Giménez nos dijo que hay más de cinco homicidios por mes en estos barrios, que es el promedio más alto de la ciudad, pero no aparecen en ningún lado. Como que no existen”.
Apuntes: mientras se hacía esta nota se cumplieron 10 años de la desaparición de Iván Torres en Chubut, y la justicia intenta desandar lo avanzado en la causa. En el caso de otro desaparecido, Luciano Arruga, se denunció que el juzgado que debía investigar a los policías, espió a la familia. Hace un rato entró un mensaje a mi celular desde Trelew, donde tras una violación en una comisaría, mataron a un testigo protegido y a su sobrino: “Pibe muerto, 25 años, fue la policía”.
El negocio
La imaginación puede ser hija de la desesperación: “No podíamos esperar otro muerto. Otro velorio con cajón chiquito y pibes que dejan dibujos y juguetes en vez de flores. Nuestros tiempos no son los del Estado, y largamos una alternativa para cuidarnos de los que debieran protegernos”. Nació Vecinos sin Gorra, cuyo destino funciona ligado al apoyo barrial. “Se decidió en la asamblea de La Poderosa y se recorrió casa por casa para explicarlo. Encontramos una adhesión unánime, todos tenemos atragantadas las situaciones de violencia y abusos y no queremos que vuele una bala más aquí” describe Garganta.
En el barrio se había vivido como un alivio la llegada de gendarmes y prefectos en 2011 relevando a la Policía Federal “cuando ya fue obvio que la Policía no era parte del negocio, sino el negocio mismo. Pero con el correr del tiempo se enviciaron en las mismas prácticas”.
Luciana Pol, coordinadora del Equipo de Políticas de Seguridad y Violencia Institucional del CELS: “Llega una nueva fuerza, y se desactiva la cuestión más turbulenta de negocios, punteros, delitos. Por un tiempo. Después la fuerza de ocupación empieza a tener contactos, intercambios, a conocer el funcionamiento barrial. Y se reactivan los actores locales, las fuerzas policiales, se reconstruyen redes y canales de comunicación. Y lo que se reconfigura es una nueva relación entre las fuerzas de seguridad y los grupos del barrio, legales o ilegales”.
¿Puede eso ser más grave aún si se trata de fuerzas con funcionamiento en las fronteras donde hay tantos tráficos oscuros, y que ahora agregan poder territorial en los barrios? ¿Cómo interpretar el descubrimiento de las cúpulas narcopoliciales santafecinas y cordobesas, por nombrar las recientes? ¿Éxitos reales contra el narcotráfico, o reconfiguraciones del negocio? Las preguntas flotan, y Pol aporta otro argumento: “Hay una reconfiguración, y además hay otro estilo no sé si de corrupción pero sí de gestión del territorio, con mucho más énfasis de Gendarmería en un tipo de militarización y disciplinamiento social”.
Otra cuestión: ¿a quién se protege en los barrios? “Los cambios en el Ministerio de Seguridad han ido relajando los controles sobre las fuerzas, y pasa lo que pasó con Kevin. Los prefectos no entran al barrio. Hay un doble efecto negativo. Uno es que se van acomodando y transando con quien haya que transar. Y el otro es que el Ministerio vuelve al esquema tradicional de rondas perimetrales, donde se trabaja para afuera y no para adentro. Que la gente del barrio no salga, no moleste a los de afuera. Proveer seguridad al barrio de clase media y no a los más pobres”.
La gente del barrio interpreta eso como inoperancia en el mejor de los casos, o como zonas liberadas para negocios obvios. Luciana Pol: “No sé cómo va la investigación. Si liberaron para que ocurra el tiroteo. O si hay tiroteo y no se meten, con esa idea de que se maten entre ellos. En cualquier caso, los tiroteos son un evento cotidiano. Si el tiroteo es en Caballito se arma un escándalo, sale en todos los medios y va la policía. En las villas no”.
Verbo policializar
El fiscal Abel Córdoba retoma el problema de Gendarmería y Prefectura: “La llegada de nuevas fuerzas cambia la problemática e instala nuevas alertas. Lo que los vecinos piden es que las fuerzas actúen dentro de la ley. Las autoridades deben atender muy especialmente que se no se policialice nuevamente la situación. Sabemos que las agencias policiales establecían una regulación del delito, y no una ofensiva contra el delito. Hay que evitar que eso siga ocurriendo, y es cierto que el traslado de una fuerza de frontera a un ámbito urbano siempre es complejo”.
Córdoba cree que la otra novedad es la respuesta social que surgió en Zavaleta: “Es lucidez desde el dolor. La gente ha perdido hijos, amigos, familiares. Pero en lugar del pedido de venganza, la iniciativa es algo propositivo que busca la democratización del espacio público. Que rija la misma ley que en otros barrios. Y en lugar de mano dura o ese tipo de cosas, aquí se plantea el control democrático de las fuerzas. Me parece una lección para toda la sociedad”. Dicen que son tiempos de elecciones. En Zavaleta parecen haber hecho la suya.
Por qué hacer las cosas
Claudio, el papá de Kevin, dice en su casa junto a Roxana: “Yo tenía seis hijos, y ahora tengo cinco. Por esos cinco, y por todos los demás, lo que queremos hacer es esto: buscarles la felicidad”. Paola lo mira muy seria, y ceba el mate. Tiene un hijo de la misma edad que Kevin. Cuenta por qué le gusta hacer periodismo. Trabajaba un mínimo de 16 horas diarias como personal de limpieza de una sucursal del Banco Nación, sus gerentes y cajeras. Con eso ayudaba a su mamá para mantener a las hermanas y al padrastro alcohólico. Cuando apareció el contacto con la revista Paola se entusiasmó: “Siempre me gustó escribir, era una descarga porque llevaba una mochila muy pesada desde los 8 años”.
La mochila era la siguiente: Paola había sido abusada por ese padrastro. “Mi mamá era cartonera. Nunca me faltó nada, pero siempre me faltó mi mamá. Por eso me pasó lo que me pasó. Y ella después me decía que no sabía nada. La gente a veces no sabe las cosas para que no le lastimen. Yo siempre dije que mi mayor presencia era la pared. Yo le hablaba a la pared, le contaba lo que me pasaba, y hasta podía pegarle sin que me respondiera”. Paola se incorporó a La Garganta Poderosa. “Entrevisté a Maradona, el Indio Solari, Joan Manuel Serrat, un montón, pero para mí una de las mejores fue con Félix Díaz, el qom, que yo sé que es una persona que lleva una lucha pesada”. Ajena al cholulismo, Paola dice: “No me creo nada por entrevistar gente, si no tengo cloaca en mi casa, que ni siquiera es mía porque alquilo. Yo tomo la revista como cuando iba a limpiar una oficina. Si no pienso así, terminaría como la gente de los medios, que no se sabe qué se cree que son”. Paola ya no habla de Kevin o de Zavaleta, sino de la vida. Murió aquel padrastro, murió la madre: “Puedo decir que mi hijo ha sido criado distinto. Entonces corté una historia familiar de abusos a los chicos y las nenas. Y en el barrio también queremos cortar con las historias que nos escriben los otros, y poder escribir nosotros qué somos, cómo vivimos y qué queremos. Yo estudié, trabajé, escribo, me dedico a mi hijo. Hice cosas que otras generaciones de mi familia no pudieron hacer”.
Paola y el barrio hablan de no resignarse a la realidad que les fabrican otros: de abuso, de violencia, de silencio, de hablarle a la pared. Paola le pasa el mate a Roxana, que me lo pasa a mí, y plantea un proyecto de alta política con palabras sencillas que, conociendo estas luces y estas sombras, cada vez tienen más sentido: “Vivir y dejar vivir”. Kevin, el 29 de octubre, cumpliría 10 años.
El programa Decí Mu en Zavaleta
Nota
Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

El total (100%) de participantes argentinos en una investigación internacional sobre agrotóxicos “presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal”. El problema incluye a personas que viven lejos de las fumigaciones, por lo que se consideró a estos plaguicidas como «omnipresentes». Se encontraron además los venenos en los alimentos, el polvo del hogar, los granos de cultivos, animales, alimentos para animales, suelos y agua.
A través de una conferencia virtual desde Nueva York, durante más de 3 horas, el proyecto SPRINT reveló este miércoles 27 -Día de la Salud Ambiental- los resultados del estudio realizado en Europa y en la provincia de Buenos Aires (como principal exportadora de soja para alimentación animal).
Entre los venenos detectados están obviamente el glifosato (genotóxico y probable cancerígeno) y el clorpirifos (que pese a estar prohibido en Argentina se sigue vendiendo hasta en los supermercados). El informe señala además los “cócteles”, que mezclan químicos para aumentar la potencia de cada veneno, reuniendo hasta 120 plaguicidas.
La dirección del INTA prohibió a la doctora Virgina Aparicio (que integró en la investigación) participar en cualquier instancia actual del proyecto, y hablar con la prensa, siendo que se trata de un tema de salud pública.
Algunos de los datos que, pese al silencio y a la mordaza oficial, se revelaron en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En alimentos: “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.
En el polvo del hogar: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.
Granos de cultivos: “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.
En animales: “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).
En alimento para animales: “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.
En suelos: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.
Agua superficial: en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.
Por Anabel Pomar

Resultado global presentado sobre las concentraciones de glifosato en seres humanos. Argentina lidera esa tabla con absoluta comodidad.
En el día de la celebración del día de la salud ambiental, miércoles 27 de septiembre, en Nueva York, EE. UU., en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGA78) por primera vez para grandes audiencias pudieron conocerse parte de los resultados del proyecto europeo SPRINT (siglas en inglés de Transición Sostenible de Protección Vegetal: Un Enfoque de Salud Global 2020/2025).
¿Qué es el SPRINT? Es un proyecto financiado por La Unión Europea (UE) que busca identificar los residuos de los agrotóxicos, en ecosistemas y en humanos, y analizar el peligro de la sinergia (la combinación o mezcla) entre los plaguicidas hallados. Esto último, algo jamás contemplado a la hora de aprobar esos peligrosos venenos en el mercado, ni en el llamado “viejo continente”, ni en nuestro país.
En 2021 los muestreos en el marco de ese proyecto además de realizarse en los 10 países europeos participantes se ampliaron a la provincia de Buenos Aires.
¿Por qué se incluyó a nuestro país? Por ser el principal exportador de soja para alimentación animal al mercado europeo.
Entre las principales conclusiones del evento de este miércoles en NY, pudieron escucharse las voces de expertas y académicos participantes de ese proyecto. Contaron, basados en rigurosa información, cómo los agrotóxicos usados en la agricultura veneno-dependiente están contaminándolo todo. Cuerpos, comida y ambientes. Una de las palabras que más se repitió en las presentaciones, fue “omnipresente”. Los agrotóxicos están en todos lados: incluso en donde no son utilizados.
Entre los cuadros con centenares de nombres de moléculas químicas usadas en la agricultura, destacan algunos de los agrotóxicos más fumigados en nuestro país. El herbicida glifosato, y su metabolito AMPA, en los primeros puestos. Y para los muestreos en Argentina, en cantidades hasta tres veces superiores en algunas matrices. También el clorpirifos, recientemente prohibido en el país pero que se puede seguir comprando en cualquier góndola de supermercado en el sector de insecticidas.

Resultados de plaguicidas en las muestras en orina.
El momento de la presentación es importante ya que este próximo 13 de octubre la Unión Europea deberá votar si decide re-autorizar el uso del glifosato. Desde la coordinación del SPRINT aseguraron que a la brevedad la información –que ya fue presentada en la euro-cámara– será publicada y distribuida al público general para lograr mayor difusión. También aseguraron que esperan que tales resultados impidan que se concrete la renovación del peligroso herbicida.
Omnipresentes
Ver la presentación de esos estudios que respaldan una afirmación que muestra la magnitud del daño, estremece. Hasta las personas que consumen o producen alimentos sin usar agrotóxicos tienen sus cuerpos contaminados. Y aquellas que consumen alimentos libres de agrotóxicos, también. El cuadro completo muestra que la exposición ambiental llega a todas las personas, no solo a quienes producen con venenos o viven en zonas rurales. Y por todas las rutas de exposición.

Los resultados de los venenos en materia fecal.
En los hogares
Como ejemplo se puede mencionar lo que se encontró al medir el polvo de hogares, presentado por Daniel M. Figueiredo, de la Universidad de Utrecht de Países Bajos. Los resultados indican que los agrotóxicos llegan a impactar en los organismos más por los ambientes que por la dieta misma: también son una ruta de exposición directa. El más detectado es el glifosato y su metabolito AMPA, en un cóctel de sustancias químicas peligrosas en un rango de entre 25 y 120 plaguicidas.
Otra constante: los cócteles de agroquímicos. No hay una sola sustancia sino decenas o cientos, mezcladas para aumentar la potencia del veneno. En el caso presentado impactaban tanto a los vecinos de producciones convencionales cómo orgánicas.
A su turno, Hans Mol de la Universidad de Wageningen de Países Bajos, en la presentación de lo hallado en muestras de fluidos humanos –en los que el glifosato vuelve a estar entre lo más detectado. Los resultados señalan que hay presencia del herbicida genotóxico y probable cancerígeno en orina en el 86,1% de los argentinos muestreados y en el 35,2% de los europeos, mientras al analizar las heces humanas se detecta ese plaguicida en el 70,5% de las personas residentes en Europa y en el 100% de los bonaerenses.
Para el caso del clorpirifos, el 3,7% de europeos tiene en sus heces ese tóxico, mientras que para la Argentina el número asciende a 37,7%. Nuevamente salimos campeones, esta vez de otro podio tóxico.
La mordaza
En la conferencia virtual –toda en inglés– que duró tres horas y a la que asistió lavaca y aproximadamente un centenar de personas conectadas desde distintas partes del mundo, no estuvo la investigadora a cargo del proyecto en Argentina, la doctora Virginia Aparicio.
Lavaca consultó a la investigadora del INTA el porqué de su ausencia que para la decena de personas conectadas desde Argentina no pasó desapercibida. Aparicio no tiene autorizado por orden directa de la dirección de ese organismo estatal participar de ninguna instancia del SPRINT, ni hablar con la prensa.
Lavaca se comunicó con el INTA (socio número 16 identificado como CSS11-Buenos Aires dentro del proyecto SPRINT) pero nuevamente, como sucede desde hace meses, no hubo respuesta oficial.
El organismo público impidió que hasta el día de hoy los resultados de lo muestreado en nuestro país se difunda. En julio de este año, pese a esa censura oficial, la vaca pudo conocer los resultados de ese muestreo en territorio y población bonaerense y publicarlo.
Del muestreo en Argentina participaron 73 personas. De las 73, 1/3 consumidoras, 1/3 habitantes de pueblos pequeños y “vecinos de productores”. Y 1/3 productores agropecuarios de los cuales la mitad usa plaguicidas y la otra mitad trabaja agroecológicamente. También se incluyó un monitoreo en 14 establecimientos rurales. Se tomaron pruebas en ambiente, alimentos, grano y muestras biológicas en animales.
“El total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal” es una de las revelaciones de la investigación.
En los ambientes en los que esas personas se mueven a diario, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 7 a 53 plaguicidas en las pulseras” de detección.
La vida cotidiana asediada
En las consideraciones preliminares de esos estudios personales que trascendieron se consigna: “Las mezclas de residuos de plaguicidas están presentes en los cuerpos humanos. Las personas se exponen a los plaguicidas en su vida cotidiana (datos de pulseras). La mayoría de los residuos son peligrosos para el ecosistema y los humanos”.
En alimentos, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.
En el polvo del hogar, en “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.
Granos de cultivos, en “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.
En animales, en “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).
En alimento para animales, en “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.
En suelos, “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.
Agua superficial (en la zona de trabajo de SPRINT) en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.
Nota
Tucumán: condenan a un funcionario judicial y en el fallo recomiendan colgar placas en Tribunales que digan «un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia»
Un funcionario judicial de Tucumán fue condenado por abuso sexual: 4 años, obligación de reparación económica, capacitación y placas en Tribunales. El hecho no es aislado: el Observatorio Lucía Pérez lleva adelante un registro que incluye 420 funcionarios (integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, de las cúpulas de las Fuerzas de Seguridad y de la Iglesia Católica) denunciados por violencia de género. Los argumentos e implicancias de un fallo ejemplar.
Jorge Edmundo Mistretta, exjefe de despacho de la Secretaría Electoral del Juzgado Federal N° 1 de Tucumán, jubilado desde 2019, fue condenado a cuatro años por abuso sexual contra dos de sus empleadas. Los abusos ocurrieron en 2013 y 2015: incluye tocarle los pechos a una de ellas y querer besarla, comentarios sexuales groseros, e intento de tocar a otra de las denunciantes.
En el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán, compuesto por la jueza María Noel Costa, y los jueces Carlos Enrique Jiménez Montilla y Enrique Lilljedhal, se ordenó:
- La inmediata detención, aunque cumplirá prisión domiciliaria por su estado de salud.
- Una indemnización de $4.4 millones de pesos y 3.6 millones de pesos para cada una de las víctimas.
- La realización de un programa de capacitación sobre perspectiva de género y en política de prevención, sanción y eliminación de la violencia contra la mujer.
- Se solicitó a Recursos Humanos de la Corte Suprema de Justicia Nacional que “se arbitren los mecanismos administrativos necesarios por una medida restaurativa que contemple la incorporación a una de las oficinas judiciales de esa jurisdicción -de la Cámara o del Tribunal Oral -, debiendo garantizar la ‘no revictimización’ de una de las víctimas”.
- Además se recomendó que se coloquen placas en tribunales donde sucedieron los hechos que digan: “Un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia. No a la violencia ni al acoso”.
Los fundamentos se conocerán el próximo 29 de septiembre.
El “caso” no es aislado. El Observatorio Lucía Pérez lleva adelante un registro de denuncias por violencia de género contra integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, de las Fuerzas de Seguridad y de la Iglesia Católicas.
El registro incluye ya 420 funcionarios denunciados, entre intendentes, diputados, fiscales, sargento, jueces, asesores, concejales, cabos, decano, sacerdotes y un largo etcétera. De todos los denunciados 99 son del Poder Judicial, al igual que Jorge Edmundo Mistretta; 139 del Poder Ejecutivo; 62 del Poder Legislativo; 67 de la Iglesia Católica; y 53 de las cúpulas de las fuerzas de seguridad.
El padrón de funcionarios denunciados se puede ver acá

El Estado argentino se comprometió en 2020 a llevar un registro público de funcionarios judiciales denunciados por violencia de género como parte de un acuerdo amistoso alcanzado en el marco de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Hasta el momento lo hizo de forma incompleta y escasa, por ello comenzó a realizarlo, de manera autogestiva, el Observatorio Lucía Pérez que sumó además otros poderes para completarlo y con esa información reflexionar acerca de qué relación hay entre la ausencia de políticas públicas de contención y prevención y estas prácticas impunes.
Lo que se ve: la consigna “El Estado es responsable” se hace carne en la sistematización de esta información. No lo es solamente por omisión, o ineficaz: es un Estado violento.
Nota
El escenario y la vida: el universo Cárdenas
Dos obras teatrales de un mismo autor nos invitan conectar con su universo personal: Martín Flores Cárdenas, dramaturgo y director, no se define como actor pero actúa, o como prefiere decirlo “está en escena”. El duelo por la muerte de su abuelo, la propuesta para montar una obra en Brasil y lxs amigxs como tesoro y sostén son algunos de los temas que aborda en No hay banda; mientras que en La fuerza de la gravedad el desafío fue escribir una obra y dedicársela a una amiga actriz, que se convierte en la protagonista. Cómo llevar la vida al escenario —o el escenario a la vida— para que la experiencia traspase la propia piel.
Fotos: Nora Lezano
“No creo que sea teatro documental. Tampoco una conferencia performática. En realidad, no es nada”, afirma el dramaturgo y director Martín Flores Cárdenas. Se refiere a su obra No hay banda, primera entrega del ciclo Obras Truncas, que está actualmente en cartelera junto a La fuerza de la gravedad, otra de sus producciones. Ambas transcurren en Casa Teatro Estudio, tres palabras que definen lo que sucede en Guardia Vieja 4257. Martín vive en la parte de arriba, pero aclara que la sala teatral es como si fuera una extensión de su casa: “Como lo son las obras, también, forman parte de uno: extensiones o sucursales de uno”.
Desde 2019 y junto al escenógrafo brasileño Ruslan Alastair Silva coordina esta sala artística del barrio de Almagro. “Es un espacio —cuenta Martín— que da la posibilidad de experimentar, sobre todo, nuevas formas de producción. Y eso, a veces con suerte, genera cosas reveladoras en el lenguaje escénico. Reveladoras para nosotros. Lo que más nos interesa es ir por caminos alternativos a los que ofrece la lógica de ´el mercado´. O al menos, tratar de producir sin que esas lógicas contaminen lo que hacemos. Es una sala re chiquita que permite crear sin presión de fechas ni, no sé… de objetivos económicos”.
No hay banda y La fuerza de la gravedad podrían encuadrarse en las clasificaciones de teatro documental o de “conferencia performática”. También como un biodrama, docuficción o teatro autobiográfico. Vamos a hacerle caso a Martín y dejaremos de lado las etiquetas que definen el género de una obra teatral. Sí vamos a decir que ambas abren una puerta —en sentido literal y simbólico— y nos permite instalarnos allí con agrado. Son invitaciones a navegar por un rato en el universo personal de quien las sintió, las escribió y puso el cuerpo en escena para contarnos parte de su vida. Y esa parte incluye la muerte de un ser querido: su abuelo.

Banda sonora
Imposible no identificarse con este duelo y sus reflexiones, incluso las más bizarras en un contexto de pérdida reciente, porque también hemos tenido esos pensamientos absurdos que dispara el dolor. Martín utiliza recursos eficientes para su narrativa, nos distrae, nos distiende, y nos vuelve a traer a una zona donde la piel se eriza y el corazón cruje. “No hay banda apareció como posibilidad de desobturar la escritura. Por más que quisiera escribir otras cosas, siempre aparecía aquella obra trunca como un tapón. Un duelo mal hecho que esta nueva obra me ayudó a atravesar. Como me parecía imposible ensayar solo, busqué un dispositivo que me contuviera. Me junté con amigos a armar los videos, a grabar los audios. Y, texto en mano, empecé a leer la obra a amigas, amigos. A mostrar lo que había pensado. Algo de esa combinación entre lo ultrapremeditado o realizado y la fragilidad del estar ahí y lo improvisado se volvió lo que es hoy la obra”.
La muerte de su abuelo y una llamada para proponerle montar una obra en Brasil. Ambas circunstacias sucedieron casi al mismo tiempo. El fin de una vida, el comienzo de un proyecto. “Me interesaba problematizar el concepto de existencia. Suena re pretencioso, ya sé. Un clásico. Pero bueno… Traté de ser honesto cuando la escribía y pensaba y trato de ser honesto ahora respondiendo esta entrevista. La existencia de una obra primero ¿Qué hace que una obra exista? ¿Dónde o cómo existe lo que imaginamos? ¿En qué momento una obra empieza a ser y cuando muere o termina? Y desde ahí poder dialogar con la relación entre existencia y materia. La existencia de aquellos que murieron y cuya falta generó una obra. Y la materialidad del cuerpo en general y del autor en particular que, bueno, en este caso soy yo. Que no soy actor pero estoy en escena. Me gusta decirlo así: estar en escena. Porque de alguna manera plantea o propone algo ¿Qué es estar en escena? ¿No es actuar acaso? Pensar el cuerpo en escena. Autor que escribe e interpreta. No hay límites o bueno… Esa es otra pregunta. Son muchas: no hay un sólo tema o eje, como verás”.
En los próximos meses No hay banda se va a presentar en Madrid, en el Festival Iberoamericano de Cádiz y en Alicante, España. “Tanto No hay banda como La Fuerza de la gravedad se hacen cuando se puede. El público tiene que estar atento a las fechas que aparecen en Alternativa Teatral. Porque como tenemos estos viajes pueden estar una semana sí y a la siguiente no y así”. Martín asegura que ambas obras tuvieron procesos muy diferentes y comparten dos elementos en común: el lugar desde donde fueron creadas y que no se puede determinar una fecha de estreno ya que comenzó a mostrarlas y se fue sumando público.


El otro como un territorio a descubrir
La fuerza de la gravedad es una pieza teatral cuya materia prima es la ternura. Un abrazo que nos incluye a quienes estamos sentadxs frente a la actriz Laura López Moyano y su pila de hojas A4 de las que irá descubriendo hilos de vivencias con la amistad como protagonista. Martín: “Apareció primero como una idea. Yo hacía mucho tiempo quería hacer una obra para mis amigos. Y tenía la idea de este dispositivo en la cabeza. Pero recién cuando se me ocurrió que Laura podía ser la amiga que pondría el cuerpo me puse a escribir. Es una obra dedicada a mis amigxs pero sobre todo a ella. Las ideas son ideas… Están ahí. Gracias a ella, a que existe y es mi amiga, existe esta obra”. La amistad como territorio a descubrir, como un vínculo necesario y elegido. “Quería hablar del vínculo con la otredad. No me gusta cómo suena esa palabra pero creo que es la que le hace más justicia. No hablar sólo de la amistad. En todo caso, usar ese vínculo misterioso para mí, para hablar de otros vínculos. La relación con la naturaleza, el planeta o el espacio. Poder pensar al otrx como un territorio desconocido. Y que mi relación con ese cuerpo me constituye”.
Sin espoilear diremos que el final de esta obra es un momento infinitamente disfrutable, de regresión al universo infantil, ese paraíso que puede no estar perdido si se lo sabe buscar. ¿Cómo se elabora en la escena lo personal y lo ficcional? ¿Te sentís cómodo trabajando con esos elementos? “No sé si es cómodo. Justamente por eso es divertido, supongo. O útil para hacer algo. Lo pienso en relación a mí pero también a Laura. Para ella no fue fácil ni cómodo. Pero lo quiso hacer, lo encontró o encontramos necesario. Forma parte del trabajo. Cómodo no era y justamente por eso nos dieron ganas de encararlo. Esa decisión nos permite meternos en lugares nuevos, propios o bueno… singulares, me gusta decir. Claro que hay otras de formas de hacerlo. No sé: nosotros elegimos esta”.
En ambas obras lxs amigxs están presentes, colaboran, aconsejan, observan, actúan. ¿Qué significan en tu vida tus amigxs?
Difícil responder esta pregunta. Todo lo que pienso suena mal. Me gusta la idea del amigo como algo que también es uno. Una parte de mí. Soy mis amigos, también. ¡No! Soy con mis amigos. Sin ellos no soy. Eso. Pero también con los otros. Los desconocidos. Estamos todos comprometidos. Los gravísimos problemas ambientales, sociales, económicos que sufrimos deberían hacernos tomar consciencia. Te lo digo a vos y me lo digo a mí que como ciudadano o terrícola no soy ejemplo de nada, la verdad. Pero bueno. Tenerlo presente, pensarlo me ayuda a hacer algo… Por el otro, otra. Hacer un poco más. Algo que nos vuelva menos mierda. Como amigos, como habitantes de este mundo.
Casa Teatro Estudio
Guardia Vieja 4257, CABA
No hay banda
Lunes, 20.30 hs, hasta el 9/10/23
La fuerza de la gravedad
Sábados, 18 y 20.30 hs, hasta el 7/10/23
@tatofc
@moyanolaura
@casateatroestudio
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