#NiUnaMás
El femicidio de Giselle en el banquillo: las cartas de la violencia
Por Lucrecia Raimondi
La primera audiencia del debate en el Tribunal Oral Nº 17 inició con la declaración del acusado. Carlos Leal sostuvo su versión de que su arma se disparó después de haber sido empujado por ella de la escalera que conducía al entrepiso del domicilio conyugal, en el barrio San Cristóbal, y que en la caída se le escapó un tiro. Leal estaba al pie de la escalera; Giselle, parada en el descanso de la que era la habitación de su hija de seis años. Gravemente herida, intentó protegerse y pedir ayuda.
Una cámara en la calle Cochabamba al 2.300 registró a Leal saliendo de su edificio con una mujer en brazos y subirla a un auto en el asiento del acompañante. Giselle llegó agonizando al Hospital Churruca Visca. Un policía que estaba de servicio en la guardia declaró que Leal la había llevado porque “habían tenido una discusión con forcejeo escapándosele un disparo la cual tuvo como resultado herida de arma de fuego en el tórax hacia la esposa”. Giselle murió a las 7.30 y Leal quedó detenido con prisión preventiva en el penal de Marcos Paz.
La violencia evidente
En el allanamiento se secuestraron alrededor de 500 cartas, notas y manuscritos, la gran mayoría escritos por Leal, que datan de 2002/2003, donde él mismo dice que se arrepiente de “levantarle la mano” y reconoce que ejercía violencia física y verbal. También, en un cuaderno, Giselle escribió en siete puntos sus sentimientos respecto a la relación y los miedos que tenía de terminar el matrimonio con Leal.
Haydee Vasco (madre), Leandro Martín (hermano) y Cynthia Urbini (prima) confiesan que notaban que la relación entre Leal y Giselle era conflictiva: que discutían por temas de celos, que peleaban mucho, que él se ponía muy nervioso y se tornaba muy agresivo, tanto verbal como físicamente. “Tenían peleas, bastantes, por lo que yo sé de Giselle», cuenta a lavaca la prima de la víctima. «Él siempre fue muy agresivo, muy violento, hasta para hablar era una persona muy prepotente, soberbia: ya de simple vista lo notabas”. Cynthia mantenía un contacto fluido su prima ya que llevaban a sus hijas al mismo jardín de infantes.
Haydee Vasco, madre de Giselle, mencionó en etapa de instrucción que su hija le había relatado que en una ocasión Leal le había arrojado un objeto que terminó impactando en el rostro de su nieta que tenía cinco años.También una vecina de la vivienda contigua a la del matrimonio declaró que había días que se escuchaban discusiones de sus vecinos. “Era una relación que venía de hace años con discusiones y peleas bastante fuertes. Siempre fue algo verbal, pero la verdad que uno no se imaginaba un desenlace de esta manera”, refirió Leandro, hermano de Giselle, a Revista MU.
Entre las pruebas que recolectó la Justicia, se encuentran mensajes del 9 y 10 de junio de 2018 enviados a su prima, tan solo un mes antes del femicidio, que ponen de manifiesto la violencia ejercida por Leal sobre Giselle:
“No sé cuando mierda le voy a poner punto final a toda esta basura. Si no sabes lo
mal q lo pasé todo el dia. Con unos nervios terribles.” (SIC);
“Me empezó a insultar y decirme q soy la madre. Eso y más. Bueno no te jodo más
siempre con los mismos kilombo de siempre. Ojalá se terminen pronto” (SIC);
También, a través de Facebook, Giselle expresaba en parte los malos tratos que sufría y compartía mensajes que hacían referencia a relaciones sentimentales violentas. En especial, el 18 de julio de 2016 compartió una publicación que dice:
“La persona inmadura no sabe amar. Y tampoco sabe lo que quiere en la vida. Un día te ama y al otro día te odia. Te insulta, te agrede. Luego se arrepiente, pide perdón, promete cambiar, te enamora, tú te ilusionas…y te vuelve a lastimar. Pero nunca es tarde para liberarte y volver a vivir” (SIC).
No fue un accidente
Las pericias mostraron que el disparo Leal lo efectuó a una distancia mayor a los cincuenta metros y la bala que acabó con la vida de Giselle Martín “ingresó de abajo hacia arriba, en un ángulo aproximado de 45º con trayectoria ascendente”. El informe de la autopsia expuso que también tenía lesiones en las piernas, las rodillas y un pecho, indicadores de que Giselle se encontraba expuesta a violencia física por parte de su marido.
De la versión presentada por Leal al TOC 17 y al policía de turno en el Hospital Churruca, tanto la querella como la fiscalía entienden que el acusado de femicidio “intentó colocar su conducta en el terreno de un actuar imprudente”. ¿Puede argumentar seriamente una imprudencia en la utilización de su arma?
Carlos Leal era de la División Perros de la Policía de la Ciudad y tenía más de 15 años de servicio en la fuerza. Recibió entrenamiento en el uso de armas de fuego. Asesinó a Giselle con su arma reglamentaria, que fue encontrada sin el seguro colocado, lo que a las partes acusadoras les permitió presumir que Leal “debió quitarlo y sólo después pudo ejecutar el disparo con la pistola apuntando en dirección al pecho de la víctima”.
También la versión del forcejeo y el disparo “accidental” quedó desvirtuado en el avance de la investigación en instrucción: “La posición de los indicios balísticos, las características del inmueble y los resultados del informe de autopsia demuestran, en su análisis conjunto, que el disparo se ejecutó a cierta distancia, indudablemente mayor a la del forcejeo cuerpo a cuerpo. Y se han probado los antecedentes de violencia física y verbal ejercidos contra Giselle, lo cual permite comprender el móvil que guió la conducta del acusado, incompatible con la imprudencia que sugiriera”.
Acusado por femicidio
Carlos Maximiliano Leal está acusado de homicidio doblemente agravado por haber sido cometido contra su cónyuge y por haber sido perpetrado por un hombre a una mujer, habiendo mediado violencia de género, lo que en el lenguaje internacional del derecho en materia de derechos humanos se califica como femicidio íntimo.
Explícitamente, en este caso, hay múltiples elementos de prueba constatados que corresponden a lo que cita el Modelo de Protocolo Latinoamericano de Investigación de las Muertes Violentas de Mujeres por Razones de Género que expone indicadores de un hecho de femicidio íntimo.
Los hechos se caracterizan por: violencia excesiva, probados en los hallazgos de la autopsia, las cartas y los mensajes; se lleva a cabo normalmente en el domicilio de la convivencia, tal como se ha verificado; se utilizan armas caseras o que estén fácilmente disponibles para el agresor, como el arma de fuego reglamentaria que portaba Leal; las heridas son aplicadas en lugares vitales, en este caso el pecho; suelen surgir indicadores de violencia previos de entrevistas en profundidad con familiares y conocidos, que en el femicidio de Giselle todo su círculo puede dar testimonio; entre otros indicadores.
El debate oral y público será frente al TOC 17, con los jueces Pablo Vega, Gustavo Valle y presidido por Juan Giudice Bravo. La representación del Ministerio Público Fiscal está a cargo de Gustavo Gerlero. Y la querella es representada por el Programa de asistencia y patrocinio jurídico a víctimas de delitos de la Defensoría General de la Nación, a cargo de Pablo Rovatti, y con la intervención conjunta en el juicio de Esteban Galli.
#NiUnaMás
Lucía Pérez: la trama de la injusticia

“¿Por qué se procede de esta manera tan irregular y que revictimiza a esta familia una y otra vez para salvar a personas que se supone que son dos perejiles?” preguntó ayer el abogado Juan Pablo Gallego ante sucesivos cambios de carátulas, sospechosas reprogramaciones de fechas y maniobras que parecen revelar un entramado que busca la impunidad y la negación del femicidio de Lucía, que tenía 16 años. Ocurrió durante una audiencia en el que uno de los acusados pide salidas transitorias. El trasfondo de idas y venidas fue descripto por el abogado: “Lo que pasó es un hecho aberrante, que implicó la muerte atroz de una adolescente de 16 años en circunstancias probadas de narco criminalidad”.
Por Claudia Acuña
Hay que explicar lo inexplicable. Desde que el 8 de octubre de este año la Cámara de Casación modificó el segundo fallo por el crimen de Lucía Pérez para negar su femicidio se desató una catarata de maniobras –de alguna manera hay que llamarlas– para intentar liberar a sus femicidas.
El fallo de Casación confirmó la culpabilidad de Juan Pablo Offidani y Matías Farías y los condenó por los delitos de violación agravada por el uso de estupefacientes y por tratarse de una menor de edad, pero no por su crimen: Lucía simplemente se murió. Esta negación del femicidio tiene como consecuencia un disparate jurídico: por un lado, la familia apeló está decisión; pero al mismo tiempo esta apelación no puede avanzar hasta que no se determine el monto de la condena que le correspondería a Farías por esta nueva tipificación. Si es complicado de comprender, imagínense lo que significa para esta familia soportar lo que la obliga a padecer el Poder Judicial. A saber:
- Para poder determinar el monto de la pena que le correspondería a Farías –que en el segundo fallo y luego del juicio anulado había sido condenado por femicidio y por lo tanto a prisión perpetua– podría corresponderle entonces entre 8 y 20 años de prisión. Para establecer exactamente cuánto, de acuerdo a la evaluación de atenuantes y agravantes, se inventó un tribunal compuesto por tres jueces de diferentes juzgados. Serán los responsables de la audiencia de Cesura que, según dictaminó luego de una audiencia donde acordó con las partes –querella y defensa– cómo sería el procedimiento, se realizará el 29 de abril de 2026 y durante tres días.

- Imagen de la audiencia. A la izquierda, el abogado Juan Pablo Gallego. Arriba, la foto principal, la movilización que acompañó a la familia.
- Unos días después la familia recibió una notificación que le comunicaba que esa audiencia se adelantaba a septiembre. Como su abogado, Juan Pablo Gallego, no estaba ni enterado de esta anticipación –y además se encontraba en España para la fecha pautada– se presentó un escrito denunciado esta irregularidad y solicitando se mantenga lo debidamente acordado: 29 de abril de 2026. Así será.
- Un mes después hubo otra novedad: el nuevo fiscal –cuyo rol se supone que es acusatorio– pidió el cese de la prisión de Farías, aun cuando las instancias de apelación y de establecimiento del nuevo monto de pena estaban pendientes de resolución.
- Unos días después llegó el turno de Offidani: solicitó salidas transitorias. La audiencia que se realizó este miércoles en los tribunales de Mar del Plata fue para decidir si las otorgaban o no.
En esa audiencia el doctor Gallego sintetizó lo que todo este proceder judicial despierta como duda “¿por qué se procede de esta manera tan irregular y que revictimiza a esta familia una y otra vez para salvar a personas que se supone que son dos perejiles? ¿Hay algo más detrás de esta causa que permite forzar tanto los procedimientos judiciales? Si nosotros, como parte querellante, no renunciamos a que se le aplique a ambos la figura de femicidio y eso está todavía en trámite, ¿qué se busca con esto? ¿Qué se fuguen antes de que se resuelva la cuestión central?”
Como respuesta la doctora Romina Merino, abogada defensora de Offidani, propuso: “Miremos para adelante”.
El doctor Gallego replicó:
“Nosotros no vamos a dejar de mirar lo que pasó porque lo que pasó es un hecho aberrante, que implicó la muerte atroz de una adolescente de 16 años en circunstancias probadas de narco criminalidad y eso implica una doble responsabilidad del Estado: por tratarse de una menor y por estar frente a una banda que vendía drogas en la puerta de un colegio, delito por el que cumplen una condena ratificada”.
El juez de garantías que debe evaluar el pedido de Offidani tiene ahora cinco días para determinar si cumple o no con los procedimientos necesarios para obtener los beneficios de la libertad transitoria.
En tanto la familia de Lucía sigue esperando justicia.

Matías, el hermano de Lucía y sus padres Guillermo y Marta.
#NiUnaMás
Adiós a Claudia Rodríguez: la Trans andina que propuso politizar el amor

Referente del movimiento trans latinoamericano, activista, poeta, escritora y tanto más, escribió sobre su infancia, la militancia trans, la vida sexual y se autoproclamó Miss Sida en 2007. Claudia Falleció este 29 de Noviembre. Su pelea incluyó al pueblo mapuche, la educación pública, los sin techo, y planteó siempre una filosa crítica al neoliberalismo, que quita posibilidades de vida y las transforma solo en posibilidad de consumo. En uno de sus viajes a la Argentina compartió con la revista MU sus ideas sobre el orgasmo, el feminismo sin resentimiento, la creación, y por qué hay que politizar el amor. Un modo de homenajearla, de recordarla, y a la vez de volver a estar en contacto con un pensamiento y una acción que dejan una sensible huella cultural, artística y política.
Por María del Carmen Varela
Foto: Lina Etchesuri
#NiUnaMás
38º Encuentro Plurinacional: el regreso

Por Claudia Acuña
Fotos Line Bankel
A las doce de la noche parte el micro que nos trae de regreso a Buenos Aires con el grupo de mujeres que lucen imborrables sonrisas y cachetes decorados con purpurina. La noche es para soñar y la mañana para compartir la transmisión de la asamblea que decide en qué ciudad se realizará el próximo encuentro: Córdoba.
Con el festejo llega la ceremonia que preparó la Comisión de Mística.
Estamos todas sentadas en el piso superior del micro mientras una voz encantadora nos cuenta el cuento La cabeza en la bolsa, mientras recorre el angosto pasillo mostrando las ilustraciones que dan vida a esta historia que escribió Marjorie Pouchet: la de una chica rabiosamente tímida que siempre sale a la calle con una bolsa en la cabeza, hasta que un día, regado por sus lágrimas, crece allí un jardín. ¿Qué hará entonces con esa timidez y con esas flores?
Consultar a una amiga.
Algunas compartirán en voz alta lo que ese cuento les resuena; otras sus lágrimas.
Luego, las organizadoras de la colecta para el viaje nos darán dos regalos. Cada una recibirá así una de las serigrafías creadas por el grupo de arte Vivas Nos Queremos y un pedido: que sean expuestas en lugares colectivos. El otro regalo está guardado en un sobre hecho a mano con papel reciclado. Contiene stickers, calcomanías y un papel amarillo donde nos piden que escribamos un deseo que acompañe a nuestras amigas de viaje hasta el próximo Encuentro. Una cajita de cartón recoge los mensajes y de allí cada una extraerá el suyo.
El mío:
“Seguí tus sueños, abrazá tu intuición, aferrate a tus compañeras: todo es posible”. Llegamos.


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