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Femicidio de la periodista Griselda Blanco: “Pedimos seguridad y recursos”

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El hijo de Griselda Blanco, la periodista correntina asesinada en mayo en Curuzú Cuatiá, brindó una conferencia de prensa en el Salón Blanco de la Cámara de Diputados de la Nación junto a su abogada. Acompañado de referentes de Fatpren, Periodistas Argentinas y Familiares Víctimas de Femicidios, contó a diputadas nacionales el estado de la causa: la negativa de la fiscal a tratar el caso como un femicidio, la participación de la policía local en la investigación, y las sospechas en torno al crimen. “Lo que pido es justicia”, exigió.

Fabián Cesani cruza el Salón Blanco de la Cámara de Diputados de la Nación y se sienta en el centro de la mesa. Es uno de los dos hijos de Griselda Blanco, la periodista correntina asesinada el 20 de mayo en Curuzú Cuatiá y viajó más de 600 kilómetros para denunciar las trabas en la investigación, que la causa sigue caratulada como “homicidio simple” y no como femicidio, que la policía sospechosa sigue implicada en la investigación, y que no entiende cómo pudieron asesinar así a su madre, trabajadora de prensa, en democracia.

Femicidio de la periodista Griselda Blanco: “Pedimos seguridad y recursos”

Marta, la madre de Lucía Pérez, la abogada Andrea Tribbia y Fabián Cesani, el hijo de la periodista correntina Griselda Blanco, durante la conferencia en la Cámara de Diputados. Fotos Lina Etchesuri.

Lo acompaña su abogada Andrea Tribbia y juntos llegaron en la tarde del martes al centro porteño para realizar una conferencia de prensa en la Cámara Baja, junto a la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa de la Argentina (FATPREN), la colectiva Periodistas Argentinas, y el movimiento Familiares Víctimas de Femicidios.

La fundadora de Periodistas Argentinas (PA) y de Lavaca, Claudia Acuña, subrayó que Fatpren y Periodistas Argentinas están comprometidas para esclarecer el crimen. Acuña y la periodista Nancy Pazos conformaron la delegación de PA que viajó a Curuzú y se entrevistó con la fiscal María José Barrera Sahagun y los jefes de la Policía Federal y Provincial. «Cuando nuestra comisión llega a Curuzú Cuatiá, el panorama que teníamos era de un periodista preso con una causa armada y una periodista asesinada», recordó. Describió que, al momento de entrevistarse con la fiscal, la policía local estaba presente en el lugar: «Seguimos preguntándonos qué hace la policía implicada en la causa del femicidio de nuestra colega». También apuntó que ninguna de las pistas que dejó Griselda (denuncias y amenazas por su actividad periodística) fue indagada por la Justicia, mientras que la fiscal caratuló el crimen como un «homicidio simple», lo que abrió la posibilidad al sospechoso de pedir un juicio abreviado para obtener una pena menor. «El fiscal general, por suerte, lo rechazó», sostuvo.

Femicidio de la periodista Griselda Blanco: “Pedimos seguridad y recursos”

César, durante su conferencia en la Cámara de Diputados. Dijo sobre Griselda: «Mi madre decía verdades que pasaban en el pueblo y que lamentablemente a mucha gente le molestaba.» Fotos Lina Etchesuri

Y cerró: «Estamos preocupadas por el estado de la investigación. Seguimos preguntando por qué la policía sigue involucrada. Pedimos que se haga efectivo su apartamiento. No nos sorprende cómo la fiscal trató a la víctima. Queremos que lo conozcan por boca de su hijo».

“Mi madre no tenía miedo”

Fabián tomó el micrófono: «Desde el lado humano les puedo hablar de mi madre como persona. Era una persona muy tierna, simpática y sobre todo empática. Se comprometía a resolver muchas causas sociales de Curuzú. Mucha gente humilde del día a día que mi mamá se comprometía a ayudar. Juntaba comestibles, ropa. Y algo muy importante: resaltar las irregularidades que pasaban en el pueblo. Mi madre no tenía miedo. Decía verdades que pasaban en el pueblo y que lamentablemente a mucha gente le molestaba. Qué loco hablar de democracia hoy cuando en lo que le pasó a mi madre no hay nada de democracia. Siento que la callaron. Ella decía muchas verdades que pasaban en el pueblo a fin de resolverlas».

Fabián también puso el foco sobre la fiscal: «Estamos en plena investigación, pero no entiendo la postura de la fiscal: inició bien su trabajo y, de un día a otro, imputa a este señor (Darío Holzweissig, único detenido) como homicidio simple. ¿Por qué cambia? Hay muchas cosas que no entiendo. Lo que sigo pidiendo es que se haga justicia y se esclarezca el caso de mi madre. Tenemos trabas y no entiendo por qué. Yo le dije a mi hermano, cuando la despedimos: lo que nos queda hacer es pedir justicia por ella. Vamos a ir hasta las últimas».

Fabián también reclamó por un perito que investigue las irregularidades. Mencionó que en Curuzú se «corrió la voz» que Griselda era una «extorsionadora»: «Estuvimos averiguando y a lo largo de todo el material no pudimos escuchar un audio, un mensaje de extorsión. Es falso. Mi mamá no era ninguna extorsionadora. Esto se estaba instalando para mantener la figura de homicidio simple. Pero esto no fue un homicidio simple. Fue un femicidio y no vamos a parar hasta que tomen carácter de esto».

“Fue víctima de un femicidio atroz”

Luego, habló la abogada: «Griselda fue atrozmente asesinada por su femicida en su hogar. Venimos a suplicarles que se investigue como se tiene que investigar. Hay mucho material, muchas líneas de investigación. Y se tiene que terminar el tema que Griselda era una extorsionadora. Jamás extorsionó a nadie: fue víctima de un femicidio atroz. No se puede decir que acá no hubo femicidio. Que quede bien claro. Hoy necesitamos muchas cosas. La primera es seguridad para estas dos criaturas que quedaron huérfanas». A su vez, destacó la necesidad de recursos: «Necesitamos recursos técnicos idóneos para analizar el perfil del femicida. El vínculo que tenía con el femicida. Expertos técnicos para analizar si se ha borrado o alterado material, porque tenemos sospechas que haya ocurrido. Necesitamos recursos que no podemos pagar y pedimos a las autoridades para que puedan apoyarnos».

También pidió a la fiscal que cambie el tipo de imputación: «Necesitamos que la fiscal reconsidere la figura que se está atribuyendo a la causa. Que se tome el tiempo de escuchar. Que analice los 2 terabytes de información que tiene. No puede decir que hay un homicidio siemple si simplemente escucha. Tiene que escuchar. No más».

Sobre el detenido: «Necesitamos saber si el que está detenido es autor material e intelectual, o si fue simplemente material. Si hay cómplices. Acá hay información que Griselda manejaba y espero que la estén investigando. No sé si, por su naturaleza, corresponde a la fiscal de Curuzú o corresponde a otra instancia».

Y cerró: «Pedimos justicia, claridad y objetividad. Que haya líneas de investigación. Esto no puede seguir pasando. Van más de 3700 víctimas de femicidios y transfemicidios. No se pueden olvidar de mirar una causa con perspectiva de género. Que la fiscal tenga empatía. Pedimos justicia para que nunca más haya una Griselda Blanco por miedo a contar lo que esté contando. Y que funcionen también los organismos de control porque, si no, tenemos que salir a hacer esto: pedir justicia».

“Queremos que alguien haga algo porque nadie hace nada”

A continuación, habló Marta Montero, mamá de Lucía Pérez, que durante la mañana había estado acompañando a la familia de Luna Ortiz en los Tribunales de San Isidro: “Estamos acompañando a los hijos de Griselda como si fueran mis hijos. Cómo no los vamos a acompañar si son ellos los que quedan solos, tristes y desamparados de todo. Fíjense todo lo que tenemos que hacer las familias cuando esto debería funcionar como corresponde. ¿Qué es lo que se tiene tanto miedo? ¿Por qué los fiscales están tan adoctrinados? Cuando hay policía en el medio, droga, corrupción, cuesta tanto. ¿Por qué tenemos que hacer todo esto para poder tener lo que corresponde, que es, ni más ni menos, que justicia por nuestro ser querido?”.

Luego fue el turno de Susana Reyes, mamá de Cecilia Basaldúa, asesinada en 2020. Su familia fue recibida la semana pasada por el Fiscal General de Córdoba y están impulsando un juicio político a la exfiscal del caso: “Vemos que todos los casos son iguales: está la policía, la fiscalía, el poder judicial y el político. No respetan la vida de nadie. Queremos que alguien haga algo porque nadie hace nada. Hay que andarles atrás todo el tiempo. Nuestras hijas merecen respeto. Nadie es dueño de quitarle la vida a nadie”. Miró a Fabián y le dijo: “Queremos acompañarlos y gracias por luchar. No vamos nunca a bajar los brazos”.

Susana le pasó el micrófono a la secretaria de Mujeres y Género de Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA, integrante de Fatpren), Micaela Polak: “Griselda sufrió una muerte violenta. Un femicidio. Y claramente tuvo una vida laboral violenta porque antes fue víctima de la precarización laboral. Solo tuvo un acompañamiento por parte del sindicato de prensa de Corrientes, que acompañó el reclamo de una investigación profunda”. Y subrayó la necesidad de una investigación que agote todas las hipótesis del caso.

La última en hablar fue la diputada nacional del Frente de Izquierda-Unidad, Romina Del Plá: “No están solos y es importante que quede muy en claro. Estuvimos acompañando a la familia de Luna Ortiz y miren qué paradoja: allá familiares que se movilizan por el femicidio de sus hijas y aquí hijos que se movilizan por el femicidio de sus madres. Esta situación de violencia hacia mujeres y trabajadores es muy seria en todo el país. Por más que hayamos tenido un 3J, esto no significó que se hayan resuelto los problemas sino todo lo contrario. Aparecen los estados involucrados en estos crímenes. Y aparecen todo tipo de obstáculos, donde se trata de enchastrar a la víctima en lugar de ir por los femicidas”.

Al terminar la conferencia, Fabián y su abogada recibieron la invitación para concurrir a la Comisión de Mujeres y Diversidad de la Cámara de Diputados. Fueron recibidos por la presidenta de la Comisión, la diputada Mónica Macha (Frente de Todos), junto a representantes de Periodistas Argentinas, Fatpren y Familiares Víctimas de Femicidios.

Macha se comprometió a velar por la seguridad de la familia en Curuzú Cuatiá.

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Femicidios, cifras y vidas: lo que Bullrich oculta

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Por el Observatorio de violencia patriarcal Lucía Pérez

Todas las administraciones del Estado se han adjudicado falsamente la baja de femicidios y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich acaba de rendirle tributo a esta tradición. Pero las cifras del Observatorio Lucía Pérez, construidas a partir de casos judiciales, denuncias y relevamientos provinciales, demuestran una realidad diferente.

Antes de los números, una aclaración: el 2023 fue el primer año en que el Estado nacional publicó estadísticas criminales sin clasificar. Lo hizo con un archivo Excel desordenado que abarcaba una década, sin distinguir delitos ni consolidar provincias. Algunas jurisdicciones directamente no informaron datos en categorías sensibles, como violaciones. Así, la ciudadanía no puede verificar ni auditar los números oficiales.

En ese vacío, las declaraciones de Bullrich remiten a una lógica conocida: la de la inflación. Como con los precios, la diferencia entre los números oficiales y la vida real se amplía cuando se manipula o se oculta información.

Por eso, este Observatorio público y autogestionado carga 12 padrones de manera diaria. Para realizar un seguimiento estructural de la violencia machista, y también para controlar el rol del Estado.

A diferencia de los 178 registrados que mencionó la ministra, el Observatorio Lucía Pérez contabiliza 217 femicidios y travesticidios en lo que va del 2025. Estos son las cifras que pueden verse y verificarse, ya que el OLP es un padrón público:

Femicidios, cifras y vidas: lo que Bullrich oculta

Otro dato que se oculta es el que representan los femicidios cometidos y sufridos por integrantes de fuerzas de seguridad, que están bajo la responsabilidad de la ministra.

En 2025, el primer femicidio del año fue el de una mujer policía asesinada con su arma reglamentaria (Guadalupe Mena). Y el último, ocurrido apenas el 26, también: Daiana Raquel Da Rosa.

Si bien existen medidas para en estos casos limitar su acceso por parte de los uniformados por “representar un riesgo inminente para la víctima”, como indica la resolución 471/2020 del Ministerio de Seguridad de la Nación, los datos muestran que esto no siempre se cumple. Según el relevamiento de funcionarios denunciados por violencia de género del Observatorio Lucía Pérez, 71 de ellos pertenecen a las fuerzas de seguridad. Es decir que muy probamente porten armas.

Armas reglamentarias, vínculos jerárquicos y falta de sanción disciplinaria conforman una trama donde la violencia institucional se reproduce dentro y fuera de las comisarías. ¿Y Bullrich?

Más preguntas que emergen: ¿cómo se mide el porcentaje de crueldad? Los “narcofemicidios” de Lara, Brenda y Morena muestran una violencia cada vez más planificada y asociada a redes delictivas con complicidad del Estado.

Otra cifra invisibilizada en este crimen social que es un femicidio es la de las infancias huérfanas. En lo que va de 2025, el Observatorio registra 139 infancias huérfanas por femicidios. En todo 2024 fueron 173. Y detrás de cada una hay un Estado que sigue sin garantizar la Ley Brisa, que establece una reparación económica y acompañamiento a hijas e hijos de víctimas de femicidio.

Mientras la violencia machista sigue cobrando vidas, multiplicando huérfanos y exponiendo la precariedad institucional, el Estado tergiversa y oculta.

La pregunta es: ¿por qué?

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Un mes sin Brenda, Lara y Morena: lo que se sabe de la trama narcofemicida

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Este lunes se está cumpliendo un mes del triple narcofemicidio. La causa que investiga el asesinato de Brenda (20), Morena (20) y Lara (15) tiene nueve personas detenidas y tres prófugas. Una de ellas es Alex Ydone Castillo, acusado de ser el dueño de los 30 kilos de cocaína que habrían sido robados, posible móvil de los brutales asesinatos. 


Lo increíble: Castillo estaba preso pero fue excarcelado “por razones humanitarias” durante la pandemia del coronavirus, según lo reveló el periodista de Infobae Federico Fahsbender. En su artículo se detalla que Ydone Castillo había sido detenido en Argentina por una circular roja de Interpol –emitida desde Perú, su país de origen– por “un movimiento de 51 kilos de cocaína”. Fue la Sala II de Casación la que lo excarceló. Desde que quedó en libertad, el gobierno peruano tampoco envió en los plazos pertinentes el pedido formal de extradición. Y siguió libre.

Los otros dos prófugos de la causa del triple narcofemicidio son David González Huamani (“El loco David” o “El Tarta”, por tartamudo) y Manuel Valverde, tío de Tony Janzen Valverde, alias “Pequeño J”, que está detenido en Perú a la espera de un juicio de extradición. 

Los narcos robados

A Huamani, Celeste Magalí Guerrero (una de las detenidas que mayor información aportó) lo reconoció dentro de su casa del barrio Villa Vatteone. Fue una de las personas reconocida por tener guantes de látex. Huamani también aparece en la declaración de Víctor Sotacuro, detenido en Villazón, frontera con Bolivia, acusado de manejar el auto de apoyo a la Chevrolet Tracker blanca que levantó a las chicas en las calles de Ciudad Evita el 19 de septiembre. Sotacuro dijo que fue Huamani quien lo contrató para hacer los viajes de esa noche y que le pidió que le llevara ropa para cambiarse. Sotacuro declaró que lo fue a buscar a Varela y lo llevó hasta la 1-11-14, en el Bajo Flores, y dijo que Huamani estaba sucio de barro, al igual que otros dos hombres que se subieron a su auto. La mamá de Morena lo señaló como el que maneja la droga en Las Antenas, un barrio de Lomas del Mirador, y en la Palito, en San Justo, dos localidades de La Matanza. 

Según una de las hipótesis de la investigación, los prófugos Castillo, Huamani y Valverde integran la organización cuya droga había sido robada. Sobre ellos pesan órdenes de captura internacional. Esa línea también busca a otros tres sospechosos, todavía no identificados, pero que en el expediente aparecen como “NN Paco”, “NN Nero”, y el “canoso de la Glock”, en referencia al arma que llevaba un hombre que Guerrero ubicó en su casa, bajándose de la camioneta con Pequeño J, en las calles Río Samborombón y Chañar. 

Quiénes están en prisión

Hasta el momento las nueve personas detenidas son:

  • Daniela Ibarra (19) y Maximiliano Parra (18), quienes encontraron limpiando con lavandina la casa de Varela.
  • Celeste Magalí Guerrero (28) que alquilaba la casa. Su declaración aportó múltiples detalles que la justicia debe corroborar. Por un lado, explicó la estructura del clan, con jerarquías divididas en “Abuelos”, “Papás”, “Tíos”, “Pequeños” y “Mulos”, según el orden de importancia en la organización. Según su declaración, Pequeño J, que era presentado como el líder de una banda narco transnacional, en realidad tenía un rol menor, aunque lo ubicó en la escena del crimen. También declaró cómo esa noche fueron a comprar artículos de limpieza y bidones de nafta. 
  • Miguel Villanueva Silva (25), pareja de Guerrero. A ambos los detuvieron en un hotel alojamiento. Ella declaró que, al llegar a la casa de madrugada, lo vio con la mano ensangrentada y, según dijo, le confesó que había matado a una de las chicas al intentar escaparse. Un kiosquero del barrio de Florencio Varela dijo que Silva había ido a comprar con otro chico y que le dejó una mancha de sangre en la reja del comercio, que su mujer terminó limpiando. 
  • Ariel Giménez (29), uno de los acusados de cavar la fosa en la casa. 
  • Víctor Lázaro Sotacuro (41). Al principio se creía que solo era remisero pero, según Guerrero, tiene un lugar importante en la estructura. El hombre declaró que nunca estuvo en la escena, que no era el dueño de la droga robada, que tampoco era el jefe de la banda y que su apodo no era “El Duro”, como había dicho Guerrero. De todas formas, según La Nación, Sotacuro pagaba las cocheras en las que se estacionaban los cuatro vehículos de la banda: la Chevrolet Tracker blanca (que fue incendiada), el Volkswagen Fox blanco que manejó, un Renault 19 gris y un Chevrolet Cruze negro. Sus abogados pidieron un careo con Guerrero por supuestas “contradicciones”. 
  • Florencia Ibáñez (30), sobrina de Sotacuro, acompañante en el Volkswagen Fox, fue detenida luego de salir de los estudios de A24, donde defendió a su tío y dijo que habían pasado por el recorrido de la Tracker de casualidad. El fiscal Arribas dijo que Ibáñez reconoció que el móvil de los femicidios había sido un robo de un cargamento de droga que pertenecía a su pareja, el prófugo Alex Ydone Castillo.
  • Tony Janzen Valverde, alias “Pequeño J”, 20 años. Guerrero lo ubicó en su casa con Sotacuro y el “canoso de la Glock”. También dijo que Pequeño J había llamado a Villanueva para pedirle la casa para una fiesta. Está detenido en el penal de Cañete, en Perú, a la espera de la extradición. La declaración de Guerrero lo rebajó en la estructura: hoy está acusado de organizar dealers. Según la investigación, el abuelo y el papá de Valverde también se dedicaban al negocio narco. Su padre fue asesinado. Una cámara de seguridad ubicó a “Pequeño J” el 6 de septiembre a la salida de un pool de Flores con Lara y otra joven. 
  • Matías Ozorio (28), ladero de Pequeño J. Su historia es increíble y grafica una época: el periodista Carlos Burgueño contó que el joven tenía un trabajo en relación de dependencia en el Hospital Italiano –obra social, aportes, vacaciones, aguinaldo–, lugar del que se hizo echar, según sus familiares, para cobrar una indemnización que invirtió en el mundo cripto. Entre sus apuestas estuvo $Libra, bendecida por el presidente Javier Milei, cuyo desplome hizo a Ozorio perder todo y pedir un préstamo a un transa. Ya no se despegó de lo narco. Según Guerrero, fue una de las tres personas que cavó los pozos en la casa de Varela. Como Pequeño J, fue detenido en Perú. Guerrero también declaró que Ozorio le traía cocaína en 100 o 120 envoltorios que ella vendía a un valor de $10.000 cada uno. 

Vínculo de confianza

Según publicó La Nación, el fiscal Carlos Arribas describió: “Tras producirse la referida sustracción cuyos autores fueran presumiblemente allegados o conocidos las víctimas, fue que mediante maniobras de engaño, y ardides y aprovechándose de su especial condición de vulnerabilidad, integrantes de la organización mencionada precedentemente, en su mayoría de sexo masculino, lograron establecer un vínculo de confianza con las tres jóvenes, por lo que el 19 de septiembre de 2025, a las 21.29, consiguieron las jóvenes abordaran una Chevrolet Tracker blanca con dominio que había sido robado, en la que viajaban al menos tres personas. El vehículo contaba con el apoyo de un Volkswagen Fox blanco en el que circulaban al menos otras dos personas de la organización y de Chevrolet Cruze negro”. 

Según las publicaciones, todavía no está claro quiénes integran el grupo que habría robado el cargamento de cocaína. Pero la descripción de la estructura hace presumir que la causa está próxima a pasar a la órbita de la Justicia Federal.

Ya pasó un mes. 

Las familias de Brenda, Lara y Morena siguen exigiendo justicia. 

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Transfemicidio en Neuquén: reclaman justicia por Azul, la trabajadora estatal por la que se declararon dos días de duelo

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Por Evangelina Bucari

Fotos: Carlos Luna @un_chino.of

Azul Mía Natasha Semeñenko soñaba con “ser Azul del todo”. Había iniciado su hormonización, esperaba turno para realizarse una cirugía de modificación corporal y, como escribió su compañera de trabajo y amiga Ivana Meske, “buscó amor en todas sus formas”. “No tuvo una ley de identidad de género que la protegiera en su infancia –recordó–; fue excluida, juzgada, maltratada. Aun así, siempre tejió redes: trabajamos con ella el cambio de DNI, buscó apoyo en el sistema de salud y batalló por operarse. ‘Voy a ser Azul cuando me operen’, solía decir”. No logró cumplir ese sueño porque fue asesinada. A dos días del hallazgo de su cuerpo, la lloran y despiden en el Cementerio Central de la ciudad de Neuquén.

Transfemicidio en Neuquén: reclaman justicia por Azul, la trabajadora estatal por la que se declararon dos días de duelo

El 25 de septiembre, día de su cumpleaños 49, Azul dejó de responder mensajes. Sus compañeras de trabajo se preocuparon y la buscaron; el Estado no lo hizo tan rápido. Si bien les tomaron la denuncia, la Policía recién publicó la búsqueda el 30, cinco días después. Tras marchas y movilizaciones junto al movimiento trans y feminista para visibilizar su desaparición, tres semanas más tarde, el 15 de octubre a la noche, el Ministerio Público Fiscal neuquino informó la identificación de un cuerpo hallado en un canal de Valentina Norte: era ella, había sido víctima de un transfemicidio. De acuerdo con la autopsia preliminar, sufrió heridas punzocortantes en tórax y brazos y fracturas en la cara. La investigación está ahora a cargo de la fiscal Guadalupe Inaudi.

La vida de Azul no había sido fácil. Como muchas otras chicas trans, su camino estuvo atravesado por diferentes formas de discriminación, violencias y vulneraciones: estaba alejada de su entorno familiar, con quienes no tenía contacto; tiempo atrás había tenido que ejercer el trabajo sexual como forma de subsistencia y, en algún momento, había caído en consumos problemáticos. Por eso, cuando en 2017 entró a trabajar en la Subsecretaría de Niñez y Adolescencia como maestranza, ese espacio y sus compañeras se transformaron en su familia elegida junto a sus amigas trans que la acompañaban en su proceso. Con el cambio de gobierno en 2023, había sido trasladada de área y actualmente trabajaba como auxiliar en el Centro de Atención a las Víctimas de Violencia de Género.

Transfemicidio en Neuquén: reclaman justicia por Azul, la trabajadora estatal por la que se declararon dos días de duelo

La bandera en la marcha.

Apenas conocida la noticia del transfemicidio, el 16 de octubre hubo una gran marcha y abrazo colectivo. Durante la manifestación, se sumó Marcos, el hermano de Azul, que compartió el dolor de la familia pese a estar distanciados y su pedido de que el caso no quede impune.

En ese encuentro llegó el desahogo y se multiplicaron los recuerdos de quienes compartían los días con ella y la describieron: atenta con todos, llevando siempre “un matecito o café caliente”, preguntando todo el tiempo si alguien necesitaba algo o haciéndose cargo de cubrir tareas si alguien faltaba; una mujer tímida pero alegre, que personalizó su rinconcito en la oficina y que ahora nadie se anima a tocar. “Escuchar los relatos muestra cómo para Azul el trabajo fue un lugar de pertenencia. Fueron las compañeras quienes tomaron la búsqueda desde el primer día”, destacó Mariana Sarin, secretaria de Género de la CTA Autónoma provincial y delegada de ATE.

Transfemicidio en Neuquén: reclaman justicia por Azul, la trabajadora estatal por la que se declararon dos días de duelo

La presencia mapuche en el acto por Azul.

Cecilia Vacarezza era compañera de Azul desde sus inicios y se habían reencontrado este año en la Dirección Provincial de Protección Integral de las Violencias. La recuerda llegando en bicicleta y siendo de las últimas en irse: “Era querida por todas y todos. Luchó por su identidad, estaba feliz porque podía ser ella misma. Nos arrebataron su vida de una forma brutal”, contó entre sollozos por mensajes de WhatsApp. Muchas no podían ni hablar.

“El primer día que llegó estaba tímida. Le pregunté cómo quería que la llamara y me dijo ‘Azul’. Desde entonces se fue ganando su lugar, con su libertad, su alegría y su forma única de ser”, escribió en redes Rosana Arévalo, otra compañera de trabajo. “Voy a extrañar que camine por los pasillos cantando en inglés –continúo–, que me diga ‘Amore, ¿te traigo algo?’, que me escriba para pedirme ayuda o que me cuente que ya atendió a todos. Voy a extrañar sus stickers, sus audios, su risa pilla, sus mensajes”.

Transfemicidio en Neuquén: reclaman justicia por Azul, la trabajadora estatal por la que se declararon dos días de duelo

Las voces de ternura y afecto se replican. Carolina Guajardo, exsubsecretaria de Niñez y Adolescencia, fue su jefa: “En su aspecto se notaban las marcas de una vida dura, pero en su actitud siempre fue amorosa y muy atenta”, recuerda. Rememora las charlas que tenían, los consejos que pedía, su deseo de ser “realmente Azul” y lo leal que era. Repite la anécdota del cafecito, y cree que era así porque estaba muy agradecida después de una “vida que le había sido vulnerada millones de veces”.

La violencia avanza

El asesinato de Azul se inscribe en una violencia persistente: desde enero, el Observatorio Lucía Pérez contabiliza 213 femicidios y transfemicidios. La estadística no alcanza para decir quién era, pero explica el miedo y la bronca que se tradujeron en calle. “Somos parte de una marea que dice basta. El Estado es responsable de garantizar la vida y la seguridad de todas”, dice Vacarezza con angustia. 

Para quienes reclaman justicia y piden que haya más prevención, la decisión del Gobierno provincial de declarar dos días de duelo en memoria de Azul y disponer banderas a media asta en edificios públicos “no reemplaza la política pública”. “El Gobierno provincial decretó dos días de duelo, pero nadie se comunicó con la familia durante la búsqueda: es un parche en medio de la campaña”, cuestionó Guajardo, que además es parte de la colectiva feminista La Revuelta.

Transfemicidio en Neuquén: reclaman justicia por Azul, la trabajadora estatal por la que se declararon dos días de duelo

Por su parte, Sarin apuntó al sistema judicial “machista y patriarcal” y a la necesidad de “exigir justicia en la calle”. “Desde las organizaciones denunciamos que la política de odio hacia mujeres y diversidades del gobierno de Milei mata; el desmantelamiento de los servicios de asistencia también mata”, afirmó la referente de la CTA y detalló que Azul es la tercera víctima reconocida de asesinato por violencia de género en la provincia, pero que “hay otras muertes violentas catalogadas como suicidios” y que siguen reclamando por Luciana Muñoz, desaparecida hace 15 meses.

Transfemicidio en Neuquén: reclaman justicia por Azul, la trabajadora estatal por la que se declararon dos días de duelo

Para la secretaria de Género de la CTA Autónoma neuquina, el transfemicidio de Azul ocurre en una provincia donde a igual que a nivel nacional “las políticas de género fueron vaciadas y el clima de odio se traduce en retrocesos concretos”.

Sarin también advirtió sobre el avance de grupos conservadores evangelistas en Neuquén. Uno de los ejemplos que dio es el de la candidata que encabeza la lista de senadores libertarios por la provincia, Nadia Márquez, hoy diputada nacional con protagonismo en la Cámara Baja. Su padre, un pastor evangélico, fue uno de los pocos que recibió fondos de ayuda alimentaria desde el Ministerio de Capital Humano nacional. «Ellos hacen política para volver a encerrar a las mujeres en la casa, para volver a meter a niñas y niños bajo la égida de la familia y que no tengan derechos garantizados por el Estado. Entendieron que el movimiento de mujeres y diversidades, con su cuestionamiento al orden patriarcal, era un riesgo para su poder político y económico, y decidieron ir contra nosotras”, aseguró la dirigenta.

Transfemicidio en Neuquén: reclaman justicia por Azul, la trabajadora estatal por la que se declararon dos días de duelo

También alertó sobre otros grupos antifemnistas como la organización Padres de Río Negro y Neuquén, “que obtuvo declaración de interés legislativo”. Explicó que son padres que promueve la idea de que los niños son ‘rehenes’ de sus madres» y detalló que «instalaron un tráiler frente al Juzgado de Familia, justo donde las mujeres deben presentarse a denunciar. Lo llenaron de carteles y banderas: para ir a denunciar, hay que pasar por el medio de eso”.

“Trabajo en la 148 y veo a diario casos que no encuentran respuesta; a veces el botón antipánico no funciona o no hay. Decimos ‘riesgo de femicidio’, pero ¿qué significa si no se actúa?”, interpeló Guajardo.

Hasta ahora no se sabe qué pasó. La última conexión del celular de Azul se ubicó en la zona del río Neuquén; su cuerpo fue hallado envuelto y atado, en avanzado estado de descomposición. El paso de los días borra pruebas. Por eso, queda una certeza entre quienes la quisieron: la pelea es por memoria y justicia y se convocó para una gran movilización para el 21 de octubre para pedir por el esclarecimiento del crimen. “Vamos a seguir, ya tenemos comprada la vereda de la Ciudad Judicial”, concluyó Sarin.

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