CABA
Génova no está sola
La caída del puente en Génova el 14 de agosto se suma a una larga lista de tragedias que reabre viejas y futuras heridas. El urbanismo, las obras de infraestructura, la falta de control, los territorios naturales, la vida y las muertes. Y el rol de la empresa Benetton, principal accionista de la gestora de autopistas italianas. Vivir al borde del precipicio, en esta nota de Rossella Marchini para DinamoPress, traducida por Pedro Castillo para El Salto.
Imágenes de película de ciencia-ficción apocalíptica. El viaducto en toda su longitud se desploma sobre las vías del tren y sobre las construcciones que se encuentran bajo él. Los coches que lo estaban atravesando caen desde 45 metros de altura y se aplastan contra el suelo junto con el cemento desmoronado. Un camión permanece inmóvil en el límite del abismo. La lluvia cae sin cesar sobre la tragedia.
No se trata de una película, por desgracia, sino de lo ocurrido el pasado 14 de agosto, en una de las autopistas italianas más transitadas. Muchas personas la estaban recorriendo, dirigiéndose a varias localidades de la costa ligur. El número de víctimas no deja de aumentar, provocándonos dolor y consternación. La enésima tragedia, y una vez más se habla de fatalidad. Todos sabemos que no es así.
Una construcción imponente, inaugurada en 1967, que hace nueve años fue declarada en situación de riesgo
En Génova se ha derrumbado el viaducto Morandi, una estructura con tirantes de hormigón pretensado. Su proyectista fue uno de los estudiosos más reconocidos en el ámbito de las estructuras de hormigón y de las posibilidades que este material ofrecía para realizar nuevas formas espaciales a costes reducidos. El hormigón es un material de construcción relativamente joven, y del cual no se conoce aún su auténtica resistencia al deterioro por el tiempo y por los esfuerzos a los que se le somete. El «Puente de Brooklyn», vagamente parecido al célebre puente estadounidense, tenía una longitud total de 1182 metros y una arcada mayor que alcanzaba los 210 metros de longitud, con una altura de 90 metros.
Una construcción imponente, inaugurada en 1967, que hace nueve años fue declarada en situación de riesgo, en un estudio de la empresa de ingeniería Spea por encargo de Autostrade per l’Italia [sociedad gestora de las autopistas italianas, que forma parte del grupo Atlanta, cuyo principal accionista es la familia Benetton, N. del T.]. Se barajó incluso la posibilidad de demolerlo, indicándose que el puente Morandi era el tramo más transitado de la A10, con 25,5 millones de tránsitos al año, un tráfico en continuo aumento. Se había realizado alguna que otra intervención de consolidación a lo largo de los años, y había otras previstas, pero evidentemente no las suficientes para impedir el repentino derrumbe. El número de víctimas aumenta cada hora.
Una vez más, nos vemos obligados a asistir impotentes a la destrucción de lo que hemos construido y no hemos sido capaces de mantener y gestionar, mientras se sigue hablando de realizar grandes proyectos infraestructurales [dos ejemplos representativos de las conocidas como grandi opere en Italia son los proyectos del TAV, Tren de Alta Velocidad entre Lyon y Turín, y el último tramo del TAP, Trans Adriatic Pipeline, un gasoducto con origen en Azerbaiyán, N. del T.]
¿QUIÉN NO SE ACUERDA DE LA OPOSICIÓN AL PROYECTO DE LA GRONDA DE GÉNOVA?
El proyecto prevé un nuevo trazado de autopistas de 72 km para unir el área urbana de la capital ligur (Génova Este, Génova Oeste y el barrio de Bolzaneto) con los municipios de Voltri y Vesima, a través de la A26 y la A10. Dada la complejidad, desde el punto de vista orográfico, del territorio atravesado, el nuevo sistema viario debería desarrollarse casi integralmente bajo tierra, e incluir 23 galerías, 13 nuevos viaductos y la ampliación de 11 ya existentes. En septiembre de 2017, el Ministerio de Infraestructuras y Transportes emitió una Orden para la aprobación definitiva del proyecto, en el cual se declara la utilidad pública del mismo. Esta nueva autopista de enlace debería haberse unido a la A10 precisamente en la zona del puente derrumbado. No se trataba de una alternativa a ese tramo de autopista, como se está diciendo ahora, sino de su duplicación.
Se habla todavía del Terzo Valico, proyecto considerado irrenunciable, que pretende unir vía ferrocarril el Mediterráneo con el Mar del Norte, desde Génova hasta Rotterdam. El proyecto incluye un tramo ligur de 53 km, de los cuales más de 37 a través de galerías, para permitir el tránsito de trenes de mercancías. Estas galerías han sido proyectadas para ser construidas en los municipios de Génova, Campomorone y Ceranesi, en la región de Liguria, y Fraconalto, Voltaggio, Gavi, Arquata Scrivia, Scrivia e Novi Ligure en la región de Piamonte.
El problema no es tanto el riesgo de desprendimientos en sí, sino la posibilidad de que esos fenómenos se produzcan sobre edificios habitados
Todos ellos son municipios pertenecientes a un territorio extremadamente vulnerable, tal y como ha indicado recientemente el informe ISPRA (Instituto Superior para la Protección y la Investigación Medioambiental) sobre desastres hidrogeológicos. El 91% de los municipios italianos se encuentra en zona de riesgo hidrogeológico, es decir, una inmensa área en la que el peligro de desprendimientos es elevado y la peligrosidad hidráulica es de nivel medio.
El problema no es tanto el riesgo de desprendimientos en sí, fisiológico en un país cuyas tres cuartas partes están ocupadas por relieves montañosos y por colinas, sino la posibilidad de que esos fenómenos se produzcan sobre edificios habitados. Existen más de 550.000 edificios construidos en áreas donde la peligrosidad por desprendimientos es elevada o muy elevada y en las que vive alrededor de un millón de personas. Hemos consentido que 7 millones de italianos residan en territorios vulnerables. El del puente Morandi no es el primer derrumbe de ese tipo que se produce. La lista es larga:
- El 18 de abril de 2017 se derrumbó el viaducto de la circunvalación de Fossano (Piamonte), inaugurado en el 2000.
- El 9 de marzo de 2017, el puente que se encontraba en la autopista adriática A14, entre Camerino y Ancona Sud (Las Marcas), se derrumbó mientras era reestructurado.
- El 28 de octubre de 2016, un paso elevado sobre la carretera provincial 49 entre Molteno e Oggiono cedió al paso de un tráiler en la autovía entre Milán y Lecco (Lombardía).
- El 10 de abril de 2015, un desprendimiento provocado por un periodo prolongado de mal tiempo provocó el derrumbe de un pilón del viaducto Himera en la autopista A19 entre Palermo y Catania (Sicilia).
- El 7 de julio de 2014, se derrumbó un tramo del viaducto Lauricella en la autopista nacional 626 entre Ravanusa y Licata, en la provincia de Agrigento (Sicilia).
- El 23 de diciembre de 2014, el viaducto Scorciavacche en la carretera entre Palermo y Agrigento (Sicilia), inaugurado tres meses antes de lo previsto, se derrumba a los diez días de su entrada en funcionamiento.
- El 22 de octubre de 2013, el puente de Carasco (Liguria) que pasa sobre el torrente Sturla se derrumba a causa de un temporal.
- El 18 de noviembre de 2013, una inundación provoca el derrumbe de un puente sobre la carretera provincial entre Oliena y Dorgali (Cerdeña).
Resulta una lista impresionante, aunque es solo parcial. El número de eventos de este tipo es enorme, y aún más el de desprendimientos e inundaciones que se producen todos los años en todas las regiones de Italia.
Génova, una vez más, el 10 de octubre de 2014 había sufrido duramente el desborde de los torrentes Bisagno, Sturla, Fereggiano, Noce y Torbella. La ciudad ha crecido a través de la construcción de fosos, excavados para ofrecer la mayor área de territorio posible a los intereses inmobiliarios. El 60% de los torrentes está cubierto por carreteras. El peligro de una inundación se vuelve real cada vez que llueve. Las consecuencias de todo eso se han pagado duramente. En cuarenta años, sesenta personas han perdido la vida.
Como ocurrió en septiembre de 2015, cuando la provincia de Piacenza fue devastada por los desbordes repentinos de los ríos Nure y Trebbia, debido al mal tiempo y a las acumulaciones de basuras, causando daños ingentes y la muerte de tres personas.
Se ha construido sobre faldas acuíferas superficiales, sobre pendientes de volcanes todavía activos y en zonas desmoronadizas o de alto riesgo sísmico
En 2010, en Sapri (Campania), se produjo un desprendimiento, clasificado como evento no previsible y excepcional, en la carretera nacional tirrénica, al sureste de la zona habitada del municipio. Desde lo alto de la ladera se desprendió una masa ciclópica de tierra, de unos 200 metros cúbicos, que rodó por el valle hasta pararse a unos 30 metros de la carretera.
En la isla de Isquia, frente a la costa de Nápoles, la mañana del 30 de abril de 2006, tras tres días de intensas lluvias, una colada de barro y detritus destruyó un edificio de viviendas, provocando 4 víctimas, algunos heridos y 200 evacuados. Inundaciones y desprendimientos golpean cada año la isla de Cerdeña, donde el 81% de los municipios está expuesto a riesgos hidrogeológicos.
¿Son todas ellas fatalidades, una tras otra? ¿Igual que ha ocurrido con los terremotos que han borrado del mapa pueblos enteros? Precipitaciones intensas y prolongadas que caen sobre un territorio impermeabilizado por la intervención humana, donde las construcciones impiden a la lluvia infiltrarse en el terreno, aumentando rápidamente la cantidad de agua que se vierte a los ríos, donde la presencia de basuras y vegetación, acumuladas excesivamente por la falta de cuidado de los cursos de agua, impiden el flujo normal.
En nuestro país el riesgo de desprendimientos e inundaciones es enorme, al igual que el riesgo sísmico. Se ha construido sobre faldas acuíferas superficiales, sobre pendientes de volcanes todavía activos y en zonas desmoronadizas o de alto riesgo sísmico. Sería necesario programar inversiones para la manutención del patrimonio dañado. Realizar obras para mejorar la seguridad hidrogeológica y sísmica donde sea posible, e intervenir a través de demoliciones en todos aquellos casos que constituyan un riesgo previsible.
Un solo gran proyecto ha de ser programado y financiado: la seguridad del territorio y el control de las condiciones estructurales de los edificios y de las infraestructuras. Los costes que ello conllevaría serían elevados, pero es algo que no se puede retrasar más. En caso contrario, tendremos más funerales de Estado, días de luto ciudadano, breves biografías de quienes han quedado bajo los escombros, unas pocas palabras sobre sueños de vida rotos y… ¡que pase el siguiente!
Texto publicado originalmente en: dinamopress.it
CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
CABA
La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
Actualidad
Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».
Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.
Por Tiempo Argentino
Fotos: Antonio Becerra.
En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.
“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.
“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Represión como respuesta
La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.
“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Un reclamo federal
La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.
Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes”, resaltó.

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.
El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.
Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

- Revista MuHace 2 semanas
Mu 205: Hay futuro
- CABAHace 1 semana
Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”
- ActualidadHace 6 días
Mendoza movilizada: sábado de caravanazo contra la minera San Jorge
- ActualidadHace 1 semana
Marcha de jubilados: balas y bolitas
- ActualidadHace 2 semanas
Mapuches en Neuquén: 10.000 personas movilizadas contra la represión y en apoyo a las comunidades originarias