Nota
Hasta León, siempre
(Por Pablo Marchetti) León Ferrari se murió mientras el papa Francisco andaba de gira por Brasil. Justo en plena papamanía, en plena franciscomanía, en plena panchomanía. Justo en el momento en que los medios (todos los medios) y los dirigentes (todos: políticos, empresarios, sindicales, etc) quieren vendernos las bondades de este papa canchero, austero, rebelde, casi punk.

León Ferrari. Foto: Cooperativa Sub
El asunto es doblemente paradójico: por un lado, porque fue León el que había lanzado a Jorge Bergoglio al estrellato. Por otro, porque fue Bergoglio quien lanzó a León Ferrari al estrellato. Aquel año 2004, aquel diciembre, cuando se inauguró la retrospectiva de León en el Centro Cultural Recoleta, marcó un antes y después para ambos. Desde entonces, el cardenal se convirtió en Papa. Y también desde entonces el hasta ese momento artista contestatario pero ajeno al mercado del arte se convirtió, primero, en el más cotizado del país y, luego, en el ganador de la Bienal de Venecia, el premio más importante del arte en el mundo. Y en más cotizado, claro.
En 2004, el entonces cardenal Bergoglio encabezó la cruzada contra la muestra retrospectiva de León Ferrari en el Centro Cultural Recoleta. El argumento de Bergoglio tenía su lógica ideológica: decía que no quería censura, simplemente no quería que se pagara con el dinero de los contribuyentes una muestra blasfema, injuriante contra la fe católica. Y justamente esa es la discusión que quería dar León: ¿cómo es posible que el Estado sí sostenga económicamente un credo (en este caso, la Iglesia católica) pero no pueda solventar una muestra de arte? ¿Está bien que el Estado sostenga el arte sacro del Museo de Bellas Artes, pero mal que sostenga el arte blasfemo de León?
La cruzada de Bergoglio incluyó una horda de fanáticos que rompieron algunas obras. Lógico: para quienes rompieron las obras, aquello no se trataba de arte. Porque no era pintura ni escultura: apenas objetos, instalaciones, hechas con vírgenes y cristos de santerías. Pero, ¿quién define qué es el arte? La justicia dictaminó que hubo agresión y que debía haber un resarcimiento monetario. León donó lo recaudado a la CHA, la Comunidad Homosexual Argentina. Como para que quede claro que una cosa es la fe personal y otra imponer esa fe a la fuerza. O sea, lo que denuncian sus obras.
Conocí a León Ferrari a mediados de los 90. En el 96 hicimos un show-happening con mi banda de entonces (Sometidos por Morgan) que se llamó Navidad Hereje. Tocamos en el Centro Cultural Recoleta (sí, allí mismo, donde ocho años después se montaría la muestra del gran quilombo) y expusimos obras de distintintos artistas. La idea fue que cada uno hiciera un árbol de Navidad. Y León hizo una selección de obras herejes, que proyectamos en una pantalla.

León Ferrari. Foto: Cooperativa Sub
En el 2000, grabamos con Sometidos (en Jogging, el segundo disco de la banda) una canción con letra suya. En realidad musicalizamos un poema suyo que es una instalación imposible, con fragmentos de cuerpos de distintos asesinos de la dictadura militar. Ese mismo año toqué esa canción (“Escultura” se llama) en la fiesta del cumpleños 80 de León, en el Espacio Giesso. En el 2010 León hizo una muestra en la Casa de la Cultura, del Fondo Nacional de las Artes, y me pidió un texto para el catálogo. Yo escribí este poema, que publiqué el año pasado en mi libro El amor.
A León le gustó mucho el poema. Tanto que usó el título como título de la muestra. En la inauguración se lo leí y tocamos con el Conjunto Falopa, también por pedido de él.
La muerte de León duele, claro: es uno de los artistas indispensables, un genio absoluto, un revulsivo ético y estético. El detalle es que su muerte llegó en el momento justo, cuando alguien debía llamar la atención sobre este despropósito que resulta de la combinación de fe e institucionalización. Y ni hablar si a eso le sumamos el chauvinismo. Hacia allí apuntó su muerte León. Y, una vez más, a sus 92 años, acertó.
El infierno no existe, León, eso ya nos lo enseñaste vos. El cielo tampoco, eso ya lo sabíamos desde siempre. Pero seguro que el lugar donde estás vos ahora (no descansando, siempre creando) es mucho mejor que el cielo, el infierno o cualquier otra creación artística perversa que nos quieran vender por gran obra.

León Ferrari. Foto: Cooperativa Sub
a león ferrari
león escribe.
león dibuja.
león puede ser abstracto y lírico cuando escribe y concreto y demoledor cuando dibuja.
león también puede ser concreto y demoledor cuando escribe, y abstracto y lírico cuando dibuja.
león es todo el tiempo abstracto y concreto.
león es todo el tiempo lírico y demoledor.
león es todo el tiempo todo junto.
león es todo el tiempo lo que menos se espera de él.
nunca queda claro si lo que hace león es escribir o dibujar.
tampoco queda claro si para león una imagen vale más que mil palabras o si una palabra vale más que mil imágenes.
el arte de león está hecho de imágenes y de palabras.
león vive buscando imágenes y palabras.
león también consigue hechos.
león es hechos y palabras: ese bien podría ser un slogan de campaña.
león presidente.
león pura comunicación.
león para todas y para todos.
león sabe y quiere.
león se ríe.
¿león presidente?
ja, león.
león escribe.
león dibuja.
león hace garabatos.
león conecta con sus antiguas caligrafías y envía mensajes cifrados.
león se cuelga.
león vuela.
león escribe cartas a pulso, después de haber pasado años mandando mails.
león ya no hace arte correo.
¿o sí, león?
león hace arte lo que sea.
león usa una caligrafía abstracta ilegible.
león no usa estampillas.
¿son realmente cartas las que escribe león?
león llena el plano de colores.
león traza líneas.
león no cree en las reglas.
la regla de león se tuerce.
los marcadores de león baten palmas.
las plasticolas de colores de león van por cualquier lado.
león pinta.
sí, león pinta.
león traza líneas y parece que estuviera haciendo una maqueta para una de sus esculturas de alambre.
león recorta figuritas.
león abandona, por ahora, esos collages fotográficos directos y contundentes que solía enviar por mail.
león llena papeles con trazos.
león hace un gran papel.
león actúa en el cine.
león dibuja, pinta y escribe.
un gran papel, león.
león crea partituras para sus músicos gigantes.
león les da letra a esas criaturas enormes salidas de una lámpara maravillosa.
león frota el aerosol y sale un músico de espuma.
león frota la lámpara y se encienden todos los deseos.
león frota el papel y suena la música, viven los músicos.
león quiere una comunicación menos directa.
león quiere también una comunicación más espiritual.
león quiere, entonces, una comunicación más directa.
¿en qué quedamos, león?
león es más directo.
león es menos directo.
león es más poético y menos político.
león sabe que para ser político hay que ser poético.
león se vuelve poético.
león se vuelve político.
león se vuelve críptico.
león se vuelve cósmico
león se esdrujula.
león hace, una vez más, lo que se le canta.
no, león, no se puede ser tan libre, no se puede ser tan ágil, no se puede estar tan alto.
no se puede ser tan adolescente, león.
no se puede ser tan niño, león.
no se puede ser tan sabio, león.
no, león, no podés andar tan desatado.
no, león, tené cuidado.
las alas, león.
te van a crucificar, león.
no, león, no puede importarte tan poco el qué dirán.
no, león, no podés estar tan poco atado a todo.
no, león, no.
tanto compromiso, no, león.
tan desatado, tanto compromiso, no león.
no puede ser, león.
no, león, la verdad.
la verdad, león.
y león se ríe.
a león no le importa.
nada, a león no le importa nada.
nada más que la verdad, león.
nada, león.
león ya no piensa en infiernos ni en el diablo ni en dios ni en la iglesia.
león ya no piensa en el papa, ni en la virgen.
león ya no piensa en el juicio final de miguel ángel.
león ya ni piensa, ya.

León Ferrari. Foto: Cooperativa Sub
¿para qué león?
¿para qué pensar, león?
león se deja llevar.
león crea.
león cree.
león es dios, y por eso es ateo.
león es el diablo, y por eso quiere abolir los infiernos.
león se ríe.
león se divierte.
león la pasa bien, muy bien.
león es el artista total.
león es el arte.
león es lo que hay que decir.
león es cómo decir eso que hay que decir.
león es forma y contenido.
león se ríe, pero esta vez se ríe del poder.
una vez más, león se ríe del poder.
y otra vez más, león.
como siempre, león se ríe del poder.
león arrastra su sonrisa por esa idea humana tan absurda.
león y el poder.
león barre todo aquello que edificó el deber ser.
león llena el aire de desobediencia.
león llena el plano de trazos, de caminos que no llevan a ninguna parte.
león llena el espacio de poesía, de mística pagana.
león sigue su camino.
león es lo que no debe ser.
león es lo que debería ser.
león pasa una escoba por todos los prejuicios.
león es brujo.
león es chamán.
león manda a los prejuicios a un infierno de cristos y vírgenes de plástico.
león ya está en el infierno.
león sabe que no son necesarias altas temperaturas para hacer arder en las llamas diabólicas a esos muñecos made in china que se venden en las santerías.
león sabe que sus santos y sus cristos made in china van a derretirse pronto.
león sabe que sus obras son frágiles.
león sabe que sus obras van a arder.
león no quiere obras ignífugas, quiere obras reales.
león quiere aquí y ahora.
león busca una eternidad de este aquí y ahora.
león se sienta y mira.
las llamas arden y león se sienta y mira.
al calor de las llamas, león se sienta y mira.
león medita.
león piensa.
león opina.
león muestra.
contra el deber ser, león muestra todo.
como debe ser, león.
como debe ser.
Nota
La Estela: tierra guaraní en escena

Las actrices Casandra Velázquez e Ivana Zacharski crearon un unipersonal sobre una niña litoraleña que descubre aventuras al amparo del monte misionero. El calor agobiante, la siesta obligatoria, los árboles de yerba mate y las leyendas de ese territorio se cruzan con la inspiración de Clarice Lispector como punto de partida.
Por María del Carmen Varela
A la hora de la siesta el pueblo entra en una pausa obligatoria barnizada por un calor agobiante. Ni el sueño ni el sofoco detienen a la niña, que abandona su cama con sigilo y logra escapar al amparo del monte. Encuentra en la intemperie el abrigo que no es costumbre en su casa. Cada día la espera una aventura distinta, aunque no siempre hay juego y risas. Rebelde, divertida, decidida, busca compañía para sus andanzas y si no la encuentra, transita en soledad. La salvación a cielo abierto, la naturaleza como sostén y una fascinación: “La Estela”.
La actriz y bailarina Casandra Velázquez y la actriz y directora de teatro Ivana Zacharski dieron luz a esta niña litoraleña sumergida en la vastedad de un paisaje indómito y deslumbrada por Estela, la joven esquiva con mirada de pantera. Ivana y Casandra se conocieron a sus 18 años tomando clases de actuación con Pompeyo Audivert en el Teatro Estudio El Cuervo, poco tiempo después de que cada una viniera a estudiar teatro a la Capital. Casandra nació en Rosario y creció en Venado Tuerto (Santa Fe), Ivana es de Apóstoles, Misiones, donde se desarrolla esta historia que juntas llevaron a escena. Este universo, recorrido por Ivana, de tierras guaraníes surcadas por árboles de yerba mate y leyendas de peligros a la hora de la siesta, fue la inspiración para La Estela.
Ivana tenía ganas de dirigir un unipersonal y eligió a su amiga Casandra para actuarlo. El punto de partida fue un cuento de Clarice Lispector: La relación de la cosa. Casandra: “Los primeros encuentros fueron sin texto, nos acercamos a la obra desde el cuerpo, la respiración y la carne. En los primeros ensayos bailé un montón, unas danzas extrañas, medio butohkas, transpire, canté, corrí, toqué el bajo. Ivana empezó a escribir y yo a probar y actuar todos esos textos e hipótesis, el insomnio estaba presente, la obsesión con el tiempo, los fantasmas del futuro, algo vinculado a la materialidad del agua y el devenir del río. Aparecieron unos cuentos protagonizados por distintas niñas en paisajes litoraleños. Nuestro personaje de ese momento: una mujer en medio del insomnio, se contaba esos cuentos a ella misma para poder dormir”.

Foto: Gentileza La Estela.
Después de que Ivana hiciera un taller de escritura con Santiago Loza y Andrés Gallina, la historia fue tomando fuerza. Cuenta Casandra que algo se abrió y comenzó a aparecer la trama: “La obra apareció y nos empezó a hablar. Nos metimos adentro de esos cuentos, de esos paisajes y de esas niñas y dejamos de lado todo lo demás. Apareció algo muy mágico entre nosotras, algo de eso que las obras permiten, que es crear un universo común, descubrir conexiones y relaciones nuevas. Sentía que la obra estaba apareciendo y tenía voz propia, apareció el cuerpo de la obra y una forma de narrar”. Casandra recorre el escenario y su fuerza expresiva invita a adentrarse en la historia de esta niña llena de vitalidad y asombro. La vemos en su habitación, presa del calor de la tarde, en busca de libertad y juego, invocando protección divina cuando algo se le escapa de las manos, trabajando en el puesto rutero, pateando una pelota, como se patea a la injusticia, hipnotizada al descubrir la mirada felina de “la Estela”.
El entusiasmo de la juventud, las tragedias inesperadas, las súplicas, el goce de la novedad caben en ese cuerpo palpitante de sueños. Ivana y Casandra apelaron a sus propias vivencias para hilar la narración. Casandra: “Las dos pasamos nuestras infancias y adolescencias medio punkis en distintos paisajes litoraleños, lejos de esta ciudad, sus ritmos y velocidades. Había algo de ese universo común, de elegir siendo muy chicas irnos de las ciudades donde crecimos, que empezó a operar, casi telepáticamente. El ejercicio de revisitar esos paisajes y poblarlos de ficción fue fascinante, mirar el mundo con ojos de infancia nos abrió mucho permiso y nos devolvió mucha vitalidad, nos permitió vincularnos con la violencia, el dolor y la crudeza de crecer desde un lugar de mucho delirio y mucho juego. La obra es bastante impune en ese sentido, el relato no pide permiso, ni da explicaciones, sólo sucede. Justicia poética, decimos, un conjuro de liberación”.
Al cabo de dias de ensayo, la voz de la niña litoraleña comenzó a asomar y Casandra hizo un trabajo específico con la coach vocal Mariana García Guerreiro. El actor Iván Moschner también se sumó a pulir el fluir de la voz. Escuchar radios misioneras, discos y entrevistas a Ramón Ayala y otrxs artistas misionerxs colaboró con esa tarea. La niña que sube el escalón hacia la adolescencia, la que se enfrenta al monte y sus amenazas, se abre paso en la oscuridad con la lumbre de su irreverencia. Salvar y ser salvada, desafiar la imposición de la siesta, para correr a soñar despierta.
La Estela
El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960, CABA
Sábados a las 18 hs, hasta el 27 de septiembre
@laestela.obra
Nota
Litio: nace un nuevo documental

Este viernes 29 de agosto se presentará un nuevo contenido de Cooperativa de trabajo lavaca: Litio. Un documental dirigido junto a Patricio Escobar que refleja la lucha de las comunidades originarias y el paralelismo entre la reforma (in)constitucional de Jujuy, como experimento hacia la Ley Bases votada a nivel nacional.
“Te cuento esta historia, si me prometés hacer algo. ¿Dale?”.
Así arranca el documental Litio, una historia de saqueo y resistencias, que continúa…
Un documental independiente y autogestivo de cooperativa lavaca y dirigido en conjunto con Patricio Escobar, que traza un hilo conductor entre la reforma (in)constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Este proyecto tiene algunas particularidades: por un lado, no se trata de una única pieza audiovisual, sino de varias. Una más larga, de 22 minutos; y otras más cortas, de menos de 6 minutos. Por otro lado, se propone un documental en construcción permanente, al que se le irán agregando nuevas piezas de una cadena extractivista que parece no tener fin. Para esto, creamos una página web (que también estrenaremos el viernes 29) en la que iremos agregando los nuevos eslabones que surjan a futuro relacionados al oro blanco.
LITIO muestra cómo viven las comunidades de la puna jujeña en la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, y a la par, zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo. Dato insoslayable: para obtener un kilo de carbonato de litio se utilizan hasta dos millones de litros de agua. Las imágenes se entrelazan con los ostentosos congresos mineros, la represión policial a las manifestaciones por la reforma (in)constitucional y la resistencia de un pueblo que no otorga la licencia social a la explotación minera.
“¿Cuánto cuesta, cuánto vale… nuestra Pacha?”, cantan las comunidades originarias. Esa bandera hecha canción – y esa pregunta- se construye a través de distintas entrevistas a las comunidades Santuario de Tres Pozos, Lipán, El Moreno, Tres Morros, Potrero de la Puna, así como a otros actores. También evidencia el silencio de las autoridades, que no quisieron hacer declaraciones públicas. “Todas las Salinas están cuadriculadas de pedimentos mineros. Allí viven las comunidades y debajo, en el subsuelo, están las minas”, cuenta Alicia Chalabe, abogada de las comunidades.
El documental plantea una premisa: la reforma (in)constitucional de Jujuy en 2023 impuesta por el entonces gobernador Gerardo Morales –a merced de la explotación del litio, ya que modificó el régimen de agua, de tierras fiscales y de la propiedad privada, y ratificó la propiedad exclusiva de la provincia sobre los recursos naturales, entre los que incluye el subsuelo y el mineral de litio– fue el experimento que sirvió de antesala a la Ley Bases aprobada en 2024. Esta profundizó no sólo la matriz extractivista mediante enormes beneficios fiscales a empresas mineras, petroleras y del agronegocio, sino también las relaciones carnales con Estados Unidos y particularmente con Elon Musk, dueño de la empresa Tesla que construye autos eléctricos, para lo cual el litio es fundamental.
LITIO termina con tres palabras, y se erige como punto de partida:
“Esta historia continuará
¿Dale?”.
Te invitamos a seguir construyendo esta historia, este viernes 29 de agosto a las 20, en MU Trinchera (Riobamba 143, CABA).

CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre


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